miércoles, 19 de noviembre de 2025
"Después" de Sofía Gómez Córdova: sobre duelos y descubrimientos.
sábado, 8 de noviembre de 2025
Chicharras, de Luna Marán.
De entrada y quizá lo más importante que puedo escribir sobre esta película tan particular de Luna Marán es que me gustó mucho, que aplaudo su valentía por hacer una película como la que hizo, y que si mucha gente alega que cedió y condicionó muchas cosas que le restan peso a la obra, yo les objetaría diciendo que al menos, contrario al status quo del cine comercial en el mundo en general y en el cine comercial mexicano en particular; Luna hizo la película que quería hacer.
De alguna manera, Luna se sirve de un elemento ficticio que da introducción a la película (elemento ficticio que existe por supuesto y que lleva esa carga dual que expone la historia y que han sufrido poblaciones alejadas de las comunidades mas grandes), y que no lo volvemos a ver en la película más que dos o tres veces (se habla de él, porque la razón de la historia gira en torno a este elemento, pero muy pocas veces vuelve a aparecer como tal), para hacer un retrato muy fidedigno de esta comunidad, de su gente, sus formas, sus costumbres y sus lenguajes, sus problemas diarios y verídicos. Y este retrato a su vez sirve y nos confirma a quienes acudimos al cine de Luna, que los seres humanos no somos tan distintos los unos de los otros: nos enamoramos, bromeamos, cuidamos a nuestra familia, nos gusta la fiesta, nos emborrachamos, defendemos nuestra tierra.
Sí tiene cosas y detalles en su hechura, como algunas faltas perceptibles (dicción no tan pulida, recurrentes miradas a la cámara) de su reparto que la mayoría no son actores profesionales, o en lo visual salta con mucha evidencia una falta de uniformidad en el trabajo de postproduccion de la imagen (que quizá se deba al hecho de haber utilizado más de una cámara, pero no podría afirmar tal conjetura); pero honestamente estas cosas no estorban en la experiencia de lo que vemos, porque la naturaleza y la intención de la historia esta en otra parte. Estas cosas son nimiedades porque, para los que gustamos del cine comunal de Luna y sus colaboradores, podemos hacer esas concesiones.
Uno de los elementos ficticios que me parece extraordinario, es cuando vemos estas secuencias grabadas con cinta donde acompañándose con música (preciosa, por cierto), hay un retrato de la tierra, la sierra, la montaña y los organismos vivos que le integran. Mi lectura que puede ser muy superficial, me dice que en estos lapsos es como si la naturaleza estuviera hablando a través de la cámara, a nosotros espectadores, pero también de alguna manera onírica a los habitantes de la comunidad. Y aquí sí, las secuencias cobran sentido e importancia tanto en su fondo como en su forma.
Muchos podrán decir que la coralidad le puede restar peso a la película y que quizás el salto a la ficción no ha sido la mejor decisión de Luna, pero a mí me parece todo lo contrario: respecto a lo primero, creo que dar protagonismo a más de una voz en esta historia en particular, le da un ritmo y un color que la hace disfrutable, y enternecedora. Y respecto a lo segundo, siento que delimitar el cine de Luna a ficción o documental es no hacerle justicia, pues esta película bordea y salta con naturalidad ambas líneas y uno agradece este tipo de trabajos tan cercanos y con tal franqueza, ficciones tan humanas no se perciben muy seguido, y menos con escenas tan maravillosamente logradas como la reunión de los sabios ancianos.
viernes, 7 de noviembre de 2025
"Mi pecho está lleno de centellas" y "La eterna adolescencia" de Muchachxs Salvajes.
Dato adicional que hace que me guste más: mucha gente que admiro (como el camarada Pepe Permar) aportó de una u otra manera para que este documental hoy exista, y sea lo que es.
jueves, 6 de noviembre de 2025
Mostro (2021)
La película misma, las situaciones y otros de sus personajes son monstruos en sí, que por momentos se esconden, y por momentos se muestran. Caóticos y con una vorágine desquiciada entre sus momentos calmos y sus lados más salvajes. Entre locura y amor. Entre sustancias, explotación, silencios y soledad. De angustias y psicosis. De realidades y posibilidades. De libertades y encuentros.
Todo lo anterior, de manera muy pobre y burda si ustedes quieren; intenta ser un halago para la película del joven Escamilla.
