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martes, 26 de marzo de 2019

Misterios de la Sala Oscura: El Último Tango en París y Naranja Mecánica.






Lo había dicho ya en mi cuenta personal de facebook que luego de terminar de leer el libro Misterios de la Sala Oscura de la crítica de cine Fernanda Solorzano, si de dos películas quería escribir, era precisamente de estas dos, que son los dos primeros ensayos del libro, pero desde un punto de partida y una lectura muy diferente a la que ellas exponía y daba. Ahora procedo a compartirles dichos análisis.




El Último Tango en París: cuando ya no queremos lo que queremos.




Fernanda Solorzano la analiza desde el discurso feminista que desató en su tiempo, además de ponernos un poco en perspectiva lo que hizo que esta película en particular llegara a ser realizada por Bertolucci, pero hay una línea de lectura aún más visible en la película: las relaciones tóxicas y la fuerte co-dependencia que se da entre las personas que tienen esta clase de relaciones.


Desde el primer momento vemos a un par de personajes claramente perdidos, en sus pensamientos, en sus frustraciones, en sus edades tan distintas, pero sin embargo la causalidad hace que converjan en un punto de partida: la habitación de una vieja casona de París, donde sin saber nada el uno del otro, salvo por haberse topado en un par de ocasiones ese mismo día antes de ese encuentro en la habitación, hacen apasionadamente el amor. (El elemento de la habitación para desatar los impulsos eróticos sería algo de lo que Bertolucci sacaría provecho más delante en su obra)


El pasado del hombre maduro que lo atormenta y lo poco que le ayuda la compañía de su suegra lo hace no querer conocer nada de su amante, y el futuro tan incierto al lado de su novio que la ve solo por su musa y no como su mujer, hace que por los lapsos que pasan juntos, solos, en aquella vieja habitación, ambos sientan alivio de sus vidas afuera, adentro no son nadie, sólo se permiten sentir, lo que el mundo afuera censura y no deja ver a la luz del sol. Se esconden para decir lo que quieren, lo que piensan, incluso si es lo contrario a lo que el otro siente y piensa en un principio, y esto lleva reprimendas y castigos, aun si hay que someterse y disfrutar del castigo. Pero todo tiene un límite y ella de a poco empezará a darse cuenta, entender, y hacer entender que ya no quiere ser utilizada, ya no querrá ser violada ni una vez más, ( lectura que en últimos años está tan comentada por la polémica escena de la mantequilla) ya no quiere lo que creía querer.


Ella se entrega por completo, sin poner peros por muy duras que sean las pruebas, porque todo adentro es muy diferente a como es afuera, hay no hay pretensiones sobre ella, sobre su figura, sobre lo que debe ser, no hay cursilería falsa, aunque ella sea una cursi, pero en cambio él no se entrega por completo, sino que hace que ella quiera irse, porque en el fondo asumo él sabe que ella debe vivir a pesar de él, de modo que la pone a prueba a la vez que él se desquita del mundo y sus problemas que a pesar de todo, no puede dejar afuera de aquella habitación. Ella trata de llevar al exterior esta nueva mujer que ella descubre en sí misma, pero no puede hacerlo con el novio que tiene, así que tendrá que tomar una decisión, sólo vemos el principio de la decisión, el resto lo tenemos que intuir.


Muchas veces la liberación es propia, luego de tanto sometimiento de la otra parte, luego de que el no poder olvidar por completo lo que afuera es real, y hace que alejemos a quien en su momento seguía el juego no por placer o por lo recreativo que pareciera el juego, sino porque le brindaba todo lo que afuera lo hostigaba la existencia.


Justo cuando la parte madura, la que ya no tiene miedo, la que ya perdió todo, se da cuenta que no habrá otra oportunidad, que ya hizo mucho daño y si no sede al pasado y se entrega por completo, declara los sentimientos, revela su identidad y quiere que esa habitación sea parte del mundo y no ser más un gruñido, un gemido, o un castigador cuando algo del exterior quiere integrarse a la habitación en forma de nombres o confesiones familiares; de a poco él empieza a sentir que el pasado y sus presión se desvanece, ella de apoco quiere creer que aquello puede durar y le confiesa amor, pero para ese momento ella también se da cuenta que aquello no durará, la parte joven, la que aún puede vivir y quiere vivir una vez que ha aprendido de manera poco ortodoxa lo que es el amor y lo que es sentir, y lo que es ser abandonada después de entregarlo todo, su cuerpo, su corazón, su amor, y tomar una decisión de lo que será su vida después de esto venga quien venga después y aprender en el trayecto; ahora sabe que debe acabar con aquello, al igual que la lección, la respuesta, el final de aquel sueño, debe de ser poco ortodoxo. Justo después de que él presencia su último tango en París.


El hecho de que Bertolucci quisiera exponer el erotismo como expiación a la necesidad de dos almas perdidas, una por golpes psicológicos de pérdidas y una crisis de edad existencial en la que no cree en nada, y la de una joven sin identidad y lo que los demás esperaran de ella, y que desde el principio le da una autoridad a través de su feminidad, y como ambos quieren desaparecer voluntaria o inconscientemente del mundo exterior para olvidar lo que evidentemente con sexo no se puede olvidar, hace de esta película un ejercicio excelso sobre las emociones y manifestaciones de conducta desbocadas.


Si bien ambas actuaciones son más que formidables no cabe duda que vemos la mejor actuación de Marlon Brando en su etapa madura. Lo vemos desbocado en todo momento, incluso en sus momentos más íntimos y serenos, vemos este desgaste emocional del hombre que representa, igual de desgastado por su edad. Lo vemos como el gran actor del método que es, y eso vale todo el boleto, en el ensayo de Misterios de la Sala Oscura de Fernanda Solorzano ella narraba como fue el proceso de trabajo entre Brando y Bertolucci y ambos hablaban de lo mucho que se admiraban mutuamente y de lo difícil que fue trabajar con el actor por su excesivo perfeccionismo.


