Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:
sábado, 24 de marzo de 2018
La Corrispondenza: Amor infinito como las estrellas muertas.
Dirigida por el director italiano Giuseppe Tornatore (Cinema Paradiso, La Leyenda de 1900, Maléna) La Correspondencia (o "Te Amaré eternamente" como la llamaron para América Latina) es una película que nos narra desde un principio el tórrido romance clandestino entre una joven estudiante y un muy mayor profesor de astronomía, quienes se ven en un hotel menos tiempo del que ellos en realidad quisieran estar juntos, pero con las ventajas que nuestra era nos da, el hecho de estar conectados y poder estar en contacto con las personas así estén a miles de kilómetros hacen que Amy y Ed le den valor a nuestra era digital, pero que pasa cuando la distancia es mucho más lejana que miles de kilómetros, como otras estrellas, u otros mundos si así lo deciden creer, que pasa si uno de los dos amantes muere. Pues la película nos plantea este hecho, como aun después de la muerte gracias a estas herramientas este amor que nos hace mortales, finitos, pero a la vez tan supremos e infinitos; puede acompañar al ser amado, cuando se le ama de una forma cósmica, de una manera sobrenatural, esto puede ser posible, aun cuando el ser amado por arrebatos estropea el lazo, tarde o temprano este vuelve a reconectarse, porque cuando uno ama de verdad, puede adivinar y sentir los pensamientos del otro.
Tornatore pudo haberla tomado fácil y hacer algo de maquila, de paquete, un blockbuster, crear una historia sobre un fantasma que se comunica desde el más allá sin plantearnos un argumento ya no digamos creíble, sino que tenga congruencia, pero la historia plateada piensa en todo y se ve que desde el guión la película no tiene ni gramo de improvisación, pero para los que conocen a este director y sus antecesores trabajos saben que es un estupendo director que si algo sabe hacer es contar historias con esa capacidad de hacernos sentir eso que sus personajes con el simple recuerdo o en sus silencios expresan, una película con una dirección precisa, con muchos amores y simbolismos de este director de cine, como el que la protagonista además de ser estudiante trabaja como doble de escenas de acción en el cine, o estas historias de conflictos y problemas pasados con la familia, pero el que se puede destacar mas en primer plano, sin duda alguna es la música compuesta por el director de orquesta italiano Ennio Morricone, con una banda sonora que yo jamás creí escuchar en la vida, muchas de las piezas son protagonizadas en primer plano por una guitarra eléctrica no hacen más que enmarcar perfectamente en momentos precisos de la trama. Los detalles técnicos están muy bien llevados, como toda película de manufactura impecable, como una fotografía excelente, se nota que la película está hecha por un director con experiencia en el ramo, que sabe lo que hace, y de las actuaciones cabe decir que la pareja protagónica es perfecta, en la primera escena, que es en la única que están juntos físicamente en toda la película, se nota la conexión entre ambos, Olga Kurylenko con una estupenda actuación (salvo por un momento que me parece luce algo sobreactuado su llanto) y sin duda alguna más que enmarcable la actuación, aunque corta de Jeremy Irons, nos confirma que le gusta mucho este tipo de papeles en películas de romance que no son sólo la simple película de romance como alguna vez ya lo vimos en la estupenda Damage (otra película que si no han visto no dejen de hacerlo por favor) al lado de la encantadora y muy amada mía Juliette Binoche. A la película no la compararé con antiguos trabajos del director porque no sería justo, en primera porque muchas películas de este director ocupan un sitio muy especial diría yo en todo cinéfilo, y en segunda porque creo que es un error y muy injusto juzgar a las película y al director en comparación a sus trabajos antecesores ya no digamos sólo por trama, sino por el hecho que incluso para algunos directores ciertas películas son más personales que otras, como diría un colega, una película es buena o es mala, punto. (Aunque siempre he creído que incluso de la película más mala se aprende algo y se sacan puntos positivos)
Si no fuera por una escena al final a la que podría enmarcar como la despedida de esta pareja, la cual me parece se alarga un poco, pero que se justifica al fin de cuentas, yo la verdad la describiría como una de las películas más hermosas y perfectas que haya visto en los últimos tres años, pero aun así la historia como tal, y como es contada por un italiano con oficio como lo es Tornatore, esta historia de amor después de la muerte el cual se mueve entre mensajes de texto, e-mails, cartas con instrucciones, conexión entre mente, espacio y universo, almas gemelas y los diez dobles que tenemos aunque estos sean animales y por los cuales nos seguiremos comunicando después de la muerte, hacen de esta película que veamos a las buenas historias de amor ser contadas de diferente manera, pero no por ello dejar de hipnotizarnos y porque no, el creer que lo que pasa en el cine nos puede pasar a nosotros. Porque al final de cuentas quien no quisiera un amor en la vida como el que la mayoría de los personajes narran a Amy que sentía Ed por ella, un amor más hermoso que el que se ve en las películas, un amor que aunque muramos como los mortales que somos, puede en tres meses hacernos tan felices que nos sintamos de alguna manera inmortales, y que si algún error no podemos cometer en esta vida, es el de no amar, por muy doloroso que haya sido este en el pasado.
miércoles, 21 de marzo de 2018
Once. Una vez.
