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martes, 8 de noviembre de 2022

"Ir y volver" de José Permar: fondos que llegan al corazón, formas hechas con el corazón.





El cortometraje documental más reciente del realizador sudcaliforniano José Permar, es un ejercicio que me parece uno de los trabajos más brillantes y valientes del año, ya que en él, además de plasmar una historia muy personal, hay una serie de elementos en el plano creativo que son por demás propositivos, pero vamos por partes para hablar de su hechura y su importancia tanto en el discurso como en su narrativa.


Según Filminlatino, esta sería su sinopsis:
Mientras una madre está en terapia intensiva con pocas esperanzas de sobrevivir, su hijo se encuentra en otro continente sin posibilidades de verla.


Este cortometraje que a mi parecer entra dentro de la corriente del cine-ensayo, experimenta de manera muy natural en su narrativa, tanto en lo auditivo, como en lo visual, pues por una parte podemos escuchar de manera entrelazada, tanto las reflexiones de José por la situación que estaba viviendo su mamá en México al caer en terapia intensiva y en un coma inducido, mientras él viajaba por Europa para estudiar un Máster en cine documental; así como los vagos pasajes que su madre recordaba de esos días en que ella estaba entre la vida y la muerte, todo mientras el espectador escucha a su madre hablando con él por teléfono, y a él como si estuviera escribiendo una carta en la que no sabe si ir con su madre y de esta manera dar por sentada la posibilidad de que ella realmente podía morir, o seguir el camino natural de las razones por las que él hizo ese viaje, con la esperanza de que su madre estará bien y podrá volver a verla y escucharla a su regreso.

El discurso que José crea en el plano auditivo es realmente emocional, sin caer jamás en el melodramatismo burdo y barato, no teme en mostrarse vulnerable ante una situación en la que cualquiera de nosotros caería en el estado de mayor vulnerabilidad que el ser humano puede caer, como lo puede ser la posible muerte de un ser tan amado como lo es una madre. Esto sobre todo se demuestra cuando José trata de grabar un audio que los médicos que se encargan de su madre, le recomiendan que haga para que ella probablemente lo pueda escuchar.

En el plano visual, José crea un montaje realmente hermoso que hilvana y empata perfectamente con el discurso de sus reflexiones, a través de las imágenes que él registra de sus viajes y los lugares en que está mientras está viviendo todo esta situación en su interior y en la distancia (no sé si José filmó con película o si ese detalle para darle el aspecto de película se trabajó en la post-producción), encontramos imágenes realmente bellas, que a uno lo hacen remontar a los grandes maestros del cine-ensayo y cine-diario, por lo cual no es nada difícil de entender el por qué José trabajó su discurso a través del montaje que hizo. Hay elementos muy sencillo, pero que en su sencillez se vuelven poderosísimos para entrar precisamente en la psique del discurso que José expone en su trabajo, como ese bucle que hace en unas escaleras, con casi todo en oscuridad salvo por una lámpara que nos da una luz que bien podría representar la esperanza de poder volver, como José expone su deseo de poder hacerlo como su madre lo hizo, sin sentir esa sensación de que cada vez le es más difícil volver a su lugar de origen, de no sentirse más un nómada, un extranjero que va de acá para allá al cual cada vez se siente más lejano, como él lo expone en esta carta visual.

Un trabajo muy sencillo en el que lo que vemos de manera muy natural y cotidiano, enmarca el hecho de que en el trabajo de José, el mensaje es lo más importante y poderoso, en el que el contexto social  e histórico de los últimos dos años, podría reflejar la historia de muchas personas que al igual que él, estuvimos en esa disyuntiva entre irse o quedarse, en el que muchos regresaron, y otros ya no pudieron hacerlo.

viernes, 17 de septiembre de 2021

El vestido azul


-Un día así no se olvida. Los alemanes vestían de gris, tú vestías de azul.
-Si, he guardado ese vestido. Cuando los alemanes se marchen volveré a ponérmelo.


Tú, la mirada en el retrovisor,
tú, con el vestido azul,
tú, llorando en el andén.


Aún recuerdo ese vestido azul,
justo en la esquina esperando el autobús;
tú ibas al norte,
yo iba al sur.


Con su vestido del azul del mar,
azul del mar.










martes, 13 de octubre de 2020

Mon chien stupide: vaciar la casa.





Mon chien stupide es una película francesa del año pasado dirigida, escrita y protagonizada por Yvan Attal, la cual nos llega a México gracias al marco del Tour de Cine Francés, un Tour que siempre hace que nos llegue con más rapidez las películas más interesantes (comercialmente hablando) de los estrenos en salas del país francés.


La película se nos presenta a través de su personaje protagónico en toda su esencia: Henri Mohen. Un escritor de cincuenta y tantos que luego de escribir una gran novela en su juventud estando en Roma de la cual ya no pudo emular el éxito, salvo escribir literatura desechable, y algunos mediocres guiones de película, nos dice de manera directa, cínica y sobretodo honesta, su sentir por sus cuatro hijos y su esposa: ellos son los culpables de no tener inspiración a la hora de escribir. Pero es la llegada de un enorme perro, al que toda la familia cree que Henri fue quien lo llevó, pues le acababan de matar a uno; la que hace que la familia se vaya y deje la casa en paz al menos una noche, es ahí que Henri se da cuenta del gran poder que tiene el perro. Pero es a partir de ese acontecimiento, y el valor de victoria que para él significa ese enorme perro, y el porque es que ama tanto a los perros y lo que lo hacen recordar de su infancia, es que el sueño de Henri se va haciendo realidad, ya fuera porque las cosas encuentran su cauce en la vida, o porque sus hijos empiezan a rebelar una identidad que incluso ellos desconocían de sí mismos, y así como Henri, a su particular manera empieza a sentir el vacío que le hace bien para escribir, pero le va quitando sentido a lo que él creía, no es hasta que Cécile lo deja, que él opta por volver a escribir de verdad, tentando y yendo en contra de su propia naturaleza, dándole a su novela un final feliz, en vez de ser honesto, pero es entonces en el momento que él vuelve a ser honesto, que la ficción se cuela en su realidad, es entonces que el sueño de volver a Roma se hace realidad.


