Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

sábado, 13 de diciembre de 2025

Shorts Mexico 2025





Shorts México cumplió una veintena de ediciones este año, y a propósito de que pudimos darle cobertura gracias a que pusieron toda su programación disponible durante todo el mes de septiembre en la plataforma Festhome, me permití ver varios cortometrajes que llamaban poderosamente mi atención ya fuera por el título en sí del cortometraje, su procedencia del país o estado, la figura mediática del director, o porque simple y sencillamente conocía al realizador.

Acá les comparto comentarios breves de algunos de los trabajos que me parecieron más interesantes e importante de compartir con ustedes a través de esta publicación, ya fuera que estuvieran entre mis favoritos o no.



This place is (not) mine. Carolina Trujillo BM.
"¿Habrá estado tirando recuerdos?"
La nostalgia por el hogar siempre hace que el artista cree desde el corazón.
No hay desperdicio en esto. Carolina crea uno de los cortometrajes más hermosos que he visto en el año.
Handycam, llamadas telefónicas, material de archivo. Todo tiene una materia especial, lo que facilita aún más el discurso, la estética, la artesanía, y engancharse de este.


A rosa nasce nas pedras. Sebastian Molina Ruiz.
Tremendísimo corto docu. De lo mejor no sólo de Shorts México, sino de lo que he visto en el año.
Vaya ensayo el creado por Sebastian, donde fusiona imágenes en movimiento y fijas, haciendo una simbiosis perfecta con el sonido de noticieros y entrevistas que dictan un discurso que evidencia la xenofobia de un extenso sector social de país europeo como lo es Portugal, hacia un país Latinoamericano como lo es Brasil; en pleno siglo XXI.
La pieza musical que sale casi al principio, espectacular.


El pulmo. Mark Kronemeyer, María Begoña Félix.
Foto limpiecita, dron utilizado adecuadamente, montaje correcto, material de archivo que aporta, testimonios realmente importantes.
Poderosísimo discurso de una lucha que no cesa por parte de un hombre, una familia; por no perder lo que una vez se perdió, lo que recuperaron, y lo que aman, por ellos, por los que vienen, por los que estuvieron, y por todos los que llegan y se enamoran de ese lugar tal y como es, tal y como esta; sin la necesidad de complejos hoteleros millonarios que ni les importa ni la comunidad, ni la fauna y flora, ni la tierra, salvo sus retribuciones.
Que joyita de mediometraje documental. Gratamente sorprendido. Esto se colará entre lo mejor del año.
Como extraño las costas de la sudcalifornia


Adiós, GDL. Eduardo Pérez.
"La vida se compone de adioses. No hay nada que podamos hacer [...] Odio las despedidas, pero creo que es un privilegio poder tenerlas."
Sobre lindos reencuentros/despedidas con personas que nos significaron tanto y fueron parte importante de nuestras vidas, aunque ya no sean parte y ya no sean las mismas. Sobre cerrar ciclos de formas llenas de amor.
Tiene algunos detallitos con matices en las actrices que interpretan las actuaciones principales, y por momentos no se siente como tal la naturalidad de los diálogos, además de un asunto en lo sonoro; pero realmente son cosas mínimas que para nada arruinan la experiencia y la interesante propuesta estético/visual de contemplar con toda su naturaleza una plática nocturna, aunque caiga un poco en ese bonito cliché de que sea en una azotea.
Me gustó mucho, y le atribuyo este gusto de sobre manera, a que guarda muchas similitudes con "Eme (o dos historias sobre [cómo] soltar)”, y otras cosas mías. Además, tiene la que para mí es la duración perfecta en un cortometraje.


Camino a Bergman. Carlos Meléndez.
Documental que recoge el material de archivo del director cuando en 2007 (se nota el año por la utilización de mapas y no de smarthphones) intentó encontrarse con Bergman, viajando hasta el lugar donde tenía su casa.
Bello, poético sin mayor artilugio mas que el de la crudeza de la cámara y la naturalidad del montaje. Tiene de todo.


Cuando las aves se escuchaban diferente. José M. Delgadillo.
Atrae desde la propuesta estética y de montaje. Un b/n fino. En cuanto al discurso, más que importante, apremiante y digno.
Quizá la música yo la hubiera omitido por principios propios, pero nimiedades.


Sísifa. Paco Alarcón Rojas.
Corto-docu con un fondo de muy buenas intenciones, que habla y presenta sobre los grupos de apoyo y confianza entre mujeres para recuperar la salud mental.
Las formas son sencillas, pero correctas. El nombre le viene perfecto.


Cuando los árboles se ponen amarillos. Yolis Martínez.
Me gustó mucho la presentación, la estética, lo libre de la operación de cámara. Hay algo de libertad y poético en este cortometraje muy bien oculta desde el título. De alguna manera, se divide en dos a partir de un punto de quiebre en forma de grito.


Billar Durango. Rafael Urista.
Vaya nivel el del compa Rafa con este cortometraje. Excelente producción, un guion de manufactura sencilla pero muy fina (con unos diálogos bien estudiados acorde a la época), y una textura a nivel imagen que es chulísima, así como su atinado montaje y el extraordinario trabajo de diseño sonoro.
Qué personajazo el de Gaspar Garcés, y que buen trabajo el de Iván para interpretarlo. Los personajes secundarios (y sus respectivos interpretes) también muy a tono.
Y para que nada sea tan positivo, un par de detallitos que no están tan finos y que honestamente son nimiedades, pero que las debo mencionar: si bien casi todo el corto tiene una trabajo de arte excelente, hay dos o tres cositas que me parecieron muy rebuscadas o muy chatas, como el anillo con el símbolo de dinero, o los carteles del billar, y el hilito de sangre justo al final, pero como lo dije, son nomiedades. Por lo demás, Rafa está on fire, trasladando todos sus temas, su bagaje, e incluso su conocimiento como actor a la hora de dirigir.
Interesante también encontrar que por primera vez su personaje protagónico no se llama Juan.


Nuestro destino. Rolando Avila.
Impacta en el buen sentido de la palabra, aunque peca de redundante.
Irregular en los departamentos técnicos, pero con unas actuaciones interesantes.
El guion, muy ligado a los temas y líneas que competen al director.
Pareciera mas una buena idea para largometraje, con referencias bastante obvias, pero claras y aterrizadas.


Berdadero. Carolina Valencia.
Buen diseño de arte, excelente diseño sonoro. Lindo trabajo fotográfico y de iluminación, aunque con recursos algo manipuladores y circunstanciales en cuanto a argumento, música y colorimetria, pero que jamás molestan en lo absoluto, de hecho le dan un valor agregado por el discurso que se expone.
Sin conocerla ni mucho menos, me da la sensación de que refleja a su autora.


Un momento. Natalia Bruschtein.
Impactante, potente, aterrador. Tremendo corto docu. Uno siente impotencia a muchos niveles y por muchas razones.
Visualmente es contemplativo e intenta ponernos en un sitio presente pero lejano, para amortiguar el impactante discurso sonoro de este testimonio desgarrador.
Solo habría que saber bien cuáles fueron las técnicas de animación y montaje, pero nimiedades.


Marea. Ximena Lamadrid, Julián Lamadrid.
Un acercamiento y enfrentamiento interesante con el discurso planteado en este corto.
Narrativamente limpio y bien orquestado en cuanto a lo que propone la cámara, además de que es bien utilizado y controlado el recurso musical, sobre todo en el momento de introspección del personaje principal, además de lo magistral de incorporar esas capas oscuras naturales.
Me gustó que se optará por una iluminación no tan artificiosa, y que se conservará también la vorágine errática de los diálogos no articulados a la perfección.
Ximena es tal cual, una marea catártica hecha mujer, y un hallazgo en cuanto a la dirección se refiere, haciendo mancuerna con Julián, que supongo es su hermano.
Eso si, al final un poco no deja de ser una historia de problemas de privilegiados cuando se quedan sin privilegios y se enfrentan al mundo, pero es una historia notablemente contada, al menos para mí.