La película de la que les escribiré ahora es de un director del cual ya he escrito, más en concreto de dos películas también dirigidas por él: Sing Street y Begin Again. Y si vuelvo a escribir sobre una de sus películas es por, supongo dos razones sobre otras más que no tienen tanta relevancia, la primera es que me parecen conjugar muy bien entre el cine independiente, sin llegar a ser tan autorial, aunque si tiene algo de eso, con el cine comercial, y la segunda es porque esas películas tienen muchas similitudes entre si. Habiendo dicho eso, hablemos del trabajo que hizo John Carney con Once.
La película, la cual fue uno de sus primeros trabajos y es antecesora a las ya mencionadas antes, es una película en la que se nota su sello independiente, una película en más de un sentido pequeña, con poco menos de 90 minutos de metraje, con un presupuesto muy corto en el cual sólo se requirió de una cámara que todo el tiempo estuvo al hombro del fotógrafo Tim Fleming, y un cast muy minimalista que consistió más que nada de músicos que jamás habían actuado, es lo que hace que sea muy original y autentica.
La película trata sobre como un cantante amateur que canta en las calles de Dublin, el cual siempre tiene un semblante depresivo y que canta canciones conocidas por el día pero por las noches suele tocar sus propias canciones, y una de esas noches se le ve cambiada su suerte cuando conoce a una chica checa, la cual de inmediato se siente atraída por el talento de aquel ya no tan joven cantante, y conocer la historia de la chica que lo hizo escribir así. Una corta plática en la que acuerdan que él le arreglará la aspiradora a la chica, hace que pasen la tarde juntos entre comidas, calles y una tienda de música, en la cual él se entera que ella es excelente tocando el piano. Luego de un error de él, va y le dice que quiere escribir canciones con ella, ella acepta y luego de convivir un tiempo, y él enterarse de que la chica es casada y tiene un hijo, él le dice que ha decidido ir a Londres tras la chica que lo hizo escribir sus canciones, entonces arman una banda con otros músicos callejeros y sin más ambos se van ayudando en sus penas, en sus inseguridades, dándose valor el uno al otro para hacer lo que por si solos jamás se habrían animado a realizar.
La película si somos muy meticulosos la veríamos como las otras películas que ya mencioné de Carney, en realidad es la misma historia, sólo que contada desde la perspectiva de tres generaciones diferentes, un chico o chica que ayuda a otro a cumplir sus sueños de hacer música, o más que eso, de perseguir y conseguir lograr sus sueños, en Sing Street lo veíamos desde la edad de la adolescencia, con los amigos ayudándonos, y a la vez el protagonista ayudando a su primer amor a realizar un sueño juntos, en Begin Again, era una chica la que estaba apunto de darse por vencida tras cortar con su novio cantante cuando un productor mayor con problemas en su matrimonio le propone producirle un disco y sacarle el mayor provecho a sus canciones. Pues en Once es un chico que tras una ruptura amorosa y su chica se va a Londres se tira a la depresión además de no querer irse de Dublin y dejar a su padre por la reciente muerte de su madre, y no es hasta que aparece esta chica por la cual siente cierta atracción es que se decide a cumplir su sueño e ir tras el amor.
Y es que si siempre he recalcado un par de valores que tienen las películas de Carney desde que vi Begin Again es el valor que le da a los lazos familiares, siempre involucra las relaciones padre-hijo o hermano-hermano, y los utiliza como elementos realistas, no idealiza con etas relaciones, nos muestra como son tanto en las buenas como en las malas, sin tanto melodrama ni tanta crudeza, y eso es un valor bastante bien empleado en películas independientes. Otro valor que hay y que a mi me gusta mucho es el de el amor como escape, o el amor no idealizado, en todas estas películas vemos personajes que se encuentran con una persona y al final de la película, aunque todo dictaba que serían unos portadores más del "y vivieron felices por siempre", no se quedan juntos, Carney utiliza el recurso del amor como un apoyo, no todos tenemos que vivir para siempre con una persona a la que amamos y nos dio tanta inspiración, al contrario de Damien Chazelle, el cual si bien su lenguaje cinematográfico es más amplio con la joya que tiene como Whiplash y la gran La la land, en estas vemos como el argumento de Chazelle es pesimista en cuanto al amor, ya que la tesis de sus trabajos son: "Hay que sacrificar el amor para conseguir lo que uno quiere", en cambio con las películas de Carney es más optimista, pues en sus películas nos dice que el amor es compartir, y soltar; llevando siempre en el recuerdo a los que nos dieron amor para realizar aquellos que soñamos.