La película tiene varios valores que a mí me parece a bien desmenuzar y puntualizar porque es una película muy destacada, pero los quiero puntualizar más que nada por un motivo: la película no empieza de manera muy sólida. Se nos presenta, como ya lo comencé al principio, con un monólogo en voz en off del protagónico, pero no hay mucho a destacar en esta presentación, salvo la presentación, que a la larga sería importante de este personaje. Y así la primera tercera parte de la película es mostrada más como una comedia muy enredosa, con sus momentos buenos y sus momentos malos; pero conforme va avanzando, y sus personajes se van mostrando, es que la película empieza a tomar forma, en concreto, cuando los hijos se empiezan a ir, no es que haya habido un plan por parte de Henri, pero parece celebrar cada ida, y la celebra me parece por dos razones, la primera, porque así ya podrá sentir paz, esa paz que no ha sentido luego de 25 años; y la segunda, porque ve por fin a sus hijos crecer y no ser dependientes. Pero en cada despedida, aún con el grado de resentimiento que algunos de sus hijos puedan sentir por él, ellos le muestran que nunca lo ignoraron del todo, que al final, aunque no haya estado tan presente, le agradecen que hubiera estado y lo que hizo por ellos, es ahí que empieza a ver un cambio en Henri, pero no me adelanto, este punto quiero exponerlo al final.

Hay un valor técnico que no puedo dejar de mencionar porque en realidad me pareció sorprendente. Hay un movimiento de cámara que me pareció más que espléndido, esto aunado al muy atinado trabajo en el diseño de arte y todo lo que esto concierne (una paleta de colores finísima y una fotografía [sobretodo la de las sombras de Henri] deslumbrante). La música original compuesta por Brad Mehldau, es una pieza que en su sencillez radica su mayor belleza (incluso, por muchos momentos me recordó a la música de la gran película argentina El mismo amor, la misma lluvia de Juan José Campanella), verdaderamente un agasajo que jamás estropea ni el ritmo de la película, ni la trama.

Bien dicen que no hay arte sin un artista detrás de este en un estado visceral, y esta película es una muestra perfecta de ello, pues Yvan plasma en un guion co-escrito con Yael Langmann y Dean Craig, adaptado de la novela "Al oeste de Roma" de John Fante, mucho de sí. Partiendo por el hecho de que la protagoniza al lado de su mujer en la vida real: Charlotte Gainsbourg, con quien lleva casi 30 años de relación, y con quien tiene tres hijos, uno menos que en la película (cabe aclarar que no es la primera vez que trabajan juntos en una producción). A Charlotte la vemos más encantadora que nunca, con momentos buenos y malos, pero hay sobretodo uno más que destacado, que es cuando le dice quién es el que saboteó todo en la vida de Henri. En la película también aparece su hijo mayor en la vida real como su hijo mayor en la película, que curiosamente es el primero que se va, y así sucesivamente pasa con todos los hijos.

La forma en que se nos va mostrando el cambio de Henri es de manera casi imprevista, no hay como un sesgo de su cambio de actitud, de hecho, en el sentido figurado, jamás la hay, nada más hace falta ver el final de la misma, pero sin embargo claramente la hay, es sólo que no está presentada de manera edulcorada como en las comedias americanas, no hay pasar de un oscuro general a toda la gama de colores, no es pasar de la tristeza, la depresión y lo patético, a la gran felicidad, más bien la película ahonda y presenta un gris general y de qué manera, un personaje que al final, cuando narra a su editora el final honesto de su novela, nos muestra ese cambio, cómo en esencia no cambia, pero las cosas que creía lo hacían infeliz y lo importunaban, en realidad eran las que le daban sentido a su vida, uno no puede más que empezar a sentir empatía por este personaje, y que se merece ese final feliz que escribe en su novela, porque al final de cuentas, todos esperamos eso, y se los dice alguien que vive solo y es, de cierta manera, escritor.





sábado, 2 de noviembre de 2019

"Todas las veces que he muerto"


Según yo,
ya he muerto tres veces.
La primera:
fue una noche de fiebre, tuve una pesadilla horrible
en la que una roca me devoraba.
En aquella ocasión empecé a escribir un cuento
que jamás terminé.
La segunda:
fue en un viaje de Cabo San Lucas a Todos Santos
me quedé dormido y mi primo trató de rebasar.
Y la tercera:
de esa aún no me acuerdo,
pero cada vez que alguien habla de inyecciones e inviernos
me duelen los glúteos.



Altar a Rosaura Zapata.




Altar a Francisco Toledo.



De perfil No. 1

De perfil No. 2

Altar a "La Grillito", personaje popular de la ciudad.

Altar a Elena Garro.

El desprender del alma.


 Siete caídas sufrió el elote de mi mano
antes de que mi hambre lo encontrara,
siete veces mil veces he muerto
y estoy risueño como en el primer día.
Nadie dirá: no supo de la vida
más que los bueyes, ni menos que las golondrinas.
Yo siempre he sido el hombre, amigo fiel del perro,
hijo de Dios desmemoriado,
hermano del viento.
¡A la chingada las lágrimas!,dije,
y me puse a llorar
como se ponen a parir.
Estoy descalzo, me gusta pisar el agua y las piedras,
las mujeres, el tiempo,
me gusta pisar la yerba que crecerá sobre mi tumba
(si es que tengo una tumba algún día).
Me gusta mi rosal de cera
en el jardín que la noche visita.
Me gustan mis abuelos de Totomoste
y me gustan mis zapatos vacíos
esperándome como el día de mañana.
¡A la chingada la muerte!, dije,
sombra de mi sueño,
perversión de los ángeles,
y me entregué a morir
como una piedra al río,
como un disparo al vuelo de los pájaros.

Fragmento de "Algo sobre la muerte del mayor Sabines".



domingo, 8 de septiembre de 2019

Tío Yim / América / M.






Tío Yim

Ópera prima de la directora Luna Marán, en la que expone de manera muy emotiva el retrato que tiene de su padre desde lo que fue su infancia, hasta el como ve la gran figura de su padre y su madre ahora de grande de vuelta a su casa en Guelatao de Juárez, en el estado de Oaxaca. No sólo es y se siente propia su forma de retratar el documental, también lleva una emotividad que no se resguarda con melodrama barato o se hace valer de empalagosa narrativa, es un poema visual en el estricto sentido de la palabra de la vida de su multifacético padre con la crudeza que debe tener de todo lo que él logró en su vida como voz de una comunalidad y todo el activismo por sus raíces y su tierra, antes de caer en el vicio, antes de que Luna se separara del núcleo familiar, en un tiempo en el que Jaime Martínez Luna cantaba, componía, creaba bosques; aunque hoy día no lo creería si no fuera por su memoria y la de los demás.