La miel inmaculada. Rodrigo Calderón Rico.
Técnicamente está muy guapo, con todo y ese aspecto radial.
Me gustaron mucho las actuaciones y esa sencilla pero potente línea metafórica con respecto a la orientación sexual, lo sagrado y la familia.


Noche de viaje. Aretha Gutiérrez.
Revelarse ante la mirada la dificultades no negociables del amor y del ser pareja.
Se nota (para bien) que es un proyecto de la DIS de la UDG, y el por qué interviene Brujazul.
Muy agradable visualmente este roadmovie con un atinado trabajo de cámara, composición e iluminación. Catártico en lo discursivo y emocional.
Me recordó fugazmente a un guion mío (sin producir, of course) llamado "La colina".


Viejo pozo. Andrés Hernández Covarrubias.
Andres le sabe al género, y le sabe bien.


Levantamuertos. Jose Eduardo Castilla.
Qué buenas mezclas en cuanto a los géneros que emplea, y la narrativa tanto técnica como literaria.
Una vez más Lin May vuelve a las tendencias.
Sumamente disfrutable.


El viento del Sur. Diego Huizar.
Interesante ver a actores reconocidos en su verdadero oficio de actor interpretando personajes nada aparatosos o grandilocuentes, sacándoles de su zona de confort.
De repente tiene sus detallitos en cuanto al diseño sonoro y la edición, pero realmente mínimos.
Narrativamente pareciera no avanzaconforme a lo que se pudiera plantear desde diálogos, pero nos dice mucho con sólo el planteamiento que se propone de los personajes desde el guion.


Hermanos. Miguel Perez Castelazo.
Sobre crecimientos y las peculiares dinámicas hermano-hermana durante la pubertad.
Muy chulo en su hechura (o sea, bien hecho), con un argumento y su derivado discurso, que se percibe notablemente honesto. La chavita y el chavito protagónicos, destacados en todo el armado. Atinado ritmo. Siempre da gusto ver al Adrián Rossi actuando.


Reencuentro. Julio Cesar Silva.
Nada es para tanto.
No está mal, pero para ser del ENAC, si debo decir que es de los más medianitos que he visto en el Shorts de este año, hablando de lo técnico/narrativo.
Eso si, en el discurso no hay nada que reprochar. Por eso es uno de los que más me gustó.


Inesperado. Luis Flores.
Esta bien hecho. Quizás estorba un poco la iluminación en ese color que no da la sensación de estar en una galería, pero eso es a título personal.
Buenas líneas, aunque no siempre llevadas y complementadas con la expresión corporal.
La canción de los créditos es bastante chula.


Casa chica. Lau Charles.
Entre juegos de niños, se asoman las preocupaciones de los adultos/padres, y la naturaleza de los hermanos/hijos.
Qué precioso corto. Narrado desde la perspectiva de los dos niños protagonistas, que al principio no saben muy bien (sobre todo el niño mayor) en qué posición está su vida y la de sus padres. Impregnado de una mirada que uno percibe nacida desde el amor, la memoria y un alma que no olvidó lo que fue ser niña.
Las actuaciones realmente destacadas. No en vano a pisado los festivales en los que ha estado.


Wann kommt der zug der mich nach hause bringt. Tavo Ruiz.
Encuentros y adioses.
Me agradó la naturalidad en que armoniza y se integra los lugares y espacios como si fueran personajes principales.
Todos queremos hacer en secreto una historia contada en reflejos, en una idioma extranjero, en silencios traducidos en diálogos escritos sobre la pantalla, con fantasmas de nuestros recuerdos y nuestras historias, aunque ya no signifiquen nada o no nos lleven a ningún lado más que a expiar.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Jay Kelly





"Todos mis recuerdos son películas."


Creo que sin querer, o sin planearlo en lo absoluto, ha sido un gran atino ver la nueva película de Noah posterior a ver la película de Joaquim, y no en el afán de compararlas, aunque hay bases para hacerlo en el sentido de que tocan prácticamente las dos mismas líneas argumentales; pero lo que sí me gustaría abordar de manera muy rápida es desde el género que cada uno lo expone.

Sentimental value, que si bien se presenta como una comedia romántica, es más un drama familiar directo (que por supuesto, tiene algunos momentos de comedia), mientras que Jay Kelly busca ser una película de pa a pu cómica, con pinceladas de drama, abordando la misma trama desde distintas figuras familiares: Joaquim desde la figura de una joven actriz que lidia con su padre ausente que es un director de cine laureado, y acompañando a su hermana menor que se alejó del arte; y Noah desde el reconocido y veterano actor que lidia con una crisis de existencia y el remordimiento de no haber convivido lo suficiente con sus dos hijas.

Dentro de los atinos de Noah esta el como discursivamente explora y cuestiona el sacrificio/privilegio no sólo de las grandes estrellas del cine, sino también de quienes están alrededor de ellos. Tiene chistes y detalles interesantes, pero lastimosamente la mayor parte de la película, su comedia no sólo es como la de cualquier otra película del big industry hollywoodense, sino que es simplona y rebuscada, al igual que sus referencias y homenajes (en Nouvelle Vague se entienden porque retrata una época cinematográfica en preciso, en Sentimental value nacen de sí misma, pero acá ni al caso viene la cita de Truffaut), haciendo en el acto que todo sello característico del cine de Noah, incluyendo su inteligente comedia se diluya, salvo por la presencia de Greta.

Y me parece que la película también contradice lo expuesto en Marriage story, pues todo lo que Noah expone (y critica) del personaje de Scarlett (que todos sabemos en quién estaba inspirado), es lo que ahora es. O sea, dicho en otras palabras: se convirtió en lo que juró destruir.

En todo caso, como mejor podría funcionar la película, quizá sin buscar ser eso; es como un homenaje a la carrera de Clooney, que sobra decir que es lo mejor de la película aun con el quilombo que le dejan en esta version edulcorada del Guido de 8 1/2. Guion escrito por el propio Noah y Emily Mortimer, dándose además el lujo de hacer un cameo en la película, para tratar de decirnos inútilmente que es una producción pequeña como las primeras películas del director (nada más falso. En todo caso, Joaquim logra más con menos en ese sentido) que por momentos tambalea (sobre todo en los momentos de introspección a través de estos viajes al pasado medio surreales a lo Annie Hall, pero perdidos). Un Sandler que tiene momentos buenos pero que ni al caso todo lo que se dice de él respecto a nominaciones y demás. Y una Laura que vale la pena lo poco que sale.

Por cierto, confirmo lo dicho hace poco: la verdad no me entusiasmaba tanto ver esta película, Noah me dejó de entusiasmar desde White noise y Barbie, pero la sola presencia de Riley en el reparto, que no supera los 5 minutos en pantalla, me hizo querer verla.

sábado, 6 de diciembre de 2025

Sentimental value





*Este texto lo estoy escribiendo desde el sentimiento y a bote pronto, de modo que si ven algunos errores de redacción, pido disculpas de ante mano.


Mientras veía la pelicula me venían frases y pensamientos a la cabeza como: "lo que es de uno, es de uno", "no hacemos la película que queremos, sino la que podemos" y "como comunicamos el amor en las ausencias que aprendimos".

No sé si podría afirmar que esta es la mejor película de Joaquim porque, al ponerla en comparación con el resto de películas de su filmografía, sé que la nostalgia por ellas podría ponerlas un paso adelante, sobre todo hablando de las dos primeras entregas de su Trilogía de Oslo porque son piezas fundamentales en mí formación cinéfila, pero si las veo en su línea autoral, creo que estamos hablando de la culminación de su directriz discursiva.