Y el valor más notorio y claro de las películas de Carney sin duda alguna es la música original, que dicho sea de paso la mayoría de las veces el mismo Carney escribe o co-escribe, y la música en sus películas siempre es tomada en cuenta en las premiaciones como el Oscar a Mejor Canción Original que ganó la misma Once por la canción "Falling Slowly", escrita por los protagonista de la cinta, Glen Hansard (el chico) y Markéta Irglová, (la chica) por Begin Again también tuvo nominación por la canción Lost Stars, y sorprendió mucho el hecho de que a Sing Street no se le hubiera dado ninguna nominación en este departamento.
Una película que como ya mencioné, con un equipo muy pequeño y una historia simple y muy pequeña, Carney se abrió paso en el mundo de la cinematografía de una manera muy peculiar, haciendo películas musicales muy diferentes y autenticas, (la película le costó al rededor de 200 000 dlls y generó mundialmente más de 6 000 000) en las que nos muestra, junto con películas como Kids, que cuando uno quiere hacer cine, y trae con sigo bien claro lo que quiere contar a través de su historia, los fondos, dinero y demás cosas propias del dinero, a veces salen sobrando.
lunes, 19 de marzo de 2018
¡No me olvides, por favor!
Pero la segunda sala me parece le roba el protagonismo a la primera sin demeritar el trabajo del artista, ya que la segunda sala, que hace al espectador mas participativo y lo involucra, haciendo de esta experiencia interactiva, nos adentramos a una sala de paredes blancas con mensajes, palabras y nombres de las personas que han visitado la exposición en las que escriben los nombres de las personas a las que les piden que no los olviden, engalanada con la figura espectral y bastante poderosa de este fantasma que presume ser el que ha escrito todo en las paredes de esta habitación. (Esta figura me recordó montones a la grandiosa película A Ghost Story de David Lowery, interesante sería saber si el artista conoce la película y si la conoce que tan influenciado se vio con ella) Pero es imposible sólo entrar en ella y escribir sobre una parte de las paredes, una persona como yo con esta capacidad receptiva y creadora como la que tengo empieza a leer lo que las demás personas han escrito y empieza a involucrarse y a imaginar que personas pudieron haber escrito en ellas, pensar que podría ser cualquier persona que te encuentras en tu camino, en la calle, incluso algún amigo o familiar, ves en la paredes nombres de personas que por el simple nombre te hacen recordar a otras personas con el mismo nombre, aunque no sean ellas las de la pared. Y otros que dejan mensajes muy pequeños que nadie podría descifrar, como un nombre corto que podría ser el de cualquier mujer, o la inicial del nombre de otra chica. Una exposición que te pone a flor de piel la naturaleza del ser humano, el temor a la muerte, que nos muestra la muerte desde la perspectiva del que se queda sufriendo, de aquel al que la violencia, la enfermedad, el destino repentino o el suicidio ve interrumpida la vida de los seres amados, incluso del que se se pierde a si mismo por la depresión, por los malos ratos.
La foto que más me transmitió de la exposición. |
No crean que se me movió el celular a la hora de tomar la foto, es que así quería tomarla, porque al final de cuentas, quien soy yo, si no existo, si sólo soy la figura representada del fantasma que algún día recordarán. Pero a diferencia de lo que pide toda la gente, yo no te pido que no me olvides, yo te pido que me olvides, te lo exijo, ¡olvídame! Pero jamás olvides todo lo que vivimos. Y ve en ellos sólo a una la figura de alguien que te amo, sin rostro, sólo con emociones y los sentimientos que en ti provocó. En el muro he escrito dos nombre, esos me los reservo sólo para mi, y para quien los pueda leer. |
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lunes, 12 de marzo de 2018
Yo maté a mi madre: La fantástica ópera prima del nuevo niño rebelde del cine.
Si hay un director importante de cine de mi generación, el más respetado y reconocido en el mundo por sus múltiples apariciones en festivales de cine, ese es el quebequés Xavier Dolan, que si bien su película más respetada es la cinta Mommy del año 2014 con la que se hizo acreedor a uno de los máximos galardones otorgados en el Festival de Cannes como lo es el Premio del Jurado, su historia no habría sido la misma si no hubiera hecho con su ópera prima lo que hizo con Yo Maté a mi Madre.
J'ai tué ma mère trata sobre Hubert, un chico de 16 años que vive sólo con su madre, con la cual, por las propiedades propias de su edad en la que busca más libertad, mas de lo que ella no le puede dar, además de que sufre del hecho de que no sabe como confesarle a su madre que es homosexual, vive en constante conflicto con ella, estando la mayor parte del tiempo que conviven en conflicto reprochándose cosas el uno al otro.
