Es bien sabido que los festivales de cualquier índole
cultural, ya sea de muchas artes en conjunto o de un arte en particular como de
música, de cine, de teatro, etc. sirven para abrir las mentes y cambiar nuestra
perspectiva y lo que conocemos hasta que llegan estos espacios que nos abren
los ojos.
El 17 de marzo del 2016 será un día que difícilmente
olvidaré, ya que fue un día en que corroboré que el cine es sin duda alguna el
arte que más profundo penetra en el alma de las personas.
Para empezar les comentaré que esto sucedió durante el
13avo festival de cine de Todos Santos/La Paz, después de que dos días antes
había acudido a la ceremonia de apertura del mismo festival en el Teatro de la
Ciudad de La Paz a ver uno de los espectáculos más divertidos y diversos que he
tenido el privilegio de ver (acá cabe resaltar que no soy un conocedor de
teatro como quisiera, pero si me gusta el teatro aunque no vaya muy seguido)
una puesta en escena al estilo benshi japonés donde mientras se proyecta una
película en la pantalla (en esta ocasión fue la película "El Automovil
Gris", un clásico del cine siliente en México de 1919 basada en hechos
reales sucedidos en la Ciudad de México durante 1915) actores interpretan diálogos
así como la música y la banda sonora se interpretan en vivo, los diálogos
además de ser cómicos, también se llevan a otros idiomas haciendo de esta
práctica una expresión además de cultural, universal. Pero vayamos a lo que les
quiero contar.
Para empezar quiero compartirles que el segundo evento
en la ciudad de La Paz me llevó de nuevo a las salas de Cinemex, cine que había
dejado de frecuentar, además de que sus salas jamás me han gustado y que no
respetan las clasificaciones, he de decir que sus palomitas son malísimas y sus bebidas, pero
bueno volví sólo por el festival y por la película que se exhibiría (y espero seguir volviendo cada vez que se le habrá las puertas a los festivales en sus salas). La cita
era para ver la nueva película de Diego Luna, su tercer largometraje de ficción
dirigido, Mr. Pig, además de disfrutar una charla con el cineasta. No quiero
hablar mucho de la trama de la película para que ustedes la vayan a ver cuándo
en julio cuando sala en exhibición en salas comerciales. Comentarles sólo
algunos datos curiosos, El Festival de Cine de Todos Santos y La Paz es el
tercer festival en el que se exhibe la película (sólo después de Sundance y el
FICG) y el segundo público mexicano que la disfruta, además de que pudimos
disfrutar de una charla muy amena con el co-escritor de la película y Diego
Luna (el cual por cierto es muy buena onda) siendo el primer público mexicano
con el que comparte sus impresiones de la película. El filme es un trip-road-movie como el que protagonizara algunos años atrás el mismo Diego Luna con su amigo
Gael García Bernal dirigidos por Alfonso Cuarón, "Y tú mamá también",
Y como lo comentó el mismo Diego, siendo
un Trip-road-movie es imposible que uno vuelva a ser el mismo después de ver o
hacer una película como esta, partes de un punto, y llegas a otro, como en un
viaje, como dije no quisiera revelar gran parte de la trama pero sin duda es
una película entrañable, que cualquier
persona podría sentirse identificado con ella, porque habla de las relaciones
padre e hijo, pero la magia ocurre cuando descubres que lo que tú percibiste de
la película es la que en realidad quería proyectar el director. Bueno para
empezar he de decir que no es la primera vez que asisto a una plática o una
conferencia con un director de cine, el año pasado asistí a una conferencia con
el director Ernesto Contreras, director de Parpados Azules y Las Oscuras
Primaveras además del documental de Café Tacvba. Y aunque después de la conferencia
me di cuenta que lo que él quería decir con sus películas lo percibí a la
perfección, (así como me ha pasado con trabajos de otros directores y ya que veo entrevistas de ellos me percato que todo lo que querían contar yo lo encontré de una manera directa o muy sutil) además de indagar en propias vivencias mías al ver las vivencias de
otras personas en la pantalla, lo cual para mi es la verdadera esencia del
cine, encontrarnos a nosotros mismos en historias extrañas a través de ese
gigantesco espejo que es la pantalla. Pero lo mágico de esta ocasión fue que
pude ver la película junto con unos cientos más en todo el mundo de cine
independiente, con muy pocos recursos en comparación con los monstruosos
presupuestos que tienen las romantic-comedies de Hollywood, pero no por eso deja de ser una
mala producción, al contrario, es una maravillosa película que se nota que si
por algo es digna es por el amor que se le incluyó al filme, una película cien
por ciento mexicana con dos actores norteamericanos, Danny Glover que es un
todo poderoso actor y Maya Rudolph que sin lugar a dudas es la interpretación
más dramática y profunda que la he visto hacer, una actuación tan real y
autentica que la verdad uno no la reconoce en la pantalla, la música es correctísima y no opaca a la película, de hecho la hace ser más íntima para el espectador. Ahora la catarsis o
la tesis de la película, y el saber que eso es lo que el director veía en ella
también es que cuando tienes ese amor que quieres entregar pero que no sabes cómo
hacerlo después de haber fallado una y otra vez, ese amor no se muere, se
deposita en otra cosa, en otra persona, en otro ser, en un animal, en un cerdo
por ejemplo, en un Howie.
Ya para terminar sólo comentarles que al terminar la
premier hubo una sesión de preguntas y respuestas con el director y
co-guionista, por tiempo ya no pude hacer mi pregunta ya que las demás personas
tomaron mucho tiempo para hacerlas, sólo me hubiera gustado preguntarle (claro,
después de felicitarlo por el que considero para mí su mejor trabajo hasta
ahora y por ser un auténtico director que hace que uno crea en el cine
mexicano, ese cine que se hace más con corazón y con ganas de contar historias
auténticas y que hagan sentir que con dinero y por haberla grabado cronológicamente
lo cual yo considero un acto de heroísmo y de amor puro a tu profesión) en que
trip-road-movies se inspiró como para él querer hacer algún día un
trip-road-movie y que era lo que hacía que él quisiera estar en festivales de
cine tan chiquitos como el de Todos Santos (ya que esta es la segunda vez que
está como invitado especial si mal no me equivoco) estando en otros festivales
más grandes o pudiendo estar en otro lugar. Sé que de alguna manera se la haré
llegar y ojala me responda. Sin más sólo les digo como montones de veces se los
he dicho en mis redes sociales, apoyen este cine mexicano que lucha por volver
a ser más que un cine lleno de comedias y éxito, un cine autentico y lleno de
emociones, esas emociones que todos vivimos día a día y no sabemos que podemos
sentir y palpar tan intensamente hasta no verlas en ese enorme espejo. Esa fue
la primera vez que me sentí conectado al instante con el trabajo de un director
que estaba viendo al mismo tiempo su película conmigo, y eso es lo que nos dan
los festivales, encuentros y cambios por completos de perspectivas, defendamos
nuestra cultura, nuestro cine, nuestros festivales, y las historias dignas de
contar. Eso es lo que necesitamos. Mr. Pig es una película que te hace recordar
porque uno va al cine.
Este es el reporte. Regresamos al estudio.