Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

miércoles, 26 de enero de 2022

Extraordinarias películas del 2021, vistas en el 2022





Como es costumbre cada año, las mejores producciones que apuestan a la temporada de premios norteamericanos, así como las películas más interesantes de los festivales más importantes del mundo, y que no logran acuerdos con distribuidoras en nuestro país, siempre suelen llegar a principios del siguiente año a salas comerciales, alternativas y sitios de difusión de obras no tan conocidas por el gran público.

Acá comparto pequeños comentarios sobre películas que, de haber alcanzado a ver a finales del 2021, definitivamente hubieran figurado en mi lista de mejores películas del año, pero sin lugar a dudas, aún con que es enero, seguro quedarán seleccionadas en la lista del 2022. Comienzo así entonces.


Verdens verste menneske

"La peor persona del mundo" en español, la más reciente película del celebrado director noruego Joaquim Trier, cierra la llamada "Trilogía de Oslo" en la que refleja el difícil y complejo escenario de los jóvenes en una sociedad y una cultura tan particular, con una estructura tan arraigada como lo es la de los países escandinavos, y cuyas historias se desarrollan en la capital del país noruego. Amor, identidad, crisis existencial, todo esto siempre acompaña a las historias que se desarrollan en estas particulares películas de Trier, y si hablamos de "La peor persona del mundo", me parece no sólo logra la mejor de las tres y la mejor de su filmografía (por encima de la extraordinaria y bien lograda "Thelma") sino una de las mejores y más interesantes películas del 2021.

Al igual que en Thelma, su película anterior, Trier pone como centro focal la historia de una mujer, en este caso es Julie (Renate Reinsve) una joven que en un principio, en el prólogo de la película, se nos presenta como una joven que no tiene muy bien definido cual es su futuro, así que prueba en diferentes cosas (y también diferentes relaciones), pues tiene el apoyo de su madre para hacerlo, una vez que encuentra la posible ruta a seguir en su vida, inicia una relación seria con Aksel (Anders Danielsen Lie) es ahí cuando Julie empieza a plantearse y dudar sobre el rumbo que toma su vida, pues con treinta años y nada definido, y la familia y las personas recordándote que ya no eres tan joven como antes, uno empieza a cuestionarse que puede pasar en el camino, qué o a quién te puedes encontrar, si te desvías o vas por donde se supone debes seguir.

Quizá lo más propositivo en la obra de Trier es la narrativa que emplea con una maestría por demás deslumbrante. Desde un principio se presenta como una película contada en doce capítulos, además de su respectivo prólogo y epílogo; y cada uno de ellos, aunque conectados, no tiene una forma única o metódica de ser desarrollados, cada capítulo tiene su forma y su alma, y eso hace que la película, a pesar de su larga duración, jamás canse o se sienta lenta.

Sin duda alguna el discurso y el fondo de la obra es el que para mí es más desarrollado de las tres películas noruegas de Trier, no sólo por su relevancia actual con el feminismo tan en boga, sino que realmente pone en el centro la importancia del discurso que la mujer tiene que aportar, tolerar y soportar en nuestro tiempo, a pesar de lo adelantada que está la agenda del tema, aún hay muchos moldes y paradigmas que parece, no estamos dispuestos a cambiar como pensamiento social, como la maternidad, la importancia de su desarrollo profesional, su papel en la relación de pareja.

No hay tela de juicio del porque Renate Reinsve ganó en el pasado Festival de Cannes el galardón a la Mejor Actriz, y el resto del cast está por demás extraordinario, sin dejar de mencionar por supuesto al gran Anders Danielsen Lie, que no sólo me parece el actor más relevante de Noruega hoy día, sino que para mí es uno de los actores más talentosos de su generación en todo el mundo.

Trier sigue confirmando y consolidando su muy particular forma de hacer cine, su manera de ver la vida de una juventud en plena búsqueda en su país, y una mirada más que relevante y con toda la valía, si a mí me lo preguntan, del mundo, el deseo y la mente femenina.


The french dispatch

Jamás habría creído que Wes Anderson podría superar lo que ya ha hecho a lo largo de su filmografía, y menciono "a lo largo de su filmografía" porque con todo y que adoro el universo Wes, para mí no hay una obra maestra decantada del realizador texano, incluso sigo creyendo que su obra más celebrada, "El gran hotel Budapest", aún con sus encantadores personajes y su sello simétrico y colorista, es su obra menos arriesgada y más cómoda. Pero realmente ha sido grato descubrir que con todo y su sello, "La crónica francesa" es a mi parecer, una completa obra maestra.

