Antes de empezar a escribir mi análisis/introspectiva del director nipón he de comentarles que en un inicio no sabía como titular mi texto que ahora podrán leer, en primera instancia quise titularlo "El Efecto Kore-eda" robando el término a Fernanda Solorzano, pero luego decidí llamarlo "La mano [de] Kore-eda", ¿por qué? ahora les comento un poco de la filmografía de uno de mis directores favoritos hoy día.
Si bien Kore-eda no es uno de los directores más famosos, mediáticos o populares de Japón como quizá si lo sean Akira Kurosawa, Yasujiro Ozu, Takeshi Kitano, Hayao Miyasaki, Kajiro Yamamoto, Mamoru Oshii; o un gran innovador por su estética visual como los grandes directores asiaticos como Ang Lee, Wong Kar-Wai, Chang Dong Lee o Edward Yang; lo que si podríamos decir es que Kore-eda es un excelente contador de historias, y hace lo que sólo directores como Jim Jarmusch, Spike Jonze, o Richard Linklater suelen hacer: Resaltar la belleza en lo parco, en lo cotidiano, en donde nadie vería algo extraordinario si no lo común. Hacer poesía del día a día.
Puedo hablar de cuatro de sus películas con toda autoridad donde hay un denominador común, dentro de los muchos denominadores comunes que hay dentro del cine de Kore-eda, y este es la familia. En estas cuatro películas ("Distance", "Still Walking", "De Tal Padre, Tal Hijo", y "Nuestra Pequeña Hermana", la única que se sale de esta linea y que yo haya visto es "After Life") se retrata prácticamente la vida como es en familia, en su día a día, con su hermosura y su lado no tan hermoso, vemos interacción real entre los personajes, jamás dramatizado en exceso, son muy depurados e incluso pudorosos, haciendo que en su mayoría los pocos enfrentamientos se lleven en cuatro paredes historias, historias en la que los niños (la mayoría hay que destacar no-actores, más sin embargo bien guiados) o la infancia de los personajes adultos juega un papel más que relevante y primordial en cada trama de la película. Otro común en el cine de Kore-eda es desafiar las normas, o lo que la cultura o sociedad japonesa dice que es correcto, como el hecho de la importancia en los lazos sanguíneos que hacen a una familia, o la infidelidad o un segundo matrimonio, o la falta del padre en un hogar, todos estos temas se explotan, pero como ya lo he dicho, lo hace de una manera tan sutil, tan intangible, que es imposible entrar en el juego y quedarnos con la catarsis que Kore-eda quiere crear en el espectador, la tesis se completa, se entrega, y el espectador no sabe ni por donde vino. Otro valor más que importante es que en el caso particular de estos cuatro títulos se podría decir que todo el peso de la trama, o quien es el castigado-redentor es la figura masculina, pues en todos ellos la cámara siempre les da prioridad, los observa, los vigila, los ve cometer los errores de sus padres, y les enseña, y a nosotros a su vez, que por no querer cometer los errores que ellos cometieron, los terminan igual cometiendo, y el otro gran valor que está en ello es que muestra al hombre japonés como un ser sensible, que se hace fuerte pero al final llora, que recapacita, perdona y pide perdón, algo que en la historia no sólo del cine en este país, sino en general, es algo que no se ve muy a menudo. En cuanto a los personajes femeninos Kore-eda en un principio los muestra un poco diría yo incluso sumisos, esquivos, muy callados, no es hasta avanzada la trama que los abre y los hace enfrentar a su entorno, ayudando que la sanación y catarsis sea pronta y efectiva, además en estos cuatro trabajos en particular siempre hay un apoyo entre mujeres para que haya esta liberación, un ejemplo de como se puede hacer cine sensible, feminista, aunque todo el peso lo lleve un hombre.
