martes, 22 de junio de 2021
miércoles, 16 de junio de 2021
Buñuel en el laberinto de las tortugas
miércoles, 9 de junio de 2021
CUU: dos días, tres noches.
Recorrer el centro de esta ciudad era como andar sobre una telaraña, pero no siendo la mosca que estaba destinada a ser tragada como uno podría sentirse en otros lugares, sino como la mente creadora de esta maravilla, aunque para ello tuviéramos que tener más de un centenar de años.
Calles entrelazadas en zigzag unidas por una larga y extensa calle peatonal que conectaba varios de los edificios más significativos, con una riqueza cultural y arquitectónica que enriquecía y daba testimonio tanto de estilos como de épocas que resplandecieron en el México que fue y muy poco seguimos buscando, escuchando, pero sobre todo mirando.
Casa Chihuahua quizás sea la edificación más hermosa para mí, comparada con la belleza de los museos y edificios culturales del centro y el bajío del país, quizá no sólo el más bello de la ciudad, sino del norte. Edificación que con el paso de los años fue sirviendo para distintos propósitos, y cuyo origen es anecdótico y de vital importancia para la historia de México, que nos remonta a los mismísimos tiempos de la independencia: fue el calabozo y la última morada del cura Hidalgo. La edificación fue construida entre 1900 y 1910
Su gente, como la mayoría de las personas del norte del país provinciano y sus capitales, suele ser muy reservada, pero hay calidez y amabilidad en su seriedad.
No cabe duda que el calor en cada ciudad es particular, diferente, peculiar; en esta no es la excepción, pero eso para nada es una molestia para su servidor. El frío es otra cosa, en ciudades es muy tolerable, por muy intenso que sea, en otras es odioso e insoportable, por muy gentil que este sea en términos meteorológicos y según lo que dicta el termómetro, y en esta ocasión les aseguro que tiene nada que ver con la memoria.
Para muchos este dato será una nimiedad, para aquellos que, a diferencia mía, han viajado al extranjero o han tenido que hacer más de una conexión para poder llegar a su destino, pero me ha resultado muy cansado parar en dos ciudades, estar dos horas en un avión, cerca de cuatro horas si contamos el tiempo que tuve que pasar en el aeropuerto, pero luego de pasar aquella interminable noche en el barco de carga mecido por las aguas del pacífico en la temporada de huracanes del 2008, o aquellas ocho horas sobre un camión como el que nos llevó a mí y a mi hermano la primera vez que viajamos de Mazatlán a Durango por el espinazo del diablo, creo que aquellas gorditas del paradero fueron las que hicieron llevadero el viaje.
Tiene explanadas enormes, algunos parques y jardines, no tan extensos pero puestos en puntos estratégicos para que la ciudad y los edificios no sofoquen. Me parece que es una ciudad de la que se debería de hablar más, es una ciudad muy bella, más que otras a las que la gente rinde alabanza.
Sus calles en la zona centro y en sus avenidas principales
es de las más cuidadosas que me ha tocado apreciar, y la cultura vial y peatonal de sus ciudadanos es impecable.