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lunes, 1 de julio de 2024

"El Editor -Versión Final-", o la atinada congruencia de morir en tu lenguaje.





Edzna M.H.

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La verdad es que, debo confesar antes que todo, que este es el análisis que más me ha costado escribir, no sólo por el acto mismo de escribir sobre un proyecto del que pertenezco en muchos sentidos, sino por la acción que ha resultado para mí desprenderme de todos los modos posibles para poder escribir para todo aquel que vaya a leer este texto, de manera objetiva y crítica, y no bajo una influencia subjetiva que bien podría desprender en cualquier instante mi lado más sensible y personal, de modo que apreciable lector, tenga usted total certeza que las palabras que desemboquen aquí, por muy imposible que a usted le parezca, no llevan ninguna influencia personal de por medio.
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Cada ser humano tiene una concepción propia de cómo percibimos la vida y la realidad, la mayoría de las veces, esta es un reflejo de nuestras experiencias, de nuestro diario vivir, de lo que vemos, leemos, escuchamos, son reflejo del lugar donde vivimos, las personas con las que interactuamos y a lo que nos dedicamos, así creamos nuestro propio lenguaje, con sus códigos de lo que comunicamos o queremos comunicar, incluso cuando la comunicación se hace con los silencios. ¿Por qué la muerte de una persona puede ser más vistosa que otra? ¿Qué influye para que esto sea así? ¿Puede en un último acto el destino darnos una tregua y hacer nuestra muerte un poco menos dolorosa e insignificante? Esta es de alguna manera, la lectura que hago en primera instancia de "El Editor -Versión Final-".


Marcos, un editor de videos y películas independientes, trabaja diariamente editando hasta largas horas de la noche, hasta que en una ocasión sufre una convulsión que lo hace perder la consciencia. Al despertar descubre que su forma de percibir la vida ha cambiado de tal manera que ahora todo lo vive y lo ve de la misma manera que un montaje cinematográfico.
Entre cortes y efectos especiales, Marcos establece una confrontación contra su propio subconsciente para poder controlar su percepción del tiempo y sus emociones más profundas.


El cine de bajo presupuesto, o cine de guerrilla como es conocido por muchos (que nunca serán lo mismo que el cine independiente, para todos esos confundidos), es un cine en el que evidentemente hay que otorgar concesiones que los "puristas" del cine no permiten, sobre todo en los departamentos técnicos. Pero si hay algo debe de caracterizar a este tipo de cine para que resalte como una gran obra, incluso por encima del cine industrial; es el tener una historia bien pensada, con un guion que permita al pequeño crew la lectura fácil para no chocar con el autor de la misma, para que la historia conecte armónicamente y se sienta genuina. Y en este punto me parece que Alejandro Savant, director de la película, lo hizo correctamente, incluso con un guion moldeable que nos deja por sentado una de las grandes máximas dentro del cine para mí: el guion es sólo una guía, la verdadera película se crea en el montaje, y esta película por supuesto que es eso, tanto por el nombre de la misma, como por la naturaleza de la historia, que permitía que muchas cosas que no estaban controladas al cien por ciento en cuanto a la producción, equipo técnico y a la continuidad se refiere, se integraran a la historia de manera natural, teniendo una obra totalmente congruente con lo que quería transmitir, y aunque hay lapsos en los que claramente se sienten elementos en el montaje que, más que ser parte de la narrativa, están para solucionar problemas; me parece que la forma en que estos se emplean, es completamente efectiva. 

Me parece que Alejandro se toma la osadía que muy pocos realizadores se han permitido, algunos de esos pocos han sido de esos que han marcado un antes y un después en la historia del cine; y esta osadía radica en involucrar al espectador al máximo en el sentido de la historia. Él obliga y hace al espectador involucrarse en la narrativa, en más de un sentido a adentrarse a la historia, aún cuando quizá no comprende muchos de los elementos y conceptos que hay en esta, pero que los hace sentir antes que comprender, los obliga a emocionarse antes que entender, y eso lo logra perfectamente.

También hay mucho de valentía y valor en crear una obra en la que todo es conciso y directo con lo que él quiere exponer, y no andar con rodeos o por las nubes, esto está más que demostrado en como transcurre la relación entre los dos personajes principales, Marcos y Michelle, nos muestra las fases más importantes en su historia, sin hacer algún detenimiento innecesario, incluso en la misma naturaleza de lo que le pasa a Marcos. A esto muchos le podrán dar lectura como falta de construcción de personajes, yo diría que es mostrar lo que el realizador quiere mostrar, hacerlo de manera correcta, nada más.

Algo que me pareció brillante es como la evolución afectiva entre Michelle y Marcos está marcada a lo largo del metraje bajo un concepto de espacio bastante interesante. Casi es imperceptible, no se nota; y es tanto sutil como hermosa (acaso planeada por el evidente hemisferio más desarrollado del director que es el creativo, acaso creada por sí misma de forma fortuita). Cuando se conocen, en palabras que el crítico colombiano Juan Carlos González utilizó para describir a “In the mood for Love”: <<apenas y se tocan>> al final de su primera cita, pero conforme vamos viendo su interacción y su continua convivencia, esta distancia se va acortando, siendo la secuencia de los juegos mecánicos el más claro ejemplo; hasta verlos en la mágica escena del atardecer buscándose constantemente para no separar siquiera una extremidad de su cuerpo y mantener el tacto, hasta el momento que Marcos con su condición agravada, decide salvarla del sufrimiento e impone la distancia abismal, en ese momento se corta la larga secuencia de su evolución de estar juntos. 

Todos los miembros del cast lo hacen de manera correcta, son creíbles porque todo en la historia permite que las acciones de los personajes sean congruentes, y esto me parece que lo logra de manera magistral sobre todo con el que para mí es el personaje más importante de la película: Michelle.

Si bien Alejandro es quien escribe el personaje, me parece que no se le puede dar todo el crédito de la creación de este, pues me parece la creación como tal termina cayendo sobre los hombros de la actriz que lo interpreta, que toma como base las características e indicaciones de Alejandro, y demás elementos en el set para crear a este personaje tan lleno de vida. Evidentemente hay un trabajo más que limpio en Abril Ortiz a nivel interpretativo, y a mi parecer su actuación es de lo mejor que he visto en los últimos dos años. Logra transmitir toda esa naturalidad y ese amor que va germinando de a poco en la mirada de ella hacia Marcos, y me parece que lo que si es un logro completamente del director, es en cómo el foco se centra en ella cuando aparece en la vida de Marcos, haciendo de este no sólo el hombre que vive y muere dentro de su lenguaje, sino también el espectador por naturaleza de la magia que Michelle le viene a inyectar a su vida.

El personaje de Marcos, como ya lo comenté antes, es un personaje que se construye y se le da sentido en el montaje, en donde Alejandro saca el mayor provecho a las partes en que desde mi punto de vista más crítico y objetivo, el interprete no llega a los puntos dramáticos e interpretativos que debía llegar, pero también hay que decir que hay muchas escenas en las que muestra dotes histriónicos que me parece dan a Marcos una identidad muy particular, y lo hacen un personaje tan rico como complejo, y eso si hay que agradecérselo no sólo al actor y al director, sino también a Itzú Martínez, la asistente de dirección, que también en más de una ocasión fungió como coach actoral; y a la propia Abril Ortiz que por su Michelle, Marcos se convirtió en una especie de personaje réplica de lo que el otro desarrollaba, facilitando mucho el trabajo interpretativo del actor que le dio vida. 

Para mí lo más maravilloso del cine de Alejandro Savant siempre van a ser estos símbolos que hay en sus trabajos, hay una especie de vorágine vertiginosa que crea conceptos a través de imágenes que parece que no se ven, o que con mirada objetiva no se logran apreciar, pero que quedan en el subconsciente como mirar con el rabillo del ojo; como si los hubiéramos imaginado o soñado, pero que definitivamente están ahí plantados deliberadamente por él y que sabe que crearán un impacto en el espectador, que se quedarán inconscientemente y sin darse cuenta, como lo puede ser una chica mordiendo una manzana, la mirada nerviosa de un hombre mirando a una mujer, una melodía que no te deja de acompañar aún pasados días de la proyección.

Más allá de la valentía de Alejandro al hacer una película totalmente independiente y con un mínimo crew, y que me parece crea quizá su mejor obra al momento; debo decir que seguramente él está consciente de todo lo que se puede mejorar, y que no tengo la mejor duda lo hará en su siguiente trabajo. Más allá del amor que le tengo a este proyecto, y para este punto dejaré la objetividad que me había empeñado a seguir al principio del texto, debo decir que esta película de amor y sacrificio, es un proyecto que se logró realizar enteramente por amor a la historia que nació de su director, y que salió adelante gracias al amor por un proyecto, y por un grupo de amigos que no querían hacer otra cosa más que hacer cine por amor a este; y si me permiten el comentario más personal que me voy a permitir hacer, esas son las historias y ese es el cine que para mí vale la pena de ver, y que logra traspasar el tiempo.

domingo, 1 de enero de 2023

Sobre adioses a palomas y delfines: la pausa indefinida del realizador más experimental de la nueva ola de realizadores duranguenses.



