Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

lunes, 18 de noviembre de 2024

Breve comentario sobre “Carnalismo” de José Luis Cano

 



Crecer y vivir en el barrio: la vida es un viaje, carnal.


Creo que la mejor manera de describir en pocas palabras el documental que funge como ópera prima del durangueño y amigo José Luis Cano, sería como la serie de retratos de una forma de vida, de lo que también es arte, un arte que conoce, vive y camina sus calles, las calles de gente real.


Si bien no soy muy fan del montaje que propone, sobre todo en su principio; se puede justificar el empleo de este. Me hizo recordar mucho a los intros de series norteamericanas de finales de los 80’s, principios de los 90’s.

Por una parte, puedo decir que da gusto ver un trabajo visual y fotográfico que respeta en muchos sentidos la identidad de las personas, que si bien las personas que retrata, son unos personajes en sí, no dejan de ser en esencia personas a las que estamos viendo, con sus historias y contextos particulares, con distintos ideales en la vida, procedencias y vínculos emocionales en su condición social, con distintas ilusiones y destinos que quieren cumplir. No sé vuelve sensiblero, dramático, ni cae en lugares comunes. Incluso es refrescante ver un documental de retrato social que no se mete hasta la cocina de la mamá del personaje principal. Narrativamente es un trabajo muy limpio, muy cuidado. El sonido no adolece en lo absoluto, y eso siempre se agradece en primeros largometrajes, sobre todo cuando son documentales independientes. 

También da gusto ver que el largometraje no se siente como un complemento o alargamiento de su cortometraje predecesor (y su idea primaria), aunque sí debo decir sinceramente que desde mi apreciación, los últimos diez minutos se notan más como un recurso para lograr rebasar los 60 minutos de duración que obligan para que una obra audiovisual pueda ser considerada como un largometraje, pero esa es mi percepción y mi punto de vista muy personal.

Cano está creciendo como productor y director de manera notable y prometedora, a través de la forma en que él percibe el arte cinematográfico y los empleos que se le puede dar para generar un impacto social, como es este retrato de personas que si bien están encasillados en un estigma social a través de la mirada que no entiende el origen de esta vasta y riquísima cultura, Cano tratando de mostrarlos humanos, no cae en ningún estereotipo ni se siente manipulación a través del lente, que justo trata de ayudar a que la ignorancia no caiga en discriminación. Retrata de manera bastante digna y con gran fidelidad a un grupo social que, a pesar de sus diferencias y de ser de distintos “barrios”, defienden su crew y su identidad, su integración y su convivir; que luchan todos los días por respeto y comprensión, más que por dignidad y aceptación. Da gusto percibir en Cano a un director que tiene la intención de hacer un arte para la gente, más que un arte para estar encerrado en un museo.