Escribir sobre las películas de P.T. Anderson siempre resulta una tarea complicada, pero sin lugar a dudas gozosa, pues siempre hay que tocar varias bases para tratar de dar un comentario redondo y objetivo: filmografía, revisión de historia cinematográfica, atención al detalle conforme al lenguaje cinematográfico. El cine de P.T. Anderson es tan magistral, que aunque se intenta, para alguien como su servidor que ha visto crecer su cinefília con la filmografía del último gran maestro cinematográfico norteamericano, la objetividad se pierde un poco para dar paso al gusto de escribir desde el corazón cinéfilo de un joven de 21 años.
Antes de internarme a señalar y apuntar todo lo que me llamó de "Una batalla tras otra", me parece pertinente mencionar todo el revuelo mediático que ha originado la última obra de P.T., pues me parece que algunos de los comentarios que se han mencionado en las redes sociales, sobre todo por parte de crítica avejentada, e influencers de ideas vacuas, pueden desorientar y hacer que el hype se eleve, para hacer que muchos de los que no conocen el cine de este genio, terminen decepcionados. En el sumidas cuentas: me parece que los comentarios generales de la película son o exagerados, o mal leídos.
Hay muchos influencers (no pienso generar tema dando nombres a personalidades que honestamente no me agrada su contenido) que la han mencionado como la mejor película de este siglo, lo cual no solamente es una grosería para las mejores películas de P.T. (la pelea por esta distinción siempre versa entre tres películas), sino para la cinematografía mundial en general. Sólo mencionar una película como Amour de Michael Haneke, hacen que uno se de cuenta que ese comentario es completamente exagerado. Otros la han mencionado como "La mejor película del año", y en este comentario quizá no podría discutir mucho en el sentido que, por la cercanía y vigencia de lo hecho en este 2025 estas declaraciones subjetivas de muchas personas no se podrían discutir en el sentido de que si para ellos es la mejor del año, esta bien, sin aseverar que es la mejor película del año para todos, como podría ser la declaración de "La mejor película del siglo" cuando hay precisamente un bagaje histórico que si podríamos cuestionar. En todo caso mi opinión ante la idea de que "Una batalla tras otra" es la mejor película del año", haría falta hacer una revisión exhaustiva del panorama cinematográfico mundial antes de dar una opinión de estas, y justo es otro de los problemas en los limitados comentarios de muchos influencers, o de las personas influenciadas por estas personas: pues además de que estas personas van invitadas por las productoras y distribuidoras de la película a ver en un estreno especial o alguna función de prensa, además de recibir regalos o pagos por ello; lo cierto es que ellos sólo ven generalmente cine de industria, y en un gran porcentaje, de la industria hollywoodense. De modo que para cerrar esto, puede ser posible que la película sea la mejor película de la industria norteamericana del año, y conecto con otro asunto muy importante.
Sin duda alguna "Una batalla tras otra" ha sido la película más publicitada de P.T., cosa que en consecuencia hará que sea la película más taquillera de su filmografía, aunado con el más que atractivo reparto; pero también hay que decirlo con todas sus letras: es la película menos demandante narrativamente de Anderson, lo cual para nada quiere decir que sea menos. Ahora me explico.
Quizá debería de partir este párrafo escribiendo una sentencia que no creo haya alguien que lo pueda cuestionar: P.T. Anderson no tiene en su haber película mala (10 largometrajes, 1 mediometraje documental [que no sé por qué razón no se habla más de este] y algunos cortometrajes y videoclips). Quizá algunas son menores que otras, pero ninguna es mala. Ahora, el hecho de que "Una batalla tras otra" no sea tan demandante narrativa o/y discursivamente como "El maestro", "Petróleo Sangriento" o la extraordinaria "Magnolia", no la hace una obra menor en lo absoluto.