Ojalá viéramos más películas así, descarnadas y viscerales en nuestro cine mexicano. Sus libertades y maneras narrativas (resolviendo de buenas maneras además problemas de diseño sonoro) me recordaron a películas como El editor... y QHCDM, y me entusiasma porque es una película que llegó a ser bien valorada en Locarno.
Los monólogos iniciales están extraordinarios. Hacen que el espectador desdobla su atención y ponga a trabajar sus dos hemisferios cerebrales. La narrativa nos reta, busca su propia naturaleza cual bestia embestida, y jamás nos complace, o al menos a mí me da la sensacion de jamás estar seguro de lo que vendrá después en pantalla.
Muchos dirán que de repente divaga y se disocia en su discurso, pero jamás charlatanea con ideas huecas o vacías.
El tema de las desapariciones lo aborda como nadie en México lo había abordado. Hay un recurso dotado de mucha originalidad.
No es perfecta, y qué bueno.
Bravo!
PD. Que mal actor es el señor que hace de servidor en el MP, la verdad.
domingo, 26 de octubre de 2025
"La falla" de Alana Simões: despedidas y buenos profesores.
Uno no sólo le agradece a esta directora y a esta película particular (y peculiar) el hecho de que sea tan directa y franca, sino el hecho de intervenir prácticamente en nada de lo que capturaba, si acaso puede haber obediencia a una estructura de montaje, pero incluso el documental sugiere y hace que uno piense incluso por momentos en un segundo milagro: el de encontrar la película y su desarrollo en pleno montaje, sin un guion rígido o escaleta de regla o a raja tabla, a la que se somete. Muchos pueden argumentar, con derecho y algo de franqueza, que el documental no tiene nada destacado o sobre saliente en su hechura. Pero su discurso, que acá es lo más importante, hace que todo lo demás ni falte ni sobre, simplemente son elementos y están porque deben estar en la forma en que están. La falla es, por sobre todas las cosas formales y rigidas que puede pedir hoy día una industria audiovisual; un apapacho al corazón.
Vemos a niños jugando, peleando, siendo groseros, chantajistas, incluso siento rechazados y manifestando su tristeza de diferentes maneras; pero que siempre recae y se siente en la catarsis que llega al espectador. Vemos un compromiso y una voluntad en un ser tan amoroso y con verdadera vocación como lo es la maestra Celeste por crear un real impacto con sus infantes a su cargo, desde el amor y desde comprender sus complicados contextos llenos de violencias, abandonos y un pensamiento machista muy arraigado; pero también desde la disciplina y la honestidad, desde la vulnerabilidad y desde el miedo, en un contexto complejo e ideario estúpido cada día más peligroso, malagradecido erróneo e incensato; que encaja, generaliza y cree que hoy día todas y todos los maestros están menos preparados y tienen menos peso de importancia en el desarrollo de las infancias. Vemos una transformación muy sutil en estas almas infantiles de alrededor de 7 años, en los últimos días de convivencia con su maestra, y con el artilugio de la cámara, a través de una película que ellos protagonizan, pero que en muchos sentidos también hacen.
La escena final no sabría interpretarla, pero qué hermosa es.
sábado, 11 de octubre de 2025
miércoles, 8 de octubre de 2025
Una batalla tras otra.
miércoles, 1 de octubre de 2025
El gran viaje de tu vida: las puertas que somos.
domingo, 28 de septiembre de 2025
#SelecciónOficial del #Pa1omaTr3ce
El siguiente ejercicio lo hago con todo respeto para las y los realizadores que este año participaron en la #Selección Oficial del #Pa1omaTr3ce en el que me permito hacer un muy breve análisis de sus trabajos con un enfoque meramente crítico, y me permito hacerlo en el sentido de que, si bien soy el director del Festival en el que sus trabajos participaron, yo no formé parte en ninguno de los procesos de su Selección, ni como equipo de Programación, equipo de crítica o equipo de jurado, por lo tanto las opiniones que yo exprese son totalmente ajenas a estos grupos, así como al mismo Comité Organizador, que es conformado por tres personas además de su servidor.
Por lo demás, cierro estas palabras comentando que también hago este ejercicio para que la gente no crea que sólamente se criticar o hablar mal de trabajos y cortometrajes que no participan en el Festival que yo dirijo. Sin más, comienzo.
Hacia el progreso.
Realmente valioso el rescate de material de archivo (found footage) y lo que se crea con este a nivel conceptual. Me agradó el humor que maneja. Recuerda muchísimo a los infomerciales cinematográficos de la década de los 40's.