La habitación que funge como las máscaras que a veces llevamos para ocultar los tormentos que llevamos y que hacen que los que se atreven a poblar ese espacio lugar por lo que creen sentir y que reciben el daño colateral de nuestros traumas, es una metáfora más que adecuada para este discurso arrojado por el regio director italiano. La iluminación, (obviamente con todo lo que conlleva el trabajo en la fotografía del señor Storaro) los diálogos y el guion del propio Bertolucci en la que hace de manera susceptiva y sugestiva tan vulnerables los personajes y los muestran humanos en sus vicios y virtudes, tan buenos y malos, como crueles, ingenuos y faltos de compañía, amor, y sabes manejar sus emociones y soledad. Todo esto hace que El Último Tango en París sea una de las películas más importantes de la década de los setenta.


Pocas películas pueden crear una catarsis, una impresión y una tesis de lo fuertes que son las relaciones tóxicas y como estas siempre al final tratan de ser arregladas demasiado tarde, justo al final, cuando la contraparte despierta, cuando despierta de la forma más contundente, porque el maestro fue bueno enseñando sobre métodos muy fuertes.


Hablando sobre películas de relaciones tóxicas, una de las últimas escenas donde toman los tejados de la ciudad de París, es muy similar a la de la española Stockholm. Incluso hay algo de similar sobre el como influye el lado bohemio de una ciudad con la también claramente influenciada Porto.







Naranja Mecánica: la violencia como válvula de escape ante el sistema opresor de expresión.




Fernanda Solorzano expone en su ensayo sobre Naranja Mecánica por qué la película en su momento sufrió de una censura en Inglaterra, y los confines que la obra tomó y como reflejaba tantos hechos históricos violentos desde muchas décadas antes, si bien todo esto es relevante e importante para entender el contexto de una película, y lo que hizo que sus creadores la concibieran (el escritor de la novela, en primera instancia, y el director de la película en segunda), pero permítanme hablarles de la primera lectura dada a mi parecer, sin su contexto histórico.


Está clara la división hecha en la obra de Kubrick, Alex y sus secuaces, con una vestimenta que los desliga a cualquiera, ya no digamos “civil” sino a otros grupos de “generadores de violencia”, como si fueran una especie de ejército. Es clara su postura de querer ser distintos al ciudadano cualquiera, utilizan un lenguaje poco entendido por el ciudadano simple y mediocre que no conoce la obra de Shakespeare por estar todo el día encerrado en una fábrica, esto suele ser retratado muy comúnmente en todos los grupos marginales de la película. Sus gustos musicales son exquisitos, y estos gustos exquisitos se extienden a su manera de divertirse: creando extrema-violencia.


Pero no sólo ahí está clara la división, en las personas, también en el entorno como tal. Mientras los interiores de las casas están de cierta manera perfectos, con una decoración vanguardista, moderna, con mucho “arte pop” del que la gente cansada y con créditos compra para sentir que su vida no es tan vacía, el exterior se ve desolado, hostil, rudo, lleno de “muestras de arte erótico” que desintonizan con los buenos gustos del joven Alex. Para Alex la vida del crimen hubiera sido un gran éxito si no hubiera pecado con el más grande pecado que suele tener el sistema al que tanto odia: el control y el autoritarismo.


Luego de tener un descontento con sus secuaces por sus malos modales de los que él tiene que reprender, estos lo traicionan luego de cometer un atraco donde la mujer a la que Alex ataca muere, es que este es llevado a la cárcel donde se le da una condena de 14 años. A partir de entonces vemos los métodos que el sistema trata de usar para castigar y reformar a todo aquel que no está en sintonía con lo que el sistema quiere en sus civiles, los que no producen en las fábricas, los que no son sometidos en sus sistemas de educación mediocres, es a través del encierro, del castigo, en la religión donde tratan de reformarlos. Pero para Alex llega la oportunidad de sortear con aquello muy poco tiempo, un programa en etapa de experimentación que reforma a los delincuentes y los “obliga” a no volver a cometer un crimen. Luego de una prueba que conlleva películas, los párpados y la música de su más grande ídolo. La cura llega, y al ser reintegrado a la sociedad vuelve a un mundo al que le debe muchas cuentas, Alex, ahora tiene que pasar por un viacrucis, como el que el visualizaba en el gran libro de cuentos, pero ahora el no será el azotador, ahora, al igual que Jesus, él será el azotado, casi de manera en la que Dante baja al infierno en La Divina Comedia, vemos a los traidores ser parte del sistema corrupto, a los grupos vulnerables tan agresivos como los no tan vulnerables, vemos a los buenos castigados convertirse en malos castigadores, y a los malos en víctimas, la frase en la película es una realidad latente: la violencia genera violencia.


Si nos limitamos a la producción de la película como tal, se puede notar el gran esteta que era Kubrick, el gran maestro de la iluminación, del control del tiempo, de la edición, de la simetría, a los magistrales planos secuencia, en los máximos close-ups a los rostros de los personajes para mostrar agresividad, temor, sorpresa, en fin, emociones; el manejo de la metáfora en todo momento, en pocas palabras, la película es perfecta. No tiene un ápice de incredulidad ni de improvisación, Kubrick tiene todo bajo control y no le importa llevar al límite el discurso, haciendo que nos riamos en un principio con los atracos de Alex y sus secuaces, verlo como un anti-heroe que idolatramos, pero al final nos muestra cual crudo, incómodo y desagradable es el discurso real, cual delgada es la línea entre lo bueno y lo malo, y lo que hace que esto sea bueno o malo, también es muy delgada la línea entre los que son realmente las victimas de cada sistema, de donde viene el verdadero mal, y que tan bien o mal se combate este. El final es un shock, todos asumen su culpa en la creación del monstruo, pero no se le reprende de la forma que se le debe de reprender, eso sería asumir demasiada culpa, y el daño ya está hecho, en el acto exime a la víctima y revela que las técnicas de reprimir la maldad son equivocadas cuando se piensa sólo en factor violencia y se piensa en bases tan mediocres de las normas que deben conducir a un estado que quiere catalogar todo de igual forma: que busca que todos en su sistema sean serviciales de alguna manera, sean productivos, y no se les brinda a los diferentes formas para aplicar de una manera productiva sus “gustos diferentes”, ya que un sistema cerrado no tolerará formas diferentes de pensar que no son las que se condicionan a su engranaje, trataran a toda costa de suprimir esa mente, ya sea con violencia, o suscitándolo al propio exterminio.


