Contar la anécdota que hacen que el trabajo de Denisse Quintero y Sueño en otro idioma de Ernesto Contreras estén conectadas, creo que no tiene interés ni fondo en lo que es al final de cuentas este documental del 2020, pero llega a ser una de esas curiosidades que hacen tan ricas las proyecciones en los festivales de cine. Esto sólo lo digo como introducción para hablar de este valioso documental cuyo protagonista y tema central viene a ser una comunidad entera.
El documental narra como en el pueblo de Ayapa, en el estado de Tabasco, se hace un esfuerzo por parte de varios habitantes por rescatar la lengua nativa del lugar, el Ayapa Zoque que está en vías de extinción. Pero conforme vemos y escuchamos los testimonios recabados por Denisse sobre los hablantes ancianos del lugar, vemos todos los problemas que han venido arrastrando los habitantes del pueblo desde décadas atrás como la discriminación, la violencia, el saqueo del lugar, poniendo como prueba fehaciente que, siempre el "hombre civilizado" es el menos civilizado, y el que siempre se empeña en desaparecer el patrimonio que hace rico a su lugar de origen y a sus raíces. Pero el documental también es testigo y evidencia de que hay personas que siempre quieren ayudar y que están en la lucha para que las lenguas nativas que existen en nuestro país no desaparezcan del todo, aunque sea una lucha contra el tiempo y lo imposible, pero siempre la luz de la juventud brilla por muy mínima que sea la probabilidad y la intensidad de la llama.
Cuando uno tiene la posibilidad de ver un documental como el de Denisse, es imposible que le vengan a la mente otros documentales sobre las lenguas originarias que se han producido en los últimos años en nuestro país, sin la mínima intención de compararlos por supuesto. Kuxlejal es uno de los que a mi me vinieron a la mente inmediatamente, por este grupo de jóvenes chiapanecos que defienden su lengua nativa, el tsotsil, formando un grupo de hip-hop para que los jóvenes se incorporen y así luchar de alguna manera y desde su trinchera contra los altos índices de suicidio que ocurren entre su comunidad. También recordé a Laberinto Yo'eme de Sergi Pedro Ros, en el que se ve como el pueblo Yaqui en el estado de Sonora sufre el desplazamiento de sus tierras a través de la violencia ejercida por el crimen organizado, pero también a base de discriminación por su identidad y las adicciones a las que los hacen caer a la fuerza. Pero sobre todo me recordó al hermoso documental Tote Abuelo de María Sojob, y que es con el que yo encuentro una conexión muy afín con el trabajo de Denisse, aunque en la forma son particulares y distintos.
Si bien en el trabajo de María, el deseo de que la lengua y las enseñanzas que tiene su abuelo no se pierdan, y que ella las pueda transmitir a su hija, y que claramente hay una línea más personal, además de ser un trabajo más contemplativo y cercano al cine-ensayo (como lo llega a ser La danza del hipocampo); en el trabajo de Denisse es más general el espectro que ella toma, pues logra retratar fielmente los deseos y las necesidades de la comunidad a través de todos los personajes/personas que retrata su lente, y eso, además de ser más complicado, vuelve el mensaje del documental más poderoso y cercano al espectador que no alcanzaría a comprender todos estos problemas si los viviera de primera mano. El tema de la discriminación ambos documentales lo retratan a la perfección, y me parece que si bien en el trabajo de María tiene más peso dramático, en Palabras verdaderas es sólo una de las tantas piezas bien expuestas en el documental.
Quizá lo que a mí más me conmovió del documental (porque hay muchas cosas que en verdad me llegaron a conmover), es cuando los ancianos del pueblo y los niños conviven en el mismo lugar aprendiendo unos de otros, y vemos como una niña habla fluido el zoque, y vemos como habla sobre la lengua con amor y orgullo, algo que recuerda a la niña en La recua, y aquí es donde el documental pone a pensar a su espectador, y lo pone a pensar con un dejo de esperanza: de cuantos niños que convivieron en vida con estos ancianos, alguno será una semilla donde el zoque seguirá viviendo, junto con los que lo llevan en el recuerdo y que algún día quisieron aprenderlo pero que sus padres no quisieron que sufrieran lo que ellos tuvieron que vivir por la ignorancia de la "gente de ciudad".
Un documental sencillo y con una propuesta muy única, en el que se percibe que si bien la mirada de Denisse no se siente tan íntima como la de otros documentalistas que retratan historias sobre nuestros pueblos originarios, si se siente una mirada que mira todo con cariño y la distancia apropiada, y sobre todo se siente que la mirada de Denisse tiene más amplitud en el sentido que puede enfocar la narrativa en muchas personas y muchos temas, sin perder el mensaje que quiere transmitir, y que tanto es importante como cineasta que es, como por la misma importancia en sí del tema.