Ahora les quisiera decir porque para mi el cine de Kore-eda es uno de los más bellos de nuestro siglo, que lo hace ser uno de mis directores favoritos, porque todo es sugestivo, Kore-eda no nos da la historia masticada y digerida, Kore-eda nos da imágenes, flashazos rápidos en los que uno deduce lo que pasó, nos hay necesidad de tanta información, además siempre he asociado a las imágenes en las películas de Kore-eda como ver fotografías viejas en un álbum de esos que guardaban nuestros padres (algo que sólo he visto en películas latinoamericanas de los 90's y 2000's) es la norma que nos dice que no importa que la fotografía no sea maravillosa si la historia es autentica y bien contada, su cine lleno de detalles, sin la necesidad de una fotografía llena de close-ups y pretensiones visuales, no hacen que resaltar aun más la belleza del entorno alrededor de la trama, y no sólo del detalle en particular.
¿Por qué le he puesto al texto "La mano [de] Kore-eda"? Porque quería hacer un juego de palabras. En primer lugar porque la mano de Kore-eda es al fin de cuentas la que escribe la historia, la que escribe el guion, la que da la dirección a su actores, a su fotógrafo, a todo a su alrededor para que la historia sea lo más parecida a como se desarrollo en su cabeza, en sus sueños. Y la segunda razón es por el gusto casi obsesivo y fetichista del director de todo el tiempo hacer tomas largas y en silencio de las manos de sus personajes, ya sea cocinando, tocando el piano, prendiendo fuego, escribiendo, y a su vez esto sirve como metáfora de que por lo general a la familia se le representa con un grupo de personas agarradas de la mano, creando lazos, y que a pesar de que siempre haya algo que explote por represiones, secretos, perdidas y faltas de seres y apoyo dentro de esta, siempre uno vuelve a ser familia, aunque no lo sean, aunque no lo sepamos, aunque pasen años, kilómetros, o mundos y dimensiones que nos separen. Otro gran valor que no quisiera dejar de mencionar es la casi nula utilización de música de Kore-eda, y la poca que utiliza es bellísima, hermosa, y sirve como acompañamiento, jamás como detonador o manipulador, eso es algo que siempre se agradece hoy día en el cine, porque muy pocos directores, y con esto quiero decir que casi nadie lo hace, tiene este respeto por el espectador en cuanto a eso.
Para finalizar quiero comentar un par de cosas, el primero es que en los últimos cuatro años ha sido tal el trabajo de Kore-eda que ha estrenado una película por año, estamos pendientes de ver "Después de la tormenta" del 2016 la cual no pudimos ver en el cine, y muy ansiosos de ver "El Tercer Asesinato" que se ha estrenado en México este año en cines comerciales, y "Shoplifters" que rogamos poder ver en algún festival de cine, o en últimas instancias recurrir a "medios alternativos". La segunda cosa a comentar es que el año que entra en los Oscar la categoría de Mejor película extranjera o no hablada en inglés enfrentará seguramente a la ganadora de la Palma de Oro en Cannes como lo es Shoplifters de Kore-eda, y a la ganadora del León de Oro en Venecia como lo es Roma del mexicano Alfonso Cuarón, ahora, yo no he visto ninguna de las dos aún, pero si hablamos por filmografía y el director como tal, no les voy a negar que mi corazón mexicano, quisiera que por fin México tuviera un Oscar en esta categoría (una de las más importantes creo yo junto con la de Mejor guion original, aunque cada vez me importen menos los Oscar, estas dos categorías siguen teniendo cierta importancia para mi) pero mi corazón cinéfilo y cinéfago, que creo es mayor y más grande, pues me hace entender que no hay nacionalidades ni fronteras y que todos estamos entrelazados mientras haya un lenguaje por el cual podemos interactuar que en este caso sea el de las imágenes, quisiera que se premiara a quien ha realzado la mayor parte de su vida y su trabajos al darle voz y belleza a las cosas que nos rodean, y a quien nos rodean, incluso el peso que ejercen en la ausencia, y como nos fuerzan y forjan a ser la mejor versión de nosotros, aun después de que tenga que ver un detonante para que todo lo conocido anteriormente de nuestra realidad sea destruido, "nacer a la luz después de la explosión".
The World According to Koreeda Hirokazu from kogonada on Vimeo.
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