Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

jueves, 29 de octubre de 2020

Temblores: cuando el amor es un pecado.

 



Temblores es el tercer largometraje del muy laureado director guatemalteco Jayro Bustamante, cuyo transitar por festivales en el año pasado le dejó varios reconocimientos tanto por pate de los mismos festivales, como por parte de la crítica y público, a pesar del tema tratado, y de la resolución del cineasta.


La película empieza con Pablo llegando a su casa, uno de los empleados le abre el portón y en el acto sale una empleada de la casa, Pablo le pregunta que donde están los niños, ella le contesta que están en casa de otra persona y que toda su familia lo está esperando adentro. Toda su familia comprende a su esposa, madre y padre, hermano y hermana, y el esposo de esta, al llegar ellos quieren hacerlo entrar en razón en una decisión que ha tomado, este en el acto va y se encierra en su habitación, de la que todos, en turnos cada uno, lo tratará de hacer salir. Las pláticas que se dan allí dentro, nos van revelando la decisión de Pablo, el tormento que le provoca a sus seres queridos, pero la decisión está tomada, al final lo único que lo hace salir de esa habitación, es uno de los temblores que azota a la ciudad, según la madre, como un castigo de dios por la decisión de su hijo de dejar a su familia no sólo por tener otra relación, sino por ser con un hombre.


La película de Jayro es una propuesta que, en el mismo grado que el director la impregna de riesgo, lo recibe de magistral. La maestría de Jayro va desde el relato, cómo este se va entretejiendo para orillar a su protagonista a dar marcha atrás a la decisión que ha tomado, por la presión que ejerce por un lado su familia, y por el otro su conciencia (él es, al igual que su familia acomodada, un cristiano evangélico) y aparte de eso, un tercer factor lo trata de regresar al camino correcto: la presión social, esta orquestada por su esposa.

Uno de los grandes aciertos que tiene la película es que nunca se nos da una clara temporalidad en la que transcurre, esta es una forma muy sutil en la que el director pone en perspectiva uno de los claros mensajes que quiere dar: en la sociedad de clase alta de muchas partes de Latinoamérica sigue existiendo una discriminación hacia las personas homosexuales. Jayro ha mostrado en su cine problemas sociales, confrontación entre diferentes realidades y heridas profundas y pasadas que han aquejado a la sociedad Guatemalteca en diferentes sectores y en diferentes tiempos, pero como suele suceder muchas veces en los países latinoamericanos, los problemas de unos son iguales, como el reflejo en el espejo, de otros.

Las formas en que tanto la familia, como la sociedad, tantos en décadas pasadas, hasta nuestros días, encasillan a las personas homosexuales en arquetipos que están muy alejados de lo que el miedo no les permite comprender: hay tanto amor, igual de digno y fuerte, con en parejas heterosexuales.

La última parte de la película de Jayro no podría ser más desesperanzador y desolador, pero es por supuesto un reflejo de lo que muchas de estas personas deben de tolerar, por encajar, por no hacer sufrir a los que más quieren, a los que de alguna manera se ven marcados (lo vemos sobretodo en una escena extraordinaria en la que los dos pequeños de Pablo hablan sobre esa enfermedad que parece sólo le da a los hombres), vemos la humillación a la que se debe de someter, por complacer a su casa, a su linaje, a su templo, a esos estándares cerrados, pero hace falta ver al final, que en la presión que éste tiene sobre sí, y que manifiesta tras la fachada que brinda al mundo, su hija advierte ese peso que su padre soporta, quizá ella, con más edad, logrará comprender eso que los demás temían, y lo amará de igual manera.

Las actuaciones son formidables (sobretodo por parte de Diane Bathen, quien interpreta a la esposa), pero la puesta de cámara, combinado con la composición y la atmósfera que propone Jayro de la mano de su director de fotografía (Luis Armando Arteaga), logra con un puñado de encuadres, y portentosas tomas fijas, una película destacadísima y bellísima visualmente, si agregamos el ritmo y la narrativa impecable, nos regala a mi parecer una de las mejores películas que se hayan realizado en los últimos años en Latinoamérica.

"Nuevo Orden" de Michel Franco, y la función de la crítica.

 



No sólo he escuchado decir a importantes críticos de cine, sino también a colegas y compañeros cercanos del oficio de escribir sobre cine, porque créanlo o no, no me considero en toda la extensión de la palabra un "crítico de cine". Y esto que les he escuchado decir, que es una opinión que yo comparto, es que la función más importante de un crítico, no sólo de cine, sino un crítico del arte en general, más allá de lo que la opinión pública o del mundo del arte puedan tener sobre ellos (o sobre nosotros, vaya uno a saber) es la de empezar y encaminar la conversación en torno a una obra, y ser un enlace entre autor y espectador, darle una mirada y un punto de vista que vaya más allá de la mirada y explicación del autor, que muchas veces puede verse influenciada por un sin fin de razones de su obra misma, ya sea que estas estén justificadas o no. El crítico de cine desde una perspectiva y objetividad propia que le ha inferido no sólo el ver tanto cine, sino tener un conocimiento del arte en general, puede formular su análisis, sin ser una sentencia final. El peor crítico es el que te dice que ver y que no ver, el que te dice si un película es mala o es buena, el verdadero crítico te acercará a la obra en base a lo que su autor propone, para que el espectador se quien formule su propia opinión al final, de si hay algo valioso o no en la obra.

