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viernes, 10 de junio de 2022

Feral: el falso documental inconcluso.



Cuando uno lee en críticas de cine palabras como "la mejor película mexicana de terror de los últimos años", uno espera ver una película del género de terror en toda la extensión de la palabra, pero con "Feral", ópera prima de Andrés Kaiser; eso no pasa, para bien.

La película es una falso documental que se sirve de diversos recursos narrativos para abordar un acontecimiento ocurrido en la sierra oaxaqueña con un con un sacerdote y tres niños salvajes que tenía a su cuidado, con los que intentó hacer un estudio para reintegrarlos a la sociedad, hasta que un incendio consume la casa donde vivían y a ellos en su interior, dejando en tela de juicio el origen de su desceso; y al espectador, sacar sus propias conclusiones.

Si bien la veracidad en todos los hechos pueden ser cuestionables en muchos sentidos, hay elementos que me parece, aunque no sean tan innovadores ni únicos en el género, si saltan a la regla o la fórmula hollywoodense como debe de ser una película de terror.

Uno de los elementos que yo más destaco del trabajo de Kaiser, y que ha sido más atacado por sectores de la crítica, es el trabajo mal trabajado en el found footage, y me parece que es de los mejores recursos que tiene el trabajo de Kaiser porque así como da pie a la situación tan siniestra entre el sacerdote y los niños ferales, quien al principio se le ven las mejores intenciones al padre Juan Felipe, pero que después con sus propios traumas almacenados desde sus primeros años de vida, se va induciendo a un estado de locura y paranoia en este encierro al que se somete, pero jamás es revelada del todo lo que viven en esa casa, esa mala calidad en las grabaciones, la distorsión y lo incompleto en ellas, son en las que precisamente radica su valor, o el sentido de la enajenación; si todo lo que vieramos fuera limpio, claro y nítido, perdería el misterio que sugiere, y en el acto perdería lo mejor del trabajo, porque por supuesto, como ya lo dije al principio, muchos de los otros elementos hacen que el trabajo sea muy cuestionable, como la credibilidad y fluidez de los testimonios recabados en la investigación que ha uno lo hacen perder por completo la magia de un falso documental.

Aún con eso, la valentía y osadía de Kaiser de hacer este terror sugerente, en el que la sociedad de comunidades con influencias religiosas cerradas y de moral cuestionable, así como una serie de testimonios realmente destacados que, encaminados con el trabajo de cámara registrando los lugares correctos en el momento correcto del largometraje, hacen que uno si sienta que, aunque no sea el terror que todos creen que así debe de ser en el cine (y que los no-amantes del género lo agradecemos) y no sea perfecto en el estricto sentido de la palabra, es un trabajo que se hace valer, y si nos hace sentir una sensación de terror por no saber quien es más monstruo en la película, si los niños salvajes, si el sacerdote, si la comunidad, o la iglesia.

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