miércoles, 18 de julio de 2018
Persona de Ingmar Bergman.
A colación que la semana pasada se celebró el centenario del natalicio de uno de los directores más importantes e influyentes en la historia del séptimo arte, como lo es el sueco Ingmar Bergman; he decidido terminar de escribir para ustedes una publicación que venía escribiendo y puliendo desde enero o febrero de este año, sobre la que para mí es su magnánima obra, por encima de "El Séptimo Sello", que para muchos es la obra cúspide y cumbre del cineasta, de modo que hoy les escribo sobre Persona.
(Cabe resaltar que aunque la considero su mayor logro cinematográfico, el que más aporta a su sello y a su cine experimental y de autor nato, mi película favorita del sueco es Fresas Salvajes)
Si bien en el tema de los grandes padres de la cinematografía como Bergman, Tarkovski, Fellini, Hitchcock, no puedo presumir de conocer a fondo toda su obra; si puedo con lo mucho o poco de cine que he visto de cada uno, comprender el contexto de su obra, sus enfoques, aficiones, contexto social de su tiempo, y Persona de 1966 me parece es una de las películas más inquietantes e intimas a la vez del sueco y su exploración, y a la vez exposición a la visión de un intérprete.
La película narra como después del encuentro de Elisabet, una prestigiosa actriz de teatro quien queda sin hablar cuando estaba construyendo su papel para representar a Electra, y Alma, una joven enfermera con problemas de sueños, ven cruzados sus caminos en el hospital psiquiátrico en que ambas están, producto de la causalidad se conocen sin saber lo que su encuentro dará a luz. Alma es requerida por la doctora del lugar quien no ve en Elisabet ninguna enfermedad, para que cuide de la actriz en una casa en la playa para que siga más tranquila su terapia, y es gracias a su admiración por Elisabet que Alma acepta la tarea gustosamente, así Alma empieza a abrirle su corazón y sus recuerdos a una Elisabet que se muestra amable, cariñosa y siempre atenta a lo que Alma le comparte, siempre cuanto que ella no puede compartirle nada si no sólo la mirada, una relación que dentro de poco de paciente-enfermera pasa a ser amistosa y dependiente, incluso por momentos pareciera que Alma habla sola, pues la presencia de Elisabet de a poco va desapareciendo, pero luego de que Alma va cayendo en cuenta del silencio y la barrera entre ambas, la cual lo toma como un juicio, creyendo expuestos sus más recónditos sueños donde deseo de Alma por Elisabet toma otro modelo, que parecen ser el aviso de un nuevo destino, de una nueva piel, y se siente más profundamente cuando la figura del esposo y el hijo de la actriz salen a puesta, esta empieza a tomar un odio por la diva que este de a poco se va convirtiendo en una suplantación, develando su más intimo deseo, el querer ser ella, pero a su vez la mudez de Elisabet parece ser sólo un pretexto para alimentar su ego de esta chispa y lucidez de la enfermera joven, y retarse a si misma y a la joven misma para presionar y encontrar la verdad luego de que esta encuentra los escritos de la actriz, la cual juega un doble cara tanto de frustración y dolor, como de gozo y placer, ambas son un mismo ser, y ambas no saben ni quien son y terminan adaptando la personalidad la una de la otra, creando cierto terror la una sobre la otra, pero que al final el peso de una acaba por hacer que la otra haga lo que en un principio la otra quería que terminara por hacer.