Valor sentimental completa de alguna manera su exploración de personajes perdidos, esos que vienen desde su primera película y que siempre terminan encontrando ese camino y ese motivo que los hace, y nos hace entender que todo ser humano que se pierde, está más cerca de encontrarse, y acá lo hace de una manera más madura.

Lo vemos a él y a su personaje protagónico en este drama familiar que se sostiene y se conduce a través de una forma muy sutil, pero con mucha fuerza, peso y presencia; en una de las dos líneas argumentales que presenta, y si bien puede caer en cosas predecibles, no es por falta de originalidad, sino porque al final de cuentas es un drama familiar. Las tensiones e inconclusos procesos de aceptación y duelo. El peso de no estar y ver que en la ausencia a quien más hemos amado se enrolla en un camino por el que uno ya pasó, y no querer que el otro pase. Que lo que hacemos, por más que lo amemos, nos aleja de las personas que amamos y nos puede llevar a una soledad dañina. Como dicen por ahí: "los polos iguales se repelen" o como diría mi madre: "lo que no quieres ver, en tu cada lo has de tener". Y también es entender que al sufrir un dolor, muchas veces salvamos a otros de que precisamente no sufran ese dolor, aún din darnos cuenta.

Renate es una actriz insuperable, Elle en el mejor papel y la mejor actuación de su carrera, Stellan derrochando maestría, e Inga brindándonos una actuación memorable. Si bien es verdad que Nora es el personaje protagónico, y representa a él alma perdida que conecta a todas las películas de Joaquim, acá el personaje de Agnes es el más importante de la película, un personaje que trae calma y encanto en esas escenas en las que practicamente refleja la rutina de la vida, regalándonos además el abrazo más hermoso del cine en este 2025. El final es simplemente maravilloso.

Y es precisamente en este final de la película, con un silencio y una mirada cómplice entre Nora y Gustav, nos manifiesta que, cuando las palabras faltan, esta el cine; y que siempre hay que ceder una cosa cuando del cine hablamos. Y de eso va la segunda línea argumental: la vida del cine, del actor, del arte. El miedo, el arrojo, la valentía, la realidad. Saber que hay cosas que ceder, como dejar de hacer tu película en un escenario tan importante que tiene una función primordial, como puede ser una casa, para poder hacerla con las personas que siempre han estado, aun en los largos tiempos de ausencia que unos u otros podemos poner. Esta película siento que va sobre eso y para ellos; la gente que siempre esta: familia y amigos.

jueves, 4 de diciembre de 2025

Je me souviens.





A Jonás Trueba, Georges Perec, Harry Mathews y Joe Brainard.



"Fue en ese cine, ¿te acuerdas? Era una mañana "Al este del eden".

James Dean tiraba piedras a una casa blanca, entonces te besé...."

Las cuatro y diez - Luis Eduardo Aute



No me acuerdo cuál fue la primera película que fui a ver al cine. Sé que fue El rey león o Jurassic park, y sé que fue entre 1995 y 1997, y sé que tenía entre 5 y 7 años. De lo que sí me acuerdo es de la primera vez que me emocioné de sobremanera. Fue cuando fui a ver Power Rangers, justo en el momento en que Zordon aparece por primera vez en la pantalla grande y el grito de toda la gente en la sala le acompañó, como hace unos años la gente llenaba las salas y gritaban al ver al Capitán América apareciendo en las últimas películas de los Avengers. Me acuerdo de la cara de mi hermano Eduardo esa noche en los años 90's. Me acuerdo de mi mamá, de Ceci y de mi tía Rosa, en ese orden. También me acuerdo que al salir del cine fuimos a Gigante y me acuerdo de los cromos de la película que estaban regalando al comprar una Pepsi. Me acuerdo también haber visto E.T., por esos mismos años.


Luego, estando más grande, como de 17, me acuerdo ver Eragon con toda la pandilla; y haber ganado las entradas de cine para todos lavando una losa de trastes sucios. Me acuerdo cómo de alguna manera se inauguró la tradición de ir al cine en Año Nuevo en los primeros años del nuevo milenio viendo las películas de El señor de los anillos con mis primas más grandes, y cómo luego yo y mi hermano Eduardo continuamos esa tradición unos años después estando solos en La Paz. Me acuerdo de varias películas compartidas con él. Me acuerdo cuando fuimos a ver Man of steel y lo enojado que salí de la sala. Me acuerdo cuando fuimos a ver El caballero de la noche asciende y las gafas de sol que perdí en la sala y que me gustaban tanto, y también cuando fuimos a ver Qué pasó ayer 3 con una sala repleta de niños. Me acuerdo cuando llevé a ver a mi hermano Fernando a ver El principito. Me acuerdo de la emoción que sentí al ir a ver solo El gran Gatsby, Her, La la land y Las oscuras primaveras. Me acuerdo cuando vi en la Cineteca de Durango El Padrino Parte Dos y sentir que estaba viendo una de las mejores películas en la historia, y lo mucho que me acordé de mi hermano Eduardo. Me acuerdo de la conmoción que me dejó ver Interstellar, y lo abrumada y aburrida que salió mi prima Ceci de la sala.


Me acuerdo haber visto Güeros la segunda vez que estuve en un Festival de Cine en mi vida, la primera vez que fui a uno, fue en La Paz, viendo Mr. Pig con Diego Luna en la sala. Me acuerdo de las tres veces que tuve la oportunidad de saludar a Damián Alcázar caminando por las calles de Todos Santos. Me acuerdo de haber visto Porto de Gabe Klinger un 11 del 11 a las 11, y la emoción que sentí al mirar en los créditos que Jim Jarmusch era uno de los productores ejecutivos y entender por qué me había gustado tanto. Me acuerdo cuando vi Columbus en una sala VIP alrededor de unos diez críticos de cine y escuchar como dos de estos dormían plácidamente ante una de mis películas favoritas en la vida. Me acuerdo de haber visto en Los Cabos la película The Florida Project sentado al lado de Astrid Rondero y Fernanda Valadéz antes de que fueran las directoras celebradas que hoy día son. Me acuerdo de haber estado en la misma sala que estaban Terry Gilliam, Adam Driver, Jennifer Morrison, Monica Bellucci, Julio Hernández Cordón, Everardo González, Tatiana Huezo, Amat Escalante, Emilio Santoyo y Diego Hernández. Me acuerdo de haber visto Paterson en El Huevo. Me acuerdo la primera vez que estuve en una proyección en la playa y sentirme como si estuviera en una sala de cine. Me acuerdo cuando vi The Irishman en una función de prensa y la felicidad que me dio el saber que era una de las primeras personas que veía la película en una sala de cine en todo el país. Me acuerdo de haber visto Atlantique de Mati Diop en una sala atascada de gente, y haber sentido una enorme felicidad de estar sentado en uno de los pasillos de la sala. Me acuerdo cuando vi Café Society de Woody Allen y cómo al salir de la sala sentí una felicidad que pocas veces he sentido, y un enorme amor por la vida. Me acuerdo cuando vi A ghost story, y la caminata al hotel detrás de un grupo de tres jóvenes que empezaron riéndose de lo absurda que les había parecido la película, y terminaron filosofando sobre el sentido de la vida. Me acuerdo cuando vi Susurros del corazón con Eliza, y la cena y la caminata posterior en aquel día de San Valentín. Me acuerdo de las muchas noches de cineclubismo viendo películas como El sacrificio del ciervo sagrado, El planeta salvaje, Isla de perros, Reminiscencias de un viaje a Lituania, entre muchas otras más; y a todas las personas maravillosas que conocí en ese tiempo.


Me acuerdo también la primera vez que vi en pantalla grande Cinema paradiso y darme cuenta que esa era la manera correcta de ver esa película en particular, y lo mucho que me habría gustado compartir con alguien ese momento. Me acuerdo de las dos películas, pero no de sus nombres; del Tour de Cine Francés del 2021 que fui a ver con Mónica. Y me acuerdo de la primera vez que me vi en la pantalla grande en Alejandra… todavía Alejandra, y lo que sentí al ver El Editor -Versión Final-.


miércoles, 26 de noviembre de 2025

"Historias extraordinarias" de Mariano Llinás





"Aquí yace, tuvo suerte. Nació con el destino de andar por la vida, lejos."

No hay forma de escribir y abordar el cine de Llinás, sin sentir que uno queda en deuda o no le hace del todo justicia a lo vasto y generoso que muchas veces suele ser su cine. Aún así, me aventuraré a hacerlo.

No dejo de sentir la sensación de que al ver "Historias extraordinarias", es como si estuviéramos viendo un "La flor 0", y no porque en "La flor" se haya perfeccionado lo que acá se expone hablando estrictamente de la "forma" (técnica y narrativa [con un aura muy noir gracias a la propuesta estético/fotográfica muy oscura y con gran poder visual]) que básicamente las aborda de la misma manera, sino porque simplemente esta dura mucho menos que "La flor", pero aún así dura mucho para la media de las películas hoy día (confieso que tuve que verla en dos partes, dos días seguidos).

Y es que la película no es larga sólo por capricho de Llinás o la extensión de los capítulos; es larga porque Llinás apremia al desarrollo detallado y meticuloso de la película y las historias que en ella convergen, historias extraordinarias en lugares más bien comunes y cotidianos. 

Hay una deliberada economía de recursos, que hacen aún más creativa, efectiva e irreal la propuesta cinematográfica de Mariano, que sin duda evidencía la naciente forma de hacer cine a mediados de la década pasada en Argentina, y de cuyo proyecto se desprenden nombres como Laura Citarella (haciendo labor de productora general, asistente de dirección y trabajo en arte), Juan Minujin y Santiago Mitre. 

Acá vemos un rompecabezas más parecido a una novela que a una película. Avanza, regresa, repite, cambia la perspectiva, inicia una historia, luego en medio empieza otras, algunas las termina, otras no. Las vidas de los tres personajes principales (narradas a tres voces) se entrelazan, pero no de la forma que uno creería o creemos que se nos sugiere todo el tiempo, siendo así testigos de un cine de infinitas lecturas, de infinitas posibilidades. Lleno de aventuras, misterios, intriga, reflexión, paranoia, amor, recuerdos, una música riquísima; y vida. En esta película, hay de todo.

La mayor virtud de esta película, es que Mariano manifiesta que el cine argentino es tan grande y vasto como sus hermosos paisajes provincianos y sumamente cinematográficos.

Mis partes favoritas, la historia derivada de “X” en el capítulo "Lola Gallo", porque me recordó a "Los asesinos" de "La flor" por la cadencia narrativa y la canción que se repite en bucle y que no spoilearé pero que revelaré en decir que es una pieza de Roberto Carlos. Y también la conclusión en el viaje de “Z” en el capítulo "El tesoro", sobre todo por el peso y poder del monólogo que hay en este.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

"Después" de Sofía Gómez Córdova: sobre duelos y descubrimientos.





Hay una especie de sentimiento raro que me habita a la hora de estar escribiendo estas palabras para una película que esperaba con muchas ansias poder ver antes de cerrar el año, no sólo porque es de una directora que desde su ópera prima me pareció muy relevante su lenguaje y cuya película puedo considerarla una de mis favoritas mexicanas de la década pasada, sino porque además esta es su segunda película, la primera después de esa ópera prima (Los años azules), pero además me he enfrentado a ese mood insano del hype, ante el cual muy pocas obras ganan, pero aunado a todo lo anterior, Después es una película que ha ejercido sobre mí el ejercicio de la suposición, es decir, que mientras veía la pelicula, todo el tiempo me venía a la mente el pensamiento de: "que habría hecho yo de ser el director".

Ante todo debo decir que, más allá de argumentar internamente y exponer por acá entre los detalles negativos que la película tiene (un montaje confuso que en la mezcla de líneas temporales puede hacer que se pierda más de uno, el tercer acto que afloja y en consecuencia puede provocar el desinterés de más de uno, pero que después hay un entendimiento claro del por qué esa decisión narrativa, y el final final que yo habría desestimado de cualquier plan por lo bien que le pudo haber venido la ambigüedad al cierre e la película, pero que es entendible la decisión de Sofía, además de que hay total congruencia en ese final) y todos los aciertos positivos que se logran, hay un sentimiento unánime al finalizar la proyección en la sala casi vacía. Este sentimiento dice que es una película de resiliencia: es hermosa, pero también es dolorosa, pero también se siente como ese abrazo de amor que alguien te da en un momento de profunda tristeza.

La mirada y el enfoque de Sofía no dista o cambia mucho de Los años azules a Después, pues sigue poniendo el foco de manera muy próxima e intima sobre su personaje principal, incluso por momentos en los que está se siente perdida, o no sabe lo que siente respecto a lo que está viviendo; el foco se pierde y es como si viéramos como ella se experimenta en el dolor, la inquietud y la desolacion: borrosa, desvanecida.

Muchas personas podrían argumentar que a la película le sobra reflector y cámara para el personaje de Carmen (Ludwika Paleta retratada magistralmente en esos primerísimos planos controlados por Ernesto Trujillo), y falta desarrollo de Jorge (Nicolas Haza) y personajes secundarios, pero para mí está sentencia es errónea en lo absoluto, pues desde el comirnzo de la película, incluso desde antes: el trailer, la sinopsis y el cartel, nos señalan que es una película sobre el duelo que vive una madre y como en ese proceso va descubriendo que no conocía del todo al hijo que tanto amo. No es una película sobre un joven en autodescubrimiento, en exploración, que se siente perdido, o sobre los sentimientos de las dos parejas que tenía, o sobre el tío, o sobre el padre; la película es sobre Carmen y como la negación y las capas caen para dejar manifestar la tristeza y el dolor de perder a alguien que amas, de maneras naturales, bellas y genuinas, sin tener que recurrir a extremos dramáticos que quizá impactan pero que pocas veces pueden identificarse con la realidad, aunque cada cabeza es un mundo y los duelos pueden manifestarse de formas infinitas. Sobre todo también hay una ejemplificacion que este velo y la floración de la expresión puede aparecer en momentos y lugares que pocas veces podemos atestiguar, como en la creación de arte y la sanación catártica.

Profundizando un poco más sobre Ludwika y su actuación, que es quien soporta y conduce la narrativa con la que Sofía crea sus historias y su cine (recordemos que Sofía es una de las guionistas más prolíficas y talentosas [generalmente haciendo mancuerna con el también sumamente talentoso Luis Bruo es] que tenemos en el cine mexicano descentralizado), me parece hay una sutileza, una contención y una hondura que sin mucho brillo, intensidad o presencia de palabras (que importantes se vuelven los silencios, la música y el diseño sonoro en la forma en que se nos cuenta la historia, pero también para adentrarnos al mood de Carmen), hace un personaje luminoso, fortalecido con una exquisita y poderosa actuación, que seguramente tocó de maneras muy particulares a Ludwika, pues la hace con su propio hijo en la vida real.

Finalizo comentando algo que me parece trasgiversa de alguna manera lo que la película busca, y el espectador promedio expone por su mirada adoctrinada, sensacionalista y de lectura superficial: muchos usuarios de la red social Letterboxd han escrito que Después vendía a ser algo adicional como la Aftersun mexicana, y me parece que es un completo desatino afirmar y seguir sumando esta apreciación a lo colectivo. No hay nada que asemeje a estas dos películas, salvo por la integración e incrustación de imágenes que vendrían a simbolizar no sólo grabaciones personales en formato casero, sino que además exponen en episodios importantes de naturaleza cotidiana, el punto de vista subjetivo de los personajes. Pero en el fondo de su trama, no hay símil alguno. En todo caso, puedo ver paralelismos más importantes de carácter discursivo con películas como Todo sobre mi madre, The deep end of the ocean, incluso con A ghost story, por muy descabellado que muchos crean mi conjetura.

sábado, 8 de noviembre de 2025

Chicharras, de Luna Marán.





