Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

sábado, 9 de noviembre de 2019

Por qué las películas de Marvel no son cine. Por Martin Scorsese. (Texto completo)




* El cineasta explica el porqué de su afirmación: el cine es un arte que nos trae lo inesperado. En las películas de superhéroes, nada corre peligro. (Texto extraído de la facebook page de la Red de Cineclubes de La Paz [mismo que pueden consultar aquí])


A principios de octubre me hicieron una entrevista para la revista británica Empire. Me preguntaron qué opinaba de las películas de Marvel. Dije que he intentado ver unas cuantas y que no me gustan, porque creo que están más cerca de un parque de atracciones que de las películas que he conocido y amado toda mi vida. En definitiva, no me parecen cine.

Algunas personas han pensado que esta última frase era insultante y la prueba del odio que siento por Marvel. Si alguien está empeñado en interpretar así mis palabras, no puedo impedirlo.

En muchas películas de franquicias trabajan auténticos artistas, personas con talento. Se ve en la pantalla. El hecho de que esas películas no me interesen es cuestión de gustos y de carácter. Sé que, si hubiera nacido y me hubiera educado más tarde, quizá me apasionarían e incluso querría rodar una yo mismo. Pero me eduqué cuando me eduqué, y esa educación incluye un sentido del cine tan alejado del universo Marvel como la Tierra lo está de Alfa Centauri.

Para mí, para mis cineastas adorados, para los amigos que empezaron a rodar películas al mismo tiempo que yo, el cine consistía en una revelación estética, emocional y espiritual. Consistía en unos personajes, la complejidad de las personas, contradictorias y a veces paradójicas, su capacidad de hacerse daño, y amarse, y de pronto enfrentarse a sí mismas.

Consistía en afrontar lo inesperado, en la pantalla y en la vida que dramatizaba e interpretaba, en ampliar la idea de lo que permitía esa forma artística.

Porque la clave estaba ahí: era una forma artística. En aquella época había cierto debate sobre el tema y nosotros defendíamos que el cine estaba al mismo nivel que la literatura, la música y la danza. Aprendimos que el arte podía encontrarse en muchos sitios y muchos tipos de películas: en el cine de Sam Fuller y el de Ingmar Bergman, el de Gene Kelly y Stanley Donen, el de Jean-Luc Godard y el de Don Siegel.

O en las películas de Alfred Hitchcock; quizá se podría decir que Hitchcock era una franquicia en sí mismo. Nuestra franquicia. Cada estreno suyo era todo un acontecimiento. Ver La ventana indiscreta en una sala de cine abarrotada era una experiencia extraordinaria, creada por la química entre el público y la película.

En cierto modo, algunas películas de Hitchcock también parecían parques temáticos. Pienso en Extraños en un tren, cuyo clímax ocurre en un tiovivo real, y en Psicosis, que vi el día de su estreno en un pase de medianoche, una experiencia inolvidable. La gente iba a que la sorprendieran y la emocionaran, y no salía defraudada.

Sesenta o setenta años después, seguimos viendo esas películas y maravillándonos. ¿Pero es por las sorpresas y las emociones? No creo. Los escenarios de Con la muerte en los talones son deslumbrantes, pero no serían nada más que una sucesión de composiciones y cortes elegantes sin los sentimientos que recorren la historia o el absoluto desconcierto del personaje de Cary Grant.

El clímax de Extraños en un tren es una proeza, pero los dos elementos que resuenan todavía hoy son la relación entre los dos protagonistas y la perturbadora interpretación de Robert Walker.

Algunos dicen que las películas de Hitchcock eran todas parecidas, y tal vez sea cierto; él mismo se lo preguntó alguna vez. Pero las franquicias actuales se parecen entre sí de otra manera. En las películas de Marvel están presentes muchos de los elementos que definen el cine para mí. Lo que no hay es revelación, misterio ni auténtico peligro emocional. No hay ningún riesgo. Están hechas para satisfacer unas demandas concretas y son variaciones sobre unos temas determinados.