La cinta es un compendio de cine experimental que funge como ejercicio intelectual y psicológico tremendo y sin tartamudeo, sin contar el gran peso emocional que funge, el cual a mi parecer ejerce mayor relevancia. Logra atrapar y comprometer al espectador en la relación profunda entre ambos personajes que desde cierto punto de la película uno logra, y no de sobremanera o por el hecho de que uno pueda verlo venir, sino porque Bergman siempre deja las claves para que su espectador este al tanto de todo lo que él quiere como director, en pocas palabras, lejos de lo que hoy día la gran mayoría de los realizadores hacen, Bergman trata a su público como un ser inteligente y pensante, sabemos que ambos personajes a la postre se convertirán en las dos caras de una sola moneda (como bien sabe ilustrarlo en la escena del monólogo de Alma en la mesa frente a frente con Elisabet, y no podemos evitar viajar oscilando atrapados por sentimientos de amor, odio, envidia por y hacia ambas. Creo que la película logra que sintamos en carne propia lo que ellas sienten y expresan, bueno, malo, odioso, el daño incluso físico que se ejercen la una a la otra luego de la que me parece una escena clave en la que la sangre funge como conducto para una lectura a bien dada por otros críticos y que me parece muy atinada: el elemento de la vampirización. La tensión es muy profunda y descarnada, imposible quedar indiferente, es una película que a mi parecer resulta muy difícil volver a revisitar.
Las actuaciones de Bibi Andersson y Liv Ullmann son sin lugar a dudas de otro nivel actoral al cual uno no está acostumbrado, tan abrumadoras que en serio en muchos lapsos de la película uno no sabe si está viendo una película de terror o de suspenso por la seriedad y el complejo ser que crean con ambos personajes. Los primeros planos empleados a ambos personajes femeninos por el encargado de la fotografía (Sven Kykvist) crean con el celuloide a blanco y negro una narrativa llena de poesía visual que impacta, y que se vuelve muy relevante en la lectura de cada personaje y la trama de la película, y su propio desenlace, el cual pudiera tener toda conjetura en el principio de la misma.
Por encima de las explicaciones intelectuales, psicológicas y filosóficas que pudiera tener, porque las tiene, Lo emocional y personal en esta película de Bergman, hace que sintamos y proyectemos en nosotros mismos, ese silencio en la película, al hablar, en compañía, en soledad, sin hablar, encontramos esta dualidad propia en cada persona (soy géminis, que si se de eso) pero como lo expone Bergman acá me parece fascinante, por el trato que le da al artista y su forma en la que no le importa perder a la postre su identidad propia en pro de la máxima expresión buscada, explica perfecto la mente del artista en pos de su trabajo.
El cuento erótico de Alma en la playa contado a Elisabet mientras ambas están acostadas de noche y ver como comparten roces, llevan al erotismo sugestivo a otro nivel, y para mi es por mucho la mejor escena de la cinta, aunque me impresionó mucho la del rollo quemándose en la pantalla, realmente me conmocionó, también la del hombre en las noticias ardiendo, y un sin fin de piezas claves en su cine como los sueños. La película es sin lugar a dudas una gran joya.
Para terminar, les comparto una frase que escribió el crítico de cine Alonso Diaz de la Vega en su Twitter que dice: "(Bergman) No inventó la melancolía y el silencio, pero los hizo suyos para siempre".
jueves, 12 de julio de 2018
Tener y No Tener.
Para hablar de un clásico con toda justicia, o decir que una película es un clásico en la historia del cine, debe tener a mi parecer al menos un par de elementos, uno sería el tener más de una escena de esas míticas que uno ve en resúmenes de filmoteca o recuentos de las mejores películas del cine como la del personaje de Lauren Bacall y su baile al marcharse con su pareja protagónica, que luego muchos años después sería recreada en películas como Angel-A de Luc Besson, esa del silbido, y la siguiente es precisamente el actor que interpreta a su pareja: Humphrey Bogart.
