miércoles, 28 de agosto de 2019
La Camarista.
Créanme que no exagero si les digo que sobre la película de las que estoy a punto de escribir es quizá desde ya mi película mexicana favorita del año, y que veo honestamente muy difícil que alguien le quite esta posición, una ópera prima que desde su estreno en el pasado Festival de Toronto a recogido varios y notables premios en festivales alrededor del mundo y cautivado a prensa y críticos de cine por igual: hoy les escribo sobre La Camarista.
La película dirigida por Lila Avilés narra de manera muy ordinaria la vida como empleada de hotel de Evelia, una joven de 24 años a la que se le ve todo el tiempo en la mejor disposición para su trabajo, con la mayor actitud y siempre alejada de los grupos grandes. Solitaria por naturaleza, (por si no lo fuera por definición para la sociedad el oficio de las personas que se dedican la limpieza; al grado que muchos ven a estas personas como entes invisibles a pesar de lo necesarias y fundamentales que son, no sólo para los lugares donde trabajan, sino para toda la sociedad) se le ve llenando su vida de pequeños detalles y objetos que ve y encuentra en las habitaciones que limpia en el piso que le corresponde, detalles que van haciendo que Eve, como todos la llaman, sonría día a día, detalles que van haciendo una grieta luminosa a su rutina. Pero es luego de que su vida se empieza a poblar de ciertas personas (y ciertos regalos, como un ejemplar de Juan Salvador Gaviota idéntico al mio) y del contacto con ciertos compañeros de trabajo y los huéspedes (incluso el no contacto con ellos) es que la van sacando de esa soledad que tanto pareciera la hace feliz, de estas largas jornadas de trabajo que efectúa pareciera con gusto su trabajo, aunque quizá lo haga para no pensar en su vida afuera de ese lugar, de las personas con las que no puede estar, y como va buscando sustitutos para no sentir el peso de las ausencias, de las llamadas que hacía a la chica que cuida de su hijo, que hace que uno empiece a ver a Eve, de una manera muy distinta, más abierta, y más alegre, no sólo esperando más trabajo o las cosas que esperaba en un principio, pero cuando esas personas se van, y ciertas cosas que ella esperaba no ocurren como quería, Eve vuelve a caer en esa soledad en la que no se siente ajena, o infeliz del todo, vuelve a ese lugar que consta de detalles que le sacan sonrisas, que la hacen cruzar pocas palabras con las personas, que la llevan a casa, a esa vida que nosotros no conocemos, sólo al final su salida hacia el mundo allá afuera.
La puesta en escena de Lila Avilés, y el como la empleó y la ejecutó me parece de una genialidad desbordante. Quizá conocedora claramente de las dificultades que implica la filmación de una película, optó por tomas cortas, centradas, pero bien ejecutadas. planos fijos en los que vemos sólo lo que verdaderamente debe estar en él, o sea Eve, al grado que cuando ella no está se siente un vacío en esas tomas desenfocadas. Hay básicamente una producción minimalista pero compuesta de detalles que uno ni siquiera pensaría que están en ese mundo que compone el hotel para Eve. Estos detalles no son más que detalles que la mirada femenina puesta en otra figura femenina puede percibir, una mirada sin prejuicios, como el detalle de las palomitas en las bolsitas de dulces, o el miedo de una chica cuando un hombre está interesada en ella, o cuando ve a una mujer desnuda, o cuando sonríe y se le ven los hoyuelos en sus mejillas. La interpretación de Gabriela Cartol desborda naturalidad y ternura (la escena en la que se desprende de sus miedos es tan encantadora como divertida, y la escena en la que desata su furia con un vestido, también me parece actuada de buena manera, sin exageración ni hermetismo) y uno no puede más que quedar encantado con este personaje tan bello, en el que la empatía llega inmediatamente, y no por sus circunstancias o el estar sólo centrada nuestra atención en ella, como a mi parecer si sucede en Roma con la figura de Cleo, a pesar de tener otras figuras femeninas fuertes en esa película, algo por lo que yo encuentro más valioso y más bello el trabajo de Avilés que el de Cuarón, por los detalles y la belleza desbordante que en estos se percibe, aunque por supuesto el trabajo de Cuarón no se demerita, otra de las cosas que me hace ver aún con más valor el trabajo de Avilés, es que la película es de manufactura independiente, y la de Cuarón es de big industry. Y agradecer también a Lila Avilés que no se haya servido en ningún momento de alguna figura mediática haciendo alguna especie de cameo (como es el caso de El sueño del Mara'akame) sólo para jalar más público a su película, acá la película si habla por si sola.
En esta película se ejemplifica perfectamente lo que mencionaba hace unos días con La casa más grande del mundo, con una película tan centrada, tan simple que sabe muy bien lo que se quiere proyectar y decir con su argumento y las emociones que están en ella, es prácticamente un atino no utilizar música que pueda sentirse además de molesta, manipuladora.
Lo único que puedo decir es que si este es el futuro de Lila Avilés como directora, y nos seguirá mostrando este tipo de cine sencillo, contemplativo, directo y hermoso, yo encantado de volver a ver una película tan bellísima como a mi me resultó ser La Camarista.
martes, 27 de agosto de 2019
El sueño del Mara'akame y La Casa más grande del mundo.
El sueño del Mara'akame.
Esta es una de esas películas de las que no sé si es o porque se ha hablado mucho de ella, o te la recomiendan mucho, o has leído que es muy buena; te haces una idea respecto a ella antes de verla, se eleva el hype, pero al final simplemente no es lo que esperabas.
No quiero decir con esto que la película no sea buena, no esté bien hecha o no me haya gustado, hay muchas cosas que bien yo podría destacar, pero otras quizá no tanto. El distintivo más importante a mi parecer sería el hecho de que la película está hablada casi en su totalidad en huichol, se le da una importancia muy digna a la lengua, que es destacable. El importante hecho de que para la cultura wirikuta los sueños son primordiales para entender su entorno y su realidad también es muy digno de retratar, pero mi problema viene con todo lo demás.
Todo lo referente a la cultura wirikuta me parece no se le da una continuidad de importancia en la trama, lo del peyote se menciona a mi parecer de manera muy superficial, no se le da la importancia que tiene para la cultura huichol, una de las ceremonias de la que uno es participe (en la que realizan en la ciudad, en la que es iniciado Nieri es más atinada) también me parece no se le da la importancia que debería y es meramente muy pobre la representación. Otro tema que me parece no es muy crítico el director y que bien hubiera sido de gran importancia es el peligro que se corre en la tierra sagrada de los huicholes que se ve amenazada por codicia de empresas mineras trasnacionales, al final de la película se nos muestra que esta sería la denuncia más importante de la película, pero la verdad es que en el desarrollo y la trama de la misma no hay importancia alguna, o no es para nada una de los problemas que rigen.
Los que si rigen, pero que a mi parecer tampoco conectan de manera eficaz, es la amenaza que viven los jóvenes de los que depende que su cultura viva, o se dejan seducir por otras culturas y tentaciones del tercer mundo, y el hecho de como ya sea por el poco apoyo que hay para el campo, o la tentación de las comodidades de la ciudad, mucha gente de estos lugares se alejan de su entorno y se ven transformados en otras personas.
El desenvolvimiento y desarrollo de la trama está bien, pero no hay nada a mi parecer de una propuesta destacable, o sea: la puesta es muy básica, la historia incluso es por momentos predecible.
Pero aún así sin ser una gran película, es loable el intento y como lo digo, se reconoce la valía de hacer una película que por momentos se ve más que maravillosa, como en toda la parte en que se retrata el entorno natural y la vida cotidiana de la tierra wirikuta, aunque en otros momentos he de reconocer que la fotografía pierde su foco, por momentos se nota es involuntario [lo que a mi parecer resulta imperdonable] y por otros creo es para tomar cierta importancia a otros elementos o detalles que quizá en su momento no lo entendemos hasta tiempo después, pero jamás resultan del todo entendibles porque jamás se nos dice el significado de todos los simbolismos de esta cultura, quizá para quien conozca la cultura mas de cerca los entenderá y esto lo verá plausible, pero habría que tomado la molestia el director de pensar en el espectador colectivamente.
Si en algo puede colaborar para acercarnos más a las comunidades indígenas y hacer que nos involucremos un poco en ellas y conocer lo que en su momento fue el verdadero yacimiento rico de personas y creencias en nuestro país antes de ser colonizados, me parece bien, para eso es el cine, tampoco hay que pedirlo todo en la boca, y aunque tiene cierto trato de documental, este no lo es.
