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lunes, 26 de junio de 2017

Maratón de sexo. (Mandarina)



Nota de pie: Que el título no los engañe.
El siguiente texto se desarrolla entre dos persona, pero se inspiró en muchas personas. Pláticas con amigos, con conocidos, con clientes, en chats nocturnos, en películas y en música que he estado escuchando en los últimos días. A quienes agradezco el hecho de alimentar un poco mi inspiración aun sin su permiso y aunque muchos ni siquiera sepan que sus palabras aparecerán por aquí.



-Bien. Ahora te toca.
-Esta bien. pongámonos en un -posible- futuro, ¿te parece? //Él había hecho un hueco en el silencio donde cabía una pequeña respuesta de ella//
-Esta bien.
-Y en ese futuro tú y yo somos pareja. Pero te he ocultado un secreto todo el tiempo que hemos estado juntos, un secreto que he tenido guardado muy dentro de mi toda la vida. Un día de la nada decido decírtelo, ese secreto es que toda mi vida he querido ser trapecista en un circo, y si te lo revelo es porque he recibido la llamada de un amigo que tiene un circo, sin animales por supuesto; en, no sé, ¿qué lugar te gusta? ¿Veracruz?
-Mejor Querétaro.
-¿Querétaro?
-Si. Es un lugar lindo, pequeño, de poca gente, idóneo para los secretos.
-Esta bien. Entonces, este amigo me llama y me ofrece el trabajo, ganaría muy poco, pero haría lo que siempre soñé en secreto toda mi vida, lo que siempre soñé y nadie supo en la vida salvo por tres o cuatro personas, incluyéndote ahora. Mi pregunta es, ¿Te irías conmigo?

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//La noche siempre suele ser cómplice en lugares con mar. De día suelen ser calurosos, como el mar, pero la noche y el viento empujado por el mar sobre la playa suelen traer vientos mas fríos provenientes del norte y sus montañas, o del sur y su mar de la plata. Ambos caminaban, sin ninguna prisa aparente por llegar al sitio de taxis, ella llevaba el saco caliente de él sobre sus hombros, con zapatos abiertos y pequeños, como en un sueño de Benedetti.//
-Sin dudarlo. //Dijo ella una esquina antes de llegar a donde no querían llegar//
-¿Perdón?
-A lo que me preguntabas antes, que si me iría contigo. Sin dudarlo me iría.
-Es bueno saberlo. Sabes, no creo que ni tú ni yo queramos tomar ese taxi.
-¿No crees?
-¿Es que acaso quieres tomarlo?
-No. Pero me asusta la seguridad con la que hablas.
-¿Por?
-No lo sé, supongo que porque llegado el momento dirás que me he enamorado de ti en tan solo una noche y se corre el riesgo que en ese momento también tengas razón. Así que espero que, a donde sea que vayamos ahora, no digas eso por favor, al menos no hasta el amanecer.
-Es un trato.

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-Juguemos un juego. Para conocernos mejor, ¿te parece?
-Me parece bien.
-Nos haremos sólo una pregunta, y después el otro, y después el otro, ¿está bien?
-Esta bien.
-Empieza tú.
-D'accord. Dime algo. ¿Alguna vez alguien te había dicho que eres irresistiblemente coqueto?
//Él ríe//-La verdad no tanto como quisiera.
-Eres honesto. Un punto para ti, dos para mi.
-¿Dos para ti?
-Claro, no siempre una tiene tanta suerte al tener una cita con un extraño.
-Bien. Ahora me toca. ¿Tienes novio?
//Ahora ella ríe//-Vaya que si eres directo. Pues en este momento, no. No tengo. Puedo quemar mi pregunta preguntándote por qué lo preguntas.
-Claro. Te lo pregunto porque quería decirte que. No creas que me gustaría que tu fueras mi novia. Pero lo que si me gustaría decirte es que como me gustaría ser yo tu novio, pero para nada es una declaración de acuerdo. Es sólo una respuesta.
-Esta bien. Y fue muy buena. Creo que anotaré un par de puntos más para mi.