El discurso es claro, rudo y crudo, pero Kubrick, con su estética jugando a su favor en el discurso, y con lo polémico que siempre fue, y crítico para bien, no podía quedarse atrás con este énfasis sutil que al final de verse en muchas veces, se puede leer claramente. Naranja Mecánica por lo que revela y transmite, bien puede ser considerada una de las más valiosas películas de todos los tiempos.




sábado, 23 de marzo de 2019

As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses Of Beauty.




Siguiendo a la idea de Francois Truffaut en la que dice que una película se puede resumir a un sólo sustantivo, yo diría que esta película en particular del cineasta Jonas Mekas (al igual que casi todo su cine) se podría resumir como: vida.

El lituano Jonas Mekas es quizá uno de los directores más vanguardistas e importantes del cine en su historia, y sin embargo, quizá en la misma proporción del gran genio que era y de lo importante que fue no sólo en su obra ya fuera como cineasta o crítico, sino lo que hizo por otros cineastas independientes y experimentales en la década de los 70's y lo que logró al crear la Anthology Film Archives, en esa misma proporción de lo que el hombre fue y logró crear, es desconocida su obra y su persona para el público general, incluso para algunas personas que se dedican al cine y cinéfilos de sepa. Tan poco valorada y proyectada era su figura y trabajo por el gremio que hasta hace dos años el AMPAS lo hizo uno de sus miembros, a pesar de ser prácticamente el padre del cine experimental norteamericano, y en el In Memoriam de los Oscares de este año, no le dieron mención.



Pero hablemos de esta película: ¿qué la hace tan especial? ¿Por qué al verla me hizo sentir como quizá ninguna película lo había hecho? ¿Qué hace valioso esta película de casi 5 horas que es en su complejidad, particular y generalmente un trabajo por demás hermoso?

Antes que ser un crítico, un director, un exiliado, un sobreviviente de la Seguna Guerra Mundial y de sus campos de concentración, un viajero, un artista; Jonas Mekas era un hombre de familia, y eso se refleja en esta película. Además de eso en este trabajo Mekas reafirma otra cosa sobre su persona: el gran artesano que era.

Este filme estrenado en el 2000 con partes de película que había filmado en las décadas de los 60's, 70's, y  80's; en la que hace prácticamente un álbum de recuerdos, no sólo de su familia, también de su entorno, de sus amigos, del lugar donde vivía, los lugares donde amó la vida, los lugares en los que pasaba sus vacaciones, pero no es tan simple como eso, aquí es donde se asoma el Mekas artesano, jugando con la película haciendo desde doble exposición o acelerar el carrete, al mismo tiempo que hacía esto visualmente y narrativamente atractivo e interesante, el hombre bien podía montarnos esa hermosa pieza musical de piano que resalta en toda la película, o una pieza de música clásica, incluso jugar con el sonido natural de la película, montar una grabación de la radio, los ruidos que hacía cuando trabajaba en el montaje. Pero tal es tan personal el trabajo de Mekas que incluso lo escuchábamos a él hablar sobre lo que estábamos viendo, lo que él sentía en ese momento, lo que sentía al montar esto, el ver sus recuerdos, sus memorias, bien lo podíamos escuchar recitando alguno de sus poemas, sus pensamientos poéticos, o tocar su acordeón. Podíamos ver a la película con una sobre exposición de luz, o más ensombrecida, como un collage de recuerdos a punto de velarse y desaparecer: fotos, un diario, y todas estas formas posibles con las que él jugaba y recordaba hacen que todos los momentos vistos en esta película y sus 12 capítulos sean totalmente poéticos, sin ningún ápice de tanteo o error, incluso donde parecía que con edición se pudo haber borrado determinada parte que no era "perfecta" hay un enorme grado de composición y aun más importante: hay honestidad, de contenido enriquecedor y poético que nos hacía entender completamente que todo lo que había en la película tenía que estar ahí, confirmándonos que él era un maestro de la edición, un artesano en el más puro sentido de la palabra. Mekas pareciera filmó durante toda su vida estos momentos para empezado el nuevo siglo, como lo dice en una parte de la película donde está montando justo la nochevieja, sea un regalo de lo que es valioso: las personas, los amigos, la familia.



Se nota sin embargo que le causa en la misma proporción de felicidad como de sufrimiento el ver todos estos momentos que vivió en su vida, ver la belleza que él veía a través de la lente, ver desde el nacimiento de sus hijos, sus primeros pasos, a su mujer desnuda en la cama, sus comidas con amigos, sus paseos en bote con Andy Warhol, a su barrio querido, el Soho en Nueva York, las fiestas de los italianos, los domingos en Central Park; todo eso que fue y que lo hizo ser la persona que es, cómo se siente él que está en el centro y está a la vez fuera volando sobre todo, y años después seguiría así mientras montaba esta obra maestra. Pues la vida sigue.

Si aman el cine no hay más, tienen que ver esta película, en la que parece no pasa nada, salvo toda una vida de belleza y de amor, toda la construcción de un ser humano extraordinario que antes de ser poeta, era un artesano, y antes de ser un artesano, era un hombre de familia a la que amaba por sobre todas las cosas, vemos un testamento de amor es esta película, en la que viendo un compendio de imágenes y sonidos hermosos, a su vez se estarán reproduciendo en su cabeza otras imágenes y otros sonidos hermosos, pero estos no serán de la película, sino de su propia historia, de su propia vida. Si aman el cine, tienen que ver esta película.



miércoles, 20 de marzo de 2019

Clouds of Sils Maria.


La verdad previo a ver esta película yo no conocía nada de Olivier Assayas, pero siempre quise ver esta película desde que supe de su estreno y de cuando Juliette Binoche vino a México a presentar la película. El caso es que hasta hace unos días pude ver la película y hay un sin fin de cosas que puedo comentar sobre ella.

