Quizá la forma más honesta con la que podría empezar a escribir este texto sería que, muy pocas veces me he puesto tan nervioso al entrevistar a alguien, y creo que va más allá de la cuestión de la persona a la que entrevisté, creo este nerviosismo se debió al hecho de que, además de ser una paisana, es una persona a la que admiro no sólo por su trabajo, sino también porque de alguna manera la forma en que ella aprecia el cine como expresión artística, siento es muy similar a la mía en muchos aspectos.
Deniss Barreto es una directora de cine y artista visual duranguense que, con sólo cuatro trabajos en su currículum (tres cortometrajes, un mediometraje), ya puede ser considerada desde mi humilde opinión, como una de las grandes promesas del cine mexicano, pues algunos de sus trabajos han sido proyectados en importantes festivales de cine como en el Festival Internacional de Cine de Morelia (La nuca desnuda de Olivia, 2016), y en el FICUNAM y el Festival de Cine de Madrid el año pasado, con su último trabajo, el mediometraje Ricardo sin cabeza, cuya importancia tuvo aún mayor resonancia al ser incluido en la lista de lo mejor del 2020 del prestigiado y respetado crítico de cine Jorge Ayala Blanco (de hecho, el único mediometraje en la lista), algo que no me cansaré de decir, para nada es poca cosa.
En torno a Ricardo sin cabeza, su obra en general, y su próximo proyecto, el cual sería su primer largometraje, el cual está en etapa de preproducción y financiamiento, y que me parece era el paso que debía de darse luego del crecimiento notable que se ha dado más allá del aumento de metraje, es que pude conversar con la realizadora.
-Antes de entrar en materia entorno a Ricardo sin cabeza, me gustaría saber qué emociones definen el cine de Deniss?
-Yo podría decir que lo que me despierta mucho el cuestionarme, es la soledad. Creo que mi obra en general engloba mucho esa emoción. Claro, derivan otras, pero digamos que la base, o la raíz; siempre es la soledad.
-Más allá del tema de la soledad que tú comentas, y que es palpable en todos tus trabajos, sobre todo en los personajes protagónicos femeninos a través de sus cotidianidades, tus trabajos tienen a mi parecer un hilo conductor que es el tratamiento que les diste a través de la fotografía como en tono de ensoñación. El único que salta un poco a esta forma en que tú retratas sería La nuca desnuda de Olivia. Me gustaría que me platicaras un poco sobre este trabajo y por qué se percibe tan diferente a tus otros tres trabajos en ese aspecto. -Es curioso que lo comentes porque yo filme en el mismo año (2015) Amelia para siempre y La nuca desnuda de Olivia. Yo también a veces me lo pregunto y no sabría decir por qué la diferencia. En el tratamiento fotográfico como dices, creo que la misma locación me dio a mí más apertura en cuanto a colorimetría, porque también tiene más colores, digamos que es más cálido al resto de mis trabajos que son más fríos. En El ensueño de Carlotta, por ejemplo, si tiene también una paleta de colores más cálida, pero sigue siendo muy frío. Quizá por el hecho de que La nuca desnuda de Olivia fue un proyecto que se desarrolló muy rápido, y que logró filmarse también muy rápido. Creo que ha sido el trabajo en el que me he tardado menos tiempo en escribir el guion y en producirlo. Tuve la fortuna de que se dio todo muy bien a favor del trabajo y se logró filmar. Existe un cuento que yo escribí que se llama Olivia, de hecho poniéndolo en comparativa, si es mucho más oscuro que La nuca desnuda de Olivia. El tratamiento como lenguaje cinematográfico si puedo decir que está más involucrado con las escuelas de cine, y de hecho es algo que muy pocas personas me habían preguntado, y más bien compañeros cineastas son los que se habían fijado en esta diferencia. Pero digamos que en ese tiempo, aunque me gusta el trabajo final y todo, todavía estaba explorando el lenguaje. Ya había hecho Amelia para siempre, y me había gustado como quedó, pero no lo veía como los demás cortos, suena como algo contradictorio, pero son esos momentos de duda en los que dices: "quizá si lo hago de esta forma podría funcionar más", lo que pasó fue que sí funcionó más La nuca desnuda de Olivia. Es el que mejor ha funcionado yo creo, pero también es el que tiene un lenguaje más comercial, aunque yo no lo considero totalmente comercial porque también tiene estas fallas para el cine comercial, porque en el guion no sucede nada, es como una acción muy leve, un episodio de un encuentro entre dos chicas, pero donde la emoción es lo que marca más, ante una muy pequeña acción. Entonces, ese trabajo es como un híbrido, porque aunque el tratamiento del guion es más contemplativo, el ritmo y el lenguaje cinematográfico es más rápido, es más digerible, por decirlo de alguna manera.