La casa más grande del mundo.
película del 2015 de las directoras Ana V. Bojórquez y Lucia Carreras (la segunda más conocida por ser la directora de Tamara y la catarina, del año 2016, su película más reconocida, y guionista de un par de películas bastante prestigiadas como lo son La Jaula de Oro de Diego Quemada-Díez, y Año Bisiesto de Michael Rowe), esta película méxico-guatemalteca, nos narra luego de una introducción breve donde se nos presenta a las que son las tres actrices protagónicas y el rol de cada una no sólo en la película, sino en la vida; vemos el viaje que hace una niña de 11 años en los altiplanos de Guatemala en un lugar alejado de la civilización cuando por primera vez saca a comer a las ovejas de la familia, y como en el viaje se enfrenta a lo que se enfrenta cualquier niño en su situación: el juego, la carga que se vuelve una responsabilidad que no es hecha para su persona, las malas decisiones que se pueden tomar por ocultar un suceso, el miedo a lo desconocido, la culpa, la confianza, la gratitud, todo esto se muestra de una manera u otra a lo largo de su viaje, un corto viaje de poco más de 70 minutos y en el que uno va sintiendo la empatía por ella y las otras dos mujeres en su vida.
El retrato creado por las dos cineastas me parece más que agradable y digno. Para empezar la figura que tiene la mujer en cada etapa de su vida y los roles e importancia que tiene cada uno que no hace que se vea opacado para nada o uno se decline por una. La sabiduría de la abuela, la fuerza de la madre y la valentía de la niña, nos hace creer en un mundo en el que la mujer es autosuficiente y no necesita más que el apoyo de otra, aunque el apoya también venga por parte de figuras masculinas en determinado momento.
Enriquecedora también la forma en que muy atinadamente las directoras retratan el viaje hecho por la niña, generalmente vemos tomas fijas en la que la acción viene a presentarse enfrente de ellas, y esta no va en busca de la trama, las pocas tomas que no son fijas se resuelven con movimientos muy sutiles, que ayudan a crear intimidad con la historia y la figura de la niña.
Interesante sería el saber si la figura de la amiga tenga algo que ver en la relación entre las dos cineastas en la que quizá alguna fue la que hizo el viaje que seguro emprende todo largometraje de esta envergadura, y la otra fue el apoyo hasta determinado momento.
La fotografía más allá de la cuestión técnica de como se encuadra es por demás admirable, la luz, los efectos de la neblina, todo es sobresaliente.
Entre los productores encontramos nombres como el de Epigmenio Ibarra y Jorge Ramirez-Suiarez, lo cual nos debe decir mucho sobre la calidad del trabajo.
Al igual que en El sueño del Mara'akame, es de gran admiración que se haya utilizado el idioma natural de la región que se retrata (como lo es en esta parte de Guatemala donde se habla maya mam) y que en este caso va la riqueza de la película más allá de eso, y la valía que tiene que en tan poco tiempo la película sea tan contundente en su relato que con música muy adecuada, que hubiera conectado de igual manera las emociones que conecta transmite la película si la música no hubiera estado, y con un cine contemplativo tan digno como para competir con la película que ustedes me mencionen de este estilo, y vaya que si a mi me fascina esta clase de cine.
A diferencia de en El sueño del Mara'akama, ya para terminar; en donde la puesta me parece básica, pero ambiciosa sin llegar a ser atinada, en La casa más grande del mundo, la puesta es sencilla, pero logra proyectar emociones y transmitir lo que se buscaba de una manera sutil y bella.
lunes, 26 de agosto de 2019
Once upon a time in Hollywood: un Tarantino maduro.
Hay un sin fin de cosas que hay que comentar acerca de más reciente película de Quentin Tarantino, muchas cosas de las que el director quiere que comentemos, otras de las que quizá no, y como para ciertas cosas hay que tomarles importancia, aunque pareciera no las tienen, y otras que en apariencia son importantes, en realidad no lo son tanto. Tuvo como primer público al Fesival de Cannes, donde recibió desde grandes ovaciones (aunque se sabe que tanto Cannes como Venecia al ser ya muy cercanos a la industria de Hollywood, esto ya no es tan importante, al grado que se dice que las mismas productoras de las películas, sobre todo norteamericanas; pagan para llenar las salas donde se proyectan sus películas y hacen que al final la gente dure minutos y minutos aplaudiendo), hasta el descontento de algunos críticos.
Hay que comenzar diciendo que esta es una película en la que salvo por el principio, no se siente a un jovial Tarantino buscando ser ese "enfant terrible" de los noventa, no vemos o no sentimos que estamos viendo la película que ese primer trailer nos prometió con un Manson más protagónico, pero eso no es tan importante si la película está bien; pero continuemos. Tarantino ahora se sabe maduro, se sabe un director respetado y consagrado dentro de la industria en Hollywood, con todo y la libertad creativa que lo ha regido desde sus máximas premisas hasta sus últimos filmes de mejor forma, manufactura y sobrades, y esto lo digo en el buen y en el mal sentido de la palabra.
La película no luce como una película de Tarantino, y todos los elementos que utiliza de su sello personal, salvo por la última media hora del filme, a mi parecer no están tan bien empleados, o no son tan claros. Podemos apreciar otros elementos venidos de ciertas influencias, como una interrupción muy a lo Woody Allen cuando dice el narrador porque uno de los protagonistas no maneja, o esos close-up's a detalles a mi parecer muy Paul Thomas Anderson. Los largos diálogos en esta película, (esto si ya de su sello personal) me parecen por momentos sobrados, pero en muy pocos momentos realmente, ya no cae tanto en estos excesos que a muchos molesta en el cine de Tarantino, lo dice alguien que en "Los Ocho Odiosos" defiende eso (no así el tiempo del último acto), y la forma tan abrupta de acabar con ciertas escenas, y recortar sobre ellas (muy a lo Ruizpalacios en Museo en la parte del bar y el camerino, si la han visto ustedes sabrán a lo que me refiero) es otra cosa que a mi parecer no funciona del todo y no se parece nada en la forma de narrar que tenía Tarantino con otras de sus películas en las que lo hacía más delicadamente como en una novela. Y que decir de su fetiche favorito: las tomas a los pies de sus personajes.
Pero hay muchas cosas que en el cine de Tarantino no habíamos visto antes, y que se reconocen porque no lo hace sólo para que se hable de eso como innovación, o por provocación, sino que lo hace porque sabe que es lo mejor para la película. Dentro de esas muchas cosas esta la fotografía de la que esta a cargo el gran Robert Richardson, es tan bueno su trabajo que la película no parece ser una película de Tarantino. Quizá la única cosa que no me gusta en este departamento son las tomas en picado, pero eso es a título personal. Las referencias cinematográficas (tanto las mencionadas y recomendadas a descubrir y analizar por parte de Tarantino antes del estreno de la película, como las que no) acá no se sienten como un afiche, un adorno, o un robo, para los que argumentan que el cine de Tarantino es a base de robos. Yo no lo pienso, pero sé que muchas personas si. Acá todo eso es justificado con la historia de la película, pero a todo esto: de qué va la película.
La película va básicamente de dos historias a la par: la primera, la relación de amistad entre Rick Dalton, (Leonardo DiCaprio, excelente) un actor en decadencia que de haber sido una estrella del cine western, pasa al olvido para hacer pilotos de series de televisión como el eterno villano prestando reputación y nombre para levantar la carrera de nuevos y apuestos actores en el auge de la televisión en Hollywood, y su doble de acción Cliff Booth. (Quién además funge también como narrador, interpretado magníficamente por un Brad Pitt verdaderamente extraordinario, quizá a mi gusto el mejor de la película) La segunda historia que nos cuenta es la de la actriz Sharon Tate (interpretada por Margot Robbie y caracterizada de una manera impecable, uno ve a Sharon en la figura de Robbie todo el tiempo, salvo quizá por las veces que Margot lleva el pelo por detrás de la oreja, pero a mi parecer eso ocurre sólo una vez), y lo que aconteció en aquel 1969 con su vida.