Luna no sólo es el ojo a través de la cámara que presencia todo como testigo fantasma del recuento de información y del excelente material de archivo conseguido, Luna también es narradora y protagonista junto con sus hermanos, pero sin regodearse de su propia presencia, en ningún momento se nota ni se adueña por derecho el mote de querer protagonismo, aunque de alguna manera lo tiene, y se agradece, porque vuelve al documental más humano. El ensamble de sus tomas con cámara en mano siguiendo a su padre, o sus tomas fijas grabando a su madre mientras canta, y de los diferentes formatos del material de archivo que utiliza es de una calidad que hay que destacarse.

Una peculiaridad que tienen las óperas primas de muchos cineastas tanto de ficciones como de documentales, es el hecho que utilizan una historia o muy personal, o algo que conocen bien o de lo que se sienten parte. Luna literalmente toma la figura de su padre y lo hace de una forma más que digna, en la que uno ve todo el tiempo a una persona real, por muy pintoresca que esta sea, y lo muestra como pocos cineastas logran hacerlo, ya sea en la ficción o en el documental. Este es un trabajo al que no hay que dejar de echarle el ojo cuando se tenga la oportunidad, como yo la tuve hace unos días que estuvo disponible en FilminLatino, por lo pronto ahora sólo se podrá ver en su andar por festivales.








América.

Documental mexicano del año 2018 dirigido por Erick Stoll y Chase Whiteside. El documental retrata la vida de tres hermanos del estado de Colima que deben regresar a casa luego de que su padre cae en la cárcel por aparente maltrato a la abuela de los mismos, una anciana llamada Améríca de 94 años, para ellos encargarse de ella.

Los tres se dedican al arte circense, por lo que se logra apreciar en las rutinas que ejecutan cuando tienen tiempo libre en la casa, y vemos como durante este tiempo de espera en el caso de su padre se encargan de América con la complejidad que esto requiere. Vamos notando durante todo el documental cual es la naturaleza de cada uno de los muchachos y su actitud ante la situación. Vemos a el mayor de ellos más escéptico y alejado de la situación de la abuela, aunque siempre colaborativo cuando se le necesita, y el ingreso económico de la familia. El más impetuoso de ellos, el hermano de en medio, que es el más apegado a América, que es quien siempre le habla, la abraza, canta con ella; y el tercero, quien seis meses después se les une, pareciera trae más problemas por su propia naturaleza jovial al querer exigir a América mas de lo que quizá ella puede.

El documental tiene cierto grado de honestidad que uno lo ve como un trato demasiado fuerte a la realidad, uno no queda indiferente ante lo que ve en pantalla, desde la relación entre los hermanos, como las escenas donde vemos las dificultades que tiene América en una edad en la que las personas mayores tienen accidentes tanto fisiológicos como mentales, vemos el real compromiso de los directores ante la historia, y como la intimidad que muestran raya de cierta manera, que su trabajo bien podría causar controversia o un debate bastante polémico ante que si y que no se debe mostrar a la hora de realizar un documental como este; a mi parecer lo hacen de una manera muy respetuosa, sin artificio ni manipulación, y además utilizando recursos visuales bastante apropiados en escenas que involucran a América, y la situación cuando en todo momento y toda hora están retratando algo importante en el viaje que les llevó este documental, que es de dos años y medio (al menos en lo documentado, quizá la realización entre la pre y la pro haya llevado alrededor de 5 o 6 años, que es lo que tarda en promedio una producción documental e independiente en México).

Cabe destacar que aunque no se conoce y no se da a entender por parte de la producción de Ambulante (quienes distribuyen el documental por todo el país) como es que llegaron un par de jóvenes directores norteamericanos a esta historia, y como logran empatizar y retratar este documento de manera tan fidedigna que uno creería que conocen nuestra cultura muy profundamente. Se sabe que ambos directores han realizado muchos cortometrajes de corte informativo sobre salud pública del gobierno de Estados Unidos (del gobierno de Barack Obama en particular), como en otras partes del mundo a través de programas de la ONU y demás instituciones y organizaciones.

Otros importantes temas se ven retratados en el documental van desde el sistema tan inepto que tienen las dependencias de salud y seguridad social del estado en cuestiones del criterio ante las atenciones hacia los adultos mayores, la corrupción que hay en el sistema judicial en todos sus niveles de gobierno, y los abusos por parte de quienes representan o pretenden brindar ayuda a quienes llevan un proceso penal, tanto para quien lo vive desde el interior de un reclusorio, como para sus familias afuera, y quizá el más importante: el abandono por parte de los hijos a sus padres mayores, y lo que sufren estas personas cuando las familias ya no quieren hacerse cargo de ellas y los dejan en condiciones inhumanas o en asilos donde pueden sufrir malos tratos. Esta historia termina básicamente con los dos nietos menores de América haciéndose cargo de ella hasta el final de sus días dos años después, luego de que el padre al salir de prisión decide no cuidarla más porque quiere otra cosa para su vida (lo cual al momento de ver el documental nos hace cuestionarnos si en realidad lo encarcelaron injustificadamente o no) y el nieto mayor que tiene otros planes al lado de su novia.

El final del documental es desgarrador, es muy bello y a la vez doloroso, pero es el final que todos vamos a tener.

América es hasta ahora el mejor documental que he visto en el año. En un año en el que, como ya lo he comentado antes; he visto muchos documentales.






M. de Eva Villaseñor: el efecto ráfaga que se mantiene real.

M. es el segundo largometraje documental de la directora Eva Villaseñor en el que retrata la vida de su hermano Miguel Ángel Villaseñor, y su lucha contra la adicción a las drogas, quien es un reconocido exponente del género rap en Aguascalientes a nivel local y nacional.

En el documental Eva retrata a su hermano desde sus inicios, su compromiso con la contracultural en el estado, y como eran las cosas en el pasado cuando, como el propio Tanke lo dice en el documental (el seudónimo de Miguel Angel en la escena musical) Aguascalientes era un estado mas de provincia con pocos crímenes, poca delincuencia, y sin tanto trafico de drogas ni amenazas para los jóvenes como están las cosas en esta última década.

Cualidades que se ven en el documental y que lo hacen único a mi parecer en el grupo de documentales que la temática musical como M, (que los hay varios, desde el mas contemporáneo y mediático Somos Lengua de Kyzza Terrazas, hasta Mexicanos de bronce de Julio Fernández Talamantes) es que Eva le da un lenguaje único, así como lo es la historia que plasma. Estas tomas flash, o momentos ráfagas que se pueden interpretar como momentos en los que Tanke estaba bajo la influencia de las drogas pero que no quería exponerse tan literal, es un recurso muy valioso y que se puede entender perfectamente. La cámara en mano todo el tiempo llevada por Eva en la que siempre va siguiendo a su hermano, quien es en único protagonista, y sus perros que son muy importantes para el y que bien podrían ser una representación de él mismo, pues como él mismo lo dice: son chaparritos, bonitos, pero si los provocas son una bestia por dentro. Sólo en un par de ocasiones aparece su mamá, y ella (hacia la parte final, quizá la mas emotiva del documental). Personajes llegan a aparecer esporádicamente pero en una sola ocasión. Todo él documental es sobre M, y su constante lucha no por vivir, sino por sobrevivir.

Otro gran logro de parte de Eva es evidenciar lo endeble que es el vivir en este mundo de las drogas, como el testimonio de su hermano es tan real, cuando habla de su carrera truncada y los amigos perdidos en el camino por las drogas, desde los que están encarcelados, los que están en la delincuencia organizada, o los que suicidaron por perderlo todo y ya no poder vivir sin poder drogarse, todo lo que documenta Eva de manera muy rudimentaria le da al proyecto una proyección muy real, nada artificiosa, así como el material de archivo del que se sirve para mostrar el carácter y los problemas en los que solía meter su hermano siendo el Tanke y no Miguel Ángel, ese que escribía en 7 horas todas sus rimas pegado al foco o al crack.

El documental tuvo paso triunfante por varios festivales del país como lo es el de Morelia, el de Guanajuato, el del Nuevo Cine Mexicano en el estado de Durango, en el FICUNAM, y otros más en el extranjero; además de haber estado nominado en la pasada premiaciones de los A rieles a lo mejor del cine nacional, optando por lógica, por el galardón al Mejor Documental.

M. nos ofrece una mirada honesta sin sentirse en ningún momento empalagosa o como un sermón; es simplemente un retrato, tal cual, de una persona a la que Eva ama y que es importante en su vida; y logra llevarlo magistralmente, con las carencias jugando a su favor, a la retina de los espectadores que encuentra a su paso.


lunes, 22 de julio de 2019

Frases de drexler.






En tren con destino errado se va mas lento que andando a pie.


Hay quien dice que el camino te enseña cosas, yo no lo sé.


No hay tiempo perdido peor que el perdido en añorar.


Conozco esa carretera como a tu cuerpo en la oscuridad, porque sólo conozco deberás lo que una vez tuve que añorar.



Añoro esa lejanía como a mi propia felicidad, aunque a veces se añora en la vida algo que nunca llegó a pasar.


Por la misma senda que el amor abrió la pena camina.


Pero el tiempo pasa y el dolor también te enseña el camino.


La guerra y la vanidad comen en la misma mesa.


A mi me basta con una de tus miradas.



Siento que no tengo nada cuando no tengo tus besos.


Todo dura nada.


¿Quién quiere estar girando por siempre mirando su ombligo?


¿Qué habré hecho yo de bueno para que la vida crea que yo te merecía?


Este es tu sitio, esta es tu taza de café. No digas nada, dices con la mirada más de lo que crees.



No creo en la eternidad de las peleas, ni en las recetas de la felicidad.


Yo llevo tu sonrisa como bandera.


No es la luz, lo que importa en verdad son los 12 segundos de oscuridad.


De poco le sirve al navegante que no sepa esperar.


Pie detrás de pie, no hay otra manera de caminar.


Todas las versiones encuentran sitio en mi mesa.


No quiero que lleves de mi nada que no te marque, el tiempo dirá si al final nos valió lo dolido. Perderme por lo que yo vi, te rejuvenece.



Cuanto te quise, quizá, seguirás sin saberlo.


La fidelidad, brumosa palabra.


Tantos planes, tantos planes vueltos espuma. Tú por ejemplo tan a tiempo y tan, inoportuna.


Que raro que seas tú quien me acompañe, soledad. A mi que nunca supe bien como estar solo.


Las lagrimas van al cielo y vuelven a tus ojos desde el mar. El tiempo se va, se va y no vuelve.


Y aunque parezca mentira, tu corazón va a sanar, va a sanar y va a volver a quebrarse, mientras le toque pulsar.



Y nadie nace sabiendo que morir también es ley de vida.


Todas las horas, todos los besos, cada recuerdo que fuimos echando en el fuego. Un día tal vez darán calor.


Y esta canción que se disipa en el viento, como señales de humo, busca un cielo en que la leas tú.


Ya hacíamos música muchísimo antes de conocer la agricultura.


No tenemos pertenencias, sino equipaje.



De ningún lado del todo y de todos lados un poco.


Buscábamos oxigeno, encontramos sueños.


Si quieres que algo se muera, déjalo quieto.


Aunque todos creen que han inventado algo, siguen siendo las mismas las canciones.


Bésame ahora antes que diga algo completamente inadecuado.



Prefiero una noche entera en vela a tener el alma en vilo.


Prefiero lamer después mis heridas a que tu amor pierda filo.


El tiempo que todo lo cura, también todo lo derrite.


Aprendimos a abrigarnos midiéndonos con el hielo. y le fuimos dando nombres, dijimos: piedra de cielo. Y el planeta tiritó siete mil generaciones, pasando del agua al hielo y del frío a las canciones.


Soy un pescador de sueños, soy un catador de auroras, no cuento más que con mi empeño y esta pluma voladora.


