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miércoles, 8 de noviembre de 2017

Loreto: El amigable pueblo con mar de Baja California Sur.


Regresar a Loreto, dedicar aunque fuera un par de días del año a visitar un lugar que es tan especial para mi corazón desde la primera vez que vi las aguas de este lugar, era un deseo que tenía muy fuertemente desde hace un par de años, por fin este año, agarrando de pretexto la presencia de una de las personas que yo mas amo en la vida, (persona la cual siempre nos sirve de pretexto para viajar la cual comparte conmigo el amor por viajar) por fin pude volver.

Mi amor por Loreto tiene historia, (y les juro que no es por la telenovela de Televisa) la cual indirectamente ustedes ya conoce. Loreto es el lugar que me inspiró, o mejor dicho el lugar que inspiró donde se desarrolla mi primera novela, y el amanecer en este lugar (sólo una vez llegué a pasar una noche en este pueblo antes de este viaje) y el conocer a una chica nacida en este lugar, aunque no la conocí en este lugar, me hizo empezar a escribir lo que yo pretendo que algún día se llegue a convertir en mi segunda novela. (De la cual ustedes conocen varios fragmentos, los que publiqué con el nombre de Esnelia y La Chica del Muelle) Pero dejemos de hablar de mi historia personal y adentrémonos un poco a la historia de Loreto como tal.

Loreto es el segundo Pueblo Mágico de Baja California Sur, junto con Todos Santos, el cual se encuentra surcando la Carretera Transpeninsular, la carretera No. 1 de México, el cual se encuentra a 356 km. de la ciudad de La Paz por la carretera, un pueblo relativamente pequeño con un número de habitantes entre 15 000 y 17 000 personas (en esto la gaceta local no nos dio preciso el dato) a la orilla del mar con un clima, aunque caluroso, suele ser un poco mas fresco que el del sur del estado, por su aproximación tan cerca al mar, por su malecón tan a la altura de la ciudad, por su protección de la Sierra de La Giganta, por que parece un oasis mismo en medio del desierto.

Yo conocí a Loreto por viajes de trabajo, alguna vez ya les había hablado al respecto, y en mi siguiente publicación les hablaré a detalle del preciso instante en el que yo decidí que este lugar sería protagonista de mis ficciones, pero como ya lo mencioné eso vendrá después ahora quiero hablarles de este viaje en especial.

El viaje, se planeó de la nada, o no de la nada, ya estaba planeado hacerse, pero por motivos personales decidimos de un momento a otro que se adelantara un día, e hicimos maletas en cosa de minutos y cargando la camioneta con algo de comida, víveres y tienda de campaña (inicialmente teníamos pretendido dormir a la orilla del mar, lo cual no llegamos a hacer) partimos a la ruta. De modo que saliendo no tan temprano, ya algo tarde, y después de un contratiempo que tuvimos con el vehículo a causa de un tramo de terracería que había en la carretera por obras de mantenimiento en Cd. Constitución, pequeña ciudad que se encuentra 200km. después de La Paz (conocido por los lugareños como El Valle de Santo Domingo) después de unos minutos volvimos a tomar ruta y cerca de 30km. después, al llegar a Cd. Insurgentes, (también conocido como La Toba) pequeño pueblo, con aspectos muy parecido a mi Durango (Cd. Constitución en primavera e invierno también es muy similar a Durango en eso del clima, en primavera mucho viento y "polvadero" y mucho frío en invierno) antes de tomar carretera a Loreto, recargamos gasolina y entre 7 y 8 de la tarde, antes de llegar al Mirador Frida, donde se logran apreciar varias de las islas que conforman al Parque Nacional Bahía de Loreto, el cual es una área natural protegida y patrimonio de la humanidad por la UNESCO, además de que esa noche nos tocó parte del atardecer y la caída del sol, además de una luna casi llena maravillosa, majestuosa y hermosa, una vista maravillosa, de esas que no olvidas en toda tu vida.