Los papeles secundarios están bien, pero no hay mucho que decir de ellos, y con esto me refiero al caso de Bruce Lee. Al Pacino con dos apariciones cortas me parece está estupendo, y más en la parte donde le explica a Rick Dalton lo que hacen las productoras de televisión con personajes como él. Como ya lo dije, todas las referencias al cine de los 60's y la influencia que tuvieron para la generación de jóvenes perturbados de esa época (otra de las cosas a destacar en realidad es todo lo referente a el diseño de producción, diseño de arte y vestuario, todo lo referente a la época retratada, desde los negocios que regían en Hollywood, las influencia mexicana en este lugar, los autos, los hippies) y las generaciones posteriores. Los Spaguetti-western, (sólo uno de los tantos tributos que se le hace al cine de Sergio Leone no sólo en el título de la película y como este sólo director en esa época le roba el protagonismo a Hollywood en un género que ellos inventaron) los actores y directores de ese entonces, el como Tarantino utilizó los diferentes formatos de la época para ver como se veían las películas de ese entonces, y como lo hace de una manera que funciona redondamente en pro de la historia, y que hablemos de eso y no de los formatos sólo por hablar, ahí se nota su madurez como director, y un lado nostálgico rindiendo tributo al cine con el que creció y con el que se formó en sus años de espectador mientras trabajaba en los extintos Blockbuster.
La figura de Rick Dalton es a mi parecer la de peso más fuerte en la historia en todo momento porque nos muestra la figura del trabajador del oficio del cine que luego de haber vivido su punto máximo y venir en una picada terrible, o de perder el rumbo, toma quizá la última oportunidad que se le presenta y la sabe aprovechar, vemos como el hombre quejumbroso, descuidado y decaído que mirábamos al principio, luego resurge al grado de que al final se gratifica al eterno perdedor de la manera en que él soñaba. Ese sueño que en un principio lo hizo salir de su primera depresión, estaba a una invitación de sus nuevos vecinos para que las cosas mejoraran, y ese final a lo Tarantino podríamos decir que es bonito, como en Kill Bill parte 2.
A mi honestamente la re-interpretación de la historia en el cine jamás me ha gustado, y menos venida por parte de Tarantino luego de la manera tan soberbia (para mal) como lo hizo en Bastardos Sin Gloria, pero he de decir que qué mejor lugar para hacerlo, que en el cine, y si se hace de una manera como Tarantino lo hizo, pues mejor.
Sólo menciono muy brevemente que me pareció muy chistoso ver la condición de tres actores en la película en particular: la primera es la de Maya Ray Thurman Hawke, viéndose salvada de esos veinte minutos finales (antes del final) muy tarantinescos, muc contrario a lo que le pasa a su mamá (Uma Thurman) en Kill Bill. El segundo es a Timothy Olyphant como el joven actor al que Rick Dalton le va a levantar la carrera; y a Emile Hirsch y la situación como el chico de al lado. Y por supuesto ver una vez más juntos, aunque sea al final, a DiCaprio y Robbie, uniendo las dos historias de la película hasta el final.
Finalizo diciendo que aunque para muchos esta podría ser una gran película, para mi ver una película de Tarantino me hace esperar mucho más que esto, necesitaba algo contundente que nos dijera a su manera que seguía siendo él, a mi parecer nos entrega una buena película, pero no siendo del todo él, o será que como él ya maduró, nosotros también lo hemos hecho, porque aunque los minutos finales, los más tarantinescos, se disfrutan inmensamente, y nos hacer reír y casi levantarnos del asiento de la emoción, nadie esperaba ver ni otra película con violencia desmedida como lo eran sus películas antes, ni una obra maestra como Pulp Fiction. Aunque buena, dudo que vaya a figurar entre mis películas favoritas, o las que yo consideraría como las mejores del año.
domingo, 25 de agosto de 2019
Atrás hay relámpagos: Oda a la juventud, segunda parte.
Hace un par de años, Julio Hernández Cordón estrenó en festivales dos proyectos cinematográficos mientras aún circulaba en el país su más reciente película (más que nada en espacios alternativos de exhibición de cine independiente), uno de esos proyectos es la película con más proyección del director a la fecha: Cómprame un revólver. Y la otra es la siguiente a comentar: Atrás hay relámpagos.
Atrás hay relámpagos bien podría ser una especie de híbrido de Te Prometo Anarquía, a la cual incluso desde mi perspectiva le vendría mejor no sólo el nombre de esta, sino el título que utilicé cuando escribí sobre ella hará hace poco más de dos años: una oda a la juventud.
(Comentar además que el texto dedicado a Te Prometo Anarquía [mismo que pueden leer en el enlace de aquí] sigue siendo uno de los textos más leídos del blog en sus ya cinco años de vida)
El principio de esta película se nos presenta justo como en la parte más frenética e intensa de Te Prometo Anarquía, la parte en que la relación del par de amantes del ex-df es más unida, en su punto de éxtasis, pero ahora el bromance que se nos presenta es entre un par de chicas bikers costarricenses llamadas Sole y Ana, luego de eso al llegar a la casa de Sole y mostrarle una sorpresa que le tenía preparada a Ana, la relación entre estas dos cambia vertiginosamente luego de un descubrimiento que al final de la película queda olvidado y que sólo era un pretexto para mostrarnos la naturaleza de cada chica, y su situación ante la vida.
Atrás Hay Relámpagos tiene, como ya lo mencioné; muchas similitudes con Te Prometo Anarquía, que para mi bien podría mostrarse como una segunda parte de esta, o su versión costarricense hecha por Julio. Una de las cosas más palpables en su similitud es la relación entre estas dos chicas muy dependiente, relación que no se muestra tan intensa como la que sostenían Miguel y Johnny, pero que seguramente así es. Entre las cosas que son iguales entre la pareja en Te Prometo Anarquía y la de Atrás Hay Relámpagos, está el nivel socio-económico de las chicas, mientras que Sole es de familia rica, que le puede solucionar todo, y que parece ser una carga para ella y como se relaciona con las demás personas, Ana, de quien no se muestra mucho de su vida familiar salvo por su relación con Sole y sus amigos Bikers, claramente no es de mucho dinero como Sole.
El cine de Hernández Cordón a mi parecer es impecable en todos los sentidos, y con esta película no iba a ser la excepción. De las cosas que más me gustan de su cine es que la fotografía tiene un cuidado estético formidable: encuadre, enfoque, iluminación; todo está bien pensado por director y encargado de fotografía, y es formidable, aunque cada escena contribuye al desarrollo de la historia, cada una por si sola a su vez funciona como principio y fin de un episodio en particular. Quizá la cosa que a mi más me gusta del cine de Julio (y que no lo pude disfrutar en Cómprame un revólver, aunque la película me haya fascinado) son sus números musicales, y en esta película en particular el hecho de como muestran por un lado la naturaleza de la juventud y su libertad incluso en sus episodios de bagaje y rumbo indefinido, y por el otro lado como funcionan perfectamente como presentación de personajes que en determinado punto de la película tendrán un rol más que imprescindible en la trama.
Al igual que con Te Prometo Anarquía, me pasó que estaba tan clavado en la trama de la película que Julio me engañó al creer que el final de la misma era antes de lo que era, en Te Prometo Anarquía me pasó en la escena en la que Johnny va patinando por la carretera mientras la música suena a todo volumen y la toma se va alejando de él y nos permite ver ese cuadro magnífico de la carretera haciéndose cada vez más larga y Johnny más pequeño, en esta me pasó en la escena en la que uno de los bikers llamado Frank, que es el tercer personaje en el que cae el peso de la película en determinado momento hasta el fin de la misma, está con su abuelo platicando sobre un mensaje que quiere enviarle a una chica y el significado de este, mientras acaba de construir un circuito para hacer maniobras con la bici.
Esta película por lo que he leído en su apreciación en general no ha gustado tanto como sus dos películas anteriores ya mencionadas, o sus primeros trabajos que también son muy respetados como Las Marimbas del Infierno; y yo supongo puede deberse en gran motivo a la poca importancia que se le da al asunto del descubrimiento que hace que la relación entre Sole y Ana se vea cambiada, y tampoco es como que tuviéramos un preámbulo de como era su relación salvo por la introducción que desde entonces ya mostraba la naturaleza de cada personaje y su rol en la película, y la prácticamente nula consecuencia de este hecho, (que quizá podría argumentar se ve resuelta por la posición económica de Sole) y el hecho de que aunque al principio el tema familiar para Sole era importante, al final parece no tener tanta relevancia o peso para su persona. Pero a mi parecer esto es un tema menor para quien disfruta del cine de Hernández Cordón, que seguramente quería más que nada exponer la confusión creada en dos personajes que luego de ver turbado su esquema de juventud perfecto y su presente, se enfrentan a una relación que ante la inclemencia no es tan buena, en la que cada una quiere ver por su bienestar por encima de los principios de la otra.
sábado, 24 de agosto de 2019
Guerra y paz.
