martes, 13 de agosto de 2019
Las horas del verano.
L'heure d'été es una película del año 2008 dirigida por el cineasta francés Olivier Assayas. Ganadora de múltiples premios alrededor del mundo en distintos festivales como Mejor Película Extranjera o Premio Fipresci.
La película en breves palabras expone y trata como luego de que la matriarca de una familia, la cual era la sobrina del artista Paul Berthier y la encargada de preservar la obra de su tío con el cual tenía un vínculo más que cercano muere, decide dejar al mayor de sus hijos, el único que vive en Francia, como el encargado de todo lo que pasará con la obra y la casa, ella le dice que done y venda todo, pero se lo dice con el deseo de querer que todo quede como está, él quiere que todo quede como está, para que sus hijos disfruten de la casa y en el futuro ellos decidan que hacer con todo, pero sus dos hermano, un empresario que vive en China y su hermana diseñadora radicada en Nueva York, optan por vender todo.
La película es un claro discurso del como padres deciden relegar responsabilidades a los hijos en asuntos que ellos tenían que decidir, y como estos asuntos hacen y crean conflictos en la vida de los hijos. El tema del artista y el arte hace al discurso un tanto burgués, pero en realidad no hace menos en el valor del filme. (Además que es bien justificado al saber que la película es producida por el museo de Orsay)
La película todo el tiempo tiene un ritmo bien mesurado, relajado y uno se siente en una reunión familiar, uno no se siente cansado de este ritmo, todo lo contrario; y uno no espera ser sobresaltado en cualquier momento, incluso las emociones que hay, porque por supuesto que las hay, son contenidas; vemos a nuestros personajes en cierta manera esconderse cuando muestran una emoción, los vemos morderse los labios y chuparse los dientes. Mi único problema con la película es la división que no se explota tanto en la relación entre los hijos y los nietos de la matriarca, y ese final honestamente innecesario o no del todo profundo, pero un problema menor al fin y al cabo.
Aún con esto, la película es buena y muy completa, de una sencillez y mesura de la que uno se siente parte, y no se siente en ningún momento la necesidad de expresiones dramáticas de gratis o absurda; pero aclaremos: tampoco estamos viendo un Bresson o un Dreyer (o lo que es equivalente: una obra maestra), pero quizá si estemos viendo algo muy parecido a un Rohmer o a un Ozu. Y para finalizar, la película es una clara influencia para lo que quiso hacer Dolan con su Sólo es el fin del mundo, pero visto desde la figura de quien se queda, y obviamente mucho más inferior al trabajo de Assayas.
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