Habiendo dicho lo anterior, le pregunto a usted que, espero llegue al final de este análisis, y un poco la pregunta es para mí también: ¿hay películas que no merecen ser criticadas? Corrijo la pregunta: ¿cuándo vale la pena, y cuándo no vale la pena hacer la crítica de una película? Desde mi punto de vista, todas las películas merecen ser vistas bajo una mirada crítica y analítica, la cuestión está, en lo que comentaba precisamente al principio en torno a la función de la crítica: hacer un análisis de la obra y darle la justa importancia bajo estándares críticos que vayan más allá de lo meramente técnico o ideológico, y esto va tanto de ida como de vuelta, es decir, tanto de la ideología del director como de la figura que ejerce la crítica, y no dejar que esa conversación vaya más allá y se meta en terrenos inhóspitos de temas controversiales o en tendencia, darle la importancia, si la tiene, o cortar su "discurso", en caso de no tenerlo. Dicho todo esto, sólo para poner en perspectiva este análisis que quizá no gustará ni a las "derechas" ni a las "izquierdas" de la crítica, debo decir que Michel Franco y su Nuevo Orden, está teniendo una atención mediática que me parece nos dice cosas que ya sabíamos, que ya habíamos visto en otros lugares, bajo una fórmula más que repetida.


La película parte con lapsos que podríamos interpretar como flashbacks, sueños y pesadillas, que pueden ser por parte de personajes mismos de la película, como del propio director. Luego de este comienzo, vemos en primer lugar, a Rolando cuidando de su mujer en lo que parece ser un hospital, cuando de pronto son irrumpidos por un grupo de personas que sacan a los pacientes de sus camas y llegan con muchos heridos llenos de sangre y pintura verde. En segundo lugar, y muy en contra parte de la anterior, vemos una fiesta en una casa de personas muy "acomodadas" en la que todo es felicidad, muy pronto se nos pone en perspectiva de lo que se celebra y quienes son las personas que están en el lugar, acto seguido, el hombre de la primera parte hace presencia en la fiesta, y se nos revela el lazo con estas personas, él acude a ellos con la esperanza de que lo puedan ayudar, a él y a su esposa; pero lejos de eso, recibe limosna. La única que está dispuesto a ayudarlo de verdad, y quizá la única persona "buena" que se nos presenta en la película de ese grupo de personas en la fiesta, es Mariann, así que sale de la dichosa fiesta antes de que la "marea verde" los alcanzara, a partir de entonces vemos cómo ambas caras de la moneda, esos dos Méxicos se ven sometidos y envueltos a las implacables reglas del nuevo orden que se nos propone, aunque de nuevo tenga la destreza de su director para hacer una buena película.


La película de Michel Franco se sustenta básicamente de lo que se sustenta toda la obra de este director: la polémica y el privilegio. Sólo hace falta dar un repaso a su filmografía para darse cuenta: En "Daniel y Ana" vemos las consecuencias y la cloaca que viene a destapar la relación entre dos hermanos de clase alta luego de ser secuestrados (a mi parecer, la única película de Franco con algo de propuesta, más allá de la polémica y la mirada que más adelante trataré de explicar que tiene el director, película que además, quizá sea la menos acogida por la crítica), luego tenemos a "Después de Lucia", una joven de buena familia que sufre de acoso escolar por un video polémico, y que se traga toda la presión por no querer preocupar a su padre deprimido por la ausencia de su madre (una película que, más allá del tema, las escenas fuertes y ese final contundente, es por demás plana, y quizá en este aspecto sería la más similar a Nuevo Orden), y en "Las hijas de Abril" vemos a una mujer que luego de abandonar a sus hijas, y volver aparentemente, ésta se va con la pareja de una de ellas a vivir la vida acomodada que sus hijas no tienen. De "Chronic" no comento nada porque es la única que no he visto, y es que el trailer me resultó tan fastidioso, que opté por no tomarme la molestia, aunque luego los trailers suelen ser muy engañosos, como es el caso del trailer de Nuevo Orden, pero ese punto lo tocaré más adelantado el análisis.

