Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

sábado, 13 de diciembre de 2025

Shorts Mexico 2025





Shorts México cumplió una veintena de ediciones este año, y a propósito de que pudimos darle cobertura gracias a que pusieron toda su programación disponible durante todo el mes de septiembre en la plataforma Festhome, me permití ver varios cortometrajes que llamaban poderosamente mi atención ya fuera por el título en sí del cortometraje, su procedencia del país o estado, la figura mediática del director, o porque simple y sencillamente conocía al realizador.

Acá les comparto comentarios breves de algunos de los trabajos que me parecieron más interesantes e importante de compartir con ustedes a través de esta publicación, ya fuera que estuvieran entre mis favoritos o no.



This place is (not) mine. Carolina Trujillo BM.
"¿Habrá estado tirando recuerdos?"
La nostalgia por el hogar siempre hace que el artista cree desde el corazón.
No hay desperdicio en esto. Carolina crea uno de los cortometrajes más hermosos que he visto en el año.
Handycam, llamadas telefónicas, material de archivo. Todo tiene una materia especial, lo que facilita aún más el discurso, la estética, la artesanía, y engancharse de este.


A rosa nasce nas pedras. Sebastian Molina Ruiz.
Tremendísimo corto docu. De lo mejor no sólo de Shorts México, sino de lo que he visto en el año.
Vaya ensayo el creado por Sebastian, donde fusiona imágenes en movimiento y fijas, haciendo una simbiosis perfecta con el sonido de noticieros y entrevistas que dictan un discurso que evidencia la xenofobia de un extenso sector social de país europeo como lo es Portugal, hacia un país Latinoamericano como lo es Brasil; en pleno siglo XXI.
La pieza musical que sale casi al principio, espectacular.


El pulmo. Mark Kronemeyer, María Begoña Félix.
Foto limpiecita, dron utilizado adecuadamente, montaje correcto, material de archivo que aporta, testimonios realmente importantes.
Poderosísimo discurso de una lucha que no cesa por parte de un hombre, una familia; por no perder lo que una vez se perdió, lo que recuperaron, y lo que aman, por ellos, por los que vienen, por los que estuvieron, y por todos los que llegan y se enamoran de ese lugar tal y como es, tal y como esta; sin la necesidad de complejos hoteleros millonarios que ni les importa ni la comunidad, ni la fauna y flora, ni la tierra, salvo sus retribuciones.
Que joyita de mediometraje documental. Gratamente sorprendido. Esto se colará entre lo mejor del año.
Como extraño las costas de la sudcalifornia


Adiós, GDL. Eduardo Pérez.
"La vida se compone de adioses. No hay nada que podamos hacer [...] Odio las despedidas, pero creo que es un privilegio poder tenerlas."
Sobre lindos reencuentros/despedidas con personas que nos significaron tanto y fueron parte importante de nuestras vidas, aunque ya no sean parte y ya no sean las mismas. Sobre cerrar ciclos de formas llenas de amor.
Tiene algunos detallitos con matices en las actrices que interpretan las actuaciones principales, y por momentos no se siente como tal la naturalidad de los diálogos, además de un asunto en lo sonoro; pero realmente son cosas mínimas que para nada arruinan la experiencia y la interesante propuesta estético/visual de contemplar con toda su naturaleza una plática nocturna, aunque caiga un poco en ese bonito cliché de que sea en una azotea.
Me gustó mucho, y le atribuyo este gusto de sobre manera, a que guarda muchas similitudes con "Eme (o dos historias sobre [cómo] soltar)”, y otras cosas mías. Además, tiene la que para mí es la duración perfecta en un cortometraje.


Camino a Bergman. Carlos Meléndez.
Documental que recoge el material de archivo del director cuando en 2007 (se nota el año por la utilización de mapas y no de smarthphones) intentó encontrarse con Bergman, viajando hasta el lugar donde tenía su casa.
Bello, poético sin mayor artilugio mas que el de la crudeza de la cámara y la naturalidad del montaje. Tiene de todo.


