[Hacer] Cine como terapia de sanación colectiva.
Antes que todo, debo decir de la manera más honesta, que este trabajo me ha dejado con sentimientos encontrados.
A través de Tola es largometraje documental del 2023, que se rige claramente bajo los elementos del cine ensayo, de una forma muy personal, que sin tener falsas pretensiones en cuanto a lo narrativo, tanto en la forma como en el fondo; podríamos fácilmente decir que estamos ante una obra perfecta, pero eso no es del todo así.
El trabajo de Casandra discursivamente hablando es muy bello, es el tipo de cine que a su servidor no sólo le gusta ver, sino que también le gusta hacer, un cine libre que refleja en su esencia a su autora, y las cosas que le importan. Pero esa libertad, y la valentía que muestra Casandra, llega y sobre pasa un límite que yo como director y crítico me cuesta ver y dar una valía en cuanto a lo discursivo y cinematográfico se refiere, aunque al mencioar esto debo decir que tampoco critico las decisiones en cuanto a la forma en que Casandra aborda ese pedazo de vida suyo que es el documental.
La sobre exposición como autor en el cine es algo que yo valoro mucho, ese arrojo e ímpetu del artista de desnudar su alma ante la obra; en eso no hay ninguna réplica a Casandra. ¿Dónde la puede haber entonces? Y aquí empiezo con lo que, desde mi perspectiva, quizá no está tan pulido cinematográficamente hablando en A través de Tola.
La sobre exposición que hace Casandra en los testimonios de su abuela y su madre no sólo me parecen en extremo sensibles (les juro que me daba un nervio el hecho de saber que a la abuela en algun momento del documental le fuera a dar algun accidente cardiovascular), sino que me parecen hasta cierto punto, por la forma en que se registran y se muestran, como una forma de manipulación, y si; para desarrollar un discurso por demás valioso, pero creo que pudo haber formas que lo hubieran hecho igual o mejor en el sentido narrativo y argumental, y quizá sin exponer tanto a estas dos mujeres, aunque como ya lo dije, creo (y defiendo, porque todo artista debe expresarse como quiera) saber (y entender, por supuesto) los motivos del por qué justamente se da esa sobre exposición, pues creo que Casandra quería que la sanación no solo fuera personal, aunque se tuviera que rasgar muy de cerca al dolor, y se corrieran algunos riesgos hacia las protagonistas.
En demás departamentos, el montaje por momentos puede parecer disperso, y aunque todas las tomas, con la honestidad y naturalidad que demuestra Casandra por capturar imágenes de su cotidianidad (además del material de archivo en el que se apoya Casandra tanto con fotografías como grabaciones caseras familiares), que son bellísimas y aportan un valor genuino para adentrarnos a lo que Casandra quiere que nos sumemos; siento que el documental pudo haber durado 5 minutos menos con un pulso ajeno en la sala de edición, no para cortar o quitar cosas, sino para mostrar lo que ya se tenía de una manera más efectiva, porque lo afectivo ya estaba, y no hacía falta manipularlo o reforzarlo.
Finalizó diciendo que, sin querer transgredir en las decisiones y procesos que pudo haber vivido Casandra durante la realización de este documental, debo decir que quizá un poco más de arrojo y valentía por parte de ella pudo haber hecho falta, pues sinceramente, con todo lo bello que le veo a este documental, no puedo creer que haya recibido tanto estímulo y haya tardado 5 años en hacerse, cuando otros realizadores han creado obras igual de personales y autorales, con procesos dignos en cuanto a fondo y forma se refiere, en menos de dos años.
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