¿Eres feliz? Es la pregunta que le hace Wilfried a su hija
Inés, con la que hace que todo en su vida se tambalee; y la premisa que nos da
una de las mejores películas del 2016.
Toni Erdmann es una película alemana-austriaca dirigida por
la directora Maren Ade, quien además la escribe y co-produce. En esta cinta la
directora nos presenta a Wilfried, un hombre al que le encanta jugar bromas a
propios y extraños, de personalidad extrovertida, que además es profesor de
piano. Nos muestra a un hombre maduro que lleva una estrecha relación con su
anciana madre y su ex esposa, y que de pronto ve su vida desmoronarse, cayendo
en una profunda depresión después de la muerte de su perro viejo. Después de este terrible hecho va a visitar a su hija, con
quien la relación no es tan buena, entonces cuando ve que su visita no es tan
bien recibida por ella (por una serie de situaciones que le complican las cosas
en su trabajo), es que decide traer a la vida de su hija a un viejo amigo
llamado Tony Erdmann, con el cual ella tiene un constante enfrentamiento, pero
cada vez que intentan alejarse el uno al otro, más se acercan.
La sinopsis en sí puede sonar a una película americana
cualquiera (quizá de ahí la terquedad de hacer un remake que, aunque quieran regresar a
la actuación a un todopoderoso como Jack Nicholson para que sume interés a la
producción, la verdad a mí no me entusiasma en lo mas mínimo), pero de eso no
tiene nada. La premisa de cómo cuenta Ade esta historia, está tan alejada de lo
convencional que incluso uno ve un sello inequívoco de la cinematografía
europea oriental, tanto la fotografía, encuadres y dirección de cámara como
secuencias, ayudan a percibir eso.
La película trata con gran fidelidad lo complicado que se
vuelven las relaciones padres e hijos a cierta edad, y Ade nos plantea un padre
muy adulto que pasa por una fuerte depresión, pero que lejos de quedarse
sentado en casa y esperar la muerte trata de hacer que su hija vuelva a disfrutar
de la vida y que no se sienta tan agobiada por ese trabajo en el que es tan
buena pero que tanto odia. Vemos a este padre presenciando cosas que nunca
pensaría que su hija podría hacer, al final la hija encuentra la catarsis de
una manera muy peculiar, y comprende, cuando su padre la vuelve a necesitar y su
vida se tambalea, ella se da cuenta que no son tan distintos, porque la vida, aun llena de tragedia y drama, no hay que
tomársela tan en serio.
Tanto la historia como los personajes son muy conmovedores,
muy humanos, es de esas películas que me gustan tanto por la forma en que
durante casi tres horas te llevan por todos los estados de ánimo posibles, y
como siempre lo he dicho, eso te hace despertar a la persona que realmente
eres, y eso es lo valioso del cine, el espejo en el que se convierte.
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Sobre tu pregunta allí, en Bucarest... sobre la vida. Sobre lo que vale la pena vivir. El problema está... está tan a menudo en hacer cosas. Haces esto, haces eso... Y mientras tanto... la vida sólo pasa. ¿Pero cómo se supone que debemos aferrarnos a los momentos? Ahora a veces me siento y recuerdo cómo aprendiste a montar en bicicleta o cómo una vez te encontré en una parada de autobús. Pero sólo te das cuenta de eso después. En el momento mismo no es posible. Eso es. |
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