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martes, 12 de abril de 2016

Diarios de motocicleta (o el viaje que todos quisieramos hacer)


En la edición número "18" de la revista Cinéfagos, (revista para la que colaboro) cuando escribí sobre Woody Allen y como su cine es una mezcla tan exquisita de lo que debe de representar el cine como lo que es, la conjunción de los seis artes restantes que lo hacen ser el séptimo arte, comentaba como precisamente sus películas me han influenciado mucho tanto en lo que escucho a la hora de escribír, mucho de lo que he leído y lo que he visto (como las películas de Bergman) que precisamente la película de la que les estoy a punto de hablar decidí verla porque en su película "Match Point" es mencionada.

Lo diré en pocas palabras, no hace falta ser amante del séptimo arte o de la figura de el Che para ver esta película, simplemente ver esta película es hacer un viaje, ese viaje que todos quisieramos hacer una vez en la vida. (Quien no lo quiera hacer simplemente yo no sé a que a venido ha este mundo)
Película del año 2004 dirigida por Walter Salles y con la maravillosa actuación del compatriota Gael García Bernal (sin duda uno de los mejores actores mexicanos de todos los tiempos. Y es que nada más hay que ver a la madre actuar para saber de donde heredó el tremendo talento que tiene este cabrón) "Diarios de motocicleta" retrata el viaje que hizo Ernesto Guevara en el año de 1952 en compañía de su mejor amigo Alberto Granado por toda América del sur desde Buenos Aires bajando hasta La Patagonia y subiendo por Chile hasta recorrer todo el Peru hasta la villa de San Pablo, pero más que nada narra ese cambio que sufre el ser de Ernesto y que lo hace sembrar la semilla de lo que años más tarde germinaría en el guerrillero llamado "Che". Como va descubriendo la desigualdad y la opresión del pueblo latinoamericano por la ideología yanqui y la bondad y hermandad del mismo pueblo latinoamericano como los hermanos que somos a pesar de las fronteras y la nacionalidad, como siendo tan diferentes y tan complejos, podemos hacernos llamar hermanos a pesar de las diferencias físicas y en ocasiones de lenguas, vemos las adversidades que estos dos viajeros pasaron, como Alberto va viendo el cambio que sufre su amigo y a la vez como Ernesto también ve el cambio en Alberto durante los ochos meses que dura su travesía, donde dejan la moto en alguna parte del recorrido. El momento fuerte de la película y donde se ve que Ernesto deja de ser ese joven que pensaba sólo en graduarse y jugar Rugby con Alberto y sus amigos de la facultad de medicina es cuando llegan a un sanatorio de leprosos donde en verdad comprende lo bien que hace a cualquier hombre saber y sentirse apoyado por un hermano, que no es un hermano, cuando siendo asmático el día de su cumpleaños decide pasarlo con estos enfermos que estaban en una isla diferente a los doctores y cruza la división entre las dos islas nadando, aún cuando estaba prohibido cruzar y convivir con ellos sin protección, cosa que Ernesto desde un inicio no obedece; sanatorio al que llegan recomendados por el doctor Hugo Pesce que les da alojo por su paso por Lima quien el mismo Che lo dijo en su momento fue fundamental para que el entendiera las desigualdades de los gobiernos capitalistas y lo que el comunismo y el Marxismo exponían respecto a este problema. La plática que tienen con la pareja de peruanos en el desierto donde se encuentran las minas de cobre en Chuquicamata en Chile, la despedida de "la moto", las cartas de Ernesto a su madre, cuando este casi muere de hipotermia son sólo fragmentos que erizan la piel en esta película -hay que ser un viajero de vocación para comprender lo que estos momentos significan en la vida de dos personas-. Y más que ser un admirador del legendario Che, (aunque he de aceptar justifico y comparto mucho de lo que era su ideología) lo que si me atrapó de esta película es ese amor por la carretera y como en verdad los viajes suelen hacernos y convertirnos en hermanos de personas que nos topamos por corto tiempo en el camino, esos viajes que se llevan una parte de la inocencia que cargamos en los bolsillos, y que nos hace regresar siendo otros, con más vida y amor por la vida misma en el corazón. Y que más les puedo decir señores, siempre he expuesto el romanticismo que crea en mi las películas sobre viajes (nada más hace falta leer sobre mi amor por la trilogía Before para entender eso) y esta sin duda no es la excepción. Un recomendación por demás enfatizada de este su blog.

Cabe señalar que esta película se llevó el Oscar a Mejor Canción Original por encima de la favorita que era en aquella premiación del 2005 (la película francesa Los Coristas) interpretada por Jorge Drexler llamada "Al otro lado del río". Una canción por demás hermosa, además de ser la primera canción de habla hispana en la historia en ser nominada y la única hasta el momento al Oscar y ganarlo obviamente. Acá abajo les dejo el video de la canción y de la premiación en la ceremonia de los Oscar. (La persona que le entregó el Oscar fue el gran Prince)






Este es el reporte, regresamos al estudio.








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