Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

lunes, 30 de noviembre de 2015

Esnelia 4ta parte



-Léeme una de tus cartas.
-Está bien, esta es una que me gusta mucho. Dice:


Día 10.
Me acabo de despertar de un sueño en el que tú estabas, lo cual me hace pensar que has estado pensando en mi. (Si ya tienes un nuevo novio espero que te escriba cosas tan hermosas como estas, y si no; que pena me daría ser tu novio y que alegría me daría poder ser tu novio). Llevabas un hermoso vestdo blanco (jamás te llegué a ver en un hermoso vestido blanco pero seguro te verías igual de hermosa que en mis sueños, sabes el amor que llego a guardar y a atesorar en mis sueños, es otra vida para mi). Sé que dijimos que nos escribiríamos todos los días durante este año pero la verdad ya se me hace suficiente castigo no poder hablar contigo siquiera por teléfono para además escribirte cartas que se que no puedes leer, que no te puedo enviar, así que a partir de este día dejaré de escribirte diario, y espero que tú también hagas lo mismo y vivas tú vida mi vida. Son las tres de la mañana y espero dormir al menos seis horas más, y espero amor que tú hagas lo mismo. Te mando un beso hasta donde quiera que estes y por favor, descansa. Te amo, hasta mañana.


-Que te pareció.
-Me encantó.
-Léeme ahora una tuya.
-Está bien lo haré, pero antes dejame hacerte una pregunta.
-Si, dime.
-Recuerdas si pudiste dormir esa noche.
-La noche que escribí esto.
-Si.
-¿Qué si lo recuerdo? Como si hubiera sido antier.
-Será ayer.
-No, ayer no porque ayer en la noche hicimos el amor.
-Está bien, esta bien. Entonces, dime. ¿Pudiste dormir?
-En realidad no, hasta que empezó a verse algo de luz. ¿Por qué me lo preguntas?
-Porque yo recuerdo perfectamente la noche del décimo día. Ese día estuve a punto de tener sexo con alguien. Estaba en Nueva York y salí a ver una exposición en una galería de arte que se acababa de inaugurar una semana atrás y unas amigas me presentaron al expositor, era un hombre apuesto. Así que este nos invito a un centro nocturno y nosotras aceptamos. Era un lugar muy raro, digo; he estado en toda clase de lugares pero este desde que llegamos me dio mala espina. Era un lugar casi por completo a oscuras salvo por una luz roja que parpadeaba con el sonido de la música del DJ y el color de unas pastillas que estaban dando y los tragos en la barra, un lugar que tú odiarías sin lugar a dudas. Recuerdo que yo sólo tomé un trago y al instante este desordenó y alteró todos mis sentidos. Empecé a bailar con el tipo y entonces él me empezó a acariciar mientra yo lo tocaba y lo masturbaba, él me dijo que su departamento estaba algunos pisos arriba, yo le dije que me diera el piso en el que estaba su apartamento, él me lo dio y le dije que subiera y que me esperara con una botella de vino rosado en lo que yo me despedía de mis amigas. Así que él se fue y, la verdad es que yo estaba totalmente excitada, estaba convencida de irme a la cama con él, así que al dirigirme al lugar donde estaban mis amigas algo pasó.
-¿Qué? ¿Qué pasó?
-Te vi a ti.
-A mí. En la fiesta.
-No tonto, no precisamente ahí en la fiesta, es como si tu recuerdo hubiera salido de mi cabeza en ese preciso instante para salvarme de una nueva estupidez, y al acordarme de ti sabes que fue lo primero que hice.
-No lo sé. Me imagino que por lo que me estás contando seguro fue no subir a la habitación de ese tipo.
-Sí. Pero, antes, lo primero que hice en el instante que tú viniste a mi mente y no subir con ese tipo y salir de aquel horrendo lugar sin despedirme de mis amigas fue, mirar mi teléfono celular y ver la hora. ¿Sabes que hora era? Las cuatro de la madrugada. Lo que quiere decir que por la diferencia de horario contigo eran...
-Las tres.
-Así es.
-Así que tomé un taxi y empecé a andar por la ciudad, que por cierto me costó una fortuna por tu culpa -ella ríe-. No tenía sueño ni tenía un lugar a donde ir, bueno; en realidad si tenía un lugar a donde ir pero no era precisamente el lugar al que quería ir en ese momento, en ese momento, sólo diez días después de habernos despedido el único sitio al que quería ir, con la única persona que quería estar en ese momento era contigo. Le dije al taxista que diera vueltas por la ciudad, y yo creo el taxista se percató de inmediato que había tenido una mala noche y que lo último que quería era hablar sobre eso, así que muy amable sólo me sonrió y de vez en vez volteaba por su espejo retrovisor para cerciorarse de que estuviese bien y de que no me quedara dormida, se portó muy bien, y mientras pensaba en ti veía las luces de la ciudad y estas me iban hipnotizando, empecé a verlas y pensaba en ti, en lo mucho que te encantan esos paseos nocturnos cual sea el sitio en el que estés y lo mucho que te gusta platicar con esta clase de gente y conocer sus historias e interpretarlas como tuyas o de alguna manera crear una conexión con la tuya y la manera en que te emociona venir a contarme y. En esos momentos no hacía otra cosa que pensar en ti Juan. Y cuando se empezó a ver el cielo más azul y las luces ya no brillaban tanto fue que decidí ir a mi apartamento a dormir, apagué mi celular y me fui de Nueva York, y desde entonces no he vuelto. Pero antes de todo esto y dormirme te escribí esto.
Juan tomó la carta que Sofía sostenía en su mano que temblaba y le estiraba, la abrió y la leyó en voz alta. La carta decía:


Día 10.
Te amo.