Se llaman secuelas pero en realidad son la misma película y todo en ellas se ajusta a un modelo oficial. Las franquicias cinematográficas modernas nacen de estudios de mercado, están probadas con grupos de espectadores, investigadas, modificadas, vueltas a investigar y vueltas a modificar hasta dejarlas listas para el consumo.

Son todo lo que no es el cine de Paul Thomas Anderson, Claire Denis, Spike Lee, Ari Aster, Kathryn Bigelow o Wes Anderson. Cuando veo una película de cualquiera de estos cineastas, sé que será algo totalmente nuevo, una experiencia inesperada y quizá incluso innombrable. Que va a ampliar mi idea de cómo narrar historias mediante imágenes y sonidos.

¿Cuál es mi problema, entonces? ¿Por qué no dejar en paz las películas de superhéroes y otras franquicias? La razón es sencilla. En muchos lugares, si uno quiere ir al cine, la primera opción es una película de una franquicia. Las salas de cine están viviendo tiempos turbulentos, con un número cada vez menor de salas independientes. Las plataformas de streaming se han convertido en el medio de distribución preferido. Sin embargo, no conozco a un solo director que no quiera hacer películas para la gran pantalla, para proyectarlas en una sala con público.

Incluido yo, y eso que acabo de rodar una película para Netflix. Sus directivos fueron los únicos que nos dejaron rodar El irlandés como necesitábamos y siempre les estaré agradecido por ello. Se va a proyectar en salas durante un tiempo. ¿Me gustaría que estuviera en más salas y durante más tiempo? Por supuesto. Pero resulta que, en la mayoría de los multicines, las pantallas están ocupadas por las franquicias.

No me digan que es una cuestión de oferta y demanda, de dar a la gente lo que quiere, porque no estoy de acuerdo. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Si al espectador no se le da más que un solo tipo de película, todo el tiempo, es evidente que va a querer más de lo mismo.

¿Y no pueden irse a casa y ver cualquier otra cosa en Netflix o Hulu? Claro, en todas partes menos en la gran pantalla, donde el cineasta quería que se viera su película.

En los últimos 20 años la industria del cine ha cambiado en todos los frentes. Pero el cambio más nefasto se ha producido a escondidas y con nocturnidad: la eliminación gradual pero constante del riesgo. Hoy en día, hay muchas películas que son productos perfectos, fabricados para consumo inmediato, hechos por equipos llenos de talento. Pero les falta algo esencial: la visión de conjunto de un artista individual. Porque, claro, el artista, el individuo, es el mayor riesgo de todos.

No quiero decir que el cine deba ser una forma artística subvencionada ni que alguna vez lo haya sido. Cuando los estudios de Hollywood estaban en su apogeo, la tensión entre los artistas y los ejecutivos era constante e intensa, pero era una tensión productiva que resultó en algunas de las mejores películas de la historia.

Hoy, esa tensión ha desaparecido, y en el sector hay muchos que sienten indiferencia ante el arte y tienen una actitud a la vez despreciativa y posesiva respecto a la historia del cine. La consecuencia, por desgracia, es que ahora hay dos campos: el entretenimiento audiovisual para todo el mundo, y el cine. De vez en cuando se solapan, pero cada vez menos. Y temo que el poder económico de uno se utilice para marginar e incluso menospreciar la existencia del otro.

Para cualquiera que sueñe con hacer cine o que esté empezando a hacerlo, la situación actual es brutal y hostil al arte. Y el mero hecho de escribir estas palabras me llena de una infinita tristeza.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia para El País.

Žižek sobre Joker.




*Texto fuente tomado originalmente de este sitio. "Producciones "La Vieja Escuela" Presenta:" sólo lo ha traducido para compartirlo sin fines de lucro y por la única razón de fomentar culturalmente la lectura de críticas cinematográficas realizadas alrededor del mundo.


La vida cotidiana se ha convertido en una película de terror.

Deberíamos felicitar a Hollywood y a los espectadores por dos cosas: que salió una película de ese tipo que, seamos sinceros, da una imagen muy oscura del capitalismo altamente desarrollado, una imagen de pesadilla que llevó a algunos críticos a designarla como una 'película de terror social'. . Por lo general, tenemos películas sociales, que representan problemas sociales, y luego tenemos películas de terror. Para unir estos dos géneros, solo es posible cuando muchos fenómenos en nuestra vida social ordinaria se convierten en fenómenos que pertenecen a películas de terror.

