domingo, 29 de diciembre de 2019
Apuntes cortos sobre cine:
Quería hacer un pequeño ejercicio en mi facebook personal con pequeños comentarios y reflexiones sobre las muchas (o pocas, ya no sé como medir eso) películas que he visto en este mes, pero el ejercicio, las películas y los comentarios fueron tomando cada vez más tamaño, que opté por trasladarle mejor al blog. De modo que acá haré es pequeño ejercicio, tratando de hacer cada crítica, por muy pequeña que sea, más concisa y llegando al detalle que quiero exponer, sin adentrarme a detalles específicos de toda la obra, de las obras comentadas, sólo con las películas que me dejaron algo en concreto y de sobremanera. Habiendo dicho lo anterior, comienzo.
Perdí mi mano.
De esta película no tengo mucho que comentarles, o no sin ondar en ella, de modo que sólo bastará con decirles que deben verla, si o si. Aunque si les soy honesto del porque no les expongo o explico mucho sobre ella, es porque ya la he comentado muchas veces, con muchas personas, ya he recibido la retrospectiva que esperaba, entre esas muchas personas, la de Fernanda Solórzano. Quizá sólo incitarlos a poner mucha atención al como se manifiesta el elemento del flashback, la importancia de la mano en toda la película, la secuencia en la que se presenta la separación, y el final, ese final y la tensión que presenta.
Disparos.
Extraordinario documental mexicano que muestra la vida y el trabajo del fotoperiodista Jair Cabrera y como viniendo de un barrio en el que la violencia es normalizada y replicada desde la niñez, en este aspecto los directores del documental no son tibios en mostrar lo que quieren mostrar, y la forma que ondan en la vida de estas personas. Jair encuentra en la fotografía y en sus padres y su mentor su modo de vivir de una manera muy sana sin dejar de convivir todos los días con esa violencia, que sabiendo el problema que embiste al país, y la forma en que su trabajo puede ser utilizado para provocar el morbo, aunque no sea el cometido de su trabajo, como bien se muestra en la estética de las imágenes que captura, no deja de ser una lucha en su persona, que luego de un evento vivido en la zona más peligrosa de tierra caliente en Guerrero, busca dejar el país y pedir asilo en España para salvar su vida.
Kaili blues.
Ópera prima del director que a mi quizá más me ha sorprendido en este 2019 después de haber visto la magnánima "Largo viaje hacia la noche", que es un ejercicio muy similar a la película mencionada, sin tanta maestría, y trama definida. Mezcla de sueños, estado onírico, viaje, búsqueda, un magnánimo plano secuencia demás alucinante, una película que trasgrede los espacios del pasado y el presente. Una completa maravilla, al igual que otros asiáticos como Kar-Wai, Kaili blues sólo es una pequeña chispa para la perfección que Bi Gan muestra en su película, de la cual ya escribí en el blog (por si gustan darse la vuelta) y que es una de mis cinco películas favoritas del año.
The Handmaiden y Elisa y Marcela.
De estas películas sólo haré mención y recomendación, ya que de ellas escribiré en el siguiente número de Cinéfagos, que sigue por el bien de la cultura duranguense que tanta ayuda necesitara el año que viene, y a la cual esperamos contribuir de una manera u otra de forma presencial los días que estemos en la ciudad.
Asunción.
De los cortos que he visto de Luis Ospina, a raíz de haber leído su libro Palabras al viento: mis sobras completas; este es el que más me ha llamado la atención, por la puesta en escena, por la exposición de la trama, por la forma en que se resuelve, un cine muy atento a lo que acontecía en latinoamérica en ese entonces, una constante lucha contra la oligarquía, el capitalismo, el imperialismo; tiene muchos valores que en este año las mejores películas han plasmado, un cine meramente humano y contestatario, y social.
Skhizein.
Descubrir este cortometraje del realizador de Perdí mi mano, fue un gran descubrimiento para mi, poner en el plato un tema tan importante, como lo es el aislamiento y desplazamiento de las personas por problemas psicológicos, con ese recurso tan ingenioso, y de manera tan creativa, me hace comprender que tengo que poner más atención al cine de animación alejados del ojo perfecto (al menos en esta técnico) de Hollywood, muchas veces con el perfeccionismo en la forma, pero tan vacío en el fondo tan vital para las emociones.
Más allá de las nubes.