Amado hijo.
Loable y destacable trabajo de animación. Una historia linda, con una colorimetría apropiada a mi parecer.
Lenguaje del amor.
Con lo destacada y reconocida que es la figura de la directora de este cortometraje, me parece ya no se puede permitir errores tan garrafales en cuanto al sonido se refiere. Sigo creyendo que no sabe dar finales, con este que, además de redundante, pareciera es excusador. Lo que siempre le reconoceré a Allis son dos cosas de manera más que positiva: la buena actriz que es, y que se atreva a salir de su zona de confort.
La niña de mis ojos.
Sigo convencido de que es uno de los trabajos más perfectos de los últimos años del cine duranguense, sobre todo con ese alucinante trabajo visual propuesto desde la cámara.
Besos prestados.
Uno no puede más que aplaudir y ponerse de pie ante un director que no sólo muestra sus influencias con orgullo, sino que además las hace suyas sin ningún mote de plagio o ínfulas de genio, y con una propuesta e historia muy de él. Además, me agrada que una vez más, el personaje protagónico en un cortometraje de Rafa, se llame Juan.
Lo último que escuché de Samuel.
Lo que se puede conseguir cuando uno está seguro de lo que quiere contar, y hay una inspiración que empuja muy cabrón detrás, como puede ser el amor a la obra de un autor inmarcesible. La tensión, la evocación y como involucran al espectador con sólo crear una atmósfera particular a través del excelente trabajo sonoro, y una sola locación, es formidable. Quizá lo único que yo vería con malos ojos sería la iluminación, pero sé que es requisito de este género cinematográfico.
Hablando con un monstruo.
Quizá Brandon no sea el mejor autor, pero es un excelente realizador, y es un verdadero gusto ver su crecimiento en lo cinematográfico.
Lo que yo más destacaría de este cortometraje suyo, sería la osadía, la valentía y la creatividad de experimentar con lo visual y lo sonoro, con todas sus capas y posibilidades.
Lo único que quizá yo cuestionaría, sería el montaje propuesto muy de producto de encargo por parte de una plataforma de streaming. Si los segmentos de entrevista hubieran sido un poco más concentrados, se habría tenido un dinamismo más apropiado. Brandon demuestra que es un director capaz de hacer un gran cortometraje valiéndose de muchas personas y muchos recursos y elementos narrativos, pero yo espero que no se olvide que también es un director capaz de hacer excelentes trabajos cuando los hace solo, de manera artesanal, metiéndole mucha creatividad y corazón, a pesar de lo que otras personas le puedan decir o puedan pensar.
Siluetas nocturnas.
Cortometraje que, a pesar de lo enredado que puede parecer por momentos la trama, así como su narrativa y su montaje; encuentra su mayor virtud en el personaje del perseguido, y en la ambigüedad de su argumento y desenlace.
domingo, 24 de agosto de 2025
Breves comentarios sobre "Las niñas de los duraznos".
miércoles, 20 de agosto de 2025
Pensamientos derivados de "Tú me abrasas".
¿Qué sería del cine argentino sin el recurso de la repetición en la obra de Matías Piñeiro? Probablemente un ente incompleto.
Una vez más el autor argentino hace una película que lleva al límite el lenguaje cinematográfico y la involucración del espectador. Una redefinición del voyerismo.
Jugamos a rozar las cosas.
"Tú me abrasas" es como un diario de viaje buscando la vida, y en el acto esa búsqueda, se convierte en una película, y la búsqueda de esta a través de unos poemas (o fragmentos de poemas en su mayoría) de Safo y el capítulo "Espuma del mar" del libro "Diálogos con Leucó" de Cesare Pavese, crean a partir de su puesta de cámara ante el mundo real, y que se transforma en el registro de la lente, la luz y la textura de la película.
¿Qué es un deseo que se esfuma? [...] Deseo y después busco.
Las imágenes capturadas por la cámara son de naturaleza cotidiana: paisajes en plano general, páginas de libros en primeros planos, dos mujeres (la propia Sago y Britomartis, que a su vez pueden ser muchas mujeres que se encuentran en el viaje que es la vida, y que siempre han sido de vital importancia en el cine de ficción de Matías) que parece charlan en lo cercano y en la distancia. Pero el montaje (y unas preciosas piezas musicales que aparecen de vez en vez) eleva dichas imágenes a un estado de arte en esencia pura.
