domingo, 24 de agosto de 2025
Breves comentarios sobre "Las niñas de los duraznos".
miércoles, 20 de agosto de 2025
Pensamientos derivados de "Tú me abrasas".
¿Qué sería del cine argentino sin el recurso de la repetición en la obra de Matías Piñeiro? Probablemente un ente incompleto.
Una vez más el autor argentino hace una película que lleva al límite el lenguaje cinematográfico y la involucración del espectador. Una redefinición del voyerismo.
Jugamos a rozar las cosas.
"Tú me abrasas" es como un diario de viaje buscando la vida, y en el acto esa búsqueda, se convierte en una película, y la búsqueda de esta a través de unos poemas (o fragmentos de poemas en su mayoría) de Safo y el capítulo "Espuma del mar" del libro "Diálogos con Leucó" de Cesare Pavese, crean a partir de su puesta de cámara ante el mundo real, y que se transforma en el registro de la lente, la luz y la textura de la película.
¿Qué es un deseo que se esfuma? [...] Deseo y después busco.
Las imágenes capturadas por la cámara son de naturaleza cotidiana: paisajes en plano general, páginas de libros en primeros planos, dos mujeres (la propia Sago y Britomartis, que a su vez pueden ser muchas mujeres que se encuentran en el viaje que es la vida, y que siempre han sido de vital importancia en el cine de ficción de Matías) que parece charlan en lo cercano y en la distancia. Pero el montaje (y unas preciosas piezas musicales que aparecen de vez en vez) eleva dichas imágenes a un estado de arte en esencia pura.
Y si no sentís amor
pronto querrás amar
aunque no te correspondan
Matías recrea mitología griega en nuestros tiempos, porque la historia y la vida; son repetición.
-Entonces, ¿aceptas el destino?
-No lo acepto, lo soy. Nadie lo acepta.
domingo, 3 de agosto de 2025
Un techo sin cielo, de Diego Hernández.
Luego de hacer una película a su yo universitario (Los fundadores), a su madre (Agua caliente), y a su ciudad (El mirador); Diego hace de Un techo sin cielo, una película para su padre fallecido, del cual ya sabíamos no sólo por Agua caliente, sino también por Callejones (cortometraje, 2023). Pero además de ser una película dedicada a su padre, es muchas cosas, y entre esas muchas cosas, su mejor película al momento.
En esta película Diego sigue asombrando e impresionando por el dominio que tiene para desdoblar el cine: hacerlo a su antojo, moldearlo, sin barreras, sin límites. Un cine total y completamente libre.
Por momentos, y sobre todo en la primera parte, mientras el discurso sonoro cuenta una historia: la historia particular de la película; el discurso visual se mueve por otras líneas narrativas: códigos, claves, símbolos y metáforas que cuentan la misma historia, pero de manera distinta, en otro plano, y que en muchos sentidos se puede descifrar solamente conociendo la obra de Diego, porque si: por sobre todas las cosas, Diego es un autor. Por otros momentos, la narrativa es más formal en cuanto a las bases de la ficción, porque si bien nos sumerge nuevamente al igual que en sus películas anteriores, al juego de querer sabes que es ficción que es real, acá se marca que todo en la forma, aún con su naturalidad, es ficción; y el fondo con lo que este retrata y expone, son cosas reales, personales y valiosas en la vida de Diego: su historia.
En todo lo que tiene que ver con la forma, los dos personajes principales que sufren cosas completamente distintas física y anímicamente, con los que empatizamos sin ver demasiado; son acompañados de planos bien pensados, composición perfecta y elevadísima en lo visual, imagen honesta, sin tanto artificio, y en cuanto a la iluminación hay un trabajo sutil y un tratamiento natural, incluso en interiores. Las dobles exposiciones y las transiciones lentas son la muestra del elevado lenguaje cinematográfico que Diego no teme en explorar y experimentar y que viene perfeccionando película a película. El sonido es impecable, el diseño sonoro, perfecto; y la música (que Diego decide utilizar por primera vez en su cine) es profundamente hermosa.