Llegamos al pueblo, sin itinerario, la noche nos había caído y no nos animamos a quedarnos en la playa, ya que de todas las cosas mas necesarias que se necesitan para acampar en una playa completamente a oscuras, fueron las lamparas, así que empezamos a buscar algún hostal o motel-posada, para nuestra fortuna no tuvimos que buscar tanto y encontramos uno muy tranquilo y de coste muy bajo, no pensamos dos veces para decidir quedarnos en el lugar, además de que nos quedaba muy cerca del malecón (sólo un par de cuadras y media) y del primer cuadro del pueblo, justo en el centro histórico, donde están todas las tiendas de artesanías, restaurantes, galerías y el hermoso templo jesuita que caracteriza al pueblo. Hicimos un primer recorrido de noche, caminamos por el corredor turístico, no sin antes cenar como los locales, en un pequeño puesto de "hates" y hamburguesas mientras veíamos desfilar a los niños disfrazados de monstruos (se me olvidó mencionarles que era Halloween, o sea que pasamos Halloween, el día de Todos los Santos, y el Día de Muertos en el lugar) a los cuales les tomé algunas fotos, y aquí es donde volví un poco a recordar porque este pueblo es tan especial para mi, porque lo amo tanto, la gente con una sonrisa, les tomaba fotos y los niños me decían adiós mientras las mamás sonreían, eso si lo hubiera hecho en alguna ciudad cualquiera los niños se habrían asustado, o los padres se habrían enojado, otra cosa que me gustó del lugar era que todos los niños iban acompañados de sus padres, y eso es algo que no he visto yo en las dos ciudades donde he vivido, por mucho que me digan que antes las cosas eran distintas y que la inseguridad no era tan alta como ahora, me gustó, o mejor dicho yo lo interprete como que las familias en este lugar son mas unidas, bueno, dejando de lado lo de la cena y las fotos a los niños de Halloween, nos fuimos a caminar y yo a tomar fotos como poseído por el corredor del pueblo, vimos a la misión de nuestra señora de Loreto, la cual alberga a la Virgen del Pilar, edificación que data desde 1697 siendo testigo de la fundación del pueblo en 25 de octubre de ese año (haber viajado una semana antes habría significado haber pasado las fiestas de fundación de la ciudad, pero para esa fecha la persona por la cual quisimos viajar no estaba aquí) el corredor adornado por arboles con una forma que parece hacen la figura de un túnel en su entrada, después de pasear y entrar a ver tiendas de artesanías y pasar por galerías de pintura, llegamos a una iluminada y llena de gente plaza principal, la cual tiene un kiosko pequeño (incluso mas que el de Todos Santos) y el palacio municipal de gobierno, todavía luciendo listones rosas por en símbolo de la lucha del cáncer de seno (el cual se destina el mes de octubre en México para tomar conciencia y difusión de esta lucha) había un par de altar de muertos, pero destruidos, pasamos unos pequeños segundos en el lugar, mi cámara para este momento, y con ella mi celular se habían descargado completamente, por el hecho de haber salido tan de repente de casa y haber dedicado parte de la mañana antes de salir a tomar fotos (quizá les comparta algunas de esas en mi IG, quizá) pero la verdad, estaba tan maravillado, una, de ver todo lo que mis ojos miraban de noche en Loreto; dos, caminar, aunque fuera muchas veces a la distancia al lado de personas que realmente quiero y verlas maravillarse tanto de un lugar que yo amo tanto, es algo que no tiene precio. seguimos caminando y ha nuestro paso entre otras cosas más nos topamos con algunos personajes, muchas caras amables que nos saludaban, para mi sorpresa, o la verdad es que no tanto, la mayoría de estas caras eran de propios, lugareños, hermanos, que de extranjeros, de lo cual les hablo mas adelante, nos topamos con uno de los tres murales que tiene en estas latitudes Ulises Martinez, (Uli Mtz) muralista del cual muchos de ustedes sabrán yo admiro su obra. Y una vista del malecón que tanto tanto amo.


El segundo día por la mañana, desperté muy temprano, después de dormir agustísimo, salí con mi hermano menor a tomar algunas fotos del malecón ya con sol y del corredor y de la iglesia, llegamos de nuevo al hotel poco después de una hora, (aunque en realidad no caminamos tanto, la cámara no me dejaba caminar mucho de tantas fotos que mis ojos querían tomar y tantos detalles que me pedían inmortalizar en datos) bebimos café cortesía del hotel, salimos al malecón a caminar un rato con toda la familia y luego de decidir que ese día si acamparíamos y encontraríamos una playa bonita, asesorándonos con la señora del hotel, nos fuimos a almorzar a una fondita de comida mexicana y decidimos irnos a visitar la misión de San Javier, en el pequeño poblado de San Francisco Javier, pero de eso también les hablaré en otra publicación.