Tú y yo estábamos hechos
de pequeños pedazos del otro, y
y va a ser imposible salir ilesos.
¿Cómo era nuestro olor?
¿Era ácido y metal?
No consigo recordarlo, aún no.
Trago una saliva que sabe a guerra
y la bala atraviesa directa.
Unos pulmones que ya no respiren por ti.
¿Cómo era el amor que sentías por mí?
No consigo recordar
No consigo recordarlo, aún no
¿Qué voy a hacer con todos los abrazos que hice a medida para ti?
¿Cuándo volverás a ser quién conocí?
¿Cómo éramos tú y yo?
¿Fuimos lucha, fuimos paz?
Soy todo lo que prometí
no llegar a convertirme y,
tú eres lo que nunca dijiste ser . . . .
miércoles, 21 de agosto de 2019
Cine Mexicano: ¿una cuestión de minorías? (Complemento del texto escrito para la revista Cinéfagos)
Cuando hablamos del cine mexicano en esta década en general, podríamos hablar desde los favorables números en taquilla convertidos en dinero, de la presencia de numerosos directores de cine mexicanos ya sea conquistando premiaciones alrededor del mundo ya sea con producciones extranjeras o incluso mexicanas, pero me parece que hay un punto que no se ha analizado de nuestra producción cinematográfica al menos en los últimos 10 años, o al menos donde se muestra más presente, y por eso quiero exponer esto en esta ocasión, y es la falta de cintas que reflejan a la mayoría de la sociedad mexicana, la llamada por muchos "clase media".
Si bien podemos mencionar el nombre de algunas cintas como por ejemplo "Temporada de Patos", "Los Hamsters", "Los Insólitos Peces Gato", sólo por mencionar algunas, nuestra filmografía por lo general se basa en dos grupos socio-económicos que si bien son más atractivos para una historia y que el espectador se enganche de ella y genere más "números" muchas veces no refleja nuestra realidad, y para los que quieran argumentar que el cine es para precisamente escapar de la tormentosa realidad, yo dudo que con propuestas tanto de historia como de producción tan deficientes, uno escape por mucho tiempo a la realidad que tanto huyen.
La clase alta, y las comunidades rurales e indígenas son las que más acaparan la atención de los cineastas mexicanos, y muy rara vez se atreven a explorar géneros que no hagan fácil contar una historia digerible, en el caso de la clase alta no creo que sea necesario el decir que las comedias románticas y los melodramas al más puro estilo de las telenovelas de los 80's y 90's es lo que está a la orden del día desde hace muchos años, que si bien rompen récords de taquilla, es muy pobre su contenido y lo único que buscan es vender y vender, (y si no es el caso díganme porque las exhibidoras más grandes del país ya le entraron a la distribución directa comprando proyecciones exclusivas) son películas que muestran muchas veces situaciones inverosímiles que no hacen hincapié en problemas verdaderos y donde generalmente lejos de querer divertir con propuestas sólidas, sólo buscan entretener a base de chistes misóginos y denigrantes hacía el mismo mexicano.
El otro lado de la moneda es literalmente en todos los sentidos, pues por lo general películas que retratan la vida de campo, la vida de comunidades indígenas, ya sea con trabajos de ficción o documentales, vemos una clara intención de involucrar y mostrar algo con un gran valor cinematográfico, nada más hay que revisar trabajos como "El Violin", "A morir a los Desiertos", o la más reciente "Sueño en Otro Idioma", incluso de otras minorias de las grandes urbes como la fenomenal "Somos Lengua" o "Vuelven". películas con una propuesta muchas veces poco explorada en nuestro cine que buscan hacer crítica social desde la exploración de otros métodos, otros géneros, de los que muy pocos se involucran o hacen participes, pues si no se conoce por los medios de comunicación masiva, los que no son tan allegados al mundo del cine, ni por enterados se dan de este tipo de películas, además del gran obstáculo que tienen además de la promoción, con el de la distribución, teniendo muy pocas cintas para exhibir en los cine en comparación a las miles de copias que se hacen de la película en turno de Eugenio Derbez, o Karla de Souza, o ahora de Barbara del Regil.
No estoy en contra de este tipo de cine, la industria es muy grande para todos los gustos, pero los exhibidores y distribuidoras deberían de comprender que el séptimo arte es aún más grande, y la historia siempre recuerda las propuestas que suman a una mejor sociedad y un mejor futuro, todo lo demás se olvida, y lo efímero deja de existir.
domingo, 18 de agosto de 2019
El Rebozo de Soledad. Cine de Oro Mexicano en su máxima expresión.
Si hablamos de cine mexicano, hablamos de la época de oro del cine mexicano. Y si hablamos de mi película mexicana favorita, hablamos de una que permaneció a esta época tan esplendorosa y brillante como su fotografía en blanco y negro, y esta película es El Rebozo de Soledad.
Película de 1952 dirigida por Roberto Gavaldón, uno de los directores más célebres de esta época de nuestro cine, entregándonos entre sus películas a una de las más grandes joyas de nuestro cine como lo es Macario, pero hablemos de El Rebozo de Soledad.
La película nos narra como un médico recién graduado antes de decidir entrar de lleno al mundo de los hospitales para poder realizar su sueño de hacer buena fortuna y nombre, decide irse a un pueblito a ejercer la profesión para poder hacerse de la experiencia que estos hospitales exigen, y decide ir al pueblito de Santa Cruz, lugar que lo vio nacer. Estando ahí la gente de principió no lo ve con buenos ojos, a pesar de ser una buena persona, y tener toda la confianza y amistad del Párroco del pueblo, su forma de ser y el hecho de ser el hombre de ciencia hace que se haga rápidamente de enemigos, entre ellos el cacique del pueblo, el cual es un abusivo con los más pobres y trabajadores al quitarles gran parte de lo que producían de sus cosechas, esos mas pobres del pueblo, eran todos. Una noche una mujer va al consultorio del doctor y le pide ayuda para que salve la vida de su hermano, el cual se encuentra agonizando por la fiebre, el médico, aunque renegando de principió va en su auxilio y al salvarle la vida al joven, Soledad se ofrece para ayudarlo en todo lo que él necesite, el médico le dice que no es necesario, pero al final accede, sabiendo que su compañía le hará muy bien, y ambos se empiezan a profesar tanto admiración como cariño, pero no es hasta que aparece Roque Sauzo, quien ofrece ayuda y trabajo al hermano de Soledad, y a ella el calor de un hombre, y que además, también tiene problemas con el cacique, hace que todo se complique en la vida del doctor. Ahora los dos hombres en la vida de Soledad, el doctor y el patrón, aun siendo amigos y sabiéndose rivales, luchan contra el mal hombre que es el cacique, y a su vez por el amor de Soledad. Todos tienen sus principios que aunque quisieran, no pueden corromper, cuando estos se corrompen es cuando vienen las tragedias y las pérdidas, pero también se aprenden valiosas lecciones, y el doctor Alberto es el que mas aprende en esta ocasión, cambiando su vida, y como ve su profesión, y lo noble de esta, descubre las verdaderas necesidades del ser humano, como la de ayudar.
Sin duda alguna esta película más allá de la fotografía prodigiosa y pulcra del gran Gabriel Figueroa, del sonido y la ambientación que hicieron los encargados en cada uno de sus departamentos, retrata la realidad que se vivía en los pueblos de México, cruda, pero maravillosa como lo es el campo, la desigualdad para unos buenos y trabajadores hombres y el poder para otros pocos tiranos. La valentía, el honor que caracterizaba a los hombres de palabra de esta época tan bien documentados y sobre todo, tan bien interpretados por todos los actores, son fielmente capturados. Una película que tiene todos los elementos para ser uno de los máximos exponentes de esta época de nuestro cine. Cuenta con las actuaciones estelares de los que para mi son los dos mejores actores que ha tenido nuestro cine, Arturo de Córdova como el Doctor Alberto (quien además escribe el guión junto con el escritor duranguense José Revueltas) y Pedro Armendáriz como Roque Suazo, acompañándolos Stella Inda como Soledad, cerrando el elenco Rosaura Revueltas, Carlos López, Jaime Fernandez y Domingo Soler.
