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martes, 7 de enero de 2020

A rainy day in New York.


Para los frecuentes de este blog sabrán que siempre que escribo sobre alguna película de Woody Allen, (o sobre Woody Allen en general) ya sea al principio, en el desarrollo del texto, o al final, menciono lo poco objetivo que me vuelvo cuando escribo precisamente sobre él. El por qué, por muchas razones que a lo largo de este análisis iré mencionando pertinentemente, pero por ahora empiezo diciendo la principal: es mi director de cine favorito.

No hay un cine en el que yo vea mi vena de soñador empedernido tan reflejada como en el cine de Woody Allen, hay una linea en las historias de este hombre que son muy afines a mis gustos de siempre: la literatura, el arte, los amores complicados, el jazz, el fatalismo, y justo en su última película no es la excepción.

Cuando apareció el trailer de A rainy day in New York yo honestamente me sentí un poco asustado, si bien todas sus películas, incluso las muy malas (que las tiene, por ejemplo To Rome With Love, la cual a pesar de la muy cómica aparición de Woody Allen actuando, la película es insufrible) tienen un encanto en particular, esta en preciso se sentía muy decantada al refrito; pero a pesar de que si está plagada de muchísimas referencias a películas de su filmografía, el desarrollo y trama de esta tiene mucho valor, lo comento luego de una breve sinopsis:


Gatsby (Timothée Chalamet) es un joven que no encuentra lugar en el mundo, bohemio de mejores tiempos que no conoció, amante de la música de piano de bares, apostador muy afortunado, y enamorado de una joven del sur ex-reina de belleza juvenil. Un buen día en el que su novia Ashleigh (Elle Fanning) le da la noticia de que recibe la oportunidad de entrevistar a un director de prestigio para una tarea de su carrera, al cual ambos aman, y del que fue la primera película que vieron juntos, es que Gatsby se ilusiona con un día completo al lado de su amada en la ciudad que él tanto ama, en la que él creció, pero los problemas empiezan a salir una vez que ellos están en la ciudad y estos los mantienen siempre lejos el uno del otro, entre la familia de Gatsby de la cual huye porque de saber que está en la ciudad lo harían acudir a una de las fiestas de su madre que tanto odia, (a la cual termina yendo con otra mujer, [no les quiero revelar mucho de la trama] lo que detona en una confesión de su madre que lo hace descubrir que es más parecido a su madre de lo que él creía) los enredos en que se mete Ashley por conseguir la dicho entrevista y las tentaciones que aparecen en ese camino, (y es curioso como Allen da "forma" a estas tentaciones en los pilares fundamentales para la realización de una película: director, guionista, actor) añadamos ese elemento que hace el cine del neoyorquino tan exquisito: el oscuro objeto del deseo.



Y menciono la cuestión del "oscuro objeto del deseo" al final porque acá quizá se da de una manera muy particular, una que luego Woody Allen muestra muy pocas veces, pero lo hace, y esta es la del rechazo ante lo que nos asusta/atrae de esta persona.

En esta ocasión se muestra a través del encantador personaje de Chan (interpretado por Selena Gomez, que si bien no es la gran interpretación, es encantador, muy contrario al personaje de Ashleigh, que de igual manera no hay una gran interpretación o encanto de Elle Fanning, pero porque así tenía que ser ese personaje) cuyo primer encuentro con Gatsby es en la filmación de una película independiente de un amigo suyo de la preparatoria, le pide interpretar a un personaje que besa al personaje de Chan, entonces él le cuenta que fue novio de su hermana, a lo que ella contesta que lo recuerda muy bien, y que su hermana le contó siendo ella una adolescente todo lo que vivió con él. Dicho eso, el primer encuentro no es muy afortunado y tal parece que la química no es muy buena, así que los besos no salen como el director esperaría, pero es justo, cuando empieza a llover en la ciudad, y la luz crea una atmósfera muy característica en la cual cualquiera caería rendido de amor por quien se tiene enfrente, y es entonces que el beso sale. Ambos toman su distancia y se van por caminos separados, Gatsby está sumido en la depresión porque sus planes de pasar y mostrar a su amada la ciudad que él tanto ama y lo hizo ser como es, se truncan, y eso hace que a los lugares que vaya termine encontrándose con Chan, algo que sin darse cuenta, ya estaba predestinado, escrito, y si el espectador es muy perspicaz, hasta leído; (desde compartir una canción, una habitación, un secreto, el montaje de un escenario, de una situación) y dicho esto, vayamos al trabajo de Allen detrás de la cámara.