Y si no sentís amor
pronto querrás amar
aunque no te correspondan
Matías recrea mitología griega en nuestros tiempos, porque la historia y la vida; son repetición.
-Entonces, ¿aceptas el destino?
-No lo acepto, lo soy. Nadie lo acepta.
domingo, 3 de agosto de 2025
Un techo sin cielo, de Diego Hernández.
Luego de hacer una película a su yo universitario (Los fundadores), a su madre (Agua caliente), y a su ciudad (El mirador); Diego hace de Un techo sin cielo, una película para su padre fallecido, del cual ya sabíamos no sólo por Agua caliente, sino también por Callejones (cortometraje, 2023). Pero además de ser una película dedicada a su padre, es muchas cosas, y entre esas muchas cosas, su mejor película al momento.
En esta película Diego sigue asombrando e impresionando por el dominio que tiene para desdoblar el cine: hacerlo a su antojo, moldearlo, sin barreras, sin límites. Un cine total y completamente libre.
Por momentos, y sobre todo en la primera parte, mientras el discurso sonoro cuenta una historia: la historia particular de la película; el discurso visual se mueve por otras líneas narrativas: códigos, claves, símbolos y metáforas que cuentan la misma historia, pero de manera distinta, en otro plano, y que en muchos sentidos se puede descifrar solamente conociendo la obra de Diego, porque si: por sobre todas las cosas, Diego es un autor. Por otros momentos, la narrativa es más formal en cuanto a las bases de la ficción, porque si bien nos sumerge nuevamente al igual que en sus películas anteriores, al juego de querer sabes que es ficción que es real, acá se marca que todo en la forma, aún con su naturalidad, es ficción; y el fondo con lo que este retrata y expone, son cosas reales, personales y valiosas en la vida de Diego: su historia.
En todo lo que tiene que ver con la forma, los dos personajes principales que sufren cosas completamente distintas física y anímicamente, con los que empatizamos sin ver demasiado; son acompañados de planos bien pensados, composición perfecta y elevadísima en lo visual, imagen honesta, sin tanto artificio, y en cuanto a la iluminación hay un trabajo sutil y un tratamiento natural, incluso en interiores. Las dobles exposiciones y las transiciones lentas son la muestra del elevado lenguaje cinematográfico que Diego no teme en explorar y experimentar y que viene perfeccionando película a película. El sonido es impecable, el diseño sonoro, perfecto; y la música (que Diego decide utilizar por primera vez en su cine) es profundamente hermosa.
El fondo y las intenciones arguméntales que acompañan a la historia y la necesidad de Diego de hacer una película para su padre, toca temas muy importantes como las escasas oportunidades de los jóvenes adultos en materia laboral cuando se dedican al arte, la presión de los más adultos y su “echaleganismo”, lo vacías e inservibles que son las herramientas del emotional coaching, y la tirisia; pero con ese humor que Diego maneja en todas sus películas a la perfección: un humor de personas reales, que también muestra y contrasta, palpando de manera implícita el dramatismo de vivir estas cosas.
Hay dos momentos sumamente bellos y poderosos al final de la película, que conectan con el principio de la misma y con otros dos que son arte en su máxima expresión: el primero, cómo termina y empieza con un blue screen, que además de haberme recordado la pieza de Derek Jarman (hay otros elementos que sin mencionar para no hacer spoiler alguno, me hicieron recordar a Godard y Varda), me hizo precisamente pensar en el estado anímico muy cerca a la depresión que estaban pasando Diego y Liz, manifestado extrapoladamente. El segundo, como la película muy tempranamente, luego de que Diego saca la caja, vemos esos planos contemplativos y de una carga visual potente, mientras escuchamos a Luz y Diego charlar, y justo antes del final, cuando luego de encontrar aquello que los cura a ambos precisamente dentro de la caja, los vemos platicando, pero ya no los escuchamos, escuchamos al viento, al cielo, a una campanita que bien podría simbolizar a su papá, como también lo suelen simbolizar las nubes.
La puesta en escena del final, es preciosa. A uno lo deja sin palabras, y la forma en que Diego lo captura a dos cámaras.
Finalizo diciendo de manera muy honesta y respetuosa, que Diego hace el cine que yo mientras duermo, sueño hacer.
jueves, 31 de julio de 2025
Películas de julio
domingo, 15 de junio de 2025
jueves, 12 de junio de 2025
Brevísimo comentario sobre "Los destellos"
lunes, 2 de junio de 2025
Anna y Dante.