Cuando las aves se escuchaban diferente. José M. Delgadillo.
Atrae desde la propuesta estética y de montaje. Un b/n fino. En cuanto al discurso, más que importante, apremiante y digno.
Quizá la música yo la hubiera omitido por principios propios, pero nimiedades.


Sísifa. Paco Alarcón Rojas.
Corto-docu con un fondo de muy buenas intenciones, que habla y presenta sobre los grupos de apoyo y confianza entre mujeres para recuperar la salud mental.
Las formas son sencillas, pero correctas. El nombre le viene perfecto.


Cuando los árboles se ponen amarillos. Yolis Martínez.
Me gustó mucho la presentación, la estética, lo libre de la operación de cámara. Hay algo de libertad y poético en este cortometraje muy bien oculta desde el título. De alguna manera, se divide en dos a partir de un punto de quiebre en forma de grito.


Billar Durango. Rafael Urista.
Vaya nivel el del compa Rafa con este cortometraje. Excelente producción, un guion de manufactura sencilla pero muy fina (con unos diálogos bien estudiados acorde a la época), y una textura a nivel imagen que es chulísima, así como su atinado montaje y el extraordinario trabajo de diseño sonoro.
Qué personajazo el de Gaspar Garcés, y que buen trabajo el de Iván para interpretarlo. Los personajes secundarios (y sus respectivos interpretes) también muy a tono.
Y para que nada sea tan positivo, un par de detallitos que no están tan finos y que honestamente son nimiedades, pero que las debo mencionar: si bien casi todo el corto tiene una trabajo de arte excelente, hay dos o tres cositas que me parecieron muy rebuscadas o muy chatas, como el anillo con el símbolo de dinero, o los carteles del billar, y el hilito de sangre justo al final, pero como lo dije, son nomiedades. Por lo demás, Rafa está on fire, trasladando todos sus temas, su bagaje, e incluso su conocimiento como actor a la hora de dirigir.
Interesante también encontrar que por primera vez su personaje protagónico no se llama Juan.


Nuestro destino. Rolando Avila.
Impacta en el buen sentido de la palabra, aunque peca de redundante.
Irregular en los departamentos técnicos, pero con unas actuaciones interesantes.
El guion, muy ligado a los temas y líneas que competen al director.
Pareciera mas una buena idea para largometraje, con referencias bastante obvias, pero claras y aterrizadas.


Berdadero. Carolina Valencia.
Buen diseño de arte, excelente diseño sonoro. Lindo trabajo fotográfico y de iluminación, aunque con recursos algo manipuladores y circunstanciales en cuanto a argumento, música y colorimetria, pero que jamás molestan en lo absoluto, de hecho le dan un valor agregado por el discurso que se expone.
Sin conocerla ni mucho menos, me da la sensación de que refleja a su autora.


Un momento. Natalia Bruschtein.
Impactante, potente, aterrador. Tremendo corto docu. Uno siente impotencia a muchos niveles y por muchas razones.
Visualmente es contemplativo e intenta ponernos en un sitio presente pero lejano, para amortiguar el impactante discurso sonoro de este testimonio desgarrador.
Solo habría que saber bien cuáles fueron las técnicas de animación y montaje, pero nimiedades.


Marea. Ximena Lamadrid, Julián Lamadrid.
Un acercamiento y enfrentamiento interesante con el discurso planteado en este corto.
Narrativamente limpio y bien orquestado en cuanto a lo que propone la cámara, además de que es bien utilizado y controlado el recurso musical, sobre todo en el momento de introspección del personaje principal, además de lo magistral de incorporar esas capas oscuras naturales.
Me gustó que se optará por una iluminación no tan artificiosa, y que se conservará también la vorágine errática de los diálogos no articulados a la perfección.
Ximena es tal cual, una marea catártica hecha mujer, y un hallazgo en cuanto a la dirección se refiere, haciendo mancuerna con Julián, que supongo es su hermano.
Eso si, al final un poco no deja de ser una historia de problemas de privilegiados cuando se quedan sin privilegios y se enfrentan al mundo, pero es una historia notablemente contada, al menos para mí.