Es aún más interesante ver cómo las reacciones a la película proporcionan un espectro completo de cohesiones políticas en los Estados Unidos. Por un lado, los conservadores temían que esta película incitara a la violencia. Fue un reclamo absurdo. Ninguna violencia fue desencadenada por esta película. Por el contrario, la película representa la violencia y te despierta al peligro de la violencia.

Como siempre es el caso, algunas personas políticamente correctas temían que la película usara clichés racistas y celebra la violencia. También es injusto. Una de las posiciones más interesantes fue la de Michael Moore, un documentalista de izquierda, que celebró la película como una representación honesta de la realidad de los pobres, excluidos y no cubiertos por la atención médica en los Estados Unidos.

Su idea es que la película explica cómo pueden surgir figuras como Joker. Es una representación crítica de la realidad en los Estados Unidos, que puede dar a luz a personas como Joker. Estoy de acuerdo con él, pero también me gustaría ir un poco más allá.


'Punto muerto del nihilismo'

Creo que lo importante es que la figura de Joker al final, cuando se identifica con su máscara, es una figura de nihilismo extremo, violencia autodestructiva y una risa loca por la desesperación de los demás. No hay proyecto político positivo.

La forma en que deberíamos leer 'Joker' es que sabiamente se abstiene de proporcionar una imagen positiva. Una crítica izquierdista de 'Joker' podría haber sido: "Sí, es una buena representación de la realidad en los pobres barrios marginales de los Estados Unidos, pero ¿dónde está la fuerza positiva? ¿Dónde están los socialistas democráticos, dónde se organiza la gente común?" En este caso, habría sido una película totalmente diferente y bastante aburrida.

La lógica de esta película es que deja a los espectadores hacer esto. La película muestra una triste realidad social y un punto muerto de la reacción nihilista. Al final, Joker no es gratis. Solo es libre en el sentido de llegar a un punto de nihilismo total.

Designé la figura de Joker en una especie de Kazimir Malevich, el avangardista ruso, cuando hizo esta famosa pintura de la Plaza Negra. Es una especie de protesta mínima, una reducción a la nada. Joker simplemente se burla de todas las autoridades. Es destructivo pero carece de un proyecto positivo. Tenemos que pasar por este camino de la desesperación.

No es suficiente jugar el juego de aquellos en el poder. Ese es el mensaje de 'Joker'. El hecho de que puedan ser caritativos como el padre de Bruce Wayne en esta última película es solo una parte del juego. Tienes que deshacerte de todas estas estupideces liberales que ofuscan la desesperación de la situación.

Sin embargo, no es el paso final, sino un nivel cero de despejar la mesa para abrir el espacio para algo nuevo. Así es como leo la película. No es una visión decadente final. Tenemos que pasar por este infierno. Ahora, depende de nosotros ir más allá.


Despertador social

El peligro de explicar solo la historia de fondo es dar una especie de explicación racional de que debemos entender la figura de Joker. Pero Joker no necesita esto. Joker es una persona creativa en algún sentido. El momento crucial en la película para su cambio subjetivo es cuando dice: "Solía ​​pensar que mi vida era una tragedia. Pero ahora me doy cuenta de que es una comedia".

La comedia significa para mí que en ese momento se acepta en toda su desesperación como una figura cómica y se deshace de las últimas limitaciones del viejo mundo. Eso es lo que hace por nosotros. Él no es una figura para imitar. Es un error pensar que lo que vemos hacia el final de la película, Joker celebrado por otros, es el comienzo de un nuevo movimiento emancipatorio. No, es un punto muerto final del sistema existente; Una sociedad empeñada en su autodestrucción.

La elegancia de la película es que nos deja el siguiente paso para construir una alternativa positiva. Es una imagen oscura nihilista destinada a despertarnos.


¿Estamos listos para enfrentar la realidad?