Sus problemas se agravan cuando Hubert dice a su maestra la cual les encarga un trabajo donde tienen que hablar sobre a que se dedican sus padres, que su madre esta muerta y quiere escribir sobre el trabajo de su tía, la maestra le dice que no hay problema, pero esta indaga y llaman de la escuela a su madre, entonces este en un arranque de ira sale huyendo sin importarle arrollar a su madre en el camino, entonces su maestra va tras él para cerciorarse que no haga una locura y de paso disculparse, entonces ella lo trata de ayudar para que trate de comprender un poco a su madre, mientras ella también lidia con una relación fracturada con su padre, y la cual entabla con Hubert una relación de amistad en la que muchas veces ella lo ayuda, pero sus vidas toman caminos diferentes cuando Hubert es mandado a un internado por su madre y su padre, donde comprenderá un poco la posición de cada uno en la vida, y que una madre, por muchas veces que uno crea odiarla, al final mataríamos a cien hombres por verla bien.
La mayor valía de Dolan y su cine, más en concreto en esta película, es su narrativa tan impecable a pesar de las distracciones o de los malos manejos en ciertas cosas, por ejemplo el uso excesivo de la música, con temas más quemados por el director que si bien si aportan a la trama y al momento especifico que viven los personajes, siempre los que gustamos más de las bso o los score originales, eso es algo que nos puede llegar a molestar sólo un poco a varios cinéfilos, pero cuando lo hace un director como Dolan uno le respeta pues no nos estropea la experiencia pues no descuida lo más importante para nosotros, la historia y lo bien que está contada, que en sus próximos trabajos no haría con tanta maestría como lo es en sus películas Los Amores Imaginarios y Laurence Anyways como en esta, en los cuales quiso experimentar tanto en temáticas como narrativas diferentes, además de plasmar muchas de sus influencias y gustos cinematográficos como lo son el cine de autores como Almodovar, Ozon, y Kar Wai. Otra cosa que no hace más que sumar a esta narrativa es el hecho de como entre la acción o el tiempo real se entrelaza este monólogo en blanco y negro que hace el personaje de Hubert en el cual autograbándose narra por qué aunque ama a su madre no soporta su presencia. La explosividad, la histeria, y los gritos, aunque excesivos, expresan perfectamente esta relación de amor-odio entre madre-hijo, uno por lapsos se puede ver reflejado, recordando propios problemas y peleas que uno tuvo con sus padres mientras se era adolescente y se peleaba ya sea por más dinero, o más libertad, y eso será siempre de las cosas más valiosas del séptimo arte, cuando uno se ve reflejado en esa gran pantalla. Con tintes muy dramáticos, pero también con momentos muy cómicos.
Dolan protagoniza esta película porque según sus propias palabras, no creía que hubiera actor que pudiera plasmar lo que él quería expresar desde el guión de esta película, el cual se basó en propios pensamientos que él llegó a tener sobre su madre cuando era más joven, Anne Dorval y Suzanne Clément, quien interpretan a la madre y la maestra respectivamente, quienes están más que perfectas, años después volverían a trabajar juntas otra vez con Xavier en la ya mencionada Mommy, que fue estrenada en México en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos en el 2014.
lunes, 5 de marzo de 2018
París Puede Esperar: Un viaje con muchas paradas.
París Can Wait, su título original, es una película del 2016 (estrenada el año pasado en México) de la realizadora Eleanor Coppola, quien es la esposa del director de cine Francis Ford Coppola y se le reconoce por sus trabajos documentales sobre la realización de películas como Apocalypse Now, The Virgin Suicides y Marie Antoinette.
A sus 81 años de edad la escritora, fotógrafa y ahora directora se aventura a realizar su primera película de ficción en la que hace una especie de autobiografía sobre un viaje que tuvo en el 2009 de Cannes a París, justo como le sucede a la protagonista de la película por la misma razón, pero con una historia romántica de por medio, que se fue inspirando durante el viaje y días después que Eleanor le contó a su amiga todo lo que vio y esta la animó a que escribiera el guión y plasmara todas sus vivencias e inquietudes a la pantalla grande algunos años después.
Y es que la verdad he de decir que la película es muy encantadora, si bien no es una gran obra, si es una película que todo amante de la fotografía, de los viajes, o de la comida, la pueden disfrutar como ninguna otra película. Vemos como Anne, el alterego de Eleanor interpretada encantadoramente por una ya madura pero muy bella Diane Lane, después de acompañar a su esposo, el director de cine Michael Lockwood, quien después de asistir al Festival de Cannes tiene que viajar a Marruecos donde se filma una película de la que es productor, entonces, por un dolor de cabeza que tiene Anne decide no acompañar a Michael por recomendación del piloto del jet en el que viajarían, entonces uno de sus socios con el que habían convivido en Cannes, Jacques; se ofrece a llevarla a París, a donde llegarían en un día, para verse días más tarde con Michael, así que ella no tan convencida accede, así que se embarcan en un viaje en el que este encantador, maduro y amante de la comida francés hace a Anne disfrutar el camino sin pensar tanto en el destino al cual no llegan en un día, ya que este francés se para a la menor provocación para hacer de este viaje algo digno de enmarcar y contar, haciéndola comer en todo lugar encantador que este conoce, mientras ella toma fotografías y paga habitaciones de hotel.