Dejando en la hoja en blanco, cicatrices que el tiempo imprime.

viernes, 15 de marzo de 2019

miércoles, 4 de julio de 2018

Color Violeta.


-Háblame de ella. ¿Cómo era?






Cuando uno tiene nueve años cada juego es divertido,
mágico,
tanto para el que lo juega, como para quien lo imagina
tanto lo es, que no se puede repetir algo igual
pero el juego que me hacía jugar Violeta era el más raro de todos,
y sin embargo,
el que más me gustaba jugar, quizá porque era el que menos yo entendía en aquellos años.

Era la mejor amiga de mi hermana,
ellas tenían quince años
yo era el chaperón más molesto por aquel entonces
no por la hiperactividad
sino por mi fantasmagórica presencia
ni mi corpulento cuerpo podía contra mi introvertida personalidad
"Mustio" me llamaba Violeta.

Tenía el cabello en forma de cazuela,
como un hongo,
era flaca y blanca como un alfiler
quizá de ahí su atracción hacia mi.

No había protocolo de iniciación
y este juego era el único que siendo exactamente siempre igual, me causaba las mismas sensaciones
sensaciones que un niño de nueve años difícilmente puede procesar:
nervios,
miedo,
temor,
excitación,
palpitaciones,
yo en aquellos años no sabía como llamarlas
años después supe que mucho antes ya había sentido un puro y profundo placer con ella
mientras me pedía que le besara el cuello mientras se desnudaba y me tocaba

Mi mano en su pubis
sus costillas expuestas
y si no fuera por una foto en la que aparece de espaldas, y otra de su hermano a mi lado
creería que años de mi vida se me han ido recordando un sueño
cuando una mañana de la nada desapareció sin dejar rastro.

Hubo un larguísimo periodo en el que su presencia no fue removida de mi memoria
hasta que descubrí lo que aquel juego era
no les voy a negar que años después mientras algún encuentro en alguna vieja taberna me llevaba al cuarto de algún motel con cualquier desconocida,
la borrosa imagen de Violeta y su pelo
arrebatar a la memoria yo conseguía.


jueves, 10 de mayo de 2018

Diez.


Hoy hace un año fue la última vez que nos vimos, la última vez que pude besar tus labios, antes de que emprendieras el viaje que emprendiste y ahora realizas con tu vida y de la cual yo ya no formo parte, como páginas arrancadas de un viejo diario de secundaria, y prometí que así sería; no por orgullo, no por egoísmo, no por lo que tú llegaras a pensar si seguía ahí al pendiente de ti, como esperando un paso en falso de alguien para volver a empezar, sino por el hecho de darte la oportunidad de que fueras completamente feliz con alguien más que te brindara todo, y tú sabes que no hablo de lo material, porque sé que a ti jamás te importó lo material, sino eso tan lindo que tú me brindabas, tan valioso para mi que con lo poco que compartíamos yo me sentía el hombre más feliz y más realizado del mundo: tiempo. Y si te dejé ir es porque sabía precisamente que nuestras necesidades de eso era completamente diferente, mientras yo necesitaba muy poco, sabiendo que era intenso, sincero y real, tú necesitaba completamente de este recurso, y yo sabía que conmigo no lo ibas a encontrar, por eso entendí que tu quisieras hacer aquello que nos ha mantenido distanciados.

Y aunque ha sido duro y difícil hacerlo, y no tienes una idea de lo cruel que fueron los primeros días de eso, no poder ni siquiera escribirte aunque no me leyeras, aunque tu recuerdo se reflejaba de a poco en algunas ficciones de este que es mi refugio, aun de vez en vez siento que muero un poco cada noche que te hago el amor sin hacértelo en mis sueños. Pero supe guardar distancia, y si lo hice hasta ahora fue porque te veía en la distancia bien, feliz, sin más yagas en tu mirada por los errores pasados; y con esto no trato de decir que ahora que por fin vuelvo a escribirte se deba a que ya no vea ese bienestar en tu vida, es simplemente que como alguna vez te lo dije, algunos somos masoquistas y aprendemos muy tarde la lección, y aun sigo buscando mi camino, aunque la verdad sé que ese se revelará el día que por fin me aleje del todo del tuyo y deje de verte para siempre. Aunque si eso llegase a pasar en los próximos días, sabes que siempre estaré para ti, aunque no esté.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Durazno.