Tener y no tener (To Have and Have Not en inglés) es una película de 1944 del mítico director norteamericano Howard Hawks, basada en la novela del también mítico escritor norteamericano Ernest Hemingway adaptada libremente al cine por otro mítico escritor y poeta como lo fue William Faulkner. La historia de la novela, y de la película en consecuencia, aborda como en la isla de Martinica la cual pertenece al gobierno francés de Vichy, y con el conflicto bélico en Europa desarrollándose, el capitan Harry Morgan, quien vive gracias a los paseos recreativos que ofrece a turistas pescando los famosos pez espada de esta zona del mundo, ve su negocio mermado por las estrictas medidas de seguridad del régimen dictado, no es hasta que una noche en su hotel, en la que hay juego, bebida y música, hacen varias personas actos de aparición, desde un grupo de liberales franceses que buscan que Harry los ayude amigos del dueño del hotel, hasta una joven y guapa mujer desconocida por el mundo tanto dentro de la pantalla como fuera de ella, además de que esta "flaca" parece conocer de toda la vida al personaje del capitán Morgan, sin que nos aclaren nunca de donde.
Entonces una serie de cosas ocurridas aquella noche, como el hecho de que la pesquiza que hace la autoridad por aquel grupo de franceses libres los cuales tienen que recoger a un par de personas que a su vez intentan rescatar a uno de sus lideres encerrado en una prisión, y que entre los muertos esté el turista que la "flaca" había atrapado tratando de escapar sin pagarle a Harry, este termina por aceptar el trabajo para que puedan irse él, su ayudante el ebrio Eddie y Marie, pero en este "trabajito" aun quedaban muchas cosas por pasar, porque los hombres no aprenden cuando la vida es fácil, uno no se une a una causa justa de la noche a la mañana, o quizá si.
La película por la trama, o la adaptación hecha, bien podría ser una secuela de Casablanca, para muchos eso es, aunque la novela haya sido concebida mucho antes de que detonara la Segunda Guerra Mundial, o la misma Casablanca que es de 1942; si nos muestra una linea argumentativa muy similar, en esta película también se consolida la figura y persona de Humphrey Bogart como el anti-héroe por excelencia de Hollywood, un hombre que si bien no es el galán convencional, ni tampoco un héroe como tal, al final de los finales se lleva las palmas con estos personajes duros y cínicos que él sólo solía hacer, pero con gran corazón que siempre luchaba por la causa justa, y la introducción al mundo del séptimo arte de la en aquel entonces jovensísima y debutante Lauren Bacall de tan sólo 19 años que llegó a la producción por una premonición de la esposa del director. Una película que resalta de muchas otras del género bélico de la década de los cuarentas por su guión tan fresco y bien desarrollado, lleno de chistes que son refrescantes y que están por estar, como un artículo, pero que no entorpecen a la trama, de hecho están pensados para que este producto al final quedara en la memoria del espectador durante mucho tiempo, no hay nada de gratis. Personajes icónicos que hacen que no sólo fijemos nuestra atención en la pareja perfecta de protagónicos, entre ellos el del actor Walter Brennan.
Una historia que tiene lo que todo amante de la obra de Hemingway ama, amor, mar, empatía por el oprimido, guerra, el guión aunque adaptado a una época más actual a la de la novela rinde honor a esta, creando un clásico que nos revive y hace sentir aún casi 80 años después.
domingo, 8 de julio de 2018
El hombre más sabio que jamás conocí, Fermín Romero de Torres, me había explicado en una ocasión que no existía en la vida experiencia comparable a la de la primera vez en que uno desnuda a una mujer. Sabio como era, no me había mentido, pero tampoco me había contado toda la verdad. Nada me había dicho de aquel extraño tembleque de manos que convertía cada botón, cada cremallera, en tarea de titanes. Nada me había dicho de aquel embrujo de piel pálida y temblorosa, de aquel primer roce de labios ni de aquel espejismo que parecía arder en cada poro de la piel. Nada me contó de todo aquello porque sabía que el milagro sólo sucedía una vez y que, al hacerlo, hablaba un lenguaje de secretos que, apenas se desvelaban, huían para siempre. Mil veces he querido recuperar aquella primera tarde en el caserón de la avenida del Tibidabo con Bea en que el rumor de la lluvia se llevó el mundo. Mil veces he querido regresar y perderme en un recuerdo del que apenas puedo rescatar una imagen robada al calor de las llamas.
miércoles, 4 de julio de 2018
Color Violeta.