Para empezar comentar como utilizan la figura del actor y el enfoque que le puede dar a cada personaje a través de su edad, o como el personaje a pesar de la edad no cambia su perspectiva, como caemos en el error o el vicio de criticar a las personas desde una perspectiva de altanería por nuestra edad, las relaciones que se dan entre dependiente y co-dependiente, y como se utiliza una historia ficticia para reflejar una historia real entre dos mujeres en la película, y como una desaparece sin dejar rastro.

Antes de seguir y sin hacer ninguna revelación pertinente de la trama, creo que habría que resaltar la clara influencia que tuvo Assayas para escribir esta historia, y sin lugar a dudas esta es Persona de Ingmar Bergman, (y también a la claramente influenciada de la cinta de Bergman, Mulholland Drive de David Lynch) donde dos mujeres, con sus claras diferencias son el complemento la una de la otra, las diferencias las unifican en un mismo ser, una aprovechándose de la otra, para un fin en particular o crear algo, o sentir algo, como en Persona, (y en Mulholland Drive) con el fin de la actriz crear un personaje, en esta película de Assayas en particular, el de una mujer en los cuarentas luego de un gran éxito, quien vive una etapa emocional muy difícil y que se ve rodeada de suicidios, como ese personaje que encarnará y que tanto odia.

No sólo la trama está atrapada en una historia ficticia, también el verdadero título de la película, la historia encarnará la protagonista en la película, es la que Binoche interpreta en esta película, quizá no lo parezca pero es una jugada muy bárbara del director, muy arriesgada, pero atinada y bien lograda, nos lleva a donde el director quería. Vemos lo que queremos ver, y no vemos lo que queremos ver, y algunas cosas que vemos no son ciertas, y las que no vemos son muy relevantes en la trama. Un sin fin de lecturas que se le pueden dar a esta gran película, pero no quiero marearlos ni volverlos locos, una gran interpretación de Binoche (como siempre) y una Kristen Stewart que sorprende. (Aún con su fruncido de labios. Por cierto, que gran carrera han logrado hacer ella y Pattinson luego de ese tropezón en Hollywood con la saga de Crepúsculo, lástima que el resto del elenco no pueda decir lo mismo)

Sin lugar a dudas esta película los dejará pensando un montón. Mucho mejor que ver cualquier serie que ustedes me digan, se los firmo.


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domingo, 17 de marzo de 2019

Still Walking: sólo somos seres humanos.




"Aruitemo, Aruitemo"; quizá sea la película más celebrada del director japonés Hirokazu Koreeda, pero yo me pregunto, y les pregunto a ustedes: ¿qué hace ser tan valorada una película con una trama tan simple como el hecho de padres mayores de edad e hijos con sus respectivas familias se reúne para conmemorar la muerte del hijo mayor y como esta alteró la vida de cada uno de los miembros y las decisiones que tomaron y que les dieron rumbo a sus vidas 15 años atrás? Lo diré con una frase que leí hace pocos días, ahora que está tan mediática la noticia de que Netflix producirá una serie de Cien Años de Soledad: quizá su valor no está en el argumento, sino en la fuerza expresiva

Las relaciones familiares siempre son difíciles, al grado que pueden llegar a abochornarnos, esta familia que parece no decir nada, y en la que parece no pasa nada mientras se reúnen para conmemorar la muerte del mayor de los hijos de la pareja de ancianos que son los patriarcas de la familia, es un reflejo de las relaciones de padres e hijos, incluso si una perdida no estuviera de por medio. Vemos la frustración que le provoca a los hijos el no ser lo que los padres esperaban, vemos a los padres involucrarse más con los hijos de los hijos tratando de hacer alguna influencia, o más que eso, crear una buena impresión de ellos en su vida, para cuando ya no estén más, o por si quizá sus padres hablasen mal de ellos. Aun con los desencantos y reclamos que se van dando paulatinamente en la película, como va pasando el día, todo está claro, pero de manera muy implícita en lo que respecta a la realidad: aunque a veces no se les comprenda, tanto los hijos a los padres, como los padres a los hijos: hay amor entre ellos.

Para los padres los hijos siempre serán los de siempre, como los criamos, creemos que nuestras formas de comunicación no deben de cambiar, y no lo hacen, no por molestar, sino porque el amor es puro, no hay poses. Como en todas sus películas, el impacto de Koreeda con su argumento, y lo que nos quiere decir es sutil, pero contundente, viene al final, y es hasta entonces el por qué comprendemos que en casi toda la película no sé nos dijo o nos mostró prácticamente nada, salvo quizá chistes y momentos que todos hemos experimentado en alguna reunión familiar, y de aquí es que digo que incluso la pérdida del hermano mayor que muere rescatando a un niño en la playa no es tan relevante, en la película es sólo el pretexto para ver un cuadro familiar completo, un cuadro que bien se puede dar en otra ocasión, en una reunión cualquiera. Pero qué es lo que quiere decir Koreeda al final de todo, algo tan simple como: “valora a las personas que tienes hoy día, con todo y esas manías, pues algún día ya no estarán.” Y al final sólo quedarán esas historias que se cuentan entre padres e hijos, y ser las personas de las que ellos estarían orgullosos, tal y como somos, y como nos amaron hasta el final, aunque no lo demostrarán en formas que en su momento no llegamos quizá a comprender.

La película es un claro homenaje y la influencia es irrefutable de la gran Tokyo Story de Yasujiro Ozu, y no es un secreto para nadie que Xavier Dolan a su vez se influenció en estas dos para hacer su Sólo Es El Fin del Mundo. A los japoneses les gusta mucho el tema de lo familiar, el tema de la raices, de la casa (hay que echarle un vistazo a la filmografía de Hayao Miyasaki para darse cuenta de eso)

sábado, 16 de marzo de 2019

El Azar: el destino en forma de tren.


Przypadek, su título original en polaco, es la cuarta realizada por el director Krzysztof Kieslowski, la cual nos narra como la vida de un estudiante de medicina deja la escuela luego de que su padre muere y le dice que él puede hacer lo que quiera con su vida, luego de esas palabras sale corriendo y toma un tren, o no; todo depende de qué futuro relativo esté a punto de contarles.

