"La única manera de librarse de la tentación es cayendo en ella".
Oscar Wilde
Pero nadie dijo que fuera tan fácil como eso....
Freud solía creer, y tener una teoría (aún hoy en día debatida y cuestionada al igual que su teoría de la sexualidad polimorfica en la infancia) de que todo trauma o problema psicológico, o incluso cualquier patología psicótica y problemas como la masturbación crónica, aislamiento y conductas antisociales o problemas epilépticos que eran reprimidos por no tener cura y que en los cuales los pacientes eran destinados a ser tratados como locos y recibir tratamientos con electroshock y drogas y a vivir en manicomios por el resto de su vida y que cualquier persona pudiera tener, podía tener su origen y podía deberse principalmente a algún trauma tenido en la infancia producto de algún abuso sexual y del cual nunca se habló y nunca se expuso, quizá recuerdos que las mismas victimas olvidaban y bloqueaban por el shock mismo del trauma, (de ahí la necesidad que nació por el psicoanálisis según Freud y cosa que en su tiempo fue muy atacado además de que se enfrentaba a cierto sector de la iglesia que tachaba de demonios a los que tenían estas conductas, tema que narran muy profundamente en el filme "Un Metodo Peligroso" de David Cronenberg). El mundo del cine nos ha mostrado ejemplos muy complejos de esta clase de temas, películas como "Shame" de Steve Mcqueen, o incluso la misma "El Último Tango en París" de Bernardo Bertolucci, algo hay de la represión de estos deseos en la adaptación que hace Stanley Kubrick con su emblemática "Naranja Mecánica" o "Matador" de el genial Pedro Almodovar (del cual les estaré también escribiendo dentro de poco) ejemplifican como, para olvidar o enterrar viejos traumas, sufrimientos y problemas, si bien no precisamente que sean de la infancia, sino cualquier otro trauma, se suele utilizar el sexo para llenar esos vacíos y olvidar por minutos, lo que somos y lo que hicimos para que todo nuestro mundo no hace tiempo atrás se derrumbara. Pero que pasa cuando, además de tener algún trauma, se le suma el hecho de reprimir necesidades tan elementales como la comunicación, el mismo sexo, cuando se sufre un trauma como se supone se vive en una guerra en la que tanta gente muere a manos de otra gente y se hacen cosas que uno jamás se atrevería a decir que haría hasta que uno tiene la necesidad de volver a convertirse en un animal. Lo más razonable y lo que quizá todos pensaríamos al instante sería que se necesitaría la ayuda de alguien, de la familia tal vez en un primer plano, pero si la familia no está y la religión no nos interesa, muchos dirán la bebida (que al igual que el sexo muchas veces agrava el problema, o lo acaba de curar). Pero quizá la verdadera y única respuesta sería que se necesitaría para salir de cualquier problema, y más de uno que involucra curar nuestra alma, sería la ayuda de un guía, a un maestro. Pero, ¿Y si el maestro tiene problemas más graves que los nuestros? ¿Si predica algo que en verdad sólo nació de un fraude o algo que él mismo inventó como todos lo asumen? ¿Estaríamos destinados a la salvación? ¿O a la autodestrucción?
Oscar Wilde
Pero nadie dijo que fuera tan fácil como eso....
Freud solía creer, y tener una teoría (aún hoy en día debatida y cuestionada al igual que su teoría de la sexualidad polimorfica en la infancia) de que todo trauma o problema psicológico, o incluso cualquier patología psicótica y problemas como la masturbación crónica, aislamiento y conductas antisociales o problemas epilépticos que eran reprimidos por no tener cura y que en los cuales los pacientes eran destinados a ser tratados como locos y recibir tratamientos con electroshock y drogas y a vivir en manicomios por el resto de su vida y que cualquier persona pudiera tener, podía tener su origen y podía deberse principalmente a algún trauma tenido en la infancia producto de algún abuso sexual y del cual nunca se habló y nunca se expuso, quizá recuerdos que las mismas victimas olvidaban y bloqueaban por el shock mismo del trauma, (de ahí la necesidad que nació por el psicoanálisis según Freud y cosa que en su tiempo fue muy atacado además de que se enfrentaba a cierto sector de la iglesia que tachaba de demonios a los que tenían estas conductas, tema que narran muy profundamente en el filme "Un Metodo Peligroso" de David Cronenberg). El mundo del cine nos ha mostrado ejemplos muy complejos de esta clase de temas, películas como "Shame" de Steve Mcqueen, o incluso la misma "El Último Tango en París" de Bernardo Bertolucci, algo hay de la represión de estos deseos en la adaptación que hace Stanley Kubrick con su emblemática "Naranja Mecánica" o "Matador" de el genial Pedro Almodovar (del cual les estaré también escribiendo dentro de poco) ejemplifican como, para olvidar o enterrar viejos traumas, sufrimientos y problemas, si bien no precisamente que sean de la infancia, sino cualquier otro trauma, se suele utilizar el sexo para llenar esos vacíos y olvidar por minutos, lo que somos y lo que hicimos para que todo nuestro mundo no hace tiempo atrás se derrumbara. Pero que pasa cuando, además de tener algún trauma, se le suma el hecho de reprimir necesidades tan elementales como la comunicación, el mismo sexo, cuando se sufre un trauma como se supone se vive en una guerra en la que tanta gente muere a manos de otra gente y se hacen cosas que uno jamás se atrevería a decir que haría hasta que uno tiene la necesidad de volver a convertirse en un animal. Lo más razonable y lo que quizá todos pensaríamos al instante sería que se necesitaría la ayuda de alguien, de la familia tal vez en un primer plano, pero si la familia no está y la religión no nos interesa, muchos dirán la bebida (que al igual que el sexo muchas veces agrava el problema, o lo acaba de curar). Pero quizá la verdadera y única respuesta sería que se necesitaría para salir de cualquier problema, y más de uno que involucra curar nuestra alma, sería la ayuda de un guía, a un maestro. Pero, ¿Y si el maestro tiene problemas más graves que los nuestros? ¿Si predica algo que en verdad sólo nació de un fraude o algo que él mismo inventó como todos lo asumen? ¿Estaríamos destinados a la salvación? ¿O a la autodestrucción?