De entrada y quizá lo más importante que puedo escribir sobre esta película tan particular de Luna Marán es que me gustó mucho, que aplaudo su valentía por hacer una película como la que hizo, y que si mucha gente alega que cedió y condicionó muchas cosas que le restan peso a la obra, yo les objetaría diciendo que al menos, contrario al status quo del cine comercial en el mundo en general y en el cine comercial mexicano en particular; Luna hizo la película que quería hacer.

De alguna manera, Luna se sirve de un elemento ficticio que da introducción a la película (elemento ficticio que existe por supuesto y que lleva esa carga dual que expone la historia y que han sufrido poblaciones alejadas de las comunidades mas grandes), y que no lo volvemos a ver en la película más que dos o tres veces (se habla de él, porque la razón de la historia gira en torno a este elemento, pero muy pocas veces vuelve a aparecer como tal), para hacer un retrato muy fidedigno de esta comunidad, de su gente, sus formas, sus costumbres y sus lenguajes, sus problemas diarios y verídicos. Y este retrato a su vez sirve y nos confirma a quienes acudimos al cine de Luna, que los seres humanos no somos tan distintos los unos de los otros: nos enamoramos, bromeamos, cuidamos a nuestra familia, nos gusta la fiesta, nos emborrachamos, defendemos nuestra tierra.

Sí tiene cosas y detalles en su hechura, como algunas faltas perceptibles (dicción no tan pulida, recurrentes miradas a la cámara) de su reparto que la mayoría no son actores profesionales, o en lo visual salta con mucha evidencia una falta de uniformidad en el trabajo de postproduccion de la imagen (que quizá se deba al hecho de haber utilizado más de una cámara, pero no podría afirmar tal conjetura); pero honestamente estas cosas no estorban en la experiencia de lo que vemos, porque la naturaleza y la intención de la historia esta en otra parte. Estas cosas son nimiedades porque, para los que gustamos del cine comunal de Luna y sus colaboradores, podemos hacer esas concesiones.

Uno de los elementos ficticios que me parece extraordinario, es cuando vemos estas secuencias grabadas con cinta donde acompañándose con música (preciosa, por cierto), hay un retrato de la tierra, la sierra, la montaña y los organismos vivos que le integran. Mi lectura que puede ser muy superficial, me dice que en estos lapsos es como si la naturaleza estuviera hablando a través de la cámara, a nosotros espectadores, pero también de alguna manera onírica a los habitantes de la comunidad. Y aquí sí, las secuencias cobran sentido e importancia tanto en su fondo como en su forma.

Muchos podrán decir que la coralidad le puede restar peso a la película y que quizás el salto a la ficción no ha sido la mejor decisión de Luna, pero a mí me parece todo lo contrario: respecto a lo primero, creo que dar protagonismo a más de una voz en esta historia en particular, le da un ritmo y un color que la hace disfrutable, y enternecedora. Y respecto a lo segundo, siento que delimitar el cine de Luna a ficción o documental es no hacerle justicia, pues esta película bordea y salta con naturalidad ambas líneas y uno agradece este tipo de trabajos tan cercanos y con tal franqueza, ficciones tan humanas no se perciben muy seguido, y menos con escenas tan maravillosamente logradas como la reunión de los sabios ancianos.


jueves, 6 de noviembre de 2025

Mostro (2021)





Si nos vamos por la lectura fácil y la literalidad del título, diríamos que la película se llama Mostro por el nombre de su personaje protagónico, y no sería una idea incorrecta; pero desde mi perspectiva, creo que José Pablo quería contener como en un refractario, muchas cosas que la película trata y retrata desde el propio título.

La película misma, las situaciones y otros de sus personajes son monstruos en sí, que por momentos se esconden, y por momentos se muestran. Caóticos y con una vorágine desquiciada entre sus momentos calmos y sus lados más salvajes. Entre locura y amor. Entre sustancias, explotación, silencios y soledad. De angustias y psicosis. De realidades y posibilidades. De libertades y encuentros.

Todo lo anterior, de manera muy pobre y burda si ustedes quieren; intenta ser un halago para la película del joven Escamilla.

Ojalá viéramos más películas así, descarnadas y viscerales en nuestro cine mexicano. Sus libertades y maneras narrativas (resolviendo de buenas maneras además problemas de diseño sonoro) me recordaron a películas como El editor... QHCDM, y me entusiasma porque es una película que llegó a ser bien valorada en Locarno.

Los monólogos iniciales están extraordinarios. Hacen que el espectador desdobla su atención y ponga a trabajar sus dos hemisferios cerebrales. La narrativa nos reta, busca su propia naturaleza cual bestia embestida, y jamás nos complace, o al menos a mí me da la sensacion de jamás estar seguro de lo que vendrá después en pantalla.

Muchos dirán que de repente divaga y se disocia en su discurso, pero jamás charlatanea con ideas huecas o vacías.

El tema de las desapariciones lo aborda como nadie en México lo había abordado. Hay un recurso dotado de mucha originalidad.

No es perfecta, y qué bueno.
Bravo!

PD. Que mal actor es el señor que hace de servidor en el MP, la verdad.

domingo, 26 de octubre de 2025

"La falla" de Alana Simões: despedidas y buenos profesores.





El documental (ópera prima por lo poco que leí sobre este) de Alana Simões, es una especie de milagro en el ya rancio status quo que apesta a la mayoría de la práctica en el cine documental, si mundial; pero sobre todo Latinoamericano.

Uno no sólo le agradece a esta directora y a esta película particular (y peculiar) el hecho de que sea tan directa y franca, sino el hecho de intervenir prácticamente en nada de lo que capturaba, si acaso puede haber obediencia a una estructura de montaje, pero incluso el documental sugiere y hace que uno piense incluso por momentos en un segundo milagro: el de encontrar la película y su desarrollo en pleno montaje, sin un guion rígido o escaleta de regla o a raja tabla, a la que se somete. Muchos pueden argumentar, con derecho y algo de franqueza, que el documental no tiene nada destacado o sobre saliente en su hechura. Pero su discurso, que acá es lo más importante, hace que todo lo demás ni falte ni sobre, simplemente son elementos y están porque deben estar en la forma en que están. La falla es, por sobre todas las cosas formales y rigidas que puede pedir hoy día una industria audiovisual; un apapacho al corazón.

Vemos a niños jugando, peleando, siendo groseros, chantajistas, incluso siento rechazados y manifestando su tristeza de diferentes maneras; pero que siempre recae y se siente en la catarsis que llega al espectador. Vemos un compromiso y una voluntad en un ser tan amoroso y con verdadera vocación como lo es la maestra Celeste por crear un real impacto con sus infantes a su cargo, desde el amor y desde comprender sus complicados contextos llenos de violencias, abandonos y un pensamiento machista muy arraigado; pero también desde la disciplina y la honestidad, desde la vulnerabilidad y desde el miedo, en un contexto complejo e ideario estúpido cada día más peligroso, malagradecido erróneo e incensato; que encaja, generaliza y cree que hoy día todas y todos los maestros están menos preparados y tienen menos peso de importancia en el desarrollo de las infancias. Vemos una transformación muy sutil en estas almas infantiles de alrededor de 7 años, en los últimos días de convivencia con su maestra, y con el artilugio de la cámara, a través de una película que ellos protagonizan, pero que en muchos sentidos también hacen.