Obra realizada por Michelangelo Antonioni y Win Wenders, basada en la misma obra de Antonioni sobre cuestinamientos entorno al cine y su cine, nos muestra a través de cuatro capítulos a un director de cine que busca inspiración para su siguiente película, en estos capítulos bien podemos ver como ficción y realidad se cruzan, y nos cuestionamos que es verdad y que es ficción sobre lo que el autor cuenta. Una cosa que me llamó de sobremanera en la película es como Antonioni y Wenders representan en la figura de Malkovich al director, un hombre que todo el tiempo tiene el ceño de estar pensando, recordando, hablando sólo en monosílabos y sus pensamientos narran la película en voz en off. No será la gran obra de ambos (no estoy seguro, pero creo que esta fue la última película filmada por Antonioni) pero a mi me llamó la película particularmente por ese hecho, como se le plasma a la figura del director, tan diferente al director de maquila, o escuela norteamericana.
Girl.
De las películas que he estado mirando en Netflix esta me pareció una película interesante. Película belga que intenta (y logra) mostrar el psique de una joven de 16 años que tiene que lidiar a demás de los problemas de la edad, de la escuela, de los sueños frustrados, y problemas familiares por las condiciones propias de la edad, con un problema aun más grave: el vivir en un cuerpo que no es el suyo. Su director, con una propuesta sencilla, no muy ambiciosa, pero con un dominio del lenguaje cinematográfico que se percibe, (la forma en que utiliza la banda sonora y el reflejo de la chica en los vidrios para manifestar la lucha interna de ella, es muy acertado y pensado, se siente que está detrás de un guion muy bien trabajado) la solución de la chica al final de la película, aunque dura (y ruda) es perfectamente justificada con la etapa de su vida en la que se encuentra, en esa que las jóvenes quieren hacer lo que quieren, a su manera, cuanto antes posible, sin tomar los consejos y la paciencia de los mayores; para encontrar el camino para ser mujer, sin reparar si este es el corto o el largo.
Mi viaje a Italia.
Antes que todo, si algo me ha dejado ver este bello y extraordinario documental, es el hecho de darme cuenta de lo poco que se habla de Martin Scorsese como documentalista, el valor de su obra en la ficción es más que evidente, no reparo al decir que para mi este hombre es el director de cine más importante de Estados Unidos en la historia, para mi es de ese tamaño este hombre, pero su obra como documentalista es del tamaño sin duda de su obra de ficción. Y sé que es un poco osado decir esto sólo habiendo visto tres de sus documentales: el de Bob Dylan, el de George Harrison, y este, que por mucho es el más personal. Scorsese, quien es el mismo narrador, nos introduce al documental diciéndonos de ante mano sus intenciones con este, nos hablará sobre películas que ha él lo marcaron siendo espectador, no en la escuela de cine, para ello empieza hablándonos de su infancia, de su familia, de como el cine unió al pequeño Martin con su padre, y las pocas veces que platicaban e interactuaban era en torno a lo que miraban en el cine, luego empieza a hablarnos del fenómeno de la tv, (de hecho el docu empieza con una la imagen de la tv que tenía su familia) y como a raíz de esta su familia, amigos, vecinos, y demás; se reunían en la casa de su familia para ver las películas italianas que pasaban, en esos encuentros el siendo apenas un niño, se daba cuenta de la reacción que tenían sus abuelos, sus vecinos, al ver el lugar de donde vinieron, de donde huyeron, y lo que la gente sufrió durante la segunda guerra mundial, en este punto de la primera parte del documental, Scorsese hace una selección y muestra puntos en concreto de películas que lo marcaron de sobre manera siendo niño, esta parte es por demás emotiva, a uno lo conmueve hasta las lágrimas, puntos cruciales y memorables de películas como Ladrón de bicicletas, Alemania año cero, Paisa, Stromboli, Europa 51, sólo es la introducción a lo que después haría Scorsese, que es revisar a detalle las películas más importantes de los directores más celebrados del neorrealismo, y la manera en que Scorsese hace el análisis, además de ser puntual y preciso, se siente como si estuviéramos hablando con un amigo sobre sus películas favoritas, en la narración se siente un amor puro y genuino por lo que habla, no se siente una plática académica ni mucho menos. Ver este documental me ha hecho darme cuenta de tres cosas más, para finalizar: la primera, que reafirma mi amor por el cine de mi director favorito italiano: Roberto Rosellini. La segunda, mi amor por la que para es mi película italiana favorita: La dolce vita. Y tercera, lo mucho que me hace falta ver cine de Visconti y De Sica.
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