Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

miércoles, 1 de febrero de 2023

A short story



Un gato, un espantapájaros, tres bichos raros y una niña; son todo lo que necesitó el joven realizador chino Bi Gan, para crear esta hermosa y conmovedora fábula, que me parece una de las mejores obras realizadas en el 2022, y que ha sido hasta ahora mi película favorita en lo que va del 2023.

Mas allá de los palmares y festivales que tiene el cortometraje de casi 15 minutos de duración (nombrado el mejor cortometraje en Cannes, San Sebastián, el NYFF y en Toronto) la simpleza y toda la magia alrededor de este trabajo tiene como enseñanza, porque las fábulas no funcionan si no tienen una moraleja en su discurso, es que nada está perdido, y ningún esfuerzo es en vano, si lo que quieres dar lo haces desde el corazón.


La metáfora del gato que, queriendo retribuir y recuperar el amor de una niña a la que perdió por su naturaleza de gato, sigue el consejo de un espantapájaros, su único amigo, a quien ayuda a cumplir su único propósito en la vida, que es volar para andar en el aire con sus amigos, esos a los que presuntamente tiene que alejar, al cual libera mediante el fuego. El gato emprende un viaje, vestido con la ropa de su amigo, en busca de tres bichos raros que lo aconsejarán para lograr su cometido. En este viaje de descubrimiento, será puesto a prueba para ver si lo que quiere es digno y genuino, o sólo un charlatán que busca lo tangible, superficial y material de la vida, y en estas pruebas el gato tendrá que desprenderse de cosas, es así que el gato, que piensa ha sido engañado, va al reencuentro de la niña, obsequiándole aquello a lo que su sacrificio fue digno, y ahí es donde aparece la belleza de la vida, eso que aunque tangible, es efímero.


El trabajo de Bi Gan, hace que uno recuerde no sólo a sus dos obras maestras previas, "Kaili blues" y "Largo viaje hacia la noche", y no sólo hablando en el estricto sentido de la palabra de la forma, con un alto contenido de planos generales, una paleta fría y planos secuencias extendidos y deslumbrantes; sino también en el fondo. El lenguaje de la obra que se desenvuelve en el plano onírico, poético e inmersivo, hacen que el espectador tenga la sensación de estar en el más plácido de sus sueños, uno en el que no entiende muy bien lo que pasa, hasta que culmina y llega uno al final del viaje. La pieza musical que sólo incurre en dos breves y bellos momentos, hacen que la experiencia sea aún más potente, sin necesidad de que haya malicia en el trabajo que Bi Gan hace cual mago representando el acto que lo hace llorar.

Una de las cosas que hacen más hermoso y disfrutable el camino que simboliza este cortometraje, es que su realizador hecha mano de las herramientas más nobles, básicas y mágicas con las que los primeros maestros del cine harían de este arte el "arte de los sueños", pues vemos desde el montaje de la cámara en un vagón vestido de habitación sobre las vías del tren y en movimiento, hasta el acto de crear una escena, y todo el discurso en ella reproduciéndola en reversa, algo que las nuevas generaciones tildarán de novedoso e ingenioso (y que en cierta medida por supuesto que lo es) pero que es algo que se utilizaba muy frecuentemente en las primeras películas sonoras, y en el cine mudo por supuesto, esa magia real y tangible que ha venido desapareciendo por la inmediatez y superficialidad de lo virtual, la pantalla verde, el CGI. La verdadera magia del cine que desaparece como las imágenes reveladas en las viejas cintas de celuloide.

Inevitablemente uno recuerda al ver la belleza de la obra de Bi Gan, otras obras maestras de notables directores en el mundo que ven en el cine ese arte de transmitir pensamientos y emociones más que un vehículo para adoctrinar o hacer dinero. Obras de Hayao Miyasaki, Hirokasu Kore-eda, y Wong Kar-wai.

Una historia de pensamientos en la que convergen pasado, presente y futuro, para encontrar la cosa más preciosa del mundo, y darlo a alguien, aunque sea un ser sin rumbo o destino, y no se tenga nada más que dar que la propia voluntad de lo que uno es y a lo que uno es digno por la intención de dar.