La miel inmaculada. Rodrigo Calderón Rico.
Técnicamente está muy guapo, con todo y ese aspecto radial.
Me gustaron mucho las actuaciones y esa sencilla pero potente línea metafórica con respecto a la orientación sexual, lo sagrado y la familia.


Noche de viaje. Aretha Gutiérrez.
Revelarse ante la mirada la dificultades no negociables del amor y del ser pareja.
Se nota (para bien) que es un proyecto de la DIS de la UDG, y el por qué interviene Brujazul.
Muy agradable visualmente este roadmovie con un atinado trabajo de cámara, composición e iluminación. Catártico en lo discursivo y emocional.
Me recordó fugazmente a un guion mío (sin producir, of course) llamado "La colina".


Viejo pozo. Andrés Hernández Covarrubias.
Andres le sabe al género, y le sabe bien.


Levantamuertos. Jose Eduardo Castilla.
Qué buenas mezclas en cuanto a los géneros que emplea, y la narrativa tanto técnica como literaria.
Una vez más Lin May vuelve a las tendencias.
Sumamente disfrutable.


El viento del Sur. Diego Huizar.
Interesante ver a actores reconocidos en su verdadero oficio de actor interpretando personajes nada aparatosos o grandilocuentes, sacándoles de su zona de confort.
De repente tiene sus detallitos en cuanto al diseño sonoro y la edición, pero realmente mínimos.
Narrativamente pareciera no avanzaconforme a lo que se pudiera plantear desde diálogos, pero nos dice mucho con sólo el planteamiento que se propone de los personajes desde el guion.


Hermanos. Miguel Perez Castelazo.
Sobre crecimientos y las peculiares dinámicas hermano-hermana durante la pubertad.
Muy chulo en su hechura (o sea, bien hecho), con un argumento y su derivado discurso, que se percibe notablemente honesto. La chavita y el chavito protagónicos, destacados en todo el armado. Atinado ritmo. Siempre da gusto ver al Adrián Rossi actuando.


Reencuentro. Julio Cesar Silva.
Nada es para tanto.
No está mal, pero para ser del ENAC, si debo decir que es de los más medianitos que he visto en el Shorts de este año, hablando de lo técnico/narrativo.
Eso si, en el discurso no hay nada que reprochar. Por eso es uno de los que más me gustó.


Inesperado. Luis Flores.
Esta bien hecho. Quizás estorba un poco la iluminación en ese color que no da la sensación de estar en una galería, pero eso es a título personal.
Buenas líneas, aunque no siempre llevadas y complementadas con la expresión corporal.
La canción de los créditos es bastante chula.


Casa chica. Lau Charles.
Entre juegos de niños, se asoman las preocupaciones de los adultos/padres, y la naturaleza de los hermanos/hijos.
Qué precioso corto. Narrado desde la perspectiva de los dos niños protagonistas, que al principio no saben muy bien (sobre todo el niño mayor) en qué posición está su vida y la de sus padres. Impregnado de una mirada que uno percibe nacida desde el amor, la memoria y un alma que no olvidó lo que fue ser niña.
Las actuaciones realmente destacadas. No en vano a pisado los festivales en los que ha estado.


Wann kommt der zug der mich nach hause bringt. Tavo Ruiz.
Encuentros y adioses.
Me agradó la naturalidad en que armoniza y se integra los lugares y espacios como si fueran personajes principales.
Todos queremos hacer en secreto una historia contada en reflejos, en una idioma extranjero, en silencios traducidos en diálogos escritos sobre la pantalla, con fantasmas de nuestros recuerdos y nuestras historias, aunque ya no signifiquen nada o no nos lleven a ningún lado más que a expiar.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Jay Kelly





"Todos mis recuerdos son películas."