Narrada cual si fuera una revista como tal, la película relata las peculiares columnas de las mujeres y hombres que escriben en la relevante revista de Arthur Howitzer Jr., editor de la revista que no sólo incentiva a sus columnistas a escribir, sino que los incita a escribir lo que quieran (y si algo sale mal, haz que parezca que fue intencional) hasta el día de su muerte, donde habrán dee publicar el último número dela revista, y por supuesto, su obituario.

Las cinco historias que llenan "la crónica francesa de Liberty, Kansas Evening Sun", además de ser muy distintas en fondo y forma, cuentan con historias cómicas, entrañables y encantadoras, tienen su propio ritmo, y eso hace que pueda explotarse todo el genio de Wes, pues muestra todos los estilos que han influido en su filmografía (pasando por supuesto por la animación). Cada una de las historias, cuenta con un reparto de lujo, y todas las actuaciones, aún así las más esporádicas, son sublimes.

Es claro el amor que Wes profesa no sólo al cine que él ama y lo ha alimentado (es más que claro el amor y el homenaje que hace al cine francés de la Nouvelle Vague), sino que también impregna a la película de su amor por contar historias, y su amor por las publicaciones y la prensa escrita.
Es claro, al igual que cuando escribí sobre Una película de policías, y de Alonso Ruizpalacio en particular, que el genio y la creatividad de Wes no ha encontrado su tope, quizá lo único que se le debe seguir exigiendo a este extraordinario realizador, es en crear y llenar de argumento a sus historias, y no conformarse sólo con su narrativa y su estética en particular.


El comediante

Película mexicana protagonizada y dirigida por Gabriel Nuncio (con Rodrigo Guardiola como co-director) y que fue reconocida como la Mejor Película Mexicana en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara (al igual que obtuvo el galardón a Mejor Fotografía), me parece que, aún con ciertos detalles que saltan a la vista y que a uno lo pueden hacer cuestionar su valía como obra cinematográfica, no deja de ser una película que cuya trama, la hace no encajar en el molde del cine mexicano de industria para bien.

Como lo comenté, la trama, tiene su peculiaridad: Gabriel es un hombre de casi cuarenta años, que no tiene otra profesión más que la de ser comediante, entre tanto, escribe el guion de una película que quiere dirigir sobre una mujer que va a Marte y en la cual, cuestiona el propósito y significado de la vida. Mientras busca poder realizar su película, hay dos mujeres en su vida que lo desestabilizan en más de un sentido, por un lado está Leyre (una Cassandra Cianguerotti preciosa, pero con un acento español espantoso) una chica que llega de forma extraña a su vida, y que lo exhorta a realizar un viaje con ella al cual él no está muy convencido de ir, y por otro lado está Melissa (Adriana Paz) su mejor amiga que le propone sea donante de esperma para quedar embarazada luego de que termina con su novio. La situación con Melissa le hace poner un poco en duda su forma de vida y lo que le depara el futuro, lo que es importante conservar y por lo cual luchar, y que hay que soltar, pero la vida misma le va poniendo las cosas en su lugar, y sí, al igual que Gabriel defendía a capa y espada que su película no era una comedia, al paso que esta película se desarrollaba, uno se da cuenta que esta película no es una comedia.

Quizá esa sea en primer lugar una contrariedad de la obra de Nuncio, y por lo cual mucha gente no la ha comprendido, pues además de esperar que, por el protagónico de la película, y el título de la misma, esta fuera una película cómica, es en sí una película dramática. Si bien por la situación de Gabriel, puede llegar a haber algo de comedia involuntaria, es una película que tiene su complejidad en la trama principal, y eso es de reconocimiento.

