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lunes, 28 de diciembre de 2015

Peor Para el Sol - Escrita como fragmento de novela


¿Qué adelantas sabiendo mi nombre? –dijo ella sin voltearme a ver. Tomaba de su copa, vodka por el aliento de la palabras que se dibujaban en el aire desprendían- Cada noche tengo uno distinto. Y siguiendo la voz del instinto me lanzo a buscar...
Imagino, preciosa, que un hombre. –La interrumpí mientras yo la miraba no sólo a los ojos, en un bar como esos, con una mujer como ella, y con lo ebrio que estaba como todos estaríamos, en lo último que uno piensa mirar es en los ojos.
-Algo más. Un amante discreto que se atreva a perderme el respeto. ¿No quieres probar?
-Él tomó a su copa y la miraba, no se rendía ante la mirada provocativa que ahora ella si le dirigía.
-Vivo justo detrás de la esquina, no me acuerdo si tengo marido. Si –te atreves y- me quitas con arte el vestido te invito "a champan".
Le solté al barman mil de propina -y- apuré la cerveza de un sorbo. Acertó el que el templo del morbo le puso a este bar.

Al llegar al portal nos buscamos como dos estudiantes en celo. Un piso antes del séptimo cielos se abrió el ascensor. Nos sirvió para el último gramo -de coca- El cristal de su foto de boda. -Por supuesto- no faltó ni el desfile de moda de ropa interior.

-En mi casa no hay nada prohibido, pero no vayas a enamorarte. Con el alba tendrás que marcharte
Para no volver. Olvidando que me has conocido, que una vez estuviste en mi cama. Hay caprichos de amor que una dama no debe tener.
-Es mejor, -le pedí- que te calles. No me gusta invertir en quimeras. Me han traído hasta aquí tus caderas, no tu corazón.

Y después, para qué más detalles. Ya saben, copas, risas, excesos; como van a caber tantos besos en una canción.

Volví al bar a la noche siguiente, a brindar con su silla vacía. Me pedí una cerveza bien fría y, entonces no sé. Si soñé o era suya la ardiente voz que me iba diciendo al oído:
-Me moría de ganas, querido de verte otra vez.



Peor para el sol que mete a las siete
En la cuna del mar a roncar,
Mientras un servidor
Le levanta la falda a la luna.



Quise compartirles esta canción que es como ya les dije alguna vez por acá cuando hice el listado de mis diez canciones favoritas del maestro Joaquín Sabina (por supuesto encabezada por esta canción) Y ahí les narraba como esta canción realmente es mi favorita a tal modo que me inspiró para empezar a escribir algo que no tenía tanta forma en aquel entonces. Les comento pues que aquella historia, aquel escrito que nació hace como un par de años a raíz de esta canción y este pequeño diálogo que por acá les compartí hace ya algún tiempo por fin a empezado a tomar forma, y ustedes de a poco han sido cómplices y lo han ido leyendo, interpretando y formando conmigo. Esa historia no es más que la historia llamada Esnelia (nombre que le puse en el blog, el nombre real por fin lo he elegido) y ahora está se podría decir en su último proceso de creación ya para pasar a la etapa de edición, y aunque es una historia que amo y es muy desgarradora en cierto sentido para mi, esta si no raya ya tanto en lo personal como lo fue mi primera novela (la cual aun no he logrado publicar, por si alguno de ustedes quisiera leerla me pueden hacer llegar su correo para mandarles el PDF) Así que sólo quería que conocieran un poco de donde había nacido Esnelia y comentarles que quizá la parte que les comparta mañana y el próximo mes sean las últimas que les comparto. Una vez que este lista la novela me comprometo a enviarsela a todos aquellos amigos (creo que por sus palabras hacia este trabajo ya los puedo llamar así) que me compartieron sus pensamientos a raíz de leerla. Así que gracias y espero les guste la entrada de mañana.


2 comentarios:

  1. Me gusta lo provocativa y desafiante de esa mujer.
    Y parece que lo de no volver se puede negociar. Y está un argumento que puede satisfacer a ambos, que nadie se baña en el mismo río.

    Que interesante la creación de una idea, que va tomando forma.
    Suerte con Esnelia.

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    1. A mi también me gusta esa mujer, es el tipo de mujer con la que a cualquier hombre le gustaría tener una aventura, y una vez terminado el cuento enamorarse perdidamente de ella. Gracias. Saludos.

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