-Ese fue el primer día que te empecé a escribir. Así que estarás contento con saber que yo tampoco te escribí todos los días, de hecho fue lo único que te escribí en todas mis cartas.
-En serio.
-Si.
-¿Cuántos días me escribiste?
-No lo sé, poco más de doscientos.
-En serio.
-Sí. ¿Tú cuántos?
-No fueron tantos, déjame ver. Poco más de cincuenta, supongo.
-Pero seguro escribiste miles de palabras más que yo.
-Pues sí pero, no dejo de estar desilusionado.
-¿De qué? ¿De haber escrito menos cartas que yo? Cuando vas a entender Juan que en esta relación la mujer soy yo, ¡eh! Es lógico que yo haya escrito más cartas que tú. Pero eso no te quita que tú seas el hombre más romántico del mundo y el hombre al que yo más amo.
-Pues probablemente sí, en eso tenas razón.
-Me lees la última carta que me escribiste.
-No, eso no es justo. Yo ya sé lo que dicen todas las tuyas.
-Por eso mismo quiero que me leas sólo la última, te prometo que hoy mismo leeré todas las demás yo sola. Además se lo que te fascina leerme mientras estoy sobre ti.
-En eso tienes toda la razón. Bueno, está bien señorita. Veamos, esta comienza así.
-Espera, espera.
-¿Qué?
-Nada más dime una cosa, ¿hace cuánto la escribiste?
-Fue hace exactamente 32 días.

-Está bien. Te escucho....






domingo, 29 de noviembre de 2015

Antecedentes


Querida Sofía:

Estos últimos días sin ti han sido muy raros, siento como si más que estar despierto, estuviera dormido. Las noches se han convertido en días, los días se han convertido en noches; durante el día no hago nada, no salgo, no como; y en las noches no puedo dormir, no quiero dormir, sólo te escribo. No pienso decirte que día es hoy, no necesitas saberlo; lo único que -yo- sé que te importa es que no dejo de pensar en ti.
Durante el día las nubes son negras y el sol se apaga y todo oscurece, y en las noches las -son- nuben blancas y la luna resplandece. Ha estado lloviendo, pero mas que lluvia parece que neva, frío no hace pero sabes que me encanta usar chamarras, las torres no dejan de ser torres; frías, metálicas, y las luces rojas no dejan de hacerme guiños, quizá te los hacen a ti, quizá ellas también te buscan, te buscan a ti en esta ventana, me acuerdo como te gustaba respirar el aire que llegaba hasta este balcón que desde que no estás es inútil. A veces las nubes son de todos colores, a veces también son transparentes. La vida parece un sueño mientras que dormido pareciera que es cuando más vivo, y si me siento más vivo es porque tú -si- estás allí.
P.d. Ya no sé si llamarte Sofía o Esnelia, quizá deba de rebautizarte. Quizá deba llamarte por tu nombre. Diez.

Destrúyase después de leerse.


"Dear and lover my"
Perdón por este silencio tan largo, pero como no puedes darte siquiera una idea de cuanto te extraño, el escribirte para mi es como atizar la llama de un fuego que el agua y el viento se empeñan y seguro lograrán apagar.
Igual así me arriesgue a escribirte a pesar del dolor que me provoca esto, escribirte y pensarte; pero es uno de esos dolores que son placenteros en el recuerdo y nececarios para el alma, porque siento que este sueño no podía terminar con un silencio, fue un sueño tan hermoso que se merecía una despedida.
Para serte sincero a mi me hubiera encantado despedirme de ti haciéndote el amor en la cama. Haciéndole el amor a tu oreja, a tu ombligo, a tus pies, a tus piernas, a tus senos, a tu espalda, a tus labios, a tus manos, a tus hombros. A tus oidos, a tus entrañas, a tu caminar, a tus shorts cortos, a tu corazón, a tu parado, a tu boca, a tu tocar, a los tirantes de tu ropa interior, a esos no; a esos se los he hecho infinidad de veces, creo que a tus ojos y tu mirada se lo sigo haciendo aun sin darte cuenta. O quizá si, espero que no.
Me hubiera encantado hacerte por última vez el amor y no tanto por mi tonta nesecidad de carne y mi maldita juventud, sino por regalarme a ti, por hacerte sentir en verdad lo que es que alguien te ame, hacerte sentir amada; hacerte sentir lo que jamás nadie te ha hecho sentir. (Con soberbia y orgullo te lo digo, jamás has sentido lo que yo pude haberte hecho sentir)
Te amo, no puedo decirte cuanto te amo pero ni siquiera yo lo sé, sólo te puedo decir que es esa clase de amor que siento, y pienso que nesecitaba, que me hacía falta sentir, quizá no tan fuerte como otros que he sentido en mi pasado, pero si quizá más necesario. No sabes como me arrepiento de no haberte desnudado aquel día que tuve la oportunidad, creo que mis palabras desaparecen cuando más las necesito, por eso ahora te las estoy escribiendo, pero como aquel día te lo dije, el tiempo vuela y quizá en algunos años nos conceda nuestro regalo deseado.



sábado, 28 de noviembre de 2015

El Principito en el cine.


