sábado, 25 de abril de 2020
Untitled #2
¿Qué probabilidad hay de que usted crea en el destino? Un 1%, un 99%, ya veremos cuál es su respuesta después de escuchar esta historia, que seguro no es real, pero créame cuando le digo que algún día esto sucederá.
Y es que qué probabilidad hay de que... ¿Sabe qué? No le daré la introducción simplona de siempre, esta ocasión será diferente, porque esto no es un texto cualquiera, esto es algo que pasará, una premonición.
Estamos en una pequeña ciudad, un pueblo si usted así lo prefiere del centro del país, aún no sé en donde será, pero así será. Ella, en uno de esos tantos viajes que tenía con sus amigas al año, habían querido conocer un pueblo mágico y ese seguro que era de los más hermosos, con calles pequeñas y empedradas, casas lindas, pintorescas, antiguas. Entonces llegan a un lindo restaurante a descansar y comer luego de un día lleno de magia, excursión y caminata. Luego de que ellas se acomodan y empiezan a platicar sobre lo que las chicas platican, entra al restaurante un grupo de chicos, la misma cantidad que ellas, cinco; se les ve cansados, acalorados, pero felices, seguro caminaron también por horas, unos llevan sus chamarras, lo que nos indica que estamos en una época del año en que hace algo de frío, no sabemos si mucho o poco, pero hace frío. Uno de ellos, lleva un par de cámaras, otro lo que parece ser una grabadora y unos audífonos muy grandes, otro lleva una cara como si no hubiera dormido en toda la noche, otro lo disimula bien, o al menos sus gafas oscuras hacen el trabajo, y el último en entrar, está hablando por teléfono muy sonriente, lo cual es muy raro porque rara vez Él sonríe tanto, ahí es donde empieza la historia, y el por qué en un principio he mencionado a Ella en particular.
Las chicas empiezan a murmurar sobre esos chicos, lo guapos que están, sólo una chica del grupo tiene novio, el resto no tienen, se preguntan de dónde serán, si serán turistas como ellas, de otros estados, o serán de cerca del lugar, a qué se dedicarán. Ella, sabe algo de información, al menos de uno.
Es evidente que a Ella se le ilumina el rostro cuando lo ve, había pasado mucho tiempo desde que se habían visto por última vez, haría cuatro años desde que habían dejado de salir, después de eso habían estado dos veces en un mismo lugar, una ocasión se vieron, y se habían saludado cordialmente, pero sin gran afecto. Las cosas, aunque habían terminado bien entre ellos, no podían volver a ser lo que eran antes, ellos jamás podrían volver a verse con los mismos ojos, de la misma forma, es lo que pasa con dos personas que fueron tanto, y pasan a ser nada. La segunda ocasión no se habían visto, pero se pensaban mucho en ese momento, Ella, estaba con su nuevo novio; Él, se había reunido con una amiga para hablar de un proyecto que querían emprender juntos, algo sobre un nuevo cineclub, una serie documental, o un cortometraje que implicaba un viaje a Ensenada, la verdad es que aún no lo decido bien. En todo caso ambos estaban en ese lugar, un restaurante vegetariano bellísimo en el que habían pasado momentos muy importantes en su historia, por eso volvían siempre.
Una de las amigas de Ella se da cuenta de la forma en que está mirando a uno de los chicos, al que habla por teléfono, y la cuestiona, le dice que si le ha gustado, Ella, no contesta nada, pero no deja de mirarlo con aquella sonrisa, se preguntaba si acercarse o no, Él no la había visto aún, parecía que lo que hablaba por teléfono era muy importante, se le veía muy feliz, finalmente haciendo lo que más amaba en la vida, lo que fuera que eso significara. Cuando Él dejó el teléfono, Ella no dudó en acercarse, se levantó de su asiento y caminó hacia la mesa de los chicos, no sin antes decirle a sus amigas que en un momento volvía, todas se volvían locas de lo que estaba haciendo Ella, pues no era algo que Ella haría generalmente, ellas no sabían que había una historia detrás de ese arrojo.
El grupo de chicos hablan sobre las tomas que se tienen que hacer el siguiente día, no estarán más de dos noches en el lugar y aún hay mucho por hacer, pero lo que restaba de ese día se lo tomarían libre, ya todo estaba planeado y debía seguirse al pie de la letra, Él les dice que el equipo en la ciudad esperaba sólo un permiso para la entrevista de alguien importante, pero que era seguro, uno de los chicos les dice que una chica viene a la mesa, y todos voltean, cual es la sorpresa de Él al mirarla en ese lugar, casi se le sale el corazón, se los juro, se para al instante y en su rostro se dibuja una sonrisa como muy pocas veces se le podía ver. Obviamente va a su encuentro, no iba a dejar que llegara hasta la mesa para que aquel grupo de gañanes la abordara o empezaran a tratar de coquetearle, así que da un segundo paso, el primero lo había dado Ella, y no encuentra otra cosa que una sonrisa y un abrazo que sinceramente no esperaba, pero cómo agradecía.