Quizá muchos de los problemas que yo tuve con la película derivaron de las situaciones secundarias, un claro ejemplo quizá sería en todas las partes que la película quiere ser cómica deliberadamente, pues además de que no funciona con la situación de Gabriel y a la cual le restan importancia (afortunadamente está tan bien construida la situación de Gabriel, que jamás se logra desestabilizar con la comedia simplona), como todas las situaciones en las que personajes como Cecilia Suarez y Tenoch Huerta tratan de cambiar su historia, que acá bien podría ser una crítica de cómo es el mundo del cine y los productores, pero simplemente ni la comedia, ni estas apariciones célebres, llegan a funcionar, ya no digamos a aportar más allá de la lectura dada. Hay elementos que me hacen recordar a otras películas vistas muy recientemente, como el hecho de dejar que algo que quieres crear encuentre su camino propio, no el que uno desea darle, también el hecho de la identidad, o la falta de esta y su búsqueda en una sociedad que encasilla todo, hasta las formas en paquetes de edad, incluso hay muchos paralelismos con la muy comentada y reciente "tick, tick...BOOM!".

Si bien en muchos sentidos, yo podría decir que este es el trabajo menos perfecto de María Secco en cuanto a la luz se refiere, me parece que la propuesta en cuanto a la posición de la cámara es extraordinaria, al igual que la música compuesta por el siempre admirado Chetes.

Dignificar a las películas por lo que son, y no por lo que esperábamos que fueran, me parece es algo de vital importancia, y también apostarle a nuestras ideas con corazón, sin tratar de adornarlas o completarlas con cosas y ayudas externas aún cuando tengamos que prescindir de las nuevas majors, es algo necesario, y que Nuncio desde mi perspectiva, no superó del todo, pero que aún así como lo dije al principio, es muy interesante lo que crea, a como están las cosas en la industria y en el mercado de Netflix en cuanto a producciones mexicanas se refiere.


The lost daughter

"La hija oscura" en español, ópera prima como directora de la siempre interesante actriz Maggie Gyllenhaal, no sólo es una de las películas más importantes e interesantes del año, sino que es quizá también, la película que reúne a mi parecer, a las dos actuaciones femeninas más imponentes del 2021.

La película narra como en sus vacaciones en unas playas griegas, Leda (Olivia Colman) encuentra en la figura de Nina (Dakota Johnson) todas las cosas que tuvo que sortear de joven (Jessie Buckley) mientras estudiaba y era mamá de dos niñas. Revive lo que ella vivió y deseó, y con la figura de una muñeca perdida, Leda juega con Nina y su pequeña a ser lo que fue ella, y como hay mujeres que simplemente, son madres antinaturales por instinto, o simplemente reflejan a mujeres que fueron madres por descuido, y que no estuvieron dispuestas a sacrificar su futuro por entregar por completo su vida a sus hijas, y sin duda alguna es algo que queda muy claro en la película con ese enigmático final.

La trama en si es compleja por el tema abordado, y me parece que la propuesta narrativa que emplea Maggie es, además de precisa, oportuna. Es claro y evidente cual es cada tiempo, y cual es la situación que Leda va viviendo, tanto la Leda madura como la Leda joven, y son sin lugar a dudas el gancho para estar sujetos durante toda la trama. Olivia Colman y Jessie Buckley me parece firman sin lugar a dudas las más grandes actuaciones de este año, Olivia se consolida como la gran actriz que es, y Jessie reafirma que es una actriz por demás interesante que llegó para quedarse entre lo mejor del cine norteamericano.

El resto de las actuaciones es por demás formidables, Dakota Johnson, Ed Harris, Peter Sarsgaard, Paul Mescal, Dagmara Dominczyk, son sólo algunos de los actores que seguramente conforman uno de los mejores trabajos de casting del año.

Sombría por momentos, me parece es una película cuyo tema abordado es por demás interesante y poco reflejado en el cine, que me parece eso, además del virtuoso montaje orquestado por Maggie como directora, dignifican y hacen más que valiosa esta película.


Bergman island

La película de la interesante actriz y directora francesa Mia Hansen-Love, no sólo es para mí otra de las mejores películas del 2021, sino que a mi parecer, es la película visualmente y sonoramente más perfecta que yo haya visto en el último año.

Más allá del aspecto técnico que ya he mencionado y que desmenuzaré más adelante con todo gusto y detalle, habría que decir que la trama de la película, y el subtexto de la misma, también es por demás interesante.