-Aún así yo siento que en la cuestión del ritmo no es tan diferente a los otros. ¿Háblame que tan difícil es para ti soltar tus trabajos?
-La verdad es que no me tardo mucho en dejar ir los proyectos porque casi siempre cuando estoy filmando o cuando estoy escribiendo algo, ya estoy pensando también en el siguiente, pero no necesariamente sé cual es la trama ni que va a estar sucediendo pero, hay residuos que van saliendo de proyectos que me ayuda tomarlos para armar otros proyectos. Y residuos lo digo no de forma despectiva como aquello que no sirve, sino simplemente como cosas que no funcionan para ese proyecto. Y lo que pasó con Amelia que después surgió en La nuca fue de que yo quise hacer algo más poético en el sentido de tocar más el tema del romance, como más romanticismo pero de una manera más idealista, no sabría como explicarlo. Pero no me cuesta, no me enfrasco en los errores, sino más bien trato de solucionarlos, y creo que también tiene que ver con una humildad que se debe de tener y pensar que todavía se está en el proceso de aprendizaje.
-Empezando a abordar el tema de tu trabajo más reciente, que es Ricardo sin cabeza, ¿Cómo lo definirías?
-Ricardo sin cabeza es la mente de un hombre y sus emociones.
-¿Y cómo encontró Deniss el lenguaje para que en un mediometraje plasmara todo lo que pasa en la cabeza de este hombre y esta sensibilidad que muy pocas veces se muestra en la figura masculina del norte del país, sin encasillar por supuesto tu trabajo a una región en particular?
Ricardo sin cabeza fue para mí una culminación en cuanto a decisión y confianza en mi trabajo como directora. Lo que estuvimos hablando por ejemplo de que en La nuca me encontraba todavía en dudas sobre cómo filmar y entonces cedí un poco a la fórmula, con Ricardo sin cabeza decidí que era la oportunidad para mí de explorar ese mismo lenguaje, y prepararme de una forma más decisiva y salirme un poquito de mi zona de confort, equivocarme lo más que pudiera para poder hacer ya mi largometraje. Entonces de esta forma también yo quería probarme como directora si podía trabajar con un hombre y un adulto. Claro, manteniendo la línea que me interesa que es la identidad y la perspectiva de género, más que hablar sobre feminidad. Y es eso, al final sale la feminidad en este trabajo porque yo soy mujer. Si yo fuera hombre, quizá hubiera sido al revés, hubiera empezado con trabajos que retratan historias de hombres, y después hubiera hecho un trabajo sobre una mujer. Por ejemplo yo siempre he admirado el trabajo de Lars von Trier que utiliza estos personajes femeninos desde una parte muy autobiográfica. Y en algunas cuestiones me parece no importa mucho si eres hombre o eres mujer. Creo que Ricardo tiene esa parte, traté de exponerlo como si fuera también una mujer, pero lo que sale también es un hombre que, también tiene que ser fiel a su propia naturaleza. También me basé en hombres que conozco y básicamente es el problema general con ellos, la incapacidad y el no permitirse sentir, no permitirse expresar. Entonces estas dos partes, tanto la temática como la cinematográfica, quise conjuntarlas, y así fue como nació Ricardo sin cabeza. Durante la escritura del guion, fue como se definió su duración. En principio estaba pensado como un cortometraje, por la trama misma, pero ya con todo este tratamiento que yo quería darle al trabajo, fue que creció a un mediometraje, pero no porque la trama creciera, sino porque los planos y las secuencias duran más.
-O sea que se podría decir que el proyecto por sí sólo eligió su duración. Tú lo pensaste como un cortometraje pero al final el proyecto se definió como un mediometraje en base a lo que este necesitaba de acuerdo a como tú lo querías narrar. En su momento comenté cuando escribí sobre Ricardo sin cabeza que en este trabajo se sentía la conjunción y culminación tanto de los temas que abordas en tus trabajos pasados como tus influencias cinematográficas. ¿Qué influencias y qué referencias tiene Deniss para hacer el cine que Deniss hace? Yo en lo particular te podría decir que encuentro guiños a la obra de Carlos Reygadas, por ejemplo, o en El ensueño de Carlotta siento cierta influencia de Sofía Coppola, o también en su momento cuando escribí sobre Amelia comentaba que me recordaba mucho a Joven y bella de Francois Ozon. -Si. En principio si podría decir que el cine de Sofía Coppola me ha influenciado mucho desde la niñez. Todo el ambiente y los escenarios en su cine. Esa película que comentas de Joven y bella, me acuerdo que la fui a ver a la Cineteca Nacional y yo ya había escrito Amelia para siempre y pensé: "Ay, esto se parece a mi guion", pero no sé, me gustó ver cosas que se parecían a lo que yo quería hacer. Pero si, el cine de Sofía en un principio, ya en un momento en el que me considero más cineasta que cinéfila, creo que el cine de Reygadas por ejemplo, ha influido de manera muy especial en este último trabajo. Pero también Lucrecia Martel, (Ingmar) Bergman y Lars von Trier. Yo creería que Lars von Trier más de lo que quisiera aceptar (risas). Y bueno, es que uno podría decir como las referencias base, como lo que empezaste a ver, y yo la verdad es que no empecé a ver cine desde muy niña, creo que nuestra generación tenía como más acceso al cine por ejemplo, pero no nos dábamos cuenta, o no conocíamos como tal a los directores, muchos no tenían televisión por cable, o internet, así que la única manera de ver cine era yendo al cine. Y ya de mayor, ya con la intención de hacer cine, si diría que Bergman. Una película que siento que ha influido mucho en mí, es Los amores de una rubia de Milos Forman. Digo, el cine de Milos Forman me agrada, pero no podría decir que es una referencia como tal, salvo por esta película, y así algunas otras películas como Vivir su vida de Jean-Luc Godard, películas que han sido más reveladoras.