Hace un par de semana llegó a México la más reciente adaptación cinematográfica que se ha hecho del clásico literario "El Principito" de Antoinede Saint-Exupéry, y aquí quisiera hacerles algunos detalles de la película que una vez más toca este libro que es muy bien sabido por los que leen habitualmente mi blog, es un libro al cual amo profundamente.
La primera parte de la película es encantadora, incluso enternecedora, como van mezclando la historia del principito con la vida y la realidad de esta pequeña niña que pareciera estar preparada para el mundo de los adultos. Las dos técnicas de animación son púlcras, pero no les voy a negar que la parte de la historia y la forma en que la plasman al principito y al aviador me encantó. La dirección de Osborne es exquisita con tomas no tan exploradas en las películas animadas al igual que la producción de su hermano. La música y la mezcla son perfectas. (No estoy seguro pero me parece que ahí hay mano de Hans Zimmer).
 Ahora la segunda parte en donde la niña hace este viaje metafórico para encontrar a un señor principe ya como parte del sistema donde lo tachan de fracasado por no encajar en ningun lugar, ver en un pequeño gran asteroide la realidad plasmada de la tierra y el mundo en el que vivimos, donde tratan de quitarnos todo lo que nos inspira para crearlo mercancia o algo útil para los negocios. Ver al adulado (tv basura y cómicos vendidos sin alma) y al rey servir al hombre de negocios que utiliza las estrellas para generar energia y luz artificial para que los demás "hombres" sigan siendo productivos (oprimidos). Me hace recordar un video-mensaje de José Mujica en el que nos advierte que el consumismo no nos quita dinero, lo que nos quita en realidad es el tiempo que invertimos en conseguir esr dinero, y el tiempo que perdemos en conseguir esr dinero es nuestra vida y nuestra libertad. Al final la niña y el principe escapan de ese asteroide y liberan a las estrellas. Llegan a B612 y al verlo desolado y encontrar a la rosa del principito este recuerda todo. Ahora, lo que no me gustó tanto de esta última parte es que no es tan necesaria como tal a la historia del principito, y aunque es mi opinión va muy bien con la película, y aunque me hubiera gustado también que ese viaje de la niña hubiera sido más bien un sueño, hubiera estado mejor, pero me gusta eso de que le dan un final a una historia, que aunque grandiosa, tiene un final triste, aquí te dan la certeza y la felicidad de que el principito llego con su rosa, aunque con muchos años de retraso porque ella ya no vive, pero él sabe que estará para siempre con él, así como el viejo aviador ya vivirá por siempre en el corazón de la niña, la película va mucho de eso, de las barreras que rompe el amor y los lazos que perduran aun después de que las personas que amamos ya no estan con nosotros a pesar de la muerte, asi como me gusta el final y la historia como tal de "El regreso del joven principe" de Roemmers, así como una historia que creé hace algunos años (el primer cuento que me atreví a escribir fue inspirado en el principito, el cual sólo ha sido leido por mi, mi hermano menor y su profesor. Quizá algún día se los comparta acá). Creo que lo más valioso del principito y el final que nos da Exupéry es que él nos invita a darle un final feliz a todos los que leemos ese maravilloso libro, y creo que por eso siempre preferiré el libro por sobre cualquier película que se haga sobre este. La película me gustó, pero sin duda al igual que lo que me pasa con El Gran Gatsby amo más al libro que la inspiró.







martes, 24 de noviembre de 2015

Midnight In Paris y la ilusión del loco romántico empedernido.


2011.

Año en que la AMPAS vuelve a otorgar otro premio a Woody Allen y otro año que los vuelve a desairar, pero con que película se los ha ganado esta vez. Déjenme hablarles de mi amor por Medianoche en París.

Con Midnight In Paris, Woody Allen lleva a la realidad que nos permite plasmar la ficción, el sueño de todo escritor de novelas románticas amante de la literatura americana de la generación perdida y los años veinte, ya que nos lleva con los ojos como si fuéramos nosotros mismos, como si fuera nuestra historia la vida de Gil Pender, un americano que viaja con su novia Ines y los padres de ella a la eterna y bella ciudad de la luz mientras sigue trabajando en su primera novela con la que sueña por fin alejarse de las compañías de cine que ruegan por sus historias y sus guiones, y mientras escribe sin querer mostrar aun sus adelantos por no creer que nadie pueda juzgar lo que con tanto amor ha hecho, pasea por la ciudad mientras se embriaga de esa felicidad que sólo la lluvia en esta ciudad puede brindar, cierto día mientras se reúnen en una muestra de vinos franceses con una pareja de amigos de Ines que también están en la ciudad, ellos deciden que quieres ir a bailar cuando salen del lugar, pero Gil insiste que quiere ir a dormir así que se va caminando hasta el hotel mientras Ines se va a bailar. Así que mientras Gil camina perdido por la ciudad, algo ebrio, sin poder hablar con nadie que lo entienda, y sin llegar a su hotel, le da la medianoche en una vieja calle al pie de unos escalones. Cuando las campanas de la medianoche suenan, un viejo Peugeot con un grupo de jóvenes bastante animados llegan hasta donde está él y le dicen que los acompañe a la fiesta, cosa que después de que Gil les expone que se ha perdido y que está algo ebrio decide acompañar a aquel grupo de franceses de los cuales sólo algunos hablan inglés, así que después de recorrer a una París que él no se ha dado cuenta es más vieja de lo que era hace algunas horas, y después de varias copas de Champagne llegan hasta una casa donde la gente que concurre ahí viste de manera muy peculiar, como si se tratara de una fiesta de época, también al llegar Gil nota que al piano hay un pianista bastante diestro que no sólo interpreta las canciones como si fuera el compositor, sino que además es muy parecido a este, en eso llega a interrumpir su razonamiento profundo una mujer bebiendo preguntándole si se encuentra bien, pues lo ve como perdido, -por decirlo de alguna manera para no parafrasearla-, y él le dice que sólo un poco, entonces Gil le pregunta que si ella es Americana, ella le dice que es de Alabama, Gil le dice que es de California, entonces ella le pregunta que a que se dedica, y Gil le responde que es escritor y que está trabajando justamente en una novela, entonces hace llamar a su acompañante que estaba platicando en ese momento con alguien más, entonces ella lo presenta y le dice de donde es, y el joven se presenta como Scott Fitzgerald, entonces Gil le dice que que coincidencia que tengan los mismos nombres de los escritores, ellos preguntan que los mismos nombres de que escritores, entonces Gil les dice que igual que Scott y Zelda Fitzgerald, entonces ellos le dicen que ellos son los únicos Scott y Zeda Fitzgerald entonces Gil un poco aturdido por las coincidencias de la noche y las bebidas que había tomado les dice que sólo hace un rato miraba al pianista y que le creyera o no, él lo había visto en viejas partituras de música, entonces ella le dice, que Cole era un genio que escribía las canciones más hermosas del mundo, y que si ella quisiera podría escribir también pero que su único y verdadero talento era beber, a lo que afirma Scott, entonces Gil les dice que es imposible que él hubiera escrito esas canciones, pues eran demasiado bellas, entonces Scott le pregunta que de que trata su novea, a lo que Gil después de hacer un esfuerzo por contestarle, acabo por sólo cuestionarles donde es a donde se a metido, entonces Scott le pregunta que si no conoce al anfitrión, así que Scott le dice que esa es una pequeña fiesta que han hecho para Jean Cocteau, entonces Gil les dice que si eso es una especie de broma, entonces Zelda les dice que quizá él se siente aburrido, y que ella también lo está, así que convence a Scott para que salgan de ahí, junto con Porter -que era su amigo íntimo- y su acompañante, entonces Scott le pregunta a Gil que si los acompaña, sin el saberlo a conocer a la gente más exquisita y más fascinante que pudiera conocer, una época que nos ha marcado a tantos aun casi un siglo después y de la que no volvería a ver al mundo tan fría y tan esperanzado a la vez como él solía verlo.