Los izquierdistas que están perturbados por 'Joker' son 'izquierdistas de Fukuyama'; aquellos que piensan que el orden democrático liberal es el mejor orden posible y deberíamos hacerlo más tolerante. En este sentido, todos somos socialistas hoy. Bill Gates dice que es para el socialismo, Mark Zuckerberg dice que es para el socialismo.

La lección de 'Joker' es que se necesita un cambio más radical; que esto no es suficiente Y de eso no son conscientes todos los izquierdistas democráticos. Esta insatisfacción que crece hoy es grave. El sistema no puede lidiar con reformas graduales, más tolerancia o mejor atención médica.


Estos son signos de la necesidad de un cambio más radical.

El verdadero problema es si estamos listos para experimentar realmente la desesperanza de nuestra situación. Como el propio Joker dijo en cierto momento de la película: "Me río porque no tengo nada que perder, no soy nadie".

También hay un juego de nombres inteligente aquí. El verdadero apellido de Joker es Fleck. En alemán, la mancha es una mancha, una mancha sin sentido. Es como la anamorfosis. Necesitamos tener una mirada diferente para ver una nueva perspectiva.

No confío en todos los críticos de izquierda que temen su potencial. Como Moore lo expresó muy bien, tienes miedo de la violencia aquí, no de la violencia real en nuestra vida diaria. Ser sorprendido por la violencia representada en la película es solo un escape de la violencia real.


Polvo, de José María Yazpik.




Polvo es una película mexicana que se acaba de estrenar comercialmente este viernes en salas de cine de todo el país luego de que hace unas semanas se diera su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Ópera prima del ya muy reconocido actor José María Yazpik, quien da el salto a la dirección con una historia de la que para empezar hay que decir que, puede ser todo, menos una película chistosa sobre narcos a lo El Infierno, (y no es que despotrinque contra El Infierno, ya que la película en lo malo de su comedia está también su mayor virtud: las consecuencias de esos actos que vemos chistosos y que al final nos damos cuenta que no lo son tanto) pero déjenme escribirles a detalle.


La película lleva por trama como en un día habitual de chamba, el "manda más" de un tugurio de mala muerte en Tijuana llama a dos de sus hombres, este luego de una historia que sirve para decirles en qué lío están metidos y cual será el destino de uno de los dos, acto siguiente recibe una llamada, este dice que tiene al tipo justo enfrente de él, luego cuelga el teléfono y carga el arma para disparar. Luego de esta introducción, y con la información que se nos brinda después, vemos al Chato, un trabajador de poca monta en este bar que igual sirve como prostíbulo que como expendio de drogas, tiene como tarea regresar a su lugar de origen luego de diez años de ausencia, San Ignacio en Baja California Sur, lugar del que se fue prometiendo que se convertiría en una estrella de Hollywood. Regresa para rescatar lo más posible de un cargamento de droga que cayó del cielo luego de que el piloto de la avioneta que cargaba el cargamento se quedara sin gasolina y esta se estrellara, y lo mandan a él para evitar mandar a un comando que haga un desastre en el lugar, es así que el Chato regresa para salvar a sus padres, pero se ve en su persona que hay algo por lo que no quiere regresar, ese algo es Jacinta, el amor de su vida y a quien dejó para no volver, ahora que vuelve muchas cosas han cambiado y otras no, pero su llegada al pueblo en búsqueda del "polvo farmacéutico" es la que hará que este pierda la calma que tenía, y todo a costa no de las drogas, no de la violencia, no de los narcos, sino por otra cosa que siempre a mantenido hundido al hundido, y que lo hace estar aún más hundido cuando lo tiene: el dinero. Lo que hace que tanto la vida del pueblo y las personas en este vayan cambiando, desde su posición ante los demás, como sus ambiciones.