Andrei Maldonado, amigo, compinche cinéfilo y colega en el quehacer cinematográfico que va más allá de la realización, como gustos afines de corrientes cinematográficas, la promoción cultural y la curaduría de festivales; este año ha anunciado el cierre de sus dos sellos cinematográficos: "Persiguiendo Palomas Films" y "Del-Fin del mundo producciones", y lo ha hecho poco tiempo después de haber anunciado un retiro temporal de la realización del cual no está seguro si vaya a volver.

Hace unas semanas le realicé una entrevista, que más que eso, pareció una charla entre amigos, una de esas charlas que muchas veces hemos tenido, pero esta vez el tema central de la charla se sostuvo en el cierre de sus sellos e inherentemente se coló el tema de su pausa y su visión bastante amplia y general del cine.

Es curioso como a veces el destino es bastante caprichoso, lo menciono porque la charla/entrevista que tuve con Andrei jamás se grabó, aun cuando el objetivo era hacerlo, pero pareciera algo quería que esa especie de carta de despedida no se publicara, de modo que, apelando a la buena memoria que siempre he tenido para registrar pláticas completas y reproducirlas en mi cabeza una y otra vez por años hasta plasmarlas en un relato breve o un guion, he decidido hacer una especie de crónica de lo que Andrei muy amablemente platicó conmigo, y lo hago de una manera que es coherente con nuestra manera en que ambos gustamos en el cine independiente: la experimentación. Así es que empiezo narrando esta charla en tercera persona.


La reunión que sostuvieron Juan y Andrei se llevó a cabo en el lugar más congruente para hacerle una entrevista a un realizador: en el cine, previo a la premier de una película mexicana de la cual Cinéfagos llevó una parte de la organización. Fuera de lo que sería la entrevista, al no estar bien seguro del dato, Juan pregunta a Andrei si ambas productoras nacieron al mismo tiempo, él responde que casi al mismo tiempo, fueron meses los que difieren en su creación una de la otra, pero prácticamente todos sus trabajos, salvo el primero, se llevaron a cabo con ambos sellos.

Juan inicia formalmente la entrevista preguntando si de alguna manera fue planeado el hecho de que justo en la fecha en que anuncia su retiro indefinido de la realización, también se vieran cerradas las productoras que fundó para dicha tarea. Andrei comenta que de alguna manera así fue, que no lo planeó tal cuál, pero que definitivamente una cosa llevó a la otra. Además, comenta que también decide hacerlo en este año porque es un poco obsesivo con los números cerrados, de modo que para él el hecho de que hoy día diez años después de haberlas fundado, se finalice la vida de ambas, es algo incluso que le sorprende. Le cuenta además a Juan que si supiera las veces que le entraron ciertas crisis existenciales y quiso tirar la toalla del mundo del cine, se sorprendería; pero que siempre salía alguna necesidad de hacer algo y seguir explorando en el arte cinematográfico, de modo que el retiro se dé no sólo en el marco de los diez años de ambas productoras y su final, sino además presentando su penúltimo trabajo, "Alejandra, todavía Alejandra" en el Festival de Cine Mexicano, mismo festival que en la primera edición de la competencia "Hecho en Durango" tuviera a "Blanco Polar Radiante" en la competencia, es algo que le da además de una satisfacción personal, una manera de validar lo hecho en los diez años de vida de ambas productoras.

Juan le dice que en su trabajo nunca tuvo temor de explorar y de buscar el lado más experimental del arte cinematográfico, pregunta si eso se dio de manera orgánica. Para esto Andrei responde que en sí es algo que se fue de manera que él mismo iba descubriendo ese cine cuyas narrativas no entran en el orden y ámbito comercial. Cuenta que su primer trabajo, siendo aún universitario, fue un trabajo que tuvo toda la estructura del cine como se hace de manera industrial, en una escala menor por supuesto, "Mi general" tuvo incluso un reconocimiento muy importante a nivel internacional (mejor producción) en un festival de cine universitario en Colombia, lo cual por supuesto hizo que él se planteara que era lo que él quería hacer, y fue con esa estructura que también hizo su primer cortometraje ya fuera de la universidad, pero después, al verse influenciado con estos directores que exploraban el arte cinematográfico de manera diferente, que él mismo empezó a explorar y experimentar el lenguaje y sus diferentes narrativas. Comenta que siempre se vio influenciado sobre todo por Lars von Trier y el Dogma 95, y que siempre quiso que estuviera presente esto en su trabajo, pero sin que estuviera de una manera directa, y así fue que, al paso que descubría otros directores, estos iban de alguna manera influyendo en su manera de hacer cine.

Juan le cuestiona sobre su sentir con el anuncio del cierre de sus productoras y que este se dé además con una serie de proyecciones especiales de sus trabajos tanto en el marco del Festival de Cine Paloma Itinerante como de la celebración del aniversario de la Cineteca. Andrei, con notorios sentimientos a flor de piel, dice que por supuesto le trae algo de nostalgia, pues ve estos trabajos y lo hace revivir cosas que en su momento experimentaba cuando los estaba haciendo, o cuando los pensaba previo a la realización, incluso de pláticas que tenía sobre ellos con miembros del crew, también le dice que si bien en su momento ciertos aspectos que había en sus trabajos los ponía, o echaba mano de ellos como su propia aparición en sus cortometrajes, era un poco en un sentido de provocación, pues sabía que muchos pensaban que su discurso era egocentrista en su forma de hacer o contar historias, en este punto ambos concuerdan que qué realizador no es egocentrista, pues ser realizador es en definición un egocéntrico al cual le gusta ver su nombre en la pantalla con el título de director, aunque claramente los hay más egocéntricos que otros. Pero también confiesa que así como en su momento el ver sus trabajos le daban esa sensación de provocación, ahora no oculta el hecho de que siente un poco de pena por la forma en que los hizo, pero si hay algo que le da satisfacción, es que nunca se quedó con las ganas de hacer algo, siempre hizo lo que el impulso creador le pedía que hiciera en cada momento, ya fuera con deficiencias técnicas o problemas de producción, siempre hizo lo que quiso, y no pierde la esperanza de que quizá en 5 o 10 años al volver a ver estos trabajos, el sentimiento de satisfacción y felicidad será completo.

Para este punto Juan le pregunta a Andrei qué tanto piensa en la posteridad de sus trabajos, más allá de la posteridad de él como realizador, y se lo pregunta porque de alguna forma u otra, los trabajos firmados con estas productoras seguirán estando en la web, tanto en el sitio web de Paloma Itinerante, como en otros sitios, y seguramente se encontrarán con muchos jóvenes inquietos por descubrir otras narrativas, y seguramente se verán influenciados de alguna manera por estos, como es su caso, comenta Juan. Además, de haber alguna especie de apagón mundial de Internet en algún futuro, algunos de estos trabajos también están en formatos físicos. Andrei le dice que, por supuesto que piensa en ello, pero no es algo que tenga muy presente en su pensamiento. Por supuesto el sueño de todo realizador es que su trabajo sea recordado, y en consecuencia quien lo hizo también lo sea, y esto también es parte de esa naturaleza egocentrista de un realizador. Pero Andrei le comenta que él siempre ha querido hacer con su cine el hecho de crear imágenes icónicas para que se queden en el subconsciente del espectador y se reproduzcan y no se borren, y como ejemplo menciona el primer plano de Alejandra Castañeda en "Blanco Polar Radiante" y su diálogo, que Andrei comenta este fue utilizado como sample en una canción por un músico, y el siempre querer crear imágenes para el recuerdo, es una de las máximas que siempre lo han regido, y por supuesto Juan dice que es algo que sí está muy marcado en sus obras.

Juan pregunta a Andrei qué sentimientos tiene hacia los colaboradores que ha tenido en sus trabajos tantos años después, sabiendo que quizá ya no podrá colaborar con ellos. Andrei menciona que es un sentimiento muy bonito, puesto que ver esos trabajos, y cómo todos empezaron hace tantos años desde esta trinchera independiente, y ver hoy día cómo muchos han trascendido de manera notable. A quien menciona, primeramente, es a Alejandra Castañeda, quien además de haber egresado y participado en varios trabajos del CCA, ahora está en la Ciudad de México en la Escuela Nacional de Arte Teatral, también a su compañero Eric Villa que, además de seguir vigente como realizador, también ha participado en producciones importantes como asistente de producción y como sonidista. En este punto Juan hace un paréntesis y pregunta a Andrei si en ningún momento se ha hecho a sí mismo una especie de juicio al ver que sus demás compañeros dieron el siguiente paso y él siguió explorando el quehacer cinematográfico desde la trinchera independiente y autoral, y dice que evidentemente sí lo llegó a hacer en algún momento, pero también está consciente que lo que él busca expresar a través del cine, no podía haber sido de otra forma que como lo hizo.