No tan celebrada como Macario o Los Olvidados de Luis Buñuel, pero si muy realista y cruda, con un final con un mensaje que se queda en el recuerdo, algo que solo el buen cine hace, dejarte pensando mucho tiempo, para no volver a ver algo parecido, ni un final que te marque tanto como el de esta película que a mi me marcó.
viernes, 16 de agosto de 2019
El Peluquero Romántico: análisis de la soledad.
Una de las películas mexicanas de las que más se está hablando desde su estreno comercial hace pocos meses (el cual se dio nada menos que en la Cineteca Nacional, y de ahí un breve paso por muy limitadas salas comerciales, y circuitos alternativos como cinetecas municipales y salas de menor alcance como las del Cine Tonalá, a pesar de ser una producción del 2016) es de El Peluquero Romántico, del director de cine zacatecano Iván Ávila Dueñas.
La película nos permite ver la vida de Victor, un hombre de 38 años que justo después de que fallece su mamá empieza a mirarse de frente con una soledad que no había experimentado hasta ese momento. Victor, quien es peluquero, lleva una vida hasta cierto punto regida por una vida rutinaria, abre su local a cierta hora, atiende clientes, cuando no se pone a ver en los periódicos la mala suerte que tiene el equipo de sus amores, el Atlas, con quien comparte precisamente esa mala suerte. Entre las visitas de sus amigos para jugar al dominó en su changarro por la noche, el regreso de su ex esposa, la visita de una joven que le lleva la comida todos los días a la peluquería, su gusto por ver películas mexicanas, y sus borracheras en solitario al son de boleros tocados en su tocadiscos, Victor entre ensoñaciones y delirios auto impuestos que lo hacen alucinar como si estuviera en una película, cierto día llega una persona inesperada a su vida, que lo hace leer el mensaje de la que parece ser una persona de alma vieja como él, y de una soledad compartida incluso sin él saberlo. Este descubrimiento lo lleva a un lugar que lo hará cambiar de aires y viajar al sur del continente hasta Brasil, de vivir y ver su entorno como en sus alucinaciones, y de paso dar suerte a su equipo de fútbol, y aunque en cierto punto y de cierta manera parece que la suerte le cambia también a él, esto no quiere decir que se vaya del todo la soledad, un estado, más que una compañera, en el que parece estar más que en plenitud.
El retrato que hace a mi parecer Iván Ávila en su personaje principal me parece lo dota de una característica que lo hace único y de inmediato nos hace verlo encantador: es el eterno soñador. De repente mi viene a la mente la figura de Gil Pender de Midnight In París (Woody Allen- 2011) de la idea de este hombre que vive atrapado en el pasado, pues vemos al tipo con el look del hombre del siglo pasado, un hombre muy educado, que incluso estando en broma con sus amigos, y diciendo groserías, se nota su grado de educación y amabilidad, no tiene celular y sólo se comunica por teléfonos viejos. Vemos a este hombre y su gusto por las películas de la época de oro del cine mexicano, y no sólo eso, lo vemos ver estas películas cuando está comiendo, algo que era muy común en las familias de cualquier clase en décadas pasadas, hoy día honestamente no me imagino a una familia reunida a la hora de comer viendo y riendo con la tele encendida, ya no digamos viendo una película mexicana como la encantadora (y mi película favorita mexicana, por si no lo sabían) El Rebozo de Soledad (Roberto Gavaldón - 1952). Otra cosa de la que gusta mucho este personaje es de la música de boleros románticos, quizá su gusto por ella nace de un gusto heredado por su madre (como en el caso de Wong Kar-Wai), y este es un gesto en el que se asoma la otra vertiente que predomina en la película y en el personaje en el que recae todo el peso de la misma: la soledad.
Por un momento creí que las películas que el director nos iría mostrando que el personaje de Victor veía en la tele irían marcando de a poco las situaciones de su vida diaria, y por momentos me parece así es, (como lo vemos cuando mira Aventura en Rio [Alberto Gout - 1953] como una especie de premonición) pero no en todos los casos. Trata de poblar su soledad con la búsqueda de una pareja, lo vemos volver a salir con su ex, de la que jamás se nos dice claramente que pasó entre ellos dos, aunque se puede suponer que es a causa de una infidelidad por parte de ella, lo vemos también con cierto interés por bella joven que lo visita en la peluquería, quien muestra de cierta manera un cariño, interés por su persona al preocuparse cuando lo ve triste y tomando, a la cual Victor entre juego y no, le propone matrimonio, y con quien tiene cierto fetiche con su cabello (muy a lo Buñuel en la película "Él" (1953) con los pies de Gloria en la iglesia, por si cabía alguna duda del gran admirador que es del español), incluso vemos como su mejor amigo Sergio le trata de conseguir un ligue rápido, aunque Victor lo que quiere es una novia de verdad, tratando de quizá cubrir la figura de la mujer del hogar que dejó vacante su madre, pero la idea del ligue tampoco le parece del todo mal, quizá por las alucinaciones que hablan más de un deseo carnal como tal, por el contacto que le prive de la soledad. Muy pocas veces lo vemos mostrar sus emociones, sus sentimientos; salvo cuando lo vemos solo, bebiendo y cantando a todo pulmón.
Iván Ávila es un director muy reconocido y muy admirado por el gremio nacional, quien empezó en el cine trabajando para directores como Guillermo del Toro (con quien además tomó clases) y Juan Antonio de la Riva. Parte de su familia se dedica al cine (su hermana, Erika Ávila es una productora también muy respetada e importante, y maestra de cine) las opiniones a su película por parte de los críticos más respetados del país no pudo ser mejor, bastante bien acogida por personajes como Jorge Ayala Blanco, Carlos Bonfil, (cuya crítica me pareció muy interesante, por cierto) entre otros. De filmografía muy corta, con sólo 5 largometrajes en su haber, (entre varios cortometrajes y colaboraciones, incluso para la televisión) pero muy concisa (lastimosamente yo sólo he visto esta, pero seguro empezaré desde ya a tratar de encontrar el resto de sus películas), Iván me parece logra una película entrañable, muy consistente, de manufactura impecable, de un ritmo pasmado pero revitalizante, con muy poco. Desde los lapsos en que la cámara sólo sigue al personaje por la calle, siguiéndolo en su rutina, viendo la espontanea reacción a sus expresiones, la forma en que retrata (y no sólo hablo en la cuestión de planos, sino mas allá en lo técnico, con la utilización de diferente tipo de película y lo digital, y que además se nota para bien, porque no influye en el peso de la historia, pero si en lo narrativo) su estadía en la peluquería, sus momentos oníricos, y el retrato a su nueva realidad (de la cual no les comento mucho para no arruinarles la experiencia cuando tengan la oportunidad de verla, porque considero es una película obligada a ver dentro de las estrenadas este año en México) hasta este tema del que hoy siento no deberíamos de hablar tanto, porque pareciera no tiene tanta importancia, pero la verdad es que lo tiene, porque cuando vemos una película con buenas actuaciones por parte de todo el elenco, tan mesuradas, tan bien ejecutadas, y que no estén hechas por actores conocidos o mediáticos, es algo verdaderamente para aplaudir, que un director vea más por la calidad del productor, que por la necesidad de vender. Eso es valiente, y eso es lo que necesita nuestro cine, directores comprometidos, y que sepan lo que quieren decir, aunque algunos encuentren confuso o desvariado el mensaje, o sin tanta propuesta o de solución fácil y rápida. Necesitamos a esos directores, incluso con sus trabajos quizá menos arriesgados.
jueves, 15 de agosto de 2019
Los Años Azules: la casa en ruinas.
Los
Años Azules es una película mexicana del 2017, ópera prima
de la directora Sofía Gómez-Córdova, que narra el día a día de cinco jóvenes
que viven en una casona descuidada de la ciudad de Guadalajara, en calidad de
roomies, todos por algún motivo diferente. Vemos en cada uno de ellos, de distinta
manera, cómo sobrellevan una clara crisis de identidad, la cual se manifiesta a
ratos en gozo y alegría, a ratos frustración y tristeza.