Hay que decir para empezar que la forma en que Yazpik toca este tema es muy ingenioso, si bien no el más ingenioso, si lo es desde el punto en que nadie lo había tocado así, indirectamente el problema de la droga y como esto empezó por allá de los años 80's tiene una linea muy directa con la trama y el relato de la película, pero no es para nada la esencia, la materia principal con la que se desarrolla. Por un lado tenemos la exposición de este hombre que en un principio sacrificó su vida y su felicidad en aras de seguir un mejor futuro, futuro que quizá no consiguió por falta de apoyo, ya fuera de su gente, del gobierno, (cuando digo esto lo digo desde el punto que en lugares muy remotos aún hoy día es muy difícil que ciertos sectores de la población cuenten con una educación digna, ya no digamos en aquellos años) luego de no haber conseguido lo que quería, tuvo que sacrificar ese sueño para trabajar en lo que pudiera, y aquí es donde se origina tiempo después el tener que sacrificar su estabilidad emocional para irse a internar a la boca del lobo y sufrir al ver lo que dejó atrás cuando se fue, y una vez estando en el lugar tiene que hacer un sacrificio más y dejar una vez más todo atrás para que las cosas están bien en el lugar que deja, aunque esto sea lo que él piensa, porque de alguna manera él ha llevado lo que quizá a la postre destruiría la tranquilidad de este lugar para siempre y que hemos visto en otras películas como Pájaros de Verano, y ese es el dios capital.

Aunado a eso hay que reconocer la gran labor que hace Yazpik con su película, sin llegar a ser algo fuera de lo ordinario, si es muy decente su trabajo con un guion bien escrito, la cámara y la fotografía están encargados por el gran Tonatiuh Martínez, (Egresado del CUEC, y fotógrafo de las últimas dos películas de Ernesto Contreras [los recurrentes del blog, sabrán que en particular estas dos películas que son Las Oscuras Primaveras y Sueño en Otro Idioma son de mis películas mexicanas favoritas de la década]) consigue unas tomas en verdad extraordinarias. Cuando uno ve una película de un lugar que uno conoce muy bien, como mínimo uno desea que se le retrate dignamente, en esta película lo hacen. La recreación del lugar, la época, y todo lo que conlleva la vida en este lugar, desde los modismos, la forma de ser de la gente y su manera de hablar, lo plasman a la perfección. Las actuaciones son muy buenas, el hecho de que Yazpik protagonice la película, y como juega con ciertos roles en su actuación como la cuestión de "el artista" son muy plausibles, (además de comentar el gran parecido que me parece tiene con Miguel Rodarte en esta película en particular) pero la gran sorpresa para mi es Mariana Treviño, que lo hace tan sorprendentemente bien que me parece en el personaje de Jacinta encuentra al papel de su vida. Luce su acento sin que se sienta ridículo (que luego es lo que a mí más me choca de ella como actriz) y es tan mesurada incluso en su expresión corporal que yo en verdad le creí el papel de habitante de San Ignacio.

Yazpik nos muestra esa otra cara del narcotráfico, esa que se aleja de la violencia y la sangre, pero que de igual manera no deja de ser importante la manera en que hay que ponerle atención y enfatizarla, por un lado como se sirve del dinero para "ayudar" a poblaciones donde la ayuda gubernamental no llega, y como se vale de personas que luego de no poder seguir con sus anhelados sueños y viéndose en soledad y lejos de su casa, para seguir ganando poder. Como lo dije, sin ser la mejor propuesta del año en el cine mexicano, si es interesante el acercamiento al tema sin llegar a extremos sólo por morbo o llenar la taquilla, Yazpik nos habla de un tema importante para él y para todos, desarrollándolo en un lugar importante para él (el actor llegó a comentar en entrevistas dadas que parte de su familia es de San Ignacio), y que se nota en esa dedicación que hace al final de la película, justo cuando segundos antes muestra el anhelo de lo que el Chato pierde por segunda vez en la vida, y que no sabe si algún día va a poder conseguir.