La falla es figurativa, pero también es metáfora. Las grietas son múltiples, ahí están, nos corresponde a nosotros descifrarlas y encontrarlas, no sólo en lo que plantea el documental, sino también en nuestro día a día, y la tesis y catarsis que llega no al final de la película, sino en la reflexión que viene mientras se piensa horas después en ella, y en ese pensar surge el cuestionamiento propio si es que nosotros también haremos algo para tratar de reparar un poquito nuestro mundo, y en el acto hacer lo mejor que podamos para que el entorno en el que vivimos y donde nos tocó desarrollarnos, sea un lugar mejor.

La escena final no sabría interpretarla, pero qué hermosa es.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Una batalla tras otra.





Escribir sobre las películas de P.T. Anderson siempre resulta una tarea complicada, pero sin lugar a dudas gozosa, pues siempre hay que tocar varias bases para tratar de dar un comentario redondo y objetivo: filmografía, revisión de historia cinematográfica, atención al detalle conforme al lenguaje cinematográfico. El cine de P.T. Anderson es tan magistral, que aunque se intenta, para alguien como su servidor que ha visto crecer su cinefília con la filmografía del último gran maestro cinematográfico norteamericano, la objetividad se pierde un poco para dar paso al gusto de escribir desde el corazón cinéfilo de un joven de 21 años.

Antes de internarme a señalar y apuntar todo lo que me llamó de "Una batalla tras otra", me parece pertinente mencionar todo el revuelo mediático que ha originado la última obra de P.T., pues me parece que algunos de los comentarios que se han mencionado en las redes sociales, sobre todo por parte de crítica avejentada, e influencers de ideas vacuas, pueden desorientar y hacer que el hype se eleve, para hacer que muchos de los que no conocen el cine de este genio, terminen decepcionados. En el sumidas cuentas: me parece que los comentarios generales de la película son o exagerados, o mal leídos.

Hay muchos influencers (no pienso generar tema dando nombres a personalidades que honestamente no me agrada su contenido) que la han mencionado como la mejor película de este siglo, lo cual no solamente es una grosería para las mejores películas de P.T. (la pelea por esta distinción siempre versa entre tres películas), sino para la cinematografía mundial en general. Sólo mencionar una película como Amour de Michael Haneke, hacen que uno se de cuenta que ese comentario es completamente exagerado. Otros la han mencionado como "La mejor película del año", y en este comentario quizá no podría discutir mucho en el sentido que, por la cercanía y vigencia de lo hecho en este 2025 estas declaraciones subjetivas de muchas personas no se podrían discutir en el sentido de que si para ellos es la mejor del año, esta bien, sin aseverar que es la mejor película del año para todos, como podría ser la declaración de "La mejor película del siglo" cuando hay precisamente un bagaje histórico que si podríamos cuestionar. En todo caso mi opinión ante la idea de que "Una batalla tras otra" es la mejor película del año", haría falta hacer una revisión exhaustiva del panorama cinematográfico mundial antes de dar una opinión de estas, y justo es otro de los problemas en los limitados comentarios de muchos influencers, o de las personas influenciadas por estas personas: pues además de que estas personas van invitadas por las productoras y distribuidoras de la película a ver en un estreno especial o alguna función de prensa, además de recibir regalos o pagos por ello; lo cierto es que ellos sólo ven generalmente cine de industria, y en un gran porcentaje, de la industria hollywoodense. De modo que para cerrar esto, puede ser posible que la película sea la mejor película de la industria norteamericana del año, y conecto con otro asunto muy importante.


Sin duda alguna "Una batalla tras otra" ha sido la película más publicitada de P.T., cosa que en consecuencia hará que sea la película más taquillera de su filmografía, aunado con el más que atractivo reparto; pero también hay que decirlo con todas sus letras: es la película menos demandante narrativamente de Anderson, lo cual para nada quiere decir que sea menos. Ahora me explico.

Quizá debería de partir este párrafo escribiendo una sentencia que no creo haya alguien que lo pueda cuestionar: P.T. Anderson no tiene en su haber película mala (10 largometrajes, 1 mediometraje documental [que no sé por qué razón no se habla más de este] y algunos cortometrajes y videoclips). Quizá algunas son menores que otras, pero ninguna es mala. Ahora, el hecho de que "Una batalla tras otra" no sea tan demandante narrativa o/y discursivamente como "El maestro", "Petróleo Sangriento" o la extraordinaria "Magnolia", no la hace una obra menor en lo absoluto.

P.T., hoy día un veterano de esa maravillosa generación del '90, sabe con una perfección y maestría como se debe dirigir una película que le guste no sólo a sus adeptos, sino también al público en general, con una construcción de personajes complejos, con honduras y visceralidad que viene asentada no solo desde el guion, sino desde el conocimiento de lo que el actor elegido puede dar a su personaje. Es un director que sabe presionar hasta donde debe: sin recurrir a la figura del arrogante genio todopoderoso, pero tampoco desde la displicencia y condescendencia. En esta narrativa desde la posición segura de un maestro, siento que P.T. por momentos cae en un desarrollo de situaciones que si bien están perfectamente orquestadas, hay mucha base segura que pisa (como lo es el inicio que por momentos me hacía creer que estaba viendo una película de dos de sus compañeros de generación más talentosos: Tarantino y Nolan, justo hasta la parte en que se encuentran Perfidia y Lockjaw; ahí se introduce el P.T. que yo conocía en el 2010) lo cual hace que en esos momentos yo no vea al genio creativo y propositivo que nos regaló películas como "Boogie nights", "El hilo fantasma" o "Embriagado de amor"; aunque también si consideramos el género principal que define a la película, se comprende que haya mucha llanura o carretera recta, para enaltecer aún más picos telúricos en el vórtice, esas subidas inesperadas.


Un elemento por demás palpitante y que P.T. es de los pocos genios que lo lleva a la maestría y al límite (y con ello a nosotros) es la OST. Todo el tiempo esta la presencia de la magnífica pieza musical creada por el también mega talentoso Jonny Greenwood. Un acompañamiento perfecto que nos introduce a todo el feeling y timing que P.T. ya propone desde el argumento y el desarrollo de la trama. Este poder que P.T. manifiesta desde el score lo podemos ver en las dos mejores escenas de la película, donde somos testigos una vez más de los alcances y dominios que tiene P.T. narrativamente del lenguaje cinematográfico: el de la redada a la tienda del sensei, y la persecución en la carretera. Una singular orquesta con un tempo perfecto y desquiciados donde nada, absolutamente nada sobra y nada falta: duración de planos, campo de profundidad, milímetros de tercios, diálogos involucrados (o no); en fin. Un todo en unos satisfactorios minutos que se disfrutan endiabladamente en una pantalla grande.

P.T. hace una película perfecta, equilibrando la finura narrativa desde la escritura hasta el conocimiento del cine que a todas las personas les puede gustar. Hace una película de manual en muchos sentidos, con chispazos de creatividad que han identificado a su cine durante tres décadas. Esto hace en automático que sea una película con bastante consideraciones para la temporada de premios, donde seguramente lo veremos brillar a él, su crew y a su cast, sobre todo a Sean Penn y a Teyana Taylor (a mi consideración), pero sin dejar de lado las increíbles actuaciones de Leo, Benicio, oncluso ber de vuelta al panorama de muy gratas maneras a una Regina Hall; y la luminosa aparición de Chase Infinity que se ha vuelto en un grato descubrimiento más que le podemos anotar al maestro P.T.


