Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

miércoles, 16 de junio de 2021

Buñuel en el laberinto de las tortugas



La película animada del realizador Salvador Simó, estrenada en el 2018, es quizá una de las más bellas y conmovedoras de los últimos años en cuanto a la animación se refiere, pero tan bella y conmovedora es, que no deja de ser, por la figura a la que expone, un retrato y relato fidedigno y bien documentado de la personalidad y la crisis que vivió Luis Buñuel previo y durante el rodaje de su segundo trabajo cinematográfico en solitario: "Las hurdes, tierra sin pan", el único documental realizado por el director aragonés.


La película narra como después del fracaso que le resultó "La edad de oro" entre sus contemporáneos artistas en Paris, y luego de que muchos le dieran la espalda para seguir haciendo cine en Francia, entre ellos Salvador Dalí; es gracias a la suerte de Ramón Acín, uno de sus mejores amigos, además de escultor y anarquista; le dice que si gana la lotería le financiará su película, y la gana. Luego de eso ambos vuelven a España y se hacen a la aventura junto con el fotógrafo y el narrador del documental, y vemos lo que es uno de los rodajes más significativos de Luis Buñuel no sólo por su destreza narrativa, sino por su agudeza y crudeza crítica, y un humor y sensibilidad que muy pocas veces se mostró del mítico director, pero también se notaba el realizador tan arriesgado, trasgresor e importante que llegaría a ser con los años.


La película goza de, como lo mencioné al principio, un relato bien documentado, expone el principio y el hecho que hizo que Dalí y Buñuel estuvieran distanciados, muestra cómo Dalí se desprende del cine para enfocarse a la pintura y en el acto deja a Buñuel solo. No se muestra jamás ni se da a entender que haya habido en un principio algún pleito, simplemente cada cual siguió su camino, lo que si es evidente es el hecho de que para Buñuel fue más difícil comenzar.

El ente surrealista del director está más que plasmado, sobre todo en las escenas oníricas, mezclando la libertad imaginaria y memorias, esos lapsos en los que la verdadera inspiración brotaba del realizador, ya durante el rodaje del documental es inevitable que el director definiera el tipo de historias que quería llevar a la pantalla en cierta etapa de su vida: las historias de los más vulnerables. No se menciona mucho, pero creo que quizá este documental es el germen que hizo que "Los olvidados" existiera. La película expone, pero jamás cuestiona o critica, muchas de las decisiones y acciones que Buñuel tomó a la hora de realizar el documental, que si bien son duras, también muestra a muchos niveles como tocaban al propio realizador, más allá de las repercusiones o lo que la sociedad fuera a pensar de él en aquellos años, sino por las situaciones que el veía en este lugar, y que muchas veces no podía capturar y que tuvo que optar por recrear, como esas vivencias de su infancia que se recreaban una y otra vez en su mente.

Es interesante la forma en que partes del documental fueran agregadas a la película, es muy original y valioso a mi parecer que en una película de animación se agregue no como apoyo de material de archivo, sino entrelazando el relato ficticio con el documento de algo real que tiene casi 90 años de existencia.

Si bien no está tan explícito como las directrices principales de la película, me parece que uno de los temas centrales de esta, más allá de la cuestión de  lo difícil que fue para Buñuel hacer este documental, a nivel realización y a nivel personal; está el hecho de la amistad, la amistad que de alguna manera deja de estar para que las cosas no sean tan fáciles y tengas que luchar y exigirte un poco más, así como esas amistades que llegan para salvarte, que no te permiten renunciar aún cuando uno no cree en sí mismo. La amistad que está dispuesta a todo y que nos hace mejores seres humanos, aun cuando los amigos dejan de existir.

miércoles, 9 de junio de 2021

CUU: dos días, tres noches.


La nota inicialmente tenía que haber empezado con el comentario de lo que había significado llegar al lugar en primer lugar, hacer una introducción que no se extendiera más allá de media cuadrilla, pero la verdad es que una vez en el sitio se sentía un poco antinatural hacerlo de esta manera, ahora con lo experimentado, el principio tenía que ser forzosamente el final.

Recorrer el centro de esta ciudad era como andar sobre una telaraña, pero no siendo la mosca que estaba destinada a ser tragada como uno podría sentirse en otros lugares, sino como la mente creadora de esta maravilla, aunque para ello tuviéramos que tener más de un centenar de años.

Calles entrelazadas en zigzag unidas por una larga y extensa calle peatonal que conectaba varios de los edificios más significativos, con una riqueza cultural y arquitectónica que enriquecía y daba testimonio tanto de estilos como de épocas que resplandecieron en el México que fue y muy poco seguimos buscando, escuchando, pero sobre todo mirando.

Casa Chihuahua quizás sea la edificación más hermosa para mí, comparada con la belleza de los museos y edificios culturales del centro y el bajío del país, quizá no sólo el más bello de la ciudad, sino del norte. Edificación que con el paso de los años fue sirviendo para distintos propósitos, y cuyo origen es anecdótico y de vital importancia para la historia de México, que nos remonta a los mismísimos tiempos de la independencia: fue el calabozo y la última morada del cura Hidalgo. La edificación fue construida entre 1900 y 1910

Su gente, como la mayoría de las personas del norte del país provinciano y sus capitales, suele ser muy reservada, pero hay calidez y amabilidad en su seriedad.

No cabe duda que el calor en cada ciudad es particular, diferente, peculiar; en esta no es la excepción, pero eso para nada es una molestia para su servidor. El frío es otra cosa, en ciudades es muy tolerable, por muy intenso que sea, en otras es odioso e insoportable, por muy gentil que este sea en términos meteorológicos y según lo que dicta el termómetro, y en esta ocasión les aseguro que tiene nada que ver con la memoria.

Para muchos este dato será una nimiedad, para aquellos que, a diferencia mía, han viajado al extranjero o han tenido que hacer más de una conexión para poder llegar a su destino, pero me ha resultado muy cansado parar en dos ciudades, estar dos horas en un avión, cerca de cuatro horas si contamos el tiempo que tuve que pasar en el aeropuerto, pero luego de pasar aquella interminable noche en el barco de carga mecido por las aguas del pacífico en la temporada de huracanes del 2008, o aquellas ocho horas sobre un camión como el que nos llevó a mí y a mi hermano la primera vez que viajamos de Mazatlán a Durango por el espinazo del diablo, creo que aquellas gorditas del paradero fueron las que hicieron llevadero el viaje.

Tiene explanadas enormes, algunos parques y jardines, no tan extensos pero puestos en puntos estratégicos para que la ciudad y los edificios no sofoquen. Me parece que es una ciudad de la que se debería de hablar más, es una ciudad muy bella, más que otras a las que la gente rinde alabanza.

Sus calles en la zona centro y en sus avenidas principales es de las más cuidadosas que me ha tocado apreciar, y la cultura vial y peatonal de sus ciudadanos es impecable.