Así que mientras deambulan Gil y compañía (y nosotros con ellos) por las calles de un viejo París -que dicho sea de paso fue recreado en España- en los que conocen los lugares más íntimos y prohibidos de aquellos tiempos, que conoce a Ernest Hemingway -mi maestro- en un mítico bar de aquel París, a Geltrud Stein, a Pablo Picasso, a la encantadora Adriana de la que queda perdidamente enamorado, a Buñuel, a Dalí, a Man Ray, a Matisse, y a tantos artistas más mientras cada noche a la media noche brinca y se asoma en más de una época mientras su presente deja de ser cada vez más relevante y lo que creía importante deja de serlo para darle la oportunidad a las sorpresas que esa ciudad deba de darle ya sea en el pasado que todos soñamos o en el presente al que tarde o temprano todos debemos de regresar, sin duda con este filme Woody Allen a recuperado a mucho de su público que con los años lo habían abandonado tras dejar de filmar en su adorada Manhattan y a otros cuantos a los que nos adentra a estos mundos tan de él en los que uno lo que busca más que la magia, o la fantasía o esos mundos tan encantadores, o ese misterio que también se le da muy bien y del cual también sabe explotarlo, lo que uno busca en realidad de los filmes de Allen es ese amor, que muchas veces no llega como uno lo espera.


Por acá pueden encontrar encontrar el dialogo de esta escena




Acá podrán encontrar mi versión de esta escena










Cada quien interpreta a la vida a través de su arte

La elección de "cast" fue perfecto.



Lea Seydoux <3

domingo, 22 de noviembre de 2015


"Hacíamos el amor compulsivamente. Lo hacíamos deliberadamente.


Lo hacíamos espontáneamente. Pero sobre todo, hacíamos el amor diariamente. O en otras palabras, los lunes, los martes y los miércoles, hacíamos el amor invariablemente. Los jueves, los viernes y los sábados, hacíamos el amor igualmente. Por últimos los domingos hacíamos el amor religiosamente. O bien hacíamos el amor por compatibilidad de caracteres, por favor, por supuesto, por teléfono, de primera intención y en última instancia, por no dejar y por si acaso, como primera medida y como último recurso.


Hicimos también el amor por ósmosis y por simbiosis: a eso le llamábamos hacer el amor científicamente. Pero también hicimos el amor yo a ella y ella a mí: es decir, recíprocamente.
Y cuando ella se quedaba a la mitad de un orgasmo y yo, con el miembro convertido en un músculo fláccido no podía llenarla, entonces hacíamos el amor lastimosamente. Lo cual no tiene nada que ver con las veces en que yo me imaginaba que no iba a poder, y no podía, y ella pensaba que no iba a sentir, y no sentía, o bien estábamos tan cansados y tan preocupados que ninguno de los dos alcanzaba el orgasmo. Decíamos, entonces, que habíamos hecho el amor aproximadamente. O bien Estefanía le daba por recordar las ardilla que el tío Esteban le trajo de Wisconsin y que daban vueltas como locas en sus jaulas olorosas a creolina, y yo por mi parte recordaba la sala de la casa de los abuelos, con sus sillas vienesas y sus macetas de rosasté esperando la eclosión de las cuatro de la tarde, y así era como hacíamos el amor nostálgicamente, viniéndonos mientras nos íbamos tras viejos recuerdos.


Muchas veces hicimos el amor contra natura, a favor de natura, ignorando a natura. O de noche con la luz encendida, mientras los zancudos ejecutaban una danza cenital alrededor del foco. O de día con los ojos cerrados. O con el cuerpo limpio y la conciencia sucia. O viceversa. Contentos, felices, dolientes, amargados. Con remordimientos y sin sentido. Con sueño y con frío.


Y cuando estábamos conscientes de lo absurdo de la vida, y de que un día nos olvidaríamos el uno del otro, entonces hacíamos el amor inútilmente. Para envidia de nuestros amigos y enemigos, hacíamos el amor ilimitadamente, magistralmente, legendariamente. Para honra de nuestros padres, hacíamos el amor moralmente. Para escándalo de la sociedad, hacíamos el amor ilegalmente.
Para alegría de los psiquiatras, hacíamos el amor sintomáticamente. Y, sobre todo, hacíamos el amor físicamente.


También lo hicimos de pie y cantando, de rodillas y rezando, acostados y soñando. Y sobre todo, y por simple razón de que yo lo quería así y ella también, hacíamos el amor voluntariamente. "


Fernando del Paso - Palinuro de México (Fragmento)

Hacíamos el amor a oscuras.
Será por eso.
Seguro que es por eso.
Que tengo una memoria táctil de esas noches.
De tu cuerpo.

Imagen: Película Damage
Juliette Binoche y Jeremy Irons

viernes, 20 de noviembre de 2015

Spectre


Que les digo señores, la entrega quizá que yo recuerde sea la más esperada del espía secreto por excelencia del Reino Unido, James Bond; sin duda alguna era esta, (al menos para mí lo era) puesto que se había filmado una parte en México, que dicho sea de paso si comparto la opinión con muchos críticos en esto de que esa parte fácilmente se pudo haber ahorrado más que nada por las horrendas escenas del derrumbe y el interior del helicóptero donde se notaba a leguas de distancia al doble de Daniel Craig -lo cual se me hizo bastante raro pues es suele grabar todas sus escenas- pero también hay escenas muy rescatables como la del desfile del día de muertos que me parece retrata fielmente lo que significa para nosotros los mexicanos esta celebración y la escena del helicóptero sobrevolando el zócalo, bueno; creo que esa escena se cuece aparte. Además de que la expectación que generaba este estreno de saber si al final se sabría si Craig seguiría con la saga o partiría, y creo que si fue respondida la interrogativa al final.