La película muestra la vida de una pareja de directores que viajan a la isla en la que Bergman vivió la última parte de su vida. Él, Tony (Tim Roth) va para presentar su más reciente película, y ella, Chris (Vicky Krieps), va a acompañarlo y a conocer aún más las entrañas del director que más la ha influenciado. Ambos escriben el guion de su próxima película, él muy seguro de lo que quiere, y ella más insegura que nunca, Chris nutre del entorno y su experiencia en la isla y de su situación como esposa y madre, el relato que quiere realizar, esto al mismo tiempo que de alguna manera se desmorona su ídolo. Al poco tiempo de que ella descubre el argumento de la próxima película de su marido, en un paseo cuenta a Tony el argumento de su historia, y en ese momento se crea una especie de meta cine, cuyo epílogo me parece, además de ser poderosamente creativo, catártico y propositivo, ejemplifica el ente creador, y la génesis de donde vienen las ideas y los miedos, ese lugar, el cual me parece está por demás mencionarlo, resulta ser el mismo.

El eje central de la obra de Mía me parece es en muchos sentidos muy parecido al de películas como "La peor persona del mundo" y "La hija oscura", y este es el del papel de la mujer ante un escenario adverso en el que existe el choque entre la identidad de ser una mujer que quiere ejercer su profesión en la vida, y su responsabilidad como pareja y madre. Pero en el caso de la historia de Mía, y que es muy distinto en las tres películas, me parece es más rico desde el punto de vista de su servidor, porque es creado y cuestionado desde la creación artística, y además es cuestionado desde la figura de un realizador por demás sublime como lo es Ingmar Bergman, pues cuestiona su papel como humano y como realizador, como ambas de alguna manera se contradicen, y no; pero que no hace polémica o toma parte de manera políticamente correcta, sino que simplemente crean un conflicto en la persona de Chris, pero que como ella misma lo dice (y en consecuencia, lo dice la misma Mía a través de ella) no puede dejar de amarlo.

La película visualmente hablando es perfecta. Si bien por supuesto ayudan mucho los escenarios que sirven para dar vida a la película, hay realmente un trabajo más que significativo en el departamento de arte, y sin lugar a dudas hablamos de una película en la que tanto la directora, como el director de fotografía (el veterano Denis Lenoir) trabajaron como una sola mente. La música a cargo de Raphael Hamburger, es tan sutil y hermosa, que pareciera que no existe, y esto es signo del gran trabajo hecho.

La película logra ser extraordinaria por muchos motivos, la historia escrita y dirigida por Mia, los elementos de Bergman siempre existentes, y sin lugar a dudas los actores estelares: Tim Roth está hecho un primer actor, uno lo ve y es fácil ponerlo a la par de grandes actores consagrados como Michael Caine, Harvey Keitel, Robert De Niro o Robert Duvall. Vicky Krieps es desde hace mucho tiempo una de mis actrices favoritas de la actualidad, y siempre resulta un placer poder verla actuando. Mia Wasikowska por demás correcta, y vemos una vez más de manera muy correcta al gran Anders Danielsen Lie.


Le bal des folles

La quinta película de la siempre interesante Mélanie Laurent, la actriz que Tarantino le regaló al mundo y que se consolidó en el cine norteamericano (sin olvidar por supuesto sus raíces, pues siguió trabajando en Francia y en producciones de otros países), y que se convirtió en una directora de historias de quiebre, catárticas y potentes; nos hace verla convertida en su mejor versión tanto como actriz y directora, y cuya madurez transpira en la que ya es su obra mejor lograda.

"El baile de las locas" en español, narra la vida de Eugenie (Lou de Laage), una joven parisina que, además de contraponer las normas de la sociedad burguesa de la ciudad de la luz del siglo XIX, sufre, en un principio de un mal, el ver y escuchar a los muertos, pero no es luego de su encuentro con un joven en una escapada a Montmartre, y cuyo libro él le presta, la hace ver que más que un mal, es un regalo. Pero luego de que la abuela se entera de su condición, su padre y su hermano la llevan a conocida clínica psiquiátrica para que la puedan curar, es ahí que se encuentra con Genevieve (Mélanie Laurent), la asistente del doctor del lugar, una mujer escéptica que, cuando Eugenie le da muestra de su don, ella hace lo posible para ayudarla a escapar de ese lugar que daña aún más la salud mental de sus reclusas con las técnicas salvajes que se ejercían en esa época. Ambas se enfrascan en un tortuoso proceso de cuestionamiento, duda, represión y amistad en las que el amor, el perdón y el sacrificio serán precios que se habrán que pagar.