El fondo y las intenciones arguméntales que acompañan a la historia y la necesidad de Diego de hacer una película para su padre, toca temas muy importantes como las escasas oportunidades de los jóvenes adultos en materia laboral cuando se dedican al arte, la presión de los más adultos y su “echaleganismo”, lo vacías e inservibles que son las herramientas del emotional coaching, y la tirisia; pero con ese humor que Diego maneja en todas sus películas a la perfección: un humor de personas reales, que también muestra y contrasta, palpando de manera implícita el dramatismo de vivir estas cosas.
Hay dos momentos sumamente bellos y poderosos al final de la película, que conectan con el principio de la misma y con otros dos que son arte en su máxima expresión: el primero, cómo termina y empieza con un blue screen, que además de haberme recordado la pieza de Derek Jarman (hay otros elementos que sin mencionar para no hacer spoiler alguno, me hicieron recordar a Godard y Varda), me hizo precisamente pensar en el estado anímico muy cerca a la depresión que estaban pasando Diego y Liz, manifestado extrapoladamente. El segundo, como la película muy tempranamente, luego de que Diego saca la caja, vemos esos planos contemplativos y de una carga visual potente, mientras escuchamos a Luz y Diego charlar, y justo antes del final, cuando luego de encontrar aquello que los cura a ambos precisamente dentro de la caja, los vemos platicando, pero ya no los escuchamos, escuchamos al viento, al cielo, a una campanita que bien podría simbolizar a su papá, como también lo suelen simbolizar las nubes.
La puesta en escena del final, es preciosa. A uno lo deja sin palabras, y la forma en que Diego lo captura a dos cámaras.
Finalizo diciendo de manera muy honesta y respetuosa, que Diego hace el cine que yo mientras duermo, sueño hacer.
jueves, 31 de julio de 2025
Películas de julio
domingo, 15 de junio de 2025
jueves, 12 de junio de 2025
Brevísimo comentario sobre "Los destellos"
lunes, 2 de junio de 2025
Anna y Dante.
El 2024 fue un año por demás prolífico en cuanto al surgimiento de nuevos obras cinematográficas en Durango. Alrededor de 40 trabajos, tanto cortometrajes como largometrajes figuraron y se proyectaron en distintos festivales tanto duranguenses, como nacionales e internacionales.
De todos esas obras, pocas fueron las que su servidor no pudo ver precisamente el año pasado (según mis cuentas, tres cortos, tres largos), y precisamente "Anna y Dante" fue una de esas pocas películas, y me da gusto que, a mi parecer una de las películas de mayor propuesta, valientes y mejor producidas del cine duranguense, sea uno de mis últimos visionados de esas películas del 2024, y por ende; una de las últimas películas duranguenses de las que escribo.
Cuando un embarazo inesperado amenaza con desmoronar sus sueños, Anna y Dante deben enfrentar sus miedos más profundos en un oscuro apartamento de Durango, guiados por un joven estudiante de medicina, para descubrir el verdadero significado del amor y la madurez.
La película abre con una frase que reza más o menos lo siguiente: "Basada en una historia real sin nombres pero con verdades". Esta frase, y la escena onírica con llamas, sangre y Dante (Juan Carlos Valdivia), que inmediatamente identificamos proveniente del inconsciente de Anna (Catherine Avila), ya nos dictan de maneras muy finas y simbólicas mucho de la película: hacia donde se dirige, pero también de donde viene.
Dentro de los fondos, uno agradece que Carlos, toque un tema de la manera que lo toca, tomándolo con la naturalidad de una persona que sabe que estas historias existen y son importantes, y que pareciera ficción que hoy día jovencitas se juegan la vida por no tener las seguridades que el estado debería de proporcionarles, cuando están seguras que por una u otra razón, no podrían ser las buenas madres que algún día les gustaría ser, y que tampoco tendrán hijos sanos por la misma razón. Sobre todo me parece que esta película es un acto de valentía al nacer en una ciudad como Durango con un contexto social aún muy conservador, que aparentemente está a favor de los temas socialmente delicados, pero a la hora de defender o apoyar a quienes buscan que esto sea posible y forme parte de la ley, se esconden, o empiezan a despotricar a favor de la falsa moral del siglo pasado que satanizaba el divorcio, pero callaba las violaciones familiares.
Dentro del tratamiento narrativo-visual, Carlos sabe adaptar la situación y retratarla con atino, acorde a la situación que se presenta. Mientras que en los momentos de interacción entre Anna y Dante cuando vuelven a convivir luego de su encuentro en la fiesta (habiendo dejado de ser novios tiempo atrás), con todo y sus encuentros íntimos (retratados con mucho decoro, sin sobre pasar lo explícito y crudo de la situación) lo hace de tal manera que pareciera que estamos mirando una historia contada por Anna o Dante justo con la edad que tienen en ese momento, jamás se endurece la mirada, no se nota la barrera, o eso que muchas veces pasa cuando una persona de treinta y tantos cuenta una historia de un par de jóvenes a sus 18 o 20. Aun con esto que logra Carlos a través del lenguaje cinematográfico, también se nota una mirada atenta y detallista de todo lo que les pasa a Anna y Dante, la armonía de los cuadros, la vorágine caótica de algunos planos, y la manifestación onírica del arrepentimiento y el deseo. Todos estos elementos nos lleva a constatar, o al menos a su servidor; que estamos ante un director que entiene todos los alcances que el lenguaje audiovisual le puede permitir.
Si bien todo lo comentado hasta ahora del discurso y lenguaje son importantes, nada de eso tendría significado sin los personajes de la historia, y por ende, las actrices y actores que los interpretan. La combinación que se hace de no-actores y actores con formación (aunque con poca experiencia) es perfecta, todos tienen la misma tesitura y se nota que Carlos puso mucho tiempo y atención a prepararlos para que dieran los tonos y la sobriedad que justamente él quería expresar en la película.
Hay un respeto a la esencia, a la naturalidad y a la coherencia no sólo de cómo pueden ser y comportarse las personas en una situación como la que se expone en la historia, sino que además siento también hay fidedignas muestras y un fidedigno tratamiento de como hablamos y somos las personas en una sociedad como la duranguense, sobre todo cuando hablamos de actos solidarios como es el caso de la amiga de Anna (Lucia) y el amigo de Dante (Alan), que en apariciones muy pequeñas, están cuando Anna y Dante necesitan ser escuchados sin prejuicio alguno. También está la figura macho/patriarcal del padre de Dante (que habría sido interesante que se explotara un poco más esa línea del cómo afectaba anímicamente a Dante), el caso del personaje de Milton (interpretado de manera brillante por Francisco de Pointe Du Lac [como reza su nombre artístico]) que es una muestra de ambición, conocimiento, lujuria y maldad en maneras equitativas; y el caso de Dante y Maggie (grata sorpresa también la de Esmeralda Vega interpretando un personaje que desde su construcción tiene contradicciones emocionales bastante interesantes), que luego de perderse en la noche y dejar a su suerte a Anna, regresan en el momento exacto, se arrepienten a tiempo para rescatarla y ayudarla, aunque a partir de ese momento sus vidas vayan a cambiar para siempre.
Y cerrando el tema actoral, no puedo dejar de hablar sobre el descubrimiento que ha resultado para su servidor ver la actuación de Catherine Avila interpretando a Anna. El trabajo emocional y su rango expresivo tanto facial como corporal, tiene un arrebato de inocencia, ternura y dolor que hace que uno crea todo lo que el personaje está pasando. Naturalmente hay un trabajo que se le debe reconocer a Carlos no sólo por la preparación, la guía y el ojo para elegirla a ella como Anna y de poner el encuadre y plano adecuado para justo hacer lucir y capturar esa actuación y lo que se buscaba hacer sentir al espectador, pero definitivamente considero a Catherine como el elemento más importante de esta película, sin dejar de lado por supuesto la carga psicológica y emotiva de Dante (que tiene una escena de derrumbe extraordinaria), y que es un perfecto acompañante de Anna, como lo es la música para los tiempos dramáticos en la película son rellenar de más absolutamente nada.
Otra valía muy importante en la película de Carlos es como reivindica a locaciones ya conocidas de la ciudad (como el multifamiliar Zarco, que por cierto en las escenas del departamento, el reloj en la pared les juega un par de malas pasadas en cuanto a la continuidad se refiere), y como descubre otras, como lo es el edificio olvidado del cerro de los remedios donde logra tomas muy bellas y que reflejan el estado de un amor rescatado de las ruinas, entre Anna y Dante. Carlos también logra regalarnos algunos cuadros a lo largo de la película de los que yo llamo "fotogramas para colgar en la sala de su casa", por la perfecta composición y sincronía de todos los elementos que tienen, hablando sobre todo de lo visual, pero también lo que va más allá de lo visual que hacen de ese cuadro algo perfecto, como es esa toma donde Anna y Dante esperan en la parada de autobús, en la que Dante vende su patineta, entre otras como las nubes de la parte final.
Hablando del final, este me pareció además de poético, de una belleza deslumbrante (que acá se comprende porque muchos sitios refieren a Durango como un personaje más de la película, aunque a mi parecer sólo se manifiesta en esta parte final). Debo decir con toda honestidad que temía que en algún momento, el cierre discursivo de la historia se fuera a inclinar por una línea moralina, pero me sorprendió gratamente que Carlos volviera de nuevo no sólo a una mirada que reflejara y abordara la situación desde una perspectiva acorde al problema que se retrata, sino que además Carlos ejemplifica con este final lo importante que es hablar y escuchar sobre los problemas que nos aquejan, y que ya sea que se resuelvan o no del todo, o como esperabamos; siempre hay una especie de alivio y liberación cuando se expresan a través de la palabra hablada.
Para finalizar, justo todo lo que pasan Anna y Dante a su corta edad durante toda la película y que es la médula de la historia, me hace volver a pensar en el principio de la película con esta visión onírica de Anna y que se vuelve a manifestar en su recuperación de lo vivido esa noche/madrugada donde experimentó el miedo y el dolor de ser mujer y estar sola. Mi interpretación (que no busca en lo absoluto ser moralina y redundante, pero que si así es interpretada por algunos, pido disculpas de antemano) es que tanto el elemento de la sangre como del fuego, pueden simbolizar la condena de la sociedad por los actos cometidos por Anna y Dante, pero aun con esta condena, Anna y Dante sabían que en su vida querían otra cosa. Y si el querer otra cosa a su edad los condenaba al infierno, no les importaba caer en ello, como seguramente a muchos de nosotros tampoco nos importaría en esta situación.
lunes, 19 de mayo de 2025
Shadows of the past: cine indie hecho por duranguenses en el extranjero.
sábado, 17 de mayo de 2025
Breve comentario sobre "El eternauta".
miércoles, 30 de abril de 2025
Breve comentario sobre Sinners, de Ryan Coogler.
jueves, 3 de abril de 2025
La Raya: fantasmas en el pueblo de los olvidados.
miércoles, 26 de marzo de 2025
1938
martes, 25 de marzo de 2025
A través de Tola
viernes, 7 de marzo de 2025
Breve comentario sobre “El aprendiz”.
Ahora, dicho esto, debo decir que Ali hizo dos cosas a la vez que a mi particular punto de vista las veía no sólo difíciles, sino improbables. La primera, superar las formas que venía explorando con sus pasadas obras; y la segunda: ver un fondo tan pobre, vil y abyecto discursivamente hablando dentro de su cine.
Partiendo la lectura de las buenas hechuras que tiene la forma, Ali muestra su habilidad narrativa de contar una historia, un ritmo sagaz que realza la labor a nivel montaje, aunado al bellísimo tratamiento visual que se hace de la representación histórica que nos hace pasar de una NY decadente e indeseable de los 70’s, a la glamorosa y revitalizada NY de los 80’s. En este sentido se nota aún más la riqueza de todos los elementos técnicos de la película en los exteriores y planos generales, pues en lo interior/interno y en el plano más cercano, se asoma no un error, sino un formalismo que atiende directamente al fondo.