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-Nos aventamos otro round.
-No creo poder sin tomar un largo descanso.
Te gustaría que tomemos un café en este entretiempo.
-Me encantaría.
//Ella se levantó de la cama desnuda, se puso un camisón que tenía en un pequeño sillón que estaba junto a la puerta de su habitación. Él se enrollaba en la colcha de la cama, estaba sonriendo, de repente su semblante se torno serio mientras veía al techo de la habitación, y ahí se perdió hasta que el aroma del café se sintió muy cerca de la habitación//
-Aquí tienes coqueto.
-Muchas gracias.
-Te parece si seguimos jugando a las preguntas.
-De acuerdo.
-Empiezo yo. Dime, ¿Cuántas veces has hecho el amor en una noche?
-Seis.
-¿En serio?
-Si. Sabes hubo una época en mi vida en el cual yo había dejado de creer en el amor, no tenia a nadie, digo; había gente a mi alrededor, pero yo no creía sentir amor por los cercanos, lo veía mas como la rutina de las personas que la vida te pone en el camino, pero yo sabía que esta actitud mía se debía a la mala suerte que había tenido en mi última relación amorosa, la pase muy mal, yo había amado mucho en aquella ocasión y había entregado todo de mi, y aunque jamás exigí nada a cambio o fui posesivo, una traición por parte de ella fue la que me hizo ser así. Quizá yo contribuí un poco a que ella se alejara. La mayoría de las personas necesitan de presencia para amar, y yo, no es que quiera sentirme superior a nadie, pero la verdad es que las personas que piensan así son unos principiantes. Mi gran problema toda la vida siempre ha sido comprender esto, pero las personas no comprenden que aunque la presencia es fundamental, no lo es todo, exigir presencia total no es otra cosa que un egoísmo. La parte mas dura de amar de verdad cuando no hay presencia, no es la soledad ni el silencio, la parte mas dura es la falta de tacto del otro. Pero ahí caemos otra vez en el egoísmo de uno, esperar siempre mas del otro en vez de dar uno todo, para que lo demás llegue. Ahora comprendo que su traición no fue lo grave, mas grave fue la falta de honestidad en un principio, y el que se haya marchado sin decirme nada es lo que me hizo alejarme del amor, de la vida. Y cuando uno no tiene amor, como alguna vez lo escribió Gabriel García Márquez, el sexo es lo único que nos puede consolar. Solía tener maratones de sexo.
-¿Qué es un maratón de sexo?
-Así llamaba a esas noches en que me internaba en algún bar, veía al grupo mas enfiestado, les proponía pagarles bebidas, y drogas si así lo apetecían para tener una orgía, a veces sólo me dedicaba a tener sexo con una sola chica, a veces era sólo una vez, a veces hasta seis, a veces lo hacía una vez con una y otra vez con otra. Llegué a tener también tríos de los dos tipos, en donde era yo con dos chicas, o yo y otro chico con una chica. Pero me di cuenta que en realidad esto me estaba matando, el sexo mata, al igual que el amor, pero la muerte por amor puede ser triste o feliz, por mucho que hayas sufrido, la muerte por sexo es ruin, siempre; a pesar de lo que la gente diga. Así que decidí olvidarme del sexo y también del amor, en lugar de ello regresé a mis orígenes, empecé a leer mucho, a caminar mucho, a observar mucho, esto fue lo que realidad me sacó del gran hoyo en el que estaba en un principio, después el empezar a escribir cambió mi vida, pero creo que la felicidad no llegó hasta que te conocí a ti. Y sé lo raro que esto se oye, pero si no te lo decía ahora ya no habría otro momento mas idóneo para hacerlo.
-Sé que no debería de decir esto y sólo debería verte hasta que te tengas que ir. Pero, pero tengo que hacerlo. Haz tu pregunta.
-Mi pregunta. ¿Por qué no me dijiste que tenias pareja?
-Viste la foto junto a la mandarina mientras preparaba el café, ¿verdad? ¿Por qué no lo hice? Porque quería estar contigo, y sé que si te hubiera dicho que tenia novio, no hubieras venido conmigo, o al menos no en este plan.
-¿Dónde esta él ahora?
-No esta aquí. Es lo único que importa.
-Y está todo bien con él.
-Si. Claro. ¿Por qué lo preguntas?
-No lo sé, es sólo que en la foto se ven muy felices, y como te decía, la gente por lo general no suele hacer esto cuando están bien en su relación, sólo cuando tienen problemas.
-Yo y él desde un principio fuimos muy abiertos en cuanto al sexo se refería, él sale mucho de la ciudad, a veces se ausenta por meses incluso, por su trabajo. No nos gusta reprimirnos en cuanto al sexo se refiere, sabemos que nos amamos, a pesar de la distancia. //Ella ríe// Como te darás cuenta somos muy parecidos a ti. No nos ata la presencia. Entonces si queremos tener sexo con alguien podemos hacerlo, siempre y cuando sea algo fugaz. Además de los besos.
-¿Qué pasa con los besos?
-Tenemos una regla especial sobre dar besos, no podemos dar besos durante el sexo.
-Creo que has quebrantado una regla.
-Qué es la vida sino una regla que se rompe constantemente cuando vale la pena romperse.
-Y qué opina tu novio sobre los besos post-coito.
-Son los más prohibidos, por lo general después de tener sólo una vez sexo con la conquista en cuestión, debemos echarlo de la cama lo antes posible, los besos post-coito no existen en nuestro vocabulario si no son entre nosotros dos.
-Me siento tan mal de haberte arrastrado a este embrollo.
-¿Haberme arrastrado? Si yo fui la que te trajo a mi casa, a pesar de que no quería venir aquí.
-¿Y por qué acabamos viniendo aquí entonces?
-Porque no quería venir aquí cuando se me cruzó por la cabeza la idea de que vendría yo sola y no contigo. Cuando te atrapé, venir a la casa ya no me pareció una idea tan desagradable.
-¿Crees que tu novio haya rompido alguna vez su regla de los besos?
-Seguro. ¿Pero sabes una cosa?
-¿Qué?
-No creo que lo haya disfrutado tanto como yo.
//Ella calló y lo besó//

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-Cuéntame algo que nadie conozca de ti. O algo que disfrutes hacer mucho y no se lo hayas dicho a nadie, o que nadie lo sepa.
-Déjame pensar, algo muy especial. Algo que nunca le he dicho a nadie y que me gusta mucho hacer es contemplar la majestuosidad de los perros callejeros. Me gusta como ellos a pesar de todo sonríen y llevan en su mirada ese amor y juegan mientras esperan que algún día llegue el que se supone es su mejor amigo y los rescate, mientras la mayoría de los hombres cada vez se declaran en silencio los peores enemigos de ellos. Me gusta acercarme a ellos, acariciarlos, besarlos, a veces los abrazo, y si traigo algo de comida sobre mi, les doy un poco. Me encanta la forma en que miran la vida, como se sientan como si fueran felices, seguro que lo son, la libertad es dura, se paga de una forma u otra, pero se es feliz. ¿Ahora cuéntame algo tú?




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