Al
igual que ellos, y algunos personajes que aparecen ocasionalmente en la órbita
de esta casa, incluido al sexto inquilino, un gato que es testigo (y en muchas
ocasión quizá, la mirada de lo que nosotros vemos), de cierta manera sirve como
hilo conductor en la historia (muy parecido al gato de Amelie al que le gusta
escuchar historias), nos vamos dando cuenta de cómo la casa en realidad funge
como metáfora de lo que parece ser la vida desmoronándose (al igual que la
casa) de estos personajes perdidos sin rumbo, pero que al final no son más que
sólo aves de paso por ese acantilado en la ciudad, como todos en algún momento
de nuestras vidas, cual papel tapiz oculto detrás de paredes desgastadas, o
dibujos inmensos que nacen sobre estas.
Quizá
la mayor virtud de esta película es cómo los personajes de la misma no están
atados como tal unos de otros, al tener a cinco personajes principales la
opción fácil o sencilla hubiera sido haber hecho una película coral y dar voz a
cada uno en medida proporcionada, pero la directora no lo hace, y da a sus
personajes total libertad al grado de que dos pueden ocupar largo rato en el
desarrollo de su situación y pasar más de 15 minutos sin saber de alguno de los
otros personajes.
Cada uno
personifica un problema y eso de alguna manera hace que nos identifiquemos con
alguno; la única cosa que comparten todos, además de pequeños momentos, quizá
sería la juventud y la preocupación latente de ya no serlo tanto como para
tener esa clase de crisis y problemas. El desarrollo de los personajes se da
prácticamente a lo largo de la película y no hay una preocupación por acelerar
deliberadamente su naturaleza, aunque esta situación no manejada a la perfección
puede ser un arma de doble filo, como ocurre por momentos en esta película, ya
lo dice el viejo dicho: "el que mucho abarca, poco aprieta".
Quizá
lo que se podría reprochar en este departamento es que, aunque no están todos
conectados todo el tiempo (lo cual reitero, está bien) la directora en cierto
punto no les da la misma importancia, tanto así se nota que justo antes del
final, en el clímax de la misma, el peso dramático recae sólo en dos personajes.
Bastante bien ejecutado cabe resaltar, aunque la escena del llanto de uno de
los personajes por la muerte de su padre no es ni remotamente tan buena al
momento de conectar con el espectador, como la de Tom Cruise en Magnolia,
pero esa ya es otra historia.
Con
algunos detalles técnicos a mi parecer notorios, pero menores para el
desarrollo de la historia, tanto en audio, enfoque y ensamble de secuencias;
pero otras cosas que son dignas de resaltar como el diseño de producción y la
paleta de colores con tonos oscuros y azules que remiten melancolía y tristeza
que da perfectamente con el discurso que se quiere dar, (y no puedo dejar de
mencionar ese principio que me pareció fantástico, y esa peculiar participación
del director Marcelo Tobar).
Los
Años Azules es una propuesta interesante para explorar
esos conflictos y problemas que pueden venir con la edad al no tener bien
definido el camino que queremos tomar, los miedos que vienen al no saber
interactuar con nuestro entorno, y también un par de temas interesantes que
podrían venir implícitamente en la película, como lo son el del desapego
emocional con la familia al salir de casa, ese estar y no estar; y el de como
vemos amenazantes a los más jóvenes por como empiezan a explorar y buscar su
camino, cuando nosotros quizá no lo tenemos aún definido sin ser tan jóvenes, y
como nuestros discursos hacia ellos se van mostrando muy parecidos a los de
nuestros padres hacia nosotros.
miércoles, 14 de agosto de 2019
Las Elegidas.
Con esta película me he percatado de lo prejuicioso que a veces puedo llegar a ser en el cine: y es que la verdad cuando aparece la primera escena toma/escena, viene a mi mente: "Voy a ver lo mismo que ya he visto en mucho del cine de los contemporáneos", llámese: Reygadas, Escalante, Franco, Ripstein (Gabriel) y eso me hace desilusionarme. No por el hecho de que el cine de estos directores sea malo, sino todo lo contrario, pero pensé que vería algo que ya había visto de una maestría desbordante, y uno lo que a veces busca en el cine es ver algo diferente, aunque se trate de lo mismo. Pero vaya que si esta película me calló la boca en el momento en que los protagónicos miran hacia la ventana y la luz empieza a quemar la imagen hasta saturarla.
La película retrata como la relación entre Ulises y Sofia, de 15 y 14 años respectivamente; se ve truncada cuando Ulises le confiesa a Sofia su amor, luego de que le dice que su familia se dedica a la trata de menores y a la prostitución, él intenta fugarse con ella pero su papá y su hermano los descubren y los separan, la película narrará de manera muy brillante lo que Sofia vive en este periodo en una casa de prostitutas jóvenes, y lo que Ulises tendrá que hacer con una pobre chica llamada Marta, para que Sofia deje ese infierno de prisión y sea internado en otro, en uno que la sociedad vea con mejores ojos.
La propuesta estética de la película es algo que yo no había visto en una película de la temática que esta maneja y todos los interesantes subtemas en la trama, (como el del doble discurso de la familia aparentemente perfecta que utiliza circularmente la misma rutina para atrapar a sus víctimas, y como a pesar del negocio que tiene el patriarca y saber que a todas sus amantes las obliga a ser prostitutas y el falso discurso que emplea toda la familia a la figura de Ulises diciéndole "te golpeo porque te quiero") y si bien la técnica no juega o se involucra con el discurso, (salvo en ciertas partes, y de manera realmente bien lograda como las escenas donde se supone Sofia tiene sexo con sus clientes) me parece es un doble atino, ya que no vuelve a lo técnico un agente manipulador. Unas actuaciones más que destacables, entre las que hay actores profesionales y no profesionales, salvo por quizá un par de detalles que en realidad ni siquiera son habría que mencionar, y una música que es extraordinaria.
Un trabajo del que se hablaron y escribieron cosas muy positivas desde su estreno en el Festival de Cannes dentro de la selección de "Una Cierta Mirada" allá en el lejano 2015. El trabajo de David Pablos es a mi parecer sin fallo, una película impecable, de propuesta mas que interesante y una mirada diferente a un problema que no sólo aqueja al norte del país como lo muestra la película, es un tema que sin lugar a dudas duele mucho. Pablos no glorifica su película o abusa del tema que retrata ni intenta abordarlo fácilmente, y eso es lo mas destacado de esta. Para mi una segura mención dentro de las mejores películas mexicanas no sólo de la década, sino de lo que va del siglo.
martes, 13 de agosto de 2019
Las horas del verano.
L'heure d'été es una película del año 2008 dirigida por el cineasta francés Olivier Assayas. Ganadora de múltiples premios alrededor del mundo en distintos festivales como Mejor Película Extranjera o Premio Fipresci.
La película en breves palabras expone y trata como luego de que la matriarca de una familia, la cual era la sobrina del artista Paul Berthier y la encargada de preservar la obra de su tío con el cual tenía un vínculo más que cercano muere, decide dejar al mayor de sus hijos, el único que vive en Francia, como el encargado de todo lo que pasará con la obra y la casa, ella le dice que done y venda todo, pero se lo dice con el deseo de querer que todo quede como está, él quiere que todo quede como está, para que sus hijos disfruten de la casa y en el futuro ellos decidan que hacer con todo, pero sus dos hermano, un empresario que vive en China y su hermana diseñadora radicada en Nueva York, optan por vender todo.
La película es un claro discurso del como padres deciden relegar responsabilidades a los hijos en asuntos que ellos tenían que decidir, y como estos asuntos hacen y crean conflictos en la vida de los hijos. El tema del artista y el arte hace al discurso un tanto burgués, pero en realidad no hace menos en el valor del filme. (Además que es bien justificado al saber que la película es producida por el museo de Orsay)
La película todo el tiempo tiene un ritmo bien mesurado, relajado y uno se siente en una reunión familiar, uno no se siente cansado de este ritmo, todo lo contrario; y uno no espera ser sobresaltado en cualquier momento, incluso las emociones que hay, porque por supuesto que las hay, son contenidas; vemos a nuestros personajes en cierta manera esconderse cuando muestran una emoción, los vemos morderse los labios y chuparse los dientes. Mi único problema con la película es la división que no se explota tanto en la relación entre los hijos y los nietos de la matriarca, y ese final honestamente innecesario o no del todo profundo, pero un problema menor al fin y al cabo.