La película narra tres probables futuros a los que se enfrentará Witek, en el primero logra tomar el tren que lo lleva a Varsovia, este lo lleva a formar parte del partido comunista de Polonia, luego de conocer a un hombre en el tren, luego Witek recordando pasajes de su vida, y las pláticas de su padre, lo harán creer que de cierta manera vive la vida de este. Estando en Varsovia se reencontrará con su primer amor, con quien retoma la relación, pero esta chica está con el grupo opositor al gobierno, esto pondrá en una situación de peligro a la causa, Witek enfrentará a sus superiores en vísperas de un viaje que hará a París, de modo que ese viaje no lo hará. El segundo escenario posible lo pone en el mismo comienzo, el cual empieza justo como el otro, (salvo cosas que se alteran dentro de la estación) pero a la hora de tomar el tren este se va, es tanto el enojo de Witek que termina a golpes con un miembro de la milicia, esto lo lleva a hacer servicio comunitario, es ahí donde conoce a un joven que lo hará afiliarse no sólo a la oposición, sino a la iglesia, se inmiscuirá en la imprenta ilegal, y luego de reencontrarse con un amigo de la infancia en una de las reuniones clandestinas orquestadas por el grupo, también se reencontrará con la hermana de este, con quien la química será más que evidente, Witek pretende hacer un viaje a París con el grupo de la iglesia que en realidad sirve para contactarse con el grupo opositor en París, pero milicia le reprende el pasaporte y este no volverá una vez más a hacer el viaje a París, además de situaciones que hacen que se aleje de la oposición luego de dedicar tiempo a la hermana de su amigo. El tercer escenario posible también se da con Witek en la estación luego de que el tren lo deja, pero esta vez no es un milicia quien lo reprende, sino la chica con la que salía en la escuela de medicina, y es entonces el único escenario en el que parece Witek tendrá una vida feliz, con su carrera terminada, con hijos; una vida lejos de la que ilustran sus recuerdos que en un principio de la película Kieslowski nos los muestra como pequeños y sutiles flashbacks, el único escenario donde pareciera no habrá cortos circuitos o pequeños encuentros con el destino o lo que puede ser: no es hasta el final que por fin hace el viaje a París que en otros escenarios, donde todo iba mal no hacía, en este que todo parece ir bien, lo hace, y al final sabemos el por qué no lo debía hacer. Aunque para esas alturas resulte predecible.

Al igual que la vez que escribí sobre As Tears Go By de Wong Kar Wai, en esta película si bien no está visible a la luz del sol la maestría del realizador polaco, si se pueden ver desde ya sus influencias y lo que siempre carga el director en el argumento de sus obras: vemos su preocupación y su postura en cuanto al pasado y en aquel momento presente político de su país, vemos de alguna manera también su postura ante la religión, el destino, el azar, es lo más palpable en esta, vemos la contraposición de la búsqueda y la contradicción del final deseado y el final esperado, y la lectura es a mi parecer: “la vida puede tratarnos mal incluso con buenas intenciones, puede estropearnos la vida, pero la vida sigue, pero la cosa más importante que se debe saber al final es que: aunque se haya vivido la mejor de las vidas, la más feliz, esta terminará al igual que la de los demás, y quizá sea antes que la de todos.”

La vida que hace cruzarnos con personas de futuros posibles, o de un pasado que no recordamos más que por fotografías viejas o pequeños videos con película maltratada en nuestra cabeza, es algo que pasa; pero pareciera que Kieslowski lo ha inventado.

Una estructura simple, mesurada, muy similar a todo lo que el realizador rodó mientras estuvo en Varsovia antes de ir a Francia, más sin embargo con este sello característico en su fotografía llena de tonalidades oscuras que evoca a la reflexión de sus personajes y el sentimiento de melancolía de los fieles espectadores de su cine, veamos que, al igual que Kar Wai con As Tears Go By, todo lo que el director quería decir, ya estaba desde su primer trabajo.





viernes, 15 de marzo de 2019

lunes, 11 de marzo de 2019

Cold War.


Zimna Wojna es una película del año pasado dirigida por el director polaco Pawel Pawlikowski, el director que nos trajo en el 2013 la impresionante Ida. El año pasado no hubo quien se le resistiera a los encantos que desencadena su más reciente película, que en muchas cosas es muy similar en Ida, pero vayamos por partes, que tiene Cold War que muchos la consideraron la mejor película en Cannes el año pasado tanto críticos, prensa, asistentes y miembros del gremio en general (además de que se llevara los reconocimientos a Mejor Actriz y Mejor Director en dicho festival), y que muchos consideraron que si una película podría quitarle el protagonismo a Roma en los premios Oscar sería esta. (Y no la falacia que nos hizo al final la AMPAS)


La película nos narra desde el principio como tres personas van por los pueblos de Polonia buscando talentos para una academia de artes que están por abrir al servicio del gobierno de Stalin, entre los aspirantes a la escuela hay una chica que al cantar a dueto con otra es cuestionada por el director de música quien le pide cantar a ella sola, desde entonces la química se ha desatado en ambos, y es que la chica tiene un ángel, una belleza y una voluptuosidad que desata la atención al igual de la maestra de baile como del director de la escuela, quien parece estar también enganchado de Zula y que defiende los ideales del gobierno (figura que al final de la película tendrá cierto protagonismo). Durante un recital en el que viajan fuera del país, Wiktor le propone a Zula huir a París, y ella acepta, pero a la hora de emprender la huida, ella lo deja plantado, y cual Rick Blaine no bajo la lluvia, sino bajo la nieve, se va sin ella. Años después ella lo va a buscar, consigue tener un matrimonio falso para huir de Polonia y el reencuentro amoroso y pasional se dan. (La escena dónde hacen el amor es preciosa). Él musicaliza películas en París, además de tocar en un club de jazz, ella bajo su cobijo se hace una gran cantante, pero no tardan en venir los problemas, los celos; y ella lo hiere de una manera tan dura al hacerlo creer que se acuesta seis veces en una noche con su productor que a la mañana siguiente lo abandona una vez más. Wiktor no duda en hacer lo que sea con tal de verla de nuevo, así tenga que perder incluso la segunda cosa que más ama como lo es la música, pues no puede vivir sin el amor de aquella chica berrinchuda que bien se puede lanzar al río para demostrarle cuánto lo ama, como Adele en La Fille Sur du Pont. Ella ahora tendrá que sacrificarse de muchas maneras y muchas cosas como su carrera, su juventud y su belleza para volver a ver y salvar a su amado, al final, luego de ver un extracto de la historia de este país fue parte de la URSS durante la Guerra Fría en los años 50's y 60's, como vio a su sistema cultural servir a la orden del sistema político, vio las influencias musicales del resto de Europa, y los ritmos tropicales americanos, nos damos cuenta que estamos frente a un instantáneo nuevo clásico del cine romántico, mejor aún: una obra maestra.