Juan pregunta a Andrei si entre todos sus trabajos, tiene alguno favorito que sobre salga de manera especial para él, ya sea por la producción o por lo personal de este, Andrei le responde que sin duda alguna, y este es "Blanco Polar Radiante", tanto por lo que ya había mencionado de que es el trabajo en el que más imágenes icónicas creo, como por lo personal que no sólo él dejó, sino también Eric y Alejandra, y además también por el hecho de que fue un trabajo que tuvo muchas proyecciones en festivales, además de la banda sonora con la que cuenta. Dice que si un trabajo lo ha dejado completamente satisfecho en cuanto a realización se refiere, ha sido este. Si bien todos han sido concebidos de manera personal y son muy especiales además de haber sido realizados como en ese momento él los quería realizar, este es para él sin duda su mejor trabajo.

Juan le comenta a Andrei que, si algo se destaca de todos sus trabajos, por sobre los fondos y además de la presencia femenina en la gran mayoría, es cómo emplea el montaje para contar sus historias, en todos de manera muy diferente, pero con cierta presencia que ha uno lo hace identificar claramente que hay la mano de un realizador peculiar, que es lo que más destaca Juan de su trabajo. Le pide que le hable sobre su proceso creativo en este departamento. Andrei le comenta que generalmente este se da de una forma muy orgánica, en el que prácticamente él deja que el propio proyecto que haga solo a través de impulsos emocionales, evidentemente interviene, pues el montaje es un recurso que va más allá de "cortar y pegar", es donde él concibe la creación del cine como tal, si bien el guion es importante, este puede en cierta manera ser prescindible si en el montaje surge la magia de las imágenes. Además, menciona que como ya había mencionado antes lo de las imágenes icónicas, él siempre busca que sus trabajos sean auténticos, y se vean diferentes no sólo entre sí, sino al trabajo de otros realizadores. Para este punto pone como ejemplo el hecho de que de los últimos trabajos producidos por jóvenes duranguenses egresados de escuelas de cine, la gran mayoría de estos se ven prácticamente iguales, y suelen tocar temas muy parecidos, de esto, Andrei culpa en parte a las escuelas de cine, porque les dan los parámetros de cómo se debe hacer el cine y cómo no, y no se les da mucha libertad en la experimentación, algo que él sí ha tenido el valor de hacer, además eso encaminado al hecho del cine que buscas y ves, y evidentemente si el realizador no busca y ve cine diferente al marcado en la industria, hablando y explorando tanto fondos y formas, evidentemente sus trabajos, a pesar de ser muy buenos hablando en términos de producción y técnica, no tendrán mucha propuesta creativa, en lo que Juan está completamente de acuerdo.

Para acabar la entrevista, Juan le comenta a Andrei que ha guardado para el final la pregunta que más le interesaba hacerle, pregunta que de hecho había formulado unas semanas antes justo en la función de despedida de "Del-Fin del Mundo Producciones", y esta es cuestionándole el hecho de que si su receso como realizador se debe en gran parte al hecho de haberse quedado solo como abanderado de una forma de hacer cine de manera tan experimental, o dicho en otras palabras, que si hubiera habido alguien más de su generación haciendo cine desde esta trinchera, se habría retirado. Para este punto se nota como de alguna forma le gana la emoción a Andrei, y con cierto hilo en la voz como si se le hubiera hecho un nudo en la garganta, comenta que no lo había pensado de esa manera, pero ahora que Juan se lo planteaba, se podría decir, además sincerándose consigo mismo, que quizá si tenía mucho que ver eso. Andrei le cuenta a Juan que en un principio cuando él y otros realizadores de su generación empezaban en el querer hacer cine a través de cortometrajes, estos se inspiraban y retaban al mismo tiempo, era un querer hacer cosas para mostrárselas a los demás y que estos también quisieran hacerlo, incluso comenta que había uno entre el grupo, del cual no quiso mencionar su nombre, que siempre le decía que él era mejor realizador que Andrei, pero que hace mucho tiempo que se retiró de la realización, y así como hay muchos que se retiraron, otros siguieron pero ya de manera más profesional, como Pamela Velázquez haciendo cortometrajes y teniendo presencia en festivales internacionales, o Deniss Barreto que si bien su cine y sus inquietudes siguen siento muy congruentes con lo que ella siempre quiso explorar en el cine, hoy día ya está a punto de lanzar su ópera prima, y así varios ejemplos más como el de Juan José Hinojosa. Incluso, dice que siempre se ha sentido en muchos sentidos como una persona mucho más mayor de lo que ya es, como un alma vieja que siente cierta aprensión por las cosas viejas y por sus historias y cómo las hace, incluso se siente desfasado de cómo hoy día los jóvenes producen cine. También habla sobre como en toda generación hay realizadores que se quedan y de alguna manera se estancan en temas e historias que representan una y otra vez, como Woody Allen o Arturo Ripstein, pero que son referentes de ese cine y esa generación, de modo que él espera que su trabajo en algún momento sea visto de esa forma, al menos el hecho bajo estos sellos, hasta que decida si hay un futuro para él en el quehacer cinematográfico.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Los amores postmodernos: cada vez nos vamos pareciendo más a nuestros personajes.





Hay críticos de cine en pleno siglo XXI que, cuando se encuentran con una película que no da evidencia de montaje, o que dejan la cámara fija sólo haciendo registro de lo que pasa frente a esta y lo que los personajes explotan en la escena, o que no hay evidencia de la mano del realizador en la edición en postproducción, creen que eso no es cine. Para mí es imposible concebir el cine sin la mano de su realizador, no existe tal cosa, la diferencia está en percibir y encontrar la mano del realizador, aunque esta se empeñe en no ser vista como las manos de un mago efectuando un truco, ya sea en el guion, durante el rodaje, o en la postproducción, siempre hay un montaje que el realizador está efectuando, y nosotros como espectadores, nos guste o no el resultado final, estamos ante su truco.


Escribir sobre Andrei Maldonado y sus trabajos, siempre es escribir, y me alegra que así sea, sobre vanguardia. En muchos sentidos, el trabajo de Andrei se ha vuelto el portavoz de un movimiento de contracultura cinematográfica en Durango. Una propuesta única que rige la fuerza de un realizador que se sujeta y somete sólo a lo que su ente creador le pide, y no lo que el status quo, el mercado o el espectador piensa o cree como cinematográfico. Sobre todo, escribir sobre trabajo de Andrei Maldonado, es escribir sobre él.

"Los amores postmodernos" es el último trabajo realizado por el cineasta duranguense, un mediometraje de casi 36 minutos en el que se aleja aún más de las narrativas convencionales a las que el cine comercial e industrial nos tienen acostumbrados, un ejercicio por demás interesante sobre estudio de personaje, en el que se asoman bastante peculiaridades que a mí me llaman poderosamente la atención y que quiero desmenuzar en este ejercicio escrito que busca ser más que una crítica o análisis.

El trabajo nos muestra a varias actrices (profesionales y no profesionales) decir el mismo diálogo, podemos ver a todas interpretar las líneas que Andrei les hizo llegar como si estuvieran haciendo un casting. Vemos como cada actriz se adueña del personaje a su manera, ya sea por el tono de voz, por la caracterización, por el diseño de producción, por la fuerza de su mirada, o por las peculiaridades entorno a los ruidos de fondo. Cada una de las cenicientas tiene un toque, y Andrei lo explota de manera muy peculiar y aparentemente sin control, pero me parece que el control lo tiene Andrei aunque no se perciba.

Es evidente que la forma en que monta cada uno de los monólogos no es al azar, Andrei los pone de tal manera para que el mediometraje vaya generando una fuerza en el espectador, hay una correcta forma de hacer el corte entre uno y otro. Cada actriz, como ya lo he mencionado, da al personaje cierto matiz y cierto brillo que lo hace atractivo, aunque evidentemente algunas brillan más que otras, de ahí que al juego se le sume la repetición y la doble aparición de algunas, ya sea de la misma manera o de manera distinta. Incluso me atrevería a decir que Andrei nos suma aún más a este truco, pues bien se podría decir mucho de nosotros de acuerdo a cual de los monólogos elegimos como el que más nos gusta.

Hay nuevamente una preponderancia en el trabajo de Andrei de enaltecer y capturar la figura femenina tan latente en sus trabajos, pero en este es me parece muy simbólica y significativa, pues no sólo vemos a un sin fin de mujeres caracterizando a un personaje femenino cualquiera (en esto me recuerda mucho el trabajo de Andrei al de "La princesa de Francia" de Matías Piñeiro) sino que es un personaje que Andrei ya había utilizado en uno de sus trabajos más importantes, "Cenicienta rota" del 2013, lo cual nos hace ver que, Andrei no sólo hace un trabajo innovador y fuera del esquema sólo por la inquietud creadora en él, sino que además da una especie de noción de la que para él representa su paso en el espectro cinematográfico de la región, lo importante que es voltear para atrás y ver lo que éramos, también quizá la nostalgia de lo que fue hacer algunos de nuestros trabajos con personas y personajes muy importantes y significativos en nuestra vida (aquí un paréntesis para hablar que la primera cenicienta fue la joven y distinguida actriz Alejandra Castañeda, y que en "Los amores postmodernos" Andrei logra tener a la muy distinguida actriz Iliana Donatlán entre el cast), y sin lugar a dudas, hay un manifiesto de lo mucho que nos vamos pareciendo a nuestros personajes.

miércoles, 21 de abril de 2021

Caricia venenosa: las heridas latentes.