-¿En qué piensas?
//Le preguntaba ella a él mientras los dos estaban sentados en el mismo café, su favorito. Ella tomaba una cerveza justo después de haber acabado su postre, él un café irlandés muy caliente. Él miraba hacía afuera, la ventana estaba cerrada, afuera llovía a cantaros, él sonreía y miraba no sé qué allá afuera, ella también sonreía mientras lo miraba a él. Esta es la única vez que leerán a su amigo el narrador así que los saludo y me despido.//
-Nada en especial, recordaba aquel viaje que hicimos a tu pueblo natal. ¿Lo recuerdas?
-Claro que lo recuerdo. Como olvidar aquel viaje, esos días que pasamos juntos. //Ella soltó la cerveza y tomó las manos de él, frías, a pesar del café.//
-Estaba recordando mas que el destino, el viaje. Me acordaba cuando fuiste al baño poco después de salir del paradero en las montañas. Recuerdo que había un par de jóvenes que iban dos asientos adelante de los nuestros, y recuerdo que se iban besando como ese par de jóvenes de La Gran Belleza. ¿Recuerdas cuando fuimos a ver esa película al cine?
-Como olvidarlo, recuerdo que lloraste cuando terminó.
-Recuerdo que mientras veía a este par de jóvenes por la rendija entre cada par de asientos, sentía como si estuviera viendo algo que no debería de ver, como si hiciera algo prohibido; como Breotodeou espiando a su tía tras aquel orificio tapado con aquella estampilla de aquel jugador de fútbol, veía la tersa piel de la joven, y esto hizo acordarme de otra cosa.
-¿Qué cosa?
-De la primera vez que estuve con una mujer. Recuerdo el momento perfecto, recuerdo como ella me miraba con aquella mirada que nunca me había mostrado mientras se quitaba la camiseta del uniforme, después su sostén, yo empecé tarde el proceso de despojarme de mi indumentaria porque no quería perderme ningún detalle de aquel momento, por muy pervertido que me hubiera visto. Cuando empecé a tocar sus costillas ella se echó a reír al no creer que prefiriera tocar primero sus costillas que sus senos, la verdad es que me moría de ganas de tocar sus senos desnudos, pero había algo en esas hendiduras que crean las costillas que no me pude resistir, podría decir que lo hice sin darme cuenta.
-Y aun lo haces.
-¿Qué cosa?
-Dedicarle mas tiempo a las costillas que a los senos.
-¿En serio?
-Si.
//Él sonríe// El caso es que cuando dejé las costillas al verme en descubierto mis labios al mismo tiempo que mis manos se dirigieron a sus senos, a esa parte tan tersa y tan especial en la mujer. La besé, la llevé a mi boca no sé cuantas veces, después cuando su falda y mi pantalones yacían como una parte mas del piso recién trapeado de aquella habitación, no dejaba de ver sus senos, y sus pezones, y justo en ese momento, durante todo el tiempo en que estuvimos haciendo el amor, no dejaba de pensar en una sola cosa.
-¿En qué?
-En duraznos.
-¿En duraznos?
-Si.
-Y eso que quiere decir.
-En su momento supongo que no lo entendí, suponía que se debía al hecho de la piel erizada de sus senos cuando tocaba sus costillas, esta semejaba la piel tersa de los duraznos, o incluso al hecho de que tenia mucha hambre. Pero hasta hoy creo saber porque pensé en aquella fruta.
-¿Por qué?
-Por ti.
-¿Por mi?.
-Si. Siempre he creído, y cada vez lo voy corroborando más, de que en esta vida nada es casualidad, y nada es accidente, y si eso es, es una casualidad bastante bien elaborada. Recuerdo que al ver aquella pareja de jóvenes, y al acabar de recordar este recuerdo, tú llegaste del baño recitándome algo de Benedetti, me dijiste: "Cinco minutos bastan para imaginar una vida, así de relativo es el tiempo", jamás supe porque me lo dijiste, pero es como si supieras que estaba creando algo, o recordando algo, o imaginando algo. Ahora dime: ¿cuál es tu fruta favorita?
-Lo sabes, me acabo de comer una rebanada de pastel con esta fruta. El durazno.
-Lo sé. ¿Sabes a qué edad perdí mi virginidad?
-A los quince años.
-¿Cuántos años cumplimos hoy de casados?



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Aunque este texto en realidad no lo escribí yo, pues en realidad se lo atribuyo a el alma que se apodera de mis manos en las noches que no puedo dormir, hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto participar creando algo.
Este texto ya tiene tiempo que lo escribí, no lo había publicado porque a raíz de este escribí una serie de poemas que espero en su momento poder publicar por aquí.

viernes, 1 de diciembre de 2017


Creo que ya lo has decidido.
Lo habrás pensado demasiado.
Será que me quedé dormido,
y que esta vez no está en mis manos.
Te quiero decir que pierdo medio kilo en cada beso.
Te ruego que me dejes en los huesos.

Sabes que no me has convencido.
Creí que estabas de mi lado.
Y todo lo que me he perdido,
por todas las que no has estado.

Te quiero decir que nunca te he mirado tan de lejos,
que nunca había sido tan honesto,
que no he guardado nada para mí.
No voy a mentir, prefiero que me dejes con lo opuesto,
a darme cuenta que no fue perfecto.
Hazlo por ti.

Déjame que te siga en la distancia.
Engáñame, y que vuelva la esperanza.
Es un trámite, no creí que fuera a ser tan típico.
Vete, olvídame, y recuerda lo que fuimos alguna vez.
Ahora sólo quedo yo mirándonos caer.

Será una gota en el diluvio.
Un buen final estropeado.
Un inocente fugitivo.
Un monumento ya enterrado.

Te quiero decir que nunca te he mirado tan de lejos,
que nunca había sido tan honesto,
que no he guardado nada para mí.
No voy a mentir, prefiero que me dejes con lo opuesto,
a darme cuenta que no fue perfecto.
Hazlo por ti.
¡Hazlo por ti!
Vuela los puentes, vuelve a salir y entra de frente.
Déjalo así, nunca pensé que fuera fácil.
¡Hazlo por ti!
Aprieta los dientes.
Mucho pedir y no es suficiente.
Déjalo así, y hazlo por ti.

Déjame que te siga en la distancia.
Engáñame, y que vuelva la esperanza.
Es un trámite, no creí que fuera a ser tan típico.
Vete, olvídame, y recuerda lo que fuimos alguna vez.
Ponlo todo del revés, castígame.
Dame cuerda, llévame hasta el límite.

Sólo quedo yo mirándonos caer.
Sólo quedo yo mirandonos caer.
Sólo quedo yo mirándonos caer.
Sólo quedo yo mirándonos caer.

A Ghost Story



Playlist de La Casa.


Pocas veces hago esto, si; esto de compartir la música que me acompañó a escribir una historia que me llevó tanto tiempo como la casa, porque vamos, con lo melómano que soy en ese periodo fueron un sin fin las canciones que pasaron por mi smarthphone. La cuestión es que de todas esas canciones que escuchaba en los cafés que me sentaba a escribir esta historia, fueron muy pocas las canciones que se lograron colar, meter, o que resaltara o yo recuerde en especial mientras escribía algo.

No los entretengo mas y se las dejo. Cual mago enmascarado que revela sus trucos.

P.D. Odio a los magos que revelan sus trucos.
















miércoles, 8 de noviembre de 2017

Loreto: El amigable pueblo con mar de Baja California Sur.


Regresar a Loreto, dedicar aunque fuera un par de días del año a visitar un lugar que es tan especial para mi corazón desde la primera vez que vi las aguas de este lugar, era un deseo que tenía muy fuertemente desde hace un par de años, por fin este año, agarrando de pretexto la presencia de una de las personas que yo mas amo en la vida, (persona la cual siempre nos sirve de pretexto para viajar la cual comparte conmigo el amor por viajar) por fin pude volver.