Y es que hay un sin fin de cosas que convierten a mi parecer a esta película en una obra maestra, para empezar haríamos a bien hablar de la fotografía: y es que el blanco y negro de esta película tiene una peculiaridad (al igual que con Ida) que lo hace único, una exposición más hacia el blanco que al negro mismo, que hace parecer que hay más luz, más foco que resalta incluso en los rincones más oscuros algo de luz que desprende el amor de nuestros dos protagonistas. El encargado de este departamento quien también se encargó del mismo trabajo en Ida, Lukasz Zal, hace un trabajo al servicio de lo que quería el director, y es formidable.

Hablando como tal del director, es impresionante que un director del calibre de Pawel, con una joya en su haber como lo es Ida, haya acertado de tal manera con otra película en blanco y negro que por lo que he leído le resulta un trabajo más personal al retratar de alguna manera la historia de sus padres, y lograr lo que causa con esta película en menos de 90 minutos es digno de enmarcarse y admirarse. La música en la película, los números artísticos y los bailables son dignos de distinguirse, y esto es mucho del gran trabajo del director. Las actuaciones son excelsas, y el final deja una sensación de vacío, pero de confort, al final el amor triunfa, aunque sea al final de los finales.


















miércoles, 6 de marzo de 2019

Tesoros: buscando cofres, descubriendo historias.




Tesoros es una película del 2017 de la directora mexicana María Novaro. (Sobre las Olas - 1980, Danzón - 1991, Sin Dejar Huella - 2000, entre otras)

Este es el último trabajo de la también productora, editora y guionista, justo antes de empezar su gestión a cargo del IMCINE en el gobierno actual, pero hablemos de lo encantadora que resulta esta película en particular.


La película narra las aventuras de un grupo de niños que viven en la llamada Costa Grande del estado de Guerrero, ahí además de ir a la escuela, ayudar a sus padres en las labores de los oficios que se desempeñan en lugares como estos, son prácticamente libres. Luego de que llega una familia de extranjeros al pueblo a la llamada casa de la luna, ellos parece ser que viven largas temporadas en este lugar, en la familia a tres pequeños, una chica de algunos 12 años, uno de algunos 8 y uno más chico rondando los 4. Luego de que coinciden la historia del libro de uno de los chicos del pueblo, y el videojuego y sueño del chico de 8 años de la familia extranjera, es que de a poco van consiguiendo sumar voluntades, incluso de los grandes para buscar un tesoro que ellos aseguran que existe, sólo porque su imaginación así lo cree, pareciera que estos niños son de tiempos mejores, cuando aún se creía, cuando aún la fantasía nos hacía que las cosas se convirtieran en realidad, lejos de esa otra realidad de primer mundo.


La película es muy ligera, muy sencilla, es un cine austero en muchas cosas pero no en consistencia e ideas, el protagonismo nato de estos niños y verlos interactuar frente a la cámara es un agasajo, no se nota ni un ápice de que no sean profesionales, o quizá si se nota, pero siempre es para bien. (Donde también vemos actuar a las hijas del cineasta Julio Hernández Cordón, mucho más chicas de como las vimos el año pasado en "Cómprame un Revolver" del mismo director. Cabe señalar que acá están porque la esposa de Julio, es parte del equipo de producción de Tesoros). Si bien la película es un canto a la niñez mexicana, no hace mucho esfuerzo para que el espectador adulto también sienta esa sensación de bienestar, plenitud y felicidad que proyecta la película, un llamado a que los niños crean, sigan sus sueños, y no haya barreras entre ellos por condición social, de color de piel, o incluso de edad, pues ya lo dijo Picasso: "quien es joven, es joven para toda la vida", incluso ese dicho aún más viejo que dice: "todos llevamos un niño dentro".

Una fotografía muy dinámica que juega al paso de los niños, enmarcada de hermosas locaciones naturales sin utilizar prácticamente escenografía extra, una música que resulta un hallazgo más que oportuno para quien antes de la película no conocía a los Ampersan, y lo más valioso de Novaro con su película, el no valerse de comedia estúpida para jalar público a su película, no valerse de artimañas para dar un mensaje realmente enriquecedor y oportuno a los niños, no llenarlos de estridencia de sonidos, de colores chillones, ni de acciones y reacciones chistosas de gratis o gráficos violentos; en otras películas eso puede tener valor, esta no lo necesita para nada, y mucho menos el público al que va dirigida, películas como esta, que retratan historias simples, en las que no precisamente tiene que haber grandes conflictos para que haya una buena historia que contar, eso también es cine, si no lo creen busquen y vean esta extraordinaria película, ya después me lo agradecerán, miren que no hay mucho de donde agarrar en México de películas como estas, que dan un mensaje como este a los pequeños y no tan pequeños. Estas películas mexicanas son las que hay que ver, lo digo una vez más.

Por último comento que esta fue una de las películas que elegí para mi lista de las películas mexicanas que más me gustaron del 2018. Si gustan ver la lista completa pueden checarla en el enlace de aquí abajo.

https://produccioneslaviejaescuelapresenta.blogspot.com/2018/12/peliculas-mexicanas-favoritas-del-2018.html






martes, 5 de marzo de 2019

Shoplifters: cuando la familia se escoge.




Shoplifters es la más reciente película del director Hirokazu Koreeda, la que le hizo ganar la Palma de Oro en Cannes en su momento. Para quien lea habitualmente mi blog sabrá que Hirokazu Koreeda es uno de mis cineastas favoritos.