Finalizo sólo recalcando una cosa que ha sido un común denomi ador entre los detractores de la película, que han sido pocos, pero que son peces gordos de la pluma crítica dentro del cine, como el maestro Boyero. Y es que se le ha cuestionado que P.T. crea un relato más superficial que ha realizado, sin hondura discursiva (incluso muchos lo han tachado de rojillo o izquierdista, lo cuál se me hace la lectura más simplona que se puede dar a la película) y sin creatividad constante salvo por los dos (muchos consideran tres) chispazos que tiene en tiempos marcados (supongo que no les quedó del todo claro el género de la película y sólo se dejaron llevar por el particular humor que maneja) de los tres actos de la película (que para mi en realidad la película la podríamos diseccionar en seis partes particulares e importantes, y quizá en su momento escriba puntualmente sobre cada una de ellas, pero ahora no); incluso argumentando que directores realmente legendarios y octagenarios han sido más valientes y arriesgados con su cine como Ford Coppola, Scorsese y el buen Jerzy. Ante todas estas lecturas, que las respeto y las valido porque hay un grado de valor y veracidad en lo expuesto en ellas, es que me parece se debe ver el panorama completo, pues si bien a un artista siempre se le debe de juzgar por su última obra, hay dos verdades en torno a P.T. y a la misma película: lo primero es que si revisamos detenidamente la filmografia de este director, vemos una constancia palpable de su calidad discursiva, argumental y técnica en todo su cine, explorando distintas historias, honduras y géneros, haciéndolo uno de los autores más consistentes de los últimos treinta años del cine hollywoodense. Y lo segundo es que, si bien puede ser una de las películas con menos finura del genio Anderson, si lo comparamos con el panorama actual del cine hollywoodense, se lo lleva absolutamente de calle, y en automático el espectador promedio o la audiencia general creerá (y que bueno que así lo crea y se reconozca a este capo) que está ante una obra maestra.

miércoles, 1 de octubre de 2025

El gran viaje de tu vida: las puertas que somos.





Empezaré este texto haciendo referencia a la recepción general de esta pelicula: a mucha gente no le gustó. Dijeron varias cosas que quizá si rozan en la razón, y otras que honestamente son disparatadas, una lectura muy superficial, o simplemente no le saben a lenguajes y géneros cinematográficos. El asunto es que ninguno de los comentarios leídos, los que busque leer y los que llegaron sin buscar; impidieronque pudiera ver la nueva película de uno de los directores contemporáneos que yo más respeto: Kogonada. 

Con sólo dos películas en su haber, Kogonada conquistó mi corazón cinéfilo con películas enternecedoras discursivamente y hermosas e inteligentes narrativamente, además del hecho de que he tenido la fortuna de ver ambas en la pantalla grande: Columbus en el Festival de Cine de Los Cabos 2018, y After Yang (en su cuarto visionado quizá) hace unas semanas en la Cineteca de mi ciudad en donde tuve la posibilidad y la fortuna de poder programar, en funciones muy peculiares que también ejemplifican hacia donde dictará la tesis de este texto: ambas con tan pocas personas que podría contar con las palmas de mi mano, y con algunas de esas personas durmiéndose; lo cual puede traducirse en que el cine de Kogonada no es para cualquier persona, incluso su película más comercial como vendría a ser esta.

A big bold beautiful journey (título original) no sólo significa el salto de Kogonada (o acaso una intervención que le asegure financiamiento para futuros proyectos más autorales) al cine comercial, mainstream, o de Hollywood; con todo lo que eso conlleva e implica, sino que también significa la primera película que él no escribe, y lo menciono de esta manera porque no puedo decir en toda la extensión de la palabra que esta sea una película de encargo. Ahora me explico.

Con un guion escrito por Seth Reiss (alabado por mucho con su guión de "The menu", que lo cierto es que a mí me pareció muy básico con twists leídos de acá a la Luna) Kogonada lo hace suyo, o al menos se leen muchos gadgets muy de su cine, y eso precisamente es lo que más explota.

La dirección técnica sencillamente es igual de hermosa que las películas antecesoras de Kogonada, pues es un hombre que le aprendió al cine de los más grandes maestros de este arte. Hay guiños a las formas (sobre todo en los planos y las secuencias), de Ozu, Kurosawa, Ford, Howard, Demy, Donen, von Trier y Gondry. En lo visual, la fotografía es excepcional, Benjamin Loeb destaca de sobre manera la luminosidad y la belleza de cada elemento en cada uno de los fotogramas: locación, diseño de producción, y obviamente los personajes y los actores que los interpretan, que ahora vamos con ellos.

Una de las cosas que yo más temía de esta incursión de Kogonada al cine de blockbuster y presupuesto descomunal, era el hecho de que tuviera una actriz del perfil de Margot Robbie, y no por el hecho de que sea una mala actriz, sino porque por su perfil actoral y el cine de Kogonada, no veía compatibilidad, pero lo cierto es que no sólo me calla la boca, sino que lo hace maravillosamente, luciendo más radiante que nunca, y la química que desprende al lado le Colin es vibrante, que conoce lo que Kogonada crea, y todo lo que sus personajes lo pueden hacer explorar interpretativamente. Ambos personajes, tienen mucho de los personajes de Columbus, incluso refuerzan mucho uno de los discursos mas importantes en el cine de Kogonada: todos nos podemos sentir perdidos (más no perdedores) en el camino, son importar la edad que tengamos. Los actores de reparto (sobre todo Phoebe, Jolie en la voz de GPS y el gran actor Kline) también son singulares y están llenos de un carisma incomprendido por los personajes principales (y una importancia que no se permitieron ver los críticos duros), pero que a mi parecer sirven como guías y cómplices para que ellos sigan ese camino de conocerse a sí mismos para conocer al otro, y como compañeros para que el espectador no se pierda y entienda lo que acá está pasando.

El concepto de las puertas en la película es en demasía importante, no sólo por lo que pasa de manera interna en la historia y su entramado, donde nos lleva a momentos importantes en la vida de estos dos personajes y que los definieron para ser lo que son y llegar a donde están, sino que también hay un mensaje muy claro por parte de Kogonada, pero que está escondido entre líneas como el cinéfilo de hueso colorado que él es: las películas también son puertas en nuestra vida. Hay una tendencia muy particular en cada una de las puertas con referencia a influencias cinematográficas que tiene el norteamericano de ascendencia coreana (de ahí que me parece descabellada la idea de las personas que escribieron de manera muy vacua que la película era un torpe intento de musical. Incluso le puedo encontrar cosas de HIMYM, pero nada de La la land), y si bien hay una medida general que predomina en toda la narrativa de la película, no hay que abrir mucho los ojos para darse cuenta que cada una de las puertas, tiene una forma y un propósito, tanto para la trama de la película y lo que viven los personajes, como para nosotros.

Dentro de las debilidades que se notan en la película, unas fuera del control del director, y otras que sí le competen, están muy visibles por una parte los diálogos de los protagonistas, que por momentos si buscan el efectismo a través de frases muy superficiales que buscan una profundidad que muchas veces no llega de forma natural y se tiene que valer de la música (elemento por demás dominante y atractivo) o de la magia de todo el elemento visual desplegado en la escena. Y también lo que muchas veces no juega a su favor, es el lenguaje de videoclip que si suma, pero creo yo nos privó de lo que se pudo haber logrado a través de una mejor distribución de tiempo uniforme entre todas las puertas, y lo que nos podría haber dado un mayor desarrollo más natural entre David y Sarah. Incluso podría decir que de haber llegado el metraje a los 120 minutos, yo lo habría agradecido enormemente. Y al respecto del comercial a Burger King, lo cierto es que a mí no me molestó tanto. Vamos, que hasta Wong Kar-Wai lo hizo para Heineken en una de sus películas más celebradas y una de mis favoritas.

Finalizó este texto comentando la singularidad entre una película de la big industry y una película indie en toda la extensión de la palabra: como antes lo comenté, de haber pasado a tener funciones con un número menor a diez personas, en contextos especiales como un Festival de Cine y la programación personal en una Cineteca; en esta película estuve acompañado de alrededor de 30 personas, en su segunda semana de proyección, con la agradable sorpresa que hace mucho tiempo, no veía una película en completo y absoluto silencio y oscuridad.