En más de un sentido la película es a mi parecer una de las propuestas feministas más potentes de los últimos años, es una película que jamás usa este estandarte ni se jacta de este eslogan, y de ahí que a mí me parezca aún más valiosa y brillante la película de Laurent, es una obra que atiende lo que debe de atender narrativamente, y que todo lo demás se muestra por sí mismo, es aquí el ejemplo claro de que una película bien hecha saca elementos que generan diálogo y discusión, no así cuando una película se piensa en términos de polémicas o temas en boga, y no así como obra artística, lo cual en consecuencia generalmente resultan películas fallidas, o "bonitas pero vacías".

Los elementos y todo el lenguaje cinematográfico del que Mélanie hecha mano es más que extraordinario, desde la fotografía, la música, la edición, el manejo de cámara, el montaje, la iluminación, los escenarios, el guion, las actuaciones, todo está perfectamente amalgamado. Si estuviéramos ante una orquesta, sería una ejecución perfecta de Mozart.

Si bien el trabajo como directora de Mélanie es estupendo, su papel como Genevieve es poderosísimo, la figura que representa ese personaje de lucha, dolor y sacrificio, lo hace uno de los personajes más entrañables de su filmografía, una filmografía que, si algo nos ha regalado, son personajes llenos de matices y conceptos.

El final, en forma de carta, es por demás bellísimo, de los más bellos que yo recuerde en últimos años.


martes, 25 de enero de 2022

Rifkin's Festival





La película comienza con Mort Rifkin (Wallace Shawn) contando con detalle a su psicólogo, el viaje que tuvo acompañando a su esposa (Gina Gershon) al Festival de Cine de San Sebastián, su desmoronada relación como matrimonio, cómo nota que su esposa y su cliente, el respetado, y según Mort, sobrevalorado director Philippe (Louis Garrel) tienen una especie de aventura, es que Mort se enfrasca en una serie de delirios que lo atormentan en sus sueños, sobre su vida, su futuro, su relevancia en esta, y las grandes inquietudes que todo ser humano pensante puede tener, acompañadas con malestares físicos. Una vez que su buen amigo Tomas (Enrique Arce) lo ve padecer, le da el teléfono de un buen doctor, que resulta ser la doctora Jo Rojas (Elena Anaya), y en ese justo momento, Mort no sólo queda curado, sino que queda prendado de la luz que le transmite la bella doctora, es así que, aun sabiendo que no podría pasar nada entre ellos dos, hace todo lo posible por volver a verla y pasar el mayor tiempo con ella mientras dure el festival, es así que Mort ve, como hay similitudes entre ellos dos, como Nueva York, su amor por París y los cafés, y su gusto por las relaciones tormentosas en las que los infravaloran. Mort, a través del psicoanálisis del que somos parte, muestra sus exigencias y debilidades, cuestionándose a sí mismo si era necesario tanto esperar darle a la vida, o si su vida fue un desperdicio, sólo resta, a nosotros los amantes del cine de Allen, deducir que pensamos al respecto después de esta su última película.


Me parece que poner en tela de juicio todo lo que Allen a dado al cine, es absurdo. Si bien tampoco podemos ponerlo en un pedestal al lado de los directores que Allen ama y homenajea en esta película, desde mi punto de vista, si se le debe de dar su lugar como un director que, a pesar de cumplir con ciertos paradigmas de la industria del cine norteamericano (sobre todo en sus años más prodigiosos), es un director que no sólo ha incursionado en todos los géneros que ha querido, sino que ha hecho un cine además de personal; un cine pensado, profundo y divertido.

Aún con lo antes mencionado, si bien Rifkin's Festival tiene, además del sello inequívoco de ese humor inteligente del realizador neoyorquino, y muchos de sus temas recurrentes a lo largo de su filmografía, que iremos tocando respectivamente, y con otros elementos que hacen valiosa la obra en ciertos sentidos; me parece que esta es su película más endeble desde, a mi parecer la muy flojita De Roma con amor.

