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domingo, 7 de marzo de 2021

Normal People.





Dentro del muy diverso mundo de las series por servicio de streaming, y claro, refiriéndome por supuesto a las que son creadas exclusivamente, o a partir del auge que dichas plataformas han tenido en los últimos seis años (llámese Netflix, Amazon Prime, HBO GO, o las más recientes Disney+, Hulu o la recién llamada Starzplay, antes Fox+) hay una que, para una persona que no gusta de ver series por la demanda que involucra el hecho de dedicarle tanto tiempo a un “producto” (porque al final de cuentas, la gran mayoría de estas son sólo un producto que está diseñado para que uno “consumidor” siga “adquiriendo” otros “productos” similares en dichas plataformas, de ahí que la estructura de la gran mayoría de estas sea tan parecida, y eso sin tocar el tema de los géneros, que por supuesto los más abusados son la comedia juvenil y el suspenso) me parece es de lo mejor de los últimos años.

Aunque corrigiendo lo anterior, no podría definir con toda autoridad el hecho de que sea una de las mejores series de los últimos años, puesto que no he visto gran cantidad de series en los últimos años. He revisitado series que solía ver cuando el servicio de streaming no era la única forma en que estas series se podían ver, cuando las series duraban seis meses, cuando había que esperar y estar en suspenso toda una semana para seguirla viendo (recuerdo los años en que veía Lost, y era agobiante, y es una práctica que ha bien ya han replicado algunos servicios de streaming), pero quizá lo más correcto sería decir que es una serie que desde que leí al respecto acerca de su trama, hizo que inmediatamente quisiera verla, algo que no me había pasado, como ya lo comente al principio, al menos en los últimos seis años.

 

“Normal People” es una serie dramática de la plataforma Hulu producida por la BBC (por si necesitaban uno de esos grandes sellos de calidad) basada en la celebrada novela de la escritora Sally Rooney, quien también trabaja en la adaptación de su obra a la pantalla. La historia sigue el crecimiento que tienen Connell y Marianne desde que están en el colegio hasta que terminan la universidad, en este camino vemos el intenso principio de su relación, con Marianne siendo el “patito feo” en el que Connell, el chico aparentemente popular, encuentra una especie de espejo de la persona que realmente es y que se empeña en esconder; pasando por su encuentro en la universidad con los papeles invertidos y la adaptación que Connell tiene que pasar para aceptarse como es, y Marianne curar su forma de relacionarse con las personas a través de su experiencia familiar y con el propio Connell.

 

La riqueza de esta serie no sólo parte de lo intenso de los pasajes en la relación entre Connell y Marianne, y sus procesos de crecimiento por separado, tiene también mucho que ver con la forma en que la historia es narrada.

Antes de entrar de lleno a los temas que atañe con gran atino y de la manera más correcta, debería empezar con un acto de confesión al respecto del porqué, por una parte, empecé a verla, y segunda; me sentí tan identificado y “ganchado” a ella. En primer lugar, regresando al tema de la demanda de tiempo que requiere ver una serie, debo decir que “Normal People” entra en la categoría de “serie corta”, las cuales no duran más que una temporada, y que no suelen pasar los 12 capítulos, en este punto, debo decir que “Normal People”, bien podría considerarse una película de poco más de cinco horas de duración, lo cual hace que uno pueda verla de un tirón sin conflicto alguno, justo lo que yo hice en mi caso particular.

Dentro del tema de duración, que también se convirtió en una de las razones para querer verla, fue decisivo el hecho de que siempre he considerado el hecho de ver series, o las series como “producto”, es que son muy efectivas para distraer la mente, para no pensar en cosas cotidianas que te generan estrés, algo que precisamente yo necesitaba en el momento en que vi la serie. Y la verdad es que fue tan efectiva en ese punto, pero al grado de que no me dejó este efecto sedante, sino que hizo que pensara en otras cosas aún más intensas, aunque quizá la palabra “pensar” no sea la más adecuada, quizá la palabra más adecuada sería: “recordar”.

