Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

sábado, 1 de agosto de 2020

Titixe: Rescatar la tierra a través del amor y el recuerdo.


"Entrar en los terrenos a buscar lo que quedó atrás. lo que ha simple vista no se pudo notar...."


Titixe es un documental mexicano del año 2018, producido, escrito, editado y dirigido por Tania Hernández Velasco. El documental nos narra como Taina y su madre, con ayuda de algunos familiares, tratan de sacarle una última cosecha de frijol a las tierras de su abuelo fallecido antes de que su abuela decida si las va a vender o no. Así esta cosecha se convierte de manera metafórica y literal, en un esfuerzo más que emocional por postergar un legado por amor.


El intimismo que muestra Tania Hernández en su documental va más allá de lo que se nos muestra en otros documentales que reflejan la presencia o el recuerdo de la figura de los abuelos, más que eso; de la figura de los maestros que ya no hay. Planos por momentos muy cercanos y por momentos muy lejanos, una narración relajada, la textura de la imagen y su diseño de arte no son nada parsimoniosos (una escasa y atinada música, el sonido bien trabajado y una edición sin fallo alguno; son algunos de los muchos atributos técnicos del documental), lo cual nos acerca aún más a la naturaleza de la historia que se quiere contar. Es un canto personal, cercano y detallista que se vuelve en automático universal.

En más de un sentido es un documental vivo, libre, arriesgado, que deja que las tomas sigan a pesar de los movimientos bruscos, del ruido generado, porque la directora sabe que todo eso transmite acorde a lo que el documental quiere trasmitir, y lo que seguramente el espectador encontrará y sabrá apreciar por ser un trabajo de la índole que es.

El relato narrado que se entrelaza, y con el que se hace registro de los bailes de las nubes en timelapses, logra a través de unas tomas espectaculares, de lo que es y significa la tierra para las personas en base al recuerdo de sus familiares finados.

(La toma del crepúsculo casi al comienzo del documental con el árbol dividiendo la toma, es sublime)

Una crónica del cambio generacional y la crisis de conocimientos ancestrales que esto conlleva, el escaso apoyo que se le da al campo y el daño que hace a las costumbres la globalización y el capitalismo rapaz a manos del neoliberalismo; toda esta crítica esta en un subtexto que se puede leer sin que sea una denuncia cantada o un trabajo que se tache de propagandista. El trabajo de Tania, como ya lo mencioné antes; es una carta leída en voz alta al amor por su tierra, por parte de ella y su familia, y una carta de amor a su familia misma. Todo esto a través de la figura del abuelo que ya no está, al cual se le ve y evoca a través de los elementos de su entorno; de canciones, de otras personas, de cosas, de la figura de un árbol o la tierra misma. Las imágenes de la  madre de Tania y de su abuela mirando al cielo, mientras cuentas cosas sobre el abuelo con los ojos llorosos; son muy poderosas. Vamos viendo, a la vez que hay una depuración del pensamiento y del alma por la ausencia de esta figura querida, añorada y sabia, el crecer de la siembra, y a los animales que ayudan a trabajar la tierra en tiempo presente, escuchando la historia para recordar el pasado y al abuelo.

El elemento contemplativo en un documental es una de sus principales herramientas, y si no se utiliza de manera correcta, tiende al aleccionamiento y esto hace que muchas personas desprestigien al documental por esto, en este caso no pasa tal cosa. Tania Hernández da con las imágenes perfectas, cada close-up entre la hierba, cada panorámica que registra es precisa, no le sobra "metraje" alguno.




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