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lunes, 18 de mayo de 2020

Noches de Julio, de Axel Muñoz: la magia de dos que se buscan.





Noches de Julio es una película del 2018 que venía haciendo mucho ruido desde que hace un par de años empezó su exhibición en festivales de cine, la crítica y prensa especializada le daba buenos comentarios en lo general, pero sin profundizar mucho en detalles del relato. ¿Eso ayudó a que yo la disfrutara de sobremanera? ¿Ayudó no saber mucho de su trama, aún con la recomendación de críticos a los que leo frecuentemente, para que pudiera de alguna manera envolverme en su magia? Quizá si.


Julio es un joven que desde un principio muestra en su persona un enigma, algo que no se puede entender, pero se siente. Un joven callado, como que nunca está presente, y la película lo irá confirmando mientras avanza. Trabaja en una tintorería, y es a este lugar que llega una joven a recoger un vestido. Por lo que la patrona de Julio le comenta a este, es clienta frecuente del lugar, él sólo le dice que ella se siente sola, después de ello Julio se va a comer, es entonces que vemos lo que Julio hace, algo que parece ser, lo hace en repetidas ocasiones, (esto se sabe por cambiar el libro que cambia) pero mientras el enigma Julio persigue a esta mujer llamada Sofia, y luego él es perseguido por ella, hay otro enigma desarrollándose ya en otro lugar. ¿Cómo saber si los encuentros son o no predestinados? ¿O será que desde un principio son armados por alguno de estos dos? el enigma Mara ya está en la ecuación, una ecuación cuyo final no podría ser más perfecto.


La película de Axel Muñoz tiene como primer atributo para el amante cinéfilo sus cartas de presentación más evidentes: sus referencias cinematográficas, y ojo, que referencias no es lo mismo que influencias. Hay un sin fin de guiños sutiles, y no tan invasivos a cinematografías de grandes directores como Eric Rohmer, Kieslowski (sobretodo a su No amarás, a mi parecer la referencia más dominante), Kim Kiduk; y guiños menos invasivos a obras como la de Wong Kar-Wai (tiene en un sentido mínimo y por supuesto no tan esplendoroso, algo de su estética de In the mood for love), y una referencia puesta más que a propósito de Amelie en la casa de Mara, y que además, he de confesar, me fascinó.

El departamento técnico me parece por demás buenos y hay que recalcarlos, incluso en sus aparentes deficiencias, porque aunque no lo parezca, si hay un detrás para que estas deficiencias estén. La música me parece es correcta, pues aunque induce y acompaña a estados de crisis de ambos personajes, no es manipuladora en el espectador en ningún momento, y eso es agradable siempre. El sonido juego un papel primordial dado que integra mucho de lo que Julio percibe y siente en los momentos en que está en su estado vouyerista e introvertido (en este sentido también habría una linea narrativa muy similar a la película mexicana también muy reciente "¿Conoces a Tomás?"), lo mismo escuchamos su voz baja al tiempo que se escucha el ladrido fuerte de un perro, o incluso pláticas externas, o el ruido de los carros. El sonido juega además un papel importante en mancuerna con la fotografía que está por demás cuidada, una película que no tiene reparo alguno visualmente hablando (sólo un par de detalles en dos secuencias en cuanto a iluminación, pero en verdad menores), y que juega un papel importante además, porque esta película, y el desarrollo de su trama, se sostiene mucho de las atmósferas y las ensoñaciones. A mí pocas veces me importa que una película esté perfecta en este departamento, lo mismo me da si la cámara luce desenfocada en determinado momento si el discurso que ejecuta funciona con o sin esa circunstancia encima, siempre el fondo sobre la forma, pero en Noches de Julio no hay reparo en ningún momento. (Un par de secuencias en particular me parecieron estupendas: una donde se le sigue a Julio a través de un vitral (extraordinaria), y la otra cuando sale corriendo de la casa de Sofia)

Hay un discurso, y una lectura que esta película plantea, y me parece rico el poder exponerla y debatirla, y es el de las personalidades con ciertos complejos que siendo inocentes para ellos, podrían verse insanos o como conductas patológicas desde una visión un poco más lejana (incluso habrá espectadores que encontrarán en estos personajes a seres patéticos), y la película lo plantea al principio, y cuando Julio se queda en la casa de Mara encerrado, ¿realmente es la forma de querer tener contacto con una persona? Toca puntos de estas personalidades retraídas, taciturnas, curiosas y antisociales que son incomprendidos incluso por sus familias, y que recurren a la soledad, al encierro, y este los vuelven seres vulnerables, incluso de desenlaces no tan bellos como el que la película plantea, y que en determinado punto la misma película te lo dice en un subtexto, pero hay que leerlo entre lineas, una buena película jamás te va a comunicar toda su tesis de una manera explícita, literal; y esto es: si algo no aparece en la vida de este joven, o esta joven, quizá mañana se suiciden.

Pertinente sería también hablar de la brillante actuación de Hoze Meléndez, no cabe duda que este joven es lo mejor de su generación hoy día, incluso mundialmente me atrevería yo a decirlo, y con este talento seguro cosechará cosas por demás increíbles en su carrera. No es una revelación si digo que el personaje de Julio era tan rico como pobre, vamos, había tantas directrices que podía tomar, y era tan vasto en su misterio, que bien podía enriquecerse o volverse llano, dependiendo de las manos que tomara el papel, (esto me hace recordar a Hector Kotsifakis en Luna de Miel, si bien, una película infumable, el personaje no era tan malo, pero en las manos de este actor no dio nada) y que me parece Hoze lo hace resaltar. Como lo comenté desde el principio, el personaje, era un enigma, y así lo es todo el tiempo, y de a poco se nos va revelando, incluso cuando descubre a Mara, como su igual, hay un cambio en la personalidad de Julio, acompañada de un último atraco (quizá el único ruido que me generó la película, pero que tampoco me incomoda porque aunque hay un descuido en el guion, no afecta la trama ni el desarrolla de la historia, es el saber lo que Julio hizo en realidad para tener ese expediente que lo acecha) y vemos realmente ese cambio, sin modificar la esencia de Julio, ese Julio que se queda inmóvil y confundido cuando escucha un silbido mientras va caminando por la calle en la noche.

Recalco nuevamente como en el principio de este texto, el maravilloso y bello final que tiene, es simplemente, en su simpleza y delicadeza, un final perfecto, que si la película no puede jactarse de ser una obra maestra, o tocar temas tan profundos (que los toca, y de una manera no tan penumbrosa, pero tampoco abusando del melodrama barato), o a pesar de echar mano de otras ideas para plasmar la propia; al menos las emociones que hace que desborden, son genuinas. Y para mi, siempre por sobre todas las cosas, será más importante que el cine me transmita algo, que el fondo me emocione, por encima de las imperfectas formas honestas y reales que utilice para llegar a ello.

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