Por cierto, comentar que el título de Polvo, si bien podría fácilmente vincularse al hecho del polvo en si que va a recuperar a San Ignacio, también podría servir como metáfora de los tonos amarillos que predominan en la película, relacionados con el polvo que se origina con el viento en las zonas desérticas como lo es gran parte del norte del estado de Baja California Sur, hasta con la escena en que el (gran) antagónico de la película, su amigo Fisher tiene amenazado al Chato para que le entregue la droga, es quizá la tierra en forma de polvo lo que hace que el Chato pueda salir del apuro y hace que cometa el único crimen en su vida, quizá el único asesinato que se haya cometido en el pueblo hasta ese día, y quizá la señal del mal que ha llegado para quedarse.

sábado, 2 de noviembre de 2019

"Todas las veces que he muerto"


Según yo,
ya he muerto tres veces.
La primera:
fue una noche de fiebre, tuve una pesadilla horrible
en la que una roca me devoraba.
En aquella ocasión empecé a escribir un cuento
que jamás terminé.
La segunda:
fue en un viaje de Cabo San Lucas a Todos Santos
me quedé dormido y mi primo trató de rebasar.
Y la tercera:
de esa aún no me acuerdo,
pero cada vez que alguien habla de inyecciones e inviernos
me duelen los glúteos.



Altar a Rosaura Zapata.




Altar a Francisco Toledo.



De perfil No. 1

De perfil No. 2

Altar a "La Grillito", personaje popular de la ciudad.

Altar a Elena Garro.

El desprender del alma.


 Siete caídas sufrió el elote de mi mano
antes de que mi hambre lo encontrara,
siete veces mil veces he muerto
y estoy risueño como en el primer día.
Nadie dirá: no supo de la vida
más que los bueyes, ni menos que las golondrinas.
Yo siempre he sido el hombre, amigo fiel del perro,
hijo de Dios desmemoriado,
hermano del viento.
¡A la chingada las lágrimas!,dije,
y me puse a llorar
como se ponen a parir.
Estoy descalzo, me gusta pisar el agua y las piedras,
las mujeres, el tiempo,
me gusta pisar la yerba que crecerá sobre mi tumba
(si es que tengo una tumba algún día).
Me gusta mi rosal de cera
en el jardín que la noche visita.
Me gustan mis abuelos de Totomoste
y me gustan mis zapatos vacíos
esperándome como el día de mañana.
¡A la chingada la muerte!, dije,
sombra de mi sueño,
perversión de los ángeles,
y me entregué a morir
como una piedra al río,
como un disparo al vuelo de los pájaros.

Fragmento de "Algo sobre la muerte del mayor Sabines".



viernes, 1 de noviembre de 2019

The Dead Don't Die.




The Dead Don't Die es la más reciente película del director norteamericano Jim Jarmusch, la cual fue estrenada en la función de apertura del Festival de Cannes este año. Los muertos no mueren, como es llamada en español, es, a pesar de lo que su inicio pudiera hacer entender como un fan-service de Jim Jarmusch a sus seguidores (porque hay que reconocer que este hombre no tiene ni un sólo gramo de egocentrismo, el hace cine como a él le gusta hacerlo, pero jamás cine para él, como quizá otros directores si lo hacen), es en toda la extensión de la palabra una de las propuestas más renovadoras tanto para el cine de género, el cine independiente, y su cine como definición. En pocas palabras, la película está para colocarla entre las mejores propuestas del año, para variar en el singular director de cabello canoso oriundo de Ohio.


(Cabe aclarar que mi comentario sobre esta película será lo más breve posible y tratando de omitir cualquier detalle que revele algo sobre su trama salvo lo que se sabe desde su trailer, y esto lo menciono porque para caer en el juego del director con esta película es muy importante no saber muchos detalles)


La trama se desarrolla alrededor de la canción de Sturgill Simpson, que siempre aparece en la acción para increpar al viejo Cliff (Bill Murray), el jefe de policía de Centerville, un pequeño pueblo de no más de 1000 personas. Contrario a su jefe, Ronnie (Adam Driver) parece, al igual que la mayoría de los jóvenes que vemos en la película, les agrada la canción, aún con todo lo que saben, o algunos saben, está por venir, entre personajes pintorescos que están y no conectados, veremos a este par luchando contra zombies mientras Jarmusch nos habla de lo que nos encanta escuchar.

