The Northman ("El hombre del Norte" en español) es el tercer largometraje del muy prometedor director norteamericano Robert Eggers (The Witch - 2019, The Lighthouse - 2019), y sin lugar a dudas es el proyecto más ambicioso económicamente hablando, ya que es la primera de sus películas que es hecha por grandes productoras de Hollywood (Regency Enterprices y Focus Features) y distribuida por Universal Pictures.
La épica dirigida por el joven Eggers a mi consideración reafirma que muchas veces menos es más, por más de una razón en específico, pues si bien la película tiene muchos de los sellos en la obra del realizador (que ya iré mencionando), las cosas que no están tan controladas, hacen que la película pierda algunos méritos, sobre todo en la trama, pero no me adelanto.
La película desde el primer acto, que a mi consideración es el más flojo de todos, se siente como una película genérica del género, una película con una narrativa genérica de A-B-C que desde el principio resultan algunos detalles incongruentes (que se entiende son para dar cierto peso dramático, pero a mi consideración a un muy alto precio), y por momentos la trama es predecible (que esto último bien se puede pasar por alto, pues hay muchas similitudes con Hamlet y Edipo Rey) y que la transición del primer al segundo acto es demasiado abrupta, desperdiciando a mi criterio una rama narrativa que pudo haber producida una lectura aún más profunda del personaje, que nos muestra a un hombre-bestia con un deseo de venganza (el poster principal para la promoción de la película incluso me parece incorrecto, pues es muy corto el lapso en que vemos en esta etapa de verdugo de otros pueblos al hombre del norte), pero que no nos muestra por las desgracias que tuvo que pasar en su transición de niño a hombre. Ya en el tercer acto se rescata mucho de la película en general, pero aún así se siente la ausencia de lo que pudo haber sido la película con algo más de profundidad en ese personaje.
Además de los símbolos que nos hacen saber que apreciamos una obra de Eggers (los primeros planos a sus personajes, los planos generales de los paisajes que acompañan a la historia, el hilo conductor en su obra con historias muy poco conocidas con detalles más apegados a sus lugares de origen y sin una mirada edulcorada de occidente), la gran adaptación de la época y las creencias de la cultura nórdica-vikinga, además de un trabajo deslumbrador del equipo de arte (diseño de producción) me parece que lo más rescatable en el aspecto estético-técnico es la gran dirección de fotografía por parte de Jarin Blaschke, sobre todo en las escenas de acción (aunque no llega a la brutalidad que muchos le adjudican, me parece más brutal con los ojos cerrados muchas de las películas bélicas de Steven Spielberg), cuya coordinación y propuesta es por demás llamativa.
Sin ser una película del todo mala o errada, pues momentos partes de la misma son por demás destacables (la escena del personajes de Nicole Kidman confesando su verdadera persona, extraordinaria) y con un reparto por demás correcto; me parece sin lugar a dudas la película más floja de Eggers, con un guion desproporcionado y por momento sin mucha elocuencia, que al menos narrativamente no tiene ninguna propuesta deslumbrante como quizá sus dos pasadas películas si lograron sorprender a más de uno. Y cierro diciendo el hecho de que una película de esta magnitud, un blockbuster más que decantado, era imposible que al menos en los valores técnicos y de efectos especiales no cumpliera (como las películas de Marvel, El Señor de los Anillos o de Harry Potter) pues con un presupuesto de 70 millones de dólares, Robert Eggers no logró hacer una película que impactara tanto como sus pasadas películas de 4 millones de dólares, y aquí es sonde digo que, para muchos directores con cierta libertad creativa, las colaboraciones, las productoras o las distribuidoras pueden llegar a perjudicar en sus proyectos, acá es donde digo una vez más: menos es más.
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