Mucho de lo realmente propositivo del cine de Ali radicaba en dos cosas a mi parecer: el no prejuicio de los temas sociales que exponía, y la ambigua generalidad de la posición de sus personajes, y acá me parece que no están tan bien representados/ejecutados estos valores.
Partiendo del primero, si bien es verdad que esta película no toma partido aparente hacia un juicio a la figura del joven Trump, la forma en que es observado a través de la cámara (ojo acá con el lenguaje cinematográfico), si hay una especie de validez a no sólo el camino aprendido, sino a la validación de su forma de burlar a la ley y de pregonar la vida de éxito, atropellamiento y riqueza desmedida, aún cuando hay un claro conflicto con su definición de familia y lealtad, no es abiertamente claro el hecho de que pareciera que a través de su arte (está película en particular) Ali nos dijera: “Miren los inicios del monstruo que es Trump, pero que simpático es”.
El segundo, sobre todo se manifiesta con respecto que justo en sus películas pasadas en las que no había ni prejuicio ni validación tal cual de la problemática social que retrataba, y que me parece en muchos sentidos debería de ser la postura oportuna del arte y el artista en general, si que había una inclinación real y total a temas sociales por demás importantes, justo por ser el espejo y panorama de muchos sectores sociales vulnerables y rezagados de todo el mundo, pero lo que pasa acá es que hace el estudio de un personaje muy particular que sólo puede verse reflejado por un sector social además de muy pequeño, por demás privilegiado, que además de que no le va ni a beneficiar ni a perjudicar el discurso de esta película, tampoco va a hacer una diferencia en un aspecto crítico al espectador con respecto a la pobre lectura contextual que se hace desde el argumento y el guion, de la oligarquía y sus alcances.
sábado, 1 de marzo de 2025
Temporada de premios.
viernes, 28 de febrero de 2025
Breves comentarios sobre "La liberación"
Me arriesgo a formular mi opinión desde mi inexistente e indómita ignorancia sobre los movimientos feministas que vienen aconteciendo desde que se creó el movimiento del #MeToo (y que por supuesto celebro y respeto), sobre la serie “La liberación” de la siempre interesante y talentosa Alejandra Márquez Abella, que en realidad se crea a cuatro voces junto con Ilse, Cassandra y Johana (las protagonistas de la serie), todas muy admiradas y respetadas por su servidor.
Si bien no toda la serie es dirigida por Ale, ni escrita en su totalidad por ella (por ahí también intervienen un par de admiradísimas mías: Aura García-Junco y Jimena Montemayor), si es quien al fin de cuentas pone el concepto artístico que llevará todo el conjunto de la obra.
Vidas pasadas, heridas heredadas.
Aún con el hecho de la gran valía del fondo, y mi cuestionamiento en sus formas, creo que habría sido mil veces más poderoso y valiente atender todo esto a través del documental, porque las incongruencias de la ficción (incluso haciendo de muchas situaciones bastante predecibles) desde la farsa y un dejo de sátira con humor negro (que buscan justificar las fallas de congruencia) y lo burdo (como en Un actor malo) ahí están, y le restan potencia y mucho mérito al discurso, llenándolo de estereotipos, muy mal representados, además.
El quinto capítulo es tan definitorio como polarizado, en el cual el elemento simbólico se refuerza y llega a su punto cumbre/máximo, haciéndolo por mucho el mejor de la serie. Aunque también por momentos apela a la cuarta pared, y aunque claramente, yo sé que no está mirando a quienes no hemos sido violentos o violentados por nuestra condición de hombre, ni es en el estricto sentido de la palabra una mirada acusadora, no es una mirada subjetiva que incite al espectador a sumergirse en la psique, sino que sólo le permite ser un testigo sin que se le permita un momento de reflexionar por el tono que rompe entre drama/comedia en repetidas ocasiones, y es justo esa mirada lo que quizá sea lo que hace que su trama y discurso pierda fuerza, por decisiones poco hábiles con la cámara y su puesta en cuanto a decisiones de planos y secuencias se refiere (la escena de los hotdogs es realmente odiosa) como temiendo no sólo romper o herir susceptibilidades, sino teniendo el poder que podían crear.
miércoles, 26 de febrero de 2025
Breve comentario sobre "El brutalista".