 



Dentro de los temas que la serie aborda y explora de manera perfecta, están en un principio la cuestión de los roles que las personas debemos de asumir ante la sociedad o, mejor dicho, en la vida escolar, como hay que de alguna manera proyectar o repeler lo que somos, y las consecuencias que trae el hecho de ser auténtico. Habla en muchos sentidos la gran presión que trae ser el ser diferente a lo establecido, al estereotipo, también la forma en que los hombres deben de asumir su postura de macho por las compañías;  pero por otro lado muestra cómo, a través de las vivencias propias desde el núcleo familiar, uno asume, o falta por omisión, a ciertas normas o etiquetas de  las interacciones humanas y personales, como a veces no asociamos el amor y el sexo, o si, pero no a un plano social, y como eso puede hacerlo ver a uno como un ser egocéntrico o cruel, por no pensar en las emociones y sentimientos de la otra persona. Otro de los temas que la serie toca aún con mayor maestría, y esto se debe mucho a la experiencia de la propia escritora con su vida propia, la personal y la profesional, es el hecho de la adaptación a una nueva vida en una nueva ciudad, en este punto toca como la vida de Connell y Marianne da un vuelco de 360 grados cuando van a la universidad, y en este punto también hay un punto de inflexión muy importante con respecto a Connell y Marianne, pues mientras estaban en el colegio Marianne hace a Connell asistir a la universidad para ser escritor, puesto que él pensaba estudiar derecho en la universidad local, pero ella le hace ver que lo que el realmente ama son las letras, y a raíz de esta elección, Connell ve que las cosas no serán tan fáciles en este nuevo mundo, muy diferente al del colegio, está haciendo lo que ama, pero resulta ser una vida muy solitaria, hasta que se reencuentra con Marianne, cuya distinción y expresión social es muy diferente a la del colegio, el reencuentro los hace ser amigos, para después volver a ser amantes, porque los reencuentros entre almas gemelas siempre se van a volver a dar, es algo que nos ha enseñado la vida a unos pocos defectuosos.

Quizá el tema medular, o el que a mí me hizo un poco ver al pasado, es el de cómo al cambiar de lugar y de costumbres, y no sentir que encajas del todo, aún cuando las cosas aparentemente te van bien y haces lo que amas (en este punto tuve una conexión con la serie ya que un par de días atrás me pasó algo que le pasa a Connell en la serie, y fue el hecho de que uno de mis cuentos no entrara dentro de los planes de una revista literaria), o tienes personas a tu alrededor y amigos, el simple hecho de que no sean esos amigos con los que creciste, aún cuando no fueran en el estricto sentido de la palabra afines a tus gustos o aspiraciones, el saber de la muerte de amigos y la depresión que viene con ello, y la nostalgia del pasado y lo incierto del futuro hace que sea un proceso muy difícil y muy doloroso, del que por supuesto uno sale gracias a terapia y hablarlo con personas cercanas y queridas y que a uno le importan.

Otro tema medular y que también es expuesto de manera muy simple y sencilla, pero perfecta, es el cómo la historia de nuestras vidas se ve afectada con el sólo decir o dejar de decir algo que dábamos por sentado, o que creíamos que la otra persona debería de saber. La serie es una lección sobre el no dejar de decir y expresar lo que sentimos, el no creer que la otra persona sabe, o debe saber lo que sentimos, aún cuando la conexión entre ambos sea tan profunda.





















domingo, 21 de abril de 2019

Festival de Cine de Todos Santos: la importancia de la conexión.







¿Qué hace que un festival tan pequeño en infraestructura perdure y tenga vigencia durante tanto tiempo? ¿Qué lo hace ser uno de los festivales de cine en el país más longevo? Será quizá su programación, sus invitados especiales, la bolsa de premios que entrega, el lugar donde se desarrolla. Para mí la respuesta es una, y es tan sencilla, que lo sencillo a mi parecer simplemente no se puede comprar: la personalidad y la conexión.

Hablar del Festival de Cine de Todos Santos es hablar de un festival que tiene una identidad, para empezar, como secundo a este hecho sumemos el que tiene una personalidad como ningún otro: muchos de los festivales que tenemos en el país son muy parecidos, este no se le asemeja a ninguno, es único en su tipo, desde el modo por el que está hecho, las personas que lo hacen, que no es más que una suma de voluntades y de amor por el cine y el lugar donde se exhibe, gente del lugar suma esfuerzos para que este se lleve a cabo, no sólo instituciones culturales y gubernamentales suman para que este festival se lleve a cabo. La selección y secciones que tiene el festival son un plus más, que van desde proyectar un cine latinoamericano muy diferente al que se acostumbra a conocer, lo mejor del cine mexicano contemporáneo, y muestra de los trabajos de la escuela de cine para pequeños que tienen en tan privilegiado lugar.