Esta película tiene como objetivo algo no tan banal, pero tampoco tan profundo, y es el de disfrutar, nos hace conocer lugares, escuchar historias, nos hace enamorarnos de la comida del sur de Francia, de sus paisajes, de sus lugares no tan conocidos, con largos y buenos diálogos y algunas frases ingeniosas, no es tan densa como películas como Copia Certificada, y aunque no nos presenta temas tan trascendentales como otros road movies es bastante disfrutable si uno sólo disfruta de lo que se ve en pantalla sin querer ser tan filosófico, intelectual o banal. Una película que habla también aunque un tanto superficial no por no darle importancia, sino porque no tratan mucho el tema, como las relaciones en pareja, la muerte de seres amados, los amores fugaces, las desconfianzas, los sueños dejados de lado por cuidar a los hijos, estos subtemas sólo hacen que uno quede enganchado de la buena comida, del encanto del reparto minimalista de la película, de las buenas cosas que nos da el arte y la historia, las cosas buenas que tiene la película.
Una opción diferente si no quieren ver algo tan diferente o propositivo, pero tampoco las mismas películas de acción o comedias románticas producidas por el Hollywood encasillado, de las comedias románticas mexicanas mejor no hablo, no quiero que se me ponga amarga la boca.
Acá abajo les dejo unas frases que logré recopilar y que me parecieron interesantes.
Una oferta de tiempo es como un sufflé, todo está en el tiempo.
Bien, finjamos que no sabemos a donde vamos, o siquiera quienes somos.
Las pinturas en el metropolitano lucen un poco tristes, como si no quisieran estar ahí.
Conducir es la única forma de ver un país.
-A tí todo te recuerda a la comida.
-Si.
No todo el mundo debe tener una esposa para ser feliz.
Ellas son bombones, tú eres creme brulée de chocolate
-¿Por qué las flores huelen mejor en Francia que en Estados Unidos?
-¿Por qué? Porque estamos en Francia. En Norteamérica se ven hermosas pero huelen a refrigerador.
-Es cierto.
-Si.
-Bueno, las rosas son mis favoritas.
-Pero su perfume no debe intervenir con el aroma del vino.
-Intentas embriagarme, eso está muy mal.
-Sólo bebe lo que te provoque.
-El amor no siempre es justo. ¿Por qué será?
-Para mi nunca tendrá sentido.
-Este queso está hecho con leche sin pasteurizar. Está vivo y muy sano. Su queso en norte américa es pasteurizado, está muerto, va a tu estómago como una bola de grasa.
-Es por eso que ustedes pueden comer toda la mantequilla y el queso que quieran y nunca engordan.
-¡Si! Y bebemos más vino tinto, desde luego somos mas románticos.
Sólo come lo que te provoque.
A diferencia de fumar, hay estudios que dicen que el chocolate es saludable.
Ustedes los estadounidenses siempre deben tener una razón para todo. Disfrutamos lo que comemos.
Los franceses tenemos una actitud diferente frente al matrimonio, a la de ustedes. [...] Somos prácticos, somos leales a la familia y al matrimonio. Pero somos humanos, y seguimos nuestras pasiones humanas naturales.
La culpa es mala para la digestión.
Una mujer como tú merece tener opciones, nos vemos pronto. J.
-Como te sientes hoy.
-Bien gracias, ya casi no me duelen, gracias a esas mágicas gotas.
-Y la cualidad medicinal del buen vino francés.
Sé lo que es caminar en los zapatos de otro hombre, pero en sus calcetines.
-Basta, se terminó el juego.
-Aun no.
-Alguna vez llegaremos a París.
-Finjamos que tenemos un año para llegar.
-Jack, tenemos que llegar a París y tenemos un problema.
-El problema no irá a ninguna parte.
-Que hay con el auto.
-Esperará a que comamos. Pruébalo todo.
-No creo que sea el radiador.
-No sabría decirlo.
-Claro que no sabrías, no hay nada que comer aquí.
Bueno, este auto fue diseñado para hacerte perder el apetito.
Anne, no tengas tanta prisa en llegar a París, jamás olvidarás tus viajes con Jack.
El cambio de la luna me recuerda que la vida y los negocios tienen ciclos. A veces llenos, otras no.
Llevo eso para recordarme lo frágil que es la vida, y cuán doloroso y exquisito es estar vivo.
Anne escucha, la comida es buena para el alma.
