"....Yo soy muy vago para escribir, escribo cuando me da la gana y me tomo todo el tiempo que sea necesario. No soy un escritor profesional, soy un aficionado que escribe libros, he escrito algunos libros, unos cuantos pero me considero un aficionado y quiero considerarme un aficionado, es importante para mi no sentir la noción de profesionalización...."
"...Partiendo de la
noción de horarios. No suelo tener ninguna noción de horario, me resulta insoportable
la idea, nunca he querido; cuando tenía que ganarme la vida con algo que no
tenía nada que ver con la literatura nunca -nunca- aguante los horarios siempre
-me busque un tipo de empleo que supusiera dos o tres horas a lo sumo- aunque
te pagaran muy poco porque luego después salías a la calle y eras tú-. Entonces
en el trabajo literario es lo mismo yo no soy absolutamente nada disciplinado,
cuando -cuando- estoy atrapado por un texto, por ejemplo tu ves que ahora hay
un cuento que camina por algún lado que empecé a sentir hace algunas semanas y
que ha continuado hasta aquí en este momento pero ya con algo más de obsesión.
Entonces lo he estado escribiendo en estos días en diferentes pedazos de papel,
va saliendo así sabes, por momentos, sin ninguna sugeción a horarios, porque de
alguna manera el cuento ya está escrito lo que necesita simplemente es
convertirse en idioma y ahí ese es mi trabajo, pero el cuento ya esta escrito,
no tengo ningún temor, es decir podrían suceder diferentes interrupciones, tres
semanas en que yo no pudiera escribir, pero no importa, el cuento ya está hecho
lo terminaré en el primer momento en que tenga un café o un café donde se pueda
escribir o un tren o un avión o mi casa. Entonces trabajo de una manera muy
desperdigada, muy anárquica, sin ningún horario. Salvo, y ya no es una cuestión
de horario sino una cuestión de obsesión lo que tu llamabas -etat second-
una especie de estado hipnótico salvo cuando estoy llegando a, al punto central
de lo que quiero decir porque en ese momento yo soy un poco la victima de lo
que estoy haciendo, estoy poseído por lo que estoy haciendo y fíjate que cuando
todo el final de Rayuela, fue escrito en condiciones físicas tremendas porque
yo me olvidé del tiempo, no sabía si era de día o de noche. Recuerdo que mi
mujer venía con un tazón de sopa o me decía: "Bueno, hay que dormir un
poco", ese tipo de cosas durante varias semanas. Pero antes de eso habían
pasado dos años en que yo no había hecho nada, escribía cosas sueltas así; un
capítulo, otro. Pero hay un momento en que todo se concentra y ahí tiene que
terminar."
En Charla con Joaquín
Soler, presentador y periodista español.
Quise compartirles
estas palabras que tengo muy grabadas en mi memoria de un fragmento de una de
las tantas entrevistas que tengo guardadas del gran Julio Cortázar en la que
habla de algo que en estos últimos días he estado experimentando. Y es que
aunque ya una vez lo había experimentado por unos cuantos días (para ser
preciso cuatros) cuando terminaba de escribir mi primera novela solía acostarme
a las cuatro de la mañana y me levantaba a las siete para seguir escribiendo, y
es que como dicen las palabras de Julio Cortázar eso es lo que una vez más me
ha estado pasando en estos días, uno no almuerza, come y cena más que esa parte
de la historia que une y hace que todo lo que has escrito por meses o incluso
años tenga sentido, si esta parte no te hiciera de ella, si no te metiera
literalmente a la historia, si no te sintieras y estuvieras viviendo lo que
narra la historia, esta como tal no tendría sentido. Pues estos días he estado
justamente así, en el trabajo aunque lo hago como siempre he tenido que hacerlo
más rápido y bien para seguir escribiendo en pequeños pedazos de papel, he
estado durmiendo hasta muy tarde y aunque es una historia que hace años tenía
en la mente y había escrito un poco de ambas partes pero hasta hace unos días
de la nada me vino de golpe esa parte que conectaba a todo. Y ahora ya no puedo
pensar ni en planes futuros ni en viajes ni en comer ni en dormir. Solo en
escribir, pero que les digo, la verdad esta sensacion es la que más me hace
sentir vivo.