-Háblame de ella. ¿Cómo era?
Cuando uno tiene nueve años cada juego es divertido,
mágico,
tanto para el que lo juega, como para quien lo imagina
tanto lo es, que no se puede repetir algo igual
pero el juego que me hacía jugar Violeta era el más raro de todos,
y sin embargo,
el que más me gustaba jugar, quizá porque era el que menos yo entendía en aquellos años.
Era la mejor amiga de mi hermana,
ellas tenían quince años
yo era el chaperón más molesto por aquel entonces
no por la hiperactividad
sino por mi fantasmagórica presencia
ni mi corpulento cuerpo podía contra mi introvertida personalidad
"Mustio" me llamaba Violeta.
Tenía el cabello en forma de cazuela,
como un hongo,
era flaca y blanca como un alfiler
quizá de ahí su atracción hacia mi.
No había protocolo de iniciación
y este juego era el único que siendo exactamente siempre igual, me causaba las mismas sensaciones
sensaciones que un niño de nueve años difícilmente puede procesar:
nervios,
miedo,
temor,
excitación,
palpitaciones,
yo en aquellos años no sabía como llamarlas
años después supe que mucho antes ya había sentido un puro y profundo placer con ella
mientras me pedía que le besara el cuello mientras se desnudaba y me tocaba
Mi mano en su pubis
sus costillas expuestas
y si no fuera por una foto en la que aparece de espaldas, y otra de su hermano a mi lado
creería que años de mi vida se me han ido recordando un sueño
cuando una mañana de la nada desapareció sin dejar rastro.
Hubo un larguísimo periodo en el que su presencia no fue removida de mi memoria
hasta que descubrí lo que aquel juego era
no les voy a negar que años después mientras algún encuentro en alguna vieja taberna me llevaba al cuarto de algún motel con cualquier desconocida,
la borrosa imagen de Violeta y su pelo
arrebatar a la memoria yo conseguía.
domingo, 1 de julio de 2018
You Were Never Really Here.
You Were Never Really Here (o la muy mal llamada en español "Nunca Estarás a Salvo) es una película del año pasado de la directora de cine escocesa Lynne Ramsay, la cual se exhibió el año pasado en el Festival de Cannes y que cobró gran relevancia por la actuación de Joaquin Phoenix la cual lo hizo acreedor de la palma de oro al mejor actor. (Y cómo olvidar la reacción del actor al enterarse de que era el ganador) Pero que tal me pareció a mi está película en su conjunto, déjenme hablarles de ella, su trama, su contexto y su muy loable subtexto.
La película empieza con una secuencia inconexa de imágenes que uno más adelante dentro de la trama sabrá conectar, acto seguido vemos a Joe, un asesino a sueldo con un pasado tormentoso que no lo deja a pesar de lo que está haciendo en el momento, limpiar la escena del crimen, sale del lugar y luego de que tratan de asaltarlo y este hace pedazos al sujeto, va al aeropuerto para regresar a su casa con su madre. Luego del trabajo terminado, y recibida la paga, su contacto le dice que hay un trabajo grande que quiere un senador que trabaja para el gobernador de la ciudad de Nueva York, y este consiste en rescatar a su hija adolescente de una casa donde la prostituyen, entonces Joe con un estilo muy particular para el combate, el cual cabe resaltar que es implacable e infalible, la rescata, pero al llevarla al lugar donde tenia que entregársela a su padre, pero al ver las noticias en el televisor, Joe se da cuenta que se ha metido a un trabajo del cual no quedará del todo estable por sus memorias pasadas, y en el cual perderá más que una muela.