Kogonada entrega una película en la cual se permite experimentar en formas narrativas que muchos no comprenderán y se perderán, y confirma al menos para mí, que es un director que sigo queriendo ver en la pantalla grande, aunque en esta ocasión su cine no me haya hecho llorar con las dos veces pasadas.

domingo, 28 de septiembre de 2025

#SelecciónOficial del #Pa1omaTr3ce





Este año decidí dejar un poco de lado mi figura como director del Festival de Cine Paloma Itinerante, para atender lo que realmente me trajo de alguna manera al mundo cinematográfico: la crítica.

El siguiente ejercicio lo hago con todo respeto para las y los realizadores que este año participaron en la #Selección Oficial del #Pa1omaTr3ce en el que me permito hacer un muy breve análisis de sus trabajos con un enfoque meramente crítico, y me permito hacerlo en el sentido de que, si bien soy el director del Festival en el que sus trabajos participaron, yo no formé parte en ninguno de los procesos de su Selección, ni como equipo de Programación, equipo de crítica o equipo de jurado, por lo tanto las opiniones que yo exprese son totalmente ajenas a estos grupos, así como al mismo Comité Organizador, que es conformado por tres personas además de su servidor.

Por lo demás, cierro estas palabras comentando que también hago este ejercicio para que la gente no crea que sólamente se criticar o hablar mal de trabajos y cortometrajes que no participan en el Festival que yo dirijo. Sin más, comienzo.


*Acá el enlace de mi lista rankeada en Letterboxd:
https://letterboxd.com/johnnyantuhap/list/seleccionoficial-en-competencia-del-pa1omatr3ce/


Hacia el progreso.
Realmente valioso el rescate de material de archivo (found footage) y lo que se crea con este a nivel conceptual. Me agradó el humor que maneja. Recuerda muchísimo a los infomerciales cinematográficos de la década de los 40's.


Amado hijo.
Loable y destacable trabajo de animación. Una historia linda, con una colorimetría apropiada a mi parecer.


Lenguaje del amor.
Con lo destacada y reconocida que es la figura de la directora de este cortometraje, me parece ya no se puede permitir errores tan garrafales en cuanto al sonido se refiere. Sigo creyendo que no sabe dar finales, con este que, además de redundante, pareciera es excusador. Lo que siempre le reconoceré a Allis son dos cosas de manera más que positiva: la buena actriz que es, y que se atreva a salir de su zona de confort.


La niña de mis ojos.
Sigo convencido de que es uno de los trabajos más perfectos de los últimos años del cine duranguense, sobre todo con ese alucinante trabajo visual propuesto desde la cámara.


Besos prestados.
Uno no puede más que aplaudir y ponerse de pie ante un director que no sólo muestra sus influencias con orgullo, sino que además las hace suyas sin ningún mote de plagio o ínfulas de genio, y con una propuesta e historia muy de él. Además, me agrada que una vez más, el personaje protagónico en un cortometraje de Rafa, se llame Juan.


Lo último que escuché de Samuel.
Lo que se puede conseguir cuando uno está seguro de lo que quiere contar, y hay una inspiración que empuja muy cabrón detrás, como puede ser el amor a la obra de un autor inmarcesible. La tensión, la evocación y como involucran al espectador con sólo crear una atmósfera particular a través del excelente trabajo sonoro, y una sola locación, es formidable. Quizá lo único que yo vería con malos ojos sería la iluminación, pero sé que es requisito de este género cinematográfico.


Hablando con un monstruo.
Quizá Brandon no sea el mejor autor, pero es un excelente realizador, y es un verdadero gusto ver su crecimiento en lo cinematográfico.
Lo que yo más destacaría de este cortometraje suyo, sería la osadía, la valentía y la creatividad de experimentar con lo visual y lo sonoro, con todas sus capas y posibilidades.
Lo único que quizá yo cuestionaría, sería el montaje propuesto muy de producto de encargo por parte de una plataforma de streaming. Si los segmentos de entrevista hubieran sido un poco más concentrados, se habría tenido un dinamismo más apropiado. Brandon demuestra que es un director capaz de hacer un gran cortometraje valiéndose de muchas personas y muchos recursos y elementos narrativos, pero yo espero que no se olvide que también es un director capaz de hacer excelentes trabajos cuando los hace solo, de manera artesanal, metiéndole mucha creatividad y corazón, a pesar de lo que otras personas le puedan decir o puedan pensar.


Siluetas nocturnas.
Cortometraje que, a pesar de lo enredado que puede parecer por momentos la trama, así como su narrativa y su montaje; encuentra su mayor virtud en el personaje del perseguido, y en la ambigüedad de su argumento y desenlace.


domingo, 24 de agosto de 2025

Breves comentarios sobre "Las niñas de los duraznos".





La sutileza de los lenguajes, lo poderoso de los mensajes y lo orgánico de cómo es impecable la comunión fondo/forma, hace que esta película sea una obra extraordinaria y perfecta.

Tiene el poder evocativo de hacerte recordar y revivir propios pasajes de la infancia, y cómo eran las dinámicas familiares, sobre todo a finales de siglo pasado: el defecto familiar de querer hacer crecer de manera forzosa y abrupta, la crueldad inofensiva y sin malicia de los hermanos mayores, y el machismo imperante que permea en todos los ámbitos de la vida.

Lleva con detenimiento el desarrollo de la historia.

La figura observadora, curiosa y taciturna de Valentina, le da un halo de enigma y misterio a la película. Hace que te enganches de inmediato a su particular personalidad.

La narrativa de Deniss es valiente y plausible, pues en determinados lapsos que parece que no vemos nada, lo escuchamos todo. Descubrimos, a ratos viendo, a ratos escuchando.

Hasta cierto punto de la película donde todo es ajeno a Valentina, nosotros vemos lo que sucede a su alrededor, pero sobre todo lo que se dice, y en esos momentos también percatamos, además del gran trabajo de cámara y sonido; lo poderoso de todas las actuaciones.

Un tratamiento de luz naturalista que la fotografía remarca de manera impecable. Lo que logran a nivel imagen, es realmente brillante, matizado y hermoso.

Se le podría asociar cierta similitud en una de sus líneas argumentales respecto a las tramas que aborda, con la película Abel (Diego Luna, 2010), pero el tratamiento narrativo de naturaleza contemplativa que emplea Deniss (que además de detallista, es atenta y que para nada demerita su propuesta rítmica, para aquellos que puedan quejarse de que es muy lenta, y que para nada lo es), es atendido desde una perspectiva totalmente distinta. Mientras Diego lo hace desde el humor dramático, Deniss fija su mirada y su escritura en un enfoque además de realista, atendiendo el impacto sobre cómo la ausencia de un engrane importante de la familia, puede dar a otro miembro de esta, a veces el menos esperado, un lugar que ocupar cuando quizá siente que no encaja, aunque antes no tuviera o sintiera la necesidad de hacerlo. En muchos sentidos, siento que explora algunos de los estudios que Freud firmaba sobre las infancias, pero lo expone con una atención puesta desde una visión para nada simplista o condescendiente, sino totalmente elegante y certera, sin rodeos ni lugares comunes.

Percaté (o eso quise ver yo) paralelismos con el cine de autores que en lo personal amo. Más allá de que si hay algo de Sofia Coppola en este grupo de hermanas (los uniformes del instituto), lo cierto es que quizá es el menos importante, o el más fácil paralelismo a detectar, pero lo que logra a través de lo que para ella significa y es el cine, y lo que seguramente le ha aprendido al cine de otros autores, es realmente precioso: está Reygadas, Tarkovsky, Martel, Erice, Saura, Bergman, e incluso sentí algo de la cadencia del cine de Rohmer.

Deniss está en otro nivel. Su cine, juega en otra liga. En definitiva, la cineasta y autora más importante hoy día del cine duranguense.