 

La película nos presenta desde un inicio cómo es la dinámica de esta familia, el padre y el hijo entran en una tienda y por medio de señas y trabajo en equipo roban cosas básicas que necesitan en el hogar; en el trayecto de vuelta a casa encuentran a una pequeña niña, hace mucho frío y el papá la lleva a casa para que no esté expuesta.

Cuando llega ahí lo esperan su mujer, una chica y la abuela, esta última descubre signos de maltrato en la niña, y su mujer le dice que es mejor llevarla de donde la encontró, cuando llegan al lugar se dan cuenta de que quizá es mejor no dejarla. Pasan días y el rechazo por el hijo y la madre son evidentes, sienten quizá el peligro, mientras el padre y la abuela la cogen como de la familia al instante, mientras que la otra chica está sumergida en sus propias preocupaciones. Cuando se dan cuenta en la TV que la niña está siendo buscada por su familia, el padre quiere regresarla, para entonces la madre le dice que ella ya es parte de la familia, y la bautizan con un nuevo nombre: Lin. Los que menos la querían son los que más la protegen, los que la cuidan, y de resultar todo mal, son los que al final más perderán.

 

Para quien conoce el cine de Koreeda, y más la mayoría de sus últimas películas, al menos de una década para acá, saben que este hombre no tiene prisa para contar sus historias, se toma todo el tiempo necesario, se da la libertad de incluso no decirnos cosas, no mostrarnos cosas, pero con sutiles puestas de cámara, diálogos, momentos, nos entrega una historia, y de repente vienen golpes contundentes que nos hacen ver cosas que de ninguna otra manera nos hubieran conmocionado tanto, justo ahora me explico.

La película no nos empieza a decir la verdad hasta ya avanzada la trama. La primera mitad la dedica a presentarnos a esta familia, justo como en el tráiler, y si bien este nos muestra la historia, la verdad sobre esta familia e incluso el desenlace, no nos presenta la forma en que Koreeda la cuenta. La sutileza de hacer conexiones entre los personajes, como la pequeña Yuri (Miyu Sasaki), lo poco que cuenta sobre su vida lo hace a "hermano" Shota (Kairi Jo), quien aunque al principio no la quiere, y ella lo sabe y le crea un conflicto, él se sacrifica para que a ella no la atrapen, aunque al final esto la deje sola, esperando a que su familia regrese.

Otra conexión que me pareció de lo más poderosa, y como lo hace, es la dada entre Nobuyo (Sakura Ando), la madre, y la pequeña, cuando le dice que ella también tiene marcas iguales a las de ella, y cuando queman su vieja ropa, y cómo le explica que si le dicen que le pegan porque la aman es una mentira, que quien ama a otra persona no hace más que abrazarla, es una escena tan simple, pero de una fuerza y belleza sutil que no necesitó más que de esas palabras, dos personas y el fuego en sus rostros, para conmover poderosamente. Al final la película toma un discurso que me parece muy serio: a veces no importa vivir en condiciones infames, pero con amor y felicidad, y si la autoridad es quien para evaluar estas cosas, en vez de vivir cómodamente infeliz o solo.

El personaje de la abuela Hatsue (Kirin Kiki, recientemente fallecida) es el personaje que parece conecta todas las partes de esta familia, la que de alguna manera los mantiene; ella cree que todos han llegado a su lado para no estar sola, para ser una familia, cree firmemente en que entre ellos hay un vínculo, y que por eso en más de una cosa se parecen, se dice orgullosa de haber tenido la fortuna de haber escogido a su familia (más delante en la película Nobuyo da a entender lo mismo) como dictada por el destino.

Después de su muerte, y luego de revelar su conexión con Aki, la otra chica que integra a la "familia" (Mayu Matsuoka) y como esta se entera que en realidad todas las conexiones en su vida al parecer son por el dinero, que es lo opuesto a lo que ella quiere en la vida, incluso con la abuela, esta revela lo que pasó con la abuela luego de morir después del día más feliz de su vida, trayendo más problemas a la situación de Nobuyo, quien tiene un pasado infeliz, como lo dictaban sus cicatrices y no le importa pagar las consecuencias por cuidar a sus hijos.

Al final el líder de la familia Osamu (con un Lily Franky en otra magnífica colaboración con Koreeda) es quien se queda solo, y se dan a lo largo de la película mensajes secretos, implícitos, o más que eso, confesiones del corazón, como un agradecimiento, o palabras tan simples, pero a veces difíciles de pronunciar, como lo es “papá”. Hay puntos como la ambición (cuando empiezan a robar cosas que no necesitan, o cuando rompen su regla de no robar cosas que sean de alguien más, o cuando sacan el dinero de la abuela ya muerta), la conciencia (cuando Shota y Yuri/Juri/Lin se dan cuenta que la tienda que robaban se fue a la quiebra, o cuando se le cuestiona a Osamu si no le da pena enseñar a robar a los niños y este responde que eso les enseña porque no sabe otra cosa para enseñarles) o incluso el clima extremo como catalizador y metáfora para unir personas, a los que se les puede dar una lectura más profunda. Aki también de alguna manera se da cuenta de lo que perdió por un impulso, al visitar la casa cuando ya está sola.

Koreeda no cae jamás en el melodramatismo barato, es muy claro en lo que quiere decir y no hay ápice de baja en su cine; hace una crítica al sistema familiar, a los lazos de sangre que hieren y a los lazos emocionales que se pueden dar a veces sin ser nada, con el solo hecho de encontrar a una persona en la calle y sin apoyo y quererla ayudar de corazón, al igual de que hace un llamado bien fuerte al como el sistema castiga a los más vulnerables. El desempleo y las malas condiciones del trabajador juegan un papel importante en la suerte de esta familia, es una de las cosas que se dicen de manera implícitamente.