Sólo hay que saber lo que te gusta. Mis recuerdos más felices son en la mesa.
La mejor comida proviene del jardín.
-Nací en Cleveland.
-Nadie es perfecto.
Jack, no puedo expresar lo que este viaje ha significado para mi.
Espera a ver el ascensor, es curioso, ya lo verás, es francés, es diminuto.
-No nos perdamos este momento.
-No lo hemos perdido.
sábado, 3 de marzo de 2018
La Luz Entre los Oceanos.
La Luz Entre los Océanos es una película del 2016 con un guión adaptado de la novela homónima de M.L. Stedman y dirigida por Derek Cianfrance.
Y la película trata de como tiempo después de terminada la Primera Guerra Mundial, Tom Sherbourne, un veterano de guerra con secuelas emocionales, que lo hacen querer estar aislado completamente, llega a una isla australiana como cuidador provisional de un viejo faro en una isla lejana y remota, por lo cual ese trabajo se convierte en lo que él más necesita en esos momentos tan duros donde se plantea dudas sobre su existencia como hombre y ser humano después de la guerra. Pero en sus visitas rutinarias al pueblo donde tiene que rendir cuentas y de donde le mandan provisiones conoce a la joven Isabel Graysmark, hija de uno de los hombres más respetados del pueblo, entonces, ella que es más joven que Tom y que perdió en la guerra a sus dos hermanos (en esta parte de la película cuando ella lo lleva a un picnic hay un diálogo entre los dos en el que le dice que no hay palabra para cuando los padres pierden a sus hijos, una escena por demás hermosa) se siente de inmediato atraída por Tom, y este a pesar de no querer y de resistirse al sentimiento termina por corresponder su amor, creyendo que ella lo puede ayudar a volver a sentir felicidad en su vida después de lo vivido en la guerra, entonces este amor que empieza de manera epistolar, termina en matrimonio entre este par de almas gemelas. Entonces la pareja pasa meses viviendo en esta isla solos tratando de formar una familia, cosa que por cuestiones del destino jamás se llega a realizar, pues de dos embarazos Isabel pierde a los bebés entre tormentas y tranquilidad, entonces en ella la soledad empieza a marcar su alma, pero un día el océano les manda un pequeño bote lleno de gritos en el que encuentran a una pequeña bebé con un alemán muerto. Tom tiene que notificar a puerto y en su bitácora el hecho, pero Isabel le pide que se queden con la bebé y la hagan pasar por su hija, puesto que en el pueblo aun nadie sabía de la pérdida de su segundo bebé, así que Tom por amor hace lo que Isabel le pide, sabiendo que en su siguiente visita al pueblo, lo más probable, por su pasado en la guerra, y por ser un hombre de cabal rectitud, tenga que pagar lo hecho, y esto ocurre cuando Tom conoce a la madre biológica de la pequeña Lucy.
La película es hermosa en cuanto al sentido técnico se refiere, una historia sencilla, pero muy poderosa y entrañable, en la que nada sobra y nada falta, es muy mesurada, en partes se toma su tiempo para contarnos detalles en la trama, pero jamás extralimita el recurso del tiempo lo cual no la hace ni pesada o forzada, ni mucho menos aburrida, una película que pareciera es europea por la forma en que es contada. Las locaciones son un sueño, la fotografía muy viva, casi nulamente fija y si con mucho movimiento con muy buen control a cargo de Adam Arkapaw, la música juega un papel más que primordial, y uno de los grandes aciertos para que uno conecte más con la historia y las emociones que sienten cada uno de los personajes en cada situación que están viviendo, la cual está a cargo de Alexandre Desplat (el mismo que ha hecho la música para La Forma del Agua de Guillermo del Toro, para que se den una idea de lo hermosa que es) y las actuaciones sin lugar a dudas es lo que hacen que la historia sea más que sobresaliente, empezando por los protagónicos que hacen una dupla que en realidad sale magia de la pantalla, una de las parejas más encantadoras del cine en los últimos años, hay una química entre los dos que uno no hace más que desear que el ser amado lo pueda mirar como Alicia Vikander a Michael Fassbender, (Que a raíz de esta película la pareja de actores empezaron un romance y hoy día son marido y mujer como en la película) y mención especial también sería para Rachel Weisz (la que vimos en The Lobster de Yorgos Lanthimos y en Youth de Paolo Sorrentino) con una actuación muy potente.
Una película por demás hermosa sobre el amor, la soledad, la esperanza, la felicidad, el sacrificio, el perdón, la mar, el amor incondicional sin necesidad de lazos de sangre y fraternal. Una película que se ha convertido en una de mis películas favoritas en lo que va de la década, que fue muy menospreciada por los Oscar en su momento y la taquilla en general (los Oscar suelen olvidar muy buenas películas que se estrenan en el verano salvo que te llames Wes Anderson, Christopher Nolan o Denis Villeneuve) pero que la verdad bien vale la pena, con un final realmente emotivo y enternecedor.
jueves, 1 de marzo de 2018
El Profesor Marston y la Mujer Maravilla.