16 años no son pocos para un proyecto que tantas alegrías brinda a un lugar que no tiene un cine como tal, pocas veces la gente de Todos Santos tienen la oportunidad de que su bellísimo teatro se convierta en un cine, y ver cine que de una manera u otra toca temas importantes para la comunidad, que los acerca a cine latinoamericano que muy pocas veces tenemos la oportunidad de ver en provincia, a lo mejor de nuestro cine nacional que no nos ve como tontos y que no nos quiere vender humo o caramelos, un espacio como pocos, que debería ser replicado en tantos bellos pueblos mágicos como este.

Escribir este corto texto es sólo una forma de difundir y desear que este festival cumpla por lo menos 16 ediciones más, que lleven alegría y acerquen a la gente a ver cine de primera calidad, que les haga ver más allá, que los haga ver cosas importantes, que cree comunidad, que fortalezca la educación y la formación cinematográfica de jóvenes en desarrollo para que en un futuro apliquen todos estos recursos y conocimientos en beneficio de su comunidad, como ya está ocurriendo. Pocos festivales hay en el país con la personalidad del Festival de Cine de Todos Santos, que se hace para su gente, para su comunidad, esperemos los vaya habiendo más.









sábado, 23 de marzo de 2019

As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses Of Beauty.




Siguiendo a la idea de Francois Truffaut en la que dice que una película se puede resumir a un sólo sustantivo, yo diría que esta película en particular del cineasta Jonas Mekas (al igual que casi todo su cine) se podría resumir como: vida.

El lituano Jonas Mekas es quizá uno de los directores más vanguardistas e importantes del cine en su historia, y sin embargo, quizá en la misma proporción del gran genio que era y de lo importante que fue no sólo en su obra ya fuera como cineasta o crítico, sino lo que hizo por otros cineastas independientes y experimentales en la década de los 70's y lo que logró al crear la Anthology Film Archives, en esa misma proporción de lo que el hombre fue y logró crear, es desconocida su obra y su persona para el público general, incluso para algunas personas que se dedican al cine y cinéfilos de sepa. Tan poco valorada y proyectada era su figura y trabajo por el gremio que hasta hace dos años el AMPAS lo hizo uno de sus miembros, a pesar de ser prácticamente el padre del cine experimental norteamericano, y en el In Memoriam de los Oscares de este año, no le dieron mención.



Pero hablemos de esta película: ¿qué la hace tan especial? ¿Por qué al verla me hizo sentir como quizá ninguna película lo había hecho? ¿Qué hace valioso esta película de casi 5 horas que es en su complejidad, particular y generalmente un trabajo por demás hermoso?

Antes que ser un crítico, un director, un exiliado, un sobreviviente de la Seguna Guerra Mundial y de sus campos de concentración, un viajero, un artista; Jonas Mekas era un hombre de familia, y eso se refleja en esta película. Además de eso en este trabajo Mekas reafirma otra cosa sobre su persona: el gran artesano que era.

Este filme estrenado en el 2000 con partes de película que había filmado en las décadas de los 60's, 70's, y  80's; en la que hace prácticamente un álbum de recuerdos, no sólo de su familia, también de su entorno, de sus amigos, del lugar donde vivía, los lugares donde amó la vida, los lugares en los que pasaba sus vacaciones, pero no es tan simple como eso, aquí es donde se asoma el Mekas artesano, jugando con la película haciendo desde doble exposición o acelerar el carrete, al mismo tiempo que hacía esto visualmente y narrativamente atractivo e interesante, el hombre bien podía montarnos esa hermosa pieza musical de piano que resalta en toda la película, o una pieza de música clásica, incluso jugar con el sonido natural de la película, montar una grabación de la radio, los ruidos que hacía cuando trabajaba en el montaje. Pero tal es tan personal el trabajo de Mekas que incluso lo escuchábamos a él hablar sobre lo que estábamos viendo, lo que él sentía en ese momento, lo que sentía al montar esto, el ver sus recuerdos, sus memorias, bien lo podíamos escuchar recitando alguno de sus poemas, sus pensamientos poéticos, o tocar su acordeón. Podíamos ver a la película con una sobre exposición de luz, o más ensombrecida, como un collage de recuerdos a punto de velarse y desaparecer: fotos, un diario, y todas estas formas posibles con las que él jugaba y recordaba hacen que todos los momentos vistos en esta película y sus 12 capítulos sean totalmente poéticos, sin ningún ápice de tanteo o error, incluso donde parecía que con edición se pudo haber borrado determinada parte que no era "perfecta" hay un enorme grado de composición y aun más importante: hay honestidad, de contenido enriquecedor y poético que nos hacía entender completamente que todo lo que había en la película tenía que estar ahí, confirmándonos que él era un maestro de la edición, un artesano en el más puro sentido de la palabra. Mekas pareciera filmó durante toda su vida estos momentos para empezado el nuevo siglo, como lo dice en una parte de la película donde está montando justo la nochevieja, sea un regalo de lo que es valioso: las personas, los amigos, la familia.