Entrando ahora sí en materia en torno a Nuevo Orden, la película tiene muy contados buenos y destacados momentos vistos desde el punto de vista técnico/narrativo, uno de ellos es la secuencia del principio que nos pone en perspectiva por una parte, de la película en sí, y por otra, del destino y naturaleza de algunos personajes. En la parte de la fiesta algunos desplazamientos de la cámara son interesantes, pero jamás pasa de eso. Y me parece que, hablando de la parte del hospital como de la fiesta, viene el problema con la película de Franco, y lo que me parece, es el fallo de la mala lectura que muchos están dando a la película. Porque sí, a la película muchos la están juzgando mal por algo que, además de que me parece erróneo, no tiene valor. El error de Franco está en la parte en que presenta, y la importancia que da a estas dos realidades. Y es que, es un hecho que para Michel Franco pesa e importa más que sus películas generen conversación por una mala vía, que preocuparse por hacer películas bien hechas, pues esta situación, en manos de un director con más oficio, no hubiera ocupado más de cinco minutos, hubiera resuelto de manera fácil, sin "herir" tantas conciencias. En esta primera parte lo único que hace Franco es alimentar a la confrontación, una confrontación que me parece es, además de innecesaria, inexistente, pues considero que no hay rastro de clasismo, o no más allá de la que otras películas también muestran y presentan en la forma en que una clase con ciertos privilegios se sirve de las que menos tienen, ya sea para la protección, para quehaceres de la casa, o para suministrarlos de drogas; y sé que muchos criticarán y juzgarán este punto de vista de mi parte, y quizá juzguen mi cuestión ideológica en este caso, pero les puedo asegurar que ninguna cuestión ideológica me rige al escribir esto, ya que para nada puedo decir que tenga una situación privilegiada, más bien todo lo contrario, pero continúo.

Fernanda Solorzano sugiere en la videocrítica que hizo de esta película, que pensar que hay una identificación o una susceptibilidad del realizador por la clase más acomodada de la película, es erróneo, que de ser así, la puesta de cámara habría sido desde el punto de vista siempre de estos personajes, teniendo frente a la cámara a los "malos", y a mí me parece que eso no es del todo cierto, pues si hay muchos elementos que nos dan a entender que Franco es, en muchos sentidos, uno de los personajes de la casa en Las Nubes. Uno de los elementos que nos puede hacer dar esta lectura, es cómo generaliza y condena las marchas y manifestaciones, encasillándolas a todas en un mismo mal. Muchos atacaron al director por manchar de cierta manera el movimiento feminista y pro-aborto por la cuestión de la pintura verde, y me parecía hasta cierto punto exagerado, porque volvemos a un punto tocado anteriormente, cometemos el error muchas veces por dejarnos llevar en base a la lectura inmediata de los adelantos y las supuestas claves en los trailers, pero basta ver la escena de los soldados en el campamento en la plaza, para detectar que evidentemente se mete en terrenos por demás sensibles, y si bien se sabe que en las manifestaciones de esta índole, siempre hay personajes del gobierno que tratan de mancharlas desde adentro de las mismas, acá Franco no expresa eso, y al no hacerlo, no sugiere, sino que pone en evidencia totalmente, que cree que este tipo de manifestaciones son un peligro para "nuestra" sociedad, y de manera burda e injustificada, porque no abonan a nada en la trama, en el buen desarrollo narrativo, sólo para hacer más evidente el "discurso" polémico y un <<guion deliberadamente estúpido>>. Tocado este punto, cabe destacar que la película tiene un gran diseño de producción, pero es un diseño de producción que se siente muy artificioso, incluso falso, nada más hay que ver las manifestaciones recientes en Estados Unidos por la brutalidad policiaca para ver cómo realmente se ven las manifestaciones de pueblos que están hartos del sometimiento efectuado por gobiernos incompetentes y tiranos, no como lo que se nos muestra en la escena del Ángel de la Independencia. Dentro de las cosas que afectan a la película, o que la afectaron entorno a los comentarios "en tendencia" de la misma, es el hecho de que Rolando sale en una escena en la que parece lidera a un grupo de manifestantes, pero al ver la película esto se deslinda, de hecho, aunque parece es la figura por la que los "acomodados" podrían tener redención antes de la catástrofe, no está para nada ligado a los destinos de cada casa, de cada México, de hecho el desenlace para él es muy tirano, y quizá muchos piensen que así es México, y quizá así sea, pero esta clase de comentarios, así como el decir que "sólo vivía de pedir dinero a sus ex-patrones como esta clase de personas son, vividores", revela mucho de la clase de personas que somos, y es aquí que Franco pierde una gran oportunidad de desarrollar la película para otra cosa, en torno a la figura de Rolando y Mariann, los dos personajes más interesantes de la película.