El
Profesor Marston y la Mujer Maravilla es una película que trata
sobre el origen de este personaje de historietas y que hoy día es tan famoso
por el universo cinematográfico de DC, pero créanme ahora mismo que estoy a
punto de escribirles sobre esta película que va más allá de eso, y que es mucho
más interesante que cualquier cosa que se haya hecho para el cine o la
televisión de esta superheroína.
La
película nos cuenta cómo el profesor Marston, al momento que está defendiendo
su trabajo frente a un grupo de personas las cuales deciden qué es ético que
los niños lean y que no en la década de los 40's, con un conflicto bélico
recién terminado y el cual se ve reflejado en la tira cómica, está recreando
toda la historia, y a la vez su historia de cómo fue que creó este personaje
tan personal.
Nos
narra cómo el profesor Marston, en la década de los años 20's, quien imparte
una clase para un grupo de chicas en la Universidad Radcliffe de Harvard, y es
acompañado por su esposa Elizabeth, quien a pesar de ser brillante la
universidad no le da su doctorado solo por el hecho de tener vagina, como ella
misma lo dice.
Ellos
son una pareja poco convencional que son muy apasionados, trabajan juntos,
entre otras cosas, en una aparato que después perfeccionarían y del cual
derivaría el primer detector de mentiras, y en una teoría sobre el
comportamiento humano a la cual llaman DISC, en la cual a grandes rasgos
exponía que las personas éramos completamente felices cuando no sometíamos a
una autoridad, o sea una persona a través del amor en cuatro fases. Pero no nos
adelantemos, ni entremos a cosas más científicas, vayamos a la historia, porque
es muy buena.
En una
de estas clases el profesor conecta de inmediato con una estudiante, Olive, y
este le dice a su esposa que la utilizará para el proyecto. Ella al inicio está
un poco indecisa, pero luego de averiguar que es sobrina e hija de dos de las
pioneras feministas de los derechos de las mujeres, es que la dejan entrar en
sus vidas.
Con su
ayuda ellos encuentran armonía en sus vidas, cuando las cosas se quiebran por
su temperamento o sus sentimientos no se sienten completos, y vuelven a estar
juntos, es una dependencia, pero jamás se vuelve enferma a pesar del
sadomasoquismo, porque lo hay, pero esto se justifica por muchos motivos que
tocaré más adelante.
Cuando
dejan de luchar con los sentimientos que tienen entre los tres y deciden estar
juntos, las cosas se complican al quedar los Marston despedidos. Olive rompe su
compromiso con su novio y además queda embarazada, entonces a partir de ahí
vemos cómo esta relación poliamorosa tiene que luchar en secreto por defender
su historia ante la sociedad tan cerrada de los años 40's, que no acepta este
tipo de relación como auténticos super héroes que mienten y se esconden tras
disfraces de secretarias, amas de casa, escritores, no por algo muy llamativo
pero sí muy necesario e indispensable para el ser humano: el amor.
La
película desde un principio nos muestra cosas e ideas bien plantadas. Las son
muy destacables, empezando con Luke Evans, que si bien ya en El Hobbit mostraba
buenas hechuras (de lo poco destacable de las dos últimas partes, me parece)
acá nos enseña que con un buen papel hace personajes interesantes. Pero sin
duda yo alabo y aplaudo en primer lugar a la joven Bella Heathcote en el papel
de Olive, y a mi adorada Rebecca Hall como esta mujer fuerte, sensible,
liberal, realista, erótica, que de lejos se ve el mayor rango actoral que tiene
y que su actuación bien podía haberle dado la nominación ya no pido para el
Oscar, al menos para el Globo de Oro, donde nominan a diez actrices en me
parece dos categorías cada vez más absurdas e innecesarias (o es eso o ya estoy
despertando a la falacia de estos premios, pero ahora vamos a ese tema de los
premios).
En
valores técnicos habría muchas cosas que puntualizar. En primer lugar el guion,
en todo esquema impecable; la trama en ningún momento decae, tiene ritmo,
ingenio, sus tiempos, sus escenas, sus diálogos, todo parece estar medido con
la precisión de un detector de mentiras perfeccionado.
La
fotografía, otro punto más que valioso. Hay en particular una escena en la que
me quedé rendido con el trabajo del encargado de la fotografía (Bryce Fortner)
y es en la que desempolvan las piezas del detector de mentiras, los enfoques y
desenfoques de cámara durante toda la película tienen un por qué. A últimas
fechas si algo odio en una película es esta terquedad o egocentrismo de algunos
directores de fotografía de hacer enfoques o desenfoques sólo por hacerlos y
por lo bien que se ven sin aportar nada o tener cierta congruencia con la
historia (eso me pasó con Lion, que fue lo único que no me gustó de la
película). Acá no ocurre eso. La iluminación, vestuario, diseño de producción,
la música, dirección de arte y todo lo engloba perfectamente la dirección, que
cae en mano de Angela Robinson, que con esta su tercera película me parece hace
algo grande y serio.