El 2024 fue un año por demás prolífico en cuanto al surgimiento de nuevos obras cinematográficas en Durango. Alrededor de 40 trabajos, tanto cortometrajes como largometrajes figuraron y se proyectaron en distintos festivales tanto duranguenses, como nacionales e internacionales.
De todos esas obras, pocas fueron las que su servidor no pudo ver precisamente el año pasado (según mis cuentas, tres cortos, tres largos), y precisamente "Anna y Dante" fue una de esas pocas películas, y me da gusto que, a mi parecer una de las películas de mayor propuesta, valientes y mejor producidas del cine duranguense, sea uno de mis últimos visionados de esas películas del 2024, y por ende; una de las últimas películas duranguenses de las que escribo.
Cuando un embarazo inesperado amenaza con desmoronar sus sueños, Anna y Dante deben enfrentar sus miedos más profundos en un oscuro apartamento de Durango, guiados por un joven estudiante de medicina, para descubrir el verdadero significado del amor y la madurez.
La película abre con una frase que reza más o menos lo siguiente: "Basada en una historia real sin nombres pero con verdades". Esta frase, y la escena onírica con llamas, sangre y Dante (Juan Carlos Valdivia), que inmediatamente identificamos proveniente del inconsciente de Anna (Catherine Avila), ya nos dictan de maneras muy finas y simbólicas mucho de la película: hacia donde se dirige, pero también de donde viene.
Dentro de los fondos, uno agradece que Carlos, toque un tema de la manera que lo toca, tomándolo con la naturalidad de una persona que sabe que estas historias existen y son importantes, y que pareciera ficción que hoy día jovencitas se juegan la vida por no tener las seguridades que el estado debería de proporcionarles, cuando están seguras que por una u otra razón, no podrían ser las buenas madres que algún día les gustaría ser, y que tampoco tendrán hijos sanos por la misma razón. Sobre todo me parece que esta película es un acto de valentía al nacer en una ciudad como Durango con un contexto social aún muy conservador, que aparentemente está a favor de los temas socialmente delicados, pero a la hora de defender o apoyar a quienes buscan que esto sea posible y forme parte de la ley, se esconden, o empiezan a despotricar a favor de la falsa moral del siglo pasado que satanizaba el divorcio, pero callaba las violaciones familiares.
Dentro del tratamiento narrativo-visual, Carlos sabe adaptar la situación y retratarla con atino, acorde a la situación que se presenta. Mientras que en los momentos de interacción entre Anna y Dante cuando vuelven a convivir luego de su encuentro en la fiesta (habiendo dejado de ser novios tiempo atrás), con todo y sus encuentros íntimos (retratados con mucho decoro, sin sobre pasar lo explícito y crudo de la situación) lo hace de tal manera que pareciera que estamos mirando una historia contada por Anna o Dante justo con la edad que tienen en ese momento, jamás se endurece la mirada, no se nota la barrera, o eso que muchas veces pasa cuando una persona de treinta y tantos cuenta una historia de un par de jóvenes a sus 18 o 20. Aun con esto que logra Carlos a través del lenguaje cinematográfico, también se nota una mirada atenta y detallista de todo lo que les pasa a Anna y Dante, la armonía de los cuadros, la vorágine caótica de algunos planos, y la manifestación onírica del arrepentimiento y el deseo. Todos estos elementos nos lleva a constatar, o al menos a su servidor; que estamos ante un director que entiene todos los alcances que el lenguaje audiovisual le puede permitir.
Si bien todo lo comentado hasta ahora del discurso y lenguaje son importantes, nada de eso tendría significado sin los personajes de la historia, y por ende, las actrices y actores que los interpretan. La combinación que se hace de no-actores y actores con formación (aunque con poca experiencia) es perfecta, todos tienen la misma tesitura y se nota que Carlos puso mucho tiempo y atención a prepararlos para que dieran los tonos y la sobriedad que justamente él quería expresar en la película.
