Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

sábado, 29 de agosto de 2020

Panamá




Panamá es una película ecuatoriana dirigida por el director Javier Izquierdo, quien luego de tres documentales muy reconocidos y respetados, da el salto a la ficción con un hecho real ocurrido en Panamá en 1985 por dos ecuatorianos.


La película empieza, luego de ver un poema en pantalla, escrito por nuestro personaje principal (José Luis) y verlo en su cuarto de hotel, y apreciar que aparentemente es un espía, o un investigador o un periodista (muy en el tono de Ryszard Kapuściński); atestiguamos el encuentro de este con un viejo amigo de la escuela (Rubén) en una sala de cine, empiezan a charlar y este segundo personaje invita a José Luis a comer y tomar algo en su hotel. Empiezan hablando de cosas del pasado, de cosas que los unieron y los hicieron en apariencia amigos muy cercanos, pero de a poco, de una forma muy implícita, muy calma, empieza a asomarse las diferencias que se fueron formando durante los años que no se vieron y la tensión por recuerdos del pasado que en su momento no hablaron y parecían bobadas de niños, pero en un "tercer acto" empiezan a revelarse confidencias, y una que otra mentira; pero más que nada las confidencias son las que jugarían un papel importante no sólo en sus vidas, sino en la vida quizá de las personas de todo un país. Así más tarde que temprano, y sin que Ruben se diera del todo cuenta, su pensamiento, que no era más que un pensamiento robado del libro de Rayuela que su amigo José Luis le había regalado con tanto cariño hacía muchos años y el cual guardaba como un tesoro; era del todo correcto: las coincidencias no existen.


Javier Izquierdo lleva el control y el dominio de la película desde la puesta orquestada en los diálogos y las situaciones de estos dos personajes, las charlas que revelan ese pasado que desde un principio se visualiza tenso, por la complexión y la actitud misma de cada personaje, podemos apreciar que las cosas no saldrán bien al final, y es verdad así pasa, pero no como la mayoría hubiéramos creído mientras se desenvolvía el relato y se llevaba la trama, esto a bote pronto nos habla de un realizador por demás diestro orquestando buenos suspensos, y desarrollando aún mejores personajes.

Todas las diferencias entre ambos, sus tensiones por sus formas de vida, lo que han vivido (José Luis era de familia acomodada, incluso su padre trabajaba para el gobierno que tanto criticaba, Ruben en cambio había venido de menos a más), y sus preferencias políticas, uno con corrientes socialistas, el otro con un pensamiento más del imperialismo (esto se nos pone en contexto cuando José Luis cuenta que vivió con un grupo indígena ecuatoriano, y Ruben se fue a estudiar varios años a Chicago), van haciendo que sus capas, una por una, de manera muy sutil, se nos vayan exponiendo, lo cual es por supuesto un reflejo de la situación social que se vivía no sólo en Panamá (la película también nos logra poner en contexto de manera muy efectiva, y sólo con uno o dos comentarios sobre el hecho, en la linea de "los papeles de Panamá") sino en toda latinoamérica, con la desigualdad social marcada y la marginación de ciertos sectores de su comunidad, y que por desgracia, aún impera, si ustedes quieren en un menos grado, pero sigue imperando en muchísimos sectores de nuestras sociedades latinoamericanas.

El ojo de Javier en la realización es por demás valiosa en más de un sentido, y me parece que está en esta, el hecho de saber que es una mirada diferente y refrescante en el cine no sólo ecuatoriano, sino en el cine latino americano en general. Este aporte viene desde su ejecución  en la puesta. Empezando por la fotografía en un blanco y negro al que siempre defenderé cuando se trata de hacer que el espectador se conecte con una historia que es un hecho real y que es del pasado, sé que es un recurso "ventajoso", pero es un recurso válido y que incluso es rescata desde el principio de la historia del cine, el blanco y negro siempre será un tributo a esas primeras películas que iniciaron todo y que todos, o la gran mayoría de cinéfilos amamos. También hay atención especial por parte de Javier a hacer de estas largas pláticas entre José Luis y Ruben no sean tan monótonas o cuadradas, si bien con los diálogos tan bien escritos y posteriormente actuados por parte de ambos actores, no hubiera molestado que se hubieran filmado en plano secuencia, Javier le da dinamismo, con cambios de toma y posición de la cámara, siempre con tomas fijas, que le dan la seriedad que demanda el tono y el género de la película, y no es un dinamismo que cree un conflicto al discurso de la obra.

También hay un ejercicio me parece detrás de toda la trama, y que no irrumpe, y me parece además propone, sobre el ejercicio mismo del actor, cuando se ve obligado o utilizado a su conciencia el hecho de que una persona tenga que actuar, ya sea en su vida o en su trabajo, también hay un elemento que juega con la película que estaban viendo en el cine (Zelig, de Woody Allen, uno de los mejores falsos documentales para mí) y es la del camaleón, el tratar de ser y adoptar la personalidad de las personas que tenemos cerca, como cuando estamos en la escuela, o en el trabajo con nuestros superiores, entonces hablan sobre la postura de ser un doble cara, o un doble espía.

Como ya lo comenté, si bien Javier Izquierdo me parece crea una obra muy destacable desde su realización, y que me parece es lo mejor de ella, los temas que aborda, de manera pareciera superficial, pero que por supuesto llevan su grado de complejidad y profundidad, se ven aún más loables y de gran propuesta por los ejercicios de los que echa mano en torno al mismo mundo del cine, dentro y fuera, y por sobre todas las cosas, se ve y uno lo reconoce por esa primera leyenda al principio de la película, que es un trabajo hecho con todas las ganas y todo el amor por parte de toda la producción.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario