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miércoles, 27 de febrero de 2019
Los Adioses: la artista como mujer.
Los Adioses es una película mexicana que desde el 2017 se anduvo exhibiendo en el circuito de los festivales más importantes de México (como el de Morelia o Durango, donde recibió el Premio del Público en ambos) y que el año pasado tuvo su estreno comercial. La película narra la vida de la escritora mexicana Rosario Castellanos lo cual a primera lectura la hace atractiva, pero dicho lo anterior: ¿Qué es lo que hace a esta película una de las mejores películas a mi parecer de los últimos años? Bajo una vista más analítica les puedo decir que son muchas las cosas que hacen a esta película formidable, que ahora expongo.
Para empezar hay que hablar de su directora, Natalia Beristáin. Directora que con sólo dos películas en su andar, incluyendo esta, ha logrado a mi parecer un estilo muy particular de retratar lo femenino de una manera bella, sutil, llena de detalles, para lograr esto es fundamental el como se emplea la fotografía para contar la historia, una fotografía elegante y sofisticada, (a cargo de Dariel Ludlow) sin un ápice de querer abusar del elemento "belleza" restando todo argumento de aquel que pueda decir que esta clase de fotografía es pretenciosa. Hace algunos meses viendo una videocrítica hecha por la crítica de cine Fernanda Solorzano, comentaba como a ella le tocó ver el primer cortometraje de Natalia Beristáin en una edición del Festival Internacional de Cine de Morelia en la que fue parte del jurado en el 2006 (llamado Peces Plátano, por si les interesa está en Filminlatino. Donde también participa Karina Gidi y Pedro de Tavira pero haciendo la música) y que desde entonces ya se le auguraba un futuro tremendo, obviamente en aquella edición su trabajo fue el ganador (al igual que en el 2012 fue reconocido su primer largometraje No Quiero Dormir Sola como la mejor película mexicana, que es una belleza).
En esta película en particular Beristáin narra la vida de Rosario en dos lineas de tiempo, una, siendo joven, cuando siendo estudiante conoce a Ricardo Guerra, hasta el punto en el que se va y vuelve de España y éste se ha casado con otra mujer, y la segunda, cuando se da el reencuentro entre los dos ya siendo adultos y se casan y vemos su vida como pareja en sus mejores momentos al principio, y su separación al final. Cabe destacar que Beristáin hace un espléndido trabajo con el guion de la también actriz María Renée Prudencio, y nos lleva a través de la vida de la escritora de una manera muy libre, sin ninguna clase de camino labrado o de manera manipulada, me explico.
El paralelismo, y como conecta el presente y el pasado desde el inicio es magistral, nos une las dos lineas de tiempo con frases dichas entre los dos, en momentos muy claves de su relación, en la primera escena de la película, donde vemos sutilmente los deseos que sueña Rosario (un recurso que me parece muy bien ejecutado por parte de la directora para no caer en lo banal o en el que muchos llamarían exhibicionismo (término que a mi me parece innecesario) luego cuando vemos el reencuentro de ellos, muy similar al primero que tuvieron (o quizá viéndose ambos como tuvo que haber sido siendo jóvenes) es un modo de darse a entender que Beristáin es una narradora prodigiosa. Otra oportunidad que tiene Beristáin para mostrar su trabajo magistral justo después de que se da este encuentro y empieza a soltarnos pequeños fragmentos de su vida juntos siendo jóvenes y siendo adultos, de ambos; y no es mas que con esos pequeños "recortes" que nos pone en perspectiva de lo que fue su vida sin alargar el tiraje y la trama, no nos hace tediosa la introducción, por lo contrario, la aligera y a partir de ahí es que nosotros sabemos perfectamente a donde va todo, y lo hace más disfrutable. Una manera más en la que Beristáin no nos da un producto más de la cinematografía mexicana viene en el recurso del silencio, el silencio diría yo tiene un elemento de importancia tan primordial que el de los diálogos, quizá el silencio sea un término poco apropiado para lo que quiero decir: la falta de diálogos y la impresionante música en la película son tan importantes como la obra de Rosario.
Y llegado el punto de la obra de Rosario Castellanos, me parece que aquí es donde se nota aun mas la gran directora que es Natalia Beristáin. Pues si bien el proyecto a cargo de otro director pudo haberse ido por un lado más cómodo haciendo un biopic enmarcado completamente por la obra de la escritora, o valiéndose sólo del personaje como una de las mejores escritoras mexicanas de la historia, Natalia Beristáin logra retratar el personaje de Rosario Castellanos desde sus vivencias propias, como mujer, y como ella concibe y quiere creer en el amor, y como sus vivencias van forjando su manera de escribir. Remarca su obra, pero no la alaba, y a la figura de Rosario lejos de lo que hubiera hecho otro realizador, no la idolatra, la muestra real, mujer, que lucha entre el serlo como lo dictaba la sociedad del siglo pasado y su marido egocéntrico y celoso de su trabajo al que veía como su rival, o el ser la mujer que ella quería ser, la artista que buscaba ser (un poco lo que pasa en Phantom Thread, pero ahora en el ser femenino). En una de las escenas más impactantes en la que Rosario escribe tras la pérdida de su primer bebé es de una brutal realidad que los que escribimos mejor de lo que hablamos podemos entender un poco lo que el personaje sentía en ese momento. Llegado este punto hablemos de los actores que interpretan a estos personajes.
El trabajo actoral de ambas parejas, tanto de los jóvenes Rosario y Ricardo, interpretados por Tessa Ia y Pedro de Tavira, como de los adultos es destacable, pero sin lugar a dudas Karina Gidi y Daniel Giménez Cacho son un ostento de actores que no tienen reparos ni iguales.
Otra escena que a mi me gustó mucho es cuando la Rosario joven vuelve de España y está con su hermano en su tierra natal, y como le viene esta liberación cortándose el pelo para no volver a ver a Ricardo Guerra, hay mucho ejemplos de este recurso como liberación femenina (nada más por mencionar algunos está Doble Amante de Francois Ozon [del mismo 2017], G.I. Jane de Ridley Scott [1997], incluso si ustedes quieren considerarla también podría estar V for Vendetta de James McTeigue [2005]) pero el que vino a mi mente de inmediato fue el de la película francesa Los Amantes del Siglo de Diane Kurys (1999) y me vino a la mente porque también viene de la figura de una escritora que tuvo una relación muy similar a la de Rosario Castellanos y que fue una pionera en el movimiento feminista en el siglo XIX, me refiero a George Sand (interpretada por mi adorada Juliette Binoche)
Pareciera el discurso de la película es anacrónico, pero en realidad es tan viejo como el "hombres necios que acusáis a la mujer" de Sor Juana Inés de la Cruz del siglo XVII (como lo dice el personaje de Rosario en una escena de la película).
Termino mi texto diciendo, con el lenguaje más apropiado que pude encontrar, que Natalia Beristáin es una chingona, con sólo dos trabajos se ha convertido en una de mis directoras de cine mexicanas favoritas (al igual que Claudia Sainte-Luce, también con dos películas en su haber) y que sin lugar a dudas, esta clase de películas son las que se deberían de proyectar en los complejos de cine de todo el país por más de un mes, y no sólo una semana, como son los espacios que se les da a estas películas no sólo interesantes por los personajes e historias que cuentan, sino en como las cuentan, como las abordan, con bases cinematográficas que son dignas de apreciarse como se aprecia el cine de Bresson. Estas películas son las que tenemos que ver, no las de "Mirreyes Vs. Godinez", "Green Book", y no sé que otras tantas cosas irrelevantes e innecesarias.
"El sufrimiento es como el tiempo, tiene que ser domado. Deja cicatrices, pero son bellas, cuentan una historia."
George Sand (Juliette Binoche) - Los Amantes del Siglo - Diane Kurys - 1999
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