Mi amor por Loreto tiene historia, (y les juro que no es por la telenovela de Televisa) la cual indirectamente ustedes ya conoce. Loreto es el lugar que me inspiró, o mejor dicho el lugar que inspiró donde se desarrolla mi primera novela, y el amanecer en este lugar (sólo una vez llegué a pasar una noche en este pueblo antes de este viaje) y el conocer a una chica nacida en este lugar, aunque no la conocí en este lugar, me hizo empezar a escribir lo que yo pretendo que algún día se llegue a convertir en mi segunda novela. (De la cual ustedes conocen varios fragmentos, los que publiqué con el nombre de Esnelia y La Chica del Muelle) Pero dejemos de hablar de mi historia personal y adentrémonos un poco a la historia de Loreto como tal.

Loreto es el segundo Pueblo Mágico de Baja California Sur, junto con Todos Santos, el cual se encuentra surcando la Carretera Transpeninsular, la carretera No. 1 de México, el cual se encuentra a 356 km. de la ciudad de La Paz por la carretera, un pueblo relativamente pequeño con un número de habitantes entre 15 000 y 17 000 personas (en esto la gaceta local no nos dio preciso el dato) a la orilla del mar con un clima, aunque caluroso, suele ser un poco mas fresco que el del sur del estado, por su aproximación tan cerca al mar, por su malecón tan a la altura de la ciudad, por su protección de la Sierra de La Giganta, por que parece un oasis mismo en medio del desierto.

Yo conocí a Loreto por viajes de trabajo, alguna vez ya les había hablado al respecto, y en mi siguiente publicación les hablaré a detalle del preciso instante en el que yo decidí que este lugar sería protagonista de mis ficciones, pero como ya lo mencioné eso vendrá después ahora quiero hablarles de este viaje en especial.

El viaje, se planeó de la nada, o no de la nada, ya estaba planeado hacerse, pero por motivos personales decidimos de un momento a otro que se adelantara un día, e hicimos maletas en cosa de minutos y cargando la camioneta con algo de comida, víveres y tienda de campaña (inicialmente teníamos pretendido dormir a la orilla del mar, lo cual no llegamos a hacer) partimos a la ruta. De modo que saliendo no tan temprano, ya algo tarde, y después de un contratiempo que tuvimos con el vehículo a causa de un tramo de terracería que había en la carretera por obras de mantenimiento en Cd. Constitución, pequeña ciudad que se encuentra 200km. después de La Paz (conocido por los lugareños como El Valle de Santo Domingo) después de unos minutos volvimos a tomar ruta y cerca de 30km. después, al llegar a Cd. Insurgentes, (también conocido como La Toba) pequeño pueblo, con aspectos muy parecido a mi Durango (Cd. Constitución en primavera e invierno también es muy similar a Durango en eso del clima, en primavera mucho viento y "polvadero" y mucho frío en invierno) antes de tomar carretera a Loreto, recargamos gasolina y entre 7 y 8 de la tarde, antes de llegar al Mirador Frida, donde se logran apreciar varias de las islas que conforman al Parque Nacional Bahía de Loreto, el cual es una área natural protegida y patrimonio de la humanidad por la UNESCO, además de que esa noche nos tocó parte del atardecer y la caída del sol, además de una luna casi llena maravillosa, majestuosa y hermosa, una vista maravillosa, de esas que no olvidas en toda tu vida.

Llegamos al pueblo, sin itinerario, la noche nos había caído y no nos animamos a quedarnos en la playa, ya que de todas las cosas mas necesarias que se necesitan para acampar en una playa completamente a oscuras, fueron las lamparas, así que empezamos a buscar algún hostal o motel-posada, para nuestra fortuna no tuvimos que buscar tanto y encontramos uno muy tranquilo y de coste muy bajo, no pensamos dos veces para decidir quedarnos en el lugar, además de que nos quedaba muy cerca del malecón (sólo un par de cuadras y media) y del primer cuadro del pueblo, justo en el centro histórico, donde están todas las tiendas de artesanías, restaurantes, galerías y el hermoso templo jesuita que caracteriza al pueblo. Hicimos un primer recorrido de noche, caminamos por el corredor turístico, no sin antes cenar como los locales, en un pequeño puesto de "hates" y hamburguesas mientras veíamos desfilar a los niños disfrazados de monstruos (se me olvidó mencionarles que era Halloween, o sea que pasamos Halloween, el día de Todos los Santos, y el Día de Muertos en el lugar) a los cuales les tomé algunas fotos, y aquí es donde volví un poco a recordar porque este pueblo es tan especial para mi, porque lo amo tanto, la gente con una sonrisa, les tomaba fotos y los niños me decían adiós mientras las mamás sonreían, eso si lo hubiera hecho en alguna ciudad cualquiera los niños se habrían asustado, o los padres se habrían enojado, otra cosa que me gustó del lugar era que todos los niños iban acompañados de sus padres, y eso es algo que no he visto yo en las dos ciudades donde he vivido, por mucho que me digan que antes las cosas eran distintas y que la inseguridad no era tan alta como ahora, me gustó, o mejor dicho yo lo interprete como que las familias en este lugar son mas unidas, bueno, dejando de lado lo de la cena y las fotos a los niños de Halloween, nos fuimos a caminar y yo a tomar fotos como poseído por el corredor del pueblo, vimos a la misión de nuestra señora de Loreto, la cual alberga a la Virgen del Pilar, edificación que data desde 1697 siendo testigo de la fundación del pueblo en 25 de octubre de ese año (haber viajado una semana antes habría significado haber pasado las fiestas de fundación de la ciudad, pero para esa fecha la persona por la cual quisimos viajar no estaba aquí) el corredor adornado por arboles con una forma que parece hacen la figura de un túnel en su entrada, después de pasear y entrar a ver tiendas de artesanías y pasar por galerías de pintura, llegamos a una iluminada y llena de gente plaza principal, la cual tiene un kiosko pequeño (incluso mas que el de Todos Santos) y el palacio municipal de gobierno, todavía luciendo listones rosas por en símbolo de la lucha del cáncer de seno (el cual se destina el mes de octubre en México para tomar conciencia y difusión de esta lucha) había un par de altar de muertos, pero destruidos, pasamos unos pequeños segundos en el lugar, mi cámara para este momento, y con ella mi celular se habían descargado completamente, por el hecho de haber salido tan de repente de casa y haber dedicado parte de la mañana antes de salir a tomar fotos (quizá les comparta algunas de esas en mi IG, quizá) pero la verdad, estaba tan maravillado, una, de ver todo lo que mis ojos miraban de noche en Loreto; dos, caminar, aunque fuera muchas veces a la distancia al lado de personas que realmente quiero y verlas maravillarse tanto de un lugar que yo amo tanto, es algo que no tiene precio. seguimos caminando y ha nuestro paso entre otras cosas más nos topamos con algunos personajes, muchas caras amables que nos saludaban, para mi sorpresa, o la verdad es que no tanto, la mayoría de estas caras eran de propios, lugareños, hermanos, que de extranjeros, de lo cual les hablo mas adelante, nos topamos con uno de los tres murales que tiene en estas latitudes Ulises Martinez, (Uli Mtz) muralista del cual muchos de ustedes sabrán yo admiro su obra. Y una vista del malecón que tanto tanto amo.