La película por lo general marcha bien, muy buena y muy ligera; pero también comparto ese comentario que haría un buen amigo sobre que es el Bond más oscuro, y no sólo por esta parte de los secretos y el antagonista mismo que está en las sombras; sino por la cinematografía en general, que desde mi punto de vista no es malo, pero creo que nadie recuerda un Bond así (aunque yo digo que deberíamos de conformarnos con que esta ocasión no salió tan sentimental y vulnerable.)

Quisiera destacar algunos puntos que me gustaron de sobremanera. Uno es la fotografía de Hoyte Van Hoytema, fotógrafo de películas como Her (que ya es mencionar demasiado) que realmente aun manejando una película tan oscura (o con poca luz, creo que es el término correcto) le da tanto brillo con la cámara. En las escenas de acción o en las escenas con diálogos fundamentales (y los encuadres que les da a los rostros) o los paisajes que nos muestra. Simplemente sensacional. Otro punto que la verdad a mí me aterrorizaba era el de la jovensísima y hermosísima actriz Lea Seydoux, ya que aunque es una de mis diez actrices favoritas (que por cierto ya dentro de poco les estaré compartiendo la lista completa desde mi blog) me parecía que quizá no daría el ancho, pero la verdad me sorprendió, la mujer desborda talento y una sensualidad tan sutil que en verdad uno no llega a imaginarse la película sin ella que también dicho sea de paso uno no puede dejar de amar su ronca voz tan francesa. Y hablando de amar no podía dejar de mencionar al antagonista, Christoph Waltz que aunque su aparición en realidad no es tan acaparadora en realidad este señor no necesita de mucho para demostrar y derrochar su talento actoral, para mí ya un Robert De Niro de nuestra época que donde lo pongas derrite la pantalla. Un dato chistoso que me paso y lo tengo que mencionar porque si no no me iré a gusto, bueno en realidad son dos pero el que más me agrado y creo que todos los que conocemos un poco más de buen cine es este en el que Monica Bellucci en su papel llega a su casa campireña estilo Italiana y se toma un trago, pone algo de música y empieza a caminar; señores, no pude dejar de recordar a Malena. También el otro dato es este de la última bala que tira el helicóptero donde va Waltz, y se me hizo la escena más cliché, pero bueno; aunque sea Bond no deja de ser una película del género de acción y no se le puede pedir más.

La película me gustó, pero no fue mi favorita de la saga Craig, ni mucho menos de todas las demás, el resto del elenco me pareció sobrio, Dave Bautista me parece es un refresco a los enemigos de Bond pues por lo general todos eran mentes maestras y matones precisos, y este más que nada es la fuerza encarnada como hace mucho no lo veíamos en una película de 007, que a veces puede llegar a hacer mucho daño, pero al final acaba como tenía que acabar. Y en cuanto al final como tal de la película y el adiós de Craig, bueno; creo que si Connery alguna vez tuvo que decir adiós, porque Craig no. Tuvo que acabar como tenía que acabar.


Este es mi reporte. Regresamos al estudio.






lunes, 16 de noviembre de 2015

Canciones para hacer el amor (o aquel mágico e increíble viernes inolvidable)


-Es increíble, ¿no?
-¿Qué cosa? -Me dijo ella volteando a verme y dejando de mirar las luces de la iglesia que estaba -justo- al final de la calle-.
-¿Eso es un cumplido?
-No lo sé. Creo que trataba de serlo.
-No. Digo. -Ella titubió por un segundo y dijo: -Si lo fue. -quizá el mejor que le hayan hecho dijo mucho rato después.
-Bien. -Creo que mi capacidad de hablar me falla en encuentros trascendentales de vida, pero como ya lo he escrito alguna vez por ahí: "Al menos así tengo la certeza de que los besos que llegaron a mi vida fueron los que tenían que llegar, y más que haber sido reales, estaban llenos y cargados de toneladas de sentimientos".
Yo sonrio
-¿Qué? -Pregunta ella.
-Nada. Es sólo que. ¿Sí revisas mi Facebook verdad?
Ella rie y el mundo para
-Sólo de vez en cuando.



Antes que todo y primero que nada. Esta entrada la tenía casi lista desde hace ya algunas semanas, pero como me puse a escribir otras y la verdad creo que le di bastante tiempo de borrador a esta (quizá uno de los borradores más largos -de tiempo- que he tenido en el blog) porque quería tomarme todo el tiempo que fuera necesario para escribir sobre esto porque además de que quería digerir todo lo sucedido aquella noche tan corta como irreal (aunque esta haya sido real -y creo que los sentimientos encontrados en mi se derivan al hecho de que la verdad a mi me hubiera gustado que todo aquello no hubiera pasado, me hubiera gustado haberlo encontrado en algún escrito, algún significativo libro, pero no; me ocurrió a mí que no soy nadie-) la verdad no quería omitir pero tampoco poner nada demás, y con esto me refiero a no haber idealizado nada o haber creado en mi mente algo diferente a lo que en realidad pasó. (como algunas veces mi loca y amada imaginación puede llegar a hacerme esta clase de bromas como acá lo narro -dejaré la parte con letras rojas para que no batallen en encontrarlo-) Además de que tenía que consultar esta entrada y pedirle permiso a la protagonista que completo conmigo el reparto de aquella noche; y aunque al principio no le gustó mucho la idea de aparecer en mi blog, al final me ayudó con eso y accedió con la condición de que su persona no tuviera nombre sólo por esta vez, aunque la verdad si he de ser honesto con ustedes, ella tiene infinidad de nombres que alguna vez han aparecido en algunos de mis escritos.