Indiscutiblemente lo mejor de la película son los homenajes que Allen hace al cine de los directores europeos que él más admira y ama, la presencia de Citizen Kane (Orson Wells), 8 1/2 (Federico Fellini), Jules et Jim (Truffaut), Un homme et une femme (Claude Lelouch), Persona y El séptimo sello (Ingmar Bergman), El ángel exterminador (Buñuel), entre otras, además de servir como referencia directa y acercamiento a ese cine para los no tan adeptos, Allen integra perfectamente todas estas referencias de una manera muy orgánica a la trama y la situación que a Mort lo atormentan durante toda la película, que no son muy distintas a las que atormentan al mismo director, como lo es la vida, la muerte, la fragilidad humana, el amor, la belleza, el deseo, la pasión. Incluso en el sueño que revive a 8 1/2 plasma mucha de su vida y sus amores no concretados, como lo es el de la figura de la jovencita Marcia Cohen. También se siente como a través del personaje de Mort, además de sacar como es una costumbre en el cine de Allen, a través de su alter ego, todas sus filias y sus fobias, acá hay una especie de confesión y preocupación sobre su importancia como realizador, en el caso de Mort es como escritor, y su afán de escribir una novela que sea una obra maestra, cuando quizá lo de él es leer y disfrutar de obras maestras, cuando lo que a él le gustaba y disfrutaba hacer, era dar clases de cine, y esto bien se puede interpretar como un Woody Allen ya maduro, plantado y sereno a sus 86 años pensando que, al final de cuentas si hizo una obra maestra o no a lo largo de su obra, no tiene ya tanta importancia, pues disfrutó haciendo películas que muchas personas (sobre todo en Europa, el continente que lo ha adoptado durante un duro proceso de condena moral en Estados Unidos) aman y cuya importancia es tan vital como quizá una pierna.

Además de estas referencias y guiños tanto al cine que ama, como a su historia personal, Allen nos trae al plato, a través de detalles muy singulares, a algunas de sus películas pasadas, como Midnight in París, Maridos y mujeres, Magia a la luz de la luna o Vicky Cristina Barcelona.

También hay una crítica por demás inteligente de Allen, y de manera muy sutil que seguro más de uno sabrá leer y detectar a través de la figura de Philippe y los festivales de cine hoy día, la importancia que le dan cine como un arte genuino, o cómo sólo se utiliza y profana con cuestiones morales y falsas posturas políticas sólo para verter discursos vacíos en mentes que piensan como el mercado consumista lo dicta.

Si bien, hasta ahora todo apuntaría a que la película tiene más pros que contras, y quizá así lo sea, el problema serio que tiene la película de Allen es el hecho de que su pareja protagónica se siente desangelada. En la escena en que se encuentran por primera vez Wallace y Elena, no se siente una conexión de sus personajes, se siente forzada y eso en automático a uno lo desconcierta y lo desconecta un poco de la trama, aún con la presencia encantadora y la luz de Elena (por supuesto, esto gracias a la magia de Vittorio Storaro una vez más al servicio de Allen en la fotografía), pero conforme va avanzando la película, esto logra componerse, y al final la película tiene un final digno de las películas de Allen. El resto del cast cumple en su mayoría (la aparición de Christopher Waltz como la muerte de El séptimo sello es extraordinaria), Garrel y Gershon a mi parecer son los mejores en toda la extensión de la palabra, y da un poco de coraje ver a Sergi López en un papel con tan poca importancia, sin profundidad y sobreactuado.

Aún con este tropiezo con los protagónicos que se logra resolver, y con la ayuda de la magia del que para mí es uno de los festivales más encantadores del mundo, al igual que esta ciudad a la orilla del mar cantábrico, siempre diré que, a pesar de no ser con una gran película, ver el cine de Woody Allen en la pantalla grande, es una experiencia que jamás se debe uno de privar y perder.

viernes, 21 de enero de 2022

C'mon C'mon





Johnny (Joaquín Phoenix) es un periodista radiofónico cuyo reportaje emblemático es en el que entrevista a niños y jóvenes de todo Estados Unidos sobre su preocupación por el futuro. Una noche luego de trabajar en Detroit, habla por teléfono con su hermana Viv (Gaby Hoffmann) de quien se había distanciado, ella le dice que tiene que ayudar a su esposo Paul(Scoot McNairy), y debe viajar de Los Ángeles a Oakland, ahí es donde aparece la figura de Jesse (Woody Norman), hijo de Viv y sobrino de Johnny. Así que Johnny se encarga de cuidar a su sobrino, y al mismo tiempo que lo cuida, lo va conociendo, y se van conociendo, y así emprenden un viaje de ternura, curación, amor, salvación, en el que converge el pasado de Viv y Johnny, el presente de Jesse, y el futuro de lo que vivimos y quizá ya no recordaremos.