Creo que sin querer, o sin planearlo en lo absoluto, ha sido un gran atino ver la nueva película de Noah posterior a ver la película de Joaquim, y no en el afán de compararlas, aunque hay bases para hacerlo en el sentido de que tocan prácticamente las dos mismas líneas argumentales; pero lo que sí me gustaría abordar de manera muy rápida es desde el género que cada uno lo expone.

Sentimental value, que si bien se presenta como una comedia romántica, es más un drama familiar directo (que por supuesto, tiene algunos momentos de comedia), mientras que Jay Kelly busca ser una película de pa a pu cómica, con pinceladas de drama, abordando la misma trama desde distintas figuras familiares: Joaquim desde la figura de una joven actriz que lidia con su padre ausente que es un director de cine laureado, y acompañando a su hermana menor que se alejó del arte; y Noah desde el reconocido y veterano actor que lidia con una crisis de existencia y el remordimiento de no haber convivido lo suficiente con sus dos hijas.

Dentro de los atinos de Noah esta el como discursivamente explora y cuestiona el sacrificio/privilegio no sólo de las grandes estrellas del cine, sino también de quienes están alrededor de ellos. Tiene chistes y detalles interesantes, pero lastimosamente la mayor parte de la película, su comedia no sólo es como la de cualquier otra película del big industry hollywoodense, sino que es simplona y rebuscada, al igual que sus referencias y homenajes (en Nouvelle Vague se entienden porque retrata una época cinematográfica en preciso, en Sentimental value nacen de sí misma, pero acá ni al caso viene la cita de Truffaut), haciendo en el acto que todo sello característico del cine de Noah, incluyendo su inteligente comedia se diluya, salvo por la presencia de Greta.

Y me parece que la película también contradice lo expuesto en Marriage story, pues todo lo que Noah expone (y critica) del personaje de Scarlett (que todos sabemos en quién estaba inspirado), es lo que ahora es. O sea, dicho en otras palabras: se convirtió en lo que juró destruir.

En todo caso, como mejor podría funcionar la película, quizá sin buscar ser eso; es como un homenaje a la carrera de Clooney, que sobra decir que es lo mejor de la película aun con el quilombo que le dejan en esta version edulcorada del Guido de 8 1/2. Guion escrito por el propio Noah y Emily Mortimer, dándose además el lujo de hacer un cameo en la película, para tratar de decirnos inútilmente que es una producción pequeña como las primeras películas del director (nada más falso. En todo caso, Joaquim logra más con menos en ese sentido) que por momentos tambalea (sobre todo en los momentos de introspección a través de estos viajes al pasado medio surreales a lo Annie Hall, pero perdidos). Un Sandler que tiene momentos buenos pero que ni al caso todo lo que se dice de él respecto a nominaciones y demás. Y una Laura que vale la pena lo poco que sale.

Por cierto, confirmo lo dicho hace poco: la verdad no me entusiasmaba tanto ver esta película, Noah me dejó de entusiasmar desde White noise y Barbie, pero la sola presencia de Riley en el reparto, que no supera los 5 minutos en pantalla, me hizo querer verla.

sábado, 6 de diciembre de 2025

Sentimental value





*Este texto lo estoy escribiendo desde el sentimiento y a bote pronto, de modo que si ven algunos errores de redacción, pido disculpas de ante mano.


Mientras veía la pelicula me venían frases y pensamientos a la cabeza como: "lo que es de uno, es de uno", "no hacemos la película que queremos, sino la que podemos" y "como comunicamos el amor en las ausencias que aprendimos".

No sé si podría afirmar que esta es la mejor película de Joaquim porque, al ponerla en comparación con el resto de películas de su filmografía, sé que la nostalgia por ellas podría ponerlas un paso adelante, sobre todo hablando de las dos primeras entregas de su Trilogía de Oslo porque son piezas fundamentales en mí formación cinéfila, pero si las veo en su línea autoral, creo que estamos hablando de la culminación de su directriz discursiva.

Valor sentimental completa de alguna manera su exploración de personajes perdidos, esos que vienen desde su primera película y que siempre terminan encontrando ese camino y ese motivo que los hace, y nos hace entender que todo ser humano que se pierde, está más cerca de encontrarse, y acá lo hace de una manera más madura.