"Y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad"

Joaquín Sabina





"Caricia venenosa" es un cortometraje del director Eric Villa realizado en el 2018, el cual luego de su ruta por festivales, se estrenó en el canal de Youtube del realizador hace unos días, y me parece que sin duda alguna, estamos ante el trabajo más personal del realizador.

La sinopsis nos da perfectamente las claves para entender la trama:

"Existen heridas silenciosas mientras la ciudad sigue su ritmo. Para Eduardo cada día y con cada mujer que conoce experimenta esa tortura mientras busca el sentir de su existencia."


Pero más allá de entender o analizar la trama, me parece que lo que hay que aplaudir es la valentía de un realizador al desnudar su alma a través de la cámara y de sus influencias.


El trabajo de Eric es más que interesante más allá del plano técnico de su trabajo, que vaya que si lo hay, pero sin hacer de esto la principal virtud de esta producción. Una musicalización original destacada, aunado a una fotografía que juega de manera muy diversas con la trama (y que contó con la participación especial en este departamento de la también realizadora Pamela Velázquez); por momentos nos da primerísimos planos de sus personajes creando un efecto bokeh, lo cual ayuda para entender aún mejor la enajenación de su personaje principal, (esto sobre todo se muestra al principio del cortometraje, y como utiliza este recurso para darnos por entendido que lo que vemos es un recuerdo) y por momentos nos da un juego de valiosos planos a contra luz, con claros oscuros interesantes. Los personajes, y quienes los interpretan, me parece están correctos.

La manera en que Eric escribe a su alter ego (son muchos los guiños para entender eso: su gusto por los cafés y estar escribiendo todo el tiempo), y a este personaje que aparece siempre que Eduardo sufre una decepción amorosa y que lo deja herido, y cómo Eric no lo presenta de manera tan interesante y dejándonos siempre con la expectativa de quién será este personaje femenino, si será la muerte de Oliverio en El lado oscuro del corazón, o la Soledad de Joaquín Sabina, (y que me parece son las influencias más presentes en este trabajo, quizá también se podría notar una ligera presencia de Her de Spike Jonze) pero más tarde que temprano se nos presenta con el nombre de Samantha, y terminamos comprendiéndolo todo. Me parece la riqueza de ambos personajes están a la altura de la pareja creada por el vagabundo y el despachador de la tienda en Expreso.

Si bien hay algunos problemas en la continuidad en una escena, (la que procede a la bien lograda escena de sexo) no estropean para nada la experiencia tan catártica que uno experimenta con el trabajo de Eric, que siempre creeré, es un realizador que sabe dar buenos finales a sus trabajos, como en su momento lo llegué a comentar con Expreso.




lunes, 14 de septiembre de 2020

Andrei Maldonado. Autor de cine en Durango.

 


Aquel que dijo el conocido dicho: "Nadie es profeta en su tierra", definitivamente se hubiera retractado de haber conocido la figura y obra del autor y realizador Andrei Maldonado.

He querido escribir, si usted así lo quiere ver, a manera de homenaje (porque soy de los de la idea que los homenajes se deben hacer en vida), tanto de la obra como de la persona de mi buen amigo Andrei, que celebra sus diez años en el quehacer cinematográfico, y que me parece es más que pertinente hablar de su obra como autor y realizador, más allá de los lazos de amistad que menciono tener con él, y de los comentarios que en este texto se vayan a generar.

Andrei pertenece a una generación de realizadores que hace más o menos diez años empezaron a realizar cortometrajes desde sus limitaciones técnicas, pero con historias, discursos y narrativas muy propias y notables, aún con las referencias que se asoman en todo realizador novel. Una segunda generación dorada de realizadores duranguenses después de, por supuesto, la generación más notable del cine realizado en Durango por duranguenses: los superocheros de los 70's, con la figura de Juan Antonio de la Riva como el más notable de estos, pero no el único.

Algunos de los nombres más destacados son Iván Santillán, Fernanda Simental, Deniss Barreto, Pamela Velázquez, Eric Villa, Miguel Almonte, David Rodríguez, Juan José Hinojosa, entre otros realizadores de los que la gran mayoría aún siguen en activo, tanto dentro como fuera del estado. Pero me parece que la obra de Andrei tiene un distintivo especial y particularidades sobresalientes en más de un sentido que me gustaría explorar en este texto.

Su obra comprende diez cortometrajes, un cinemimuto y un largometraje documental, y no creo sea necesario a estas alturas hacer un análisis detallado de cada uno de ellos. Con excepción de su primer trabajo, el resto son producidos por él mismo bajo el sello de sus dos productoras: Persiguiendo Palomas Films y Del-Fin del Mundo Producciones; algunas de estas son coproducidas con Dácrima Phoinix y Cinéfagos Editorial. Esta obra es tan rica y prolífica que hace un poco difícil encontrar, esos hilos conductores que le permitan ostentar el adjetivo de autor y no sólo el de realizador, pero por supuesto que los hay, y son varios.

Quizá el más significativo de todos, el que se nota a todas luces, y el que yo destaco como el gran hilo conductor; es el retratar de alguna manera a esas figuras, ya sean personas, expresiones artísticas o lugares; que él admira, conoce, ama. Podríamos empezar por la figura de Pancho Villa, un personaje de nuestra ciudad por el que Andrei siempre muestra gran devoción, de ahí que su debut cinematográfico se diera con el trabajo universitario Mi General, que le ostentó un reconocimiento en el Festival Latinoamericano de Cine Universitario en Colombia en 2011.

La literatura también está muy presente en su filmografía, podemos encontrar letras y obras de grandes escritores como Charles Bukowski (en Dancing with the dolphin, uno de mis cortometrajes favoritos no sólo de él, sino de todos los que he visto en mi vida), o en forma de referencia, ya sea por el simple título o por algunas frases, como a Heidy Cásarez o Alejandro Jodorowsky.

La figura de la mujer también es parte fundamental en su filmografía, vino desde los principios de su obra, y así se ha mantenido, al grado de decir que sus cortometrajes más potentes y comentados, como Alicia (tengo la suerte de conocer también gran parte de su obra literaria más allá de lo que hace con Cinéfagos, y entre esa obra pude leer su novela inédita “10 días”, obra en la que también hay una presencia femenina notable, y cuyo nombre del personaje principal femenino también empieza con la letra "A") son en los que ellas dan la fuerza central.  Su obra tiene lazos y guiños notables a la obra de varios directores, por un lado, David Cronenberg, Lars Von Trier y David Lynch, y por el otro, Jean Luc Godard y Jonas Mekas.

Otro gran distintivo en la obra de Andrei es el amor que profesa siempre a la ciudad de Durango, de una u otra forma hace saber el lugar donde se ubican las historias, con pequeños homenajes al estilo puro de Juan Antonio de la Riva, pues no siempre son tan literales. Podríamos partir mencionando al cortometraje El curro sin puente, un cortometraje basado en la leyenda "El curro del puente negro", pero llevado a la actualidad, ya sin puente, y con los duranguenses olvidando cada día más sus historias. Ligado a este último distintivo, hay una peculiaridad en varios trabajos de Andrei, y esta es que muchas de las locaciones que él utilizó para filmar poco tiempo después fueron cerradas, derribadas, o remodeladas, esto convierte en automático a su obra en memoria audiovisual de la historia de nuestra ciudad.

Otro gran punto a destacar en la obra de Andrei es la gran selección que hace del soundtrack, que da una personalidad muy particular a sus cortometrajes, se nota casi en automático solo con escuchar algunas canciones, o la música original compuesta para estos, que vamos a ver un cortometraje de Andrei Maldonado, y esto se debe a que suele tener a dos destacados compositores como colaboradores: Ziguryha y Alexis Lovegood.

Y tocado el punto de los colaboradores, con la única excepción de Mi General, que de alguna manera fue una producción más grande y con más gente, el resto de sus trabajos son hechos con equipos de producción muy pequeños, y con frecuentes colaboradores como Fabiola González, el también realizador Eric Villa, y la actriz Alejandra Castañeda. Otro elemento que Andrei tiene presente en algunos de sus trabajos son los viajes, los viajes como detonantes de cambio, aunque por supuesto estos cambios jamás sean literales, sino donde radicaría la magia del director, estos siempre se dan entre líneas.

Esto se muestra tanto en Deriva, largometraje documental que montó con grabaciones que registró Eric Villa en su cámara en una serie de viajes que realizó, y en Latitud 33°S Longitud 70°O, en el que por un lado muestra su amor por Chile, y por el otro, su amor y su unión con la música, quizá en la misma intensidad que profesa su pasión por la actuación, pues en más de una ocasión se ha mostrado en sus cortometrajes, incluso de manera muy personal, como en el extraordinario Blanco, Polar, Radiante; donde aparece tal y como es, exponiendo parte de su vida.