-Por la misma concepción que tienes tú del cine, sé que no ves mucho cine contemporáneo.
-Si veo, pero la verdad es que a veces me desespero porque hay rachas en las que no encuentro nada, y me enojo y mando todo a volar y mejor me pongo a ver clásicos. Pero hay rachas muy buenas de cine contemporáneo, y que me gusta. Pero si trato de ver cine contemporáneo.
-Bien. Te lo comentaba porque, me parece que con tu mediometraje y la proyección tan importante que ha tenido en festivales como el FICUNAM y el Festival de Madrid, bien se te podría considerar como parte de esta oleada de directoras mexicanas que de unos años para acá han venido despuntando en la cinematografía nacional. ¿De qué directoras mexicanas te agrada su trabajo?
-Recuerdo la película de Natalia Beristáin, la de No quiero dormir sola, me gustó mucho. También me agradó mucho el trabajo de la directora de La camarista (Lila Avilés). Creo que ellas dos.
-Qué me puedes comentar sobre tu próximo proyecto. Sé que estás planeando tu primer largometraje y que haz estado trabajando mucho durante el confinamiento por la pandemia.
-Si. Es un largometraje que se llama hasta el momento Las niñas de los duraznos. Es autobiográfico, y voy a tratar de explorar el mismo lenguaje que usé en Ricardo sin cabeza, pero regresando a las temáticas femeninas, también de la identidad de género, el despertar sexual y todo alrededor de un contexto machista. O digamos, alrededor de un contexto que participa en ese despertar sexual. Creo que en mis otros trabajos quizá por ser cortos no se había visto el contexto tan marcado, por ejemplo. Claro, Amelia, La nuca y El ensueño, también son de despertar sexual, pero es algo muy introspectivo donde no juega el contexto, está presente pero no juega dentro de la trama. Entonces en el largometraje ya me expando un poquito más, van a ser varios personajes, son cinco hermanas, porque como te comento es autobiográfico, yo tengo cuatro hermanas por eso siempre esa película de Las vírgenes suicidas de Sofía Coppola cuando era niña, en mi casa era ver la película de nosotras mismas pero en güeras. Y eso, es como algo muy íntimo y que se relaciona también con algo muy íntimo de mis bases como cineasta y espero que se de todo lo que tengo en este momento planeando.
-¿En qué parte de la producción estás? ¿Ya tienes al cast?
-Está una parte del reparto. Está la niña protagonista, y algunas hermanas. Faltan todavía un grupito, algunos personajes secundarios. Ya tenemos algunas locaciones. En sí estamos en la etapa de preproducción y de buscar financiamiento en algunas cosas que nos faltan.
-Además de la preproducción de tu largometraje, ¿haz trabajado en algún otro proyecto durante la cuarentena?
-Principalmente estoy trabajando en la película. Tengo otro proyecto, pero no es cinematográfico, es pictórico y gráfico. Estoy armando una exposición próximamente se estará inaugurando acá en Durango, y como te decía hace rato, también dentro de lo que escribí y las cosas que también me gustaría filmar en un futuro, pero que no funcionaron para esta película, digamos que ya tengo una idea de la siguiente película (risas). Una idea muy vaga, pero ahí está.
-Pero está bien que ya lo tengas contemplado en el horizonte. Sabemos que en el cine es de procesos muy largos, que cuesta mucho esfuerzo levantarlos, pero no por eso hay que dejar de pensarlos.
-Si, claro. Como dices, muchas veces no se toma en cuenta ese tiempo del germinado de la idea. No sé, quizá se te ocurre en un día, o en un mes, y no lo vuelves pensar quizá hasta el siguiente mes, pero en ese tiempo ya creció maduró, las ideas son un ente muy orgánico, sobre todo el hacer películas.
