-¿Qué estás viendo Caroline?
-El viento mamá.
-[a morir] ¿Tienes miedo?
-No. Es sólo curiosidad de qué sigue ahora.
Me iré de este mundo como llegué, solo y sin nada.
Nací bajo circunstancias especiales.
Dijeron que era una noche especial para nacer.
Ella dio su vida por mi, y por eso estoy agradecido.
Este bebé es un milagro, sólo que no es la clase de milagros que uno
espera ver.
Nadie sabe que le espera a uno.
Pero todos vamos al mismo sitio, sólo tomamos diferentes caminos. Sólo
da gracias por lo que recibes, ya viviste más de lo que debías.
Gentiles vigilantes de mi avanzada edad, permitir que este moribundo Mortimer pueda reposar, aun como un hombre recién liberado, mis miembros sufren por el aprisionamiento, y estos cabellos grises acompañantes de la muerte, anuncian el final de Edmund Mortimer
Pero ya conocen el dicho: "El señor nos da y el señor nos
quita"
Había muchos cumpleaños y la muerte nos visitaba seguido.
Fue un buen lugar para crecer. Estaba con gente que olvidaba las
consecuencias de su vida pasada.
Estarás solo muchas veces, cuando eres diferente así es; pero te diré un
secreto, los demás personas, las gordas, las flacas, las altas, las blancas,
también se sienten solos, pero ellos si que estan aterrados.
Alguna vez te he contado que me han caido siete rayos.
Por más que intento, no logro recordar su nombre.
Es curioso como las personas que no recordamos son las que nos dejan una
gran impresión.
-Nunca has estado con una mujer.
-No.
-Jamás he escuchado algo más triste en mi vida.
-Que hay de tu padre.
-Jamás conocí a mi padre.
-Eres muy afortunado viejo.
Nunca dejes que ninguna persona te frene, tienes que hacer lo que
quieras en tu vida.
[el capitán Myers] Me hizo conocer el valor de ganarse la vida, y lo que
compra el dinero.
Hay un momento para todo.
Crecer es difícil, llega abruptamente. Una persona está ahí y de repente
otra toma su lugar.
-Que tal si te dijera que en vez de envejecer estoy rejuveneciendo.
-Me sentiría mal por ti, tendrías que ver morir a los que amas, es una
responsabilidad terrible. Benjamin, es nuestro destino perder a los que amamos,
sino como sabríamos que tan importantes son para nosotros.
[Ella] me enseñó a tocar el piano, y me enseñó lo que era extrañar a
alguien.
Había dicho adiós a un amigo, y enterrado a otra [...] y como era la
vida tal vez no los vería de nuevo.
Todos ahí sin importar las diferencias tenían algo en común, todos se
embriagaban cada noche.
[...] Era tan simple como una hoja de papel, pero para mí era bellísima.
Un hotel a medianoche puede ser un lugar increíble, mágico, un ratón que corre y se detiene a mitad de camino, el ruido de un viejo radiador, una cortina que se mueve con el viento; hay algo de tranquilidad y hasta relajante en saber que la gente que amas duerme en sus camas en paz y nada los puede dañar.
Un hotel a medianoche puede ser un lugar increíble, mágico, un ratón que corre y se detiene a mitad de camino, el ruido de un viejo radiador, una cortina que se mueve con el viento; hay algo de tranquilidad y hasta relajante en saber que la gente que amas duerme en sus camas en paz y nada los puede dañar.
-Lo amabas ma.
-Que sabe una chica de amor.
-No estoy vestido para la ocasión.
-Te ves esplendido, tal como eres.
-Nunca has estado con una mujer, ¿verdad?
-En domingo no.
[...] Entonces paré, paré, y todos quisieron saber si lo intentaría de nuevo, y yo dije: "Y por qué no hacerlo" Pero no lo hice. De hecho no he hecho nada con mi vida desde entonces.
Puedo sentir el viento en tu mejilla. [lo besa] Creo que el
tiempo se agoto.
Fue la primera vez que una mujer me besó. Y es algo que no se olvida.
No se recupera el tiempo perdido.
Si vamos a ser amantes no nos miraremos de día, y nos separaremos antes
del amanecer, y jamás nos diremos te quiero.
-Me salto lo que sigue mamá.
-No. Me alegra tanto que hubiera alguien que le diera calor.
Tenía tantos deseos de volverla a ver. Siempre nos reuniamos en la misma
habitación y siempre parecía haber algo nuevo, hasta que una noche se marchó.
Puedes estar más loco que una cabra por como pasaron las cosas, puedes
insultar o hasta maldecir. Pero cuando llega el final, debes dejarte ir.
Jamás vi a un colibrí en mar abierto, antes o después. Y en mayo de 1945
cuado tenía 26 años volví a casa.
-Perdón no te he dejado hablar.
-Me gusta escucharte.
Nuestra vida se define por las oportunidades, incluso las que dejamos
ir.
-Buenas noches Benjamin.
-Buenas noches Daisy.
La vida sigue siendo lo que es.
-Quieres saber donde he estado.
-No.
[...]
-Sólo has dicho dos cosas.
-No quiero arruinar el momento.
Pasó cuando tenía que pasar.
Voy a disfrutar cada segundo que tenga contigo.
Creo que en ese momento entendió que nadie es perfecto para siempre.
Es un gran placer observarte.
Le dirías a un ciego que no puede tener hijos.
Amarte hace que todo valga la pena.
Hay cosas que nunca olvidas, y como ella lo esperaba, me iré como ella se iba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario