ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcisima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada, -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:
Es sólo este lugar donde estuviste....
estos mis brazos tercos.
Corazón.
Jaime Sabines
Estás muy romántico leo ja... Me parece muy bien, abrazo desde el sur profundo...
ResponderBorrarY la última foto con esos reflejos rebeldes es espectacular 👌📷
BorrarAbrazo desde la sucursal del norte 😁 🙋
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