Hay un respeto a la esencia, a la naturalidad y a la coherencia no sólo de cómo pueden ser y comportarse las personas en una situación como la que se expone en la historia, sino que además siento también hay fidedignas muestras y un fidedigno tratamiento de como hablamos y somos las personas en una sociedad como la duranguense, sobre todo cuando hablamos de actos solidarios como es el caso de la amiga de Anna (Lucia) y el amigo de Dante (Alan), que en apariciones muy pequeñas, están cuando Anna y Dante necesitan ser escuchados sin prejuicio alguno. También está la figura macho/patriarcal del padre de Dante (que habría sido interesante que se explotara un poco más esa línea del cómo afectaba anímicamente a Dante), el caso del personaje de Milton (interpretado de manera brillante por Francisco de Pointe Du Lac [como reza su nombre artístico]) que es una muestra de ambición, conocimiento, lujuria y maldad en maneras equitativas; y el caso de Dante y Maggie (grata sorpresa también la de Esmeralda Vega interpretando un personaje que desde su construcción tiene contradicciones emocionales bastante interesantes), que luego de perderse en la noche y dejar a su suerte a Anna, regresan en el momento exacto, se arrepienten a tiempo para rescatarla y ayudarla, aunque a partir de ese momento sus vidas vayan a cambiar para siempre.
Y cerrando el tema actoral, no puedo dejar de hablar sobre el descubrimiento que ha resultado para su servidor ver la actuación de Catherine Avila interpretando a Anna. El trabajo emocional y su rango expresivo tanto facial como corporal, tiene un arrebato de inocencia, ternura y dolor que hace que uno crea todo lo que el personaje está pasando. Naturalmente hay un trabajo que se le debe reconocer a Carlos no sólo por la preparación, la guía y el ojo para elegirla a ella como Anna y de poner el encuadre y plano adecuado para justo hacer lucir y capturar esa actuación y lo que se buscaba hacer sentir al espectador, pero definitivamente considero a Catherine como el elemento más importante de esta película, sin dejar de lado por supuesto la carga psicológica y emotiva de Dante (que tiene una escena de derrumbe extraordinaria), y que es un perfecto acompañante de Anna, como lo es la música para los tiempos dramáticos en la película son rellenar de más absolutamente nada.
Otra valía muy importante en la película de Carlos es como reivindica a locaciones ya conocidas de la ciudad (como el multifamiliar Zarco, que por cierto en las escenas del departamento, el reloj en la pared les juega un par de malas pasadas en cuanto a la continuidad se refiere), y como descubre otras, como lo es el edificio olvidado del cerro de los remedios donde logra tomas muy bellas y que reflejan el estado de un amor rescatado de las ruinas, entre Anna y Dante. Carlos también logra regalarnos algunos cuadros a lo largo de la película de los que yo llamo "fotogramas para colgar en la sala de su casa", por la perfecta composición y sincronía de todos los elementos que tienen, hablando sobre todo de lo visual, pero también lo que va más allá de lo visual que hacen de ese cuadro algo perfecto, como es esa toma donde Anna y Dante esperan en la parada de autobús, en la que Dante vende su patineta, entre otras como las nubes de la parte final.
Hablando del final, este me pareció además de poético, de una belleza deslumbrante (que acá se comprende porque muchos sitios refieren a Durango como un personaje más de la película, aunque a mi parecer sólo se manifiesta en esta parte final). Debo decir con toda honestidad que temía que en algún momento, el cierre discursivo de la historia se fuera a inclinar por una línea moralina, pero me sorprendió gratamente que Carlos volviera de nuevo no sólo a una mirada que reflejara y abordara la situación desde una perspectiva acorde al problema que se retrata, sino que además Carlos ejemplifica con este final lo importante que es hablar y escuchar sobre los problemas que nos aquejan, y que ya sea que se resuelvan o no del todo, o como esperabamos; siempre hay una especie de alivio y liberación cuando se expresan a través de la palabra hablada.
Para finalizar, justo todo lo que pasan Anna y Dante a su corta edad durante toda la película y que es la médula de la historia, me hace volver a pensar en el principio de la película con esta visión onírica de Anna y que se vuelve a manifestar en su recuperación de lo vivido esa noche/madrugada donde experimentó el miedo y el dolor de ser mujer y estar sola. Mi interpretación (que no busca en lo absoluto ser moralina y redundante, pero que si así es interpretada por algunos, pido disculpas de antemano) es que tanto el elemento de la sangre como del fuego, pueden simbolizar la condena de la sociedad por los actos cometidos por Anna y Dante, pero aun con esta condena, Anna y Dante sabían que en su vida querían otra cosa. Y si el querer otra cosa a su edad los condenaba al infierno, no les importaba caer en ello, como seguramente a muchos de nosotros tampoco nos importaría en esta situación.



















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