Y aunque mi pretención es estár desconectado por un rato trataré de estar en contacto lo más posible por este medio, ya que por las otras redes sociales si pienso "desaparecer" porque al final son las que absorben todo mi tiempo, y mi blog sólo me roba noches y ratos de inspiración, pero la inspiración no es como el tiempo, la inspiración si regresa, el tiempo no.
que maravilloso Julio y que grato escucharlo... esa entrevista la vi tantas veces que ya la tengo en dvd ja... que bueno que te haya pasado algo similar con él, ya por eso se justifica tu novela.... suerte..
ResponderBorrarQuiero creer que así es y que eso ya vale tantas noches en vela previo a ese lapso de inducción o de posesión; el haber llegado a esa parte final que hizo que la historia tuviera sentido. Aunque de eso ya hayan pasado casi 2 años y sin ningún éxito al quererla publicar esa historia es mi vida. Gracias por pasarte por acá.
BorrarNo se como descubri tu blog, creo que fue tras uno de tus comentarios. En fin, lo importante es haberlo hecho.
ResponderBorrarDe Cortázar, no conozco nada. Hace algunos meses estuve tentada de comprar Rayuela, pero luego me detuve y no lo hice. No se porque. Pero ahora siento que tengo que leerlo.
Leo desde siempre. Mayormente novelas y cualquier cosa que llegue a mis manos. Aunque ahora estoy tratando de volcarme sobre obras que me dejen algo mas. -si bien todos los libros lo hacen, me refiero a otro nivel-, no se si se entiende.
Comence con Garcia Marquez y quede enamorada. Cien años de soledad fue la gloria. Ahora estoy intentando con La Tregua, de Benedetti, y va a tener que llegarle el turno a Cortázar.
De el, solo escuche una entrevista, en television, y hablaba de Casa tomada. Lo busqué en internet, lo lei y no me provocó nada, sinceramente. Pero creo que Rayuela no es lo mismo. No se, lo siento.
En cuanto a escribir. Lo amo. Soy yo en la expresion mas fiel de mi misma. Lo hago en papel y en mis blogs todo el tiempo.
Te felicito por haber dado vida a tu novela. Yo creo que jamas hare eso. No se, creo que no podria. Pero de hacerlo, sería la persona mas feliz del mundo.
Un beso.
Un placer haberte conocido.
Luego, desde la compu te sigo.
Pues me alegra mucho que te hayas encontrado mi blog por ahí. La verdad es que cuando se trata de Cortázar, y más aun de Rayuela yo creo que debemos de ser muy cuidadosos, yo te diré que leí Rayuela de las tres formas (la lineal, la del mapa y la que se me dio la gana) y la verdad lo odié un poco, pero con ese odio del que sabes que es amor, porque al leerlo me dí cuenta que no podría salirme de la historia tan fácilmente, y la verdad me costó bastante, creo que Cortázar tuvo que haber hecho una notíta en la portada del libro especial que dijera "Favor de leer en los últimos años de vida porque este libro te transformará la vida de una manera que ya no podrás regresar atrás". Con los cuentos me pasó algo similar a ti. Con Bestiario la verdad luché mucho para seguirle el camino, pero al final lo terminé sin mucha satisfacción hasta años después. Con historias de cronopios y de famas nos reconciliamos con un humor muy propio de él. "La Tregua de Mario Benedetti es otro de mis grandes amores literarios en cuanto a la narrativa latinoamericana se refiere y creó que es el único libro que ha logrado arrancarme unas cuantas lágrimas. Tu blog está increíble, ya me di una vuelta por el. Gracias por pasar y empiezo a seguirte por aquí.
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