Prefacio.

La ciudad de Durango de día jamás será lo mismo que la ciudad de Durango de noche. Es como si las personas guardaran una mascara todo el día para ponerse en la noche, cuando salen los que salen. Jamás son los mismos. Y creo que lo peor es que nunca son ellos. Las mujeres siguen siendo guapas pero dejan de ser bellas, dejan olvidada mientras se ponen el maquillaje esa luz que sale espontanea de sus ojos y que es la que les permite ser hermosas, esa luz que las hace ser las mujeres más bellas del mundo, muy pocas como la que hoy me acompaña y camina a mi lado hacen un parentesis y son la excepción a esta regla, y por mujeres como ella yo aún respiro y regreso a esta ciudad para ver las luces de sus ojos y de la ciudad. Jamás se vuelve a ver esa inocencia, ese brillo en la mayoría de las mujeres nocturnas, la oscuridad se apodera de las personas y las lleva a lugares que los vuelve a transformar, un adicto en Ibiza, un poeta en Viena, un catedrático en Lyon, una prostituta en Praga. Los lugares te vuelven a poner más mascaras, todo es superficial, pero ¿quién dijo que todas las mascaras son malas?

Mientras algunas personas te pueden asquear a altas horas de la noche, incluso las que creías querer a tu lado; la ciudad te vuelve a enamorar y no te deja que vuelvas a ser el mismo, porque ella se convierte en tu más ferviente pasión, así como a ti te transforma, -ella- también se transforma, como tú.


11/09/15

Siempre hay una noche -esta noche- que aunque yo lo niegue todo el tiempo, me hace saber una vez más que yo jamás me podré morir sin antes volver a esta ciudad que tanto me da.

El olor a elote cociéndose, el color de las frituras, blanco, amarillo, naranja; la gente que no deja de sonreír, los niños aún jugando de noche a pesar de todo, esa mágica edad eterna mientras se es niño, las luces que dejan de dar eso que son, luz; la música que no deja de sonar en los cafés que tanto he amado, amo y empiezo a amar a raíz de esta visita fugaz por la ciudad de mis recuerdos, la ciudad fantasma, mientras deambulo como un fantasma. La ciudad jamás me deja irme, me llama en la distancia, su recuerdo evoca recuerdo y letras al mismo tiempo, y yo no puedo dejar de escuchar esa melodía que ella tararea mientras baila y yo la miro sin que mis ojos piensen en otra cosa que no sea ella, la mente no piensa en lo que la mente piensa cuando no hay nada que brille en la tierra, pero esta noche en especial la ciudad brilla más que nunca, las viejas farolas brillan mas que las nuevas y nos permiten ver a los dos los recuerdos que vivimos cruzar la calle, nos alumbran con su precaria y romántica media luz mientras la nueva trata de cegarnos y hacernos recordar que nuestro tiempo soñado a acabado y se ha quedado en el pasado, pero ella está aquí y yo soy feliz, y siento que vuelvo a ver y vuelvo a vivir, ella está aquí y brilla más que todo, brillo yo y mis ojos no dejan de mirar y regalar luz, sus ojos me iluminan mientras ella brilla y yo siento que puedo morir, pero a mismo tiempo siento que vivo una vez más, como nunca me he atrevido a brillar, a vivir, y a mirar. Sin duda esta noche, este viaje y esta mujer se han convertido en la experiencia más poderosa de mi vida.

Amé y he amado a muchas, pero nadie me amo a mí como ella y -ella- baila mientras la ciudad nos deja ser aquellos jóvenes de 18 años. La ciudad no deja de brillar y enamorarnos y recordar y ser ella.




-¿Y este es el mejor lugar del mundo?
-En este preciso momento. No sé, déjame pensarlo, Si, creo que lo es.
-Sabes, creo que ahora somos más compatibles y tenemos más cosas en común a cuando éramos más jóvenes y pubertos.
-Pienso lo mismo.




La velada -y la historia- había comenzado con muchos, pero terminó sólo con dos y una canción, quizá fueron dos pero una nos recordó que lo intangible, así como el amor incompleto, es lo mejor que nos puede pasar, lo que en verdad dura una eternidad y nos hace sufrir, pero a la vez vivir.

Septiembre, las lluvias, diciembre, el frío, semana santa, los vientos y los arroyos nos hacen recordar a personas que nos amaron y a otras que nos hicieron vivir; siempre he preferido a las que nos hicieron vivir aunque no nos hayan amado como nosotros a ellas.

No creo que sea digno de nombrar a las personas del primer plano, ellas se fueron, todos tuvieron que haberse ido pero la iniciativa de aquella mujer a la que moría por seguir viendo me propuso lo que quizá yo no hubiera propuesto; la propuesta sólo se extendía a una caminata un poco más larga, mirar una que otra tienda de arte, quizá sentarnos en alguna banca para presenciar -principalmente- su sonrisa -y en segundo término- y a la gente pasar, esa clase de gente que no siempre quieres ver pasar por tu vida, pero con ella a mi lado sencillamente nada opacaba mi felicidad.

La plática en momentos era trivial y muy formal, de a ratos mis irónicos y sarcásticos comentarios hacían sacar toda formalidad y ella era una gran compinche en eso, esto me sorprendió pues había olvidado lo divertida que ella podía llegar a ser, me sorprendió que aun lo siguiera siendo y me sorprendió que yo lo haya olvidado, supongo que hay cosas que solemos olvidar de las personas, así hayan sido personas a las que amamos en algún tiempo demasiado. El tiempo de la propuesta parecía que estaba por llegar a su fin, pues habíamos llegado al punto donde habíamos acordado la despedida, pero frente a nosotros había un puente y fiel a mi doctrina cinéfila y como lo dicen las sagradas escrituras del profeta Woody Allen había que aprovechar la ocasión, esta vez mi propuesta fue subir el puente, sin saber hasta donde nos conduciría el otro extremo, ella, titubeó; no sé si porque en realidad se tenía que ir, o por miedo a algo que no mencionaré pero que es evidente cuando estás con una persona que escribe.

