Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

lunes, 24 de noviembre de 2014

Twain y sus siempre humorísticas y sarcásticas frases


Hablar de Mark Twain es hablar de uno de los escritores más importantes e influyentes en la historia de la literatura y narrativa americana. (Como William Faulkner y Ernest Hemingway lo calificaron: "El padre de la literatira norteamericana) Sin duda alguna quizá el más influyente durante el siglo XIX y el siglo XX junto a Edgar Allan Poe y Ernest Hemingway. (Aunque quisiera en esta lista no entra, aunque también influyó sobre muchas mentes mi amado maestro Francis Scott Fitzgerald).

Sin duda alguna el hablar sobre la narrativa de este autor es indispensable para todo amante de la literatura, de la lectura, de la novela pero sobre todo de la historia de los Estados Unidos y de la identidad que este le daba a la historia a través de su letra.

Oriundo del estado silvestre y con el asento que tanto los caracteriza como si fueran de Dallas (o de Monterrey en nuestro caso) Misuri. Aunque su mayor apogeo e influencia fue causada por sus novelas "Las aventuras de Tom Sawyer" y "Las aventuras de Huckleberry Finn" escribió otras entrañables obras como "El principe y el verdugo", "Un yanqui en la corte del Rey Arturo", además de haber sido un gran ensayista, en sus inicios un nato periodista y un incansable amante por viajar sobre botes y pequeños barcos en el rio Mississippi, sobre los entonces verdes valles de todo Estados Unidos durante la primavera y durante el invierno se dedicaba a escribir en su pequeña cabaña en Misouri.

Pero si de algo podemos hablar y algo por lo que todos podemos amar a este incomparable escritor es por su excelente sentido del humor y sus maravillosas frases tanto sarcásticas y humorísticas, solo hay que recordar esa frase que el decía: "En todo lo que usted escriba, siempre debe de dejar espacio para el humor". Así que siguiendo el consejo del maestro y bigotón Twain aquí les dejó las frases más representativas de este gran escritor.





 "Pocas cosas son más difíciles de soportar que la molestia de un buen ejemplo"

 "El hombre es el único animal que se sonroja. O que necesita hacerlo"

 "A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es blanco, negro, católico, musulmán, judío, capitalista, comunista.... me basta y me sobra con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser"

 "A veces demasiada bebida apenas es suficiente"

 "Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar"

 "Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años"

 "De entre todas las criaturas los humanos son las más detestables, pues son las únicas criaturas que infligen dolor por entretenimiento, sabiendo que están causando dolor"

 "De todas las cosas que he perdido la que más extraño es mi cordura"

 "Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé como 100 veces"

 "Di siempre la verdad, así no tendrás que recordar lo que has dicho"

 "El arte de vivir consiste en conseguir que hasta los sepultureros lamenten tu muerte"

 "El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hay sol y nos lo exige cuando empieza a llover"

 "El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir"

 "El hombre es la criatura que Dios hizo al final de una semana de trabajo, cuando ya estaba cansado"

 "El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena"

 "El paraiso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía"

 "En mi vida he pasado a través de cosas terribles, algunas de las cuales sí sucedieron"

 "Yo no pregunto de qué raza es un hombre, basta que sea un ser humano, nadie puede ser nada peor"

 "Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda"

 "Es la prohibición lo que hace que cualquier cosa sea preciosa"

 "Hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas"

 "He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él"

 "Honestidad: la mejor de todas las artes perdidas"

 "La historia no se repite, pero rima"

 "La mejor manera de alegrarte es intentar alegrar a alguien"

 "La providencia protege a los niños y a los idiotas. Lo sé porque lo he probado"

 "Lector, imagine que usted fuera un idiota. E imagine que fuera un miembro del Congreso. Pero eso es redundante"

 "Me gustaría vivir en Manchester, Inglaterra. La transición entre Manchester y la muerte sería imperceptible"

 "Mi madre tuvo muchos problemas al criarme... pero creo que lo disfrutó"

 "Nunca permití que la escuela interfiriera en mi educación"

 "¿Por qué nos alegramos en las bodas y nos entristecemos en los velatorios? Porque no somos la persona involucrada"

 "Y así va el mundo. Hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco"





domingo, 16 de noviembre de 2014

Interestellar, tiempo, (tres horas) agujeros de gusano y suspenso.