Sus temas y personajes son muy diversos, generalmente se centran, muestran y retratan a seres trastornados que buscan explicaciones a sus interrogantes filosóficas. Hay un alto grado de existencialismo en estos personajes cotidianos que son solitarios y se aíslan a los confines de la conciencia o la exploración del arte (como se muestra en Waterroom, un cortometraje que tiene similitudes con el cortometraje que hizo David Cronenberg para "Chacun son cinéma", y cuya premisa no está muy alejada de nuestra realidad hoy día) que da pie a un trabajo muy profundo de las conductas psicológicas del ser humano y la percepción de su sentir, y de alguna manera los vemos transformarse, desde el pensamiento mismo, y las decisiones fatídicas que muchas veces toman con tal de alcanzar un sueño.

Y como conclusión, más allá de los reconocimientos que ha recibido, o que sus trabajos se han visualizado en importantes festivales como el Festival del Nuevo Cine Mexicano de Durango, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el Vancouver Latin American Film Festival (en este último, con el cortometraje Hiroshima, filmado en 16mm con la técnica estenopeica); me parece que el punto que une y amalgama a todo lo antes mencionado, y que denota a Andrei como el gran autor, y además el ser cinéfago que tiene y que le da esta aura distintiva entre los demás realizadores de su generación en esta parte geográfica del país, que yo bien podría mencionar que es portador de un alma vieja que comparte genio con grandes de la cinematografía como Luis Buñuel: es que su cine de libre narrativa, experimental y jamás encasillado, aun con los hilos conductores ya mencionados, crearon una forma distintiva y única de hacer cine en Durango, una pieza vital de la nueva ola de cineastas duranguenses, y que por supuesto ha sido influencia para los nuevos realizadores de la ciudad, como quizá lo es su servidor.

Y vuelvo a mencionar la importancia del autor sobre el realizador, pues si bien un realizador puede hacer y narrar un cortometraje a la perfección, sea la historia que sea, el autor siempre deja un indicio, ya sea literal y evidente, o no, de su persona, de sus pasiones, de su ojo y mano, y eso muchas veces vale más aunque la ejecución no sea perfecta, eso es algo que me enseñó precisamente Andrei.


miércoles, 24 de junio de 2020

....


-Lupita. -Le decía él y sonreía al ver como ella volteaba a verlo en el acto. Siempre mirándola con esos ojos embobecidos cada vez que tenía el gusto de volver a toparse con esa amiga suya, cada vez que sus itinerarios ocupadísimos los hacían "coincidir" en alguna ciudad próxima al lugar donde vivían.
-¿Sí? -Respondía ella, se le denotaba un poco de impaciencia cada vez que él la llamaba por su nombre, sabía que un comentario con cierta tonalidad de confesión le esperaba, aún con eso, y la ansiedad que le generaba; le gustaba mucho escuchar esas "historias". Ambos se trataban con cierta parsimonia, con un grado de respeto muy significativo, cual seres habitantes en algún poema de Benedetti, como si fueran maestre y contramaestre, aunque en este caso, sería difícil determinar quien era quien.
-Anoche la soñé.
-¿En serio?
-Si.
-Cuénteme sobre eso.
-No fue muy especial. Quiero decir, si lo fue; pero no por la forma en que muchos dirían que un sueño es especial. No sé si me entienda.
-Creo que si. Lo que trata usted de decirme, según puedo apreciar; es que soñó conmigo, pero sin ninguna connotación sexual, o sentimental.
-Exactamente. Eso. Bueno, aunque eso de la connotación sentimental no estoy muy seguro. Pero déjeme le explico, no me mire usted así con esos ojos que voy a creer que le emociona saber eso.
-Yo no lo estoy mirando de ninguna manera -dijo ella mientras se le ruborizaba la cara, horas más tarde culparía de eso al vino blanco que había bebido-. Pero por favor, prosiga.
-Estábamos en su casa.
-¿Ahora estábamos en la mía? Recuerdo que la última vez estábamos en la suya.
-Si. ¿Me deja terminar?
-Perdón, si. Disculpe usted, prosiga.
-Entonces estábamos allí. Como suele suceder en todos los sueños, no sé cómo es que llegamos a este lugar, la cuestión es que estábamos y hablábamos sobre un proyecto en conjunto. Veíamos las fotos de su último viaje a Italia y me contaba del accidente que había tenido en la carretera. Usted quería que yo pintara algunas de esas fotos, pero con meticulosas indicaciones suyas, y por supuesto, cada una de ellas se utilizaría en el libro sobre su viaje, si yo las acataba al pie de la letra. Lo cuál...
-...Ya sé. Usted me decía que eso era imposible porque a un artista no se le puede interponer una mirada ajena que no sea la de él, aunque su obra sea una adaptación de una base original. La mente de cada persona ve cosas diferentes, y seguro me mencionaría la historia de usted y su hermana cuando siendo niños su mamá los puso a contemplar el árbol que tenían en el patio de su casa y diez minutos después les pidió que dibujaran lo que habían visto en él.
-En realidad no le iba a decir eso. Aunque me halaga mucho que recuerde usted esa historia.
-Y cómo no iba a recordarla, si usted la cuenta a la menor provocación en las reuniones que asiste a las galerías, allí es donde la he escuchado en repetidas ocasiones, cuando vivíamos en la misma ciudad.
-Él adopta una actitud seria, observa su copa de vino, ya no prueba bocado de comida. Ella lo mira con cierta ternura, como si viera al niño de la historia. Él voltea a verla y percibe el sentimiento que esconde esa sonrisa en ella. Entonces él le dice:
-La verdad Lupita, es que yo en el sueño le decía que me encantaría trabajar con usted, y eso se lo decía por dos cosas en particular. La primera, por el privilegio que sería poder estar cerca de usted un buen lapso de tiempo, como en aquellos meses en la costa, como en ese momento del sueño en el que estábamos tan cerca sentados en ese viejo sillón café suyo que tanto me gusta. Quizá no debería de decir esto pero, llevaba puesto ese vestido gris que llevaba el día en que conocimos.
-Eso fue hace diez años señor...
-¿Y me va a decir que ya no lo tiene? -Él la mira fijamente de la forma en que a las mujeres les da pavor que un hombre las vea porque se saben perdidas ante un descubrimiento que era uno de los secretos que creían mejor guardado de su existencia-. Y la segunda razón por la que le decía que sí, era por la sencillísima razón de que yo nunca le diría que no a ese par de hermosos ojos suyos, y el brillo que desprenden cuando me ven como si estuviera loco, o como si siguiera siendo un escuincle a pesar de las arrugas y las canas. Y ya entrados en confianza, le daré una tercera razón: no hay mirada que yo sienta más próxima y parecida a la mía, que la mirada suya.

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Y nada más. Anoche soñé con usted. De hecho, he soñado con usted dos noches seguidas.

domingo, 22 de marzo de 2020

Charlas de cinéfilos #3



J: -Acá filmaron algunas escenas de "Los Misterios de la Fe", ¿cierto?
A: -Si, aquí en este multifamiliar.
E: -Acá también se grabó una parte de esta película en la que sale Omar Chaparro y este otro comediante que se parece a él, con Karla Souza.
J: -Si sé cual dices. No recuerdo su nombre.
E: -Yo tampoco, que por cierto no sabes el show que se hizo con eso, se les salió de control, luego el director estaba arrepentido de haber elegido este lugar para grabar, pero sacaron la escena. Y es que luego si da el aspecto de ser un multifamiliar de la Ciudad de México.
A: -Y es curioso que lo diga señor porque muchas veces suelo elegir lugares muy parecidos a la Ciudad de México sabiendo que es una de las ciudades que menos me gusta.

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E: -Este puente tiene un aspecto muy parecido a los que hay en la Ciudad de México. De hecho estaba pensando utilizarlo en uno de mis siguientes cortos, pero ya me lo ganó señor.
A: -Todavía no está listo el corto, así que usted puede utilizarlo primero si estrena antes que yo.
[...]
J: -Hace un rato que "A" mencionaba sobre los lugares parecidos a la Ciudad de México en los que han filmado, este puente peatonal a mí me recuerda mucho a uno que aparece en la película de "Te Prometo Anarquía".
A: -Es otra cosa que es muy recurrente en mi, tener cosas en común con películas que no me gustan.
J: -Justo me pasa lo mismo, los dos "experimentos audiovisuales"* que tengo me resultan muy parecidos a lo que hace Terrence Malick, sabiendo que es un director que no me gusta nada.

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J: -Interesante el recorrido que ha tenido Angelica, ¿no? Nacida en Ciudad de México, residente durante muchos años en Guatemala y Los Ángeles, muy similar al andar de Julio Hernández Cordón, que es nacido en Guatemala, y vivió en Los Ángeles y después en la Ciudad de México donde estudió en el CCC. Hablando de las conexiones. Y ahora filmando un cortometraje con los Cinéfagos.
A: -Ya sé. No le gustó mucho nuestro trabajo a Julio cuando lo conocimos.
J: -¿En serio?
E: -Si. Lo tuvimos en un taller de como hacer cine de bajo presupuesto.
A: -Nos dijo que nuestro corto era demasiado "vanguardista"* [...] íbamos preguntando a la gente en el ex-cuartel dónde estaba Pancho Villa, puesto que Doroteo Arango es una de las figuras, mejor dicho, la figura que yo más admiro, de ahí que hice "Mi General"
J: -Pues mira que no esperaría un comentario como ese de Julio, en vista de sus primeras películas, como "Gasolina" y "Hasta el sol tiene manchas".