Al final accedió.

Subimos y la vista era increíble, ya ahí empezó a desvanecerse un poco los protocolos oficiales y las pláticas sobre nuestros presentes "satisfactorios" para ser un poco más honestos con nuestros secretos y nuestros sueños, la confidencialidad de años atrás empezaba a asomarse. No fueron muchos minutos, ella fue interrumpida por una pregunta mía y me pidió si podíamos regresar a la plaza mayor (los que sean de esta ciudad y estén leyendo esto sabrán con exactitud a cual me refiero) caminamos de regreso, esta vez no hablábamos mucho, disfrutábamos del silencio, del espacio entre nosotros, entre nuestras miradas, disfrutábamos de la noche más que de las luces, pedíamos -al menos yo- con toda la intensidad de nuestras fuerzas y nuestros sentimientos que hubiera mas sombras con menos luz, pero la ciudad nos ayudaba en la medida que nosotros quisiéramos ayudarnos.

Llegamos a la plaza y ella compró un elote, yo compré unas frituras, no tenía apetito para más, nos sentamos en una banca y ella empezó a hablar ya no del presente, ni del futuro, sino del pasado, en ese donde estábamos juntos, quizá mas tiempo que el que estuvimos durante aquellas horas, pero no tan juntos. Ya estando sentados y cobijados con la frasada que sólo la confianza puede dar ella me pidió mi celular, yo le pregunté que para qué lo quería; ella me contestó que quería escuchar lo que estaba escuchando cuando llegó al café, fuimos los primeros en llegar a la reunión, creo que inconscientemente éramos los que más deseábamos aquél encuentro, yo le dije que era música vieja y que quizá no le gustaría, ella me dijo que sólo quería saber porque me veía tan feliz al escuchar aquello. La canción en la que se había parado el reproductor y la que hacía que estuviera tan "feliz" como ella decía y tan "nervioso" como en realidad estaba, era "Parlez-moi d´amour" o como a mi me gusta llamarla "Canción para hacer el amor", ella me pidió mis audífonos, empezó a escucharla y me puso un audífono a mi, la canción terminó y empezó a sonar "I love Penny Sue" -canción que desde aquella noche fácilmente podría llamarse de otra manera- al terminar esta canción me entregó el teléfono y me dijo que tal vez lo mejor sería que nos fuéramos, yo no objeté porque con aquella mirada, aquella forma en que sus ojos me veían y su voz me hablaba yo había quedado más satisfecho que si hubiera hecho el amor, supongo que de alguna manera aquella noche nosotros experimentamos una forma de hacer el amor que pocos valoran pero que es tan profunda y necesaria, incluso algunas veces tan común que estas formas de amor lleguen a pasar que les restamos importancia, la cotidianidad les quita mucho, pero yo y mi maldita memorabília y hacer que todo brille con más luz aunque haya sido pura oscuridad, me hacen valorar estos momentos. Semanas después de que aquel viaje terminó y ya no nos despedimos más de la forma que aquella noche nos permitió, yo le dije que aquella noche yo había sentido que ella me había hecho el amor de esa manera tan especial, ella me dijo que había sentido lo mismo cuando íbamos a tomar el taxi y ella se contoneaba mientras tarareaba "mi canción" y yo la veía, fue entonces, cuando ella me dijo eso que yo decidí escribir esto, saber que es un recuerdo pero que puedo expresarlo en algo más que mis sueños y esa mujer, el resultado, bien hecho o mal hecho; esta vez no me importa, fui feliz, al carajo todo lo demás.





domingo, 8 de noviembre de 2015

Mis diez libros favoritos.


Esta entrada ya la venía prometiendo desde hace algún buen tiempo, (así como otras en las que ya vengo trabajando y que en estos días próximos se las estaré compartiendo) y la verdad ya la quería compartir con ustedes, pero además de que el hecho de ir escribiendo y compartiendo algunas entradas que he ido publicando que van naciendo en el proceso de estás escribiendo otras ("La vida es eso que te pasa mientras te empeñas en hacer otros planes" John Lennon) y la verdad para ser honestos hablar de mis libros favoritos como lo soy de lector ustedes comprenderán que no iba a ser nada fácil, sobretodo por todas las pasiones, recuerdos y hartas anécdotas que les puedo contar a raíz de haber leído algún libro que haya leído y que algo me haya pasado. Pues bueno para no aburrirlos tanto con esta introducción mía acá es presento mi decálogo de los libros que más amo.



1.-Rayuela - Julio Cortázar.
Sin duda alguna este libro tenía que ser mi número #1. De la loca y exquisita mente de uno de los hombres que más admiro precisamente por esa locura que nos conduce a navegar entre sus cuentos y esta novela en preciso, mi autor favorito (en nuestra lengua, ya más adelante les presentaré a mi autor favorito y el más grande de mis maestros) Julio Cortázar en esta novela nos invita a la locura, a suponer escenarios mientras vivimos perdiendo otros, para Oliveira todo es recuerdos, nostalgias, y no confrontar el presente doloroso mientras se está tirado sentado en la alfombra y recargado a la pared mientras se escucha un viejo disco de vinil de Charlie Parker en el sucio departamento de algún miembro del club de la serpiente. Es sin duda el libro que más me ha marcado, tanto en el como se ve la vida, como se debe de leer en realidad un libro (de la forma en que te de la gana) y lo que es el amor, el amor, verdadero, un amor incompleto y lleno de recuerdos, ese que yo tengo desde hace un buen rato. Me hizo tanto daño, pero es de esos dolores que al final comprendes que en lo que en realidad era, era amor desde el principio.