Este hermoso drama catártico dirigido por Mike Mills (Beginners, 20th Century Women) centra su trama básicamente en la resiliencia que surge y se crea entre dos personas que, sin conocerse, y con los lazos sanguíneos que los unen, y que están deseosos de amor y empatía. El guion de Mills es como una cebolla, es una historia llena de capas, un trabajo muy ambicioso que por momentos quiere y pretende atender muchas situaciones complejas como la relación entre Johnny y Viv, la situación que los hizo distanciarse (tanto la de la madre de ambos, como la del esposo de Viv), los testimonios y los viajes de Johnny, y la relación entre Jesse y Johnny; y aunque muchas veces todo se conecta, otras veces puede resultar confuso y lento para algunos espectadores, pero si se tiene la paciencia necesaria, y uno cae en la hipnótica y apabullante actuación de Joaquín Phoenix, la paciencia no será problema.

Phoenix no sólo muestra el gran actor que es, sino que también hace que uno quiera ser como el personaje que interpreta, un tío amoroso y temeroso de no estar a la altura de la situación, vemos muchas veces representar perfectamente la frustración y la catarsis de ver que quizá él cumple el rol de su hermana con su madre, y viceversa. Por sobre todas las cosas, me impresionó y me gustó el paralelismo que hay entre este personaje y el de Theodore de Her, pues hay muchas situaciones que son muy similares, como el día en la playa, o ese mensaje final dicho en voz alta, el cual es para mí uno de los finales más bellos visto en los últimos años.

Las actuaciones del pequeño Woody y Gaby Hoffmann (y la de Phoenix, claro está) son realmente impecables, incluso dignas de nominaciones. La química entre Joaquín y Woody es por demás mágica, y Mills hace que a través de la fotografía (un espléndido y sofisticado blanco y negro a cargo de Robbie Ryan), esas imágenes que aparentan no tener lazos con los testimonios tanto de los jóvenes entrevistados como de las reflexiones de Johnny sobre todo lo que vive y observa, y que es una especie de terapia; son los que dan la fuerza dramática, y en consecuencia hacen que esta película, además de que se sienta íntima cual lo expresan los fragmentos de los libros que leen a Jesse (y que por los temas y las formas, también encuentro canales de comunicación con la obra de Valeria Luiselli) hagan de esta película una obra realmente emotiva.

miércoles, 19 de enero de 2022

Pequeños comentarios sobre algunas de las últimas películas vistas.





La mancha de sangre
Película mexicana del año 1937 que, castigada por la censura que nunca se supo estipular impuesta por qué organismo o factor, no pudo ver la luz hasta el año 1943, y que por muchos años estuvo perdida hasta que la Filmoteca de la UNAM la pudo encontrar incompleta. Esta película es una de las primeras películas mexicanas, sino es que la primera, en mostrar un desnudo femenino.
La película gira entorno a un joven humilde que llega al bar que lleva por nombre el título de la película, en este lugar, al no llevar nada de dinero, una de las jóvenes meseras (una despampanante Stella Inda en el papel protagónico) lo invita a comer y a bailar, y de ahí empieza su relación, a pesar de que ha la mujer se lo prohíbe su padrote, y de que el joven se mete a trabajar con hombres que se dedican a robar.
La película, más allá del elemento de la censura (censura que, para los tiempos que corremos, pareciera una completa exageración, más por el sentido de que el desnudo que se muestra es, además de hermoso, completamente artístico) y de que si tiene muchos elementos de sensualidad explícita; hay valores técnicos que ya los quisieran emplear y tener la gran mayoría de las películas que hoy día se hacen en México. El montaje en muchas de las escenas es realmente destacado, hay un manejo entre cámara y visión que dan envidia. Esta visión se atribuye a que el director, artista plástico de profesión (y que sólo realizó esta película en su carrera) tenía una visión muy particular de la vida bohéme. Hablando estrictamente del contexto de la obra y el mundo que muestra y presenta, uno se da cuenta que muchos elementos de esta vida no han mutado mucho casi 90 años después.

