No sólo he escuchado decir a importantes críticos de cine, sino también a colegas y compañeros cercanos del oficio de escribir sobre cine, porque créanlo o no, no me considero en toda la extensión de la palabra un "crítico de cine". Y esto que les he escuchado decir, que es una opinión que yo comparto, es que la función más importante de un crítico, no sólo de cine, sino un crítico del arte en general, más allá de lo que la opinión pública o del mundo del arte puedan tener sobre ellos (o sobre nosotros, vaya uno a saber) es la de empezar y encaminar la conversación en torno a una obra, y ser un enlace entre autor y espectador, darle una mirada y un punto de vista que vaya más allá de la mirada y explicación del autor, que muchas veces puede verse influenciada por un sin fin de razones de su obra misma, ya sea que estas estén justificadas o no. El crítico de cine desde una perspectiva y objetividad propia que le ha inferido no sólo el ver tanto cine, sino tener un conocimiento del arte en general, puede formular su análisis, sin ser una sentencia final. El peor crítico es el que te dice que ver y que no ver, el que te dice si un película es mala o es buena, el verdadero crítico te acercará a la obra en base a lo que su autor propone, para que el espectador se quien formule su propia opinión al final, de si hay algo valioso o no en la obra.
Habiendo dicho lo anterior, le pregunto a usted que, espero llegue al final de este análisis, y un poco la pregunta es para mí también: ¿hay películas que no merecen ser criticadas? Corrijo la pregunta: ¿cuándo vale la pena, y cuándo no vale la pena hacer la crítica de una película? Desde mi punto de vista, todas las películas merecen ser vistas bajo una mirada crítica y analítica, la cuestión está, en lo que comentaba precisamente al principio en torno a la función de la crítica: hacer un análisis de la obra y darle la justa importancia bajo estándares críticos que vayan más allá de lo meramente técnico o ideológico, y esto va tanto de ida como de vuelta, es decir, tanto de la ideología del director como de la figura que ejerce la crítica, y no dejar que esa conversación vaya más allá y se meta en terrenos inhóspitos de temas controversiales o en tendencia, darle la importancia, si la tiene, o cortar su "discurso", en caso de no tenerlo. Dicho todo esto, sólo para poner en perspectiva este análisis que quizá no gustará ni a las "derechas" ni a las "izquierdas" de la crítica, debo decir que Michel Franco y su Nuevo Orden, está teniendo una atención mediática que me parece nos dice cosas que ya sabíamos, que ya habíamos visto en otros lugares, bajo una fórmula más que repetida.
La película parte con lapsos que podríamos interpretar como flashbacks, sueños y pesadillas, que pueden ser por parte de personajes mismos de la película, como del propio director. Luego de este comienzo, vemos en primer lugar, a Rolando cuidando de su mujer en lo que parece ser un hospital, cuando de pronto son irrumpidos por un grupo de personas que sacan a los pacientes de sus camas y llegan con muchos heridos llenos de sangre y pintura verde. En segundo lugar, y muy en contra parte de la anterior, vemos una fiesta en una casa de personas muy "acomodadas" en la que todo es felicidad, muy pronto se nos pone en perspectiva de lo que se celebra y quienes son las personas que están en el lugar, acto seguido, el hombre de la primera parte hace presencia en la fiesta, y se nos revela el lazo con estas personas, él acude a ellos con la esperanza de que lo puedan ayudar, a él y a su esposa; pero lejos de eso, recibe limosna. La única que está dispuesto a ayudarlo de verdad, y quizá la única persona "buena" que se nos presenta en la película de ese grupo de personas en la fiesta, es Mariann, así que sale de la dichosa fiesta antes de que la "marea verde" los alcanzara, a partir de entonces vemos cómo ambas caras de la moneda, esos dos Méxicos se ven sometidos y envueltos a las implacables reglas del nuevo orden que se nos propone, aunque de nuevo tenga la destreza de su director para hacer una buena película.
La película de Michel Franco se sustenta básicamente de lo que se sustenta toda la obra de este director: la polémica y el privilegio. Sólo hace falta dar un repaso a su filmografía para darse cuenta: En "Daniel y Ana" vemos las consecuencias y la cloaca que viene a destapar la relación entre dos hermanos de clase alta luego de ser secuestrados (a mi parecer, la única película de Franco con algo de propuesta, más allá de la polémica y la mirada que más adelante trataré de explicar que tiene el director, película que además, quizá sea la menos acogida por la crítica), luego tenemos a "Después de Lucia", una joven de buena familia que sufre de acoso escolar por un video polémico, y que se traga toda la presión por no querer preocupar a su padre deprimido por la ausencia de su madre (una película que, más allá del tema, las escenas fuertes y ese final contundente, es por demás plana, y quizá en este aspecto sería la más similar a Nuevo Orden), y en "Las hijas de Abril" vemos a una mujer que luego de abandonar a sus hijas, y volver aparentemente, ésta se va con la pareja de una de ellas a vivir la vida acomodada que sus hijas no tienen. De "Chronic" no comento nada porque es la única que no he visto, y es que el trailer me resultó tan fastidioso, que opté por no tomarme la molestia, aunque luego los trailers suelen ser muy engañosos, como es el caso del trailer de Nuevo Orden, pero ese punto lo tocaré más adelantado el análisis.