La película pudo haber sido una cosa completamente diferente si al director no lo hubiera nublado esa visión de polémica y de privilegio que rige su cine, pues si bien la película toca el tema de los peligros de la militarización, y no sólo eso, sino algo aún más fuerte como lo es el régimen militar absorbido por la corrupción, que no tiene nada de malo, sino todo lo contrario; con el antecedente del principio de la película, y la confrontación que en esta se genera, exponer a los militares, con formas erróneas por parte del director, denotando desde su modo de hablar, hasta su tono de piel, ya sugiere algo, un hecho, el mensaje que además de clasista, es racista a todas luces: los morenos son los malos. Y muchos tacharán de extremista este comentario, pero es que está a mi parecer a todas luces esta lectura: no sólo en la primera parte, o en el desarrollo, en donde no se muestra de manera tajante, pero si hay un hilo conductor que cada vez es más presente y frecuente. Quizá habrá muchos que digan que también hay "caras morenas" tanto entre los ricos como en la gente de clase media que transita en las calles de manera pacífica durante las horas de tregua, pero en ellos no se detiene la historia y lo que expone Franco en su película, es que para él, estos seres son invisibles, porque jamás hay un enfoque en ellos; los que sí son visibles, y que son de estas condiciones, son el otro lado de la moneda que no se quiere topar. Y por el otro lado, muestra, o trata de mostrar al final, al sistema judicial, y al gobierno, como una salvación, como en una especie de redención, la película por momentos pareciera es más un discurso de viejos gobiernos que daban poder a sus fuerzas judiciales (¿calderonismo?) para "salvar" a su gente, pero el "giro de tuerca" viene al final, tratando de "sorprendernos", obviamente todo esto lo entrecomillo porque no es sino todo lo contrario, una vieja fórmula tanto de fondo y forma empleada por el director, con una trama que si uno la observa detenidamente, no es más que una copia que muchas de las películas que han narrado temas históricos como el de la Segunda Guerra Mundial: judios sometidos por nazis, y el sesgo de esperanza que se nos presenta en uno o dos personajes, pero que sólo se queda en la anécdota y en el final simplón y perezoso (un ejemplo contundente: "El niño con pijama de rayas", así de simple es la puesta de Franco), la conciencia de cada uno determinará quienes son quien.

Hace unos días leía el comentario que una persona realizó en la opinión de un amigo sobre la película, que decía que a los críticos y los festivales en Europa les podías mandar cualquier bodrio latinoamericano y no lo regresaban como una obra maestra, y yo estoy un poco de acuerdo con esto, pero a la vez difiero, por muy contradictorio que parezca este comentario mio. Por una parte, estoy de acuerdo que hay películas que vistas desde una perspectiva europea (por no decir, privilegiada y con muy poca memoria) pueden tener algo de valía (dicho esto, hay algunas escenas y secuencias que recuerdan un poco al cine social italiano y polaco, como la escena donde uno de los personajes busca un permiso de trabajo, y otra en la que el mismo personaje y su mamá [tocado este punto, la mayoría de las actuaciones cumplen, y el resto son de regulares a menos] llevan el dinero de un rescate), pues no tienen la perspectiva tanto cultural, como real, y con esto no trato de decir que toda película deba estar ligada a su realidad, si esto no rige del todo al documental (hablando en términos de "forma"), menos tendría que regir a la ficción; pero si hay una mirada sin un contexto, y que se deja llevar por el impacto. Y por el otro lado, el de si todo lo que nos representa en los grandes festivales de cine es malo, considero que no, se podrá cuestionar mucho la obra de cineastas como Reygadas y Escalante, hablando de México y los más representativos en últimos años al igual que Franco, pero al menos a estos dos, si bien también sus obras a los ojos de muchos se fundamentan en la controversia (otro claro ejemplo, y que tocan temas parecidos y arriesgados, pero con mayor propuesta son las muy mencionadas en este blog Los Muertos y Me Quedo Contigo), al menos en estos se rige una vena autoral, si nos gustan o no sus convicciones personales, esto ya es otro tema, pero hay una propuesta artística en ellos, una clara intención de decir cosas de manera diferente, en Franco, ni se dice nada nuevo, ni de manera diferente, aunque así se pretenda, si caemos o no en ese juego, es responsabilidad de cada uno, y más importante aún, si somos portadores de replicar un mensaje vacío en base a ideas además de caducas, mal empleadas. Y finalizo diciendo que, otra de las cosas que me hacía mucho ruido era la tipografía en la película, para mí, no sólo es lo único realmente destacado, sino que es la metáfora perfecta de lo que Franco quería decir y no pudo hacer un 88 minutos: el nuevo orden es una fórmula vieja, caduca y defectuosa, y hay películas con mucha mayor propuesta, que nos muestran los problemas de la militarización sin imponer ninguna índole ideológica, (El Guardián de la Memoria, a todas luces infinitamente superior en fondo y forma) como la que si denota de manera muy simple Franco, y con lo anterior, digo, que su película no es mala, pero tampoco es buena, y en este caso, no merece comentario mayor, ni relevancia sus premios, al menos para mi.


jueves, 22 de octubre de 2020

Se escuchan aullidos: autobiografías contadas por nuestros hijos.