¡La neta, la neta, la neta! Ya denle de una vez el Oscar a Christopher Nolan. A pero no me acordaba de que La Academia también lo odia.

Este fin de semana fui a ver "Interstellar Movie" y dejenme decirles que me encanto de sobremanera. Para empezar la necedad de Nolan para utilizar en todas sus películas esta metáfora sobre los saltos de fe, usa mucho de poesía como todo buen estudiante desertor de su truncada carrera de literatura inglesa y amante de la dramaturgia que creo es uno de los pocos directores en Hollywood que maneja sus películas en tres actos y que las sigue filmando con película de 35mm. Esta película expresa y define todos los saltos de fe que puede y debe de dar en determinado momento todos, toda la humanidad, y aunque desde ahorita yo la pondría y consideraría una de las mejores películas del género junto a "2001: A Space Odyssey" del maestro Stanley Kubrick, esta película va más allá de un simple filme sobre el espacio exterior (como lo fue la de "Prometeus" de Ridley Scott o la "Gravity" de Alfonso Cuarón, y con esto no estoy diciendo que sean malas, la de "Prometeus" incluso yo la pondría un peldaño más arriba que la de "Gravity", pero esta última es muy buena e innovadora visualmente hablando, pero si no le das una buena historia y una buena narrativa de tus personajes, la película no esta completa, además de que la película de Cuarón se realiza toda en el espacio, la de Nolan empieza en la Tierra y te hace querer regresar a la Tierra aunque nunca vuelves, sería como decir que después de ver Interestellar, Armageddon quedó reducida a cosa de nada pero sería engañarme, ya que durante muchos años consideré a "Armageddon" mi película favorita, claro cuando aun no sabia nada de cine y tenia entre 12 y 16 años, además de que es la película que me mete al género). En fin, la película aunque dura tres horas (casi) no se te hace tediosa, te mantiene al filo de la butaca literalmente, te lleva entre la intriga y el suspenso, la vista no se te cansa como a mi me pasó con Gravity, los efectos visuales son impresionantes, las actuaciones pulcras (Matthew McConaughey ha sido una revelación desde que filmó "Mud", por la cual se rumora, a partir de esta actuación es que Nolan lo elige para el papel protagonico de Interestellar)), la más flojita se podría decir que es la de Caine (y al decir esto se percataran de lo grandes que son las actuaciones). El tiempo, la relatividad, los agujeros negros, los agujeros de gusano, las esferas y la gravedad no las encontrarás tan abrumadoras, emocionantes y fantásticas como en esta película, así que esperar un Oscar sería mucho y poco. Mucho porque a Cuarón le dieron uno a director por algo similar pero no tan bien logrado y sin una historia, aunque repito es muy buena pero no es "Children Of Men"; y muy poco porque si en su tiempo a Kubrick no le dieron nada mas que banda sonora y efectos visuales que en aquel tiempo si fue muy reveladora y pionera y sin las tecnologías que hoy en día tenemos, bueno que podemos esperar, véanla y juzguen por ustedes mismos, cada quien tiene sus criterios y sus gustos en el cine, pero como me dijeron por ahí: si no ves las cosas jamás sabrás lo que te gusta y lo que no". ustedes mismos y por sus propios ojos serán los mejores críticos. Regresamos al estudio.







miércoles, 12 de noviembre de 2014

Por alto que este el cielo en el mundo....



Esta ocasión les hablaré de un clásico de la literatura mexicana, tan clásico que hace algunos días apenas lo acabo de leer. (No es cierto :) ) Tan clásico como grandes títulos de renombre como "Pedro Paramo" de Juan Rulfo, o "Aura" de Carlos Fuentes. Esta ocasión quiero compartirles la apasionante historia de "Las batallas en el desierto" de José Emilio Pacheco.