P.T., hoy día un veterano de esa maravillosa generación del '90, sabe con una perfección y maestría como se debe dirigir una película que le guste no sólo a sus adeptos, sino también al público en general, con una construcción de personajes complejos, con honduras y visceralidad que viene asentada no solo desde el guion, sino desde el conocimiento de lo que el actor elegido puede dar a su personaje. Es un director que sabe presionar hasta donde debe: sin recurrir a la figura del arrogante genio todopoderoso, pero tampoco desde la displicencia y condescendencia. En esta narrativa desde la posición segura de un maestro, siento que P.T. por momentos cae en un desarrollo de situaciones que si bien están perfectamente orquestadas, hay mucha base segura que pisa (como lo es el inicio que por momentos me hacía creer que estaba viendo una película de dos de sus compañeros de generación más talentosos: Tarantino y Nolan, justo hasta la parte en que se encuentran Perfidia y Lockjaw; ahí se introduce el P.T. que yo conocía en el 2010)  lo cual hace que en esos momentos yo no vea al genio creativo y propositivo que nos regaló películas como "Boogie nights", "El hilo fantasma" o "Embriagado de amor"; aunque también si consideramos el género principal que define a la película, se comprende que haya mucha llanura o carretera recta, para enaltecer aún más picos telúricos en el vórtice, esas subidas inesperadas.
Un elemento por demás palpitante y que P.T. es de los pocos genios que lo lleva a la maestría y al límite (y con ello a nosotros) es la 
OST. Todo el tiempo esta la presencia de la magnífica pieza musical creada por el también mega talentoso Jonny Greenwood. Un acompañamiento perfecto que nos introduce a todo el 
feeling y 
timing que P.T. ya propone desde el argumento y el desarrollo de la trama. Este poder que P.T. manifiesta desde el score lo podemos ver en las dos mejores escenas de la película, donde somos testigos una vez más de los alcances y dominios que tiene P.T. narrativamente del lenguaje cinematográfico: el de la redada a la tienda del sensei, y la persecución en la carretera. Una singular orquesta con un 
tempo perfecto y desquiciados donde nada, absolutamente nada sobra y nada falta: duración de planos, campo de profundidad, milímetros de tercios, diálogos involucrados (o no); en fin. Un todo en unos satisfactorios minutos que se disfrutan endiabladamente en una pantalla grande.
P.T. hace una película perfecta, equilibrando la finura narrativa desde la escritura hasta el conocimiento del cine que a todas las personas les puede gustar. Hace una película de manual en muchos sentidos, con chispazos de creatividad que han identificado a su cine durante tres décadas. Esto hace en automático que sea una película con bastante consideraciones para la temporada de premios, donde seguramente lo veremos brillar a él, su crew y a su cast, sobre todo a Sean Penn y a Teyana Taylor (a mi consideración), pero sin dejar de lado las increíbles actuaciones de Leo, Benicio, oncluso ber de vuelta al panorama de muy gratas maneras a una Regina Hall; y la luminosa aparición de Chase Infinity que se ha vuelto en un grato descubrimiento más que le podemos anotar al maestro P.T.
Finalizo sólo recalcando una cosa que ha sido un común denomi ador entre los detractores de la película, que han sido pocos, pero que son peces gordos de la pluma crítica dentro del cine, como el maestro Boyero. Y es que se le ha cuestionado que P.T. crea un relato más superficial que ha realizado, sin hondura discursiva (incluso muchos lo han tachado de rojillo o izquierdista, lo cuál se me hace la lectura más simplona que se puede dar a la película) y sin creatividad constante salvo por los dos (muchos consideran tres) chispazos que tiene en tiempos marcados (supongo que no les quedó del todo claro el género de la película y sólo se dejaron llevar por el particular humor que maneja) de los tres actos de la película (que para mi en realidad la película la podríamos diseccionar en seis partes particulares e importantes, y quizá en su momento escriba puntualmente sobre cada una de ellas, pero ahora no); incluso argumentando que directores realmente legendarios y octagenarios han sido más valientes y arriesgados con su cine como Ford Coppola, Scorsese y el buen Jerzy. Ante todas estas lecturas, que las respeto y las valido porque hay un grado de valor y veracidad en lo expuesto en ellas, es que me parece se debe ver el panorama completo, pues si bien a un artista siempre se le debe de juzgar por su última obra, hay dos verdades en torno a P.T. y a la misma película: lo primero es que si revisamos detenidamente la filmografia de este director, vemos una constancia palpable de su calidad discursiva, argumental y técnica en todo su cine, explorando distintas historias, honduras y géneros, haciéndolo uno de los autores más consistentes de los últimos treinta años del cine hollywoodense. Y lo segundo es que, si bien puede ser una de las películas con menos finura del genio Anderson, si lo comparamos con el panorama actual del cine hollywoodense, se lo lleva absolutamente de calle, y en automático el espectador promedio o la audiencia general creerá (y que bueno que así lo crea y se reconozca a este capo) que está ante una obra maestra.