Lo vemos a él y a su personaje protagónico en este drama familiar que se sostiene y se conduce a través de una forma muy sutil, pero con mucha fuerza, peso y presencia; en una de las dos líneas argumentales que presenta, y si bien puede caer en cosas predecibles, no es por falta de originalidad, sino porque al final de cuentas es un drama familiar. Las tensiones e inconclusos procesos de aceptación y duelo. El peso de no estar y ver que en la ausencia a quien más hemos amado se enrolla en un camino por el que uno ya pasó, y no querer que el otro pase. Que lo que hacemos, por más que lo amemos, nos aleja de las personas que amamos y nos puede llevar a una soledad dañina. Como dicen por ahí: "los polos iguales se repelen" o como diría mi madre: "lo que no quieres ver, en tu cada lo has de tener". Y también es entender que al sufrir un dolor, muchas veces salvamos a otros de que precisamente no sufran ese dolor, aún din darnos cuenta.

Renate es una actriz insuperable, Elle en el mejor papel y la mejor actuación de su carrera, Stellan derrochando maestría, e Inga brindándonos una actuación memorable. Si bien es verdad que Nora es el personaje protagónico, y representa a él alma perdida que conecta a todas las películas de Joaquim, acá el personaje de Agnes es el más importante de la película, un personaje que trae calma y encanto en esas escenas en las que practicamente refleja la rutina de la vida, regalándonos además el abrazo más hermoso del cine en este 2025. El final es simplemente maravilloso.

Y es precisamente en este final de la película, con un silencio y una mirada cómplice entre Nora y Gustav, nos manifiesta que, cuando las palabras faltan, esta el cine; y que siempre hay que ceder una cosa cuando del cine hablamos. Y de eso va la segunda línea argumental: la vida del cine, del actor, del arte. El miedo, el arrojo, la valentía, la realidad. Saber que hay cosas que ceder, como dejar de hacer tu película en un escenario tan importante que tiene una función primordial, como puede ser una casa, para poder hacerla con las personas que siempre han estado, aun en los largos tiempos de ausencia que unos u otros podemos poner. Esta película siento que va sobre eso y para ellos; la gente que siempre esta: familia y amigos.

jueves, 4 de diciembre de 2025

Je me souviens.





A Jonás Trueba, Georges Perec, Harry Mathews y Joe Brainard.



"Fue en ese cine, ¿te acuerdas? Era una mañana "Al este del eden".

James Dean tiraba piedras a una casa blanca, entonces te besé...."

Las cuatro y diez - Luis Eduardo Aute



No me acuerdo cuál fue la primera película que fui a ver al cine. Sé que fue El rey león o Jurassic park, y sé que fue entre 1995 y 1997, y sé que tenía entre 5 y 7 años. De lo que sí me acuerdo es de la primera vez que me emocioné de sobremanera. Fue cuando fui a ver Power Rangers, justo en el momento en que Zordon aparece por primera vez en la pantalla grande y el grito de toda la gente en la sala le acompañó, como hace unos años la gente llenaba las salas y gritaban al ver al Capitán América apareciendo en las últimas películas de los Avengers. Me acuerdo de la cara de mi hermano Eduardo esa noche en los años 90's. Me acuerdo de mi mamá, de Ceci y de mi tía Rosa, en ese orden. También me acuerdo que al salir del cine fuimos a Gigante y me acuerdo de los cromos de la película que estaban regalando al comprar una Pepsi. Me acuerdo también haber visto E.T., por esos mismos años.