Publicada en 1981, esta pequeña novela es narrada por su protagonista ya de edad adulta que cuenta sus experiencias en la década de los cincuenta cuando era un niño y cursaba la primaria, nos narra una entrañable, colorida y por supuesto muy lejana Ciudad de México y Distrito Federal. La decadencia de gobierno de Miguel Alemán por el cual se queja su hermano rebelde, los modismos americanos y las nuevas tecnologías que bombardeaban a nuestro país; son parte del cambio en la vida de Carlos, que al igual que el país iba cambiando él también empezaba a descubrir entre amigos, batallas de juego y las madres de sus amigos (una en específico) que el era el que cambiaba incluso más que la ciudad.

Muchos creerían que al empezar a hablar sobre "Las batallas en el desierto" empezaría a hablar sobre esos amores imposibles (como suelo hacer proyecciones de mi propia vida como el señor Woody Allen) pero no. La verdad es que al leer por primera vez esta novela fue inevitable para mi recordar una serie que fue fundamental para mi desarrollo y mi vida durante la infancia: "Los Años Maravillosos" (The Wonder Years) y así como Carlos hace referencia a esta época con la maravilla de canción puertorriqueña "Obsesión" al igual que la canción de está serie "With A Litlle Help From My Friends" de Joe Cocker, nos hace trasladarnos en el tiempo de una manera tan eficaz, que pretender desear una maquina del tiempo a estas alturas de la vida seria un deseo innecesario y hasta idiota. Como alguien ya de edad (como se escucha en la voz del magnífico narrador tanto en español como en ingles, y como te llegas a imaginar la misma voz del señor Pacheco narrando la historia de Carlos, los que conocemos la voz del señor Pacheco) nos va narrando su vida en la niñez, y como ese gran salto se da desde la misma hasta la pubertad y la adolescencia mientras el mundo también se va enfrentando a cambios quizá no tan drásticos como los que sufrimos nosotros. El hombre llegando a la luna, las guerras que sufre medio oriente y el gobierno norteamericano siempre "tan" preocupado por la paz. Escuchar, leer o ver la historia de tu niñez, si bien no como tal pero si con muchos factores en común como tus amigos de infancia, ese mejor amigo tonto pero bueno de gafas, tu familia, tus hermanos mayores, tu escuela, tu primer amor (que también se llamó Nanci por cierto como la canción de Taller Para Niños "Mario Bros Tres") enamorarte de una maestra, de la hija de una maestra, o incluso porque no; como le pasó a Carlos, enamorarte de la mamá de tu mejor amigo.

Como esta novela fue tan importante en la cultura mexicana que en el año de 1986 se hizo una adaptación cinematográfica llamada "Mariana, Mariana" con la actuación estelar en el elenco del señor Pedro Armendáriz Jr. Y en cuanto a la música la banda Café Tacuba grabó la canción "Las batallas" con clara referencia en la historia acompañada con este maravilloso trozo de aquel bolero puertorriqueño que seguro si aun vive Carlos (o los Carlos) lo estarán recordando y seguiran reproduciendo en sus cabezas: "Por alto que esté el cielo en el mundo, por hondo que sea el mar profundo. No habrá una barrera en el mundo, que mi amor profundo no rompa por ti....".Y es que este tipo de historias, historias como esta, estas historias nos gustan tanto por una simple razón: todas desde nuestra perspectiva las hemos vivido, ver siempre películas como "Nuestra Pandilla" o "Cuenta Conmigo" (ambas filmadas entre los ochenta y los noventa) aunque en su tiempo fueron filmadas para niños, y aun los niños que las ven (como mi hermano pequeño) estas historias aunque sean niños los protagonistas, esos niños han crecido como nosotros y con nosotros, nosotros los hemos hecho adultos y ellos cada vez que vemos o leemos sus historias nos vuelven a hacer niños, las historias también se han hecho adultas y viejas con el paso del tiempo.