Se nota sin embargo que le causa en la misma proporción de felicidad como de sufrimiento el ver todos estos momentos que vivió en su vida, ver la belleza que él veía a través de la lente, ver desde el nacimiento de sus hijos, sus primeros pasos, a su mujer desnuda en la cama, sus comidas con amigos, sus paseos en bote con Andy Warhol, a su barrio querido, el Soho en Nueva York, las fiestas de los italianos, los domingos en Central Park; todo eso que fue y que lo hizo ser la persona que es, cómo se siente él que está en el centro y está a la vez fuera volando sobre todo, y años después seguiría así mientras montaba esta obra maestra. Pues la vida sigue.

Si aman el cine no hay más, tienen que ver esta película, en la que parece no pasa nada, salvo toda una vida de belleza y de amor, toda la construcción de un ser humano extraordinario que antes de ser poeta, era un artesano, y antes de ser un artesano, era un hombre de familia a la que amaba por sobre todas las cosas, vemos un testamento de amor es esta película, en la que viendo un compendio de imágenes y sonidos hermosos, a su vez se estarán reproduciendo en su cabeza otras imágenes y otros sonidos hermosos, pero estos no serán de la película, sino de su propia historia, de su propia vida. Si aman el cine, tienen que ver esta película.



lunes, 19 de marzo de 2018

¡No me olvides, por favor!


Hace unos días me fui al Centro Cultural La Paz a ver una exposición que desde que vi anunciada en el Facebook del recinto llamó mi atención. En su sala de exposiciones temporales tenían esta muestra fotográfica llamada "¡No me olvides, por favor!" del artista Mikel Archila, la cual constaba de dos salas, en la primera había una serie de fotografías de personas desnudas de la parte del dorso con un aspecto melancólico y triste y que parece dicen adiós, en la misma incluso hay un espejo donde uno se puede ver a si mismo como ellos, quizá mas triste y melancólico que las personas encerradas en esos retratos.

Pero la segunda sala me parece le roba el protagonismo a la primera sin demeritar el trabajo del artista, ya que la segunda sala, que hace al espectador mas participativo y lo involucra, haciendo de esta experiencia interactiva, nos adentramos a una sala de paredes blancas con mensajes, palabras y nombres de las personas que han visitado la exposición en las que escriben los nombres de las personas a las que les piden que no los olviden, engalanada con la figura espectral y bastante poderosa de este fantasma que presume ser el que ha escrito todo en las paredes de esta habitación. (Esta figura me recordó montones a la grandiosa película A Ghost Story de David Lowery, interesante sería saber si el artista conoce la película y si la conoce que tan influenciado se vio con ella) Pero es imposible sólo entrar en ella y escribir sobre una parte de las paredes, una persona como yo con esta capacidad receptiva y creadora como la que tengo empieza a leer lo que las demás personas han escrito y empieza a involucrarse y a imaginar que personas pudieron haber escrito en ellas, pensar que podría ser cualquier persona que te encuentras en tu camino, en la calle, incluso algún amigo o familiar, ves en la paredes nombres de personas que por el simple nombre te hacen recordar a otras personas con el mismo nombre, aunque no sean ellas las de la pared. Y otros que dejan mensajes muy pequeños que nadie podría descifrar, como un nombre corto que podría ser el de cualquier mujer, o la inicial del nombre de otra chica. Una exposición que te pone a flor de piel la naturaleza del ser humano, el temor a la muerte, que nos muestra la muerte desde la perspectiva del que se queda sufriendo, de aquel al que la violencia, la enfermedad, el destino repentino o el suicidio ve interrumpida la vida de los seres amados, incluso del que se se pierde a si mismo por la depresión, por los malos ratos.













La foto que más me transmitió de la exposición.
No crean que se me movió el celular a la hora de tomar la foto, es que así quería tomarla, porque al final de cuentas, quien soy yo, si no existo, si sólo soy la figura representada del fantasma que algún día recordarán. Pero a diferencia de lo que pide toda la gente, yo no te pido que no me olvides, yo te pido que me olvides, te lo exijo, ¡olvídame! Pero jamás olvides todo lo que vivimos. Y ve en ellos sólo a una la figura de alguien que te amo, sin rostro, sólo con emociones y los sentimientos que en ti provocó. En el muro he escrito dos nombre, esos me los reservo sólo para mi, y para quien los pueda leer.