Aún con esto, la película es buena y muy completa, de una sencillez y mesura de la que uno se siente parte, y no se siente en ningún momento la necesidad de expresiones dramáticas de gratis o absurda; pero aclaremos: tampoco estamos viendo un Bresson o un Dreyer (o lo que es equivalente: una obra maestra), pero quizá si estemos viendo algo muy parecido a un Rohmer o a un Ozu. Y para finalizar, la película es una clara influencia para lo que quiso hacer Dolan con su Sólo es el fin del mundo, pero visto desde la figura de quien se queda, y obviamente mucho más inferior al trabajo de Assayas.
viernes, 9 de agosto de 2019
C.
Es imposible para mi empezar a escribirte sin hablar en primera persona, sin hacer referencia a mi, sin hablarte de lo mucho que empieza a pesarme la edad, aunque eso suene idiota viniendo de mi, que nunca me han importado cosas tan superficiales como el tiempo y el físico; pero pienso en el tiempo, aun sin que me importe mucho en las cosas buenas y malas que acarrea y conlleva eso. Soy un tipo cada día más alejado de todo, y he empezado con la manía en encasillar y etiquetar todo de una manera muy respectiva: o cambio de nombre a las cosas y a las personas, o sólo les doy una inicial. Quizá esto ya lo sepas, porque alguna vez escribí por ahí esto y tú lo comentaste, en mi vida ha habido un sin fin de "M's" de "A's", de "N's", de "V's", pero sólo una C, tú.
Volviendo a lo que decía al principio, y llegando al final de estas cortas palabras que te escribo, pero llenas de emoción; es que de las pocas cosas que hoy día me lamento en la vida, es no pasar más tiempo contigo ahora, ya compartimos mucho en un tiempo que hoy día aunque no lo creas he empezado a olvidar, y aunque todo lo que he querido, lo he hecho; y acá todo avanza, no puedo negarte que te hecho de menos la mayor parte del tiempo. Sabes que te admiro y estoy muy orgulloso de la persona en que te has convertido. Te quiero mucho, pasa el mejor de los días, día que por cierto siempre me ha traído mucha suerte.
Pd. Prometo escribirte menos y hablarte más, aunque odie hablar por teléfono.
Pd. 2 Te escribo esto desde el lugar en el que almorzamos hace cinco años.
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jueves, 1 de agosto de 2019
Micro-críticas: Julio. (V)
La compilación de las micro-críticas que les comparto ahora es de muchas de las películas que vi en el mes que acaba de terminar, a diferencia del grupo de micro-críticas que publiqué anterior a estas, en las que escribí sobre películas y cortometrajes mexicanos que ya había visto desde antes pero que por "x o y" circunstancia no había escrito antes y que acá se acomodaron a la perfección con los documentales que en últimas fechas he visto.
Antes ya había comentado que quizá este sea el año en que más documentales he visto, y el mes pasado quizá sea el mes en que más películas he visto en lo que va del año, de modo que esta sólo es la parte de esas películas de las que me pareció pertinente escribir algo aunque fuera brevemente, de las otras o escribo algo más elaborado, o me gustaron tanto que no quiero escribir sobre ellas aun (luego eso me pasa) o no vale la pena ni siquiera mencionarlas. Disfruten la lectura entonces.
Broken Flowers.
He de reconocer que todo lo que yo he visto de Jarmusch me ha fascinado, y que no ha sido nada difícil para mi entenderlo y caer en el encanto de la trama de sus filmes desde el minuto uno, pero con esta si me costó un poco caer en su juego.
Los primeros 20 minutos de la película sentía que la película no sólo no iba de nada, sino que había una parsimonia fuera de lo común en el cine de Jarmusch, pero llegado cierto punto la película empieza su juego, te mete en este, y ya no te suelta.
La película bien podría llamarse "Las pláticas entre Sherlock Holmes y Don Juan de Marco". Y todo el argumento de la película viene a raíz de que el maduro Don Johnston, un hombre que se creó una fama de mujeriego y que es muy rico por cuestiones de computadoras, cuando es dejado por su novia en turno, recibe una carta en la que le hacen saber que años atrás tuvo un hijo y que éste va en su búsqueda. Don le cuenta a su amigo y vecino Winston, un hombre que está obsesionado (por así decirlo) con las novelas de misterio y le dice que le haga una lista de las mujeres con las que estuvo 20 años atrás, Don en un principio no quiere hacer eso, si en un pasado no le importó, por qué debería de importarle ahora, pero aún así hace caso a su amigo y este le hace el itinerario para buscar a las mujeres de la lista. En cada una de las visitas, Don se irá dando cuenta, con quienes si pudo seguir estando pero él no quiso, y con quienes ya no podía seguir, aunque él así lo hubiera querido, al final, de regreso a su casa, ve todas las señales que le pudieron indicar que todas las mujeres pudieron haber sido la mujer que le escribió la carta, o que todo fue una broma de su ex novia o su amigo para que hiciera algo con su vida, o que todo había sido lo que él había querido ver, al grado de ver en todo chico que se encuentra en la calle la figura de un hijo que quizá jamás existió, lo que si es evidente para el espectador con ese gran final, es el hecho de que el hombre necesitada aferrarse a algo, para seguir viviendo y salir de su bache emocional que lo hacía estar en una perpetua depresión.
Un Bill Murray extraordinario que hace total homenaje a un Buster Keaton y es tan inexpresivo a pesar de los muchos problemas y situaciones que se le atraviesan en el viaje, un personaje que hace entrada perfecta al mundo de los personajes de Jarmusch.
El Planeta Salvaje.
Película francesa de animación de 1973 dirigida por René Laloux, que en su momento rompió paradigmas y sorprendió a propios y extraños en el Festival de Cannes donde se exhibió.
La película que cuenta con una técnica característica que consiste en una animación hecha de recortes, la película que si bien podría considerarse para adultos, toca temas bien profundos e importantes como la discriminación racial, (un tema muy en boga por allá de los años 70's) y una crítica sobre como el hombre puede tener conductas tóxicas tanto hacia otros seres vivos a los que somete, lastima y oprime, y una vista incluso hasta apocalíptica de que es lo que pasaría con nuestro planeta en caso de darse un conflicto bélico de gran magnitud.
Otra lectura que se pudo sacar luego de la proyección en la que vi esta película donde dialogamos al respecto, es el hecho de esta civilización que son los Draags que se creen superiores a los "Oms" y que no creen que estos puedan organizarse y derrotarlos, pero que luego de tanta opresión encuentran la forma de derrotarlos en su entorno. Es una metáfora a lo que bien pudo haber pasado en Vietnam pocos años antes del estreno de la película, haciendo una vez más crítica a los gobiernos de países desarrollados que cree que puede oprimir a naciones que no permiten que se les robe sus riquezas.
Una de las grandes animaciones en la historia del séptimo arte, (y con una duración de menos de 90 minutos) y una de las películas de culto francesas más queridas y alabadas por los cinéfilos de mencionada década.
Perfect Blue.
La que para mi es la obra cumbre del director japonés Satoshi Kon que mezcla el thriller psicológico con el anime.
La película va sobre una chica que estando en la cima de la fama siendo una pop star decide dejar ese mundo para convertirse en una actriz seria donde romperá la imagen que antes solía tener. La chica no tiene que lidiar sólo con su conciencia, la cual en un principio la hace cuestionarse si en verdad quiere eso, pues ella sólo había soñado con ser una cantante, y empieza a cuestionarse si no lo hace sólo para complacer a su agente y empieza a cuestionarse aun más este hecho cuando ve que a sus compañeras las cobija el éxito a raíz de su salida. Pero también está el hecho de que alguien roba su identidad para hacer una página de internet donde dice que ella sigue siendo la misma y quien mancha su imagen es una impostora, y hace que la ataquen no sólo sus pensamientos y una intriga perpetua, sino fanáticos obsesionados y quien había orquestado todo para que ella no dejara de ser la chica que todos deseaban ser.
Con Perfect Blue, Satoshi Kon hace a mi parecer, la clase de película que bien podría definirse como película de impacto, algo como lo que hace Villeneuve o Nolan, que si bien avanzada la trama hasta cierto punto, uno puede deducir de que va y como terminará todo, el valor en estas son el hecho de cómo te lo va a mostrar, ahí radica su valía y vaya que si esta es extraordinaria en este aspecto.
Sunset Blvd.