"Y es que es inevitable sentir en esta clase de historia ver parte de tu vida reflejada, ver como la historia va cambiando como tu vas cambiando, el hombre en la luna, las guerras provocadas por el país del norte haciéndonos creer que quiere paz para el mundo, la invención de los teléfonos celulares, las computadoras, los autos deportivos, los televisores. Cuantas películas, series de televisión, libros y novelas que fueron creadas en las décadas de los ochenta y noventa ahora son el reflejo de nuestra infancia, cuantos amigos ficticios y reales no se quedaron encerrados en aquella bella época. Cuantos Gordys cuantos Christofers, cuantos "Bens", cuantos "Baby Ruths" cuantas "Winnies", cuantos "Kevins", cuantos "Pauls" no nos vienen a la mente al volver a ver estas maravillosas películas; cuantas caras puede tener el "Power Ranger" rojo, el azul, la rosa, Cuantos Tommys enamorados de Kimberly. Por eso es que novelas como la de José Emilio Pacheco se vuelven clásicas y tan universales y de cabecera, porque reflejan la vida y los recuerdos de miles de personas que aunque no sea su propia historia la que esta reflejada en la historia de Carlos si revela los recuerdos y secretos de sus propias historias vividas en aquellos años, y si bien las historias fueron inspiradas y escritas para los niños de aquellos años, como los años avanzan y el tiempo no es eterno como las personas, esos niños también han sufrido y disfrutado el paso del tiempo, esas novelas son escritas para los niños internos de las personas adultas, celebremos cada descalabro y el maravillosos tropiezo que hizo grande a Carlos...."

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Viajes en el tiempo - Estación de tren. Primera parte.



Un tranvía llamado nostalgia (No sé si me acuerdo de "Un tranvía llamado deseo" o de "La ilusión viaja en tranvía")

Mini Novela. (Cuento corto)



Llegué a la estación a las 11:00am sin mirar el reloj, tengo el vago recuerdo de haber visto el reloj antes de subir al tren; pero como decía mi padre, nunca será lo mismo mirar que ver. El aroma a castaños era claro, notorio; sobresalía del aroma a pan recién hecho de hogar francés, y del humo de la locomotora que no quería encender por la humedad ocasionada por la lluvia. Veía a través del vidrio pero en realidad no miraba nada, sólo veía, llovía, fuertemente llovía; han visto esa escena de "Casablanca" cuando Ilsa deja esperando a Rick en la estación y se va solo de París, pues bueno esa no era mi historia pero me vino a la mente el recuerdo de esta escena.
El tren salía a las 11:05am, así que fue un milagro que el guarda asientos me dejara colarme, quizá fue porque estaba discutiendo con unas señoras en un acento italiano muy molesto. Dicen que si vives en París o si vas de turista y llueve no hay que llevar paraguas, y si llevar un sombrero con mucho estilo y clase; pero con la lluvia que pegaba aquella mañana en París era imposible no llevar paraguas, toda la gente corría a refugiarse como si esta contuviera una especie de ácido o cianuro, o simplemente tal vez temían que la lluvia revelara lo que realmente son. Una lluvia tan fuerte que ni la carta de Rick hubiera podido resistir, esa lluvia que disfrazaran sus lágrimas, una lluvia igual o más intensa que la que borraron aquellas palabras, la gente corría durante su trayecto, algunos con paraguas, otros no eran de los pocos elegidos; yo solo caminaba y sin paraguas pues he de aceptar que a pesar de todo siempre he sido un romántico.
El tren empezó a andar por fin cinco minutos después, cinco minutos que si a mi me lo hubieran preguntado yo hubiera respondido que parecería que pasó mas de una hora (El tiempo siempre es relativo)

Ese día había sido muy extraño, tenía la necesidad de salir, de huir, de escapar, de olvidar; pero no sabía de que, tenía que ir a trabajar, pero no fui. Nunca he tenido problemas, tal vez no sea el más buscado, pero me relaciono bien con todos, todos me respetan, aunque ninguno sienta algún tipo de cariño o afecto especial por mi, como muchos de ellos si lo sienten entre compañeros. Pero de pronto, de repente bajo un impulso incluso desconocido deje la parada de autobus y salí corriendo hacía la salida para ir a la estación de trenes. Olvidar, ojalá tuviera lago que olvidar, ojalá hubiera habido una Ilsa que me hubiera rompido el corazón pero no la había, o una mala mujer como Summer para odiarla y olvidarla, pero tampoco la había; simplemente trepé el tren y no supe más. ¿Y mi reloj? Que raro. Creo que lo olvidé en mi cajón junto a el calendario y el ordenador. Ni siquiera se a donde va. Es extraño no, cuando estamos tristes, en verdad no vemos hacia que destino va nuestro cuerpo, la mente analiza toda la vida pasada, no tiene cupo para pensar en nosotros.