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*Entrecomillo las palabras que tienen el asterisco porque no recuerdo en realidad las palabras que se dijeron en ese preciso momento, pero seguro son algo muy parecido a las que escribo. En general la transcripción es como yo la recuerdo, igual y algo cambié u omití, pero traté de ser lo más fiel. En el primer entrecomillado escribo "experimentos audiovisuales" porque no me atrevo a decir que lo que yo he realizado hasta ahora sean cortometrajes, pero eso espero ya dentro de muy poco corregir.


domingo, 21 de abril de 2019

Pauline en la Playa. (Y algunas de sus frases)


Fueron muchas cosas las que me hicieron acercarme al cine de Éric Rohmer, si tuviera que enumerarlas en orden cronológico serían las siguientes:
En primera instancia todo llegó a raíz de Jorge Drexler. Luego de escuchar la canción “La Trama y el Desenlace” del disco “Amar la Trama”, Hay un verso que dice: “Ir por ahí – como en un film – de Éric Rohmer – sin esperar que algo pase” Esta introducción a su cine, a mí que me encanta el cine contemplativo de cineastas como Koreeda, Reygadas, Bresson; era una invitación a descubrirlo.
La segunda cosa que me hizo querer descubrir su cine fueron las pláticas con un amigo que quizá sea la persona que yo conozca con más conocimientos sobre la historia del cine como tal, sus corrientes, sus principales exponentes y como el cine ha repercutido en movimientos históricos y sociales hasta nuestros días. Es gracias a él que he descubierto quizá no mis películas favoritas, pero sí de las mejores que he visto, y más importante; conocer de dónde vienen las bases y las fórmulas para hacer cine, que hoy día no son tan bien aplicadas.
La tercera razón es el haberme topado con algunas críticas de sus películas en la web, críticas publicadas en el New York Times, o por el célebre crítico Roger Ebert (donde cabe decir además que hablan maravillas del francés) me hicieron buscar antes que nada una película, la que más me llamó la atención: Pauline en la Playa.
Quería esperar a ver la mayoría de las películas del cineasta para hacer una especie de retrospectiva, (como ya las he hecho de mis cineastas favoritos: Woody Allen, Wong Kar Wai, el propio Hirokazu Koreeda) pero la verdad es que escribir sobre Pauline en la Playa no lo podía resistir, así que esto solo es una pequeña probadita (supongo) al gran cine del director Éric Rohmer.


Un carro llega a una encantadora casa en lo que parece ser un área llena de vegetación, del auto sale una chica de cabello corto con una blusa de marinero, abre el portón de la casa y meten el coche. Con ella va su tía, quien conducía el coche, las dos están en el lugar para pasar unos días en la playa. La chica, de 15 años y nombre Pauline, va escapando de sus padres, que, si bien son amorosos y la llevan de vacaciones a lugares increíbles, no son la mejor opción para divertirse como ella quisiera; mientras su tía, una rubia despampanante de treinta y tantos llamada Marion, quien está en trámites de divorcio y quiere despejar su mente de todo antes de volver a su trabajo como diseñadora de modas a París. Luego conforme avanza la película nos vamos dando cuenta de datos útiles para el desarrollo de la trama: dónde están, cuáles son sus afinidades en cuanto el amor, por qué, aunque ninguna declara estar buscando un amorío en el corto viaje a la playa, la vida, el destino, o vaya a saber usted qué cosa; les va poniendo en su camino a personajes del pasado, presente, y posible futuro, que las hacen reafirmar, o cambiar de opinión de lo que ellas describen que es el amor, una desde el protagonismo que le permite su belleza, y otra desde la figura fantasmal que le da su edad y que poco a poco cobra importancia y trascendencia en el desarrollo de las acciones de los demás. La película termina justo como empezó, pero invertido: una chica con una playera de marinero cierra el portón de la encantadora casa, sale el auto y se marchan.


Los franceses, a diferencia de los italianos, les gusta exponer al amor como nunca nadie lo podrá interpretar. Y digo a diferencia de los italianos porque ellos más que cualquier otra cosa, filtran la importancia del amor a través de la pareja, los franceses lo hacen como el sentimiento en su esencia, a veces tan cruel y siempre tan necesario.

En esta película en particular Rohmer juega con sus personajes y los centra a cada uno de ellos como el amor en diferentes etapas del enamoramiento, uno podría creer que les da la figura de acuerdo a su edad, pero nada es tan fácil y literal en las ideas de los cineastas de vanguardia. Pauline, la joven del grupo parece ser la que es más consiente de las complicaciones que podría el traer enamorarte como tonto de la persona equivocada, Marion, aunque se dice no buscar nada de momento, luego de reencontrarse con Pierre, un viejo amigo con quien aparentemente había sostenido algo antes de casarse, y quién está perdidamente enamorado de ella, y con Henry, un hombre maduro para quien el amor es una cosa que no hay que atar, lo cual de primera lectura uno puede deducir que es un mujeriego. El cómo se van formando enredos en específico con estos tres personajes, a la par que utilizan de cierta manera a Pauline y un joven con quien tiene un encuentro de verano llamado Sylvain, y a una chica llamada Rossette, nos va mostrando que tan efímero y destructible son las relaciones, y lo fácil que es engañar a las personas, más cuando lo que buscan no es lo mismo, pero el amor, aunque no permanece, no es algo que se pueda atar, ese siempre está vivo como la llama que da calor a una casa con chimenea.




Utilizando palabras de Roger Ebert, termino diciendo que, aunque Éric Rohmer tiene sus cuentos y sus Comedias y Proverbios, cualquier lugar, o, mejor dicho; cualquier película es buena para empezar a descubrir a este director sin prisa, sin cadencia, que le gusta relucir a sus personajes llenos de intelecto, inocencia e impulsos, con un valor predominante a la feminidad, y las situaciones que se desembocan a través de sus deseos, de sus pensamientos, que bien podrían ser muy similares a los nuestros, esos que pensamos precisamente cuando estamos viendo una película como Pauline en la Playa, donde la prosa y los largos diálogos no tienen prisa por llegar rápido, (y en la que la bandera francesa está muy presente) llegarán a lo que quieran decir sin dudar, se tomarán su tiempo, pero tampoco se adornarán demás. Que por cierto, no hace falta ponerle tanta atención para darse cuenta de que manera influenció en cierta parte esta película a la forma en que fue realizada la película de Call Me By Your Name de Luca Guadagnino.




La lengua que se sacude se muerde.

-Contigo el tiempo pasa muy deprisa.
-Contigo también.

No tengo muebles y no me gusta que una mujer me obligue a identificarla como una parte del mobiliario. [...] Me gustaría que ella también fuera tan libre como yo, movible, ligera, transportable. Sin equipaje físico y moral.

El niño debe tener arraigos. Ya se desarraigara cuando ella quiera.

-Y por lo que ha dicho usted también está sola.
-Si, pero para mi es sólo un estado de espera.
-¿Y qué espera?
-Sencillamente esa cosa tan imprevisible que es el amor.

El amor es algo ardiente, yo quiero arder de amor.

Cuando la pasión arde tan deprisa su llama es breve.

-¿Por qué hablar siempre del después?
-Porque el amor como la vida ocurren al tiempo.
-En el tiempo si, pero en el momento presente. Tú, por ejemplo, estás en el futuro pero en un futuro improbable, por eso no vives.

-¿Tienes esperanzas?
-Claro, no tenerlas a mi edad sería una tontería.

Hay que conocer a la gente para quererla.

Tienes razón, el amor es un sueño.

-Aprende a vivir el presente, eso te dará fuerza.
-No, soy débil, muy débil.

Mi libertad es interesarme en quien yo quiera.

Escucha Pierre, cuanto peor me hables de él, más me interesará.

Puede que sea peligroso pero siempre me ha fascinado el peligro.

-Es una pena que no seas mi amigo. Porque si lo fueras podrías ayudarme.
-¿A qué?
-Pues a resistirme a esa fascinación. Pero con tu actitud celosa me empujas al fuego.

Si quieren salir cierran la puerta y listo. Aquí no hay nada que robar.

-Vengo ahora porque por la tarde no puedo verte.
-Di mas bien que no quieres.
-No, no puedo, es algo físico. Me repugna ese tipo.

Su poder no se basa en la simpatía sino en el encantamiento. Estás hechizada.

-A conseguido su objetivo.
-Ay, que palabra más horrible.
-La palabra no es horrible, sino el hecho.

¿Por qué buscas tan lejos lo que tienes a tu lado?

-Me siento muy cercano a tí.
-Por eso mismo estás lejano. Yo no busco a alguien que se me parezca, sino a alguien que me complete.
-Tu eres perfecta, no necesitas que te completen.
-Todo ser está incompleto.