Entrando ahora sí en materia en torno a Nuevo Orden, la película tiene muy contados buenos y destacados momentos vistos desde el punto de vista técnico/narrativo, uno de ellos es la secuencia del principio que nos pone en perspectiva por una parte, de la película en sí, y por otra, del destino y naturaleza de algunos personajes. En la parte de la fiesta algunos desplazamientos de la cámara son interesantes, pero jamás pasa de eso. Y me parece que, hablando de la parte del hospital como de la fiesta, viene el problema con la película de Franco, y lo que me parece, es el fallo de la mala lectura que muchos están dando a la película. Porque sí, a la película muchos la están juzgando mal por algo que, además de que me parece erróneo, no tiene valor. El error de Franco está en la parte en que presenta, y la importancia que da a estas dos realidades. Y es que, es un hecho que para Michel Franco pesa e importa más que sus películas generen conversación por una mala vía, que preocuparse por hacer películas bien hechas, pues esta situación, en manos de un director con más oficio, no hubiera ocupado más de cinco minutos, hubiera resuelto de manera fácil, sin "herir" tantas conciencias. En esta primera parte lo único que hace Franco es alimentar a la confrontación, una confrontación que me parece es, además de innecesaria, inexistente, pues considero que no hay rastro de clasismo, o no más allá de la que otras películas también muestran y presentan en la forma en que una clase con ciertos privilegios se sirve de las que menos tienen, ya sea para la protección, para quehaceres de la casa, o para suministrarlos de drogas; y sé que muchos criticarán y juzgarán este punto de vista de mi parte, y quizá juzguen mi cuestión ideológica en este caso, pero les puedo asegurar que ninguna cuestión ideológica me rige al escribir esto, ya que para nada puedo decir que tenga una situación privilegiada, más bien todo lo contrario, pero continúo.
Fernanda Solorzano sugiere en la videocrítica que hizo de esta película, que pensar que hay una identificación o una susceptibilidad del realizador por la clase más acomodada de la película, es erróneo, que de ser así, la puesta de cámara habría sido desde el punto de vista siempre de estos personajes, teniendo frente a la cámara a los "malos", y a mí me parece que eso no es del todo cierto, pues si hay muchos elementos que nos dan a entender que Franco es, en muchos sentidos, uno de los personajes de la casa en Las Nubes. Uno de los elementos que nos puede hacer dar esta lectura, es cómo generaliza y condena las marchas y manifestaciones, encasillándolas a todas en un mismo mal. Muchos atacaron al director por manchar de cierta manera el movimiento feminista y pro-aborto por la cuestión de la pintura verde, y me parecía hasta cierto punto exagerado, porque volvemos a un punto tocado anteriormente, cometemos el error muchas veces por dejarnos llevar en base a la lectura inmediata de los adelantos y las supuestas claves en los trailers, pero basta ver la escena de los soldados en el campamento en la plaza, para detectar que evidentemente se mete en terrenos por demás sensibles, y si bien se sabe que en las manifestaciones de esta índole, siempre hay personajes del gobierno que tratan de mancharlas desde adentro de las mismas, acá Franco no expresa eso, y al no hacerlo, no sugiere, sino que pone en evidencia totalmente, que cree que este tipo de manifestaciones son un peligro para "nuestra" sociedad, y de manera burda e injustificada, porque no abonan a nada en la trama, en el buen desarrollo narrativo, sólo para hacer más evidente el "discurso" polémico y un <<guion deliberadamente estúpido>>. Tocado este punto, cabe destacar que la película tiene un gran diseño de producción, pero es un diseño de producción que se siente muy artificioso, incluso falso, nada más hay que ver las manifestaciones recientes en Estados Unidos por la brutalidad policiaca para ver cómo realmente se ven las manifestaciones de pueblos que están hartos del sometimiento efectuado por gobiernos incompetentes y tiranos, no como lo que se nos muestra en la escena del Ángel de la Independencia. Dentro de las cosas que afectan a la película, o que la afectaron entorno a los comentarios "en tendencia" de la misma, es el hecho de que Rolando sale en una escena en la que parece lidera a un grupo de manifestantes, pero al ver la película esto se deslinda, de hecho, aunque parece es la figura por la que los "acomodados" podrían tener redención antes de la catástrofe, no está para nada ligado a los destinos de cada casa, de cada México, de hecho el desenlace para él es muy tirano, y quizá muchos piensen que así es México, y quizá así sea, pero esta clase de comentarios, así como el decir que "sólo vivía de pedir dinero a sus ex-patrones como esta clase de personas son, vividores", revela mucho de la clase de personas que somos, y es aquí que Franco pierde una gran oportunidad de desarrollar la película para otra cosa, en torno a la figura de Rolando y Mariann, los dos personajes más interesantes de la película.