Para empezar creo que sería preciso resaltar el gran valor que dan más que nada dos elementos en particular a la película, y esas son la excelsa fotografía a cargo de Thomas Townend, llena de detalles, y no sólo detalles que están ahí a lo lejos, sino que enmarcan y resaltan la trama, son muy meticulosos y estilizados, y esta en conjunto con la magnánima música compuesta por Jonny Greenwood (quien se ha convertido en uno de mis compositores favoritos) la cual me parece suma pero de manera armónica, natural; no de manera engañosa o manipuladora, pues no aparecen sólo en los momentos tensos, como presagiando justo lo que ocurrirá después, sino que esta aparece y desaparece a su antojo, pero suma por si sola. Toda la primera parte la película se llena de detalles, y de flashback's de la historia pasada de Joe con lo que parece ser acciones de guerra, y sus demonios que comparte con su anciana madre por el maltrato de su padre del que nunca se habla pero en los recuerdos que tiene Joe muchos de sus elementos a la hora de hacer daño son los que utilizaba su padre, mostrándonos, más no enseñándonos, porque el cine no enseña a ser violento, sino que abre los ojos a comportamientos insanos, que todo, incluso la violencia se hereda, y siempre hay algo que la detona, como lo podemos ver en la relación entre Joe y Nina. Y la película se toma su tiempo para contarnos todo esto, pero de manera muy armónica, no se siente ni tensa, ni dura, ni forzada, es muy natural y nada exaltada, incluso en los que Joe utiliza la "Violencia Extrema" diría Alex, no es hasta que rescata a Nina que luego de ver las noticias se sabe que es lo que ocurrirá, y todo se vuelve caótico, histérico, por momentos con dosis de suspenso y psicodelia, el climax es intenso, pero no es eterno, y eso se agradece, porque después vuelve a su tono natural, armónico, y se encuentra una redención que al final yo casi pienso el final es hilarante, pero no es más que un sueño, y la película cierra de manera magistral. El final, o toda la parte final nos remonta a la tendencia en el cine del salvador redentor que al final es salvado por quien es rescatada, como lo es la premisa de Taxi Driver, Hombre en Llamas, o León de Luc Besson, y yo la pondría a la par de estas, incluso quizá superior en algunos aspectos, y la resalto por la originalidad, y que todo esto amalgama a la perfección en menos de 90 minutos, y eso es digno de aplaudirle a la directora, quien también adapta el guión. (Directora que por cierto tiene una pequeña gran joya que seguro muchos de ustedes conocerán llamada "Tenemos Que Hablar de Kevin")
Guiños a cine como el de Winding Refn, por su ambiente con luces brillantes sobre los fondos oscuros, o al de Hitchcock por su dosis de suspenso, incluso el homenaje que se hace a la obra de este de una manera no tan sutil sino todo lo contrario, muy directa, todo enmarcando a esta variante valiosamente remarcante de cine negro; también me parece muy valioso esa parte de mostrar siempre la ciudad a través de un carro en movimiento con la cámara sin control como la metáfora de lo caótico que es la vida de un asesino que se mueve en la oscuridad de la noche, la actuación de Joaquin Phoenix y esta doble personalidad por lo transtornado que está en la que es uno en la noche, y otro en el día cuando está con su madre (la escena en la que [aquí les voy a tener que hacer un spoiler que seguro ven venir] descubre a su madre muerta es tan triste que uno queda al borde de las lágrimas) el elemento desde un principio del agua como medio sanador. Uno no llega a comprender como actuaciones de esta envergadura que si bien no son del todo dramáticas, pero que si llevan una gran dosis de este elemento, no son consideradas para los Oscares, para mi esta actuación valía cuando menos la nominación, el premio eso lo dejo a la opinión personal de ustedes, pero esto pone en evidencia que los Oscares cada vez son más innecesarios desde mi punto de vista.
Una gran película que sin una gran historia, pero contada de una manera armónica y muy del tono de la directora, haciendo una obra de autor muy decente, nada predecible, y que luce a Joaquin Phoenix como el mejor actor en activo desde mi muy humilde punto de vista.
Este es el reporte. Regresamos al estudio.
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