Santuario
El peculiar primer documental de Christian Sida es uno de esos trabajos que a uno le dejan más preguntas que respuestas, pero esto lo digo más que como una crítica, como un halago.
Si bien es evidente que es un trabajo que tiene algunas deficiencias en muchos sentidos, aún así me parece sirve perfectamente para lo que Christian quería mostrar, pues si bien grandes maestros del cine han llegado a decir que el cine se hace para los amigos y con los amigos, porque no llevarlo literalmente al acto, al estricto sentido de la palabra.
Mostrar la vida de una duranguense, pareciera puede servir para mostrar la vida de cualquier duranguense, pues más allá de querer saber como surgió la concepción para que Christian quisiera hacer este documental, y que el contexto del viaje para la primera exposición en el extranjero de la talentosa artista plástica Paty Aguirre, para el espectador estos elementos pueden quedar algunas veces en un segundo plano. Así entonces, el documental pareciera sirve más como un pretexto para mostrar la vida de un coterráneo, en este caso de una paisana en particular, una muy talentosa además, cuyas vivencias quizá no sea muy diferente a las de nosotras y nosotros, por los lugares en donde ha estado en esta ciudad, como vivir en la Maderera, visitar el Santuario el 12 de diciembre, ir de fiesta a la casa de los amigos, ir por unos tacos por el multifamiliar Zarco.
Muchas de las preguntas que surgen al ver el documental es saber que tan importante fue el trabajo del guion como base del proyecto, y si hubo un guion, pues por momentos se siente un trabajo en el que se dio mucha libertad tanto para la protagonista como para la fotógrafa (la talentosa Paola Chavira) pues por momentos pareciera se les da una libertad para que ellas lleven las riendas y la narrativa del proyecto, y esto se nota más que nada por ciertas secuencias en las que Paola encuentra resquicios iluminados de creatividad y captura momentos y situaciones muy interesantes, quizá la más, en la que Paty está en el "viaje" en una fiesta con sus amigos al son de Miedo de María Daniela y su rayo laser.
Cabe destacar que la edición realizada por la extraordinaria Sofía Gómez Córdova da una estructura y una claridad para que uno sienta los múltiples viajes que expone el documental, el de Christian tratando de encontrar a Paty, el de Paty hacia Vancouver, y el del espectador encontrando la identidad durangueña a través de la figura de una artista.

Don´t look up
Adam McKay no es un director muy destacado, pero por allá del 2015 dirigió una película más que interesante llamada The big short, en la cual gracias a un reparto más que excepcional (entre ellos Brad Pitt, que también fungió como productor de la cinta) hacía una crítica del acontecimiento que aprovechó la crisis financiera del 2007 en Estados Unidos, para mostrarnos como los apostadores de mercado hacían sus respectivas movidas, ya fuera que les funcionaran a favor o en contra.
La apuesta que McKay buscaba con su más reciente película era similar, pero me parece que en esta no llega a siquiera mofarse o criticar o satirizar como tal, tanto el modo de vida de los norteamericanos, así como su política y su amor por las riquezas, me parece trata de hacer gracia de realidades nocivas en muchos sentidos, y las vanagloria, como el querer hacer la Tierra para los americanos así todo se vaya al traste o al carajo, mientras el resto del mundo los ve hacer lo que quieren. Y me parece que lo deja demostrado con el nefasto eslogan de la película.
Nos muestra como la gran mayoría de sus ciudadanos, y de la nación en general prefieren idolatrar, seguir y apoyar tanto a políticos como famosos basura, en vez de ocupar su tiempo en tratar de hacer un país más responsable y una sociedad mejor realizada.
La película se queda en una cosa entre el drama y la comedia, una cosa burda e inconexa que por momentos le quiere jugar al Terrence Malick en el peor sentido de la palabra (si, una fotografía muy chingona a cargo de Linus Sandgren, pero hueca, vacía), y me parece que todo lo extraordinario que logran la gran mayoría de los actores con sus papeles, no abonan en nada en este proyecto tan irritante y espantoso, que de ser sincero, yo lo pondría incluso por debajo de la cinta Presagio, y no tiene que ver con cosa de que a los cuadrados y a los snobs no nos guste, es que simplemente el "público" debería de dejar de ver las películas sólo por cuestiones técnicas o de reparto, o porque el mercado del streaming les dicta (BASH bien podría ser el alter ego de las empresas de los hombres más ricos del mundo), pues que hay películas más importantes y con discursos mucho más poderosos sobre los temas que esta mala, innecesaria y ridícula película toca con una comedia exagerada, estúpida y sin gracia.