La película no es para nada perfecta, hay cierto errores que si bien no son muy graves, para algunas pupilas si pueden ser muy perceptibles, como problemas en la edición y la continuidad en ciertas escenas y situaciones. Las actuaciones son muy medianas, porque en realidad no son personajes muy demandados, (los personajes del director interpretado por Liev Schreiber, y el del guionista interpretado por Jude Law me parecen muy buenos, por la cuestión de la "manipulación" en el medio) si tienen en algún punto de la película protagonismo o no, tiene que ver con un factor en particular que es muy importante a destacar, porque quizá sea lo mejor de la película: la iluminación.

El trabajo que viene haciendo Vittorio Storaro desde su primera colaboración con Allen, (A rainy day in New York es su tercera colaboración. La primera, la maravillosa Café Societyla segunda, Wonder Wheel) le ha dado a sus películas una distinción bien especial; la calidad irrefutable de quien hiciera la fotografía de películas como Apocalipsys Now, El último tango en París, o El último emperador, no es por si sola lo mejor, el sello distintivo de su trabajo acá es que le da a las historias de Allen, esta conexión entre director-fotógrafo que sabe entender e identificar Storaro, resalta las historias de Allen en las que juntando su amor por el cine romántico de la edad dorada de Hollywood, y sus historias siempre ambientadas en el pasado, la presencia de la luz fría para representar la soledad o los planos generales, a la propia New York en su esencia, y la luz cálida para destacar el calor y el amor, sobretodo en los personajes femeninos, como se hiciera tan famoso y mítico el esplendor de actrices como Ingrid Bergman o Marlene Dietrich. La calidez, el brillo y los destellos sutiles de luz que utiliza para enfatizar y resaltar el sentimiento y la belleza sin que se sienta jamás un "encantamiento", aunque por supuesto lo hay, pero es tan bella esta sugestión que no nos interesa, caemos rendidos ante la belleza no sólo de este oscuro objeto del deseo, sino de todo lo que se construye alrededor de la trama en esta historia del viejo Woody, que esperemos, ya con sus 84 años, nos siga dando muchas películas más.

Una vez tocado el punto del cine romántico de la época dorada de Hollywood, cabe destacar como Allen profesa su amor una y otra vez por Casablanca, y en esta película no es la excepción, (ya lo había hecho en Sueños de un seductor, divertidísima película (escrita y protagonizada por él, no dirigida) sobre un crítico de cine (les digo, no puedo no verme reflejado) que luego de ser abandonado por su esposa, empieza a seguir los consejos de su única amiga y de un imaginario Rick Blaine para conquistar mujeres, y al final termina enamorándose de su amiga; y en una segunda oportunidad, actuando en la película de John Turturro: Fading Gigolo, evocando a ese maravilloso final de Casablanca) sin hacer algún spoiler que les pueda arruinar la experiencia, sólo diré que ese final, que en muchas formas hace muy similar a esta película con Magia a la luz de la luna, con otras películas también hay ciertos guiños y referencias, como La otra mujer, Midnight in Paris, Celebrity, Manhattan, Annie Hall; (que en este caso yo no sabría decir que tan bien sale librada Diane Keaton, porque creo, al menos dada mi lectura, en la escena en la que Gatsby y Ashley por fin pueden estar juntos, y este la deja, [La película es quizá un ejercicio que ejemplifica en cierta forma aquella frase de Mark Twain que tratando de parafrasear dice algo así como: "La única forma de saber si amas u odias a alguien es viajando con él". Si bien en la película no termina odiando a su pareja, si se da cuenta que no es lo que busca por las diferencias que se hacen más visibles a raíz de ese día que viven tan fuera de su rutina y cotidianidad] se podría decir es un insulto a ella) pero sobretodo con Magia a la luz de la luna, y que en el final hace una reinterpretación de lo que a Woody le hubiera gustado que le pasara a Rick Blaine, aunque esto no nos hubiera dado a Casablanca.

Y sobre el asunto de Woody Allen a raíz de la discusión sobre el tema del #metoo y Amazon (que a mi parecer fue un gran error que Chalamet se cerrara por si sólo tan de tajo una puerta que podría ser de gran beneficio para él, pues quizá sea la mejor actuación que le he visto [además obviamente de Call Me By Your Name]) es algo sobre lo que yo no hablaré, porque me parece, lo hace de manera más que excelsa Fernanda Solórzano, en uno de los mejores textos que yo leí el año pasado, (ya se que chale con mi amor por Fernanda Solórzano, pero no es de gratis, para mi es la mejor crítica de cine que tenemos en México) de modo que lo que yo pueda comentar está de más. El texto se los comparto para finalizar.


https://www.letraslibres.com/espana-mexico/revista/woody-allen-tras-la-tormenta




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