Para Martha
La muchacha que siempre aparece, y minutos después se va.
No sé como empezar a escribir esto, bueno; quizá si sepa como hacerlo, pero hace muchos años alguien ya empezó una historia así, así que sólo empezaré a escribirla tal y como pasó, y es que como puede ser posible que justo hoy, que tomo un periódico después de no sé cuanto tiempo que no tomaba uno esta justo en el periódico el anuncio de que la casa, esa casa que por años he admirado está rentándose, todos los días que voy a mi trabajo paso frente a ella, me paro unos segundos y la veo, me pregunto, ¿quién vivirá ahí? Seguro deben de ser las personas más felices del mundo, o la más feliz, quizá viva alguien como yo, un solitario amante de los libros, me imagino las paredes de la casa con un papel tapiz gastado, húmedo y viejo tapado por pilas de libros, muebles inexistentes como en mi pequeño apartamento, de hecho la casa era muy pequeña, muy parecida en dimensiones a mi departamento, pero esta estaba en la tierra, no en el cielo, siempre padecí de vértigo, siempre he creído que las casas deben de estar en la tierra, nunca encuentro las palabras para describir el porque. La casa era de madera, con un tejaban en triangulo, en caída como los de las granjas norteamericanas del norte del este, donde los inviernos son inviernos, por la nieve blanca. La base de la casa eran unos muy deteriorados y perfectamente sincronizados ladrillos rojos, un pequeño pasillo de los mismos pasillos que conducían hasta la puerta de madera color caoba de la casa, que era adornada únicamente por una pequeña farola que semejaba una vieja vela, un extenso jardín como el de Rita con un gran árbol de "bugambilias", un ático (o al menos eso es lo que yo pensaría que era, aunque quien quiere un ático en una casa tan pequeña, quizá la idea de los libros no estaba tan errada) y un par de ventanas cuadradas.
Así que no tuve que pensarlo mucho, sin duda alguna iría a ver esa casa, al salir del trabajo tendría que ir a ese lugar, y aunque no sabía cuanto era lo que pedirían, y sin mucho capital de respaldo, aunque al final no la pudiera rentar, tenía que por lo menos sacarme la curiosidad de como era esa casa por dentro, y quien vivía en ella.
El día de hoy era particularmente perfecto, la llamada de una ex-novia, en la radio estación había sonado minutos atrás "Ojala" de Silvio Rodriguez y lo mejor, llovía y estaba tan nublado y tan oscuro que parecían ser las siete de la tarde en vez de las cuatro. Siempre me ha encantado caminar bajo la lluvia, sentir el agua fría que cae del cielo que se crea de la batalla entre soldados positivos de traje rojo y soldados negativos de traje azul dentro de las nubes, o al menos así nos dijo la maestra que nos daba en primer grado de primaria que se creaba. Increíble como a veces no nos podemos acordar del rostro de alguien, o del nombre de alguien, pero si nos acordamos de ellos por algún momento en especifico de nuestras vidas, por muy insignificante que este sea, una frase, te regresa los recuerdos mas escondidos, algo que nos regresa en el tiempo, y arma el rompecabezas dentro de tu cabeza.
La persona que contestó el teléfono al llamar me dijo que su agenda de visitas estaba totalmente llena y que no podría mostrármela, eso me puso muy triste, pero al cabo de un par de minutos la persona me regresó la llamada diciéndome que quizá me podría hacer un espacio y me mostraría la casa rápido entre 5:30 y 6:00, yo por supuesto no me opuse a esa visita tan corta, al fin de cuentas sabía que la casa no sería para mi, si había tantos interesados por la casa, seguro que tendrían más dinero que ofrecer, en ese terreno yo no podría competir, la habilidad de encontrar lo bello en lo cotidiano no pagaba las cuentas.
A estas alturas mi único objetivo era conocer el interior de la casa y saber quien vivía en ella, por eso apresuraba el paso mientras sonaba en mi reproductor "Lucha de Gigantes" de Nacha Pop. Era extraña mi fascinación por los fantasmas, jamás he conocido alguno, ¿habría alguno en esa casa? ¿Qué habría pasado en esa casa? ¿Por qué me atraía tanto? La casa ni siquiera era tan bonita como otras que veía a diario, o como otras a las que ya había entrado, ¿por qué este misterio? ¿Por qué esta intriga? ¿Quién vivía en ella?
Para cuando llegué estaba totalmente empapado, lo único seco en mi persona era mi reproductor, siempre salía con una pequeña bolsa de plástico para protegerlo. Toqué el timbre pero nadie salió, me asomé para ver más detenidamente, parecía que alguien estaba en la ventana, cubierta de la cabeza, en realidad sólo se veía una sombra, ¿seria un fantasma?