Se escuchan aullidos es la película más reciente del cineasta Julio Hernández Cordón, cuyo andar por festivales, esta vez de manera virtual, por los tiempos que vivimos hoy día, nos ha permitido poder verla.

Para quien conozca el cine de este ya muy reconocido director (y en hora buena, su trabajo lo respalda, y es en verdad excepcional, a mi parecer, uno de los cinco mejores cineastas hoy día en México), sobretodo sus últimas tres películas, que son las más reconocidas, y las de un acceso digamos más fácil; esta nueva propuesta quizá les parezca atípica a lo que muestra su cine en los últimos cinco años, pero para los que conocemos la filmografía completa de Julio (incluidos sus cortometrajes, que por cierto hablaremos de uno en particular más adelante), sabremos que no tiene nada de atípica, de hecho hay mucho de muchos de sus trabajos anteriores, los que de una u otra manera, de fondos y formas muy distintas, guardan cierta conexión, quizá la única excepción a la regla, y por lo tanto, la única película atípica en su filmografía, sea precisamente su ópera prima: Gasolina, algo que Julio jamás volvió a mi parecer, a replicar, tanto para bien como para mal.

En esta ocasión no haré reseña alguna, pues por la naturaleza de la película misma, me parece sería algo muy complicado de hacer, de modo que pasaré al análisis directamente comentando aspectos y detalles en preciso de la obra.

La película quizá sería a mi parecer la obra más personal y autobiográfica de Julio, no sólo por el hecho de que su hija mayor la protagoniza, sino también por el hecho de que nos cuenta, a la vez que cuenta la historia del lago de Texcoco, y su búsqueda siendo acompañada por el espíritu de Neza, el rey poeta, y ayudada por la mujer lobo de las leyendas de los lugareños; que mucho de lo que ella cuenta y narra sobre su padre, está basado en las propias vivencias de Julio siendo un joven que vivió en la ahora Ciudad de México. Vemos "oficialmente" a Julio sólo al principio de la película, invitando a su hija a que haga esta película con él, dándole detalles varios, como el título que pensaba ponerle, pero hay una presencia de Julio que a mi me parece que en el mismo grado que tiene de osada, narrativamente raya en la genialidad, y utilizo esta palabra no sólo en la forma en que se utiliza hoy día, sino que en todo el extenso sentido de la palabra, lo que Julio hace con esta aparición suya que raya entre ninja/fantasmagórica, una prueba más del genio y la gran creatividad que emana de su mente, como el hecho de utilizar al mismo actor para interpretar a todos los personajes secundarios de la historia.

El personaje de Fabiana, a mí bien me podría parecer la hija de aquel peculiar niño que era atacado y amordazado por sus amigos en el fantástico cortometraje Maleza, tiene una presencia muy especial, con su inocencia y la voz que le da a el mensaje dado por su padre, de sus vivencias, y lo que me parece hace que para Julio esta película, y esta historia sea tan importante, mientras se desarrolla lo verdaderamente importante de la película: la visibilidad que le da a un problema tan importante como lo es el desplazamiento de la gente de su lugar de origen y lo voraz que se vuelven las ciudades con tal de ganar más terreno al grado de desaparecer.

Julio vuelve a mezclar me parece de manera más que magistral la ficción y el documental, como alguna vez ya lo hizo con Hasta el sol tiene manchas, y no sólo eso, lo hace de una manera además de orgánica, muy austera, notándose en más de un aspecto que Julio puede hacer tanto obras de gran producción con decenas de personas trabajando a su alrededor, como películas de muy bajo presupuesto con un número limitado de personas las cuales se podrían contar con los dedos de ambas manos. Julio recaba entrevistas de personas que conocieron como fue el lago de Texcoco en su gloria, esplendor y apogeo (además, me parece que la forma en que los presenta y les da voz para que den su permiso para aparecer en la película, abona a la manera tan creativa de "montar" la escena) mientras Fabiana sigue su búsqueda saltándose rejas y reglas en el proceso. Al igual que en Hasta el sol tiene manchas, Julio de alguna manera le da mención, voz y rostro a personas importantes en su vida que lo han ayudado y lo han hecho ser quien es, en esta película en particular se muestran, además de su hija, en dos de sus mejores amigos de la juventud, en la escena del graffiti de Soda Stereo en la pared azul de la pulquería.

