El
Profesor Marston y la Mujer Maravilla es una película que trata
sobre el origen de este personaje de historietas y que hoy día es tan famoso
por el universo cinematográfico de DC, pero créanme ahora mismo que estoy a
punto de escribirles sobre esta película que va más allá de eso, y que es mucho
más interesante que cualquier cosa que se haya hecho para el cine o la
televisión de esta superheroína.
La
película nos cuenta cómo el profesor Marston, al momento que está defendiendo
su trabajo frente a un grupo de personas las cuales deciden qué es ético que
los niños lean y que no en la década de los 40's, con un conflicto bélico
recién terminado y el cual se ve reflejado en la tira cómica, está recreando
toda la historia, y a la vez su historia de cómo fue que creó este personaje
tan personal.
Nos
narra cómo el profesor Marston, en la década de los años 20's, quien imparte
una clase para un grupo de chicas en la Universidad Radcliffe de Harvard, y es
acompañado por su esposa Elizabeth, quien a pesar de ser brillante la
universidad no le da su doctorado solo por el hecho de tener vagina, como ella
misma lo dice.
Ellos
son una pareja poco convencional que son muy apasionados, trabajan juntos,
entre otras cosas, en una aparato que después perfeccionarían y del cual
derivaría el primer detector de mentiras, y en una teoría sobre el
comportamiento humano a la cual llaman DISC, en la cual a grandes rasgos
exponía que las personas éramos completamente felices cuando no sometíamos a
una autoridad, o sea una persona a través del amor en cuatro fases. Pero no nos
adelantemos, ni entremos a cosas más científicas, vayamos a la historia, porque
es muy buena.
En una
de estas clases el profesor conecta de inmediato con una estudiante, Olive, y
este le dice a su esposa que la utilizará para el proyecto. Ella al inicio está
un poco indecisa, pero luego de averiguar que es sobrina e hija de dos de las
pioneras feministas de los derechos de las mujeres, es que la dejan entrar en
sus vidas.
Con su
ayuda ellos encuentran armonía en sus vidas, cuando las cosas se quiebran por
su temperamento o sus sentimientos no se sienten completos, y vuelven a estar
juntos, es una dependencia, pero jamás se vuelve enferma a pesar del
sadomasoquismo, porque lo hay, pero esto se justifica por muchos motivos que
tocaré más adelante.
Cuando
dejan de luchar con los sentimientos que tienen entre los tres y deciden estar
juntos, las cosas se complican al quedar los Marston despedidos. Olive rompe su
compromiso con su novio y además queda embarazada, entonces a partir de ahí
vemos cómo esta relación poliamorosa tiene que luchar en secreto por defender
su historia ante la sociedad tan cerrada de los años 40's, que no acepta este
tipo de relación como auténticos super héroes que mienten y se esconden tras
disfraces de secretarias, amas de casa, escritores, no por algo muy llamativo
pero sí muy necesario e indispensable para el ser humano: el amor.
La
película desde un principio nos muestra cosas e ideas bien plantadas. Las son
muy destacables, empezando con Luke Evans, que si bien ya en El Hobbit mostraba
buenas hechuras (de lo poco destacable de las dos últimas partes, me parece)
acá nos enseña que con un buen papel hace personajes interesantes. Pero sin
duda yo alabo y aplaudo en primer lugar a la joven Bella Heathcote en el papel
de Olive, y a mi adorada Rebecca Hall como esta mujer fuerte, sensible,
liberal, realista, erótica, que de lejos se ve el mayor rango actoral que tiene
y que su actuación bien podía haberle dado la nominación ya no pido para el
Oscar, al menos para el Globo de Oro, donde nominan a diez actrices en me
parece dos categorías cada vez más absurdas e innecesarias (o es eso o ya estoy
despertando a la falacia de estos premios, pero ahora vamos a ese tema de los
premios).
En
valores técnicos habría muchas cosas que puntualizar. En primer lugar el guion,
en todo esquema impecable; la trama en ningún momento decae, tiene ritmo,
ingenio, sus tiempos, sus escenas, sus diálogos, todo parece estar medido con
la precisión de un detector de mentiras perfeccionado.
La
fotografía, otro punto más que valioso. Hay en particular una escena en la que
me quedé rendido con el trabajo del encargado de la fotografía (Bryce Fortner)
y es en la que desempolvan las piezas del detector de mentiras, los enfoques y
desenfoques de cámara durante toda la película tienen un por qué. A últimas
fechas si algo odio en una película es esta terquedad o egocentrismo de algunos
directores de fotografía de hacer enfoques o desenfoques sólo por hacerlos y
por lo bien que se ven sin aportar nada o tener cierta congruencia con la
historia (eso me pasó con Lion, que fue lo único que no me gustó de la
película). Acá no ocurre eso. La iluminación, vestuario, diseño de producción,
la música, dirección de arte y todo lo engloba perfectamente la dirección, que
cae en mano de Angela Robinson, que con esta su tercera película me parece hace
algo grande y serio.