Luego, estando más grande, como de 17, me acuerdo ver Eragon con toda la pandilla; y haber ganado las entradas de cine para todos lavando una losa de trastes sucios. Me acuerdo cómo de alguna manera se inauguró la tradición de ir al cine en Año Nuevo en los primeros años del nuevo milenio viendo las películas de El señor de los anillos con mis primas más grandes, y cómo luego yo y mi hermano Eduardo continuamos esa tradición unos años después estando solos en La Paz. Me acuerdo de varias películas compartidas con él. Me acuerdo cuando fuimos a ver Man of steel y lo enojado que salí de la sala. Me acuerdo cuando fuimos a ver El caballero de la noche asciende y las gafas de sol que perdí en la sala y que me gustaban tanto, y también cuando fuimos a ver Qué pasó ayer 3 con una sala repleta de niños. Me acuerdo cuando llevé a ver a mi hermano Fernando a ver El principito. Me acuerdo de la emoción que sentí al ir a ver solo El gran Gatsby, Her, La la land y Las oscuras primaveras. Me acuerdo cuando vi en la Cineteca de Durango El Padrino Parte Dos y sentir que estaba viendo una de las mejores películas en la historia, y lo mucho que me acordé de mi hermano Eduardo. Me acuerdo de la conmoción que me dejó ver Interstellar, y lo abrumada y aburrida que salió mi prima Ceci de la sala.


Me acuerdo haber visto Güeros la segunda vez que estuve en un Festival de Cine en mi vida, la primera vez que fui a uno, fue en La Paz, viendo Mr. Pig con Diego Luna en la sala. Me acuerdo de las tres veces que tuve la oportunidad de saludar a Damián Alcázar caminando por las calles de Todos Santos. Me acuerdo de haber visto Porto de Gabe Klinger un 11 del 11 a las 11, y la emoción que sentí al mirar en los créditos que Jim Jarmusch era uno de los productores ejecutivos y entender por qué me había gustado tanto. Me acuerdo cuando vi Columbus en una sala VIP alrededor de unos diez críticos de cine y escuchar como dos de estos dormían plácidamente ante una de mis películas favoritas en la vida. Me acuerdo de haber visto en Los Cabos la película The Florida Project sentado al lado de Astrid Rondero y Fernanda Valadéz antes de que fueran las directoras celebradas que hoy día son. Me acuerdo de haber estado en la misma sala que estaban Terry Gilliam, Adam Driver, Jennifer Morrison, Monica Bellucci, Julio Hernández Cordón, Everardo González, Tatiana Huezo, Amat Escalante, Emilio Santoyo y Diego Hernández. Me acuerdo de haber visto Paterson en El Huevo. Me acuerdo la primera vez que estuve en una proyección en la playa y sentirme como si estuviera en una sala de cine. Me acuerdo cuando vi The Irishman en una función de prensa y la felicidad que me dio el saber que era una de las primeras personas que veía la película en una sala de cine en todo el país. Me acuerdo de haber visto Atlantique de Mati Diop en una sala atascada de gente, y haber sentido una enorme felicidad de estar sentado en uno de los pasillos de la sala. Me acuerdo cuando vi Café Society de Woody Allen y cómo al salir de la sala sentí una felicidad que pocas veces he sentido, y un enorme amor por la vida. Me acuerdo cuando vi A ghost story, y la caminata al hotel detrás de un grupo de tres jóvenes que empezaron riéndose de lo absurda que les había parecido la película, y terminaron filosofando sobre el sentido de la vida. Me acuerdo cuando vi Susurros del corazón con Eliza, y la cena y la caminata posterior en aquel día de San Valentín. Me acuerdo de las muchas noches de cineclubismo viendo películas como El sacrificio del ciervo sagrado, El planeta salvaje, Isla de perros, Reminiscencias de un viaje a Lituania, entre muchas otras más; y a todas las personas maravillosas que conocí en ese tiempo.


Me acuerdo también la primera vez que vi en pantalla grande Cinema paradiso y darme cuenta que esa era la manera correcta de ver esa película en particular, y lo mucho que me habría gustado compartir con alguien ese momento. Me acuerdo de las dos películas, pero no de sus nombres; del Tour de Cine Francés del 2021 que fui a ver con Mónica. Y me acuerdo de la primera vez que me vi en la pantalla grande en Alejandra… todavía Alejandra, y lo que sentí al ver El Editor -Versión Final-.