Como lo comentaba antes, muchas de sus películas tienen similitudes, hilos en común que no pueden pasar desapercibidos cuando hablamos de un cineasta que es un autor nato, y está demás decirlo, una mente sumamente creativa, por un lado tenemos este lazo docu-ficción en trabajos como ya mencionados, pero no sólo esos dos juegan con esta condición, Polvo, documental producido por el propio Julio y Pablo Larraín, y Las marimbas del infierno es otro, vemos una historia y personas reales, pero que claramente están siendo dirigidos, de manera muy libre si así lo quieren, pero ya hay una mano de dirección por parte del director. Las similitudes entre Te prometo anarquía y Atrás hay relámpagos es algo de lo que ya he escrito cuando precisamente comenté la segunda mencionada, así como su amor por la CDMX y su melomanía, y Cómprame un Revólver nos muestra esta faceta de Julio ya preocupándose por cuestiones más allá de relevancia personal, o de una postura muy propia, sino que su mirada se nota ya enfocada en temas y circunstancias más allá sólo de su persona, ya empieza a preocuparse por los demás, en preciso, por los suyos, sus cercanos, sus hijas, en este grado, parafraseando a un amigo, su cine a partir de Cómprame un Révolver, se vuelve un cine sobre y para niños, contado por y para adultos.

Finalizo diciendo que al final Se escuchan aullidos, nos da prueba una vez más que la realidad supera a la ficción, por muy dolorosa que esta sea, y para muestra, lo que quedó del lago que tantos como Julio recuerdan y extrañan, con una tristeza irremediable de no haber podido mostrar aquello a sus hijos, y con una preocupación y conciencia de que cosas y masacres como esa, a la naturaleza y a nuestros ecosistemas y los lugares que nos importan, vuelvan a pasar.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Deux moi


Deux moi, cuya traducción literal sería "Dos yo", pero titulada en latinoamérica como "Alguien, en algún lugar"; es una película francesa del año pasado, dirigida por el prolífico director francés Cédric Klapisch, director que nos ha traído películas como Ce qui nous lie (El viñedo que nos une) y la trilogía de Xavier y Martine (Una casa de locos (2002), Las muñecas rusas (2005) y Mi vida es un rompecabezas (2013)).

Esta película que, desde el trailer se nos presentaba como una comedia romántica decantada sin más, además, y dicho sea de paso, mostrándonos algunos chistes que, ni resultaron ser chistes en la película, ni eran tan buenos presentados en el trailer, y comento esto al respecto porque la película resulta ser, si bien no puedo decir que no es una comedia romántica al final, con el típico cliché y toda la cosa, hay que comentar que la película antes de eso es algo más, y toca un tema por demás importante para una generación como la de este milenio, ahora me explico.


Mélanie y Rémy son dos jóvenes solitarios a los que les es difícil socializar y tener amigos o pareja, además de ese hecho, ambos tienen problemas para dormir, pero lo manifiestan de diferentes maneras, mientras Mélanie duerme de más (ella, una investigadora farmacéutica), Rémy, duerme prácticamente nada (él, trabajador de una fábrica al cual luego promueven mientras desocupan al resto de sus compañeros); mientras ambos buscan formas de combatir este problema con medicamentos, y otros asuntos que se van suscitando en su día a día, como ataques de ansiedad, a ambos les sugieren que quizá deberían de asistir a terapia para dar con el problema de fondo. Ambos acuden a terapia con psicoanalistas, y estos les dicen que tienen todos los elementos de ser personas con un cuadro depresivo, pero que no por eso sean personas que están en depresión, y es a partir de estas pláticas con sus psicoanalistas, mientras nosotros, el espectador, vemos como sus caminos están más próximos de lo que ellos jamás se imaginarían que lo están, y lo parecidos que son, es que esta película entabla una relación con un tema demás importante: lo importante que es la terapia y el hablar sobre los problemas del pasado para llevar una vida plena.


Como lo mencioné al principio, quizá lo mejor de la película es el hecho de que no es una comedia romántica más, y claramente a mi parecer no es el intento de algo más, es claramente algo más que entabla un discurso en relación con el tema de la necesidad de la terapia cuando se tiene un problema como el que se le plantea a ambos personajes principales, los cuales hay que decir, son muy bien interpretados tanto por Ana Girardot y Francois Civil (ambos actores ya habían participado junto al director en la su película, actuando como hermanos), por el lado de ella, su problema viene de no superar su relación pasada, y terminar dándose cuenta que siempre entregaba más de lo que los demás le daban, en el caso de Rémy, empieza con la culpa de los compañeros que despiden de su emplea, hasta terminar dándonos cuenta de que este sentimiento de culpa le viene de su hermana menor fallecida cuando eran niños, y cómo esa herida jamás sanó porque su familia jamás habló se eso, simplemente enterraron el tema con su hermana por no sentir dolor. En el sentido de si la película es una comedia romántica o no, por supuesto que lo es, por la naturaleza misma de la película, que si bien el tratamiento y el tema central no son ellos, como pareja, su desarrollo si juega muy bien sus cartas ante el espectador, pues mientras se desarrolla la historia y el tema central, siempre muestra al espectador las cosas que conectan a estos dos personajes, y cómo por momentos pareciera que los va por fin a encontrar, pero jamás lo hace, aunque al final sepamos que se van a encontrar, pero las pistas que deja en la trama, y parecen definitorias, jamás nos dan nada por adelantado, todo amalgamará al final, y no sólo eso, sino que es precisamente al final, que uno no puede dejar de pensar en las charlas que estos dos tendrán al darse cuenta lo cerca que estuvieron todo eso tiempo sin coincidir.

