La película del realizador finlandés Juho Kuosmanen, tiene una cosa que a mi consideración ha hecho que muchas personas no la tomen en serio o no quieran siquiera tomarse el tiempo para verla: la mala estrategia de marketing.
Esto lo vemos en primera instancia en el cartel, si bien el cartel es muy hermoso, en este aparece un fragmento de la crítica escrita (la cual por cierto es una gran crítica) por Louis Guichard para télérama, en la que se trascribe: "Entre Lost in translation e In the mood for love", esta simple comparación hace que, los que la ven, esperen encontrar algo de la maestría de estas dos obras, lo cual jamás aparece, ni en el fondo ni en la forma desde mi lectura, y en automático la mayoría del espectador promedio puede hacer que pierda interés en el discurso y y el trascurso de la obra. Los que logramos sortear esta lectura, podemos encontrar en esta película una obra maestra que bien podría tener más similitudes con Before sunrise.
La película narra el viaje en tren que hace Laura (Seidi Haarla) de Moscú a Murmansk para ver unos petroglifos, el plan era que iba a viajar con Irina (Dinara Drukarova), su pareja; pero esta de último momento le cancela, así empieza el viaje sola y para su infortunio le toca como compañero de viaje no tan sociable, Lyoha (Yuri Borísov); pues además de ser un borracho, es una persona ofensiva y bastante despreciable, o al menos eso se percibe en una primera instancia, pues una vez que el viaje toma su ritmo, y su cámara empieza a descifrar a su compañero, la mutación de ambos, tanto la de ella como la de él, va encontrando un canal de comunicación que los hace ver, que las apariencias engañan, que en quien confiamos nos puede traicionar y viceversa, y que a veces tomamos posturas por querer o no querer estar solos.
La película básicamente es el estudio de dos personajes en una especie de exploración hacia quienes son realmente, lo que son como personas a raíz de un viaje, y lo que tienen que dejar de ser fuera de su zona de confort. Por un lado tenemos a Irina, una chica que tenía una relación con una mujer y que parece está todo el tiempo en fiestas de amigos de su novia para no estar sola, en una posición más que cómoda en Moscú y lejos de su natal Finlandia, y Lyoha que todo el tiempo está tomando y que parece vive al filo de lo legal y lo ilegal, a pesar que tiene un trabajo en una mina. No es hasta su encuentro, el cual empieza de manera tropezada, y al cual ambos por el afán de no estar solos, lo hacen compartido, pero en este plan por no estar solos, encuentran su verdadero yo, ese al cual, además del factor del tren que los mantiene de alguna manera aislados del mundo (en este compendio quizá tendría una similitud con Lost in translation) los hace conocerse en las peores circunstancias y que da por dictado un par de resoluciones: la primera es que del odio al amor sólo hay un paso, y la segunda que un viaje en tren en el que aparentemente no pasa nada, pasa todo.
Quizá para muchos el término obra maestra sea demasiado aventurado para una obra tan sencilla, pero para mi toda obra que se desprende de la superficialidad, y que en una puesta e historia sencilla, que no busca otra cosa mas que conectar al público con su historia, de manera tan simple, sencilla y orgánica; me parece es ir a contracorriente con lo que el status quo dicta en la industria masiva de películas y blockbusters con millones de dólares y magnificentes producciones de trabajo, pero con muy poca alma, así que desde mi perspectiva todas estas películas pequeñas con historias simples y llenas de amores atípicos y auténticos, de cambios, de esperanza y de estudio humano, siempre serán obras maestras de nuestro tiempo, y esta película para mí ya es una de mis obras favoritas del 2022.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario