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miércoles, 1 de mayo de 2019

The Rider.

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El cine independiente norteamericano este año pasado nos entregó películas realmente sorprendentes, de esas películas de las que en realidad no esperas mucho, pero que son potencialmente prósperas para en unos años convertirse en películas de culto.

The Rider es una película de esas, una películas que empieza de manera muy mesurada, muy lenta, en la que realmente no pasa nada, pero la fotografía prodigiosa hace que uno siga observando, ya parado el primer cuarto la trama empieza a engancharte, la historia sobre un jinete de rodeo que luego de un accidente en el que su caballo lo golpea la cabeza le prohíben volver al rodeo, entonces entra en una depresión que no puede soltar, aun le queda el entrenamiento de caballos, pero un problema con su mano hace que los doctores le prohíban también esta actividad, luego tiene que conformarse con una vida normal, en la que todos lo admiran, y eso lo reconforta, no cae en la tentativa de querer creer ser algo que no es, sabe que no puede volver a ser lo de antes.

Su depresión no explota hasta que su padre vende su caballo, y luego de conseguir otro y lo tiene que sacrificar luego de estropearse su pata, acto con el cual hace una alegoría sobre su condición y el como si él fuera un caballo lo habrían sacrificado, y el ver a su mejor amigo, el mejor jinete joven de rodeo que queda tetrapléjico y quien sueño con volver al rodeo, y el querer proteger a su hermana con déficit mental y ayudar a su padre fracasado y adicto al juego y la cerveza. Al final hay que decidir entre vivir y la familia.

La película tiene además de su gran fotografía viva y espléndida, una dicción en su narrativa fina y con un cierre digno, no sólo son tomas a la nada que lucen bonitas, quizá yo la sentí algo predecible, pero no sé si a alguien más le pasará lo mismo.

El valor agregado a la dirección de Chloé Zhao es el hecho de que además de que la película está basada en hechos reales, la película es interpretada por las personas que vivieron esta historia; aunque pareciera que el protagónico es un actor, por la cara de actor que tiene (y lo digo porque es impresionante el parecido que tiene con el actor Josh Hartnett) la mayoría de los actores son naturales, no profesionales, y hacen un trabajo digno, real.

Un comentario a título personal ya para finalizar es el hecho de que hace unos meses se dio a conocer que a esta directora se le contrató para dirigir la película que quizá inicié con la nueva fase del universo Marvel: The Eternals, y yo digo que si se le deja trabajar como ella sabe hacerlo, seguro será una película refrescante y con nueva propuesta dentro de este género tan gastado, predescible y encasillado; pero si los estudios empiezan a meter sus narices y hacen lo que le hicieron a Edgar Wright con su Ant-Man, donde al final Wright se hizo de lado luego de que su idea fue transgredida, antes de ser un olvidado como ya ha pasado con un sin fin de buenos y emergentes directores. A los nuevos realizadores se les debe dejar filmar sus ideas propias, no remakes, spin-offs, sagas, refritos, y demás cosas que hoy día hagan.



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