En cuanto a la realización, hay una propuesta en cuanto a la estética en muchas tomas fijas y la puesta de cámara sobre todo en escenas de la ciudad en plano general (sobre todo en las que toma a los edificios donde ellos viven y las vías del metro) que fuera de eso, es muy pragmática en otras secuencias, pero no por eso incorrecta. Resaltar quizá el gran diseño de arte y los colores que hacen que uno represente a cada personaje, y también a los psicoanalistas. La música tiene un gran distintivo que me parece, siendo muy audaz y original, logra acompañar con gran propuesta a toda la película, sin sentirse alguna clase de ausencia, no deja de estar presente en ningún momento, y esto lo digo tanto como un halago, como un reproche.

Sin duda alguna me parece es una película que es muy interesante por el tema que aborda, cómo logra zafarse de esta etiqueta de ser una simple comedia romántica, como tiene cierto grado de originalidad desde propuestas muy sencillas y propias, aunque no siempre le jueguen a su favor, y me parece que si ustedes han visto al menos las dos últimas películas de este director, y les han gustado; esta los dejará a mi parecer con un grato sabor de boca, pues la considero muy superior a esas dos películas en preciso.






martes, 13 de octubre de 2020

Mon chien stupide: vaciar la casa.





Mon chien stupide es una película francesa del año pasado dirigida, escrita y protagonizada por Yvan Attal, la cual nos llega a México gracias al marco del Tour de Cine Francés, un Tour que siempre hace que nos llegue con más rapidez las películas más interesantes (comercialmente hablando) de los estrenos en salas del país francés.


La película se nos presenta a través de su personaje protagónico en toda su esencia: Henri Mohen. Un escritor de cincuenta y tantos que luego de escribir una gran novela en su juventud estando en Roma de la cual ya no pudo emular el éxito, salvo escribir literatura desechable, y algunos mediocres guiones de película, nos dice de manera directa, cínica y sobretodo honesta, su sentir por sus cuatro hijos y su esposa: ellos son los culpables de no tener inspiración a la hora de escribir. Pero es la llegada de un enorme perro, al que toda la familia cree que Henri fue quien lo llevó, pues le acababan de matar a uno; la que hace que la familia se vaya y deje la casa en paz al menos una noche, es ahí que Henri se da cuenta del gran poder que tiene el perro. Pero es a partir de ese acontecimiento, y el valor de victoria que para él significa ese enorme perro, y el porque es que ama tanto a los perros y lo que lo hacen recordar de su infancia, es que el sueño de Henri se va haciendo realidad, ya fuera porque las cosas encuentran su cauce en la vida, o porque sus hijos empiezan a rebelar una identidad que incluso ellos desconocían de sí mismos, y así como Henri, a su particular manera empieza a sentir el vacío que le hace bien para escribir, pero le va quitando sentido a lo que él creía, no es hasta que Cécile lo deja, que él opta por volver a escribir de verdad, tentando y yendo en contra de su propia naturaleza, dándole a su novela un final feliz, en vez de ser honesto, pero es entonces en el momento que él vuelve a ser honesto, que la ficción se cuela en su realidad, es entonces que el sueño de volver a Roma se hace realidad.


La película tiene varios valores que a mí me parece a bien desmenuzar y puntualizar porque es una película muy destacada, pero los quiero puntualizar más que nada por un motivo: la película no empieza de manera muy sólida. Se nos presenta, como ya lo comencé al principio, con un monólogo en voz en off del protagónico, pero no hay mucho a destacar en esta presentación, salvo la presentación, que a la larga sería importante de este personaje. Y así la primera tercera parte de la película es mostrada más como una comedia muy enredosa, con sus momentos buenos y sus momentos malos; pero conforme va avanzando, y sus personajes se van mostrando, es que la película empieza a tomar forma, en concreto, cuando los hijos se empiezan a ir, no es que haya habido un plan por parte de Henri, pero parece celebrar cada ida, y la celebra me parece por dos razones, la primera, porque así ya podrá sentir paz, esa paz que no ha sentido luego de 25 años; y la segunda, porque ve por fin a sus hijos crecer y no ser dependientes. Pero en cada despedida, aún con el grado de resentimiento que algunos de sus hijos puedan sentir por él, ellos le muestran que nunca lo ignoraron del todo, que al final, aunque no haya estado tan presente, le agradecen que hubiera estado y lo que hizo por ellos, es ahí que empieza a ver un cambio en Henri, pero no me adelanto, este punto quiero exponerlo al final.