Una de las grandes obras que filmó Billy Wilder en la década de los 50's. Es un ejercicio en el que Wilder refleja su ironía en cuanto a la vida que vive el guionista en Hollywood, guionista que no deja de contar historias ni siquiera muerto, cómo el pobre diablo sin suerte un día le cae del cielo todo lo que ha querido, pero que sin saber lo que sacrifica en el acto, o sacrificará luego de aquella huida que lo lleva a la casa y a seguir el capricho de una vieja estrella del cine mudo que se empeña a no morir en el olvido de la fama.
Además de la riqueza en el guion escrito por el propio Wilder con cada situación desarrollada con cadencia y perfeccionismo, el trabajo de Wilder funge a su vez como un espléndido homenaje no sólo a la industria de hacer películas, sino a su historia en todos sus órganos.
Personajes.
Peculiar película de 1975 del muy admirado mio Kieslowski que hiciera para la televisión polaca antes de su debut en la pantalla grande con La cicatriz. (Blizna - 1976)
La película como bien lo dice su título, habla, trata y muestra a esos personajes que hacen que la magia del teatro haga efecto, desde los actores, los utileros, los escenógrafos, hasta los que hacen el vestuario, y todo va siendo mostrado y narrado a través del seguimiento a Romek, un joven idealista y amante del arte que entra a trabajar en la compañía nacional de teatro por el cierre de la escuela de artes, es en este lugar donde se le presenta la oportunidad de formar su propio grupo de teatro como una forma de protesta ante el prepotencia de los llamados "artistas" que no saben nada, y los que que trabajan en el teatro en cualquiera de sus departamentos y que estaban en la escuela, pero para hacerlo tiene que traicionar a su amigo.
Dentro de la linea crítica que siempre mantuvo Kieslowski a la política en su país, y sobre los ideales que la vida pretende que uno rompa, sin mostrar nada de las otras influencias que después exploraría en sus trabajos más celebrados, me resultó interesante esta puesta en escena que en sus 67 minutos nos muestra el mundo que se desarrolla tras bambalinas de una manera directa y diferente.
Respire.
La ópera prima como directora de la reconocida actriz Melanie Laurent la hacen ser a mi parecer una de las voces más genuinas del cine francés contemporáneo.
En su película retrata la relación entre dos chicas que de cierta manera encuentran refugio de los tormentos que viven en su casa, pero estos tarde o temprano empiezan a salir a flote en su personalidad luego de un viaje y un encuentro que tienen, como el reflejo de lo que toda la vida han absorbido, a pesar de que en un principio de la película no lo muestran, o parece no afectarles. tiene un desenlace contundente (a lo Villeneuve) y pone en tela de juicio que tanto influyen las relaciones y problemas de los padres.
La película cuenta con un ritmo bien equilibrado, tiene dinamismo cuando así se le demanda y es mesurada cuando lo necesita, la fotografía es muy correcta y tiene ciertas tomas y planos en los que si bien en ocasiones uno creería que no enriquecen en nada a la trama a pesar de lo bien que se ven, no molestan en absoluto, y hay algunos que si son más que justificados y uno agradece que se tomen ciertos riesgos en esta clase de narración visual que no hacen más que comprobar con que efectividad dirige Melanie.
(Como lo es el plano de una de las chicas en la que en una toma picada se ve una avioneta atravesar el cielo mientras el sonido del motor de esta ensordece y absorbe sus pensamientos y los demás ruidos que pudiera haber)
Una pieza digna de considerar y darle visibilidad.
Evangelion.
La verdad es que al ver la trilogía de películas de la creación de Hideaki Anno me dejaron en un estado de completa confusión, al grado de no saber si me gustó o no me gustó. Lo que si sé es que no me dejó para nada indiferente.
Lejos de los planteamientos filosóficos y religiosos que expone, y que a mi parecer se quedan inconclusos (supongo que, o se perdieron en su adaptación de la serie, o vendrán todos a resolverse en la muy esperada por los fanáticos, cuarta entrega) la lectura que yo más distinguí con fuerza, y es con la que me quedo, o que se desarrolla de manera correcta, es muy similar a la premisa que plantea la película de Respira, y es esta en la de cómo los adultos oprimen a los jóvenes hasta llevarlos al grado de proyectar sus sentimientos y emociones de manera tan violenta que infringen en el curso de la vida de los demás, y como todos los humanos hacen creer cuando no son tan mayores que comprenden y ayudan a los jóvenes para alentarlos a seguir su camino, cuando en realidad no lo hacen, y cuando son mayores son el reflejo de los mayores que estuvieron antes de ellos.
High Life.
La odisea espacial de la prolífica directora Claire Denis es un viaje conceptual por el espacio con elementos más que notorios de todas las películas que ustedes me puedan mencionar sobre la odisea espacial, que fungen como base y homenaje a su vez en un discurso sobre la sexualidad, la procreación, el sentido de existencia y la supervivencia en un mundo que ya no es sostenible por sus habitantes, a su vez que en cierto punto de la travesía todos esos demonios turban a la tripulación de la nave haciendo que cada uno a su manera se revelen por no aguantar el fin de la misión y lo que hacen con ellos en esta, hasta que al final los últimos dos tripulantes mucho tiempo después de haber empezado la misión, avancen.
Como ya lo mencioné, la obra de Denis se siente muy influenciada por películas como 2001, Solaris, e incluso por Interstellar, pero tiene una psicología que es muy inquietante en el desarrollo de sus personajes y cómo estos a pesar de que su naturaleza en La Tierra los llevó a tener su sitio en la nave, todos son sometidos por la doctora que los dejaba desahogar sus impulsos por medio de placer, cosa que beneficiaba a la doctora para sus verdaderos fines más que profesionales, personales. Cómo cada uno expone su sentir y su búsqueda de liberación o paz, dependiendo de lo que pensaran que encontrarían en dicha travesía peligrosa.
Las actuaciones del reparto completo son de alabanza, un Robert Pattinson cada día más extraordinario, (me sorprendió mucho leer que Denis cuando estaba empezando a gestar el proyecto, ella veía en su papel protagónico a nada más y nada menos que P.S. Hoffman, y que cuando se dio su muerte le entristeció mucho la idea de que ya no pudiera tener al actor perfecto para la película) una Juliette Binoche que repite con la directora luego de la muy elogiada y extraordinaria película Una Bella Luz Interior, y así todos los demás actores.
Sin duda una película que para los que disfrutan del cine contemplativo y con un grado de misterio, será una gran propuesta, por lo pronto una segura en la lista de mis películas favoritas del año, por todo su discurso, lo que representa, y a las grandes películas a las que hace referencia y en las que de alguna manera se siente cierta influencia.
Mid90s.
Ópera prima como director del muy reconocido actor Jonah Hill en la que explora la vida del skateboarding en la década de los 90's a través de la figura de un muy joven llamado Stevie de 13 años que viniendo de una familia algo disfuncional en la que la mamá ha atravesado por muchos problemas desde su juventud, un hermano con el que su relación no es buena, y plasma la crisis de este chico en el mundo de los vicios de la juventud.
Hill explora de una manera muy elocuente, en la que no hace ni exceso, ni muestra el lado crudo como otras del género, pero tampoco hace su discurso blandengue de esta época y el sentir de este chico. Otro plus de la película es que no abusa del recurso cada vez más prostituido en el cine de la "nostalgic-movie", hay elementos que nos sitúan en este época como tal, pero igual no nos vende nada, y uno puede situar esta historia en cualquier tiempo, y reflejar incluso pasajes de nuestra propia historia en la película, incluso aunque no hayamos formado parte del movimiento del skate, porque en la película este es sólo un elemento conductor, no es un elemento protagónico, el elemento protagónico es la crisis de orientación, de la edad del despertar, elementos como el bromance que al final muestra una lección bien fundamental de la verdadera amistad, y la figura del hermano protector y que vivió la peor parte de la historia con los padres que el hermano menor no conoce del todo; son también factores muy fuertes.
Sabia decisión de Hill no incursionar con una película chistosa con la que pudiera vender, sino que iniciara su camino con una historia de él, en la que no se fue por la fácil estando en el reparto (aunque si cuenta con un reparto envidiable, sólo por mencionar, con el joven y estupendo actor Lucas Hedges y la extraordinaria Katherine Waterston) que no se parece en nada en lo que él inició, o a cualquier cosa en la que haya actuado. (Como la horrorosa actuación en la horrorosa película Lobo de Wall Street, lo siento, lo tenía que decir)