La película pudo haber sido una cosa completamente diferente si al director no lo hubiera nublado esa visión de polémica y de privilegio que rige su cine, pues si bien la película toca el tema de los peligros de la militarización, y no sólo eso, sino algo aún más fuerte como lo es el régimen militar absorbido por la corrupción, que no tiene nada de malo, sino todo lo contrario; con el antecedente del principio de la película, y la confrontación que en esta se genera, exponer a los militares, con formas erróneas por parte del director, denotando desde su modo de hablar, hasta su tono de piel, ya sugiere algo, un hecho, el mensaje que además de clasista, es racista a todas luces: los morenos son los malos. Y muchos tacharán de extremista este comentario, pero es que está a mi parecer a todas luces esta lectura: no sólo en la primera parte, o en el desarrollo, en donde no se muestra de manera tajante, pero si hay un hilo conductor que cada vez es más presente y frecuente. Quizá habrá muchos que digan que también hay "caras morenas" tanto entre los ricos como en la gente de clase media que transita en las calles de manera pacífica durante las horas de tregua, pero en ellos no se detiene la historia y lo que expone Franco en su película, es que para él, estos seres son invisibles, porque jamás hay un enfoque en ellos; los que sí son visibles, y que son de estas condiciones, son el otro lado de la moneda que no se quiere topar. Y por el otro lado, muestra, o trata de mostrar al final, al sistema judicial, y al gobierno, como una salvación, como en una especie de redención, la película por momentos pareciera es más un discurso de viejos gobiernos que daban poder a sus fuerzas judiciales (¿calderonismo?) para "salvar" a su gente, pero el "giro de tuerca" viene al final, tratando de "sorprendernos", obviamente todo esto lo entrecomillo porque no es sino todo lo contrario, una vieja fórmula tanto de fondo y forma empleada por el director, con una trama que si uno la observa detenidamente, no es más que una copia que muchas de las películas que han narrado temas históricos como el de la Segunda Guerra Mundial: judios sometidos por nazis, y el sesgo de esperanza que se nos presenta en uno o dos personajes, pero que sólo se queda en la anécdota y en el final simplón y perezoso (un ejemplo contundente: "El niño con pijama de rayas", así de simple es la puesta de Franco), la conciencia de cada uno determinará quienes son quien.
Hace unos días leía el comentario que una persona realizó en la opinión de un amigo sobre la película, que decía que a los críticos y los festivales en Europa les podías mandar cualquier bodrio latinoamericano y no lo regresaban como una obra maestra, y yo estoy un poco de acuerdo con esto, pero a la vez difiero, por muy contradictorio que parezca este comentario mio. Por una parte, estoy de acuerdo que hay películas que vistas desde una perspectiva europea (por no decir, privilegiada y con muy poca memoria) pueden tener algo de valía (dicho esto, hay algunas escenas y secuencias que recuerdan un poco al cine social italiano y polaco, como la escena donde uno de los personajes busca un permiso de trabajo, y otra en la que el mismo personaje y su mamá [tocado este punto, la mayoría de las actuaciones cumplen, y el resto son de regulares a menos] llevan el dinero de un rescate), pues no tienen la perspectiva tanto cultural, como real, y con esto no trato de decir que toda película deba estar ligada a su realidad, si esto no rige del todo al documental (hablando en términos de "forma"), menos tendría que regir a la ficción; pero si hay una mirada sin un contexto, y que se deja llevar por el impacto. Y por el otro lado, el de si todo lo que nos representa en los grandes festivales de cine es malo, considero que no, se podrá cuestionar mucho la obra de cineastas como Reygadas y Escalante, hablando de México y los más representativos en últimos años al igual que Franco, pero al menos a estos dos, si bien también sus obras a los ojos de muchos se fundamentan en la controversia (otro claro ejemplo, y que tocan temas parecidos y arriesgados, pero con mayor propuesta son las muy mencionadas en este blog Los Muertos y Me Quedo Contigo), al menos en estos se rige una vena autoral, si nos gustan o no sus convicciones personales, esto ya es otro tema, pero hay una propuesta artística en ellos, una clara intención de decir cosas de manera diferente, en Franco, ni se dice nada nuevo, ni de manera diferente, aunque así se pretenda, si caemos o no en ese juego, es responsabilidad de cada uno, y más importante aún, si somos portadores de replicar un mensaje vacío en base a ideas además de caducas, mal empleadas. Y finalizo diciendo que, otra de las cosas que me hacía mucho ruido era la tipografía en la película, para mí, no sólo es lo único realmente destacado, sino que es la metáfora perfecta de lo que Franco quería decir y no pudo hacer un 88 minutos: el nuevo orden es una fórmula vieja, caduca y defectuosa, y hay películas con mucha mayor propuesta, que nos muestran los problemas de la militarización sin imponer ninguna índole ideológica, (El Guardián de la Memoria, a todas luces infinitamente superior en fondo y forma) como la que si denota de manera muy simple Franco, y con lo anterior, digo, que su película no es mala, pero tampoco es buena, y en este caso, no merece comentario mayor, ni relevancia sus premios, al menos para mi.