Hay un valor técnico que no puedo dejar de mencionar porque en realidad me pareció sorprendente. Hay un movimiento de cámara que me pareció más que espléndido, esto aunado al muy atinado trabajo en el diseño de arte y todo lo que esto concierne (una paleta de colores finísima y una fotografía [sobretodo la de las sombras de Henri] deslumbrante). La música original compuesta por Brad Mehldau, es una pieza que en su sencillez radica su mayor belleza (incluso, por muchos momentos me recordó a la música de la gran película argentina El mismo amor, la misma lluvia de Juan José Campanella), verdaderamente un agasajo que jamás estropea ni el ritmo de la película, ni la trama.

Bien dicen que no hay arte sin un artista detrás de este en un estado visceral, y esta película es una muestra perfecta de ello, pues Yvan plasma en un guion co-escrito con Yael Langmann y Dean Craig, adaptado de la novela "Al oeste de Roma" de John Fante, mucho de sí. Partiendo por el hecho de que la protagoniza al lado de su mujer en la vida real: Charlotte Gainsbourg, con quien lleva casi 30 años de relación, y con quien tiene tres hijos, uno menos que en la película (cabe aclarar que no es la primera vez que trabajan juntos en una producción). A Charlotte la vemos más encantadora que nunca, con momentos buenos y malos, pero hay sobretodo uno más que destacado, que es cuando le dice quién es el que saboteó todo en la vida de Henri. En la película también aparece su hijo mayor en la vida real como su hijo mayor en la película, que curiosamente es el primero que se va, y así sucesivamente pasa con todos los hijos.

La forma en que se nos va mostrando el cambio de Henri es de manera casi imprevista, no hay como un sesgo de su cambio de actitud, de hecho, en el sentido figurado, jamás la hay, nada más hace falta ver el final de la misma, pero sin embargo claramente la hay, es sólo que no está presentada de manera edulcorada como en las comedias americanas, no hay pasar de un oscuro general a toda la gama de colores, no es pasar de la tristeza, la depresión y lo patético, a la gran felicidad, más bien la película ahonda y presenta un gris general y de qué manera, un personaje que al final, cuando narra a su editora el final honesto de su novela, nos muestra ese cambio, cómo en esencia no cambia, pero las cosas que creía lo hacían infeliz y lo importunaban, en realidad eran las que le daban sentido a su vida, uno no puede más que empezar a sentir empatía por este personaje, y que se merece ese final feliz que escribe en su novela, porque al final de cuentas, todos esperamos eso, y se los dice alguien que vive solo y es, de cierta manera, escritor.





jueves, 8 de octubre de 2020

Punto y coma.

 

-¿Por qué tus dedos son tan inquietos?
-No lo sé. Jamás me había puesto a pensar en ello.
-Y nunca nadie te lo había preguntado antes.
-No.
-Trata de encontrar alguna explicación.
-No lo sé. No sé si pueda.
-¡Vamos! Me vas a decir que don señor escritor no puede inventarse una historia sobre porque sus dedos no pueden dejar de acariciarme.
-No es eso. Mira, si quisiera encontrar algo muy pretencioso o significativo, sería algo que me costaría mucho inventar. Tendría que agotar todo mi arsenal creativo para hacer que con unas cuantas palabras tú ya no te quisieras ir esta vez, quizá lograría derribarte los miedos y haría que te olvides de todo y te quedes conmigo para siempre.
-No juegues conmigo, por favor.
-Lo sé. Y no te preocupes. No haré eso. Lo que haré ahora, que es algo que debí hacer desde el primer momento en que te vi, es decirte la verdad, del por qué no puedo dejar de tocarte, de sentirte, de buscarte.
-¿Y cuál es esa verdad?
-Esa verdad es la única verdad que rige mi vida desde que llegaste, y es el hecho de que, desde que llegaste, sabía que había encontrado aquello que había buscado toda mi vida, y que por más que yo quiera vivir más y tenerte más, no puedo hacerlo, y tarde o temprano tú te irás. Incluso el calentamiento global y la paz mundial me importan más cuando estoy a tu lado. Por eso decidí desde el momento en que te conocí que iba a ocuparme en lo que yo pudiera, de mejorar y contribuir para que este mundo sea un lugar cada vez mejor, desde mi humilde trinchera. Y que cada momento que tuviera a tu lado, lo iba a aprovechar al máximo, y no iba a dejar de tocarte y besarte cada vez que un impulso me lo dictara.
-Aunque eso signifique estar juntos desde que llego hasta que me voy.
-Incluso.
-¿Y la escritura? No dejarías de escribir por mi, ¿o sí?
-Cuando estoy contigo ni siquiera siento la necesidad de escribir.
-¿Qué te he hecho?
-No lo sé, pero algo mejor de lo que era antes, seguro que si.










jueves, 1 de octubre de 2020

Declaración de sueño.

 

Para saber que no duermo

o he muerto,

debes besarme cada mañana y decirme que besos como los que me das no los podría yo imaginar ni recrear en el mejor de mis sueños.

y yo te contestaré:

¿Y qué me dices del paraíso?