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jueves, 8 de septiembre de 2022

Nope: los malos milagros.




Entre los años 2015 y 2018, cuatro directores entregaron sus óperas primas en el cine norteamericano, que desde el momento en que se revelaron las primeras críticas, más del 80% de estas vaticinaban el surgimiento de nuevos directores que vendrían a poner el cine de horror/terror en una nueva era en la que se apremiaba a historias bien contadas y desarrolladas, y a sus directores como parte de una nueva generación de realizadores creativos y vanguardistas.

The witch de Robert Eggers, Ex Machina de Alex Garland, Heredity de Ari Aster, y Get Out de Jordan Peele; y los cuatro directores con su segunda película confirmaron lo que se pronosticaba desde sus óperas primas, historias bien desarrolladas, todos siguiendo de alguna forma el género del horror/terror, pero explorando otros temas y corrientes que responden más a los temas que les preocupan y que les gustan, así como su sello visual y creativo muy distintivo, y al día de hoy ya casi todos con su tercera película (sólo Ari Aster sigue en producción de esta), desde mi punto de vista, dos siguen confirmando que ya no son una promesa, sino que son la voz cantante de este nuevo cine, si bien hollywoodense al fin y al cabo, si están al al margen de lo que la big industry sigue vendiendo en sus blockbusters de verano, los dos que para mí aún tienen esa valía intacta son Alex Garland y Jordan Peele, que es de quien escribiremos, así como de esta tercera entrega.

(No incluyo a Robert Eggers porque, a pesar de que sus dos películas predecesoras son portentosas, para mí su Hombre del norte deja mucho que deber, ya que es una película de épica bastante predecible, y que sólo tiene dos o tres momentos realmente brillantes en todos los sentidos, pero de eso a más, creo que no está a la altura de los otros dos)


Y empiezo diciendo que para mí esta película de Peele es su tercera entrega, no sólo porque sea su tercer largometraje como director, sino que es para mí la tercera parte de una trilogía bien definida de sus película que sin duda alguna tienen un lazo en común a la que yo he bautizado como la trilogía de los vicios norteamericanos, en las que se exponen temas muy diversos, pero todos en realidad conectados por el fuerte problema de racismo que hasta el día de hoy sigue azotando la vida norteamericana. Y en esta película no es la excepción, pero como suele suceder en el cine de Peele, aunque las condiciones de desarrollo y supervivencia para este grupo de personas venidas a hacer menos es complicado y severo, siempre logran de alguna forma el final feliz gracias a la hermandad entre ellos, y en Nope no se vuelve a mostrar.

Hay muchas líneas de interpretación y de lectura para esta película, y giran muchos temas y contextos alrededor de ella que trataré de apremiar en palabras muy breves y concisas. El primer tema traído a la mesa es el de la escena inicial, con el programa de Gordy, en el que se suscita un "evento desafortunado" en el que el chimpancé del programa se vuelve loco y ataca a todos los miembros de elenco, excepto a un chico asiático que se esconde. Si bien el evento se toma como un "acontecimiento paranormal", que es congruente con el contexto de la película, el subtexto de esta apertura no es más que la de un grupo segregado y discriminado, que llega a un límite y atenta contra quien lo tiene sometido en contra de su voluntad; y esto es un guiño más que claro a El planeta de los simios, o incluso a Joker. El hecho de que no ataque al niño asiático es también de alguna manera la confirmación de esta idea, ya que sólo ataca a los blancos opresores, no al niño que también es visto como carne fresca que le gusta a la audiencia, y no más, que luego este chico tiene un subtexto completamente diferente seguida la trama, ya como una persona que adapta y acepta la forma de vida norteamericana, sintiéndose un "elegido".

Se expone también el culto por las imágenes perfectas, que se manifiesta cuando quieren capturar la imagen de esta "presencia paranormal" y en la que se expone que las imágenes imperfectas pueden ser catalogadas como "falsas", pero cuando se dan cuenta que la tecnología puede llegar a ser obsoleta en ese sentido, se cae en la experiencia de este camarógrafo con su equipo que podría atravesar una guerra y salir ilesa, pero en este personaje también cae de alguna manera la voz de la experiencia con su desafortunado desenlace y sus últimas palabras, que también podrían interpretarse de dos formas, este "no estamos preparados para esto" bien podría ser el negarnos conocer los misterios más ocultos de nuestro universo, o también el auto sacrificio para conocer aún más las entrañas de lo sobrenatural, sabiendo o creyendo que es en los equipos obsoletos que sólo necesitan mecánica y luz para funcionar, que se pueden desmitificar verdades que "otros" se empeñan en ocultarnos, aún cuando sea con imágenes imperfectas que no son controladas por un ordenador y el Internet.

La película conforma aún más el amor que Peele se empeña en mostrar entre las comunidades minimizadas, reprimidas o menospreciadas por el sistema social, político y judicial de los Estados Unidos (incluso por el sistema cultural, y para muestra, el hecho muy poco mencionado sobre Eadweard Muybridge), y como la hermandad entre ellos es el que los hace seguir adelante, con vida, sin bajar los brazos, con sus complejidades y su riqueza cultural, que va mucho más allá del gusto por la música rap y vestir jerseys de la NBA, incluso se ve con el personaje de Angel.

La película en cuestiones técnicas es un portento, una fotografía más que sublime del extraordinario y muy experimentado Hoyte Van Hoytema, que da la atmósfera que Peele quería para el argumento, los espacios abiertos son espectaculares, y los cerrados son apabullantes, la escena de los monos inflables marcando la pista, es una clase magistral sobre desplazamiento de cámara, no como la cosa horrenda hecha en The gray man. El cast es de una altura impresionante, y por supuesto hay que poner sobre todos ellos al extraordinario Daniel Kaluuya, que hay que decirlo logra hacer un personaje muy distinto al hecho en Get Out, y me parece esta actuación no se debe olvidar en mucho tiempo, aunque no vaya a figurar en ninguna premiación en este departamento.

Quizá como dato final me parece es pertinente hablar de esta "presencia paranormal", y como se asocia su comportamiento con el de un ser vivo, más en concreto, con el de los animales, ahora la pregunta sería: ¿esta es la actitud de un animal marcando su territorio, o de un animal defendiéndose luego de tanto ataque, acoso y acecho de los humanos que lo ven como un espectáculo?. Ahora reformulo la pregunta: ¿Esta es la actitud de un animal, o la actitud de un ser más evolucionado que se da cuenta que todo está mal?


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