2.-La Tregua - Mario Benedetti.
Que les digo, este libro es perfecto, para empezar no pesa leerlo porque es prácticamente un diario, es como si leyeras una antología de poemas, un día puedes leer un cuarto de libro de un jalón, y pasar medio año para que vuelvas a agarrarlo sin que te hayas perdido en la historia. Santomé un embarga de ternura, pero también podemos meternos en sus zapatos al volverse a reencontrar con el amor, ese amor que viene con nombres tan distintos y a Benedetti se le ocurrió vestirlo en esta ocasión con una en verdad precioso, Laura Avellaneda (ya no podré mencionar el nombre de Laura sin acordarme antes de este maravilloso libro, aunque ustedes saben que yo soy más afecto a las Alejandras) Y aunque la verdad de Benedetti prefiero los poemas, este libro es miel, y al final como la vida misma nos clava un cuchillo, he de confesarles (porque dije que al escribir en mi blog jamás mentiría) que este ha sido el único libro que me ha hecho llorar, quieren saber porque, pues van a tener que leerlo.


3.-La Brújula.
Que les digo de este libro, en otras plataformas y mis redes sociales personales ya lo he comentado que este libro se convirtió para mi junto con el siguiente enlistado en unas especies de biblias, son libros con tantas sabiduría, tanta lógica y tanto amor que en verdad uno cambia su perspectiva tanto de la vida, la religión y el poder que tienen las personas en nuestras vidas, que uno no vuelve a ser el mismo. Estos dos libros involucran un viaje, el primero es a través del mundo encontrándose a uno mismo, y el segundo es un viaje interno para explicar las cosas que a veces suceden y no está en nuestras manos controlarlas o comprenderlas, y teniendo siempre fe de que al final todo se entenderá. Así que ya comprenderán porque me gustan tanto.

4.-La Cabaña.


5.-El Retrato de Dorian Gray - Oscar Wilde
Un libro bien intrigante, y tan exquisitamente escrito que en verdad uno no quisiera que se terminara nunca, más que el amor que siento por el libro, es el cariño y el recuerdo por la persona que me hizo leérlo, por acá les hablaré de esta persona.



6.-El Principito.
Que les digo de este libro, es uno de los más grandes amores que tengo en la vida (y más que nada también por esta edición en partícular de esta editorial). Quizá el libro más encantador y poderoso de todo el mundo (quizá más poderoso que la biblia misma, de eso ya les hablé por acá) y la verdad no creo que haya persona en este mundo que no lo haya leído, o quizá sí; quizá por eso el mundo vaya tan mal, casi puedo apostar, y lo firmó con la tinta de mi sangre (acordándome del buen Javier Blake y su canción favorita del género regional mexicano) que si todo el mundo leyera El Principito, tanto odio y tanta guerra terminarían ese mismo día.

Aquí mi copia de El Principito acompañada con un libro homenaje y una especie de
continuación por un argentino que al parecer ni siquiera es escritor de profesión pero que no por eso deja de ser también un libro encantador.

7.-El Viejo y el Mar - Ernest Hemingway.
Que les digo, este es el hombre que más ha logrado cautivarme con solo letras, palabras, sin una sola imagen a logrado poner cosas en mi mente que yo por si solo no las hubiera podido poner ahí, o si las hubiera leído en otra parte no hubieran aparecido con tanta intensidad y pasión. Quizá El Viejo y el Mar no sean tan intensos como Por Quien Doblan Las Campanas o Fiesta o Adiós a las Armas, pero que les digo, tengo una comunión exquisita con el mar y con otro libro que viene más adelante.


8.-París era una fiesta - Ernest Hemingway
Si otra cosa amo como amo al mar o a la carretera o a mi Durango o a la vida misma es sin duda a la La Belle Paris y quién mejor para narrarla que el joven y loco Ernest Hemingway y su más hermosa época, los locos años veinte, imaginarte al lado de Hemingway caminando por las calles parisinas (como ya lo hizo y no lo llevó a la pantalla Woody Allen en Medianoche en París) llenas de piedras, castaños y cafés, lluvia, humo y calor, es algo que no tiene precio, leer su primera impresión al ver la portada de El Gran Gatsby cuando Fitzgerald le presto uno de los cien ejemplares que había podido imprimir con todos sus ahorros, escucharlo amar a Ezra Pound, amar a Gertrude Stain y luego odiarla, el nerviosismo que le causaba Zelda Fitzgerald o la impresión que tuvo al conocer a Picasso, sin duda hace que todo amante de París y de Hemingway quieran tener este libro (aunque sea en PDF como su servidor al no poder encontrarlo en físico).



9.-La Divina Comedia - Dante
La Divina Comedia es sin duda también un libro que se cuece aparte, Dante en aquellos años logró crear un libro más que universal, logró crear un libro para el futuro, sin réplica después de tantos años de conocimiento y civilización, narra un infierno después de la muerte, pero el infierno se vive en el día a día, es un libro tan largo, pero se disfruta y te atrapa tanto que este si no se debería de terminar de leer jamás, quizá junto con Rayuela son de los libros que me arrepentí de leer justo al terminarlos, porque después de libros como estos dos, las expectativas son muchas, la vara queda muy alta ya que ningún otro libro te sabrá igual. Así que piensenlo y mejor leanlo cuando crean que van a morir - no es cierto :) -


10.-El Gran Gatsby - F. Scott Fitzgerald

El Gran Gatsby es un libro también por el cual siento mucho amor, en un inicio lo leí solo para poder ver la película, y aunque la película me gustó mucho, sin duda no tiene ningún punto de comparación con el libro, el libro es encantador, nos muestra literalmente esa dualidad de Fitzgerald al ser el al mismo tiempo el eterno enamorado Gatsby que espera por su Daisy a pesar del tiempo perdido y como orquesta todo para su regreso y que ella lo vea con ojos de amor a través de todas sus posesiones y grandes fiestas que solo los perdidos años veinte pudieron ver, y también es ese Nick Carraway que sueña con ser escritor y que es su único amigo. Con este libro me pasó una anécdota bastante chistosa al tratar de conseguir una copia física (la única que he visto física de este libro) y que al casi arruinarla, terminaron negándomela y no la pude conseguir, pero bueno, la historia de cualquier forma ya vive dentro de mí, así como todo lo vivido y leído en este mundo.