Luego de haberse presentado y juntado los dos grupos, haber comido y bebido algunas cervezas, y por supuesto de dar detalles generales sobre cómo se habían conocido Ella y Él, detalles generales, y nada que fuera sólo de ellos, y que así seguro conservarían hasta la tumba, todos habían salido a caminar por el pueblo, era una fortuna que todos bebieran, y buscaran divertirse sin buscarse ni problemas ni aventuras, y también era una fortuna que uno de los chicos tuviera novia. Todos caminaban juntos, pero de a poco, Ella y Él se iban apartando, fingían ver cosas a detalle en las ventanas de las casas del lugar, en realidad no fingían, a ambos les gustaba observar este tipo de cosas, formarse una realidad en torno a lo visto.
-¿Así que diriges un cortometraje? //Ella le pregunta. Aún no se puede creer que estén volviendo a compartir una caminata. Luego de que supo por amigos mutuos que Él se había marchado de la ciudad, pensó que jamás lo volvería a ver en la vida//
-Si.
-¿Cuántos has dirigido hasta ahora?
-Este es mi sexto.
-¿Y por qué elegiste este lugar?
//Él no contesta al instante, pero le sonríe de esa manera en la que Élla sabe que Él quiere decirle algo, pero Ella antes debe preguntar: "¿Qué?"
-¿Qué?
-Nada. Es que antes yo era el que solía hacer muchas preguntas.
-Ya vez. Algo que se me quedó de ti.
-Espero que no haya sido lo único.
-Claro que no. Son muchas cosas las que me dejaste. El gusto por las largas caminatas, antes me gustaba caminar, pero si podía usar el carro a la menor provocación, lo hacía. Ahora no, camino mucho, muy seguido, largas distancias. La lectura también es algo que me dejaste.
-Y algunos de mis libros.
-Si. Están muy bien guardados por cierto. Espero algún día poder devolvértelos.
-No te preocupes, no hace falta.
//Ella quería decirle algo, pero no se animaba, trató de cambiar el tema de la conversación, pero no pudo alejarse mucho del "plato".
-¿Y por qué elegiste este lugar para grabar?
-No me lo vas creer, porque nunca has creído en mis sueños y siempre has creído que es una excusa para encubrir mis planes elaborados. Pero lo cierto es que, algo me decía que debía venir a este lugar, en estas fechas precisamente, era algo que no me podía explicar, y que me asustaba tanto que, de último momento estuve a punto de sabotear la producción y no venir.
-¿Por?
-Porque sabía que algo muy importante me podía pasar por acá, algo que hiciera que mi vida cambiara para siempre.
-¿Y?
-Pues no sé aún. Tú estás acá, una vez más, mirándome de esa manera, creo que el destino me puede estar diciendo algo. Y no quiero seguir diciendo cosas porque sé que no te gusta que me ponga así.
//Él se para, se mete las manos a los bolsillos, ella, también deja de caminar, lo mira, con algo de melancolía, no sabe si hacerlo o no, pero piensa en las palabras que Él ha dicho, sobre el destino y estar juntos en un lugar que era muy poco probable que estuvieran, entonces ella se sonríe y dice:
-Juan, sobre tus libros.
-Ya te dije que no me los tienes que regresar.
-Pero es que quiero hacerlo. O mejor dicho, quiero visitarte a tu casa y llevártelos. No sé, quizá podrías llevarme a todos esos lugares que me contabas en donde habías vivido todas esas aventuras con tus amigos de la infancia. Que dices, será como si el tiempo entre nosotros dos no hubiera pasado. Podríamos pasar una tarde en uno de esos encantadores cafés de Constitución, o caminar tomados de la mano en el lago de los patos. Sé que es loco que te lo proponga así, o pensarás que estoy algo borracha, pero si no lo hago ahora, ¿cuándo? No quiero creer que te perdí una vez, porque la verdad creo que nunca lo hice, sólo estaba confundida entonces, tú no eras muy decidido, sólo creo que no supe comprender cosas entonces, y eso me hizo dejarte ir. Ahora creo que es la única oportunidad que tengo.
//Él no dice nada, luego//
-Se están yendo los chicos, más vale que nos demos prisa.
//Ella está al borde de algo, no puedo saber de qué, pero sonríe de verlo//
-Sabes, no creo que sea la única oportunidad que tengas de verme, ahora que te encontré otra vez te será muy difícil deshacerte de mi, pretendo por lo menos que me des tu nuevo número para empezar, y ya nos las arreglaremos para vernos por ahí. Tú y yo en Durango. //Voltea a verla y su sonrisa estalla. No la besa en el acto porque siente que es muy pronto para eso// Eso suena fantástico. ¿Cuándo podrás venir?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
¿Si voy con un 50 % es muy tibio lo mío no?
ResponderBorrarBuen comienzo, te predispone de la mejor manera para el desarrollo, y el futuro desenlace
Abrazos!