-Si. Incluso podríamos llevarlo al espectro del arte en general, pero me parece que en el cine es aún más particular eso por el simple hecho de que, por ejemplo, tú también que eres pintora, de alguna manera para pintar sólo necesitas de un lienzo y pinturas y estarlo trabajando, y digamos que las facilidades de una exposición son mucho más accesibles.
-Si. Por ejemplo ahorita que, no sé si sea por lo mismo de la película, pinto; porque me siento más libre que en hacer una película porque no estoy atada de manos (risas). En una película, y más en estos momentos, puede llegar a llenarse uno de mucha frustración, de impotencia, porque las cosas no avancen como uno quiere, independientemente de la pandemia, así ha sido siempre, y no es un arte barato. Como dices, no es tan fácil como ir a comprarme un bastidor y un lienzo, y me encierro y nadie me molesta y termino un cuadro en tres días o lo que yo quiera tomarme de tiempo.
-Si, y eso que comentas, al final de cuentas la escritura del guion puede ser muy introspectivo, muy solo, te encierras y es algo que depende sólo de ti; pero ya al momento de querer plasmar eso, también implica el hecho de trabajar con gente y esa parte también puede ser algo difícil. ¿Qué tan difícil es para ti trabajar con el reparto y con el crew?
-Siempre batallo en el momento de acercarme al cast. Pero batallo no porque tenga que dirigirlos, sino porque siempre batallo en conocer a alguien nuevo. En Ricardo sin cabeza, por ejemplo, aunque eran conocidos míos en ese tiempo, no eran muy cercanos a mí, los tres personajes principales. Y es una parte intimidante también hablarles del proyecto y verlos a los ojos y comunicar y empezar a hacer una relación. La parte de dirigir es la que no me cuesta. Creo que podría dirigir mejor a un desconocido, a un actor desconocido quiero decir; que a alguien con quien ya he estado construyendo una relación de amistad, porque es la forma en que he visto que pueden salir mejores cosas, y más cuando se trata de filmar estas emociones, porque lo que sale ahí muchas veces son emociones verdaderas. No son emociones reales porque el actor no está viviendo eso, sino que sale lo que él sintió. Digamos que es lo opuesto a lo del método de actuación. Si los hago indagar sobre sus propias personas, pero para esto necesito que confíen en mí y yo confiar en ellos, tanto para decirles experiencias o porque quiero filmar eso, tanto como ellos, bueno, tampoco es obligatorio que me cuenten toda su vida pero, que se desenvuelvan ante mí y eventualmente ante la cámara. Entonces te digo, es difícil para mí pero es por eso, porque para mí es como hacer un amigo, y eso es algo en general con lo que siempre he tenido esa lucha en mi personalidad. Es una de las cosas del cine que más sufro, estar alrededor de personas, porque no estoy muy acostumbrada a estar relacionada con mucha gente, y es un choque para mí que de estar en casa trabajando sola el guion y estar trabajando los planos, ya que estoy en etapa de pre-producción voy sintiendo la intensidad y en el rodaje ya es estar con más gente. Pero luego te acostumbras a ellos y la química se da muy padre, y luego tienes que dejarlos y luego te pones triste porque ya no los ves. Y en cuanto al crew, siempre trato de estar tranquila. A veces siento que puedo ser un poco dura al momento de pedir algo, pero no por exigir, sino por ser algo fría. Y a veces siento que la frialdad se puede malinterpretar como dureza. Pero siempre hay un trato amable con ellos. En Ricardo por ejemplo, no hubo ningún contratiempo en ese aspecto. La única ocasión en la que tuve un percance fue en Amelia, pero el crew siempre trato de que sea gente que conozco bien para estar un poco atenta en todo lo que está ocurriendo y siempre trato de estar dirigiendo todos los departamentos, más bien revisándolos con su respectivo director de que todo vaya bien. Me meto mucho también en la actitud del AD, porque también yo empiezo el proyecto como productora, y sé lo que está ocurriendo y me gusta estar al tanto de todo. Pero siempre es algo muy tranquilo. No sé si algún miembro del crew se ha aburrido, pero mis producciones suelen ser algo tranquilas.
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Para conocer los trabajos de Deniss,
La nuca desnuda de Olivia y
El ensueño de Carlotta, pueden rentarlos en la plataforma
Mowies (
El ensueño de Carlotta también se puede encontrar en
Vimeo on demand. Los enlaces se los compartimos al final de este bloque) y así contribuir con parte del financiamiento de su ópera prima. Su trabajo más reciente, el mediometraje
Ricardo sin cabeza, aún se encuentra en su proceso de festivales; y su primer cortometraje
Amelia para siempre, está disponible de manera gratuita en su canal de
Vimeo.
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