Acostarte con un tipo al que no verás más le llamas amor.

Cuando se quiere, le das la vuelta al mundo en dos días.

Prefiero vivir con él algunos momentos intensos que compartir una existencia monótona como la tuya. Yo necesito emociones.

-Emociónate por ti misma, por tu vocación.
-Pero ¿qué vocación?
-Tu empleo.

Eres un insensato. Quieres imponer los sentimientos a la gente.

A palabras necias oídos sordos.

Te aprovechas de que somos jóvenes para culparnos y arreglar tus líos. Me parece algo asqueroso.

El otro no soy yo, y porque una llore no tiene porque llorar la otra.
Pero ella no debería llorar y la otra si.

-La verdad es que no te entiendo. Tienes una chica de lo mejor que hay y te metes con esa payasa.
-Como verás no tengo prejuicios. Y además esa payasa me resulta excitante.
-Para los viejos quizá.
-Gracias. Ya sé que soy viejo. Pero te voy a decir algo, en la vida he querido y me han querido, pero ya estoy harto. Ahora estoy descansando, no quiero apasionarme

No me gusta hacer llorar a la gente. ¿Ves? soy demasiado bueno, y eso me pone en situaciones difíciles.

En el amor no se manda [...] Y todo lo que me puedas decir contra Henry, y todo lo que me pueda decir yo, no me puede apartar de él.

Quiero enamorarle mucho, mucho mucho. Y si sufro, él sufrirá.
Para que hacerlo sufrir si lo quieres.
Porque en el amor se comparte todo. El placer y el sufrimiento.

-¿En qué piensas?
-En que la gente nunca quiere admitir la elección de los demás.

-El amor es una especie de locura.
-Que va, siempre se ama a quien nos conviene.

-Eres demasiado cercano, te conoce de memoria, careces de misterio para ella. No eres extraño
-Pero yo no quiero ser extraño, lo detesto.

-Perdiste tu oportunidad, no supiste imponerte.
-No me gusta imponerme. Quiero que ella venga a mi por si sola.
-Pues espera.
-Esperare tanto tiempo como haga falta. Hasta que ella me quiera. Y si tarda demasiado hasta que yo deje de quererla. Es probable que deje de quererla algún día. Y quizá entonces ella me quiera pero será tarde, esa será mi venganza.
-Tú no la quiere, quieres que ella te quiera, no es lo mismo.

Que te crees, que soy maquiavélico, en absoluto. Yo actué sin pensar, creí que ellos se esconderían bien tras la puerta.

-Te he hecho daño de verdad.
-No, me has tomado por sorpresa. Sólo quería despertarte con suavidad.
-No seas hipócrita.
-Bueno, eres una mujer y tienes unas piernas preciosas. Eso te resulta más sincero.
-No entiendo a los hombres, sobre todo a los mayores, no hacen nunca nada con sinceridad.

-Es cierto que Marion es muy guapa, tiene un cuerpo extraordinario, perfecto, demasiado perfecto como una estatua, el tipo que todas las mujeres desean, modélico. Quizá por eso la admiro pero no me atrae de verdad. En todo caso menos que una mujer de verdad. La imperfección es sorprendente. Imagina que los genetistas llegaran por medio de la manipulación de los cromosomas a crear un tipo ideal de mujer como en Un Mundo Feliz, ¿lo has leído? Es igual. Estoy convencido de que esta mujer sería como Marion. Y poco a poco todas las mujeres llegarían a parecerse a ese tipo. ¿Te imaginas La Tierra poblada con millones de Marion?
-Tu vendedora me parece mucho más artificial.
-En sus modales quizá, pero no en su naturaleza.

Hay algo que entenderán mucho mejor: Marion se echó en mis brazos, no me dejó tiempo de desearla. Aprende a dejarte desear en la vida sino serás muy desgraciada.

En el fondo, odio las despedidas.

En el campo no te aburres nunca.

martes, 15 de enero de 2019


-Él es crítico de cine.
-¿En serio?
-Escribo sobre cine, algunas veces hago crítica supongo, pero más que eso me gusta diseccionar lo más posible las películas, me gusta buscarle todos los ángulos y aristas y tratar de creer que entiendo lo que el director quiso decir. Por consecuencia trato sólo de ver cosas que yo sienta que realmente me hagan escribir cosas buenas, y creo que eso es un poco tramposo. Y es que para mi la crítica completa debe de tener un contexto técnico, referencial, histórico, y para mi el mas importante, el personal, como la obra representa algo personal para ti, que te toca y que seguro a nadie más tocará, y eso por supuesto hay que enmarcarlo con un lenguaje propio.
-Conoces a Ozu.
-He visto algunas de sus películas, pero creo que más importante que eso, he visto el video-ensayo que hizo Kogonada sobre él.
-¿Quién es Kogonada?
-¿No saben quién Kogonada? Es un video-ensayista extraordinario. Ha trabajado incluso para Criterion en restauración. Y su película Columbus es una delicia.
-¿De que trata?
-La película va de un par de personas que se conocen en Columbus, por una parte tenemos a un joven en la última etapa de juventud justo antes de pasar a las responsabilidades de lo que dicta la vida adulta, un joven que nunca pudo librarse de la carga de ser el hijo de un importante arquitecto, y por otro lado tenemos a la chica que al igual que él tiene el  impulso, el deseo de salir de su zona de confort para ser una gran arquitecto, pero la carga de responsabilidad que le resulta una madre frágil no le permite tener esas fuerzas de atreverse. Entonces las charlas de estos dos extraños les da cierto alivio, a la vez que las arquitectura modernista del lugar se vuelve una metáfora de su conexión y su aislamiento, él la ayuda a ella para que haga lo que él nunca pudo hacer, y me parece que lo que hace tan esplendida a esta película es el hecho de que Kogonada logra conjuntar tantos todas sus influencias cinematográficas, como a todas las artes en un espacio armónico. El actor que hace la película me parece hace una transformación de lo que era, no cabe duda que hay un antes y un después en él, un poco el caso de Matthew McConaghey con El Niño, que no recuerdo cual es su nombre en inglés, que es a partir de esta película que hay un cambio de switch en él, y por supuesto luego vino Dallas Buyers Club que si bien la película es muy Big Industry, la sola escena del llanto en el auto vale toda la película.


lunes, 24 de diciembre de 2018

Mis películas favoritas de todos los tiempos (lista actualizada)


He decidido volver a escribir de mis películas favoritas por dos razones: la primera es que ya hace como tres años que les compartí mi lista, pero en estos tres años se han modificado algunas películas, tanto de posición como de nombres, ya que muchas han salido de los primeros 9 puestos, y muchas han entrado, además de que en aquella ocasión les compartí, como tal sólo mis nueve películas favoritas, y diez películas que podrían ser la número diez, esta vez es distinto, y la segunda razón por la cual les vuelvo a compartir la lista de mis ahora si quince películas favoritas de todos los tiempos, es porque me sume a una actividad en Facebook donde tenías que compartir tus quince películas favoritas, una por día, ya fuera dando o no una razón en concreto del porque era una de tus películas favoritas, de modo que sin más preámbulo yo acá les dejo, adjuntada a las quince películas que compartí en Facebook, otras quince (de estas sólo haré mención como tal, sin explicación alguna, como en el ejercicio pasado) para que sea en realidad el listado de mis treinta películas favoritas de todos los tiempos.


30.-El Rey Pescador - Terry Gilliam.
29.-Notorious - Alfred Hitchcock.
28.-Fresas Salvajes - Ingmar Bergman/El Espejo - Andrei Tarkovsky.
27.-El Lado Oscuro del Corazón - Eliseo Subiela.
26.-Cinema Paradiso - Giuseppe Tornatore.
25.-Lo Que El Viento Se Llevó - Victor Fleming.
24.-El Curioso Caso de Benjamin Buttom - David Fincher.
23.-El Rebozo de Soledad - Roberto Gavaldón/La ilusión Viaja en Tranvía - Luis Buñuel.
22.-Los Amantes del Puente Nuevo - Leós Carax.
21.-Rojo/Azul - Krzysztof Kieslowski.
20.-Her - Spike Jonze.
19.-Stand By Me - Rob Reiner.
18.-La Gran Belleza - Paolo Sorrentino.
17.-Taxi Driver - Martin Scorsese.
16.-8 1/2-La Dolce Vita - Federico Fellini.


15.- Before Sunrise/Before Sunset


14.-In The Mood For Love/2046


13.-The Godfather/The Godfather Part II


12.-2001: Odisea al Espacio.


11.-The Master.


10.-When Harry Met Sally.


9.-Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos.


8.-Inception.


7.-Pulp Fiction.


6.-Trainspotting.


5.-Midnight In Paris.


4.-Annie Hall.


3.-Casablanca.


2.-Lost In Translation.


1.-Amelie.


















lunes, 16 de octubre de 2017

I learn to walk again....