Dormí por unas cuantas horas, no tengo precisamente el tiempo tomado de lo que dormí, creo que fueron un par de horas pero no tengo compañero ni compañera en mi asiento para respaldar esa información. Ni siquiera se a que hora escribí lo que llevo escrito en mi libreta, lo que a pasado y todo lo que está borroneado y dibujado en las hojas anteriores a está en la que ahora estoy escribiendo. Han visto esa famosa película de Michel Gondry con nombre largo ("Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos" una de las mejores películas "Únicas" de la historia junto con "Punch Drunk Love" de Paul Thomas Anderson y "El Gran Lebowsky" de los Hermanos Coen.) donde el protagonista no recuerda al estar en la playa escribiendo, cuando había arrancado las hojas anteriores que le faltaban a su cuaderno; pues bueno yo no se a que hora aparecieron estas. Tal vez mientras dormía la muerte o esa parte que me falta cuando estoy triste por nada y las escribió por mi.

Pasan minutos y parecen horas, las viejas villas europeas y sus verdes praderas y valles traen algo de paz, de esperanza en que el mundo de allá afuera no existe, que solo ha sido una mala pesadilla de veintiocho años. Te hace pensar que el mundo de allá afuera, el de las ruidosas ciudades no es real, la realidad duele, asusta, no debería de existir. Tanta miseria, pobreza, guerra, mala música, adulterio, drogas, violencia; desaparecen al ir mirando a través del vidrio el verde del cielo y el azul del pasto, te lo juro; es una lástima que este viaje no sea de veinticuatro horas para ver de que color son las estrella, por lo menos desde el tren.

Hay una manera de ver y hacer un mundo desde el vagón de un tren. Adquieres una capacidad infinita de crear miles y miles de historias. Ves tantas personas, diferentes de color, de piel, de ojos, de edad, pero a la vez tan iguales. Personas solas viendo a través de la ventanilla como yo, otros igual solos pero sonriendo mientras llevan a su nariz un pañuelo, no hace falta decir la importancia y la relevancia que tienen los pañuelos en las viejas y clásicas historias de amor europeas. Ancianas intercambiando quejas del mundo moderno mientras ven a un joven lleno de tatuajes que va acompañado de la que parece ser su novia con el pelo morado y llena de perforaciones, las ancianas se ríen de uno que otro comentario sarcástico que lanzan entre si. Vemos el amor en tan diferentes maneras, en tantos aspectos, un par de hermanos pequeños, niño y niñas más o menos entre tres y cinco años respectivamente, primero van peleando por lo que parece ser una paleta de juguete, el niño le pega sin intención a la niña, ella llora y el niño para sanarla y hacer que ya no llore su hermana por haberla hecho sufrir le da la cura universal, un beso en el área afectada, el mejor analgésico del mundo. No puedo negar que sonreí y me olvidé por completo de mí al ver esta escena, este cuadro de fotografía, pero llamó mi atención un par de jóvenes que se iban besando y golpeando, besando y jalando los pelos mientras escuchaban música y cantaban una rara canción. Y tras de mi, como a tres asientos de distancia, un par de adultos; marido y mujer por lo que se miraba en sus manos, tenían poco tiempo de casados, hablándose al oído, él decía algo y ella lo miraba sin que él se diera cuenta mientras acariciaba su pelo y sus orejas, ella lo miraba con esos ojos de amor de una doncella quinceañera esperando impaciente a su primo que traía noticias de la carta que su amado caballero le prometió tres días antes cuando a punto estuvieron de ser descubiertos por el papá de la doncella. Nunca me ha gustado ser fantasioso pero he de aceptar que desconectarme del mundo real y crear uno nuevo en aquel vagón de tren me ha dado una felicidad que hace años no recordaba y que nunca había experimentado; una felicidad que no creía que fuera capaz de volver a sentir.
Pasaron más horas, o minutos simplemente. ¿Por qué huía en realidad? ¿De qué huía? La verdad no tenía ni idea, solo sabía que huía. No quería olvidar, en realidad no había nada que olvidar. Tal vez huía del hecho de que no tenía nada que olvidar, ningún recuerdo, nada había en mí; tal vez por eso todo lo miraba maravilloso con los ojos de amor, porque nada era mio, nada era algo que yo reconocía, nada pertenecía a mi realidad. Hoy era el día en que anunciarían mi ascenso en la empresa, un joven de 28 años haciéndose cargo de la empresa francesa más grande en producción de tazas de porcelana, tal vez huía de las responsabilidades, pero no creo; siempre afronté los problemas de frente, tal vez huía de lo que no era.