El segundo día por la mañana, desperté muy temprano, después de dormir agustísimo, salí con mi hermano menor a tomar algunas fotos del malecón ya con sol y del corredor y de la iglesia, llegamos de nuevo al hotel poco después de una hora, (aunque en realidad no caminamos tanto, la cámara no me dejaba caminar mucho de tantas fotos que mis ojos querían tomar y tantos detalles que me pedían inmortalizar en datos) bebimos café cortesía del hotel, salimos al malecón a caminar un rato con toda la familia y luego de decidir que ese día si acamparíamos y encontraríamos una playa bonita, asesorándonos con la señora del hotel, nos fuimos a almorzar a una fondita de comida mexicana y decidimos irnos a visitar la misión de San Javier, en el pequeño poblado de San Francisco Javier, pero de eso también les hablaré en otra publicación.

No quiero hacerles muy largo el cuento, quizá para terminar podría comentarles ciertas cosas muy generales, como el hecho que después de llegar de San Javier nos fuimos a la playa del malecón, la cual era de arena color terroso, no blanca como las playas del sur, pero tampoco negra como la de Santa Rosalia, comimos pescado en un restaurante de la calle principal del pueblo, pero la verdad no estaba tan bueno, compramos algunos souvenires, seguimos caminando, y tan cansados estábamos de la caminata del día que decidimos no acampar y volver al hotel, ya no nos dieron ganas de salir esa noche, descansamos y dormimos temprano, para yo poder madrugar a la mañana siguiente, antes de las seis de la mañana ya estaba despierto, una vez más no me costó nada despertarme, tomé mi cámara y caminé por todo el malecón de punta a punta, ese malecón que a mi me fascina, tan rústico, tan mágico, tan místico, que conserva su esencia, o mucha de ella desde que el pueblo nació, fiel a su historia y su edad, tan hermoso por el amor de sus habitantes y los que pasean en él (a mas de una persona vi por la mañana recoger la basura de entre sus piedras, ese detalle me conmovió y empecé a hacer lo mismo) sacando fotos, saludando y regresando el saludo a todas las personas que veía a mi paso, viendo sus caras, fotografiaba a algunos, pero la verdad mi atención se centró más que nada a ese amanecer que tanto recordaba, ya visto desde afuera mientras olía y sentía la fresca brisa del otoño y el mar, no vista desde una habitación de hotel, no centrando mi atención en una chica, una banca y una farola, Todos Santos es un lugar que también me gusta mucho, pero creo mi amor por Loreto se debe a que yo siento mas gentileza y amor en su gente, no quiero decir con esto que en Todos Santos la gente no sea así, conozco algunas personas del lugar, tanto nativas como que viven o trabajan ahí, pero en Loreto algo es distinto, sientes como si los conocieras y te conocieran de siempre, como si fueran conocidos, familia, sus mujeres lindas de todas edades, jóvenes respetuosos, su mar, su faro, quizá se deba mas por mi que por otra cosa. Ya que volví al hotel, y al enterarme que no alcancé a tomar café nos fuimos a almorzar al mismo lugar y después la última sesión de fotos al interior de la misión de Loreto y una visita no prevista pero si bastante larga al Museo de Las Misiones Jesuitas, y ese pretender querer salir temprano nos dejó salir poco antes de medio día, pero mas contentos que nunca.

Después de cuatro años de no estar en Loreto, de haber vuelto a vivir otro amanecer en este lugar, sé que quiero llegar a vivir en este lugar, no sé si sea ahora y ya siendo mayor como tanto americano viene a este pueblo a pasar sus últimos años de vida para hacer filántropos después de haber hecho una fortuna. (Otra cosa que me he fijado es que si bien en Todos Santos también ves mucha gente local en su centro histórico, la verdad es que ves mas extranjero y joven, en Loreto es al reves, ves mas gente local que extranjera, y los extranjeros que ves son mayores, nos tocó saludar a algunos jóvenes en el hotel, con un par de motociclistas que venían de Oregon tuve el placer de cruzar unas cuantas palabras -mi deficiente inglés no me permite gran cosa a la hora de comunicarme con extranjero- y me contaban que iban de paso, la otra pareja que también estaba en el hotel también iba de paso, había otra pareja pero ellos si eran mexicanos, su procedencia la desconocía) Yo no creo poder esperar tanto tiempo, porque la verdad es que no hay ningún otro lugar en la tierra en el que yo este mas a gusto, mas tranquilo, mas relajado, (uno vuelve a su vida siendo mas feliz, mas amable después de haber estado en Loreto, habiendo despertado de ese bello sueño, habiendo dejado esas tranquilas y bellas aguas, esas tantos oscuras y blancas, pero cómodas playas) que me inspire tanto, (aunque en estos tres días no haya escrito nada, mas que algunos pensamientos y garabatos en mi celular, incluso pocas veces estuve al pendiente de este salvo por las veces que subía alguna foto a mi Instagram personal, ya saben que no me gusta mucho compartir cosas en mis redes, incluso descuido mucho el blog mientras estoy de viaje) como Loreto.

Ahora les comparto unas "pocas" fotos de este viaje.
Créanme, en comparación al número de fotos que albergó la memoria de mi cámara, estas son unas pocas. Por supuesto elegí muchoas de las mejores para publicar acá, otras, ya más personales, se quedan guardadas en mi galeria personal y privada.




























Obra del buen Uli Mtz



























Artesanos creando magia.





















































































































Una publicación compartida por Juan José Antuna Ortiz (@johnnyantuhap) el