Si no
fuese por un par de cosas, pequeños detalles que tiene la película, como una
parte en la que hay una pérdida de continuidad grave (si no grave, sí es muy
notoria para los que nos fijamos en particularidades) que es en la parte donde
están en el parque mirando volar los aviones, y el hecho de que jamás hay en
realidad una profundidad sobre sus hijos y la relación con ellos y como ellos
miraban esta relación con un papá y dos mamás.
Si no
fuera por ello para mí esta sería una película perfecta, con esas palabras lo
pongo, que me parece es más que interesante el cómo plantea esta relación
poliamorosa entre tres personas, que si bien Woody Allen ya lo había mostrado
también de manera muy magnífica con su Vicky Cristina Barcelona (donde
ya todos sabemos también actúa Rebecca Hall) en la relación entre Cristina,
Juan Alonso y María Elena, Woody lo aborda desde una propuesta más artística y
amorosa, y es esta película lo ven desde un punto de vista de lo sadomasoquista
y creativo, aunque, como ya lo dije, se justifica porque no es sólo por el
sadomasoquismo como tal, sino por el verdadero amor entre estos personajes.
Otro
claro ejemplo que da esta película es que no hay necesidad de recurrir a
desnudos completos o escenas de sexo explicitas para que el espectador conecte
con esta sensualidad, erotismo, seducción y excitación que experimentaban los
personajes, como si uno mismo lo estuviera sintiendo; jamás cae en ese tonto y
absurdo cliché del desnudo solo por hacerlo.
Las escenas
no son ni mojigatas ni morbosas, son sutiles y directas, y es algo que se le
vuelve a agradecer a su directora, que además también escribe el guion (que
también pudo haber sido tomada en cuenta para los Oscar, pero no tiene caso
hablar al respecto, los Oscar tienen una larga historia sobre sólo ser
políticamente correctos, aunque aquí pudieron haber jugado con ello, la
película sinceramente tiene méritos propios para haber sido tomada en cuenta,
pero es una de las tantas buenas películas olvidadas e ignoradas).
Para
finalizar, les comparto un par de pensamientos que dice el profesor Marston, el
primero es cuando está a punto de acabar la película, donde está dando una
conferencia y dice que la Mujer Maravilla busca como tal hacer que los niños,
que son el futuro de la sociedad, empiecen a ver el poder que tienen las
mujeres en la vida, su valor, algo que leí buscando información me hizo llegar
a un texto donde William Marston decía: “Ni siquiera las mujeres quieren ser
mujeres mientras nuestro arquetipo de femineidad carezca de fuerza, fortaleza y
poder… El remedio obvio es crear un personaje femenino con toda la fuerza de
Superman, más todo el encanto de una mujer bella y buena”.
Decía
que los demás veían en La Mujer Maravilla una superheroína, en cambio él veía
las cosas buenas, bellas y valientes de todas las mujeres de su vida, a quienes
creía superiores a los hombres en muchas cosas y que no le importaba saberse
sometido por ellas, sobre todo de sus dos mujeres que fueron las que de cierta
manera le dieron más que estructura, aporte, ideas e imaginación para que este
personaje fuera creado. En varias partes de la película, aunque con un poco de
dolor, acepta que todas las cosas que había inventado en su vida jamás las
hubiera hecho sin ese par de mujeres aportando las piezas claves (todo el
tiempo durante toda la película vemos guiños de donde fueron sacando, tanto
William como ellas, las referencias de la historia de Diane como las amazonas o
el avión invisible).
Y el
segundo pensamiento es uno que les dice a las chicas en una de sus clases, que
si los hombres habían sido dotados por la naturaleza con un instinto más
desarrollado de fuerza y violencia, las mujeres con un instinto más fraternal y
de amor, no sería lo más conveniente que las mujeres gobernaran y tomaran las
riendas de este mundo. Yo creo que sí, y la película, sin caer en discursos muy
críticos, pero tampoco muy tibios o dejándolos a medias sobre el feminismo, me
parece si es, y con mucha inteligencia además, una carta de amor y apoyo a la
lucha de las mujeres por ese lugar que deben de tener como iguales con los
hombres, con derecho de elegir qué hacer y con quién hacerlo.
Una
película que se vale de la figura de La Mujer Maravilla y la historia de este
triángulo amoroso para hacer una buena crítica sobre la tolerancia, el respeto,
el feminismo y el amor, y además hacer una gran película, que es lo más valioso
de todo, jamás traicionar el medio para explicar lo que uno quieres expresar y
plasmar.
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