No quiero hacerles muy largo el cuento, quizá para terminar podría comentarles ciertas cosas muy generales, como el hecho que después de llegar de San Javier nos fuimos a la playa del malecón, la cual era de arena color terroso, no blanca como las playas del sur, pero tampoco negra como la de Santa Rosalia, comimos pescado en un restaurante de la calle principal del pueblo, pero la verdad no estaba tan bueno, compramos algunos souvenires, seguimos caminando, y tan cansados estábamos de la caminata del día que decidimos no acampar y volver al hotel, ya no nos dieron ganas de salir esa noche, descansamos y dormimos temprano, para yo poder madrugar a la mañana siguiente, antes de las seis de la mañana ya estaba despierto, una vez más no me costó nada despertarme, tomé mi cámara y caminé por todo el malecón de punta a punta, ese malecón que a mi me fascina, tan rústico, tan mágico, tan místico, que conserva su esencia, o mucha de ella desde que el pueblo nació, fiel a su historia y su edad, tan hermoso por el amor de sus habitantes y los que pasean en él (a mas de una persona vi por la mañana recoger la basura de entre sus piedras, ese detalle me conmovió y empecé a hacer lo mismo) sacando fotos, saludando y regresando el saludo a todas las personas que veía a mi paso, viendo sus caras, fotografiaba a algunos, pero la verdad mi atención se centró más que nada a ese amanecer que tanto recordaba, ya visto desde afuera mientras olía y sentía la fresca brisa del otoño y el mar, no vista desde una habitación de hotel, no centrando mi atención en una chica, una banca y una farola, Todos Santos es un lugar que también me gusta mucho, pero creo mi amor por Loreto se debe a que yo siento mas gentileza y amor en su gente, no quiero decir con esto que en Todos Santos la gente no sea así, conozco algunas personas del lugar, tanto nativas como que viven o trabajan ahí, pero en Loreto algo es distinto, sientes como si los conocieras y te conocieran de siempre, como si fueran conocidos, familia, sus mujeres lindas de todas edades, jóvenes respetuosos, su mar, su faro, quizá se deba mas por mi que por otra cosa. Ya que volví al hotel, y al enterarme que no alcancé a tomar café nos fuimos a almorzar al mismo lugar y después la última sesión de fotos al interior de la misión de Loreto y una visita no prevista pero si bastante larga al Museo de Las Misiones Jesuitas, y ese pretender querer salir temprano nos dejó salir poco antes de medio día, pero mas contentos que nunca.

Después de cuatro años de no estar en Loreto, de haber vuelto a vivir otro amanecer en este lugar, sé que quiero llegar a vivir en este lugar, no sé si sea ahora y ya siendo mayor como tanto americano viene a este pueblo a pasar sus últimos años de vida para hacer filántropos después de haber hecho una fortuna. (Otra cosa que me he fijado es que si bien en Todos Santos también ves mucha gente local en su centro histórico, la verdad es que ves mas extranjero y joven, en Loreto es al reves, ves mas gente local que extranjera, y los extranjeros que ves son mayores, nos tocó saludar a algunos jóvenes en el hotel, con un par de motociclistas que venían de Oregon tuve el placer de cruzar unas cuantas palabras -mi deficiente inglés no me permite gran cosa a la hora de comunicarme con extranjero- y me contaban que iban de paso, la otra pareja que también estaba en el hotel también iba de paso, había otra pareja pero ellos si eran mexicanos, su procedencia la desconocía) Yo no creo poder esperar tanto tiempo, porque la verdad es que no hay ningún otro lugar en la tierra en el que yo este mas a gusto, mas tranquilo, mas relajado, (uno vuelve a su vida siendo mas feliz, mas amable después de haber estado en Loreto, habiendo despertado de ese bello sueño, habiendo dejado esas tranquilas y bellas aguas, esas tantos oscuras y blancas, pero cómodas playas) que me inspire tanto, (aunque en estos tres días no haya escrito nada, mas que algunos pensamientos y garabatos en mi celular, incluso pocas veces estuve al pendiente de este salvo por las veces que subía alguna foto a mi Instagram personal, ya saben que no me gusta mucho compartir cosas en mis redes, incluso descuido mucho el blog mientras estoy de viaje) como Loreto.

Ahora les comparto unas "pocas" fotos de este viaje.
Créanme, en comparación al número de fotos que albergó la memoria de mi cámara, estas son unas pocas. Por supuesto elegí muchoas de las mejores para publicar acá, otras, ya más personales, se quedan guardadas en mi galeria personal y privada.




























Obra del buen Uli Mtz



























Artesanos creando magia.





















































































































Una publicación compartida por Juan José Antuna Ortiz (@johnnyantuhap) el












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