Creo que ya les había hablado alguna vez sobre mi negativa de usar carro, la verdad nunca lo he necesitado, a veces me pongo a pensar que seria de mi si viviera en una ciudad grande, pero caigo en cuenta, de que seguro en las grandes ciudades hay gente como yo, que se reusa a usar coche, que se reusa a generar mas caos en las calles, que prefiere la poesía y los pensamientos cuando viajas en el transporte público, (que dicho sea de paso también contrubuyes un poco a la ayuda de los que se dedican a este negocio del transporte) cuando caminas.

Siempre con el otoño suelen venir a mi cabeza cosas, recuerdos, que si bien antes me hacían bien y me hacían sonreír y pensar en mejores tiempos, ahora no lo son tanto, por qué? La verdad no lo sé bien, quizá por saber que muchas de esas personas hoy día ya no están.

En días pasados, a pesar de lo bien que estaba y me iba, tanto en el trabajo, estando ocupado con un par de proyectos en los que trabajaba y de los cuales en estos días estaré teniendo respuesta, (y espero ya con respuesta platicarles sobre ellos en concreto) me empezaba a sentir triste, sin ganas de nada, pensando en cosas que nada mas hacían presión en mi persona, y siempre que me pasa esto, bueno, vamos, la verdad hace mucho tiempo, años diría yo que no me sentía así, supongo también mi estado emocional por cosas ocurridas en meses atrás también tuvo mucho que ver en ese estado que traía, lo que hice fue tomar mi cámara, he ir a tomar algunas fotos (las fotos que publiqué en las dos pasadas entradas)

Hace unos días leía en una página que sigo y leo habitualmente sus artículos, que el caminar sin rumbo era un arte en peligro de extinción, que era indispensable esta actividad para los filósofos de la antiguedad (en El Señor de los Anillos Tolkien lo narra increíblemente y le da una importancia primordial a esta actividad en sus personajes mas sabios entre los que destacan Gandalf y Aragorn) y es verdad, yo antes lo hacia, no sólo cuando me sentía mal o cabizbajo, siempre lo hacia, en un principio para conocer la ciudad, los cuadros de esta, a veces también para robar ciertas cosas para alimentar mi inspiración y los escenarios de mis historias, pero la verdad hacía mucho no lo hacía, supongo también esto se debía al mal tiempo que se vive en nuestra ciudad. Aunque como ya lo mencioné, creo que el alma caminante se percibe, y si uno no tiene malas intenciones, nada malo te pasa, la gente lee tu intención.

Una vez mas, vuelvo a aprender, que solo se necesita de caminar, y de uno mismo, para arreglar cualquier cosa, aunque de vez en vez es bueno poder charlar con alguien.



Un pie detras de un pie, o hay otra manera de caminar
Jorge Drexler

Si quieres un cambio verdadero, pues camina distinto
Rene Perez

Caminante no hay camino, se hace camino al andar
Joan Manuel Serrat

Learning to walk again 
I believe I've waited long enough 
Where do I begin?
Foo Fighters

Me pasa derrepente que este mundo no te deja no te deja cambiar, 
Cuando ocurren situaciones de esta índole no uso mi cabeza, 
Prefiero caminar sin dudar acelerar mi paso
Sin Fin - Los Claxons

lunes, 7 de agosto de 2017

Sing Street (Todos fuimos alguna vez jóvenes soñadores)


*Critica-reseña CON SPOILERS

Sing Street es una película que desde el año pasado tenia muchas ganas de ver, cuando estuvo en cartelera la verdad el titulo no me llamaba mucho la atención porque supongo en su momento había algo mejor en esta o simplemente yo iba a ver otras películas que llamaban mas mi atención o que ya esperaba, el caso es que para cuando vi las reseñas de canales de youtuber a los cuales frecuentemente sigo como Kristoff, Gaby Meza o el buen amigo Beto Salas, esta ya había salido de cartelera, pero por fin la he podido ver y sin duda que vale la pena que les escriba un poquito sobre ella.

La película se desarrolla en el Dublin de los ochenta la cual esta sumergida en una crisis económica que azota a su población en general y hace que todos quieran emigrar a Inglaterra (lo cual nos da un acercamiento a lo que quizá años después nos plantearía la trama de Trainspotting) y es entonces que entre todas esas familias afectadas una es la de Conor, quien de ir a una escuela privada tendrá que asistir ahora a un instituto católico llamado Synge Street, y es así que este chico empieza a sentir la represalia de su nuevo entorno, con el director estricto, el brabucón de la escuela, ademas de los problemas entre sus padres, pero todo cambia justo en el momento que conoce a Raphina, una misteriosa chica un año mayor que él que viste como modelo que siempre esta en el edificio enfrente de la escuela, a la cual aborda con el fin de conocerla y conquistarla, y lo hace diciéndole que tiene una banda y que están buscando una chica para su próximo video musical, la chica encantada por el chico que ha sido un atrevido acepta salir en el videoclip, y ahí es donde comienza la aventura de sus vidas. Y así es como Conor, o Cosmo como lo bautiza Raphina, se junta a chicos introvertidos que saben tocar (y bastante bien) mientras el escribe las canciones, ayudado además de su hermano Brendan el cual es su máxima inspiración y su maestro en cuanto a lo musical se refiere, pero la chica tiene un novio al cual le gusta Genesis con el que se irá a Londres, pero para cuando las cosas salen mal con él Conor idea un plan para llevarla y ademas tratar de cumplir su sueño de sacar a su banda de Irlanda, el cual va acompañado de la realización de un video con un final feliz para todos con un baile de graduación al estilo Back To Future.

Y es que como todos los comentarios y reseñas que pude leer de esta película en algo concuerdan, es una película maravillosa, en el sentido, principalmente, que te relata la adolescencia de cualquier chico de esa edad, de cualquiera de nosotros, te hace recordar cosas, vemos los problemas de nuestros padres, y como nos hacen, o no nos hacen tomar decisiones y seguir nuestros sueños, el primer amor, que pareciera al principio imposible, y después nos hace tomar decisiones arriesgadas, los amigos que mas que eso son cómplices de nuestros sueños, esos que se contagian y se persiguen en manada, como son esas reuniones clandestinas para hablar de proyector y fumar a escondidas de nuestros padres, las charlas sobre gustos musicales, la reformación de la chica perdida y el chico malo, todo esta maravillosamente plasmado, y aunque en gran parte es divertida y te saca una gran sonrisa de la cara, también plantea cosas y situaciones difíciles y profundas como el divorcio de los padres, los problemas de nuestros hermanos mayores. (Una escena en la que Brendan le dice Conor que el tuvo que renunciar a sus sueños y absorber todos los golpes y la basura de sus padres para que él pudiera realmente seguir los suyos y protegerlos es una escena en la que uno puede sentir realmente empatía por Brendan) También a destacar sin duda alguna la música, tanto la original como las influencias claras que tienen a la hora de hacer la música para esta película, Duran Duran, The Cure, David Bowie, The Clash, Hall & Oates, (Bono en esta parte estuvo muy involucrado y alabó mucho la cinta) y fue una verdadera sorpresa el hecho de que los Oscares no la hubieran tomado en cuenta al menos para Canción Original y Música, a pesar de que las páginas de ranking en el cine como IMDb, Tomatazos o FilmAffinity la aplaudieron así como la critica en general.

Es una película si para jóvenes, pero tiene eso que te refresca, te despierta, no es el cine convencional de "Jaligud" (aunque si es una co-producción norteamericana-irlandesa-inglesa) y es seguramente la mejor película del director John Carney el cual ya les había comentado alguna vez sobre él que la música "pop" es muy relevante en sus películas, ya lo habíamos visto hacer cosas interesante y bastante decentes sin mucha vanagloria con Once y Begin Again, pero con Sing Street la cual el mismo escribe, produce, y ademas compone parte de la música, si dio en todos los sentidos en el clavo.

En días pasados que escribía sobre Las Ventajas de Ser Invisible y comentaba que era una excelente película que te enseña como tener amigos a tu alrededor puede ayudarte a superar cosas malas de tu vida, en Sing Street, nos muestra la gran importancia que tienen esos amigos cómplices para lograr tus sueños, la vida vista desde un punto mas positivo, no como lo vemos en Las Ventajas de Ser Invisible, que si bien la película nos deja al final con un buen sabor de boca, lo vemos todo desde el lado oscura de la luna. Ademas resaltaría el valor que le dan al amor de los hermanos (me he dado cuenta el valor que le dan los ingleses a las familias, ya lo habíamos visto y se los había planteado en About Time pero desde la perspectiva del amor de padre-hijo) y nada mas ahí que ver ese abrazo final entre Brendan y Conor cuando lo ve realizar eso que él nunca pudo hacer, pero que él hizo todo lo que estuvo en sus manos porque su hermano menor estuvieras apoyado y creyera en si mismo y se arriesgara, y la dedicatoria final de Carney en la película.

Una película que bien vale la pena, de esas que no figuran en cartelera, en los premios en la critica (y aunque esta fue muy bien aceptada, tampoco se difunde tanto) pero quien sabe, quizá en algunos años, al igual que Stand By Me, o Reality Bites, o Dazed and Confused, The Sandlot, se convierta en una película de culto para nuestros futuros niños y jóvenes, y ahí es donde radica la importancia del cine, su vigencia en el tiempo.