Hay un claro lazo entre esta película y De tal Padre, Tal Hijo y a las otras que van en esta línea de lo familiar, pero siento que más es esta en particular. Pero, por otro lado, también me encontré con cierto detalle que me hizo recordar otras de sus películas más longevas y una de mis favoritas del nipón: Afterlife. Y me vino a la mente justo en la parte final donde se está entrevistando a Nobuyo, con la cámara solo dirigida a ella, jamás a quien la entrevista, y esto es otro sello de Koreeda, el cómo siempre dirige la mirada del espectador a las reacciones que desatan las emociones que viven sus personajes, rara vez, o pocas veces, no le da tanta importancia a lo que desata estas reacciones y emociones.

Culmino diciendo, quizá de manera muy repetitiva, que a mi Koreeda jamás me decepciona, su cine es un tipo de cine esperanzador (por cómo es su cine como tal, sin pretensiones) contemplativo, en cierto punto duro, desgarrador; sin embargo dotado de una hermosura narrativa y visual que converge en un discurso sólido, que toca un tema tan importante y fundamental como el de la familia, de una manera muy propia, única y personal, y no lo hace por encimita: rasga las fibras en su esencia, sin jamás caer en la exageración o en el aleccionamiento.

Él nos muestra, hace que nos formulemos nuestras propias preguntas, y al final recibimos solo dos golpes, el que nos conmueve y el que nos hace cuestionarnos incluso nuestra forma en que vemos las cosas, cómo se nos enseñó desde nuestras bases educacionales. Ambos golpes llegan sin darnos cuenta, a veces son inmediatos mientras vemos la historia, a veces es terminada la película.

Al igual que su predecesor, y seguramente una clara influencia en su cine como lo es Yasujiro Ozu, saben lo que quieren con lo que nos cuentan, que si bien son dos maneras muy diferentes de retratar el tema, son dos maneras magistrales de contar historias. No la puedo considerar mi favorita de Koreeda, pero es una espléndida película.









sábado, 2 de marzo de 2019

Hermosa Taquicardia: diseccionando canciones (II)


En esta ocasión he decidido diseccionar una de mis canciones favoritas del disco Polvora de Leiva, no es uno de los sencillos, no es de las más conocidas (como la "ranchera" de La Francesita, o el vals de "Del hueso una flor") pero es una canción que no niega sus influencias "beatle" (sobre todo de la linea de las canciones de Harrison) que a mi me llega mucho porque habla de una noche, quizá de la noche perfecta, luego de escribir sobre la noche perfecta que no es tan perfecta como la retrata la película Stockholm, esta es la que yo llamaría una gran noche.

Y quizá la razón porque he querido escribir sobre ella se deba al hecho de que platicando con un amigo con el que comparto el amor por la música del compositor español, me decía que encontraba muchas referencias hacia la pesca, lo cual nos identifica un poco a nosotros por el lugar donde nos tocó vivir, y esta linea no se podría del todo descartar, muchas veces Leiva ha hecho referencia a la importancia de sus historias con San Sebastián, una zona con mar en la que también hay pesca. (Aunque también podría hacer referencia o guiños a esta actividad que definió a los Pereza no por malas prácticas, sino por la libertad en que se manejaban: piratas.)

Pero ahora expongo lo que yo creo que dice Leiva en esta canción:


A mi parecer prácticamente está hablando de una cita, no creo que sea una primera cita, aunque puede serlo, pero por como se dan las cosas tan deprisa en la canción yo pensaría que no. Aunque hagamos la suposición que si habla de una primera cita: si fuese el caso estaría hablando entonces de la taquicardia que se da en el trayecto al lugar que vas a ver a esa persona, y todo lo relatado en esta es lo que él imagina que será la noche, y que probablemente así será. Pero hablemos de lo que yo entiendo conforme lo que dice la canción.

Yo lo veo desde el momento en que ya regresan los dos de la cita, las cosas han ido de maravilla, es su segunda o tercera cita y la química entre los dos es real, no fue impresión de las pláticas de las citas pasadas, luego de una caminata donde no paran de platicar, y con la noche ya avanzada, toman un taxi y yendo en el asiento de atrás abrazados empieza la canción: "Fue un momento, aquella vez estábamos tan bien, que nos hicimos los muertos", luego viene un beso, de ahí que viene la siguiente frase "cuerpo a cuerpo, aprietas con saliva y sin querer se bloquea todo dentro". Entonces viene la confirmación: "Échame la culpa otra vez [en esta ocasión la frase es por el beso, más delante en la canción la misma frase me parece da otro significado] y una hermosa taquicardia, me sorprende en el camino, y ahora que nos lamentamos, saca lo que quieras de mi", que en esta última parte él se siente sorprendido, feliz, y perdido, en palabras del mismo Leiva cuando habla de la canción, sabe que ya está "dentro" del juego. Luego hablan de la emoción de ese momento, de que quizá hablando con sinceridad ambos las cosas pudieron ser mucho mejor, más por parte de ella que de él cuando dice: "tú dudabas todo el tiempo"; luego hay una frase en la canción que a mi desde siempre me ha desconcertado mucho, y quizá la más poderosa razón por la que me gusta esta canción, por las múltiples lecturas que se le puede dar: "no era cierto que lo necesitabas más que yo, y eso me hizo andar despierto", ya que puede referirse a una chaqueta, a un sillón, a un cigarro, al último gramo de coca. Y luego él reitera que quizá sólo es lo que él siente, que quizá no sea tan mutuo el feeling tan palpante al principio del estribillo: "échame la culpa otra vez". Y viene el remate con el coro:

"Será la extraña confusión, la que me arruga el corazón,
seremos carne de cañón por la mañana.
y es esa estúpida traición
la que me trajo esta canción,
¿por qué me clavas el arpón con la mirada?"

Se sabe vulnerable de lo que pasa en su corazón, se siente sorprendido de que una taquicardia venga de algo bueno, no sólo de la experimentación con sustancias, del pánico, entonces no sabe si eso es real o no. Y cuando menciona la traición quizá se refiera al hecho de que él no quería sentir las cosas tan deprisa, pero; ¿quién tiene razón y mando sobre el corazón? Pero a raíz de esa noche nace esta canción, y en particular, de las miradas de ella que detonan todo el sentir en él, quizá ella siente lo mismo, y esa es la confirmación, quizá por eso le clava el "arpón" con la mirada.