Cosas importantes que nunca se cuentan.
Nota de inicio.
Muy importante es que antes de empezar a leer el texto se ponga a reproducir la canción que se encuentra debajo de esta nota de inicio.
Para cuando me desperté ya no había tanto ruido en la sala, no sabía qué hora era, y ni sentía la necesidad de saberlo,
Salvador estaba en otro sillón, Abel estaba justo frente a la chimenea, Ana no se miraba pero la escuchaba, parecía que se despedía y daba las buenas noches a personas que seguro estaban en la fiesta y ya se iban. Yo para entonces tenia los ojos abiertos, pero nadie notaba que estaba despierto. Salvador estaba sumergido en una pequeña libretita en la que escribía, Abel no miraba otra cosa que no fuera el fuego. Cuando escuché que alguien mas se acercaba a la sala cerré los ojos, se escuchó la voz de Ana que tarareaba algo y los volví a entreabrir un poco sólo para ver que era lo que hacía, pasó por detrás de Abel tocando su cabeza y se fue a sentar al lado de Salvador, no dejaba de tararear y descansó su cabeza en el hombro de él y miraba fijamente a la libreta. Abel se levantó y tomó la guitarra que estaba sobre una mesita que estaba al centro de la sala y empezó a tocarla, Ana empezó a cantar y Salvador empezó a seguir el ritmo con su lápiz y el espiral de su pequeña libreta, Ana levantó su cabeza del hombro de Salvador y me miró fijamente, me miraba de una manera que ninguna mujer alguna vez me hubiera mirado, yo no conocía la canción que cantaba, pero la canción era lo que menos importaba, aunque la letra hablara de un amor prohibido, lo que importaba era su voz, y a donde iba dirigida esa voz. Ana se levantó y se dirigió hacia mi, yo cerré los ojos por completo por si se acercaba lo suficiente y pudiera descubrir que en realidad estaba despierto, muy mareado y algo ebrio, pero despierto. Entonces sentí como ella se sentaba en el respaldo del sillón, y mientras cantaba sentía como masajeaba y acariciaba mi nuca, después bajó hasta la parte de atrás de mi cuello y estando ahí hacia círculos, ella sabía lo mucho que me gustaban los masajes en esa zona del cuerpo, sólo que mi posición no le ayudaba en mucho para hacerlo como siempre me lo hacía en la oficina. Uno descubre cosas en los momentos mas inesperados, para mi era una sorpresa el enterarme en ese preciso momento, en ese preciso lugar, que yo estaba enamorado de Ana, y que ella estaba enamorada de mi. Sentir el tacto de las yemas de sus dedos en mi espalda esta noche era el mayor placer que había experimentado en mi vida. Dejó mi cuello y empezó a tocar mis cachetes, la única evidencia de que yo alguna vez había sido un niño gordito, y un adolescente con mucho acné, ella me conocía de toda la vida, y aun así estaba ahí, siguiéndome en esta loca aventura desde el principio, a pesar de todo.
Texto extraído de la novela inédita (e inconclusa) "Salvador" de su servidor.
Esa novela ¿permanecerá inédita e inconclusa?
ResponderBorrarAbrazo!
Yo espero que no Frodo, primeramente en el caso de lo de inconclusa, ya en lo de inédita, ya que este lista hablaremos de ello.
BorrarAbrazo Frodo y gracias por preguntar.