Praga fue el destino, es una maravilla de lugar a pesar del frío, y a pesar de tener mucho tiempo libre nunca había venido, en repetidas ocasiones compañeros y compañeras de trabajo me habían invitado a venir pero nunca había querido, había tantas cosas que hacer y en realidad no había nada, o por lo menos nada importante. Tanto trabajo y demasiadas cosas por realizar, me olvidaba de mi y de aquel dicho tan sabio que mi padre me había regalado alguna vez como tantas cosas me regaló en la vida: "El mundo es un libro, quien no viaja lee sólo una página". Mi padre era un marinero, creo que en otra ocasión escribiré de él.

Empezó a bajar toda la gente y yo bajé al final. Salí de la estación y me senté en la primera banca libre que encontré, empecé a ver y a mirar a la gente que pasaba por frente de mi, gente que llegaba, gente que se iba, gente que esperaba, todos se veían tan felices, no puedo negar que llegué a sentir un poco de envidia, pero de esa que te da felicidad por cosas que le pasan a la demás gente aunque nunca te lleguen a pasar a ti. Nunca nadie en mi vida me había recibido así, nunca; o tal vez si y estaba tan ocupado pensando en otras cosas que me perdí estos momentos. Nunca he estado solo, siempre ha habido gente muy buena conmigo, en mi lado y a mi lado; familia y amigos y colegas, pero tal vez la realidad sea que el hecho de que yo sienta esto es que nunca he hecho algo como para hacer que me extrañen. tal vez el que no estaba en aquellos momentos era yo.


Se acercó una joven a mí mientras estaba sumergido en mis pensamientos y me preguntó en francés que si era del grupo de excursión pero no le contesté, no supe como, después ella me preguntó lo mismo pero esta vez en portugués y español; yo solo le sonreí pero en verdad no sabía que contestarle. Por último me dijo que ha que venía a Praga, esta vez en inglés; me pregunto que si viajaba por vacaciones o trabajo, fue entonces que descubrí porque había subido a ese tren ese martes por la mañana, porque había ido a parar justamente a aquella banca de aquella estación de trenes. Miré a la chica creyendo que sonreía y le contesté: "Vengo a encontrarme a mí mismo". Ella me miró sonriendo y me dijo: "Quieres unirte a nosotros" y yo contesté que si. La verdad no sé desde donde estoy escribiendo ahora, solo se que sigo buscando entre estaciones esa parte de mi que se ha perdido en el tiempo, esa verdad que ha todo hombre se le ha negado al nacer, esa parte que encontraré con todas las pistas que durante mi infancia mi padre me dejó para que me esforzara en encontrar eso que tengo que encontrar como él encontró su parte entre puertos aún lejanos de este mundo. Buscando ese mundo en el que pueda quedarme por siempre. Ya sea en la Francia de los treinta, o en el México de los ochenta, o en la China en la que aún ni siquiera existían vías férreas. Sigo buscándome en este mundo en el que dice Jean Pierre Jaunet: "Son tiempos difíciles para los soñadores". Sin aparatos que me aten, y solo plumas y papel, a veces propias, a veces ajenas, sigo buscándome; ya no salgo ni huyo ni quiero olvidar, solo sigo buscándome, solo quiero encontrar....