Eso es lo que
nos plantea P.T. Anderson en la que quizá sea su película más oscura, más
celebrada, y la que para mi es su mejor joya (lo considero sólo por la
realización y como se concibió el trabajo, porque sin duda su película emblema
y con la que en verdad deja un legado a la historia del cine es con Magnolia,
película de la que ya les he hablado y que les dejo el enlace por acá). No es
un secreto la gran admiración que siento por el trabajo de P.T. (de mismo
apellido que otro que también admiro de sobremanera y que también pronto les
hablaré de su trabajo, Wes) pero con este filme si me llevó a lugares que pocas
películas te pueden llevar, una película que en verdad te hace cuestionar
cosas, que asume querer cambiar tu manera de pensar, que te hace meterte en la
cabeza de cada uno de sus personajes. Muchos tachan al cine de P.T. (al menos
en su faceta oscura, aunque también en sus otras películas como Punch-Drunk y
Magnolia) de pretencioso y que quiere alcanzar temas muy complejos y plasmar
las cosas como en la vieja Europa en una industria que sin duda lo artístico
carece, pero en esta película si logra realmente cosas como hacerte cuestionar
ciertas ideologías sobre ídolos falsos que en lugares pareciera no encajan y en
otros lados son más que venerados, como ideas que al principio no parece que
compartas, y que incluso taches de mentiras e invenciones de una mente sin duda
dañada como la tuya, pareciera en verdad empiezan a ayudarte, para después
cuestionarte si en verdad todo lo predicado por tal profeta falso en verdad es
real, y es la salvación para todo mal del alma, o simplemente tu mente es tan
débil para ser lavada y engañada. Para caer en cuenta al final que la cura de
todo era simplemente, la necesidad de cosas y necesidades tan simples como la
comunicación y no reprimir nuestros deseos e instintos por traumas pasados que
uno creía haber dejado atrás, pero como bien ya no lo dijo una vez el mismo
P.T. en uno de sus filmes: "Puede que nosotros hayamos acabado con el
pasado, pero él no ha acabado aun con nosotros".
Multinominada
(lo cual no nos debería de decir mucho, ya que otras películas con esta clase
de tema, que si bien son alabadas en cierto modo por la critica más que por la
academia por lo aventuradas y valientes, en realidad no tienen tanto sello por
lo mismo salvo para los verdaderos cinéfilos) esta película encuentra en la
mente maestra detrás del proyecto, en quien se basa la historia (Aparentemente mucho de la historia se basa en la vida de L. Ron Hubbard, fundador de la cienciología) su modo de
realización (analógica 35mm y no digital), su fotografía en verdad mejor que
magnífica, pero sobretodo en los tres monstruos que actúan en esta (Adams -las
damas primero-, Phoenix, y el siempre recordado Hoffman) y en el
"master" detrás de todo (Anderson) una perfección vista desde cualquier
ángulo, que trae al enorme universo del cinema un filme más que si bien no es
el típico cine que se hace en Hollywood (razón por la cual las grandes
productoras lo desecharon en su momento) y no aporta mucho, creo que aporta
demasiado para cuestionarnos propiedades y condiciones del ser humano aun a
veces poco tratadas y comprendidas a partir de este universo, además de este
tema tan controvertido, tabú y por que no decirlo delicado como
el de las sectas y religiones, ¿en verdad son una cura? ¿o sólo son personas
con un problema aún más grave que el de nosotros? ¿Es mejor reprimir nuestros
instintos animales como el sexo y vivir controlados? ¿O es mejor dar la
libertad a nuestras mentes para experimentar e incluso creer en las teorías más
locas, teorias que las mismas religiones nos exponen, pero como algo
obligatorio y no como una posibilidad en un universo del cual nadie entiende
nada?
Lo más valioso
de esta película sin duda es esto, te hace pensar, te hace cuestionar, y para
mí, al menos para mi, es una de las cosas fundamentales del cine (al menos del
buen cine de arte), el hacerte cuestionar, incluso tus propias ideas y lo que
tú creías como bueno, o normal, o real.
"Este es el
reporte, regresamos al estudio"
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