La premisa de Jarmusch en la película a primera vista pareciera es de lo más simple, como en todas sus películas, pero la profundidad que le da a la narración, el ritmo y la atmósfera tan llena de detalles son embriagantes. Vemos tantas referencias sobre cosas que ama un cinéfilo que uno no puede dejar de ver enganchado todo el amor que imprime Jarmusch a las cosas que ama: Nosferatu, Hitchcock, Romero, Ohio, Paterson, Coffee and Cigarettes, Scott Fitzgerald, El Señor de los Anillos, Moby Dick, Star Wars, México. Pero la cosa no va sólo de eso, como ya lo dije, no es una película que pudiera sólo disfrutar aquel que ya conoce las tramas y los ritmos del director, pues la película cuenta con varias singularidades que la hacen extraordinaria, desde la comedia que maneja, muy simple, inteligente, sarcástica, te saca más de una carcajada, (la escena circular en la cafetería y cómo vuelve a utilizar las mismas tomas para ver lo que los tres personajes ven, es genial) la música es algo que en una película de Jarmusch es de lo más vital, en esta no es la excepción, el soundtrack realizado por SQÜRL es extraordinario. Los personajes son en sus rarezas y extrañezas un complemento correcto, vemos en la figura de Cliff al hombre viejo que se resiste a retirarse de su oficio por razones obvias y algunas no tan obvias que le son difíciles decir, aunque todo esté implícitamente dicho, cómo la juventud está pareciera más capacitada, o mejor dicho, más resignada a que algún tipo de estas extrañas cosas puedan ocurrir (aunque este discurso puede manejarse de dos maneras: uno para bien si se ve desde la desarrollada imaginación, y el otro para mal si se le ve que todo el tiempo están en otras cosas y dejan sin atender asuntos vitales). Los demás personajes llevan cierta carga (o no la llevan) en la trama que uno no se esperaría, como Tom Waits (en el interesante papel de observador del mundo exiliado), Selena Gomez, RZA (ver a un mensajero repartir poesía, de lo mejor de la película), Iggy Pop, Caleb Landry, Danny Glover (quien creería que este Danny Glover es el de Arma Mortal), y Tilda Swinton

Si bien, como ya lo dije, en el cine de Jarmusch se habla de lo mismo, nunca vemos la misma película cuando vemos sus películas, y esto lo menciono por los detractores del cineasta, que dicen que ver sus películas es como ver la misma película, en ese caso yo podría argumentar que la mayoría de big industry que son películas de amor, o de guerra, traten de lo que traten, no sólo son sobre lo mismo, sino que son lo mismo, están hechas bajo la misma formula, en el cine de Jarmusch en ningún momento se cae en el cliché, en lo fácil, en lo que debería de pasar, nunca vemos un final como tal, pero tampoco vemos lo que pasa después, eso es lo maravilloso de su cine, nunca vemos si el chico se queda con la chica, si al final viven o mueren.

La película basa su trama en hacer por sobre todas las cosas un par de críticas profundas y bien estilizadas sobre dos problemas en particular: lo que la contaminación y la falta de importancia en el tema por parte de los gobiernos le están haciendo al mundo, y cómo este metafóricamente podría volcarse en contra nuestra; y lo que hace que varias personas estando vivas, se vayan volviendo muertos vivientes. Y es que la manera en que Jarmusch justifica en el guion este apocalipsis zombie es lo que hace que uno compre la película, vamos, si bien es menos probable que ocurra de esta manera que a través de una bacteria; es algo diferente, además de que es una crítica mejor estructurada y más ingeniosa.

Y para finalizar sólo comentar que quizá sin ser su mejor película, si es a mi gusto de las mejores, y como ya lo comenté, viene y revitaliza incluso su propio estilo y su cine, en particular vemos ciertas tomas que no se le veían (las distancias de toma del conductor y copiloto, las tomas aceleradas y en cámara lenta [que la verdad no me agradaron del todo, pero es una variante y no está mal], y los efectos especiales muy sencillos pero justos), y aunque cuenta con ciertos huecos argumentales, y no me gustó mucho que al final se revelara lo que la película por si sola dice, sigo creyendo que Jarmusch es de lo poco bueno que tiene el "viejo, no tan viejo Hollywood". Además de que no creo que haya persona que no quedara fascinado con el ejercicio que hace Jarmusch del cine dentro del cine, pero creo que ya hablé de más.


"El mundo es perfecto. Aprecia los detalles".