Mujeres del alba
Desde mi punto de vista, Jimena Montemayor Loyo lo vuelve a hacer, vuelve a atinar/acertar con su tercer largometraje, que seguramente será una de las mejores películas del 2025, tal y como lo fue Restos de viento en su momento (2017). Jimena vuelve a atinar/acertar a través de la forma, del cómo, de lo narrativo; entregando una obra en extremis miramiento intimista, pero también con un tratamiento poético incuestionable. Ahora, que hablando desde el fondo, el qué o el discurso; hay líneas, muchas, y unas más claras que otras, de que esta es una película en extremis personal.
Yendo en el orden correcto de las cosas, primero atiendo lo netamente valioso de lo narrativo: Jimena vuelve a atinar/acertar en la importancia vital de una fotografía detallista/naturalista (en esta ocasión a cargo de Santiago Sánchez) no sólo en extremis para crear el estado de inmersión del espectador en la historia, como ha sido desde su primera película (En la sangre, 2016); sino que a través de esta se nos muestra de alguna manera el verdadero personaje importante de la trama, y el porqué es tan importante para los demás personajes de la misma, tanto los que quieren proteger, como los que quieren despojar. Incluso el recurso magistralmente empleado del VFX para mostrar niebla, nubes y el latir de la tierra, tiene mucho sentido y está magníficamente utilizado, pues muestra, de una manera muy similar a cómo lo hizo su momento Ernesto Contreras en Sueño en otro idioma, la conexión que tienen habitantes de lugares milenarios y sagrados como son selvas y sierras con sus árboles y sabiduría.
Otro valor símil, o más que valor; otro elemento que nos muestra fehacientemente la autora total que hoy día es Jimena; es como aún cuando a todas luces la película es de naturaleza coral, los niños, o más en preciso, dos de las niñas se vuelven no sólo en las narradoras/testigas/herederas de aquello que va más allá de lo visible o real, sino que llevan este lenguaje de destellos oníricos, que incluso colindan con fronteras surrealistas/fantásticas/simbólicas, como se nos mostró en su momento en Restos de viento.
Aún con todos estos elementos, que van desde el extenso elenco y la puesta que percibe una producción aún más ambiciosa que en sus pasadas dos películas, Mujeres del alba se sigue perneando y sintiéndose con esa aura de hechura independiente, mesurada, incluso minimalista.
Aterrizando de lleno con el discurso, y la importancia que tiene por su naturaleza verídica, ligan de manera muy personal a Jimena a la historia puesto que el guion está basado en un par de libros escritos por su padre, el escritor Carlos Montemayor que en muchos sentidos documentó y ficcionó la lucha que llevaron hombres y mujeres de distintas rancherías en Chihuahua (incluso se toma en cuenta a Durango) en defensa de sus tierras en contra del gobierno, ejército y capitalismo extranjero que no sólo quería despojarlos de su tierra, sino asesinarla, y a ellos y ellas de ser necesario, tratándoles y retratándoles ante la sociedad aún conservadora del país y las grandes ciudades, como meros bandidos y miembros del comunismo, cuando ellos y ellas querían proteger no sólo lo suyo, sino lo que es de todos: el suelo mexicano, y la flora y fauna dentro de este.
Si bien toda obra es perfectible, y en el caso de esta película no es la excepción, pues en sus primeros minutos hay ciertos tropiezos por demás perceptibles en la naturalidad de sus diálogos y el acartonamiento de los mismos en la boca de algunos actores quizá no tan preparados, incluso detalles con edición y montaje; pero como ya lo dije, esto sólo pasa en los primeros minutos, y después la película no deja de ser una historia, incluso un relato con piel de ese ser que da vida y voz a la naturaleza, que nos emociona, nos conmociona, nos crispa, nos aturde, nos aterra, pero una vez más, nos muestra que esta vida no tiene sentido y no vale la pena si no es gracias a las mujeres.