Si no
fuese por un par de cosas, pequeños detalles que tiene la película, como una
parte en la que hay una pérdida de continuidad grave (si no grave, sí es muy
notoria para los que nos fijamos en particularidades) que es en la parte donde
están en el parque mirando volar los aviones, y el hecho de que jamás hay en
realidad una profundidad sobre sus hijos y la relación con ellos y como ellos
miraban esta relación con un papá y dos mamás.
Si no
fuera por ello para mí esta sería una película perfecta, con esas palabras lo
pongo, que me parece es más que interesante el cómo plantea esta relación
poliamorosa entre tres personas, que si bien Woody Allen ya lo había mostrado
también de manera muy magnífica con su Vicky Cristina Barcelona (donde
ya todos sabemos también actúa Rebecca Hall) en la relación entre Cristina,
Juan Alonso y María Elena, Woody lo aborda desde una propuesta más artística y
amorosa, y es esta película lo ven desde un punto de vista de lo sadomasoquista
y creativo, aunque, como ya lo dije, se justifica porque no es sólo por el
sadomasoquismo como tal, sino por el verdadero amor entre estos personajes.
Otro
claro ejemplo que da esta película es que no hay necesidad de recurrir a
desnudos completos o escenas de sexo explicitas para que el espectador conecte
con esta sensualidad, erotismo, seducción y excitación que experimentaban los
personajes, como si uno mismo lo estuviera sintiendo; jamás cae en ese tonto y
absurdo cliché del desnudo solo por hacerlo.
Las escenas
no son ni mojigatas ni morbosas, son sutiles y directas, y es algo que se le
vuelve a agradecer a su directora, que además también escribe el guion (que
también pudo haber sido tomada en cuenta para los Oscar, pero no tiene caso
hablar al respecto, los Oscar tienen una larga historia sobre sólo ser
políticamente correctos, aunque aquí pudieron haber jugado con ello, la
película sinceramente tiene méritos propios para haber sido tomada en cuenta,
pero es una de las tantas buenas películas olvidadas e ignoradas).
Para
finalizar, les comparto un par de pensamientos que dice el profesor Marston, el
primero es cuando está a punto de acabar la película, donde está dando una
conferencia y dice que la Mujer Maravilla busca como tal hacer que los niños,
que son el futuro de la sociedad, empiecen a ver el poder que tienen las
mujeres en la vida, su valor, algo que leí buscando información me hizo llegar
a un texto donde William Marston decía: “Ni siquiera las mujeres quieren ser
mujeres mientras nuestro arquetipo de femineidad carezca de fuerza, fortaleza y
poder… El remedio obvio es crear un personaje femenino con toda la fuerza de
Superman, más todo el encanto de una mujer bella y buena”.
Decía
que los demás veían en La Mujer Maravilla una superheroína, en cambio él veía
las cosas buenas, bellas y valientes de todas las mujeres de su vida, a quienes
creía superiores a los hombres en muchas cosas y que no le importaba saberse
sometido por ellas, sobre todo de sus dos mujeres que fueron las que de cierta
manera le dieron más que estructura, aporte, ideas e imaginación para que este
personaje fuera creado. En varias partes de la película, aunque con un poco de
dolor, acepta que todas las cosas que había inventado en su vida jamás las
hubiera hecho sin ese par de mujeres aportando las piezas claves (todo el
tiempo durante toda la película vemos guiños de donde fueron sacando, tanto
William como ellas, las referencias de la historia de Diane como las amazonas o
el avión invisible).
Y el
segundo pensamiento es uno que les dice a las chicas en una de sus clases, que
si los hombres habían sido dotados por la naturaleza con un instinto más
desarrollado de fuerza y violencia, las mujeres con un instinto más fraternal y
de amor, no sería lo más conveniente que las mujeres gobernaran y tomaran las
riendas de este mundo. Yo creo que sí, y la película, sin caer en discursos muy
críticos, pero tampoco muy tibios o dejándolos a medias sobre el feminismo, me
parece si es, y con mucha inteligencia además, una carta de amor y apoyo a la
lucha de las mujeres por ese lugar que deben de tener como iguales con los
hombres, con derecho de elegir qué hacer y con quién hacerlo.
Una
película que se vale de la figura de La Mujer Maravilla y la historia de este
triángulo amoroso para hacer una buena crítica sobre la tolerancia, el respeto,
el feminismo y el amor, y además hacer una gran película, que es lo más valioso
de todo, jamás traicionar el medio para explicar lo que uno quieres expresar y
plasmar.
Daba para una película semejante vida.
ResponderBorrarParece interesante.
Muy buena película Demiurgo. Chécala.
BorrarSaludos.