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jueves, 23 de septiembre de 2021

Ok, está bien: la libre comedia más allá de la referencia y el homenaje






Cuando hablamos de comedia mexicana hoy día, hablamos de películas en las que prevalecen ciertos estereotipos racistas que en afán de causar gracia de manera burda y de hacer reír a la gente, denigran me parece, sin ninguna connotación sarcástica, de sátira o algún elemento creativo que encamine a alguna propuesta narrativa, a la imagen que se proyecta de las personas mexicanas para el resto del mundo, por proyectarnos como nos proyectan.

Ahora, si les planteara que la película de la que les estoy a punto de escribir trata sobre un personaje egocéntrico, vividor, que es adulto y que tiene sexo con una menor de edad, que es la novia de su primo; me creería si les dijera que es la mejor película mexicana de comedia que yo recuerde en varios años. Ahora hondaré en Ok, está bien.


La ópera prima de la directora Gabriela Ivette Sandoval, es una película que nos lleva al año 2009, y nos presenta a Mariano, un joven de 29 años que tras 6 años de haberse graduado de la escuela de cine como guionista, sigue sin escribir su primer guion y dando talleres de guionismo en un asilo de ancianos. Mariano es un cinéfilo de hueso colorado por excelencia, no repara en la oportunidad para despotricar contra la big industry, no se concibe ver una película mientras otra persona le está hablando, ama ir a la cineteca y al chopo con sus dealers (algunos de ellos muy famosos) y siempre convence a su mamá de comprarle las colecciones de películas a cambio de llevar a cabo ciertas obligaciones y responsabilidades en la casa. Su vida, y sus rutinas, se ven distorsionadas cuando su primo lleva de Querétaro a vivir con ellos por una situación familiar que pasó en su hogar, Mariano no quiere indagar mucho en ello, pero siempre está insistiendo en el hecho, pero aún así es evidente que la presencia de su primo, al ser un joven bien parecido, al que se le da muy fácil socializar, de pronto empieza a tener todo aquello que Mariano se le complica desde siempre, entre ello, tener una novia que ama el cine. El oscuro objeto del deseo aparece en la vida de Mariano, y es el motor para que esta comedia ácida y negra llena de homenajes al cine de Woody Allen se desarrolle.


Hay algo apremiante y más que mencionado por Mariano durante toda la película: "El guion es lo más importante en la película", y en eso tiene razón, y evidentemente es lo mejor de esta. Escrito por el propio actor que interpreta a Mariano, el comediante Roberto Andrade, es un guion que de alguna manera se alimenta de la experiencia propia del cómico, pero no sólo por su ideología del guion y su amor por el cine, y la experiencia propia de hacerlo, sino porque como lo manifiesta el personaje, tiene que ver mucho cine para poder escribir un guion perfecto, lo que quizá ya tenía años dominado, y que la inseguridad no le permitía ver, no fue hasta que pasó algo en su vida, como lo fue herir a su primo, lo que hizo que por fin se pusiera a escribir, ese elemento real que pudiera detonar la ficción, o la ficción dentro de la ficción: una especie de metaguion.

Para un amante del cine de Allen como lo es su servidor, fue increíble poder ver homenaje y referencias tan bien realizadas a películas como Manhattan, Zelig y Hanna y sus hermanas, y tan bien amalgamadas a la trama de la película. Aunado a eso, tenemos la construcción tan bien realizada, capa por capa, de todos los personajes, desde la mamá abnegada pero consiente del hijo que tiene, hasta la novia que se decepciona de la experiencia de estar con Mariano. Incluso el elemento del suceso que pasó en Querétaro está magistralmente desarrollado.

La mano y destreza de Gabriela para llevar el guion de Roberto a la ejecución, es por demás admirable, comprende los elementos y conceptos creados por él, y los logra plasmar frente a la cámara de manera perfecta. Hay no sólo congruencia en la trama dentro de la ficción, sino que además no es indulgente, no justifica, nos muestra este ser despreciable y poco tolerante que a veces puede ser un amante del cine, pero al final de cuentas un ser humano que comprende y aprende de sus errores, y mejor aún, les sabe sacar provecho creando arte.

A pesar de que se percibe, se nota y se siente una película pequeña, independiente y de bajo presupuesto, (película financiada por ellos mismos) se le nota un amor al proyecto y una perfecta ejecución, no hay grandilocuencia, salvo (y enhorabuena) en las tomas de la Ciudad de México bajo las notas de George Gerwish y su Rhapsody in blue, todo lo demás es una perfecta comunicación y ejecución entre las pocas partes que forman al crew de esta película, es la película que todo realizador novel y sin dinero quisiera hacer, por supuesto si amara tanto el cine de Allen como Roberto y Gabriela.

Ahora pregunto: ¿Qué diferencia al resto de películas cómicas comerciales que se hacen en México de Ok, está bien? Que las comedias de industria usan el humor de manera tan mal ejecutada y denigrante, que buscan sostener con ella la atención del espectador, y en consecuencia, a toda la película. En cambio, en Ok, está bien, la sátira construye y se construye a través de un personaje particular, evidentemente el protagónico, para al final entregarnos una tesis del cambio de este personaje, y las consecuencias de sus actos, o al menos presentarnos la idea de lo que se va a llegar a convertir, el hecho de que esta película se haya podido realizar es una prueba de ello.


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